Proyecto, Progreso, Arquitectura. N31 (2024) Arquitecturas para la industria Noviembre 2024 ISSN 2171–6897 / ISSNe 2173–1616 © 2024. E. Universidad de Sevilla. Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0 International (CC BY-NC-SA 4.0) |
José Ramón Sola Alonso 0000-0001-9560-9043
Persona de contacto / Corresponding author: joseramon.sola@uva.es. Universidad de Valladolid. España.
Cristina Pérez Valdés 0000-0002-5344-2529
Recepción: 29-04-2024. Aceptación: 12-09-2024
Cómo citar:
SOLA ALONSO, José Ramón y PÉREZ VALDÉS, Cristina. El templo de la Houille Blanche de Lagarde en la Presa de Ricobayo. En: Proyecto, Progreso, Arquitectura. Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla, noviembre 2024, nº 31 Arquitecturas para la industria, pp. 76-95. https://dx.doi.org/10.12795/ppa.2024.i31.04
RESUMEN Entre 1929 y 1934 se construye en España el Salto del Esla, conocido como la Presa de Ricobayo. Realizada exclusivamente por ingenieros es la mayor presa de Europa del momento. El objetivo es reconocer la posible colaboración de arquitectos, que excepcionalmente se produce en otros casos antes de la guerra civil. Para ello se procede a la investigación documental en archivos, revistas y publicaciones. El resultado es sorprendente, pues en 1940, cuando la presa está en pleno rendimiento, Lagarde realiza el Proyecto de Decoración de la central hidroeléctrica del Esla. Es un documento inédito que demuestra la participación de un arquitecto en la Presa de Ricobayo siguiendo las corrientes europeas. Lagarde no propone ornamentar las formas construidas del edificio industrial existente, sino estructurar su tectónica utilizando la expresividad de sus soluciones estructurales y materiales, humanizando su naturaleza mecánica. Con el protagonismo de la luz como elemento arquitectónico, natural y artificial generada por la energía hidroeléctrica, construye un complejo sistema de relaciones materiales, formales y simbólicas. Recrea una nueva espacialidad sensible evocando la analogía de los templos e incorporando la emoción a la experiencia espacial del su recorrido interior y exterior. Lagarde proyecta un Templo de la Houille Blanche, mostrando una actitud netamente vanguardista. PALABRAS CLAVE Arquitectura industrial; patrimonio cultural, Movimiento Moderno; GATEPAC, Machimbarrena; pantanos. |
SUMMARY Between 1929 and 1934 the Salto del Esla, known as the Ricobayo Dam, was built in Spain. Built exclusively by engineers, it was the largest dam in Europe at the time. The objective is to recognise the possible collaboration of architects, which occurred exceptionally in other cases before the civil war. For this purpose, documentary research was carried out in archives, magazines and publications. The result is surprising, because in 1940, when the dam was at full capacity, Lagarde carried out the Decoration Project of the Esla hydroelectric power plant. It is an unpublished document that demonstrates the participation of an architect in the Ricobayo Dam following European trends. Lagarde did not propose to embellish the constructed forms of the existing industrial building, but instead to structure its tectonics by using the expressiveness of its structural and material solutions, humanising its mechanical nature. With the prominence of light as an architectural, natural and artificial element generated by hydroelectric power, a complex system of material, formal and symbolic relationships is built. It recreates a new sensitive spatiality by evoking the analogy of temples and incorporating emotion into the spatial experience of its interior and exterior. Lagarde planned a Temple of Houille Blanche, showing a distinctly avant-garde attitude. KEYWORDS industrial architecture; cultural heritage, Modern Movement; GATEPAC, Machimbarrena; dam. |
En 1940 la sociedad Saltos del Duero encarga al ingeniero y miembro del Consejo de Administración Vicente Machimbarrena la redacción de una monografía sobre José Orbegozo Goróstegui, fundador y primer director general de la empresa, fallecido en enero de 1939 en Kreuzlingen (Suiza). Orbegozo es el ingeniero responsable del desarrollo de los Saltos del Duero, cuyos recursos energéticos protagonizan el sistema eléctrico español hasta el último cuarto del siglo XX.
La iniciativa comienza en 1903 con estudios sobre el Duero y sus tributarios Esla, Tormes y Huebra. Quince años después se constituye la Sociedad Hispano-Portuguesa de Transportes Eléctricos y el mismo día el Consorcio Saltos del Duero, denominación que presta su nombre al conjunto de aprovechamientos hidroeléctricos de su cuenca en el tramo español y fronterizo de Zamora y Salamanca con Portugal, ubicados en los parques naturales de los Arribes del Duero (España) y Douro Internacional (Portugal). El Esla afluye por la derecha del Duero antes de llegar a la frontera lusa y su bravura estacional labra un espectacular cañón en forma de V, con paredes verticales que lo encaja entre rocas ígneas por su margen derecha y metamórficas paleozoicas por la izquierda, anunciando el extraordinario paisaje de los Arribes aguas abajo.
Desde 1918 Orbegozo dirige las acciones técnicas, administrativas y económicas sobre el Duero. En 1926 alcanzan la concesión administrativa de sus aprovechamientos de agua y entre otros, “del río Esla, con embalse y Central de pie de presa, en Ricobayo”[1].
El Salto del Esla, llamado Presa o Salto de Ricobayo, es el primero de los cinco que forman el “conjunto” del proyecto hidrológico Saltos del Duero, denominación que utiliza Orbegozo al presentarlo internacionalmente en la First World Power Conference de Londres en 1924[2].
En 1927 redacta el Proyecto de Aprovechamiento de Aguas del río Esla (Zamora) y una modificación posterior en 1931[3]. Las obras comienzan en 1929 y terminan a finales de 1934, colaborando, entre otros, los ingenieros Machimbarrena, Rubio, Martínez Artola, De Nó y Ríos[4]. Ricobayo es una presa de gravedad con un muro de hormigón de 240 m de longitud de cuerda de coronación, 90 m de altura y Casa de Máquinas a sus pies. Una lámina de agua de casi 6000 ha con 100 km de longitud y 350 km de costa, convierten la presa en 1934 en la de mayor volumen de agua embalsada de Europa con aproximadamente 1150 hm3 y una “de las más grandes obras hidráulicas del mundo; quizás única en sus características”[5].
