Redes sociales
No. 72 (2010): Luis del Carmen y la Investigación escolar
Conocimos a Luis en Barcelona en el año 1977, creo recordar. Nos invitó a la presentación del Proyecto Recerca 75. Formación del Profesorado de Ciencias (FPC), promovido por el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Politécnica de Barcelona.
Su gran interés básico de contribuir a la mejora de la enseñanza de las ciencias en nuestro país se manifiesta desde entonces en todas sus líneas de actuación: cuando reflexiona sobre qué enseñar, y en qué momento, sobre las ciencias y el entorno; cuando se plantea cómo enseñar para superar las deficiencias y limitaciones de la docencia habitual en este campo; cuando, profundizando en ello, sugiere tipos de actividades y secuencias con mayor proximidad al medio y protagonismo e implicación afectiva del alumnado; cuando se implica en la producción de nuevos materiales de desarrollo curricular; y, en definitiva, cuando interviene a fondo en procesos de reforma curricular, de formación del profesorado y en el desarrollo de propuestas y programas de educación ambiental.
Este perfil profesional, bastante atípico en el ámbito de nuestras universidades, así como la firmeza que muestra en la subordinación de sus actuaciones al mismo, le ocasionó no pocas dificultades para abrirse camino en el rígido mundo académico. En la disyuntiva entre actuar de acuerdo con las reglas, incoherencias y renuncias que exige el avance en la “carrera universitaria típica” en nuestros departamentos, o dirigir su esfuerzo a promover el cambio y mejora real de la enseñanza sobre las ciencias y el medio que se implementa en las aulas, Luis del Carmen se decantó siempre por lo segundo.
La investigación didáctica que desarrolló es coherente con todo lo anterior y, en su esencia, con los principios de la investigación-acción. Un enfoque que está presente en sus estudios, propuestas e intervenciones en el ámbito de la enseñanza de las ciencias y la educación ambiental, siempre encaminados a la mejora real de la práctica docente en nuestro país.
Este número quiere contribuir, por tanto, al homenaje que debemos al que fue un excelente profesor, investigador y activista, en el mejor sentido del término, a favor de la naturaleza y del tipo de educación científica y ambiental que necesita urgentemente nuestra sociedad para cambiar su modelo de actuación en el medio y para dar solución, en la medida de lo posible, a los graves problemas ambientales y de equidad social que padecemos.