El objetivo de este artículo es mostrar que la archiconocida localización temporal de la filosofía medieval entre los años 500 y 1500 oscurece su gran riqueza e influencias (tanto previas como posteriores) a la vez que aplica límites extremadamente rígidos. Frente a esta idea se defiende la existencia de una larga Edad Media en la filosofía occidental (ampliamente concebida) que abarca, aproximadamente, desde el año 200 hasta el 1700. A lo largo de las páginas se justificará la propuesta y se hará frente a las críticas que sostienen que esta teoría homogeneiza diversos tipos de filosofía, subestima el desarrollo de la ciencia moderna o infravalora la filosofía del Renacimiento.