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Anduli
Revista Andaluza de Ciencias Sociales
ISSN: 1696-0270 • e-ISSN: 2340-4973
LAS ACTITUDES POLÍTICAS COMO FACTOR
EXPLICATIVO DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
POLITICAL ATTITUDES AS AN EXPLANATORY
FACTOR OF CITIZEN PARTICIPATION
Antonia
González-Salcedo
Universidad de Murcia
agonzalez@um.es
https://orcid.org/0000-0003-4868-6905
Cristina
Moreno
Universidad de Murcia
cmoreno@um.es
https://orcid.org/0000-0003-1485-8676
José-Manuel
Mayor
Universidad de Murcia
josemanuel.mayor@um.es
https://orcid.org/0000-0001-5433-3415
Resumen
Votar es la forma más generalizada de par-
ticipación política, pero a nivel local, par-
ticipar en eventos como los presupuestos
participativos permite transmitir las prefe-
rencias ciudadanas e inuir en las políticas
públicas. Este estudio busca dar respuesta
a por qué algunos individuos se implican
más que otros en los asuntos públicos. Para
ello, plantea un estudio de caso centrado
en los presupuestos participativos de Moli-
na de Segura (Región de Murcia, España).
Se realizan grupos de discusión y una en-
cuesta a 600 individuos del municipio. Los
resultados del análisis de discurso y del
modelo probit indican que diversas varia-
bles favorecen que las personas participen
políticamente. Destacan especialmente que
las personas tengan interés en la política,
que perciban necesidades de inversión
en su barrio, que tengan conanza en las
instituciones del gobierno local, y que se
consideren informados sobre el proceso
participativo. Entre las propuestas recogi-
das sobre cómo fomentar la participación
están: implementar una base educativa que
fomente la cultura participativa desde eda-
des tempranas y que las administraciones
públicas sean comunicativas.
Palabras clave: participación ciudadana,
presupuestos participativos, actitudes políti-
cas, factores explicativos de la participación.
Abstract
Voting is the most widespread form of
political participation, but at the local level,
participating in events such as budgeting
allows citizens’ preferences to be conveyed
and public policies to be inuenced. This
study seeks to answer the question of
why some individuals are more involved
in public affairs than others. To this end,
it proposes a case study focused on the
participatory budgets of Molina de Segura
(Region of Murcia, Spain). Focus groups
and a survey of 600 individuals in the
municipality were done. The results of the
discourse analysis and the probit model
indicate that several variables favor political
participation. Particularly noteworthy are
the fact that people are interested in politics,
that they perceive investment needs in their
neighborhood, that they have condence in
local government institutions, and that they
consider themselves informed about the
participatory process. Among the proposals
collected on how to encourage participation
are: to implement an educational base that
encourages a participatory culture from an
early age and that public administrations
are communicative.
Keywords: citizen participation,
participatory budgets, political attitudes,
explanatory factors of participation.
Como citar este artículo /citation: González-Salcedo, Antonia; Moreno, Cristina; Mayor, José-Manuel (2025). Las
actitudes políticas como factor explicativo de la participación ciudadana.
ANDULI 28 (2025) pp.31-57, https://doi.org//10.12795/anduli.2025.i28.02
Enviado: 6.03.2024; Revisado: 9.12.2024; Aprobado: 6.05.2025
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1. INTRODUCCIÓN Y MARCO TEÓRICO
El signicado original de la palabra “participación” en latín era el de “tomar parte en
un reparto” y aún se mantiene (Rivero, 1997). Hoy en día, la participación política
también implica involucrarse en la elección de gobernantes. La participación electo-
ral actúa como un mecanismo de control sobre el acceso y la salida de la élite gober-
nante. Este tipo de participación ha sido el foco principal de los estudios politológicos,
equiparándose en muchos casos al acto de votar. Pero también hay otras formas
de participación como la participación ciudadana en los presupuestos participativos.
1.1. Formas de participación ciudadana
Votar no es ni la única, ni la forma más signicativa de participación política. No todas
las decisiones del gobierno se someten a debate electoral, además de que el voto
proporciona escasa información sobre las preferencias ciudadanas. En este sentido,
el voto no da directrices claras sobre políticas públicas ni permite identicar el grado
de participación de la ciudadanía. No ayuda a determinar si los individuos están invo-
lucrados en otras formas de participación política.
El signicado amplio que generalmente aparece en la mayoría de los estudios sobre
la participación política hace referencia a aquellas acciones cuyo propósito o conse-
cuencia es inuir en las decisiones gubernamentales (Verba et al., 1995). Esto puede
lograrse de forma directa, mediante la intervención en el diseño o la implementación
de políticas públicas, o indirectamente, a través de la elección de los individuos res-
ponsables de dichas políticas.
No obstante, esta denición puede considerarse algo limitada en el contexto actual.
La concepción clásica asumía que las decisiones políticas eran siempre el resultado
de las acciones de la élite política, compuesta por representantes electos y funcio-
narios públicos. Sin embargo, Montero et al. (2006) sostienen que las actividades
que integran la participación política no se restringen exclusivamente a aquellas re-
lacionadas con dichas autoridades. En ocasiones, los ciudadanos buscan inuir en
las decisiones políticas dirigiendo sus esfuerzos hacia actores del sector privado o
entidades sin nes de lucro, y no necesariamente hacia los integrantes tradicionales
de la élite política.
La participación se ha considerado mayoritariamente desde un punto de vista ins-
trumental, aunque hay otros enfoques más cualitativos de la práctica participativa.
Diversas investigaciones se centran en la sociología aplicada a la ciudadanía, fun-
damentándose en una perspectiva que promueve una visión dinámica y relacional
del concepto. En estos enfoques, las prácticas sociales de los individuos adquieren
un papel central en el análisis (Somers, 1994). Bajo dicha óptica, la ciudadanía se
entiende, principalmente, como una expresión colectiva de pertenencia activa, más
allá de los objetivos que puedan obtenerse de la participación, como la inuencia en
el gobierno.
Los cambios en las últimas décadas respecto al modo en que los ciudadanos se
relacionan con la política han puesto en duda la adecuación de la perspectiva mini-
malista o instrumental de la participación política. Desde los años setenta, el auge de
movimientos sociales, iniciativas ciudadanas y organizaciones no gubernamentales
en las democráticas occidentales ha demostrado la existencia de múltiples formas
de participación política. Algunas prácticas se realizan dentro de los canales estable-
cidos, mientras que otras utilizan procedimientos más o menos legítimos y legales.
Artículos • Antonia González-Salcedo, Cristina Moreno, José-Manuel Mayor
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Actualmente, las actividades convencionales y no convencionales se combinan en la
práctica política de la población.
En este sentido, Ganuza y Francés (2008) consideran más adecuada la clasica-
ción de las formas de participación como institucionalizadas y no institucionalizadas,
haciendo referencia las primeras a aquellas prácticas en las que la administración
desempeña un papel clave, ya sea porque ha impulsado directamente la implemen-
tación de una práctica, o porque, aunque la iniciativa no provenga de una institución,
la administración asume un rol de liderazgo y compromiso con la experiencia partici-
pativa (OIDP, 2007). En la participación autónoma o no institucional la ciudadanía se
organiza para participar sin que la iniciativa parta de las instituciones y los gobiernos,
sin que deban usarse los mecanismos previstos legalmente para articular la partici-
pación (Ziccardi, 1998).
El término participación ciudadana suele usarse frecuentemente como equivalente
a la participación política en un sentido amplio, aunque algunos autores la vinculan
especícamente con las actividades realizadas en el ámbito urbano. Según Ziccar-
di (2007), la participación ciudadana, a diferencia de otras modalidades, se reere
particularmente a la intervención de los habitantes de las ciudades en los asuntos
públicos.
