La obra que presentamos se trata de una necesaria monografía acerca de uno de los monumentos funerarios más originales de Andalucía, la necrópolis rupestre de Osuna, más conocida como “Las Cuevas”, un libro cuya verdadera importancia no es tanto su magnífica erudición y ejemplar análisis histórico-arqueológico, sino el constituir una herramienta indispensable para la valorización social de este elemento patrimonial de primer orden.
Estructurado en ocho interesantes capítulos, en el primero de ellos se realiza una correcta caracterización geográfica y geológica del entorno de Las Cuevas, esencial para abordar el análisis histórico, y que se muestra como absolutamente determinante en la localización y configuración de los espacios funerarios.
El segundo capítulo, es una muestra evidente del profundo conocimiento que poseen los autores de la Historia de Osuna, obsequiándonos con una exhaustiva recopilación de todos los documentos (escritos y audiovisuales) que existen sobre el tema tratado, en muchos casos, obras locales de muy difícil localización y acceso; todo lo cual da cuenta del buen hacer de estos investigadores.
En cuanto al tercer apartado del libro, complemento del anterior, supone la reunión de la documentación gráfica y fotográfica antigua de Las Cuevas, que de esta manera permite un análisis conjunto y nos ofrece una imagen muy dinámica del deterioro progresivo de la necrópolis hipogea ursaonense hasta nuestros días, fundamental a la hora de evaluar los efectos negativos del paso del tiempo (junto a la dañina acción antrópica) sobre el patrimonio, así como obtener información esencial para acometer posibles reintegraciones patrimoniales en un futuro.
El análisis de la articulación de Las Cuevas en el territorio es el leitmotiv del cuarto capítulo, en el cual se relacionan a éstas con el resto de elementos naturales y/o antrópicos que componen el mismo, así como la catalogación y descripción pormenorizada de cada uno de los ambientes funerarios que forman el complejo necropolar.
Continúa la obra con un capítulo dedicado a los elementos de cultura material hallados en Las Cuevas, agrupándolos en dos subapartados; uno, dedicado a las abundantes muestras epigráficas recuperadas de los espacios rupestres, y otro, centrado en los depósitos funerarios, no siempre asociados a las tumbas, pero que muestran claramente la antigüedad y continuidad en el uso de las estructuras mortuorias de cada una de las cuevas.
El sexto capítulo ofrece las conclusiones a las que llegan sus investigadores a partir del completo estudio realizado, que les permite caracterizar perfectamente el conjunto funerario de Las Cuevas desde el punto de vista histórico, cultural y cronológico. Asimismo, inciden de manera especial en conjugar la investigación histórico-arqueológica con la rentabilización social, con el objetivo final de sensibilizar a la ciudadanía frente a este elemento patrimonial, que debe ser protegido y respetado como parte de nuestra identidad social y cultural.
Finalmente, los dos últimos apartados en los que se organiza la obra ofrecen un apéndice documental con los textos de los investigadores franceses que trabajaron en Osuna, en su lengua original, con el fin de no distorsionar el sentido de los mismos, así como la indispensable y exhaustiva recopilación bibliográfica que soporta y fundamenta cualquier obra científica.
Se podría resumir que las Cuevas de Osuna son estructuras funerarias complejas, excavadas en la roca, con unos probables orígenes prehistóricos, pero que, gracias a su fuerte arraigo en los posteriores pobladores, se desarrolló a lo largo del tiempo, dando lugar a un amplio espectro temporal de utilización y reutilización de los hipogeos rupestres ursaonenses, así como a la a la multiplicación de formas en dichas estructuras. Quizás se observa en la obra un excesivo interés en retrotraer en el tiempo el origen de muchas de estas cuevas, forzando ligeramente algunos datos arqueológicos con el fin de justificar lo que más me parece una intuición o deseo de los autores: considerar como una tradición que arranca en tiempos prehistóricos a la construcción y uso funerario de las cuevas de la zona de Osuna, si bien este es un hecho que sólo se puede discutir para la llamada Cueva Prehistórica, algo alejada del complejo funerario rupestre principal, el de la Vereda de Granada, y que presenta suficientes alteraciones postprehistóricas para hacer que sea ciertamente difícil adscribirla, con seguridad, a dicho periodo.
Especial dedicación consagran los autores a la situación patrimonial y la rentabilización social del conjunto monumental funerario, el cual está sufriendo una destrucción paulatina y escandalosa, a pesar de estar, paradójicamente y para sonrojo de las autoridades competentes, amparado por uno de los niveles de protección más altos de los existentes en Andalucía, ya que pertenece al BIC de la Zona Arqueológica de Urso; no obstante, ello no ha comportado ninguna política patrimonial preventiva y de conservación monumental en este hito, sin parangón equiparable en el Mediterráneo Occidental, que suponen Las Cuevas de Osuna.
Estamos, por tanto, antes un estudio muy completo, fruto de una investigación rigurosa y magníficamente documentada, con aportaciones de indudable interés y novedad, que constituye un ejemplo excelente de lo que se puede conseguir con los estudios locales, fundamentales para exponer cuestiones metodológicas y proponer discusiones a escalas más globales. Además, se trata, sin duda, del mejor planteamiento explicativo desarrollado hasta hoy día de la necrópolis rupestre de Osuna, la cual alberga todavía, y a pesar de la dinámica destructiva en la que se ve inmersa, un enorme potencial como fuente de información acerca del mundo funerario bético, desde época iberorromana hasta tardorromana.
Julio M. Román Punzón
Universidad de Granada