Páginas: 312-322 Recibido: 2022-03-24 Revisado: 2022-05-15 Aceptado: 2022-05-23 Publicación
Final: 2022-09-15 |
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Conocimientos matemáticos elementales:
futuros docentes y alumnado de Educación Primaria
Elementary Mathematics Knowledge: Future Teachers and
Primary Education Students
Ariadna Gómezescobar |
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Raquel Fernández-Cézar |
Resumen
Introducción: Los modelos desarrollados sobre los
conocimientos que debe tener un docente para impartir Matemáticas contemplan el
propio conocimiento matemático como un dominio. En general, suponen que a
partir de este se podrán abordar aspectos didácticos del mismo. Por ello, en este trabajo se explora el
conocimiento matemático elemental que tienen estudiantes al inicio y conclusión
de sus asignaturas de Matemáticas y su Didáctica en el Grado de Maestro de
Educación Primaria, y se compara con el que tiene el alumnado que concluye esta
etapa. Método: Se realiza un estudio transversal con una muestra de 134, 99 y
17892 estudiantes de 1er y 3er curso de grado y 6º de
Primaria, respectivamente. El instrumento es una prueba estandarizada y se
analiza por bloques de contenido, por procesos cognitivos, y por items. Resultados: A pesar de que la prueba estaba dirigida
a alumnado de Educación Primaria, se encuentra que la media de los
participantes universitarios no alcanza la máxima puntuación, pero sí es
superior a la del alumnado de 6º. Respecto al alumnado universitario, se
encuentran diferencias en el conocimiento matemático al iniciar y completar su
formación en los bloques de contenido en Números y Geometría; también en cuanto
a procesos cognitivos parece que quienes han concluido su formación matemática demuestran
tener un desarrollo de las habilidades de orden superior más avanzado que los
entrantes al grado. Discusión: Se discute sobre la necesidad de la
consolidación del contenido matemático para poder iniciar en aspectos
didácticos de la materia.
Abstract
Introduction: The models developed on the knowledge that a teacher must
have to teach Mathematics envisions mathematical knowledge as one of their
domains. In general, it is assumed that it will be possible to deal with
didactic aspects of the program once the subject matter is acquired. Therefore,
this paper explores the elementary mathematical knowledge that future teachers
have at the beginning and conclusion of their Mathematics and didactics subjects
at university (1st and 3rd year of master’s degree in Primary Education) and
compares with that of students who complete this stage, six graders. Method: A
standardized test is analyzed by content blocks and cognitive processes, as
well as by items. Results: Despite being intended for primary school students,
it is found that the university participants average score is not close to the
maximum one, but it is higher than that of 6th graders. With regard to
university students, there are differences in mathematical knowledge when they
begin and complete their training in the blocks Numbers and Geometry; also in terms of cognitive processes, it seems that those
who have completed their mathematical training show higher order thinking
skills developed in a higher extent than those entering the degree. Discussion:
The need to consolidate the mathematical content in order to
be able to initiate didactic aspects of the subject is discussed.
Palabras
clave / Keywords
Control de rendimiento escolar, Matemáticas, Estudiante universitario, Estudiante
de primaria, Formación de docentes, Competencias del docente, Cognición, Educación
superior
Achievement tests, Mathematics, University
students, Primary school students, Teacher education, Teacher qualifications, Cognition,
Higher education
1.
Introducción
Las matemáticas son
una ciencia clave para el desarrollo de la ciudadanía del siglo XXI, muy
mediada por la tecnología. De manera general, profesores, estudiantes y
familias miden principalmente cómo los estudiantes entienden las matemáticas
mediante pruebas relacionadas con el conocimiento de la materia que suelen
desarrollarse de manera formal en la escuela, en la que se reconocen dos actores
fundamentales: profesorado y alumnado. Existe amplio consenso en que para
impartir docencia en Matemáticas es una necesidad que el docente tenga un
conocimiento suficiente de la materia (Baumert et
al., 2010; Goos, 2013; Silver, 2006). A ese respecto,
el alumnado que accede al Grado de Maestro lo hace tras superar toda la
escolarización preuniversitaria, y debería haber adquirido los conocimientos
matemáticos propios de la etapa de Educación Primaria, lo cual le permitiría
poder iniciarse en aspectos didácticos de la materia en el grado universitario.
Por otro lado, también hay acuerdo en que este conocimiento matemático debería
estar por encima de los niveles de aquel que se indica en el currículo de
Educación Primaria para el nivel más elevado, en el caso de España sería 6º
curso, o del que evidencie el alumnado de este nivel (Blanco, 2000). Sin
embargo, varios estudios señalan que los estudiantes presentan deficiencias de
conocimiento sobre contenido matemático al acceder a los estudios de magisterio
(Llinares & Krainer, 2006; Montes et al., 2015).
