El pasado 22 de agosto de 2021 nos dejaba el profesor Enrique Vallespí Pérez, una pérdida profundamente sentida por el conjunto del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, donde trabajó desde 1977 hasta su jubilación, en 1999 y por toda la comunidad de prehistoriadores de España. Nacido en Fabara (Zaragoza) el 18 de julio de 1929, el profesor Vallespí Pérez se formó como Maestro de Primera Enseñanza en la Escuela de Magisterio de Barcelona (1948) y como Bachiller en el Instituto Nacional de Enseñanza Media Goya de Zaragoza (1952), obteniendo luego su Licenciatura y Doctorado en Filosofía y Letras, Sección de Historia, en la Universidad de Zaragoza en 1956 y 1959 respectivamente. En 1956 recibió el Premio García Arista de Licenciatura de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza, y en 1957 el Premio Extraordinario en el Grado de Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza. En 1959, tras la lectura de su Tesis Doctoral, recibiría los premios García Riba, de la Universidad de Zaragoza, y de Tesis Doctoral de la Excelentísima Diputación de Zaragoza. Su recorrido profesional como profesor universitario fue largo, e incluyó un amplio desempeño docente en varias universidades españolas. Entre 1956 y 1963 fue Ayudante de Clases Prácticas y Encargado de Grupo, así como Ayudante de Cátedra adscrito a la Cátedra de Arqueología, en la Universidad de Zaragoza, donde impartió clases de Epigrafía y Numismática, y de prácticas de Arqueología. Entre 1965 y 1969 fue Profesor Adjunto Contratado de Historia en la Universidad de Deusto, impartiendo materias relativas a la Historia de Europa. Entre 1969 y 1975 fue Profesor Adjunto Contratado en la Universidad de Navarra, impartiendo asignaturas de Arqueología e Historia de Oriente Antiguo y Prehistoria Universal. Entre 1975 y 1977 fue Profesor Adjunto Interino y Profesor Titular en la Universidad de Oviedo, donde fue responsable del Seminario de Prehistoria e impartió asignaturas de Prehistoria Universal. El 1 de octubre de 1977 tomó posesión de su plaza como Profesor Titular del área de conocimiento de Prehistoria en la Universidad de Sevilla, puesto que ocuparía hasta su jubilación en septiembre de 1999. En esta fase de su trayectoria profesional impartiría numerosas asignaturas, incluyendo Prehistoria Universal, Prehistoria de la península ibérica, Prehistoria del Mediterráneo y Europa Occidental I (Paleolítico y Epipaleolítico), Prehistoria del Cuaternario y Prehistoria de Andalucía. La docencia fue siempre la dedicación prioritaria del profesor Vallespí Pérez, y él mismo la entendía como centro y eje de su vocación universitaria. En este sentido siempre fue un profesor de extraordinaria capacidad de comunicación, orador tan preciso como apasionado, siempre dispuesto a atender al alumnado, de buen grado, y sin prisas. En sus clases se mezclaban de forma magistral sus amplios conocimientos de Prehistoria con su sólida formación intelectual, que le permitía recurrir constantemente a la literatura o la filosofía en apoyo de sus razonamientos. Todos los que tuvimos la suerte de asistir a sus clases tenemos un recuerdo imborrable de Don Enrique hilando un argumento tras otro, dejándose llevar a terrenos a veces alejados de la Prehistoria, pero siempre con una tan poderosa como amable capacidad de convicción, siempre fumando sus cigarrillos. Dentro de su amplia dedicación docente también destaca la formación de investigadores jóvenes. Fueron numerosas las tesis doctorales que dirigió, principalmente en su etapa sevillana, incluyendo las de Antonio Ciudad Serrano (Yacimientos del Paleolítico Inferior y Medio en Ciudad Real y primer poblamiento humano de la región, 1985), José Ramos Muñoz (Yacimientos líticos y poblamiento humano prehistóricos del Alto Vélez, ríos Sábar y Guaro, Málaga, 1986), Rafael Baena Escudero (Evolución cuaternaria de la depresión del Medio-Bajo Guadalquivir y sus márgenes, Córdoba y Sevilla, 1993), Enrique Martín Córdoba (La secuencia del Cerro Capellanía, Periana, Málaga, en su contexto de la Prehistoria Reciente de la depresión de Colmenar-Periana y su contribución al estudio de las industrias líticas talladas, 1995), José Juan Fernández Caro (Industrias líticas paleolíticas del Bajo Guadalquivir: río Corbones, 1998) y José Antonio Caro Gómez (Achelense estratificado en las terrazas del Bajo Guadalquivir, 