La concesión y construcción de la Presa de Ricobayo es anterior al importante Boulder Canyon Project (1931-1936), renombrada Presa Hoover en 1947. Situada en el río Colorado entre los estados de Nevada y Arizona y con la diferencia de su escala, las similitudes formales, técnicas y de equipamiento resultan provocadoras. A esta circunstancia hay que añadir la participación posterior, con el proyecto técnico de los ingenieros desarrollado, del arquitecto de origen británico Gordon B. Kaufmann en 1931 quien rediseña los exteriores e interiores, aplicando un cualificado estilo Art Déco[6].
El lugar no puede resultar más provocador (figura 1) a una inteligencia humana que desde principios del siglo XX deposita su confianza en el progreso de la industria como motor del desarrollo social. En este contexto, la electricidad y su abaratamiento como recurso energético es la garantía de un futuro exitoso. La búsqueda del bienestar social resulta sinónimo de modernidad y el abrumador empirismo que la procura, opaca la dimensión creativa que no es excluyente de la racional, sino responsable de su expresión artística. Es el momento de los progresos científicos y una electricidad que busca su rentabilidad en la energía hidroeléctrica, la Houille Blanche francesa[7], frente al combustible mineral negro, el carbón.
Eduardo de Lagarde Aramburu[8] nace en Toledo en 1883 y tras iniciar la carrera militar es arquitecto desde 1910. Sus diferentes destinos le permiten viajar en 1920 y 1921 por Francia, Bélgica e Inglaterra, vinculado a los estudios de Educación Física, asistiendo a las Olimpiadas de Amberes.
Retirado de su actividad militar en 1926 e instalado definitivamente en San Sebastián, se encuentra con una urbe en pleno progreso. Convertida en ciudad balneario, la playa de la Concha es el centro especializado de recreo y veraneo de reyes, aristócratas y la alta burguesía. Este escenario social de élite exige nuevos espacios de esparcimiento, origen de una nutrida actividad cultural. Con la fuerte influencia internacional llega una arquitectura especulativa y recreativa de escala diferente[9] con un lenguaje ideologizado de doble respuesta ante la funcionalidad y representatividad[10]. Las formulaciones eclécticas afrancesadas con estilos Segundo Imperio o Beaux Arts, empiezan a cuestionarse ante los nuevos estímulos del Movimiento Moderno. Dos edificios simbolizan esta arquitectura extendida a lo largo de medio siglo. El Gran Casino (1882) de Aladrén y Morales de los Ríos inicia el camino de una ciudad que encuentra en el juego, ocio y salud en el escenario idóneo de libertad cultural y estética, y el Club Náutico (1929) de Aizpurua y Labayen, quintaesencia[11] del racionalismo español y expresión del incipiente Movimiento Moderno que busca la transformación del sistema de relaciones entre el hombre y su entorno.
Lagarde ejemplifica el “cambio de época […], una labor amalgamadora en la suma de arquitectura, artes aplicadas y los nuevos medios”[12]. Incorporado a la vida social, despliega una polifacética habilidad de arquitecto, pintor, cartelista, dibujante, ilustrador y humorista gráfico, comenzando a destacar en una ciudad donde prima la vida social y cultural. Participa activamente en publicaciones, exposiciones y acciones divulgativas como cartelista o en actos sociales, llegando a decorar espacios públicos en teatros, salones de baile o incluso en la plaza de toros, todo ello con artistas como Zuloaga, Martiarena, Kaperotxipi, Olasagasti, Artia, Arrue, TxiKI, Martín o el arquitecto Alday Uranga.
Su actividad arquitectónica sostiene la misma intensidad. El escenario urbano representa un agotado manual poético de registros formales del lenguaje eclecticista internacional, pero también nuevas actitudes de modernidad que animan las visitas de Le Corbusier o Gropius, alimentando el debate abierto entre lo popular y tradicional. Lagarde forma parte de esa “generación de ruptura”[13] o “generación dispersa”[14] que menciona Carlos Flores al referir la del 25 que desembocaría enseguida en la vanguardia del GATEPAC, formando parte del Grupo Norte o vasco en 1931 y siendo redactor de su revista AC Documentos de Actividad Contemporánea en 1934.
Tradición y modernidad que traduce en su actividad arquitectónica[15], contrastando su ecléctico regionalismo, frente a los concursos que desarrolla en colaboración con miembros del GATEPAC. En 1932 participa con dos propuestas en el Grupo Escolar Tomás Meaba de Bilbao;1933 con Aizpurúa, Labayen y Sánchez Arcas en el Hospital de San Sebastián; 1934 con Aizpurúa en el Hogar Escuela de Huérfanos de Correos de Madrid o el edificio que proyecta también con él en 1935 de viviendas de alquiler en Fuenterrabía[16].
Su estudio de arquitectura y pintura se convierte en sala de exposiciones, llegando a ser un importante centro artístico de la ciudad, como demuestra la visita que la Reina Madre realiza a una exposición de Kaperotxipi en 1928.
En 1934 es fundador y rector de la sociedad Gastronómico-cultural GU junto con Aizpurúa, Olasagasti, Ribera, Tellaeche y Cabanas. Se trata de un singular lugar de encuentro y vanguardia de la sociedad cultural donostiarra, independientemente de posiciones ideológicas, donde estuvieron, entre otros muchos, Picasso, Giménez Caballero, Víctor d’Ors, Virginia Collis, Rezola, Sacha, Sánchez Mazas, García Lorca, Giménez Caballero, J. Antonio Primo de Rivera, Benjamín Jarnés, Max Aub, Sáinz de la Maza, Tellería, Celaya, etc.
Después de la guerra civil se involucra en la recuperación del patrimonio de Toledo al ser nombrado jefe del Servicio Militar de Recuperación Artística, conservador del Alcázar y representante de la Dirección General de Regiones Devastadas. En 1950 fallece tras un accidente de tráfico.
En 1940 Lagarde realiza el Proyecto de Decoración de la central hidroeléctrica del Esla[17]. Se trata de un documento inédito formado exclusivamente por 7 planos y 5 vistas, pero sin memoria, por lo que es posible que se tratara de una propuesta de intervención. Sin embargo, revela por primera vez la participación de un arquitecto en la Presa de Ricobayo, desarrollada hasta ese momento exclusivamente por los ingenieros referidos.