Otros estudios también con futuros docentes analizan la contribución a ese
conocimiento del alumnado de los cursos de Matemáticas y su Didáctica que
reciben en la formación inicial, desarrollada en las facultades de educación
(Arce et al., 2017; Nortes y Nortes,
2017a). Sin embargo, los resultados existentes no corresponden a estudios con
muestras representativas del territorio español, sino a regiones concretas de
España, y ninguna de ellas a la de Castilla La-Mancha (C-LM).
Por ello, los
objetivos de investigación de este trabajo son dos: el primero, determinar los
conocimientos matemáticos elementales que demuestran los estudiantes del Grado
de Maestro en Educación Primaria en dos momentos, cuando acceden al grado (1er
curso), y tras haber cursado todas las asignaturas relacionadas con Matemáticas
y su Didáctica (3er curso); y el segundo, su comparación con los
conocimientos demostrados por el alumnado de 6º de Educación Primaria en C-LM,
empleando para los tres grupos la misma prueba estandarizada. Además, para
tener más información sobre ese conocimiento, se identificarán los elementos de
este donde los participantes demuestren un mejor y peor desempeño.
1.2. Antecedentes
El conocimiento
matemático que debe tener el docente de matemáticas es objeto de diversas
investigaciones en el ámbito de la educación matemática. Su análisis desde
distintos modelos desarrollados desde el último cuarto del siglo XX arroja luz
sobre los elementos o componentes que debería tener este conocimiento. Así, por
ejemplo, Depaepe et al. (2013) analizaron una
revisión sobre la conceptualización y uso empírico del modelo de Shulman, Pedagogical Content Knowledge
(PCK), muy ampliamente empleado en el ámbito anglosajón, concluyendo que, en la
envolvente, el conocimiento matemático para enseñar matemáticas, se incluyen
otros ocho subdominios. Por otro lado, y ya en el siglo XXI, es desarrollado el
modelo MTSK, Mathematics Teachers’s Specialised Knowledge (Carrillo-Yáñez et al., 2018), de abundante
uso en el ámbito latinoamericano, que señala dos dominios: el conocimiento
matemático (MK) y el conocimiento didáctico del contenido (PCK). Ambos modelos
consideran como dominio o subdominio el conocimiento matemático, que es
fundamental para que el docente pueda enseñar matemáticas con garantías a su
alumnado.
En esta línea, pero
desde estudios más pegados al aula, que aportan una visión más empírica de la
situación, los docentes en activo consideran el dominio de los contenidos
matemáticos escolares como la tercera competencia más valorada en el desempeño
de su profesión (Martín del Pozo et al., 2013). Determinar el nivel de ese
dominio, o hasta qué punto se posee ese conocimiento por parte de los docentes
o futuros docentes de Educación Primaria sigue siendo objeto de investigación a día de hoy.
Al respecto de medir
el nivel de dominio de ese conocimiento matemático en futuros docentes, la
mayoría de los estudios consultados se centran en emplear dos tipos de
instrumentos: pruebas diseñadas específicamente para alumnado de grado
(Alguacil, Boqué y Pañellas,
2016; Barquero et al., 2019; Castro et al., 2014; Nortes
y Nortes, 2018; Rodríguez, 2017) y pruebas
estandarizadas para alumnado preuniversitario que se aplican a alumnado de
grado (Arce, Marbán y Palop, 2017; Nortes y Nortes, 2017a, 2017b,
2019a; 2019b; Rim y Lee, 2015). En cuanto a pruebas
estandarizadas, la prueba estandarizada más conocida en la que participa España
a nivel internacional es PISA. Los resultados del alumnado español en las
pruebas PISA se mencionan en la actual ley de educación, donde se destaca el
nivel insuficiente obtenido en matemáticas, entre otras competencias (LOMCE,
2013). Por su parte, la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha informa de que
el 51% del alumnado de 6º de Primaria para el curso 2017/2018 se encuentra
entre los niveles 1 y 3 de Competencia Matemática de los 6 niveles que
caracterizan la competencia, los cuales se ordenan por el grado de complejidad
con el que el alumnado ejecuta los procesos al abordar tareas de dificultad
creciente y que se detallan en el Informe de Desarrollo y Aplicación de la
Evaluación Final (Portal de Educación, 2020). Las pruebas de Competencia
Matemática contemplan no solo los conocimientos matemáticos sino también los
procesos cognitivos, en línea con el informe emitido por el NCTM ya en el año
2000 (Costa, 2003), y con las últimas actualizaciones de la taxonomía de Bloom
(Forehand, 2010). Por ello, en este trabajo se
considera el conocimiento matemático del profesor compuesto por contenidos y
por procesos matemáticos.
