
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 27 - 2025
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1. INTRODUCCIÓN
En la actualidad aún perviven ideas preconcebidas y, en ocasiones, erróneas sobre
el alumnado con Altas Capacidades Intelectuales (ACI). En numerosas fuentes, pe-
riódicos, televisión e incluso bibliografía sobre el tema (Acereda, 2005; Benito, 1992;
Pérez y López, 2007; Tourón, 2000), se prodigan generalizaciones, mitos y creencias
en torno a las personas con ACI, no contrastadas empíricamente, que llegan incluso
a crear prejuicios sobre este alumnado (son personas inadaptadas socialmente, no
necesitan ayuda especial, son muy frágiles e inestables emocionalmente, no tienen
ninguna dicultad en ningún área académica, etc.) (Fernández y Sánchez, 2011;
Peter et al., 2024).
Las singularidades de los niños con ACI se maniestan, más allá de su alta capaci-
dad intelectual, en su elevada sensibilidad, su permanente sentido ético, su concep-
ción autocrítica y sus intereses e ideales elevados (Apraiz de Elorza et al., 1995). En
el ámbito afectivo-emocional y social muestran unas singularidades que desde hace
algunas décadas vienen recogiendo los teóricos de las ACI. Las características que
más se repiten son: que se muestran muy sensibles y necesitan un mayor soporte
emocional, tienen un sentido ético muy alto, una postura acentuadamente autocríti-
ca, unas preocupaciones sociales profundas, una baja tolerancia a la frustración y el
mantenimiento de una serie de intensidades psicológicas, etc. (Jiménez y Álvarez,
2001; Johnson et al., 2024).
Durante el proceso de detección, identicación y evaluación de las personas con
ACI, pueden diferenciarse dos tipos de medidas (Fernández y Sánchez, 2019). Por
una parte, las objetivas, que reúnen una serie de características técnicas y psico-
métricas, contrastadas, estandarizadas y ables como las pruebas de rendimiento
académico, las pruebas psicométricas (de inteligencia, de aptitudes especícas, de
creatividad, de personalidad e intereses, de estilo de aprendizaje, de motivación…).
Y las subjetivas, que a través de una serie de instrumentos aportan información im-
portante y complementaria a las medidas objetivas (informes de profesores, informes
de los padres, nominaciones de los iguales, auto informes). Son en estas últimas en
las que, en mayor medida, se maniestan descripciones de estos niños y adolescen-
tes como personas con un alto sentido de la justicia y un elevado desarrollo moral,
que los diferencia de otros niños y adolescentes de su misma edad que no tienen
una capacidad intelectual superior. Los factores que más repercuten en el desarrollo
moral de cualquier niño o adolescente parecen ser los padres, los compañeros, el
sistema educativo, los medios de comunicación y las redes sociales. También hay
que destacar aspectos relacionados con el desarrollo cognitivo, el autoconcepto, la
empatía, además del ámbito educativo y el periodo evolutivo en el que se encuentra
(Fernández y Sánchez, 2016).
Como se ha anunciado anteriormente, a los niños y adolescentes de Altas Capaci-
dades Intelectuales se les ha venido considerando, de manera generalizada, como
personas con un alto sentido de la justicia y de la moral (Acereda y Sastre, 1998).
Su alta capacidad intelectual está relacionada con una mayor capacidad de reexión
que les conduce a producir opiniones sobre valores morales y éticos más aanzados,
y a manifestar un desarrollo moral más elevado que el resto de los niños.
A continuación, se realiza una revisión del estado de la cuestión del tema que em-
prende esta investigación: el desarrollo moral y su relación con las Altas Capacida-
des Intelectuales, abordándose los aspectos más importantes.