Con anterioridad a Ricobayo la colaboración de arquitectos con ingenieros en España desde 1900 se circunscribe a los proyectos de Vicente Lampérez, Manuel Ruiz Senén, Antonio Palacios y su discípulo Casto Fernández Shaw[18]. Lampérez participa con la Sociedad Hidráulica Santillana, S.A. y Mengemor[19] en la presa de Santillana (1906-1908, Madrid) interviniendo en la coronación y torre de toma de agua con un marcado carácter regionalista. Ruiz Senén coopera con el ingeniero Luis de la Peña en la Central Hidroeléctrica de Bolarque (1907-1910, Guadalajara). Palacios colabora con Mengemor en Andalucía y Galicia, participando en la Central Hidroeléctrica de Mengíbar (1913-1916, Jaén) junto a Joaquín Otamendi Machimbarrena[20] y el ingeniero Mendoza. Con un lenguaje industrial articula la composición arquitectónica de fachadas mediante grandes huecos verticales, potencia de pilastras y esquinas y una cornisa que oculta la cubierta, resuelto con sillares de piedra y entrepaños de mampostería concertada. Posteriormente contribuye con la mercantil Sociedad Gallega de Electricidad en la Central Hidroeléctrica de Tambre y el ingeniero Luciano Yordi (1924-1927, A Coruña). Una central exenta interpreta la arquitectura vernácula de la zona, sosteniendo un historicismo regionalista con el material granítico del lugar.
Fernández Shaw continúa el camino abierto por su maestro con Mengemor en dos períodos claros. Por un lado, la presa y central hidroeléctrica El Salto en los municipios de El Carpio y Pedro Abad (1920-1922, Córdoba), con los ingenieros Carlos Mendoza y Antonio del Águila y el escultor Juan Cristóbal. Construida con formulaciones historicistas muestra una nítida influencia andaluza y mudéjar. Según Sobrino el ingeniero Mendoza reconoce a Fernández Shaw como “un arquitecto que proyectaba presas”[21], tras ver su proyecto premiado de Monumento al Triunfo de la Civilización (1918) en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1920, siendo este el origen de su participación en los proyectos hidráulicos. La obra obtiene la medalla de Oro en la Sección de Arquitectura de la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas de París en 1925, declarándose Bien de Interés Cultural en 2003[22]. Por otro lado, los saltos de La Lancha, Encinarejo y Alcalá del Río. La primera es conocida como el Salto del Jándula en Andújar (1927-1930, Jaén). Es una presa de gravedad de hormigón revestida con sillares de granito, en planta curva y central a sus pies incorporada en la fábrica del muro, alcanzando un intenso expresionismo de formas orgánicas y dinámicas[23]. El Encinarejo (1928-1930, Jaén) con central adosada a la presa, junto al estribo derecho. Alcalá del Río (1928-1930, Sevilla) es una presa móvil de ocho compuertas apoyadas sobre pilas y central hidroeléctrica con un equilibrado racionalismo historicista.
Tras estas primeras experiencias a partir de 1940 surge una mayor conciliación entre arquitectura e ingeniería. Ciencia y arte al servicio de la industria hidroeléctrica en los prolegómenos del desarrollismo español, ya anunciado por Casto Fernández Shaw ante las “nuevas formas de ingeniería arquitectónica”[24]. En 1930 conjuga una actitud diferente ante la emoción de lo vernáculo, los localismos regionales o la satisfacción del formalismo monumental, representada por Rucabado o Palacios como expresión de la auténtica arquitectura nacional[25]. Con un anhelante espíritu de modernidad trata de reencontrar, desde el debate arquitectónico, la reconciliación entre los valores de la “mancha blanca y horizontal del cortijo y la verticalidad ennegrecida del rascacielos”[26]. Un equilibrio entre el “tesoro de nuestra Arquitectura popular .. (y) las nuevas formas de la Arquitectura[27], que estimula la irrupción del Movimiento Moderno en la arquitectura española. Nuevas formas que ya anuncia Luis de Landecho en 1905 pues “por todas partes suena” la búsqueda de “formas nuevas” de esa “Arquitectura nueva”[28] o que se pregunta Anasagasti en 1914 ante cuales podrían ser las manifestaciones de las “nuevas formas”, de la “arquitectura moderna”[29], abogando por la colaboración entre arquitectos e ingenieros. A pesar de estos impulsos hay que esperar hasta 1951 para que la revista Nacional de Arquitectura declare, y con un técnico francés, el reconocimiento de la arquitectura industrial[30].
El año del proyecto de Lagarde, 1940, es significativo, pues inicia la andadura de una nueva dictadura que busca su ensalzamiento, la presa se encuentra en pleno funcionamiento y Machimbarrena, íntimo amigo de Orbegozo, realiza un homenaje con su monografía. Los tres son donostiarras, el primero por adopción, aunque su madre era guipuzcoana, en un territorio que practica una tecnocracia sumida en la endogamia propia del subdesarrollo español, nutriéndose principalmente de sus propios escenarios financieros, técnicos y culturales (figura 2).
Machimbarrena es una excepción en la ingeniería y defiende la necesaria “colaboración del arquitecto y el ingeniero, en tan íntima y estrecha conjunción que aparezcan como fundidos en una sola ideal personalidad”. Tras reflexionar sobre la profesión de la arquitectura responsabilizándole de la “decoración y la ornamentación”, aborda la necesidad de interdisciplinariedad profesional. Para avalar la opinión refiere los concursos de puentes de Bilbao en 1902 y San Sebastián en 1903, 1.er y 2.º premio respectivamente, con un equipo formado por el ingeniero Miguel Otamendi y los arquitectos Palacios y Joaquín Otamendi. El segundo consigue un 2.º premio en la Exposición General de Bellas Artes e Industrias Artísticas de 1904. Pero, también su participación indirecta en los proyectos de estaciones del ferrocarril del ingeniero Ruiz y López y Zuazo[31].