Para determinar el nivel
de conocimiento matemático de los futuros docentes se han realizado estudios
que emplearon las pruebas PISA (Rim y Lee, 2015), y
otros que han empleado las pruebas diseñadas por las distintas administraciones
regionales para el alumnado de Educación Primaria. Estas últimas fijan el nivel
mínimo del que debería partir un futuro docente en tanto que es el nivel a alcanzar por su alumnado. En los últimos años,
esas pruebas han sido usadas con futuros docentes con resultados desiguales. Nortes y Nortes (2017a),
presentaron la prueba empleada en España, correspondiente al curso académico
2015/2016, a los cursos 2º, 3º y 4º del Grado de Maestro en Educación Primaria,
concluyendo que uno de cada tres estudiantes no alcanzaba el nivel que se
requiere para aprobar la prueba. Utilizando el mismo instrumento, Arce et al.
(2017) obtuvieron resultados algo más alentadores, a pesar de no ser un
resultado óptimo, para los estudiantes de Grado de Educación Primaria de la
Universidad de León: la media se situaba en 28.16 sobre 36.
Otra prueba
utilizada por Nortes y Nortes
(2019b) con futuros docentes que cursaban 2º, 3º y 4º del grado es la del curso
2016/2017. Los autores reportaron que, de haber sido un requisito necesario
para acceder al Grado de Maestro, el 20% del alumnado hubiera sido declarado
como no apto para el acceso a este grado universitario.
Asimismo, Nortes y Nortes (2019a)
analizaron los conocimientos matemáticos de estudiantes que aún no habían
recibido docencia acerca de Matemáticas y su Didáctica en el Grado de Maestro
de Educación Primaria. Para ello, utilizaron la prueba de Competencia
Matemática para 6º de esta etapa en el curso académico 2017/2018, reportando en
términos generales que el alumnado universitario tenía desarrollada la
competencia en un nivel similar o equivalente a un notable bajo.
Sin embargo, estos
estudios adolecen de no tener muestreos representativos de todo el territorio
español. Dadas las diferencias socioculturales y demográficas entre las
diferentes regiones de España que afectan a la educación, y a la escasez de
estudios en los que se compare con la misma prueba el conocimiento matemático
de futuros docentes y su posible alumnado, nos parece pertinente presentar este
estudio donde planteamos las siguientes preguntas de investigación:
1.
¿Qué conocimientos matemáticos elementales
tiene el alumnado de Grado de Maestro en Educación Primaria al acceder al grado
(1er curso)? ¿y tras completar las asignaturas relacionadas con
Matemáticas y su Didáctica (3er curso)? ¿Existen diferencias con el
alumnado de 6º de Educación Primaria?
2.
¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles en
ese dominio del contenido matemático que muestran el alumnado universitario y
el de Educación Primaria?
2.
Metodología
La metodología empleada es cuantitativa, descriptiva e inferencial,
desarrollándose un estudio con diseño no experimental, de corte transversal.
2.1 Participantes
Las muestras están formadas por 134 (73 mujeres) estudiantes de 1er
curso y 99 (71 mujeres) estudiantes de 3er curso del Grado en
Maestro en Educación Primaria de la Facultad de Educación de Toledo, en la
Universidad de Castilla-La Mancha. Esta muestra de alumnado universitario es de
conveniencia. La muestra del alumnado de 6º de Educación Primaria está
compuesta por 1792 estudiantes de 6º curso de Educación Primaria de la misma
comunidad autónoma, se obtuvo con muestreo aleatorizado, y es representativa de
la población regional. Se eligieron estos cursos del grado por ser el momento
anterior a la formación en Matemáticas y su Didáctica, y aquél en el que esta
se ha completado.
2.2 Instrumento
Para medir el conocimiento matemático, considerado compuesto no solo por
contenidos sino también por procesos, como se indicó en la sección anterior, el
instrumento utilizado es la prueba de evaluación de la Competencia Matemática
utilizada para 6º curso de Educación Primaria en 2017/2018 (INEE, 2018). Esta
se fundamenta con un marco teórico competencial, no incluyéndose en el informe
los valores psicométricos de la prueba. Esta consta de 30 preguntas, la mayoría
de elección múltiple, y otras de respuesta corta. La puntuación máxima posible
en la prueba completa es 31.