En el ámbito local, la participación ciudadana se presenta actualmente como un es-
fuerzo por revitalizar el sistema democrático y forma parte de una tendencia de di-
namismo participativo que contrarresta la apatía y el desinterés de la población. Los
ciudadanos exigen a los gobiernos que respondan a sus necesidades de forma más
participativa y transparente, lo que resulta crucial para diseñar iniciativas que impac-
ten positivamente en la calidad de vida y mejoren los servicios públicos (Morales et
al., 2023). En este contexto, el ámbito local se percibe como el nivel más adecuado
para fomentar la participación ciudadana, debido a su capacidad para reejar las
particularidades del territorio, su exibilidad para atender demandas reales, y su po-
tencial para crear condiciones que incluyan a individuos y colectivos interesados en
los asuntos públicos. Además, se considera el idóneo para fortalecer el capital social
y facilitar una toma de decisiones más eciente (Subirats, 2002; Blanco y Gomá,
2002; Sánchez, 2002; Colino, 2002).
Entre las distintas modalidades de participación ciudadana que establecen Gomà
y Font (2001), este análisis se centra en los presupuestos participativos, denidos
como “un mecanismo (o proceso) en el que la población decide o contribuye a decidir
el destino de una parte de los recursos públicos” (Cabannes, 2004), lo que permite
a la población manifestar sus necesidades sobre la asignación de los recursos que
impactan su entorno (Casillas y Casillas, 2025). Estos procesos complementan y
amplían la democracia representativa al permitir que los ciudadanos participen en la
asignación de recursos mediante debates y consultas (Pineda y Fernández, 2004;
Francés y Carrillo, 2015).
1.2. La participación en los presupuestos participativos
Desde su primera implementación en 1989 en Porto Alegre (Brasil), esta práctica se
ha expandido a más de 3.000 experiencias en 45 países, consolidándose como una
de las innovaciones democráticas más signicativas de las últimas décadas (Ca-
bannes, 2017). En España, los presupuestos participativos comenzaron en 2001 en
ciudades como Córdoba, Puente Genil y Cabezas de San Juan, y desde 2007 su
aplicación ha crecido rápidamente, con más de 100 iniciativas desarrolladas, inclu-
yendo grandes ciudades como Madrid y Barcelona.
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La estructura de los presupuestos participativos en España varía según el municipio,
en términos de tamaño, impacto y capacidad de inuencia. Sin embargo, comparten
elementos comunes, como un alto grado de institucionalización, ya que muchos es-
tán integrados en los Reglamentos de Participación Ciudadana (RPC), y su apoyo en
redes de consejos que fomentan el diálogo entre representantes políticos y asocia-
ciones (Sintomer y Ganuza, 2011).
Sin embargo, y pese a sus virtudes, este mecanismo presenta deciencias en cuan-
to a la representatividad, ya que la participación se basa en la autoselección de
los interesados tras campañas de difusión. En consecuencia, los participantes no
representan a toda la ciudadanía, sino a un grupo de personas interesadas en los
temas a tratar. Este modelo tiende a generar sesgos, dado que, aunque fomenta la
participación individual, en la práctica son mayoritariamente ciudadanos organizados
quienes participan (Font, 2020:20). Así, los procesos no reejan una muestra repre-
sentativa de la población, sino un grupo plural con interés y disposición para discutir
políticas públicas (Font, 2001). Esto implica que algunos grupos “capturan” el espa-
cio participativo mientras otros quedan excluidos, con una notable desigualdad en
la intensidad de participación entre sectores activos y otros completamente pasivos
(González, 2020).
Entre las causas de esta baja participación se encuentra la percepción negativa hacia
los gobiernos locales, vinculada a servicios decientes, altos impuestos, desinterés
por la política, burocracia excesiva, y otros factores como la debilidad del tejido aso-
ciativo (Cabannes y Mayor, 2024; Gutiérrez-Barbarrusa, 2018), la falta de estructuras
organizativas (Kurkela et al., 2024; Rodríguez-Guerrero, 2024), o el contexto social
(Przeybilovicz et al., 2022). También inuyen el desconocimiento de las oportunida-
des de participación y de los mecanismos disponibles (Correia et al., 2023), la falta
de respuesta de las autoridades, las tradiciones democráticas, la autopercepción
de una baja ecacia política, o la creencia de que los gobiernos locales no pueden
resolver los problemas (Manes-Rossi et al., 2023; Colino, 2002; González y Segura,
2017).
Milbrath (1981) introdujo el concepto de “participación psicológica” para describir el
grado de interés de los ciudadanos en la política y los asuntos públicos. De este
modo, en un extremo se encuentran aquellos que están profundamente involucrados
en los conictos políticos, y en el otro, quienes muestran poco o ningún interés en
dichos temas. Este concepto explica por qué algunas personas nunca participan,
mientras que otras parecen dedicar su vida a ello, actuando como verdaderos “profe-
sionales de la participación”. Además, existen factores especícos que pueden inuir
en este nivel de participación psicológica, determinando la intensidad con que una
persona se involucra en los procesos participativos.
El enfoque psico-sociológico plantea que las actitudes, creencias y valores que los
individuos adquieren a lo largo de su vida inuyen directamente en su comportamien-
to político. Las personas que sienten que son capaces de participar y creen que el
sistema responde a sus necesidades tienen más probabilidades de participar que
las personas cínicas (Almond y Verba, 1963). Las actitudes políticas se enmarcan
en el conjunto de factores vinculados a los recursos individuales disponibles y han
sido tradicionalmente reconocidas como predictoras signicativas de la participación
política (Conway, 1986; Bonet, Martín y Montero, 2004).
Estas actitudes representan orientaciones adquiridas que, aunque relativamente
estables, ejercen una inuencia directa sobre el comportamiento político. Pueden
concebirse como un componente clave de los sistemas de creencias de las personas
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y se reeren a un sentimiento duradero, mental o emocional, con el que las per-
sonas abordan problemas o situaciones políticas (Rosenberg, 1942). Las actitudes
políticas pueden enfocarse hacia diversos objetos políticos y varían en intensidad
dependiendo de cada individuo. Estas se interiorizan mediante el proceso de socia-
lización, inuido por la pertenencia a grupos con características culturales o políticas
especícas, así como por el contexto político e institucional en el que se desarrolla el
individuo. Pueden orientarse hacia distintos ámbitos, como la comunidad política en
su conjunto, el régimen político, las autoridades o el propio individuo en su rol como
actor político (Anduiza, 2004).
La participación política está inuida principalmente por actitudes que reejan el gra-
do de implicación del individuo en la política. Entre estas actitudes destacan el interés
por la política y la ecacia política interna, ambas centradas en el propio ciudadano.
La ecacia política interna se reere a la percepción personal de la capacidad para
actuar políticamente, lo que reeja cómo los individuos se ven a mismos como
actores políticos y condiciona su disposición a participar (Verba, Schlozman y Brady,
1995; Torcal y Montero, 2006).
Dicha eciencia mide si los ciudadanos se consideran capaces de comprender y
participar en el proceso político, siendo denida como “la percepción de que el cam-
bio social y político es posible y que el ciudadano individual puede desempeñar un
papel en generar ese cambio” (Campbell et al., 1954:190). Por tanto, hace referencia
principalmente al grado de inuencia que los individuos perciben que pueden ejercer
sobre el sistema político debido a sus propias capacidades (Caprara et al., 2009), es
decir, si se sienten lo sucientemente competentes e informados para participar en
política (Heiss y Matthes, 2016).
Mannarini (2008:99) concluyó que niveles bajos de autoecacia tienden a desligar a
las personas de asumir un rol activo en la política, fomentando en su lugar un replie-
gue hacia el ámbito privado. La posibilidad de sentirse un sujeto activo, capacitado
para desarrollar esta inuencia, podría ser un factor desencadenante de la participa-
ción (Klesner, 2007; Condon y Holleque, 2013; Reichert, 2016).
