Victor S. Gonçalves y Ana Catarina Sousa. Casas Novas, numa curva do Sorraia (no 6º milénio a.n.e. e a seguir). Estudos & Memorias 11, Centro de Arqueologia da Universidade de Lisboa. Faculdade de Letras da Universidade da Lisboa, 2018, ISBN 978-989-99146-6-7, 279p.

Las problemáticas asociadas al proceso de neolitización están siendo tratadas de manera muy extensa en la bibliografía de los últimos años, tanto en la península ibérica como en Europa en general. En ese sentido, el territorio portugués no ha quedado al margen de esta dinámica, produciendo un gran número de artículos en publicaciones indexadas, en congresos y de monografías arqueológicas. Esta última modalidad es digna de apreciar, pues cada vez se prodigan menos en el panorama general.

Esta monografía representa un jalón más en un largo camino iniciado ya hace casi 50 años por Jean Guilaine y Octavio da Veiga Ferreira (1970). Esos primeros datos, si bien representaron un antes y un después para analizar el proceso de neolitización en Portugal, se basaban en materiales con escaso o nulo contexto arqueológico. Por suerte y gracias a una gran labor de los neolitistas portugueses, esa dinámica ha cambiado, y mucho.

Los coordinadores de este trabajo, V.S. Gonçalves y A.C. Sousa, vienen de un largo currículo que les ha enfrentado sobre todo con contextos calcolíticos, aunque han excavado y publicado numerosos contextos anteriores, y también posteriores. En este caso, la excavación de Casas Novas se integra dentro de un ambicioso proyecto, ANSOR, de prospecciones e intervenciones en la cuenca del río Sorraia. Este tuvo un primer periodo de vigencia a inicios de la década de los 80 del siglo XX, para tener una mayor intensidad entre 2008 hasta 2015. Dos trabajos preliminares fueron recientemente publicados, uno sobre los materiales descontextualizados (Gonçalves 2009) y otro sobre los resultados preliminares de las dos campañas realizadas en el yacimiento (Gonçalves y Sousa 2015).

La presente obra está estructura en grandes bloques temáticos que organizan de manera adecuada la información presentada. Se inicia con dos capítulos de contexto de la localización del yacimiento y su contexto geomorfológico. Este es un aspecto crucial para entender el problema que tienen numerosos yacimientos de la región, incluido Casas Novas, respecto a la no conservación de materiales orgánicos o, al menos, a su mala conservación. Un segundo bloque se orienta hacia las problemáticas y estrategias de intervención del yacimiento. Uno de los puntos más interesantes es la realización de prospección geofísica (ante la dificultad de elegir las zonas de sondeo por la gran extensión donde afloraba material arqueológico). Esta técnica, poco utilizada en yacimientos del primer Neolítico, permitió documentar numerosas anomalías que, inicialmente, fueron interpretadas como estructuras de combustión y como posibles cabañas. Los sondeos arqueológicos posteriores permitieron determinar que, en efecto, los hogares estaban presentes, mientras que las cabañas eran en realidad zonas con sedimentos endurecidos alrededor de los primeros. Se completa el bloque con una explicación no muy extensa sobre el desarrollo general de las dos campañas arqueológicas de 2010 y de 2011.

Esta relativa falta de detalle se compensa totalmente a partir del tercer bloque, donde se analizan, por campañas, los diferentes niveles y estructuras documentados en cada sondeo. El aparejo gráfico que acompaña el capítulo, sobre todo aquel referido a las fotografías, es de una alta calidad y son muy representativas de un contexto geomorfológico particular del que no tenemos ejemplos en el lado oriental de la península. En cambio, algunas de las plantas y secciones de sondeos no lo son tanto y podrían haber sido obviadas o fusionadas para conseguir un menor número de figuras.

Se concluye este bloque con dos capítulos sobre las fases del yacimiento, donde se resumen la tipología de las estructuras (estructuras de combustión, fosas de deyección y posibles estructuras positivas con bloques) y los materiales. Por su parte, la lectura del uso-relación entre niveles queda algo más diluida al no presentarse proyecciones de material en asociación a secciones con estructuras o en plantas, para determinar zonas de uso o intensidad de ocupación.

El bloque 4 es uno de los más extensos de la monografía, con cerca de 80 páginas dedicadas al estudio tradicional y pormenorizado de los materiales arqueológicos, básicamente la industria lítica y la cerámica. Ambos conjuntos son de gran interés, aunque la colección del yacimiento es relativamente reducida (sobre todo la cerámica).

Acerca de la industria lítica, se considera que el sílex es exógeno al territorio inmediato y/o próximo, factor que deberá certificarse con el futuro trabajo de caracterización petrológica del conjunto de Casas Novas. La mayor parte del material carece de córtex, lo que hace proponer a los autores que este llegaría ya en núcleos configurados. Aparte de este primer paso de la cadena operativa, el resto de acciones técnicas sí parecen producirse en Casas Novas a partir del gran número de núcleos, restos de talla, tabletas de avivamiento, crestas, etc. La contextualización general de los conjuntos de transición mesolítico/neolítico es muy completa y se recurre a ella constantemente para ir comparando el conjunto analizado con el de otros yacimientos del centro y sur de Portugal. Sobre la industria retocada, realizada mayoritariamente sobre lámina, la colección es relativamente numerosa y predominan por su significación los geométricos (trapecios sobre todo), entre los que están ausentes los triángulos. Esta industria puede verse representada en todas sus categorías en quince figuras.