Como se indica en la guía de codificación (INEE, 2018), los 30 ítems que
componen el instrumento se corresponden con distintos bloques de contenido, y
se relacionan con diferentes procesos cognitivos (Tabla 1). Estos últimos se
recogen en tres grandes categorías en secuencia ascendente según las
habilidades que involucran (taxonomía de Bloom, Forehand,
2010): Conocer y Reproducir, Aplicar y Analizar, y Razonar y Reflexionar, cada
una de las cuales se subdivide en dos, originando un total de seis niveles
ascendentes.
Tabla 1
Bloques
de contenido y procesos cognitivos para cada item de
la prueba
Procesos cognitivos |
Bloques de Contenido |
||||
Números |
Geometría |
Medida |
Datos e incertidumbre |
||
Conocer y Reproducir |
Acceso e Identificación (Nivel 1) |
P1 |
P2 |
P11 |
P28 y P30 |
Comprensión (Nivel 2) |
P27 y P3 |
P17 |
- |
P16 |
|
Aplicar y Analizar |
Aplicación (Nivel 3) |
- |
P6 |
P5 y P23 |
P4 y P8 |
Análisis (Nivel 4) |
P7, P13 y P15 |
P10 |
P14 y P18 |
P12 |
|
Razonar y Reflexionar |
Síntesis y Creación (Nivel 5) |
P19 y P22 |
P24 y P26 |
- |
- |
Juicio y Valoración (Nivel 6) |
P9 y P21 |
- |
P29 |
P20 y P25 |
Las puntuaciones máximas se corresponden con el número de ítems en cada
bloque, excepto aquellos en los que aparece la P30, que puntúa 2.
2.3 Procedimiento
La prueba de evaluación se administró a los dos cursos universitarios (1º
y 3º de grado) durante la primera semana del curso académico. Cada estudiante
la realizó de manera individual, disponiendo de 60 minutos para completarla de
manera anónima.
En el caso del alumnado de 6º de Educación Primaria, la prueba fue
realizada por la Administración Educativa, temporalizándola
de igual manera. Los resultados fueron solicitados a la Jefatura de Servicio de
Ordenación Académica, Documentación y Evaluación, que los cedió para este
estudio garantizando el anonimato de los participantes.
2.4 Análisis
Los datos obtenidos se analizaron con la herramienta SPSS v. 24. Se
analizaron las medias y desviaciones típicas como estadísticos descriptivos. La
máxima puntuación era 31, pero se convirtieron las puntuaciones en cada bloque
de contenido y proceso cognitivo a resultados sobre 10 para facilitar su
comparación. La muestra seguía una distribución no normal (test Kolmogorov-Smirnof; p < 0,05) en cada curso, por lo que
se aplicaron contrastes no paramétricos para dos muestras independientes
(U-Mann Whitney) para las diferencias de medias con un nivel de significación
del 95%.
3.
Resultados
Para dar respuesta a la primera
pregunta de investigación se comienza presentando las puntuaciones totales del
alumnado de 1º y de 3º del grado, así como las del alumnado de 6º de Educación
Primaria en la Tabla 2, donde se
muestra también el porcentaje de alumnado que obtuvo una puntuación de 5 o
superior en la prueba.
Tabla 2
Medias
y porcentajes sobre 5
Curso |
N |
Nota media |
% por encima de 5 |
6º de EP |
1792 |
5.03 |
49% |
1º de grado |
134 |
7.50 |
95.5% |
3º de grado |
99 |
8.05 |
100% |
Para los mismos grupos, en la Tabla 3 se muestran las puntuaciones por
bloques de contenido.
Tabla 3
Resultados
por bloques de contenido
Curso |
Números |
Geometría |
Medida |
Datos e incertidumbre |
6º EP |
4.59 |
4.75 |
5.20 |
5.33 |
1º de grado |
6.60 |
6.60 |
7.83 |
7.58 |
3º de grado |
7.41 |
7.63 |
8.30 |
7.92 |
En la muestra se encuentran diferencias de medias entre los dos cursos de
grado en los bloques de Números (U=2964.50; p < .00) y Geometría
(U=4490.50; p < .00), mientras que no tiene significación estadística
la diferencia en los bloques de Medida (U=5800.50; p = .08) y de Datos e
Incertidumbre (U=2876.50; p = .38).
Dado que el conocimiento matemático involucra no solo contenidos, sino
procesos cognitivos, como se indica en el apartado de metodología, los
resultados se analizan también por procesos cognitivos y se muestran en la Tabla
4.
