La pregunta por la filosofía, por qué sea la filosofía, encuentra en cada momento de su propia historia una respuesta diferente. Cuando Thémata nació, a mediados de los años ochenta del siglo pasado, la respuesta más general ponía a la filosofía en relación con el relevo, con la capacidad que el pensamiento tiene de darse como testigo, de ser objeto de un trasvase siempre actualizador y modificante.