Este ingeniero pertenece a una familia de la élite tecnócrata vasca, sosteniendo bastante presencia en San Sebastián a pesar de residir en Madrid. Es razonable pensar que conoce el trabajo de Lagarde tanto en Donostia como en Toledo, pues en 1940 dicta la conferencia “Historias y leyendas toledanas: el milagro del Alcázar”[32] en Madrid, cuando el arquitecto es su conservador. Ante esta especulación resulta plausible suponer que Machimbarrena estimulara el encargo del Proyecto de Decoración, máxime con su declarada actitud ante la colaboración interdisciplinar, aunque la presente investigación no ha podido demostrarlo documentalmente (figura 3).
Las partes principales de la Presa de Ricobayo son el muro de gravedad, aliviadero y Casa de Máquinas, denominación genuina que adopta Orbegozo para definir el centro de generación de la energía hidroeléctrica, siendo el edificio más significativo del conjunto. Implantado originalmente de forma autónoma aguas abajo sobre la margen izquierda del Esla en 1927, una vez iniciadas las obras en 1929 se modifica en 1931 eliminando dos de las seis las turbinas Francis y disponiéndose paralelo al muro de la presa y sobre el cauce del río. (figura 4).
La Casa de Máquinas es un volumen exento en forma de L ejecutado en hormigón armado, cubierta ligera metálica y acceso por el sudeste, abrigado por la alargada sombra del imponente muro de hormigón de 90 m de altura que se encuentra al nordeste. El lado largo lo denominamos “Casa de Turbinas” como espacio diáfano de única altura y el corto “Casa de Administración”, dividida en tres plantas interiores de diferentes alturas.
El Proyecto de Decoración de la central hidroeléctrica del Esla de Lagarde se plantea principalmente en el interior de la “Casa de Turbinas”, alcanzado exteriormente al conjunto de la Casa de Máquinas. La documentación del proyecto de Orbegozo de 1931 sufre ligeras modificaciones durante su ejecución, por lo que centramos la descripción sobre el realmente terminado en 1934 (figuras 5, 6 y 7)([33].
La planta de la “Casa de Turbinas” es casi simétrica sobre su eje longitudinal, iluminando el interior mediante series de huecos, doce al sudoeste y catorce al nordeste. El espacio se clausura al sudeste de forma simétrica con tres huecos, el central de carruajes y dos laterales de iluminación y al noroeste de forma casi ciega con un único acceso peatonal. La “Casa de Administración” se adosa a la anterior mostrando su planta tres huecos en cada una de las orientaciones liberadas.
Las fachadas de la “Casa de Turbinas” muestran todos los huecos de iluminación de planta en forma de ventanales verticales e idénticos que arrancan del suelo (módulo a). Al sudoeste están enmarcados en un plano diferente en forma en L, como la planta del conjunto, compuesto por friso que recorre toda la longitud ocultando la cubierta inclinada y plano ciego vertical al noroeste. Al nordeste este marco es perfectamente simétrico. El alzado sudeste es simétrico y el hueco de paso se enmarca en plano retrasado y adintelado con la altura de los ventanales laterales que tienen la misma anchura de los longitudinales (módulo a), mientras el noroeste es casi ciego con la puerta indicada.
La “Casa de Administración” tiene tres fachadas horadadas por tres ventanales equivalentes a los anteriores, más estrechos (módulo b), pero con la misma altura. Al sudoeste los vanos son iguales entre sí, coronados superiormente por un único hueco horizontal corrido que recoge la anchura completa de los ventanales.
Estos tres ventanales tienen la misma anchura (módulo b), mientras al sudeste hay un vano central igual a la “Casa de Turbinas” (módulo a) y los laterales más estrechos (módulo b), señalados superiormente por tres huecos de proporción horizontal, marcando una firme simetría compositiva.
La sección transversal de la “Casa de Turbinas” permite identificar la naturaleza industrial del espacio existente. Así resulta posible reconocer los faldones de cubierta a dos aguas, cerchas que aguantan la techumbre, pilares anejos interiormente a las fachadas longitudinales que soportan las ménsulas del puente grúa, turbinas y un espacio de doble altura al sudoeste que permite el mantenimiento de las mismas.
En su conjunto la Casa de Máquinas distingue volumétricamente las dos actividades con diferentes alturas, potenciado su autonomía funcional y arquitectónica mediante la asignación de simetrías compositivas autónomas en cada uno de ellos. El edificio proyectado por un ingeniero como Orbegozo, conocedor de las experiencias industriales mundiales del momento, plantea una potente composición sensible a las corrientes racionalistas europeas de la arquitectura industrial. La investigación documental desarrollada no ha permitido identificar la posible participación de arquitectos en la definición de la Casa de Máquinas, pero su personalidad arquitectónica bien podría haberse adscrito a cualquier integrante del GATEPAC, o incluso el propio Lagarde del que formaba parte.
Cuatro son las características generales del escenario que se encuentra Lagarde en la Presa de Ricobayo. Primero, el espectáculo de un lugar cualificado por los caprichos de la naturaleza y la profunda trinchera granítica labrada por el Esla, que sobrecoge ante el contraste del intento del hombre de su control. Segundo, la presencia y solidez del muro que contiene el agua, proporcional a la inmensa potencia hidroeléctrica que le arranca y de la que solo hay conciencia en el espacio interior de la “Casa de Turbinas” que alberga las máquinas. Tercero, la extraordinaria calidad arquitectónica de la Casa de Máquinas deudora de un vanguardista Movimiento Moderno. Por último, su implantación a los pies de la Presa, sobre el Esla y con acceso desde el sudeste en la margen izquierda del río, cuya realidad y funcionalidad dificulta cualquier acción en relación al entorno inmediato.
Lagarde interpreta estas condiciones proponiendo una intervención que ensalza la actividad industrial hidroeléctrica. Para ello utiliza el elemento arquitectónico de la luz como materia intangible[34], en su doble condición de natural y artificial. La primera, luz del lugar confiada a la orientación geográfica y la potencia solar que cualifica las formas construidas de su arquitectura. La segunda, luz generada por la energía hidroeléctrica trabajada tanto en la generación de un nuevo espacio interior en calidad de forma simbólica, como en el exterior del edificio, valorando la composición de su arquitectura. En ambos casos interpreta la relación del hombre con el mundo, las nuevas técnicas y su trascendencia, proponiendo la realización de un Templo de la Houille Blanche.
