El presente artículo analiza el influjo de la doctrina aristotélica en las reflexiones de Tomás de Aquino en torno a la infinitud del tiempo y el movimiento. Se estudian las tres nociones de temporalidad introducidas por el Aquinate – tiempo, eternidad y evo– para salvar los problemas derivados de la filosofía del Estagirita, la aplicación de las premisas de la Física y el Acerca del Cielo en la explicación de la aniquilación de las entidades sublunares y los cuerpos celestes, y el uso de la teoría aristotélica del movimiento en la explicación del Juicio final.