Tabla 4
Resultados
por procesos cognitivos
Curso |
Acceso e identificación |
Comprensión |
Aplicación |
Análisis |
Síntesis y creación |
Juicio y valoración |
6º EP |
6.45 |
5.68 |
5.42 |
4.56 |
3.68 |
3.76 |
1º de grado |
8.85 |
8.25 |
7.82 |
7.61 |
6.45 |
5.26 |
3º de grado |
9.03 |
8.50 |
7.90 |
8.51 |
7.03 |
6.64 |
Se encuentran diferencias entre los dos cursos de grado en dos de los
seis procesos cognitivos: en el nivel más alto, Juicio y Valoración (U=4324.50;
p < .00) y en Análisis (U=5137.00; p < .00). No hay que olvidar que
encontrábamos una subida precisamente en este proceso para el 3er
curso (ver Tabla 4).
Para contestar a la segunda pregunta de investigación, alineada con el
segundo objetivo, se estudia por separado cada ítem de la prueba con el fin de detectar
aquellos en los que los grupos de participantes muestran un mejor y peor
desempeño. La Tabla 5 muestra las puntuaciones medias por pregunta para cada
curso.
Tabla 5
Puntuaciones
medias y desviación típica, M (DT), por pregunta para cada curso
Pregunta |
1º de grado |
3º de grado |
6º EP |
P1 |
.96 (,19) |
.99 (.10) |
.82 (.38) |
P2 |
.96 (.21) |
.98 (.14) |
.75 (.43) |
P3 |
.75 (.43) |
.90 (.30) |
.53 (.50) |
P4 |
.82 (.39) |
.89 (.32) |
.52 (.50) |
P5 |
.81 (.40) |
.84 (.37) |
.52 (.50) |
P6 |
.93 (.26) |
.95 (.22) |
.68 (.47) |
P7 |
.91 (.29) |
.92 (.27) |
.65 (.48) |
P8 |
.96 (.21) |
.96 (.20) |
.78 (.41) |
P9 |
.46 (.50) |
.60 (.49) |
.28 (.45) |
P10 |
.77 (.42) |
.91 (.29) |
.59 (.49) |
P11 |
.93 (.26) |
.95 (.22) |
.85 (.85) |
P12 |
.75 (.44) |
.81 (.40) |
.34 (.34) |
P13 |
.72 (.45) |
.87 (.34) |
.36 (.36) |
P14 |
.63(.48) |
.85 (.36) |
.45 (.50) |
P15 |
.67 (.47) |
.77 (.42) |
.27 (.44) |
P16 |
.86 (.35) |
.83 (.38) |
.70 (.46) |
P17 |
.96 (.21) |
.95 (.22) |
.62 (.49) |
P18 |
.88 (.33) |
.84 (.37) |
.53 (.50) |
P19 |
.82 (.39) |
.87 (.34) |
.57 (.50) |
P20 |
.95 (.22) |
.99 (.10) |
.80 (.40) |
P21 |
.34 (.47) |
.33 (.47) |
.39 (.49) |
P22 |
.66 (.47) |
.75 (.44) |
.41 (.49) |
P23 |
.40 (.49) |
.31 (.47) |
.20 (.40) |
P24 |
.34 (.47) |
.44 (.50) |
.09 (.28) |
P25 |
.75 (.43) |
.70 (.46) |
.32 (.47) |
P26 |
.76 (.43) |
.75 (.44) |
.40 (.49) |
P27 |
.73 (.45) |
.73 (.45) |
.42 (.49) |
P28 |
.78 (.42) |
.76 (.43) |
.42 (.49) |
P29 |
.31 (.46) |
.79 (.41) |
.29 (.46) |
P30 |
.85 (.35) |
.88 (.33) |
.51 (.44) |
4.
Discusión
En lo que respecta a las puntuaciones
globales, se observa que los
resultados son notablemente superiores en los estudiantes de grado que al
finalizar la etapa de Educación Primaria. Este resultado es esperable, y
deseable, dado el número de cursos de Matemáticas que recibe el alumnado entre
la conclusión de la Educación Primaria y Secundaria. A pesar de esto, y
teniendo en cuenta que la prueba empleada está destinada a alumnado de 6º de
Primaria, y fijaría, por tanto, el nivel mínimo en cuanto a contenidos de los
futuros docentes, se esperaría que las puntuaciones del alumnado universitario
en esta prueba fueran máximas. Sin embargo, no alcanzan una media superior a 9
ni en 1º ni en 3º.
Respecto al alumnado de Educación Primaria, obtiene resultados
comparables en nivel de conocimiento matemático a los publicados en el Portal
de Educación sobre el informe PISA (Portal de Educación, 2020), aunque estos
últimos estudiantes tienen distinta edad (15 años), alcanzando en ambos casos
una media cercana a 5.