En la “Casa de Turbinas” transforma el sistema de relaciones existentes entre construcción y forma por el de coherencia entre contenidos y partes, entendiéndolas casi puramente interiores. El edificio representa una arquitectura industrial racionalista que identifica con perfección un lenguaje funcional de composición equilibrada, clara volumetría y extraordinaria flexibilidad espacial. En su interior proyecta la intervención más importante, con una actitud que desborda el término decoración utilizado por Machimbarrena y su mera acción de enmascaramiento de la superficie de los elementos. Lagarde no propone ornamentar las formas de la arquitectura construida, sino estructurar su tectónica explorando la expresividad de sus soluciones estructurales y materiales.
La sección transversal desarrolla una escenificación estimulada por el orden tripartito de su fachada principal, recreando una nueva espacialidad que evoca la analogía de los templos. Para ello desarrolla tres acciones principales sobre el espacio. La primera, lo direcciona y focaliza hacia el nordeste mediante la implantación de un gran mural. Con este rotundo recurso pictórico construye visualmente tanto el eje horizontal dominante del espacio como su sentido, aclarando la orientación de un espectador en movimiento por su interior, pero también conservando la coherencia funcional del acceso en la actividad industrial. La segunda, sustituye la presencia de los faldones de cubierta y sus celosías metálicas planas por una aparente bóveda rebajada. En realidad, es un “cielo raso formado por tablero de rasilla” colgado de las cerchas. Por último, introduce el granito como material protagonista del interior, homenajeando la geología del lugar (figuras 8 y 9).
Estas acciones, junto al elemento arquitectónico de la luz natural del lugar y artificial, terminan por definir un complejo sistema de relaciones materiales, formales y simbólicas, construyendo el nuevo espacio del Templo de la Houille Blanche.
La sección longitudinal participa de la nueva espacialidad depurando el sistema de relaciones sin concesiones al adorno. La única decoración es la puramente arquitectónica: pilastras, cornisa y textura, formalizando un doble orden cualificado en granito, que relaciona los conceptos de espacio, tiempo y luz.
Las pilastras, casi gigantes, evocan tanto la noción de tiempo en el espacio arquitectónico, como ritman su profundidad, mediante el movimiento de las sombras que genera la luz natural sudoeste atravesando los ventanales (figura 10).
La serie de catorce huecos al nordeste, en penumbra por la orientación, orografía y proyección del lienzo de la presa, organiza un sistema de expositores iluminados artificialmente (figura 11).
La experiencia de Lagarde en la organización de exposiciones y acciones divulgativas se enriquece con el empleo de la luz, encontrando en este proyecto el antecedente de la iluminación de la ruta turística nocturna del Casco Histórico de Toledo que realiza en 1943, con el fin de poner en valor el patrimonio de la ciudad[35].
Las vitrinas tienen la doble función de la experiencia expositiva y la iluminación. La primera, formaliza un recorrido de la exhibición cuyo contenido estaría vinculado a la información del propio desarrollo y ejecución de la presa y de la importancia de la energía hidroeléctrica en la actividad humana. La segunda propone una iluminación directa del espacio a escala humana, vinculada a la sombría fachada nordeste que el propio Lagarde representa en color negro (figuras 12 y 13)..
13. Vistas interiores de las vitrinas en el Proyecto de Decoración.
El granito viste los lienzos completos desde el suelo hasta la parte superior de la cornisa, potenciando el doble orden interior. Solo el intradós de la fachada principal rompe este criterio cuando la piedra se eleva en todo su desarrollo alcanzando la bóveda y disponiendo dos estatuas en los vanos de iluminación, reforzando la simetría del alzado.
El suelo continúa con la presencia de este material, pero pulido, generando superficies especulares que contrastan tanto con la rugosidad del granito en los lienzos, como con la tersura de la bóveda. Este pavimento posee un orden propio confiado a dos sistemas de encintado que potencian la presencia de las turbinas. Por un lado, en cota de acceso ordena cuatro cenefas que enmarcan las maquinas desde los ejes de los ventanales nordeste. Por otro, cualifica el espacio de doble altura invirtiendo la secuencia superior al buscar los ejes de las pilastras sudoeste (ver figura 5).
Las vitrinas se encastran como hornacinas entre las pilastras, definiendo un zócalo perceptivo en forma de L que se extiende por el interior de su fachada hacia el foco del mural, enmarcándolo en el intradós de la fachada noroeste (figura 14).
En la parte superior de las pilastras se formaliza un volumen que impide su desarrollo, no así de los ventanales que continúan por encima de él con enlucido liso. Se trata del enmascaramiento del sistema de ménsulas apoyo de la viga-puente en forma de gran cornisa interior que recorre los alzados longitudinales, caracterizando el espacio y soportando una aparente pasarela móvil que flota sobre el espacio. En su interior se vuelve a introducir la luz artificial, bañando la forma abovedada del espacio. Estas decisiones señalan la cualidad perceptiva del doble orden. Arriba el espacio abovedado enlucido y liso y el inferior compuesto por la cornisa, pilastras y ventanales texturados con “granito de 0,05 cm de espesor”.
Por el exterior la luz artificial potencia la composición arquitectónica de la Casa de Maquinas iluminando las series de ventanales en sus machones y desde abajo, encastradas en un zócalo adherido a las fachadas, acentuando su ritmo.
La analogía del templo se perfecciona externamente recreando en la fachada principal un nuevo discurso arquitectónico de intensa coherencia que refuerza el carácter de acceso principal del edificio, autonomía volumétrica exterior e independencia funcional del espacio interior de la “Casa de Turbinas”. Dobla parcialmente la fábrica sudeste incorporando un nuevo volumen que remarca la condición principal del orden tripartito. Una pequeña cornisa remata en vuelo, señalando sobre ella el año de su futura renovación, MCMXL, fecha de realización del proyecto.
Estas decisiones permiten apreciar en la fachada sudeste del edificio las dos funciones, “Casa de Administración” y “Casa de Turbinas” como partes jerarquizadas y simétricas en sí mismas, solo rota por dos mástiles con banderas en la esquina que dobla hacia el sudoeste, respondiendo ahora a su entorno más inmediato. El lugar se polariza, primando la percepción completa de la Casa de Máquinas sobre el río, aminorando la simetría individual de cada parte y construyendo una comprensión plena de un conjunto que flota sobre el Esla como elemento principal de la Presa de Ricobayo (figura 15).