Por otro lado, el interés por la política y el sentido de pertenencia al proceso político
inuyen directamente en la participación política. Este interés se dene como una cu-
riosidad activa hacia los asuntos públicos (Van Deth, 1998; 2004) y sería una de las
actitudes con más potencial de inuencia positiva en la participación política (Verba,
Schlozman y Brady, 1995; Brussino, Rabia y Sorribas, 2008). Sin embargo, la rela-
ción entre el interés por la política y la participación política no es directa ni uniforme
para todos los tipos de participación (Barnes y Kaase, 1979; Topf, 1995).
El interés político, además de promover opiniones políticas informadas y coherentes,
se asocia a formas de participación tanto convencionales como de protesta, abarcan-
do desde actividades simples, como votar, hasta más complejas, como involucrarse
en asociaciones (Inglehart, 1991; Norris, 1999; Verba, Schlozman y Brady, 1995).
El interés por los asuntos públicos es esencial para la participación política, puesto
que, sin un mínimo de curiosidad, los ciudadanos no tendrían conciencia del proceso
político ni de las oportunidades para proteger sus intereses y participar en decisiones
colectivas (Van Deth y Elff, 2004). Los participantes en procesos como los presu-
puestos participativos suelen demostrar mayor interés político y preocupación por los
asuntos públicos (Ganuza y Francés, 2012).
Además, las actitudes hacia el sistema político desempeñan un papel clave en la
participación ciudadana. En particular, la conanza en las instituciones democráticas
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y en los principales actores políticos, junto con la percepción de que los políticos e
instituciones son receptivos a las demandas ciudadanas (ecacia política externa),
son factores determinantes.
La ecacia política externa hace alusión al sentimiento de que el sistema político res-
ponde a las propias demandas, esperándose que sea elevada si el sistema responde
y proporciona canales y oportunidades de participación (Heiss y Matthes, 2016). Este
indicador mide la percepción del ciudadano sobre la receptividad de las instituciones
y los actores políticos principales. Una alta percepción de ecacia externa estaría ne-
gativamente correlacionada con comportamientos agresivos, mientras que facilitaría
la participación en ámbitos institucionales (Finkel, 1987). Además, la percepción de
una baja capacidad de respuesta de las instituciones políticas a las demandas de la
ciudadanía, podría redirigirla desde las formas tradicionales de participación hacia un
repertorio de acciones de protesta política (Prats y Meunier, 2021).
Por otro lado, la conanza política se dene como la creencia de los ciudadanos en
que las instituciones políticas desempeñarán adecuadamente sus funciones, incluso
en ausencia de una supervisión constante por parte de la ciudadanía (Citrin y Muste,
1999:465). Se trata, por tanto, de un constructo psicológico que recoge la disposición
afectiva de los ciudadanos hacia la autoridad política (Ji et al., 2024). El concepto de
conanza política se basa en la idea de que ésta facilita el funcionamiento eciente
del sistema político, mientras que la desconanza lo diculta, reduciendo su ecacia.
La conanza en las instituciones implica la percepción de que el sistema político y las
autoridades actúan de manera responsable y están comprometidos con los intereses
y demandas de la ciudadanía (Reef y Knoke, 1999). Este tipo de conanza propor-
ciona una motivación adicional para participar en actividades políticas (Antonini et
al., 2015; Brehm y Rahn, 1997; Quintelier y Hooghe, 2011; Zmerli y Newton, 2007).
Por el contrario, quienes desconfían de las instituciones suelen mostrar una menor
disposición a involucrarse en procesos democráticos (Torcal y Lago-Peñas, 2006).
Estudios previos han identicado que la conanza política está positivamente rela-
cionada con la participación institucionalizada, mientras que tiene una asociación
negativa con ciertas formas de participación no institucionalizada (Hooghe y Marien,
2013). Además, el efecto de la conanza política sobre la participación instituciona-
lizada está condicionado por la autoconanza del individuo respecto a su capacidad
para comprender la política (ecacia política interna) (Reichert, 2016). Por otro lado,
diversas investigaciones han demostrado que bajos niveles de conanza política o
insatisfacción con las políticas gubernamentales tienden a estar vinculados con ac-
ciones de protesta o contestatarias por parte de los ciudadanos (Holum, 2023; John
et al., 2011; Van der Meer y Van Ingen, 2009; Van der Meer et al., 2009).
Tal y como se ha señalado, son muchos y diversos los estudios que muestran que
las actitudes políticas podrían tener impactos en diversas formas de participación
política. Prats y Meunier (2021) reiteran en su investigación basada en un análisis
empírico comparativo de 30 países europeos (de los cuales 22 son países de la
OCDE), que las actitudes políticas siempre tienen efectos signicativos en la parti-
cipación. La autopercepción de los individuos sobre su capacidad para entender los
procesos políticos (ecacia interna) tiene un efecto positivo en cualquier forma de
participación. No hay ninguna forma de participación que se vea mejorada cuando
los individuos sienten que no pueden entender la política. La sensación de las perso-
nas de tener voz en lo que hace el gobierno tiene un impacto positivo en las formas
tradicionales de participación, así como en la participación dentro del sistema (Prats
y Meunier, 2021: 4).
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El conjunto de actitudes políticas favorables hacia el sistema político y a la propia
percepción como un actor político capacitado y relevante, parecen facilitar, según
los estudios citados, una predisposición a la participación, también en el caso de la
participación ciudadana en el ámbito local.
Esta relación positiva entre las actitudes políticas y la participación ciudadana supo-
ne la base teórica de nuestra investigación. De este modo, el objetivo del presente
trabajo se centra en estudiar qué factores especícos conducen a algunas personas
a involucrarse en iniciativas de participación ciudadana en el ámbito local -en con-
creto, en los procesos de presupuestos participativos-, cuestión clave para la toma
de decisiones respecto a qué medidas implementar para favorecer mecanismos con
suciente implicación ciudadana.
2. METODOLOGÍA
A continuación, se expone la metodología utilizada. En primer lugar, se introduce el
caso de estudio para, posteriormente, analizar las variables utilizadas.
2.1. El caso de estudio
Si bien existen bases de datos que incluyen variables sobre participación ciudadana,
como las del Centro de Investigaciones Sociológicas (en adelante CIS), éstas no
incluyen variables relativas a la participación en presupuestos participativos. Existen
pocas investigaciones sobre los factores que explican la participación en experien-
cias de mecanismos participativos complementarios de la democracia representativa,
tal y como argumenta Sorribas y Brussino (2017). Este motivo, junto con la consi-
deración de que el ámbito local es el más adecuado para promover mecanismos de
participación ciudadana (Subirats, 2002; Sánchez, 2002; Colino, 2002; Ganuza y
Francés, 2012), y el décit de representatividad identicado en los presupuestos par-
ticipativos (Font, 2000), llevó a la decisión de seleccionar un municipio español con
una trayectoria participativa consolidada para llevar a cabo un estudio exploratorio.
Molina de Segura, con una población aproximada de 72.000 habitantes, se ha desta-
cado como un municipio pionero en la Región de Murcia por implementar presupues-
tos participativos desde 2015. Este proceso no solo cumple con los 13 principios de
calidad establecidos por la Portuguese Network of Participatory Municipalities (2017),
sino que también ha recibido reconocimientos, como el premio en la “I Edición de
los Premios de Gobierno Abierto, Buen Gobierno y Modernización Administrativa de
la Región de Murcia”. Además, fue presentado como un estudio de caso destacado
durante la Semana Europea de la Democracia Local, promovida por el Observatorio
Internacional de Democracia Participativa en 2021 (González et al., 2021).
Desde sus inicios, en el presupuesto participativo de Molina de Segura se han des-
tinado más de 14.000.000 de euros y se han realizado 240 actuaciones relativas a
inversiones y actividades o programas. Se trata de un proceso autorreglamentado,
en donde se realizan una serie de reuniones previas con el n de que sea la propia
ciudadanía la que elabore las reglas que se han de seguir durante todo el año. Los
montantes sobre los que se decide se distribuyen siguiendo criterios de territoriali-
dad, de concentración de población o de niveles inversos de renta per cápita, apli-
cándose los porcentajes que la propia ciudadanía decide por consenso.