Comparando con alumnado del grado de educación de otros estudios, esta
media de resultados al comienzo de grado (7,50) se encuentra intermedia entre
la reportada por Nortes y Nortes
(2019a) obtenida en alumnado de 2º de Grado de Maestro en Educación Primaria de
la Universidad de Murcia (7,19), y la informada por Arce et al. (2017) en su
estudio realizado en Castilla y León (7,82). Las diferencias son de unas
décimas, por lo que podríamos decir que los tres resultados están alineados en
cuanto a la puntuación media. Sin embargo, el porcentaje de puntuaciones
totales por debajo de 5 en nuestro caso, que es inferior al 5%, ofrece un
resultado notablemente mejor que la tasa reportada en Murcia, donde se hallan
el 33,91% de los futuros docentes. Para la posible explicación de las
diferencias, debe considerarse que se emplearon pruebas diferentes, y esto
podría estar actuando como variable extraña no controlada.
Por otro lado, en la comparación de medias, la prueba U de Mann-Whitney
indica que existen diferencias significativas para los cursos 1º y 3º de grado
(U=5188.00, p<00) en nuestra muestra, siendo superior la puntuación media de
3º. Esto podría significar que las dos asignaturas recibidas a lo largo de 1º y
2º relacionadas con Matemáticas y su Didáctica intervienen favorablemente en la
mejora del conocimiento matemático elemental del alumnado del grado y, por
tanto, mejora tanto el conocimiento del contenido matemático, como de los
procesos. Nortes y Nortes
(2017a) encuentran resultados análogos a los nuestros en cuanto a la progresión
de los resultados con respecto al curso de grado, es decir, que el alumnado
desarrolla sus conocimientos matemáticos a lo largo de los estudios del Grado
de Maestro.
El aspecto más negativo es que, a la luz de los resultados, parte del
alumnado que concluye los estudios de Matemáticas y su Didáctica en el grado no
muestra un conocimiento completo o máximo de los contenidos matemáticos
elementales, lo cual coincide con lo que Castro et al. (2014) declaran sobre
las deficiencias graves de los programas de formación de docentes, tanto en
contenidos matemáticos como en procesos, que también nos debería hacer
reflexionar las posibles y próximas reformas.
En cuanto al análisis de contenidos
matemáticos, en los dos cursos de
grado, las puntuaciones más altas se obtienen para el bloque de Medida mientras
que el alumnado de 6º de Educación Primaria destaca en el bloque de Datos e
Incertidumbre. Las puntuaciones más bajas en todos los cursos corresponden al
bloque de Números. En este bloque, los resultados de este trabajo contrastan
con lo reportado por Nortes y Nortes
(2017b). En su estudio comparan tareas de Aritmética y Geometría de la prueba
de Competencia Matemática de 6º de Primaria correspondientes a varios cursos de
grado, los resultados muestran un porcentaje mayor de respuestas correctas en
Aritmética comparado con Geometría.
El alumnado de 1er curso obtiene resultados muy parecidos a
los reportados por Nortes y Nortes
(2019a) en los bloques de Números (6,50) y Medida (7,87). Sin embargo, nuestro
alumnado de 3º obtiene resultados parecidos a aquellos en Geometría (7,40) y
Datos e Incertidumbre (8,52). Cuando nuestro alumnado acaba su formación en
Matemáticas y su Didáctica tiene un nivel similar al que muestran los
estudiantes de Murcia cuando inician su formación en esta materia. Cabe
plantearse, por tanto, si el nivel en el acceso a la facultad de educación es
distinto en diferentes regiones, qué implicaciones puede tener esto para la
formación inicial de los futuros docentes. Quizá pudiera paliarse esta
diferencia con la que llega el alumnado desde los estudios preuniversitarios
reforzando en nuestro caso estos bloques en los estudios de grado.
Las diferencias de medias obtenidas en los cursos 1º y 3º para los
bloques Números y Geometría indican que a lo largo del grado el alumnado de 3º
mejora en los dos bloques citados, mientras que no mejora su nivel de
conocimiento en los bloques de Medida y de Datos e Incertidumbre. Esto
contrasta con los resultados obtenidos por Nortes y Nortes (2017a), quienes detectan diferencias en cuanto al
curso para el bloque de Geometría y el de Datos e Incertidumbre, pero no
encuentran tales diferencias en los bloques de Números y Medida. Cabe resaltar
que el instrumento utilizado fue distinto al empleado en este estudio, y esto
puede contribuir a la diferencia observada en los resultados.