Lagarde recoge y protagoniza la intensidad cultural que se vive en San Sebastián antes de la guerra civil, convirtiéndose en figura social a través de una visión amalgamadora de todas sus actividades como arquitecto, pintor, cartelista, dibujante e ilustrador, ejemplificando el “cambio de época”.
Su actividad arquitectónica muestra esa “generación de ruptura” que participa del juego de las contradicciones, entre actitudes historicistas y el tránsito hacia nuevas expresiones formales de respuesta a los tiempos modernos, cuyo máximo exponente en Europa es la arquitectura industrial.
En este contexto, los progresos científicos permiten aspirar a fuentes de energía que buscan su rentabilidad en los aprovechamientos hidroeléctricos, la Houille Blanche frente al combustible mineral.
En España se abordan estas grandes empresas industriales confiadas principalmente a la disciplina de la ingeniería. El Salto del Esla es el mayor de Europa en 1934, ejemplificando la carencia de la arquitectura ante el desarrollo exclusivo de la ingeniería de Caminos.
Sin embargo, Lagarde realiza en 1940 el Proyecto de Decoración de la central hidroeléctrica del Esla, circunstancia inédita que revela por primera vez la presencia de un arquitecto en la Presa de Ricobayo.
Su planteamiento persigue humanizar esta arquitectura industrial. Como miembro del GATEPAC desarrolla su conocimiento del Movimiento Moderno, persiguiendo la modificación del sistema de relaciones entre el hombre con su entorno en una actitud netamente vanguardista. Interpreta el funcionalismo de forma mucho más amplia del puramente técnico, ironizando con la capacidad de la ciencia para suplantar a la naturaleza al transformar el espacio de la “Casa de Turbinas” con un nuevo contenido y lenguaje arquitectónico.
Lagarde no propone ornamentar las formas construidas del edificio industrial existente, sino estructurar su tectónica utilizando la expresividad de sus soluciones estructurales y materiales, humanizando su naturaleza mecánica. Con el protagonismo de la luz como elemento arquitectónico, natural del lugar y la generada por la energía hidroeléctrica, construye un complejo sistema de relaciones materiales, formales y simbólicas, incorporando la emoción a la experiencia espacial del recorrido interior y exterior.
Su nueva arquitectura industrial es capaz de sintetizar la actividad hidroeléctrica recreando una nueva espacialidad sensible que evoca la analogía de los templos, un nuevo Templo de la Houille Blanche.
José Ramón Sola Alonso (JRSA); Cristina Pérez Valdés (CPV). Conceptualización, metodología, análisis y preparación del escrito (JRSA 50,00% - CPV 50,00%). Autoría (JRSA 50,00% - CPV 50,00%)
Todos los/las autores/as declaran que no existe ningún conflicto de intereses con los resultados del trabajo.
Este artículo aborda un aspecto arquitectónico de la Presa de Ricobayo que tuvo por origen el Premio a la Investigación ‘Florián de Ocampo’ 2021, con el proyecto La Construcción del Embalse de Ricobayo. Expedientes de Expropiación y poblaciones desaparecidas: La Pueblica, Palacios del Pan y San Pedro de la Nave, financiado por Instituto de Estudios Zamoranos “Florián de Ocampo”. Igualmente, se ha contado con la colaboración de Iberdrola para el acceso y autorización de publicación de documentación histórica.
José Ramón Sola Alonso (Valladolid, 1962) Arquitecto por la ETSA de Valladolid (1988). Desde 1990 profesor de la ETSAVa. Doctor Arquitecto en 2013. Profesor Contratado Doctor. Profesor del Máster de Investigación e Innovación en Arquitectura desde 2014 y de Másteres sobre intervención del patrimonio de las universidades de Valladolid (1999-2011), Salamanca (2001-2013), Alcalá (2001-2012) o Alfonso X El Sabio (2011- 2013). Director científico de las Ferias Internacionales de Restauración del Arte y el Patrimonio Ar&Pa (1998, 2000, 2002 y 2004). Ponente en la reunión preparatoria de Valladolid (2000) para The International Conference on Conservation Krakow 2000. 2018-19 Investigación en la State University of New York y Craycliff House Conservancy (New York State – http://EE.UU.) sobre la conservación del Movimiento Moderno a través de Frank Lloyd Wright. Coordinador del GIR PATRIMONIA: Arte, Arquitectura, Ciencia, Técnica, Ingeniería e Historia. Codirector de los libros Santuario de La Peregrina de Sahagún. Estudios y Restauración (2011) o Patrimonio, Restauración y Nuevas Tecnologías PPU (1999) Premio Internacional Ar&Pa 2008 de intervención sobre el patrimonio en su categoría Regional.
Cristina Pérez Valdés (Baltanás, 1997). Arquitecta por la Universidad de Valladolid en 2023. En el curso 2018-19 formó parte del programa SICUE en la ETSA de la Universidad Politécnica de Valencia. En 2020 ganó el Primer Premio y Ejecución del Concurso de Ecodiseño Habitarte II con el proyecto EcoWindow. En 2021 obtuvo una beca de colaboración con el GIR PATRIMONIA, del que es miembro asociado. En 2022 ha publicado un artículo en el libro Territorios Activos II Seminario Nacional. Además, ganó el Tercer Premio Concurso Premios Schindler España de Arquitectura 2022 “A las soluciones de movilidad/accesibilidad” bajo el lema Proyectar sin barreras. Edificios para todos. En 2023 ganó el Primer Accesit con su PFC en los Premios TFM “Valladolid, Ciudad Inteligente y Climáticamente Neutra”.
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[1] Real decreto de Concesión de los aprovechamientos del Duero. En: Gaceta de Madrid, de 24 agosto de 1926, n.º 236, p. 1156. Disponible en: https://www.boe.es/gazeta/dias/1926/08/24/pdfs/GMD-1926-236.pdf.
[2] ORBEGOZO, José. Characteristics and brief description of the scheme for developing hydraulic power from two important groups of waterfalls in the basin of the river Duero,en VVAA. The transactions of the first World power conference. London: Percy Lund Humphries & CO LTD, 1925, vol. II, pp. 289-294.
