Abstract
En nuestros días, siendo la pantalla el modo privilegiado de representación visual, la obra de arte, y consecuentemente la experiencia que de ella tenemos, se refigura en función de los medios que la hacen accesible. De esta manera, prácticas que habitualmente requerían la co-existencia del sujeto y el objeto en un mismo espacio y en un mismo momento son sustituidas por otras en las que dicha relación se encuentra condicionada por las diferentes tecnologías de la telecomunicación. En este artículo se examina tal panorama en el cual la desmaterialización de la obra, la deslocalización del sujeto y la experiencia mediada por la pantalla definen –así sea parcialmente—una nueva sensibilidad para la que la telepresencia se plantea como el proceso de interacción característico de las manifestaciones artísticas digitales, así como el factor que determina sus posibilidades experienciales.Downloads
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