La metafísica de Catharine Trotter Cockburn disuelve la relación necesaria entre inmaterialidad, inmortalidad y pensamiento. Mientras que en su juventud esto la lleva a admitir la posibilidad de la materia pensante, en su madurez le permite concebir al espacio como sustancia inmaterial no pensante que oficia como eslabón entre la sustancia material no pensante y la sustancia inmaterial pensante. Para ello, apela también a la tesis de la gran cadena del ser. Sin embargo, la posibilidad de la materia pensante no es consistente con la tesis de la jerarquía de seres, porque en ella la materia ocupa el lugar más bajo. Me propongo estudiar si existe alguna alternativa dentro de la filosofía de Trotter que permita resolver esta contradicción.