Por tanto, es un proceso mayoritariamente presencial, donde incluso el día de la vo-
tación, la mayor parte de los participantes (alrededor del 65%), decide votar de este
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modo frente a la opción digital. No obstante, la participación no termina con la votación,
sino que posteriormente la ciudadanía puede seguir trabajando, bien en las sesiones
de rendición de cuentas que se realizan cada tres meses -donde se explican y detallan
los estados de ejecución de las propuestas-, o bien en las mesas de codiseño urbano
que se realizan en ocasiones, en donde la ciudadanía perla, junto a los técnicos mu-
nicipales, dónde y cómo realizar algunas de las propuestas votadas.
Sin embargo, a pesar de la amplia tradición participativa del municipio, los niveles
de participación en las jornadas de votación no han superado hasta la fecha el 7%
del censo en ninguna de las convocatorias, aspecto que resulta preocupante para el
gobierno local que impulsa el proceso. Los resultados de la investigación ayudarán a
entender por qué hay parte de la ciudadanía que participa, mientras que la mayoría
se mantiene al margen de la experiencia, y se obtendrán recomendaciones para
facilitar la implicación de un mayor número de personas en el futuro.
2.1.1. Encuesta
Los datos del estudio se recogieron a partir de una muestra de un total de 600 en-
cuestas realizadas en el mes de abril de 2020, mediante un muestreo aleatorio sim-
ple, con entrevistas telefónicas realizadas bajo un sistema CATI (error muestral:
±3,98%, nivel de conanza: 95%) a individuos residentes en el municipio de 18 o
más años de edad, considerándose la proporción de hombres y mujeres que vivían
en el municipio, la edad de los residentes y si éstos vivían en el casco urbano, en las
urbanizaciones o en las pedanías.
El cuestionario, de diseño propio, incluía ítems elaborados a partir de preguntas con-
vencionales de los cuestionarios del CIS, en concreto, i) las relacionadas con con-
anza social y cultura política -conanza en la mayoría de la gente, conanza en el
gobierno local, valoración del gobierno local, ecacia política, interés por la política,
qué sentimiento le inspira la política, la política como tema de conversación-, ii) las
referidas a la participación ciudadana -asociacionismo, participación social y políti-
ca-, iii) la pregunta sobre autoubicación en la escala de ideología, y iv) la mayor parte
de las de carácter sociodemográco). Así mismo, se incluyeron variables novedosas
con el n de contribuir a enriquecer el análisis, en particular, las preguntas que dan
cuenta de la participación en los presupuestos participativos estudiados, de la ma-
nera en que se ha participado en los mismos, de las razones que han motivado la
participación o la no participación, de las cuestiones que se mejorarían en ese meca-
nismo participativo en el caso de quienes participaron, de los cambios que deberían
producirse en los presupuestos participativos analizados para que se participase, en
el caso de quienes no participaron y de si se había participado previamente en los
presupuestos participativos de Molina de Segura.
2.1.2. Grupos de discusión
De igual forma, se llevaron a cabo cuatro grupos de discusión en mayo de 2020
formados por ocho personas cada uno. Como es sabido, la signicación cualitativa
no persigue, como en el caso de las estrategias cuantitativas, la signicación esta-
dística, o, dicho de otra forma, no se trata de conseguir una muestra representativa
de la población de referencia, sino de las variables objeto de estudio. De ahí que las
personas participantes en los grupos de discusión se seleccionaran tras un proceso
de síntesis del equipo de investigación de las características que debían reunir para
que el posterior análisis pudiera dar cuenta de los objetivos de la investigación, esto
es, conocer los factores que pueden favorecer la participación en los presupuestos
participativos. En este sentido, dos de los grupos de discusión se formaron a partir de
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personas participantes en el presupuesto participativo durante la experiencia evalua-
da, mientras que los otros dos grupos de discusión se conguraron a partir de perso-
nas que no habían participado (véase la composición de los grupos en el Anexo A).
A partir de los datos recogidos mediante la encuesta y los grupos de discusión, el
análisis tratará de responder al interrogante de si las actitudes políticas pueden in-
cidir en la participación en los presupuestos participativos, cuya pertinencia tiene
que ver con el debate sobre cómo favorecer una mayor implicación en este tipo de
procesos participativos.
2.2. Las variables analizadas
Las variables explicativas de la participación en los presupuestos participativos es-
tudiados se han seleccionado a partir del enfoque psico-sociológico que sugiere que
los individuos desarrollan actitudes, creencias y valores que condicionan su compor-
tamiento político. A partir de esta perspectiva de investigación, quienes sienten que
son capaces de participar (ecacia interna) y creen que el sistema responde a sus
necesidades (ecacia externa) tendrían más probabilidades de participar en la expe-
riencia de presupuestos participativos.
En la Tabla 1 se muestran los estadísticos descriptivos correspondientes a las va-
riables consideradas en el análisis. Se incluye la media y la mediana como medidas
de tendencia central, así como la desviación estándar como indicador de dispersión.
Además de las variables especícas relacionadas con los presupuestos participativos
y las actitudes políticas, se han incorporado una serie de variables de control que han
sido tradicionalmente consideradas en la literatura sobre participación ciudadana.
Tabla 1. Descriptivos de las variables
Media Mediana Desviación estándar
Presupuestos participativos
Presupuestos participativos 0,17 0,00 0,386
Conanza institucional
Conanza en el gobierno local 5,68 6,00 2,062
Ecacia política interna
Comprensión 2,56 3,00 0,579
Información 2,24 2,00 0,562
No votar 2,14 2,00 0,574
Ecacia política externa
Preocupación 2,31 2,00 0,586
Interés personal 2,19 2,00 0,595
Variables de control
Participación social y política 2,48 2,00 1,787
Ideología 1,89 2,00 0,639
Interés 2,69 3,00 0,870
Conv. Familia 2,69 3,00 0,914
Conv. Amigos 2,50 3,00 1,024
Conv. Trabajo 1,82 1,00 1,063
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• 40 •
Media Mediana Desviación estándar
Variables sociodemográcas
Mujer 0,52 1,00 0,500
Edad 2,69 3,00 1,008
Estudios 3,78 4,00 1,140
Clase social 3,19 3,00 0,747
Zona 1 0,28 0,00 0,448
Zona 2 0,19 0,00 0,389
Zona 3 0,22 0,00 0,414
Zona 4 0,20 0,00 0,402
Zona 5 0,12 0,00 0,315
Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el mes de abril de 2020.
La variable dependiente presupuestos participativos (Participación en presupuestos
participativos), se construyó a partir de la pregunta del cuestionario P11. ¿Me podría
decir si participó en los presupuestos participativos de 2019 en Molina de Segura?:
1. Si participé, 2. No participé porque no pude, 3. No participé porque no tenía cono-
cimiento sobre la experiencia participativa, 4. No participé porque no quise. Dicha va-
riable fue dicotomizada, tomando el valor 1 si los encuestados señalaron la primera
de las opciones, esto es, que participaron en el proceso, y 0 si se trataba alguna de
las otras opciones de respuesta.
Figura 1. Distribución de frecuencias de la variable dependiente
Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el mes de abril de 2020.
En este sentido, el 17,7% de los encuestados manifestó haber participado en el
proceso en alguna o algunas de sus distintas fases, como en la elaboración del au-
torreglamento, asistiendo a las reuniones informativas o de priorización, realizando
propuestas, participando en la priorización de las propuestas y/o votando (Tabla 2).
Por el contrario, el 24,17% de los entrevistados armó no haber participado porque
no pudo, el 33,83% por no conocer el proceso en sí, y el 21,33% porque no quiso,
argumentado una o varias razones a este respecto, como no interesarle ninguna de
las propuestas sometidas a votación, pensar que su participación no serviría para
Artículos • Antonia González-Salcedo, Cristina Moreno, José-Manuel Mayor
• 41 •
nada, no sentirse capacitado para tomar decisiones sobre política, no entender cómo
funciona el proceso de presupuestos participativos, considerar que el proceso no se
había desarrollado de manera transparente, no querer complicarse la vida, parecerle
insuciente la parte del presupuesto participativo a decidir, considerar que no todas
las personas han podido inuir de igual manera en la formulación de propuestas, o
no encontrar motivos para participar, entre otras razones.
