El ejercicio de la razón en los actos humanos y para el curso de la realización del ser humano en Francisco Suárez (1548-1617) está imbricado o en codeterminación con otros factores o dimensiones de la subjetividad humana. La razón no es meramente supraestante pues no opera sola y al margen de otras configuraciones internas como son los afectos y la teleología o tensión direccional que éstos articulan en la praxis humana. De la disposición de los afectos que operan en el ejercicio de la voluntad configurando la subjetividad humana en relación a sí mismo y en el entorno de sus relaciones fundamentales, los otros, el conjunto de la creación y con Dios, va a depender el correcto uso de la razón en el proceso de su realización personal y ante las alteridades ante las que responde. La sabiduría de la teología mística medieval y patrística se hace presente en el análisis de Suárez y en la tradición espiritual jesuita para mostrar y hacerse cargo de la riqueza y complejidad del homo interior. El núcleo místico de la subjetividad humana deberá ser reflejamente considerado y cuidado pues de su configuración pende la eticidad y la sociabilidad comunitaria y política del ser humano.