1999). Varios de los investigadores que realizaron sus tesis doctorales bajo la dirección o codirección de Enrique Vallespí han ocupado (y ocupan actualmente) puestos académicos en distintas universidades españolas (Cádiz, Córdoba, Sevilla, UNED). Otros investigadores formados por el profesor Enrique Vallespí, aunque no hicieran con él sus tesis doctorales, fueron María Berigistáin Gurpegui (profesora de la Universidad de Navarra), José Castiñeira Sánchez y Olga Sánchez Liranzo (técnicos arqueólogos de la Junta de Andalucía) y María Teresa Murillo Díaz (profesora de la UNED). Toda esa tarea de supervisión científica, incluyendo las tesis doctorales, es buen reflejo de la que probablemente fue la etapa más fructífera y brillante de la investigación del profesor Enrique Vallespí Pérez, cuando a partir de su incorporación a la Universidad de Sevilla en 1977, iniciase un programa de investigaciones sobre Paleolítico regional en la Depresión Inferior del Guadalquivir, en colaboración estrecha con Fernando Díaz del Olmo, entonces profesor titular (y actualmente, catedrático) de Geografía Física en la Universidad de Sevilla, quien cursaría uno de los primeros cursos de doctorado impartidos por Enrique Vallespí Pérez en esta universidad (1978-1979). Entre ambos, y con los alumnos de doctorado que se fueron gradualmente formando con ellos, se conformó un grupo de trabajo interdisciplinar geoarqueológico altamente innovador a nivel disciplinar, especialmente en el contexto del sur de la península ibérica. A lo largo de su carrera académica y profesional, el profesor Vallespí Pérez desempeñó numerosos cargos en comisiones y comités de expertos con funciones de coordinación y supervisión científica y de asesoría en materia de política cultural. En 1971 y 1973 fue miembro de la comisión organizadora de las Semanas de Antropología Vasca; entre 1973 y 1975 fue miembro de la Comisión de Excavaciones y Arqueología de Navarra, de la Diputación Foral de Navarra; entre 1981 y 1983 fue miembro del Seminario Permanente de Historia de Andalucía de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, participando, entre 1985 y 1991, como miembro de la Comisión Asesora de Arqueología Andaluza de la misma Consejería. Entre 1986 y 1987 fue miembro de la Comisión Asesora de Arqueología, Paleontología y Etnografía de la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Castilla-La Mancha. Desde 1987 fue vocal del Comité Editorial de la revista Cuaternario y Geomorfología, publicada por la Asociación Española para el Estudio del Cuaternario (AEQUA) y la Sociedad Española de Geomorfología. En 1992 se convirtió en director de Spal, la revista de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, un proyecto personal en cuya creación invirtió gran cantidad de trabajo y puso una enorme ilusión. Más allá de los frutos de su amplia y rica carrera profesional, el profesor Vallespí Pérez, o Don Enrique, como le conocíamos en la Universidad de Sevilla, nos dejó, a todos los que tuvimos la suerte de conocerle en persona, un legado único: la experiencia de haberle tratado. Don Enrique era una persona de extraordinaria amabilidad, generosidad y tolerancia, gran conversador y amante de las tertulias, placer del que disfrutaba a menudo en el célebre bar El Rinconcillo con escritores, intelectuales y científicos de Sevilla, amantes, como él, del arte del diálogo y la conversación. Apasionado lector, fue también un hombre de profunda formación intelectual, aficionado a la filosofía, la historia, el ensayo o la narrativa de ficción. Puedo dar fe, por experiencia personal, de que asistir a sus clases era una experiencia embriagadora, dada la riqueza y alcance de las referencias intelectuales que integraba en su docencia sobre Prehistoria. Como hombre progresista, lo que le acarreó problemas en las décadas de la dictadura franquista, Don Enrique era también un gran defensor de la libertad de pensamiento y expresión, de la justicia y la equidad sociales, y del papel de la ciencia y el conocimiento como bases para un mundo mejor. También era un gran aficionado al fútbol, tema de conversación siempre presente entre nosotros. Como alumno, compañero de departamento y de grupo de investigación y amigo que fui de Don Enrique desde el inicio de mis estudios en la Universidad de Sevilla en 1985, no puedo menos que señalar que su fallecimiento nos deja un hueco enorme en el corazón, y que echaremos para siempre de menos su enorme humanidad, la generosa amplitud de su espíritu y la fuerza de su inspiración. |
