En el último tercio del siglo XIX en México, la llamada prensa femenina se había convertido en un espacio de expresión de las mujeres y en el lugar contestatario para un pequeño grupos de mujeres intelectuales, representado por las primeras profesionistas en el México liberal. Este grupo de mujeres se empeñaron en justificar la importancia filosófica y social de armonizar la vida material con la vida afectiva-sentimental, con la intención de negociar con el mundo masculino su participación social en la esfera pública. A través de interesantes discusiones filosóficas sobre la relación razón y la emoción en el contexto del desarrollo económico de la nación mexicana. Un problema filosófico milenario, les permitió a estas mujeres poner en primer plano la importancia del amor y los sentimientos en un mundo material, que para el siglo XIX ya se visualizaba como descarnado. Lejos de competir con las denominadas facultades masculinas, estas mujeres asumieron como suyo un capital emocional y a través de él dieron la batalla en pos de la liberación de las mujeres de su tiempo. Este escenario discursivo de la prensa femenina nos ha permitido acercarnos al análisis de la función social y moral de las emociones y ello nos ha posibilitado des victimizar el discurso femenino aun cuando asumieron una “naturaleza emocional” como parte de su identidad femenina.
In the last third part of the Nineteenth Century in Mexico, the called female press had become an expression space for women and rebellious place for a small group of intellectual women, represented by the first professionals in the liberal Mexico. This women group endeavored to justify the philosophic and social importance of harmonizing material life with the affective-emotional with the intention to negotiate with the masculine world its social participation in the public sphere, through interesting philosophical discussions on the relationship reason and emotion in the context of economic development of the Mexican nation. An ancient philosophical problem, allowed these women bring to the forefront the importance of love and feelings in a material world which for the Nineteenth Century was viewed as a stark. Far from competing with the called masculine powers, these women took as her emotional capital and through him got the battle for the liberation of women of her time. This discursive scenario of female reporters allowed us to approach the analysis of the social and moral function of the emotions and this has enabled us to not victimize the female discourse, even when they assumed an emotional nature as a part of its female identity.