Tabla 2. Participación en el presupuesto participativo de 2019
Frecuencia Porcentaje
Si participé 106 17,7
Ha participado en la elaboración del autorreglamento 4 0,67
Ha asistido a reuniones informativas o de priorización 11 1,83
Ha realizado propuestas 13 2,17
Ha participado en la priorización de las propuestas 61,00
Ha votado 71 11,83
Ns/Nc 1 0,17
No participé porque no pude 145 24,17
No participé porque no tenía conocimiento
sobre la experiencia participativa 203 33,83
No participé porque no quise 128 21,33
No me interesaba ninguna de las propuestas sometidas a votación 23 3,83
Pensaba que no serviría para nada 37 6,17
No me siento capacitado para tomar decisiones sobre política 12 2,00
No entiendo cómo funciona el proceso de los presupuestos
participativos 19 3,17
No me pareció que el proceso se hubiera desarrollado de manera
transparente 7 1,17
No quiero complicarme la vida 26 4,33
La parte del presupuesto a repartir me parece insuciente 30,50
No todas las personas han podido inuir de igual manera en la for-
mulación de propuestas 30,50
No encuentro motivos para participar 42 7,00
Por otras razones 1 0,17
Ns/Nc 2 0,33
Ns/Nc 18 3,00
Total 600 100,0
Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el mes de abril de 2020.
Como se ha indicado, la conanza institucional remite al hecho de que cuando la
ciudadanía confía en su gobierno, está dispuesta a involucrarse en la formulación de
políticas, independientemente de los costes que supongan. Para recoger el efecto de
la conanza institucional se ha incluido el siguiente ítem en relación a la conanza en
el gobierno local: P3 ¿En qué medida confía en el gobierno local según una escala
de 0 a 10, en la que 0 signica “ninguna conanza” y 10 “total conanza”?
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 28 - 2025
• 42 •
La ecacia política interna hace referencia principalmente al grado de inuencia que
los individuos perciben que pueden ejercer sobre el sistema político debido a sus
propias capacidades, es decir, si los ciudadanos se sienten lo sucientemente com-
petentes e informados para participar en política. Para recoger el efecto de la ecacia
política interna se han utilizado tres ítems procedentes de la pregunta: P5 Indique su
grado de acuerdo o desacuerdo con estas frases, siendo 1 = muy de acuerdo, 2 =
de acuerdo, 3 = en desacuerdo, y 4 = totalmente en desacuerdo: c) “Generalmente
la política es tan complicada que la gente como yo no puede entender lo que pasa”,
d) “Estoy mejor informado sobre política que la mayoría de la gente”, e) “Mi familia,
amigos o conocidos podrían ver con malos ojos que yo no votara”. De este modo se
han obtenido las variables comprensión, información y no votar respectivamente,
recodicándose inversamente las dos últimas para una mejor interpretación de los
resultados (4 = muy de acuerdo, 3 = de acuerdo, 2 = en desacuerdo, y 1 = totalmente
en desacuerdo).
La ecacia política externa, por otro lado, hace alusión al sentimiento de que el sis-
tema político responde a las propias demandas, esperándose que sea elevada si el
sistema responde y proporciona canales y oportunidades de participación. Este indi-
cador mide la percepción del ciudadano respecto de la receptividad de las institucio-
nes y los actores políticos principales. Para recoger dicho efecto se han incluido los
dos ítems siguientes: P5 Indique su grado de acuerdo o desacuerdo con estas fra-
ses, siendo 1 = muy de acuerdo, 2 = de acuerdo, 3 = en desacuerdo, y 4 = totalmente
en desacuerdo: a) “Los políticos no se preocupan mucho de lo que piensa la gente
como yo”, y b) “Esté quien esté en el poder, siempre busca sus interese personales”.
Además de las variables anteriores, se ha considerado una serie de factores tradi-
cionalmente utilizados en los estudios sobre participación ciudadana, como son la
participación social y política, la ideología, el interés por la política, y la política como
tema de conversación en el círculo más cercano.
Respecto a la variable participación social y política, se ha construido a partir de la
siguiente pregunta del cuestionario: P10. Existen diversas formas de participación en
acciones sociales y políticas que la gente puede llevar a cabo. Por favor, indíqueme
para cada una de ellas, si lo ha hecho alguna vez, no lo ha hecho, pero podría ha-
cerlo, o ni lo ha hecho ni lo haría nunca: a) Asistir a una manifestación, b) Consumo
político (consumir o dejar de consumir productos por razones éticas o políticas), c)
Enviar mensajes políticos a través del móvil, d) Compartir información de tipo político
en las redes sociales, e) Firmar una petición, y f) Entregar o recaudar dinero para al-
guna causa social o política. Esta variable se ha recodicado, de modo que se otorga
el valor 1 si el individuo maniesta que lo ha hecho alguna vez, y 0 en caso contrario,
sumándose posteriormente los valores resultantes de estos 6 ítems, obteniéndose
nalmente la variable participación social y política, que oscila entre un valor de 0 si
el individuo no ha llevado a cabo ninguna de dichas acciones, y un valor de 6, en el
caso de que las haya realizado todas.
Con el n de conocer la ideología se preguntó: P13. Cuando se habla de política
se utiliza normalmente la escala izquierda/derecha. En una escala de 0-10 donde 0
signica “extrema izquierda” y 10 “extrema derecha”, ¿dónde se ubicaría?, donde si
el individuo se posicionó en la escala ideológica entre el punto 0 y el punto 3 se le
asigna un valor de 1, y 0 en caso contrario, a la variable ideología; si se señaló un
valor entre 4 y 6, se le asigna un valor de 2, y 0 en caso contrario; y si declaró un
valor entre el rango de 7 a 10 se le asigna 3 a dicha variable, y 0 en caso contrario.
Artículos • Antonia González-Salcedo, Cristina Moreno, José-Manuel Mayor
• 43 •
El interés mostrado por la política es otra de las variables consideradas tradicional-
mente. El hecho de que la persona se interese por la política y se sienta parte del
proceso político sería una de las actitudes que más inuyen positivamente en la par-
ticipación política, según la literatura académica. En esta ocasión, dicho interés se ha
recogido a través de las preguntas P6 ¿Podría decirme en qué medida le interesa la
política?, siendo 1 = mucho, 2 = bastante, 3 = poco, y 4 = nada, y P8.1 ¿Hasta qué
punto la política es, ahora, un tema de conversación en sus relaciones personales,
en casa, con su familia? 8.2 ¿Y con sus amigos/as? 8.3 ¿Y en el centro de trabajo
o de estudios?, siendo 1 = frecuentemente, 2 = algunas veces, 3 = raramente, y 4
= nunca. De este modo se han incluido las variables interés, y conversaciones con
familia, amigos y trabajo respectivamente, recodicándose las tres últimas en sentido
contrario para facilitar la interpretación de los resultados.
Por último, y respecto a las variables sociodemográcas, se ha considerado el sexo
de las personas encuestadas, su edad, su nivel de estudios, su clase social y su lu-
gar de residencia en el municipio. El sexo se ha recodicado en la variable mujer, que
indica si el sujeto es mujer o no, mientras que la variable edad ha sido recodicada,
de modo que toma el valor 1 si el encuestado tiene entre 18 y 30 años, el valor 2 si se
encuentra entre 31 y 44 años, el valor 3 si cuenta con entre 45 y 64 años, y el valor
4 si señala tener 65 o más años de edad. En cuanto al nivel de estudios, varía entre
no tener estudios (valor 1), contar con educación primaria (2), educación secundaria
obligatoria (3), bachillerato o formación profesional (4) o educación superior (5).
