Podemos comprender la necesidad de renovar la filosofía, pero es más importante plantear hacia dónde irá dicha renovación. En este ensayo filosófico se propone una renovación con base en el racionalismo analógico, que supone la hermenéutica analógica como base. Contribuye así, a desarrollar las virtudes epistémicas necesarias para dejar que la propuesta pueda ser clara o por lo menos, dejar de traslucir los rayos de luz más necesarios para reorientar el camino.