PAISAJE TRAS LA ESTIVAL BATALLA

Resumen

La filosofía académica actual se centra con frecuencia en torno a un lenguaje que, lejos de servir como vehículo para la realidad, a menudo está enredado en complicaciones infructuosas. El "discurso-centrismo compulsivo" -a diferencia del logocentrismo inevitable- revela un egocentrismo subyacente que bloquea toda posibilidad de diálogo y se inclina hacia una actitud de nihilismo.
Esta actitud filosófica moderna, esclava de la palabra, elude uno de los problemas más apremiantes del hombre: el mal, que parece ser un compañero esencial en el viaje histórico del hombre. Frente a esto, una actitud religiosa personal nos recuerda que "la historia de la razón nació de la Palabra, y no viceversa". Quizás esta actitud debería adoptarse hoy, para contrarrestar todo lo negativo en la vida política. Un problema ya planteado en textos simbólicos tan diferentes como el mito de Prometeo o el cuento bíblico de Adán a Abraham.
Debemos cuestionar los cuatro paradigmas obsoletos de nuestra Ilustración -omnisciencia, individualismo desintegrador, sospecha como actitud básica y conflicto entre la fe y la razón- y también apuntar a la corrección en cuatro direcciones: extender la ciencia a la conciencia, pensando-con y pensando-para, adoptando una ingenuidad lúcida y, finalmente, recordando sin cesar pensar y orar. Solo así la razón dialógica puede extenderse a la razón eutopoprofética.