Resumen
En la lógica de la experiencia estética y en su relación con la aparición de lo artístico, la cuestión de la «reflexividad» nos remite necesariamente al concepto de «autorreferencia». Tal concepto no entraña una noción exclusivamente lógica, ni simplemente un sentido metafórico, sino que se manifiesta como síntoma de una crisis fundamental: el cuestionamiento de los principios racionales de «identidad» y de «nocontradicción». La autorreferencialidad en el «Arte» parece evidenciar la ambivalencia paradójica en la que éste se instala. Nos encontramos ante un problema crítico y crucial que consigue exhibir los límites difusos entre lógica y estética. ¿Hasta qué punto es legítimo hablar de una autorreferencia en el «Arte»? La autorreferencia aparece en una “re-presentación” de la identificación de “sí mismo” por “sí mismo”, exigiendo una alteridad que entraña un “efecto retorno” sobre una forma de recurrencia aporética. En tanto «referencia», se muestra como una tendencia a cierto y determinado fin u objeto. Su movimiento necesita del principio de «identidad» y pone en juego necesariamente la noción de «diferencia»1 . Su efecto último es la modulación de tal principio en un movimiento forzado. Su deriva tiende a una «unidad» inacabada que no existe salvo por su propia dinámica, caracterizada ésta por su polarización, por su transitividad, por su simetría, reciprocidad, reflexividad y reversibilidad. En el ámbito (+)Descargas
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