[3] Archivo Histórico Iberdrola “Salto de Ricobayo”.
[4] Son múltiples las publicaciones que abordan el proyecto de Ricobayo. Por su relevancia histórica y técnica al servicio de este artículo se han revisado todos los publicados en la Revista de Obras Públicas entre 1925-1942, donde figuran los ingenieros que participan en su ejecución dirigidos por Orbegozo. Igualmente, los textos correspondientes a AMIGO ROMÁN, Pedro; BUENO HERNÁNDEZ, Francisco; CALLIS FREIXAS, Eduard; CHAPA IMAZ, Álvaro y DÍAZ MORLÁN, Pablo.
[5] MACHIMBARRENA, Vicente. Orbegozo. Historia de un ingeniero. Madrid: Saltos del Duero, 1941, p. 188.
[6] SOLA ALONSO, José Ramón. Ponencia invitada: Cemento, agua y piedra. Materiales de la memoria de Ricobayo. En: II Jornadas Interdisciplinares Náyade. La memoria del agua. Patrimonio y obras públicas en la España del siglo XX. Santiago de Compostela, 18-20 de abril de 2023. Universidad de Santiago de Compostela. Disponible en: https://cispac.gal/es/posts-actualidade/ii-jornadas-interdisciplinares-nayade-la-memoria-del-agua-patrimonio-y-obras-publicas-en-na-espana-del-s-xx/.
[7] La hulla blanca designa extensivamente la nueva energía hidroeléctrica, popularizándose en el último cuarto del siglo XIX aparentemente por Camillo de Cavour, aunque probablemente el autor es el ingeniero Aristide Bergès. CAVAILLÈS, Henri. La Houille blanch. Paris: Colin, 1922, pp. 3-4. Disponible en: https://www.persee.fr/doc/geoca_1164-6268_1930_num_6_2_6910. La primera vez que se publica esta expresión en España es en 1897. Madrid Científico. Revista de ciencias, ingeniería y electricidad. Madrid, 1897, n.º 157, p.1109.
[8] Datos biográficos extractados de MARTÍN-CALERO, Manuel; PAGOLA LAGARDE, Eduardo. Eduardo Lagarde. Arquitecto, pintor y promotor del Arte Guipuzcoano. En: Donostia eta gipuzkoari buruzko azterketa historikoen buletina. Astigarraga: Kutxa Fundazioa, 2023, n.º 57, pp. 113-153. ISSN 2794-0497, excepto cuando se especifique expresamente otra procedencia. Disponible en: https://kutxafundazioa.eus/sites/default/files/57_Azterketa-Historikoen-buletina_Boletin-de-Estudios-Historicos.pdf
[9] NAVASCUÉS PALACIO, Pedro. El Hotel María Cristina y su arquitectura. En: Rehabilitación del Hotel María Cristina. San Sebastián [en línea]. Madrid: Dragados, 1989, p. 8. [consulta: 05-03-2024]. Disponible en: https://oa.upm.es/7939/.
[10] SOLÁ MORALES, Ignasi. Eclecticismo y vanguardia. El caso de la Arquitectura Moderna en Catalunya. Barcelona: Gustavo Gili, 1980, pp. 25-26. ISBN 978-84-252-1949-8
[11] FULLAONDO, Juan Daniel; MUÑOZ, María Teresa. Historia de la arquitectura contemporánea española, T-I Mirando hacia atrás con cierta ira (a veces). Madrid: Munillalería, 1995, p. 378. ISBN 84-89150-04-4.
[12] AGUIRRE, Peio. Relato de una modernidad singular. En: Una modernidad singular: “arte nuevo” alrededor de San Sebastián, 1925-1936 [en línea]. Madrid: Editorial La Fábrica, 2016, p. 8 [consulta: 25-03-2024]. ISBN 978-84-16248-79-7. Disponible en: https://www.academia.edu/36822332/.
[13] SANZ ESQUIDE, José Ángel (1988-05-30). La tradición de lo nuevo en el País Vasco. La arquitectura de los años treinta [en línea]. Tesis Doctoral. Director: Josep María Rovira Gimeno. Universitat Politècnica de Catalunya: Escola Tècnica Superior d’Arquitectura de Barcelona, 2008, p. 139. ISBN 978-84-691-3448-1 [consulta: 10-03-2024]. Disponible en: http://hdl.handle.net/10803/5860.
[14] FULLAONDO, Juan Daniel; MUÑOZ, María Teresa. Historia de la arquitectura contemporánea española, T-II Los grandes olvidados. Madrid: Munillalería, 1995, p. 172. ISBN 84-89150-04-4.
[15] LAINEZ ALCALÁ, Rafael. Arquitectura y poesía en la Exposición de Eduardo Lagarde. En: Revista Nacional de Arquitectura. Madrid: Colegio oficial de Arquitectos de Madrid, julio de 1944, n.º 31, pp. 240-248. Disponible en: https://www.coam.org/media/Default%20Files/fundacion/biblioteca/revista-arquitectura-100/1941-1946/docs/revista-completa/revista-nacional-arquitectura-1944-n31.pdf.
[16] AIZPURUA, José Manuel. En: Nueva forma: arquitectura, urbanismo, diseño, ambiente, arte. Dedicado a Jose Manuel Aizpurua, 1904-1936. Madrid: Nueva Forma, 1969, n.º 40, pp. 30-34. ISSN 0029-5825.
[17] LAGARDE, Eduardo. Proyecto de Decoración de la central hidroeléctrica del Esla. En: Archivo Histórico Iberdrola “Salto de Ricobayo de Muelas del Pan”.