On August 22 2021, Professor Enrique Vallespí Pérez left us, a loss deeply felt by the department of Prehistory and Archaeology at the University of Seville, where he worked since 1977 until his retirement in 1999 and by the entire community of Spanish prehistorians. Born in Fabara (Zaragoza) on July 18 1929, Professor Vallespí Pérez was trained as a School Teacher at the Barcelona School of Education (1948) and as a Bachelor at the Goya National Institute of Secondary Education in Zaragoza (1952). He later obtained his Degree and Doctorate in Philosophy and Letters, History Section, at the University of Zaragoza in 1956 and 1959 respectively. In 1956 he received the García Arista Prize from the Faculty of Philosophy and Letters of the University of Zaragoza, and in 1957 the Extraordinary Prize for the Degree in Philosophy and Letters from the University of Zaragoza. In 1959, after successfully submitting his Doctoral Thesis, he was awarded the García Riba Prize by the University of Zaragoza, as well as the Best Doctoral Thesis award by the Diputación of Zaragoza. His professional career as an academic was long, and included extensive teaching at various Spanish universities. Between 1956 and 1963 he was Assistant of Practical Classes and Group Manager, as well as Chair Assistant to the Archaeology at the University of Zaragoza, where he taught Epigraphy and Numismatics as well as Archaeology practices. Between 1965 and 1969 he was Adjunct Lecturer of History at the University of Deusto, teaching subjects related to the History of Europe. Between 1969 and 1975 he worked as an Adjunct Lecturer at the University of Navarra, teaching subjects of Archaeology and History of the Ancient Near East and World Prehistory. Between 1975 and 1977 he was Acting Adjunct Lecturer and Senior Lecturer at the University of Oviedo, where he was Head of the Prehistory Seminar and taught World Prehistory. On October 1st 1977, he became a Senior Lecturer in Prehistory at the University of Seville, a position he would hold until his retirement on September 1999. In this phase of his professional career, he taught numerous subjects, including World Prehistory, Iberian Prehistory, Prehistory of the Mediterranean and Western Europe, Quaternary Prehistory and Andalusian Prehistory, Teaching was always at the centre of Professor Vallespí Pérez’s university vocation. He had great communication skills, a speaker as precise as he was passionate, always ready to engage in discussion with his students, willingly, and without haste. In his classes his extensive knowledge of Prehistory was masterfully mixed with his solid intellectual background, which allowed him to constantly turn to literature or philosophy in support of his reasoning. All of us who were lucky enough to attend his classes have indelible memories of Don Enrique weaving one argument after another, letting himself be carried away to lands sometimes far from Prehistory, always powerfully persuasive, always suggestive, always smoking his cigarettes. In line with his passion for teaching, Don Enrique was also a dedicated supervisor of research students. He supervised numerous doctoral theses during his tenure at the University of Seville, including those of Antonio Ciudad Serrano (Lower and Middle Palaeolithic Sites in Ciudad Real and First Human Settlement of the Region, 1985), José Ramos Muñoz (Lithic Deposits and Prehistoric Human Settlement of the Upper Vélez, Sábar and Guaro Rivers, Málaga, 1986), Rafael Baena Escudero (Quaternary Evolution of the Depression of the Middle-Lower Guadalquivir and its Margins in Córdoba and Seville, 1993), Enrique Martín Córdoba (The Sequence of Cerro Capellanía, Periana, Málaga, within the Context of the Late Prehistory at the Colmenar-Periana Depression and its Contribution to the Study of Knapped Lithic Industries, 1995), José Juan Fernández Caro (Palaeolithic Lithic Industries of the Lower Guadalquivir: the Corbones River, 1998) and José Antonio Caro Gómez (Stratified Acheulian in the Lower Guadalquivir Terraces, 1999). Several of his research students went on to hold academic positions at different Spanish universities, including Cádiz, Córdoba, Seville