En este trabajo se desarrolla un enfoque del hecho estético entendido como un proceso experiencial y relacional, no centrado en las producciones artísticas, ni en los objetos materiales en general. En ese marco, se intenta mostrar la conexión y el parentesco entre ciertos elementos de la teoría de la experiencia estética de Schaeffer y la concepción del juicio estético de Kant. Se establece un paralelo entre la concepción de la experiencia estética como un proceso autoteleológico y despragmatizado, sostenido como tal por una interacción particular entre cognición, emociones y placer, propuesto por Schaeffer; y las tesis kantianas sobre el juego libre y desinteresado de las facultades que postula el principio trascendental de la facultad de juzgar. Hacia el final, se sugiere que debería contemplarse la injerencia de un componente moral en el complejo entramado del hecho estético.