En cuanto a la clase social, las personas entrevistadas podían autoubicarse respon-
diendo a la pregunta P18. Y en referencia a su clase social, considera que pertenece
a la… 1. Clase alta, 2. Media-alta, 3. Media-media, 4. Media-baja, o 5. Baja, registrán-
dose un valor 1 para quienes manifestaban pertenecer a la clase alta, 2 para quienes
manifestaban pertenecer a la clase media-alta, y así sucesivamente. Por último, se
consideró la zona del municipio de residencia, siendo la Zona 1 y la Zona 2 del muni-
cipio las del casco urbano, la Zona 3 la de las urbanizaciones, y la Zona 4 y la Zona 5
las de las pedanías (zonas de campo y huerta respectivamente), tomando dichas va-
riables el valor 1 si la persona encuestada señala residir en ella, y 0 en caso contrario.
Tras la descripción de las variables incluidas en el análisis, la Tabla 3 muestra la
distribución de las mismas en función de si los individuos han participado o no en el
presupuesto participativo del municipio.
Tabla 3. Comparativa de medias
Participa en el
PsPs
No participa en el
PsPs
NMedia NMedia
Conanza institucional
Conanza en el gobierno local 106 6,41 464 5,53
Ecacia política interna
Comprensión 100 2,70 445 2,55
Información 81 2,56 442 2,19
No votar 100 2,27 429 2,11
Ecacia política externa
Preocupación 95 2,31 457 2,31
Interés personal 102 2,25 463 2,18
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 28 - 2025
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Participa en el
PsPs
No participa en el
PsPs
NMedia NMedia
Variables de control
Participación social y política 106 3,02 476 2,35
Ideología 97 1,85 434 1,90
Interés 106 2,06 476 2,84
Conv. Familia 106 3,07 476 2,58
Conv. Amigos 106 2,98 476 2,37
Conv. Trabajo 106 2,11 476 1,73
Variables sociodemográcas
Mujer 106 0,37 476 0,54
Edad 106 2,53 476 2,73
Estudios 106 4,33 474 3,67
Clase social 102 3,00 450 3,23
Zona 1 106 0,20 476 0,29
Zona 2 106 0,16 476 0,20
Zona 3 106 0,23 476 0,21
Zona 4 106 0,27 476 0,19
Zona 5 106 0,14 476 0,11
Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el mes de abril de 2020.
3. RESULTADOS
En primer lugar, se analizan los resultados del análisis cualitativo fruto de la realiza-
ción de los grupos de discusión para, a continuación, realizar un análisis cuantitativo
a partir de la encuesta realizada.
3.1. Resultado del análisis cualitativo
El enfoque psico-sociológico destaca que las actitudes, creencias y valores adqui-
ridos por los individuos, así como el entorno en el que crecen, inuyen signicati-
vamente en su comportamiento político. Este entorno moldea tanto las habilidades
cognitivas como los recursos disponibles, lo que afecta directamente a los niveles
de interés y conocimiento político, la percepción de ecacia política y el conjunto de
actitudes hacia el sistema político.
La participación política depende en gran medida de actitudes que reejan el compro-
miso político individual, como el interés por la política y la ecacia política, entendida
como la percepción del individuo sobre su papel en el sistema político. Además, las
actitudes relacionadas con la satisfacción o insatisfacción respecto a la realidad po-
lítica juegan un papel clave: mayor satisfacción con la democracia, la gestión guber-
namental y conanza en las instituciones tienden a aumentar la participación política.
En el caso de estudio, se identica una alta desconanza en la capacidad de in-
uir en las decisiones mediante los presupuestos participativos, lo cual desmotiva
a la participación. Los participantes perciben estos proyectos como algo ajeno, y el
Artículos • Antonia González-Salcedo, Cristina Moreno, José-Manuel Mayor
• 45 •
desencanto, junto con la asociación de estas iniciativas a la política tradicional, pro-
voca un rechazo inicial.
Uno de los principales problemas señalados es la falta de inmediatez en los resulta-
dos. Los largos plazos de ejecución (hasta dos años) desmotivan a los participantes,
quienes consideran prioritario reducir estos tiempos para recuperar el interés ciuda-
dano. Esta demora diculta que los ciudadanos perciban resultados tangibles de su
implicación en el proceso. Además, “el retraso en la implementación de proyectos,
incluso aquellos aprobados en periodos anteriores como 2017-2018, afecta negati-
vamente la reputación de la institución, reduciendo tanto el prestigio del mecanismo
participativo como el interés de la ciudadanía en seguir involucrándose” (Extracto
grupo de discusión 2 “Participantes”).
La falta de transversalidad en la gestión municipal, con concejalías poco coordina-
das, contribuye a los retrasos y refuerza esta percepción negativa. Las concejalías
del Ayuntamiento son percibidas como estructuras aisladas, con poca comunicación
y coordinación entre ellas. Esta falta de interacción puede obstaculizar el progreso de
los proyectos aprobados en los presupuestos participativos, especialmente cuando
es necesaria una colaboración activa entre las diferentes áreas para garantizar la
implementación efectiva de las propuestas.
“Personalmente, me ha desalentado el tiempo que tardan en aparecer los resul-
tados. Parece evidente que las concejalías no logran llegar a acuerdos, lo que
provoca retrasos debido a la falta de comunicación efectiva entre ellas. Sería ne-
cesario mejorar la comunicación y la coordinación entre las concejalías para facili-
tar el trabajo conjunto y acelerar los resultados.”
(Extracto grupo de discusión 4 “Participantes”, mayo de 2020).
Otro punto de crítica es el desengaño con los principios de justicia social de los pre-
supuestos participativos. Algunos participantes perciben un reparto desequilibrado
de recursos, favoreciendo zonas más pobladas en detrimento de áreas más necesi-
tadas, lo que se percibe como una “competencia” entre barrios. Este enfoque, según
algunos, diluye el objetivo original de los presupuestos participativos de promover la
equidad y la justicia social:
“No logro conar plenamente en los presupuestos participativos, ya que los per-
cibo como una especie de enfrentamiento entre barrios y áreas. Las zonas más
pobladas, como las urbanizaciones, suelen obtener más recursos en comparación
con otras más pequeñas y necesitadas, como las áreas rurales. Considero que
el problema no radica en el mecanismo en sí, sino en la forma en que muchas
personas lo abordan, viéndolo más como una competencia que como un proceso
colaborativo”.
(Extracto grupo de discusión 3 “No participantes”, mayo de 2020).
Además, el limitado presupuesto asignado a estas iniciativas es otra fuente de insa-
tisfacción. Muchos consideran que el alcance económico disponible no permite un
impacto signicativo en el modelo de ciudad, lo que desalienta aún más la participa-
ción e incrementa el problema de la decisión (Rey et al., 2025).
La falta de motivación es también un desafío crítico. Para muchos, la participación
no está arraigada como un deber cívico, y la implicación ciudadana depende en gran
medida de incentivos concretos. Los participantes sugieren que el aumento de la
conciencia cívica podría mejorar los niveles de participación. Una solución propuesta
es la implementación de una base educativa que fomente la cultura participativa
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 28 - 2025
• 46 •
desde edades tempranas, incluyendo esta formación en el currículo escolar desde
las primeras etapas de educación. De hecho, la información y formación respecto a
los procesos y herramientas del ámbito político pueden fomentar la participación po-
lítica (Moreno, 2010). Además, el aumento de información y formación respecto a los
mecanismos participativos puede favorecer tanto el sentimiento de ecacia política
interna como el de ecacia política externa, lo que a su vez alienta la participación
ciudadana (Moreno, 2012a).
