El jardín botánico Príncipe de la Paz de Sanlúcar de Barrameda: una institución ilustrada al servicio de la producción agraria y forestal

Autores

  • Antonio Cabral Chamorro

Resumo

Sin duda alguna, entre los méritos del Monarca Carlos III, estuvo el saberse morir a tiempo. El "mejor" alcalde de Madrid dejó de existir en diciembre de 1788; seis meses después estallaba la Revolución Francesa; el pánico se apoderó de las clases dirigentes españolas y el gobierno de Floridablanca terminó con cualquier veleidad reformista hasta tiempos más tranquilos. El párrafo anterior no pretende restar mérito al empuje carolino, sino subrayar el esfuerzo y continuidad renovadora en la que se empeñó la dinastía borbónica y que tuvo uno de sus focos privilegiados (complejo científico tecnológico en palabra de M.A. Selles) en la provincia de Cádiz: fundación del Colegio de Cirugía (1748) de las academias de Guardiamarinas (1717) e Ingenieros (1750) y el Observatorio de Marina (1755). Instituciones todas vinculadas al ámbito militar y que, al paso, nos informan acerca de una de las grandes preocupaciones de la nueva dinastía: restaurar el prestigio del Estado y de la monarquía que devolvieran a España su papel de gran potencia política y militar.

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Publicado

2008-01-01

Como Citar

Cabral Chamorro, A. (2008). El jardín botánico Príncipe de la Paz de Sanlúcar de Barrameda: una institución ilustrada al servicio de la producción agraria y forestal. Revista De Estudios Andaluces, (21), 165–188. Recuperado de https://revistascientificas.us.es/index.php/REA/article/view/5532