Aunque mucho menor en cuanto a cantidad, también es interesante el conjunto de elementos macrolíticos de Casas Novas, realizados sobre granito y sobre rocas metamórficas. En este se documentaría partes activas y pasivas de molinos y preformas de hachas/azuelas.

El estudio cerámico es igualmente completo. La colección no es demasiado extensa y, tal como sucede en otros yacimientos al aire libre de hábitat estricto, se encuentra muy fragmentada; ello ha impedido profundizar tanto en la morfología y tamaño de los recipientes como en sus composiciones decorativas. En ese sentido es interesante resaltar el alto porcentaje de fragmentos decorados, casi la mitad del registro (cerca de 100 fragmentos), lo que contrasta con otras colecciones peninsulares. La mayor parte del conjunto cuenta con cerámicas impresas (cardial, boquique, impresiones diversas), aunque el grupo de decoraciones incisas es también relevante, mientras que la almagra y las composiciones mixtas son anecdóticas. El conjunto es bastante heterogéneo en cuanto a sus técnicas decorativas, por lo que sería interesante haber presentado la localización espacial del material y su relación con los niveles, estructuras y muestras datadas. Sin embargo, se considera como una unidad asociada a la ocupación más antigua del yacimiento y, en ese marco, se incide de manera profunda y actualizada en la contextualización de este conjunto cerámico en el marco del proceso de neolitización de Portugal, enmarcándolo en las últimas teorías del oeste Mediterráneo. Además de la importancia de restos cardiales, se incide bastante en la presencia de decoraciones de punto-y-raya (boquique) y su combinación puntual con la técnica cardial, así como en su contextualización. Según los autores, a partir de ciertos paralelismos con dataciones, esta combinación sería un indicador de la antigüedad del registro de Casas Novas. Sin embargo, la presencia muy importante de otro tipo de decoraciones impresas (instrumento, uña, etc.), incisiones y acanalados dan la imagen de un registro más reciente, tal y como se puede advertir en numerosos yacimientos portugueses.

Hay que destacar de este bloque que la documentación gráfica es de muy buena calidad (sobre todo la fotográfica) y está representada en un número abundante.

El bloque 5 es uno de los puntos que despiertan mayor interés de esta monografía, puesto que cuatro hechos han sido referidos frecuentemente en este trabajo: la antigüedad del yacimiento, la mala conservación de la materia orgánica en el mismo, la naturaleza arenosa del contexto y la presencia de puntuales perturbaciones estratigráficas (trabajos agrarios, raíces, etc.).

Para Casas Novas se obtuvo un total de ocho dataciones radiocarbónicas de muestras tomadas en la campaña de 2011. En la anterior se documentó un tramo arqueológico más rico y representativo, pero los restos orgánicos estaban muy alterados (pulverizados). Las muestras (carbones, que no pudieron ser determinados a nivel taxonómico) estaban asociadas a estructuras de combustión, aunque no necesariamente en su interior como se desprende de la explicación de los resultados radiocarbónicos obtenidos. La numeración correlativa del laboratorio Beta Analytic permite deducir que fueron enviadas cuatro muestras en dos tandas diferentes. En la primera se obtuvieron dataciones del Neolítico final, Edad del Bronce y Edad del Hierro. En la segunda, nuevamente resultados del Bronce y el Hierro y, por fin, del Neolítico antiguo (procedente de una fosa que está contextualizada con cerámicas incisas y a la almagra). Esta datación proporcionó un resultado relativamente elevado en el contexto de Portugal (Vale Pincel aparte) y la neolitización peninsular, aunque queda bien enmarcada en el grupo de fechas más antiguas sobre muestras de vida corta del complejo impresso-cardial (Mas d’Is, Guixeres de Vilobí). El resto de dataciones son de difícil adscripción debido a la falta de material del Neolítico final, Bronce o Hierro en Casas Novas.

La escasez de restos orgánicos para su datación es un problema en cualquier yacimiento y más cuando se trata de determinar el inicio de las primeras fases del Neolítico. En estos casos, donde se prioriza la datación de muestras domésticas de vida corta (tal como también se avisa en esta obra), los resultados pueden ser problemáticos o incluso controvertidos. En el caso que nos ocupa, la asociación de la fecha neolítica con un conjunto material que podríamos considerar tardío dentro del Neolítico antiguo (cerámicas con incisiones, acanalados y almagra) puede ser un problema para asociarla con el registro cardial. Sin embargo, a falta de más y mejor material datable es natural su uso y asociación. Su punto más favorable en el marco de este debate es, sin duda, la relativa abundancia (a escala de Portugal) de restos cardiales, que lo diferencia de otros yacimientos con fechas antiguas (p.ej. Vale Pincel, Soares et al. 2016). El problema de conservación de los biomateriales por culpa del medio arenoso es algo insalvable y que dificulta una mejor calidad de dataciones en algunos territorios peninsulares. Es un hecho lamentable puesto que no existen muchos yacimientos al aire libre como Casas Novas, donde se hayan excavado más de 400 m2 y donde se articule un nivel de ocupación y estructuras negativas asociadas.