[18] Las colaboraciones se han revisado sobre los datos aportados por CALLIS FREIXAS, Eduard. Arquitectura de los Pantanos en España. Sevilla: Universidad de Sevilla, 2021; CARBAJAL-BALLELL, Nicolás. El Salto del Jándula. Andújar, 1927. Archivos de arquitectura España siglo XX. Almería: Colegio Oficial de Arquitectos de Almería, 2014; MOLINA SÁNCHEZ, Javier. Patrimonio industrial hidráulico. Paisaje, arquitectura y construcción en las presas y centrales hidroeléctricas españolas del siglo XX [en línea]. Director: Fernando Vela Cossio. Tesis Doctoral. Universidad Politécnica de Madrid, ETS de Arquitectura, Dpto. de Composición Arquitectónica, 2015 [consulta: 20-09-2023]. Disponible en: https://doi.org/10.20868/UPM.thesis.42851: y PÉREZ MARREO, Jenny. Catálogo de presas españolas anteriores a 1926 asociadas a procesos industriales. Tomo II [en línea]. Madrid: Instituto del Patrimonio Cultural de España, 2017, p. 582 [consulta: 23-11-2023]. Disponible en: https://www.culturaydeporte.gob.es/planes-nacionales/dam/jcr:3be674a7-fa63-4b9b-8e8f-567bc321b3ee/tomo-1-1-comprimido.pdf.
[19] Mengemor es el acróstico de los ingenieros de caminos fundadores en 1904, Carlos Mendoza, Antonio González Echarte y Alfredo Moreno Osorio con la familia Crespi de Valldaura y Otamendi. BERNAL RODRÍGUEZ, Antonio-Miguel Ingenieros-empresarios en el desarrollo del sector eléctrico español Mengemor, 1904-1951. En: Revista de historia industrial [en línea]. Barcelona: Universidad de Barcelona, 1993, n.º 3, p. 95 [consulta: 30-09-2024]. ISSN-e 2385-3247. DOI: https://doi.org/10.1344/rhi.v0i3.18207. Orbegozo coincide con González Echarte en clase de electricidad en la Escuela de Minas. MACHIMBARRENA, Vicente, op. cit. supra, nota 1, p. 39.
[20] Vicente Machimbarrena Gogorza es sobrino de María Juana Machimbarrena Echave, madre de los ingenieros Miguel y José María y los arquitectos Joaquín y Julián Otamendi.
[21] SOBRINO SIMAL, Julián. Casto Fernández-Shaw: ¡Un arquitecto que proyecta presas! En: GARCÍA PÉREZ, María Cristina; CABRERO GARRIDO, Félix, ed. Casto Fernández-Shaw: arquitecto sin fronteras: 1896-1978. Catálogo de exposición. Madrid: Ministerio de Fomento; Junta de Andalucía; Electa, 1999, p. 37. NIPO 161-99-060-X.
[22] Ibíd., p. 4. El Salto se declara BIC con la categoría de Monumento (BOE n.º 234 de 30 septiembre de 2003). MOSQUERA ADELL, Eduardo. La cultura del agua en la imagen patrimonial de Andalucía. Sevilla: Universidad de Sevilla, 2015, p. 66. ISBN-e 978-84-472-1669-7. Disponible en: https://editorial.us.es/es/descarga/719243?f=pdf.
[23] CARBAJAL-BALLELL, Nicolás. Evolución del proyecto del Salto del Jándula. Proceso de integración de la central hidroeléctrica en el cuerpo de presa. En: Informes de la Construcción [en línea]. Madrid: CSIC, 2019, vol. 71, n.º 554, e294.. ISSN-L: 0020-0883. https://doi.org/10.3989/ic.63725.
[24] GARCÍA PÉREZ, María Cristina, op. cit. supra, nota 21, p. 17.
[25] FLORES, Carlos. Arquitectura española contemporánea, 1880-1950. Madrid: Ediciones Aguilar, S.A., 1989, vol. I, pp. 98-101. ISBN 840388012X.
[26] Editorial del primer número de la revista. FERNÁNDEZ SHAW, Casto. Nuestro propósito. En: Cortijos y rascacielos: arquitectura, casas de campo y decoración. Madrid: [s.n.], verano de 1930, n.º 1, p. 1.
[27] Saltos del Duero y la economía española. Un avance gigantesco en la producción de energía eléctrica. En: El Castellano, Diario católico de información, 4 de octubre de 1932, n.º 7304. Disponible en: https://descargasarchivo.toledo.es/high.raw?id=0000020323&name=00000001.original.pdf&attachment=El+Castellano.+4%2F10%2F1932%2C+n.%C2%BA+7.304..pdf.
[28] LANDECHO Y URRIES, Luis de. En: Discursos leídos ante La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid: Real Academia de la Historia, 18 de junio de 1905, p. 12. Disponible en: https://www.realacademiabellasartessanfernando.com/assets/docs/discursos_ingreso/Landecho_y_Urries_Luis_1905.pdf.
[29] ANASAGASTI, Teodoro de. El arte en las construcciones industriales. En: Arquitectura y construcción [en línea]. Barcelona: Universidad Politécnica de Cataluña, julio de 1914, n.º 264, p. 151 [consulta: 30-09-2024]. ISSN 1887-5351. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4018994.pdf.
[30] LAPRADE, M. Arquitectura Industrial. Revista Nacional de Arquitectura. Madrid: Colegio oficial de Arquitectos de Madrid, febrero-marzo de 1951, n.º 110-111, pp. 9-15. Disponible en: https://www.coam.org/media/Default%20Files/fundacion/biblioteca/revista-arquitectura-100/1946-1958/docs/revista-articulos/revista-nacional-arquitectura-1951-n110-111-pag09-15.pdf.
[31] MACHIMBARRENA, Vicente. Arquitectura e Ingeniería. En: Revista de Obras Públicas. Madrid: Colegio de Ingenieros de caminos canales y puertos, 1924, n.º2397, pp. 17-21. Disponible en: https://quickclick.es/rop/pdf/publico/1924/1924_tomoI_2397_01.pdf.
[32] Conferencia en el Instituto de Ingenieros Civiles el 26 de noviembre de 1940. La Voz de España-diario tradicionalista. San Sebastián, 27 de noviembre de 1940, n.º 1299.
[33] En la documentación gráfica histórica se detecta la ausencia del núcleo de comunicaciones verticales de la “Casa de Administración”, pero por fidelidad documental se representan las tres situaciones temporales si aportar nuevos elementos.
[34] VALERO RAMOS, Elisa. La Materia Intangible. La luz en arquitectura. Valencia: Ediciones Generales de la Construcción, 2004. ISBN 84-933540-1-5.
[35] FERNÁNDEZ SHAW, Guillermo. Toledo de noche. En: Cortijos y rascacielos: arquitectura, casas de campo y decoración. Madrid: [s.n.], julio-agosto de 1944, n.º 24, pp. 2-3.