A la luz de los resultados obtenidos, se puede concluir que las
asignaturas de Matemáticas y su Didáctica contribuyen a mejorar los
conocimientos matemáticos del alumnado del grado en los bloques de Números y
Geometría, no resultando tal mejora en los bloques de Medida y de Datos e
Incertidumbre. Este hecho debería ser tenido en cuenta y revisar las acciones
realizadas en las correspondientes partes de las asignaturas de los cursos de
1º y 2º, con el fin de mejorarlos. Convendría determinar si el alumnado no mejora
en su nivel porque este ya es alto, o porque no siente motivación para
profundizar en esos contenidos. Sin embargo, parece que se está haciendo un
buen trabajo en las otras partes que incluyen al bloque de Números y Geometría.
Con respecto a los procesos
cognitivos, se puede observar que
tanto en 6º de Educación Primaria como en el 1er curso de grado, las
puntuaciones siguen el nivel de progresión de los seis procesos cognitivos de
menor complejidad (Acceso e Identificación) a mayor complejidad (Juicio y
Valoración). Sin embargo, en el 3er curso se observa una excepción a
la tendencia descendente en el proceso de Análisis, ya que la puntuación
asciende de 7,90 en Aplicación a 8,51 en Análisis, en lugar de descender, como
se esperaría por la mayor complejidad
La progresión ascendente obtenida en el 1er curso se encuentra
en línea con la reportada por Nortes y Nortes (2019a) con su alumnado de grado en el curso en el
que empieza sus asignaturas de Didáctica de Matemáticas.
Las diferencias de medias para los dos cursos universitarios en los
procesos de Juicio y Valoración y Análisis indicarían que el alumnado de 3º
obtiene mejores resultados en cuanto a examinar y dividir la información en
partes, así como en encontrar relaciones entre situaciones diversas en
contextos relativamente conocidos, también en la capacidad para formular
juicios con criterio propio.
Se puede pensar, por tanto, que los estudios del grado fomentan el
desarrollo de las habilidades de orden superior en los estudiantes, como Juicio
y Valoración y Análisis, lo cual encaja con los objetivos recogidos en las
guías didácticas de las asignaturas y la memoria del grado. Sin embargo,
coincidimos con otros autores (Carrizales, 2017; Rim
y Lee, 2015; Stemn, 2020) en la necesidad de que los
planes de formación de docentes incidan en el desarrollo de estos procesos
cognitivos, y no solo en el contenido matemático, como apunta la nueva ley
educativa desarrollada ya para la Educación Primaria (LOMLOE, 2020).
Si hacemos un análisis pormenorizado de los ítems del cuestionario, las
cinco preguntas mejor contestadas por el alumnado de 6º de Educación Primaria
fueron, por orden, la P11, P1, P20, P8 y P2. Los cinco ítems con mayor
puntuación del grupo de 1º fueron P1, P2, P8, P17 y P20. En el grupo de 3º, las
preguntas con mejor desempeño fueron, por orden, P1, P20, P2, P8 y P6, P11 y
P17. Los ítems citados pertenecían a distintos bloques de contenido e
implicaban procesos cognitivos con distintos niveles de dificultad (ver Tabla
1). Parece que el grupo de 3º encuentra similares dificultades para responder a
las preguntas que el de 1º, exceptuando la P11, en la cual se pide discriminar
qué figura no es un poliedro entre cuatro cuerpos geométricos. Por ello, al
refrescar el contenido en la asignatura de 2º (Didáctica de la Geometría y
la Medida), el grupo de 3º ofrece más respuestas correctas.
Los resultados de Nortes y Nortes
(2019a) también apuntaban la pregunta P20 (Figura 1) como la mejor contestada,
que curiosamente pertenecía al proceso cognitivo de nivel superior, Juicio y
Valoración, que implica habilidades cognitivas de orden superior. En línea con
estos autores, se cree que en el análisis de la prueba se yerra en la
asignación de la pregunta al proceso cognitivo, pues la identificación de la
moda en un gráfico de barras podría corresponder a una categoría como
Comprensión o Aplicación, en lugar de a Juicio y Valoración. El resto de preguntas afines a los tres grupos son la P1, P2 y P8,
correspondiendo las dos primeras al proceso de primer nivel, Acceso e
identificación, y la tercera al cuarto nivel, Análisis.
Figura 1. Pregunta
P20
Por otro lado, los cinco ítems con menor puntuación del alumnado de 6º de
Educación Primaria son: P24, P23, P15, P9 Y P29. Sin embargo, para el alumnado
del grupo de 1º fueron P29, P21, P24, P23 y P9, y, para el grupo de 3º, P23,
P21, P24, P9 y P25.