La falta de información sobre el mecanismo participativo en Molina de Segura repre-
senta un desafío signicativo. Según los datos recopilados, un 33% de los encuesta-
dos armó no haber participado debido a su desconocimiento sobre la existencia de
la experiencia participativa. Este problema fue abordado en los grupos de discusión,
donde se alcanzó un amplio consenso sobre la gravedad de este décit informativo:
“Existe un gran desconocimiento en el municipio respecto a qué son los presu-
puestos participativos. Si no formas parte de alguna asociación, es complicado
enterarse del proceso. La institución debería hacer un mayor esfuerzo por promo-
cionarlos. En mi caso, participo cuando recibo información en mi correo electrónico
sobre temas participativos de mi ciudad”
“La mayoría de la población no está familiarizada con el programa o encuentra
dicultades para mantenerse al tanto de aspectos como los plazos, los cambios en
el proceso o las formas de participar. Esto se debe, en parte, a las limitaciones en
la comunicación y difusión en Molina, así como a la falta de recursos destinados a
promocionar el programa de manera más amplia”
(Extracto grupo de discusión 1, “No participantes, mayo de 2020)
La información aportada a partir de los grupos de discusión ha sido, sin duda, valiosa
para destacar la importancia de las actitudes políticas en los factores que pueden de-
terminar la participación ciudadana en los presupuestos participativos. Se destacan
tanto actitudes relacionadas con la percepción de la capacidad individual de inuen-
cia en la toma de decisiones (ecacia interna), como con la percepción de recepti-
vidad respecto a las demandas de la ciudadanía (ecacia externa) y de credibilidad
que ofrece el propio gobierno local.
3.2. Resultados del análisis cuantitativo
Dada la naturaleza de los datos empleados en esta investigación -con una variable
dependiente cualitativa dicotómica y diversas variables independientes de tipo cuan-
titativo y cualitativo-, se ha optado por utilizar un modelo de regresión tipo probit.
Este enfoque resulta adecuado para analizar relaciones en las que la variable de-
pendiente adopta valores binarios. En cuanto a los supuestos necesarios para este
análisis, cabe destacar que, dado que este tipo de modelos no estiman la varianza,
se consideran por denición homocedásticos, lo que implica la ausencia de proble-
mas de heterocedasticidad (Wooldridge, 2010). En cuanto a la multicolinealidad, se
ha calculado el factor inacionario de la varianza (FIV). Si dicho valor es superior a
10 se concluye que la multicolinealidad es un problema (Wooldridge, 2010). No obs-
tante, se evidenció que los coecientes no son altos como para concluir que exista
multicolinealidad, dado que el mayor FIV obtenido alcanzó el valor de 3,32.
De este modo, en la Tabla 4 se muestran los resultados del modelo probit propuesto,
realizado con el software Stata/SE 11.1, para observar la relación entre participar en
un proceso de presupuestos participativos y una serie de actitudes políticas, tenien-
do presentes, además, una serie de variables de control y sociodemográcas tradi-
cionalmente consideradas en los estudios sobre participación ciudadana.
Artículos • Antonia González-Salcedo, Cristina Moreno, José-Manuel Mayor
• 47 •
Tabla 4. Estimación del modelo probit
Coef. Std. Err. Marg.
Conanza institucional
Conanza en el gobierno local 0,235*** 0,057 0,041
Ecacia política interna
Comprensión 0,115 0,152 0,020
Información 0,451*** 0,167 0,079
No votar 0,087 0,163 0,015
Ecacia política externa
Preocupación -0,253* 0,150 -0,044
Interés personal -0,399** 0,158 -0,070
Variables de control
Participación social y política 0,032 0,062 0,006
Ideología 0,045 0,147 0,008
Interés -0,463*** 0,144 -0,081
Conv. Familia -0,238 0,161 -0,042
Conv. Amigos 0,123 0,152 0,021
Conv. Trabajo 0,000 0,104 0,000
Variables sociodemográcas
Mujer -0,048 0,185 -0,008
Edad -0,073 0,104 -0,013
Estudios 0,101 0,114 0,018
Clase social -0,082 0,157 -0,014
Zona 2 0,192 0,292 0,036
Zona 3 0,211 0,280 0,040
Zona 4 0,258 0,284 0,049
Zona 5 0,652** 0,324 0,154
Constante -1,354 1,462 -
Log likelihood -132,381
Pseudo R2 0,245
Nota: Signicación de los coecientes indicada por: * p<0,10, ** p<0,05, *** p<0,01.
Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el mes de abril de 2020.
En cuanto a la variable relacionada con la conanza institucional, la conanza en
el gobierno local muestra un signo esperado positivo con un nivel de signicación
del 1%. De este modo, se observa una relación positiva entre conar en el gobierno
local y participar en un proceso de presupuestos participativos. Dado que su efecto
marginal es de 0,041, por cada punto en la escala de conanza que el individuo
manieste, se incrementa la probabilidad de participar en el proceso participativo
en 4,10 puntos porcentuales (p.p.), por lo que un individuo que confíe plenamente
en el gobierno local y señalase un valor de 10 en la encuesta, tiene 41 p.p. más de
probabilidades de participar en el proceso que uno que muestre una conanza nula.
Un ciudadano difícilmente dedicaría tiempo o esfuerzo a participar si percibe que su
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 28 - 2025
• 48 •
contribución no tendrá impacto alguno, especialmente si desconfía de la institución,
que podría ignorar o invalidar los resultados logrados. En cambio, quienes confían en
las instituciones cuentan con una motivación adicional para involucrarse en procesos
democráticos, un hallazgo que coincide con lo señalado en la literatura.
En cuanto a la ecacia política interna, la variable información se muestra como
signicativa, con un nivel de signicación del 1% y un signo positivo esperado, es
decir, cuanto más de acuerdo están los encuestados con la armación “Estoy mejor
informado sobre política que la mayoría de la gente”, mayor es la posibilidad de par-
ticipar en este tipo de procesos. Por lo tanto, incrementar el nivel de ecacia política
interna es particularmente importante para elevar el nivel de participación ciudadana
más allá del voto electoral, ya que el hecho de que la ciudadanía se sienta capaz de
participar parece clave para que se involucre en el proceso.
Por otro lado, y en lo que se reere a la ecacia política externa, ambas variables
-preocupación e interés personal- muestran el signo negativo esperado y un nivel
de signicación del 10% y del 5% respectivamente. De este modo, las posibilidades
de participación son menores a medida que los encuestados están más de acuer-
do con las armaciones “Los políticos no se preocupan mucho de lo que piensa la
gente como yo” y “Esté quien esté en el poder, siempre busca sus interese perso-
nales”. Dicho de otro modo, cuanto más permeable se considere al sistema político
a las propias demandas, más probable será que nos impliquemos, y por tanto que
participemos.
Por último, respecto a las variables de control y sociodemográcas, los resultados
indican que las variables interés (sig. 1%) y zona 5 (sig. 5%) tienen ciertos niveles de
signicación. En lo que a la primera se reere, a medida que se muestra un mayor
interés por la política, mayores son también las posibilidades de participar. El interés
por la política se conrma como un predictor positivo de la participación, dado que,
sin un nivel mínimo de interés por la política, los ciudadanos no tendrían conocimien-
to del proceso político ni de las oportunidades disponibles para participar en la toma
de decisiones colectivas.
Por otro lado, el hecho de residir en la Zona 5 del municipio (zona de la huerta), una
de las zonas con más necesidades en lo que a inversiones se reere, se relaciona
con una mayor participación en el proceso, respecto a residir en la Zona 1 del casco
urbano (variable de referencia); por lo que la percepción de una mayor necesidad
en cuanto a inversiones básicas podría tener un efecto movilizador, favoreciendo
la participación, en comparación con otras zonas del municipio con más recursos e
infraestructuras.
4. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Esta investigación parte de preguntarse sobre los factores que pueden ser relevantes
en la explicación de la participación en los procesos de presupuestos participativos.