and UNED. Other researchers trained by Professor Enrique Vallespí were María Amor Beguiristáin Gúrpide (today a Professor at the University of Navarra), José Castiñeira Sánchez and Olga Sánchez Liranzo (archaeologists at the Cultural Board of the Andalusian regional government) and María Teresa Murillo Díaz (Lecturer at the Spanish Distance Learning University). His scientific supervision work is a good reflection of what was probably the most fruitful and brilliant period of his research career. Upon his incorporation to the University of Seville in 1977, he started a research program on regional Palaeolithic in the Lower Guadalquivir Depression. This program was undertaken in close collaboration with Fernando Díaz del Olmo, then a newly appointed Senior Lecturer (and currently a Full Professor) of Physical Geography at the University of Seville, who at the time had just taken one of the first doctorate courses taught by Don Enrique in Seville (1978-1979). Between the two, and with the help of the numerous doctoral students who gradually trained with them, a highly innovative interdisciplinary geoarchaeological research group was formed, which pushed ahead the established boundaries of the discipline, especially within the context of southern Spanish Prehistory. Throughout his academic and professional career, Professor Vallespí Pérez held numerous positions in expert commissions and advisory committees coordinating and supervising scientific and heritage policies. In 1971 and 1973 he was a member of the organizing committee of the Basque Anthropology Weeks; between 1973 and 1975 he was a member of the Excavations and Archaeology Commission, of the Diputación de Navarra. Between 1981 and 1983 he was a member of the Permanent Seminar on the History of Andalusia of the then incipient Andalusian regional government. Between 1985 and 1991, he also acted as a member of the Archaeology Advisory Commission of the Andalusian regional government. Between 1986 and 1987 he was a member of the Advisory Commission on Archaeology, Palaeontology and Ethnography of the Ministry of Education and Science of the Castilla-La Mancha regional government. Since 1987, he was a member of the Editorial Committee of Cuaternario y Geomorfología, the journal of the Spanish Association for the Study of the Quaternary (AEQUA) and the Spanish Society of Geomorphology. In 1992 he became the first chief editor of Spal, the newly created journal of Prehistory and Archaeology of the University of Seville, a personal project in whose creation he invested a great deal of effort and enthusiasm. Beyond the fruits of his long and rich academic career, Don Enrique left, to all of us who were fortunate enough to meet him in person and work with him, a unique legacy: the enriching experience of having known him. Don Enrique was a person of extraordinary kindness, generosity and tolerance, a great conversationalist and lover of debating, a pleasure that he often enjoyed in the famous El Rinconcillo bar with writers, intellectuals and scientists from Seville who, like himself, loved the arts of dialogue and conversation. A man of deep intellectual roots, he was an avid reader of philosophy, history, essay, narrative or poetry books. I can attest, from personal experience, that attending his classes was often an intoxicating experience, given the richness and scope of the intellectual references that he integrated into his teaching on Prehistory. Don Enrique was also a progressive man of profound personal integrity, strongly committed to the higher values of professional honesty, which caused him various types of problems, particularly in the decades of Franco’s dictatorship, as well as a passionate defender of freedom of thought and speech, of social justice and equity, and of the role of science and knowledge as bases for a better world. He was also a great football fan, an ever-present topic of conversation between us. The passing of Don Enrique’s leaves a huge feeling of loss in all of us, former students, department and research group colleagues and friends. We will forever miss his enormous humanity, the generous amplitude of his spirit and the inspiring power of his work. |
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Leonardo García Sanjuán Sevilla, diciembre de 2021 |
Leonardo García Sanjuán Seville, December 2021 |