Los dos cursos de grado coinciden en los ítems P9, P21, P23 y P24,
perteneciendo además P9 y P21 al bloque de Números y al proceso cognitivo de
Juicio y Valoración. Estos resultados se asemejan a los obtenidos por Nortes y Nortes (2019a) donde los
ítems P21, P23 y P24 se suspenden en todos sus grupos.
Además, el ítem 21, figura como el peor contestado en la muestra de Nortes y Nortes (2019a),
curiosamente, esta pregunta no figura entre las cinco preguntas con peor
desempeño de nuestro alumnado de 6º de Primaria, sino que se sitúa el 9º. El
ítem 21 (figura 2) plantea la reflexión sobre el proceso que se aplica en la
resolución de problemas, concretamente en la aplicación de porcentajes.
Contreras et al. (2012) y Montes et al. (2015) ya detectaban dificultades de los
estudiantes para maestro/a en la resolución de problemas de la vida cotidiana
que implicaban porcentajes de forma directa e indirecta, por ejemplo, contextos
de descuento comercial. Tal vez en la docencia del grado no se esté haciendo
suficiente hincapié en este tipo de contenidos que se consideran aprendidos en
cursos inferiores. De hecho, en el grupo de 6º de Educación Primaria esta
pregunta no figura entre las cinco preguntas con menor desempeño. Se propone,
por tanto, como prospectiva profundizar en el tipo de error que producen los
futuros docentes al calcular porcentajes.
Figura 2. Pregunta
P21
Por último, destacar que las preguntas con mejor
desempeño suelen coincidir con el proceso cognitivo menos demandante
cognitivamente, Conocer y reproducir; las preguntas con peor desempeño suelen
pertenecer al proceso más demandante, Juicio y valoración.
5.
Conclusiones
Las preguntas de investigación pueden contestarse mediante el análisis de
los conocimientos matemáticos elementales del alumnado del Grado de Maestro en
Educación Primaria en 1º y 3º, y su comparación entre sí, además de con los de
alumnado de 6º de Primaria, así como identificar los elementos en los que los
participantes mostraban mejor y peor dominio de conocimiento matemático.
Como era de esperar, el conocimiento matemático elemental del alumnado
universitario es superior al del estudiantado que termina la etapa de
escolarización Primaria, tanto en contenidos como en procesos cognitivos. No
obstante, cabe señalar, que lo ideal sería que el alumnado ya accediera al
grado con un nivel máximo de conocimientos matemáticos elementales, pues para
poder profundizar en el conocimiento pedagógico es imprescindible tener un
conocimiento sólido del contenido matemático (Baumert
et al. ,2010; Goos, 2013). Por tanto, si el alumnado
que accede a la formación inicial no tiene un consolidado conocimiento
matemático, la formación universitaria deberá atender ese aspecto también,
restando tiempo y esfuerzo al conocimiento didáctico del contenido (PCK), del
cual no habrá recibido formación a lo largo de su escolarización obligatoria.
De hecho, el estudio de los programas académicos de formación de docentes realizado
por Rico et al. (2014) incide sobre la necesidad de que los planes de estudio
enfaticen la Didáctica de las Matemáticas y Matemáticas Escolares en lugar de
centrarse en contenidos matemáticos avanzados. Esta afirmación se alinea con la
visión aportada por los docentes en activo, pues las Matemáticas Escolares era
el tercer dominio más valorado por esos docentes (Martín del Pozo et al.,
2013).
Con el fin de poder focalizar los programas en la didáctica, estamos de
acuerdo con la Sociedad Española de Investigación en Educación Matemática
(SEIEM, 2014) y con varios investigadores (Barcero et
al., 2019; Lacasa y Rodríguez, 2013; Montes et al., 2015; Nortes
y Nortes, 2019a) en la necesidad de una prueba
inicial que garantice el acceso al Grado de Maestro con un conocimiento
matemático mínimo sobre el que se pueda abordar la formación didáctica del
alumnado. Los resultados de las regiones que actualmente están aplicando esa
prueba ayudarán a orientar la misma en el resto del país.
Entre las limitaciones del estudio, se destaca que el mismo sea
transversal en lugar de longitudinal, lo que permitiría ver la evolución de un
grupo o cohorte. Sin embargo, junto con
los estudios realizados en las diferentes regiones españolas, permite disponer
de una panorámica que permita orientar y decidir sobre qué tipo de acciones
serían adecuadas para mejorar la formación inicial respecto al conocimiento
matemático del futuro docente.
Apoyos
Agradecemos a la Jefatura de Servicio de Ordenación Académica,
Documentación y Evaluación de Castilla-La Mancha la cesión de parte de los
datos de los participantes en este estudio.
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