Para averiguarlo, el objetivo se centró en establecer la relación entre las actitudes
políticas y la participación ciudadana, para lo cual se acotó un caso de estudio y se
encuestó a la población. De este modo, se realizaron una serie de grupos de dis-
cusión y 600 encuestas representativas del municipio de Molina de Segura (Región
de Murcia). Los resultados del análisis de discurso y del modelo probit propuesto
indican el papel clave de las actitudes políticas, en concreto, la conanza en las insti-
tuciones que, medida a través de la conanza en el gobierno local, aparece como un
Artículos • Antonia González-Salcedo, Cristina Moreno, José-Manuel Mayor
• 49 •
elemento relevante en la explicación de la participación en este tipo de iniciativas, lo
que se encuentra en la línea de estudios previos (Caceres, 2025).
La ecacia interna, el sentimiento de que se está lo sucientemente informado (y
por tanto se cuenta con los recursos cognitivos necesarios), también constituye un
factor importante para la participación en los presupuestos participativos. Y es que
el sentimiento de sentirse capaz de participar está muy relacionado con contar con
información acerca del proceso, así como con la formación respecto a cómo parti-
cipar en el mismo, precisamente un aspecto sobre el que llamaban la atención los
participantes tanto de los grupos de discusión, como de las encuestas. Recuérdese
que el 33,83% de los encuestados armaron no haber participado en los presupues-
tos participativos por no haber tenido conocimiento acerca del proceso; hecho que
remite a la importancia de la comunicación de las políticas públicas (Moreno, 2012b),
para cumplir con el objetivo de informar y formar a la ciudadanía acerca del proceso,
provocando el sentimiento de ser capaces de participar (ecacia política interna).
Podría así incidirse en el sentimiento de ecacia política (informando y formando
acerca del proceso), que a su vez pueda favorecer el engagement, y en concreto, la
participación en los presupuestos participativos.
La ecacia política externa también resulta relevante para la participación en los
presupuestos participativos, dado que, si el sistema se percibe como atento y re-
ceptivo hacia las demandas ciudadanas, mayor será la probabilidad de participar. La
comunicación de las políticas públicas puede generar este círculo virtuoso (Moreno,
2012b), mostrando el interés del gobierno por conocer las prioridades de la ciuda-
danía. La comunicación de la utilidad de los presupuestos participativos, en nuestro
caso, puede favorecer la percepción de que las instituciones representativas están
atentas y responden a las demandas de la ciudadanía (sentimiento de ecacia políti-
ca externa), generando engagement, y, por tanto, participación.
Este estudio de caso conrma los hallazgos de investigaciones previas sobre la
importancia de las actitudes políticas a la hora de implicarse en experiencias de
participación ciudadana. Como se ha planteado, el mecanismo de presupuestos par-
ticipativos es decitario a nivel de representatividad, participando en mayor medi-
da las personas con una autopercepción positiva en tanto que actores políticos del
sistema, y que cuentan con una mejor imagen de la receptividad y conabilidad del
gobierno local.
De ahí el reto para las instituciones que impulsan este tipo de mecanismos participa-
tivos, de acompañar la difusión de estas iniciativas con una intensa labor de comu-
nicación sobre su capacidad de atender y responder a las necesidades ciudadanas,
así como con sesiones de información y sensibilización sobre la importancia de la
implicación ciudadana en espacios como centros educativos, parques, plazas o en
diferentes eventos de ocio. Cuando la ciudadanía no confía en sus representantes o
no se siente capaz de entender la política, es complicado que asista a lugares iden-
ticados con las instituciones políticas, como puedan ser los Ayuntamientos, para
ejercer labores de participación.
El incremento de las personas que se implican en procesos participativos en el ám-
bito local es importante, no sólo para que en términos comparados se pueda hablar
de mecanismos más o menos exitosos. El presupuesto participativo ha sido conside-
rado por numerosos autores como una potencial “escuela de ciudadanía” capaz de
revitalizar la voluntad política de participación, un elemento importante para fortale-
cer la democracia sustantiva y fomentar una ciudadanía activa en un contexto de cre-
ciente desafección política (Pineda, 2014: 160). Defensores de estos mecanismos
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 28 - 2025
• 50 •
destacan que fomentan la cooperación derivada del compromiso cívico, gestionan la
diversidad y facilitan la integración social (Pateman, 1970; Barber, 1990). Además,
generan dinámicas pedagógicas y educativas que promueven valores de responsa-
bilidad política y conciencia colectiva (González y Mayor, 2020; Kiss et al., 2022).
La participación ciudadana, por su parte, facilita un mayor conocimiento de la reali-
dad político-administrativa, sus procesos, limitaciones y posibilidades. Esto contribu-
ye a formar una ciudadanía informada, con preferencias claras y denida capacidad
de acción (Dahl, 1989). Asimismo, diversos estudios han vinculado la participación
con el desarrollo de habilidades, empoderamiento, pensamiento crítico, autoecacia,
construcción de identidad y una reducción de la alienación (Zimmerman, 1999).
Este estudio partía de la necesidad de comprobar cuáles eran los factores que po-
dían ser determinantes para la implicación en iniciativas participativas en el ámbito
local, principalmente se pretendía conocer la importancia de las actitudes políticas.
A partir de los resultados obtenidos se ha contribuido, por una parte, a los debates
propios sobre los factores explicativos de la participación, donde apenas se había
analizado esta cuestión para el ámbito local; pero también se aportan datos de los
que partir para lograr una implementación de políticas de participación mínimamente
exitosas, a nivel de implicación ciudadana.
Se concluye que fomentar actitudes políticas que refuercen la percepción de los
ciudadanos como actores relevantes en la toma de decisiones, junto con una vi-
sión positiva de las instituciones representativas, puede incentivar la participación
en mecanismos institucionales. Este enfoque no solo fortalece la democracia, sino
que también asegura que las instituciones sean más receptivas y alineadas con las
expectativas ciudadanas, promoviendo una cultura política más inclusiva y activa.
Contribuciones de los autores:
Concepto y diseño: AGS, CMM y JMMB; metodología: CMM y JMMB; software:
CMM; Recogida de datos: CMM y JMMB; Análisis e interpretación: AGS; Preparación
del borrador original: AGS; Revisión y edición: AGS y JMMB.
Financiación:
Esta investigación se ha realizado a partir del contrato de investigación “33946 Es-
tudio sobre el fomento de la Participación Ciudadana en el municipio de Molina de
Segura: motivaciones y desmotivaciones de los ciudadanos y ciudadanas”, realizado
con el Ayuntamiento de Molina de Segura (Región de Murcia).
Conictos de intereses:
Los autores declaran no tener ningún conicto de intereses.
Declaración de uso de IA:
Para la realización de este trabajo no se ha hecho uso de herramientas de IA.
Artículos • Antonia González-Salcedo, Cristina Moreno, José-Manuel Mayor
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© 2025 por los autores Licencia a ANDULI, Editorial de la
Universidad de Sevilla. Es un artículo publicado en acce-
so abierto bajo los términos y condiciones de la licencia
“Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar
4.0 Internacional”
Artículos • Antonia González-Salcedo, Cristina Moreno, José-Manuel Mayor
• 57 •
Anexo A
Composición de los grupos de discusión.
Participante Edad Sexo
Participación
previa en
presupuestos
participativos
Grupo 1
1 19 Mujer No
2 28 Mujer No
345 Mujer No
462 Mujer No
523 Hombre No
643 Hombre No
7 51 Hombre No
8 68 Hombre No
Grupo 2
1 24 Mujer No
2 36 Mujer No
347 Mujer No
4 59 Mujer No
528 Hombre No
634 Hombre No
7 57 Hombre No
8 63 Hombre No
Grupo 3
123 Mujer
2 38 Mujer
347 Mujer
4 55 Mujer
5 21 Hombre
640 Hombre
7 49 Hombre
858 Hombre
Grupo 4
1 21 Mujer
235 Mujer
339 Mujer
4 58 Mujer
532 Hombre
642 Hombre
7 58 Hombre
8 62 Hombre
Fuente: Elaboración propia en base a al perl demográcos de los y las participantes de
los grupos de discusión realizados en mayo de 2020.