Después de hacer una correlación con los yacimientos más antiguos de Portugal del Neolítico antiguo, se hace lo mismo, de manera más resumida, con las otras “ocupaciones” detectadas por las dataciones, el Neolítico final y las edades del Bronce y del Hierro. Ello se realiza mediante una adecuada y homogénea cartografía y los escasos materiales asociados a estos momentos. Quizá no sería necesaria esta parte del trabajo puesto que no existen estructuras ni estratigrafía asociadas a estas fases, solamente dataciones de las que no se puede determinar el origen, más allá de un problema tafonómico.

El bloque seis es un pequeño capítulo donde se resumen los resultados de manera relativamente escueta pero completa y donde se incluyen, también de manera breve, los resultados de los estudios específicos que se presentan en un bloque posterior. Quizá, la inclusión de esos informes en un apartado anterior y un resumen final donde se utilizaran más datos ya presentados, hubiese proporcionado mayores herramientas al lector para interpretar los resultados generales de la excavación.

Por último, la obra presenta cuatro estudios anexos a modo de apéndices, que de manera tangencial y/o puntual ya han sido expuestos durante los bloques anteriores pero que, en nuestra opinión, podrían haber sido más integrados en las discusiones generales del yacimiento y la cultura material, puesto que presentan datos interesantes y útiles. El estudio traceológico (por J. F. Gibaja) detectó el uso generalizado de los geométricos como proyectiles (tanto en forma de filo transversal como de modo apuntado) y el de las láminas para el trabajo sobre plantas no leñosas. No se pudo definir si estas podrían corresponder al corte de cereal, factor que sería interesante para compensar de manera indirecta la falta de restos carpológicos. El estudio arqueométrico de la cerámica (realizado por N. Inácio) identificó el uso de la chamota (tan significada con las producciones cardiales) solamente en dos de las muestras, en un fragmento con cordón y en uno con una lengüeta y, en general, el uso de arcillas locales y regionales para la fabricación de las cerámicas de Casas Novas. Por su parte, la pasta blanca que rellenaba la impresión de un fragmento cerámico del yacimiento era básicamente hueso (estudio realizado por C.P. Odriozola), algo que la asemeja con una tradición arraigada al sur del río Tajo. Sin embargo, los ejemplos disponibles a los que compararse son de un amplio abanico cronológico (Neolítico hasta Edad del Bronce), por lo que es difícil determinar la importancia de esta tradición. Por último, el estudio realizado sobre las improntas vegetales en los fragmentos de barro cocido (estudio de H.P. Stika) ha permitido identificar la existencia de restos de trigo y cebada, que junto con los elementos de molienda y la posibilidad que algunas láminas hubiesen sido utilizadas para la siega, demostraría que la agricultura estaba perfectamente asentada desde los primeros momentos del Neolítico.

Esta monografía es el resultado de un buen trabajo de campo no exento, ni mucho menos, de dificultades, y de un intenso trabajo posterior de análisis de restos y de estructuras y niveles arqueológicos. Presenta una magnífica calidad de registro fotográfico (tanto de campo como de cultura material) y no se escatiman las plantas y las secciones. A su vez, las referencias y los paralelos están hechos a partir de trabajos clásicos y también recientes. Todo ello hecho por parte de un grupo muy dinámico que trabaja en diferentes yacimientos y cronologías de la prehistoria holocena y en un escenario mayor, el portugués, de gran producción en las últimas décadas.

F. Xavier Oms Arias

SERP, Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques

Secció de Prehistòria i Arqueologia

Universitat de Barcelona

Correo-e: oms@ub.edu

https://orcid.org/0000-0002-1642-548X

Researcher ID: <https://publons.com/researcher/E-5156-2015>.

REFERENCIAS

Gonçalves, V. S. (2009): “Um sítio do Neolítico antiguo no vale do Sorraia: Casas Novas (Coruche). Uma primeira noticia”. Revista Portuguesa de Arqueologia 12.2: 5-30.

Gonçalves, V. S. y Sousa, A. C. (2015): “O sitio do neolítico antigo de Casas Novas (Coruche). Leituras preliminares”, en V.S. Gonçalves, M. Diniz y A.C. Sousa (eds.), Actas del 5.º Congresso do Neolítico Peninsular: 236-255. Lisboa (2011), Lisboa, UNIARQ.

Guilaine, J. y Ferreira, O. V. (1970): “Le Néolithique ancien au Portugal”. Bulletin de la Société Préhistorique Française 67.1: 304-322.

Soares, J.; Mazzuco, N. y Clemente-Conte, I. (2016): “The first farming communities in the Southwest European Coast: a traceological approach to the lithic assemblage of Vale Pincel I”. Journal of Anthropological Archaeology 41: 246–262.