Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 26 - 2024
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1. INTRODUCCIÓN Y MARCO TEÓRICO
Este estudio investiga las representaciones de la colonialidad en el ámbito de la iden-
tidad andaluza. La construcción de identidades subalternas y periféricas durante el
colonialismo hispano durante los siglos XVI-XIX respondía a una supuesta ideología
de la supremacía blanca, la cual excluía a Andalucía como componente del proyecto
colonizador. Por ello, se conformó dentro de la propia península un colonialismo in-
terno1 donde el sur (Andalucía) fue considerado como una otredad cultural-territorial
con referencias árabes (africanas) que se oponía a los planteamientos de la Corona
española de los Reyes Católicos.
De ahí, la importancia de centrar nuestra atención en los procesos de etnicación y
estereotipación que sufrieron las personas andaluzas, ya que permite entender la in-
feriorización y subordinación a la que fueron sometidas por la matriz de dominación.
La esencialización de la cultura andaluza a través de la política de identidad llevada
a cabo por la monarquía española se basó, principalmente, en una discriminación
de tipo cultural y religiosa, en tanto tomaban importancia los estatutos de limpieza
de sangre y la categoría de considerarse cristiano viejo. De esta manera, este orien-
talismo, que asocia Andalucía a lo árabe, según Rosón Lorente (2008), alude a la
noción de un “nosotros reconquistadores” como mayoría, al mismo tiempo que se va
conformando la idea de otredad como minoría. Este proceso de heteroetnicación
produce, por un lado, identidades diferenciadas dominadas y, por otro, identidades
predatorias que asumen los privilegios y el poder.
Uno de los elementos más característicos de la colonización hispana fue su condición
imperialista y expansiva en nuevos territorios. Como hemos mencionado, emergió un
colonialismo en la propia península, donde los territorios del sur fueron anexados y
reicados ontológicamente como inferiores.
Las estrategias usadas para implantar la colonización y la colonialidad fueron dos: la
religión católica y la lengua castellana. A lo largo de los siglos, la normalización de la
lengua castellana invisibilizó e inferiorizó el mestizaje lingüístico andaluz, negándole
su valor, su historia y categorizándolo como lengua periférica, sin personalidad cultu-
ral en la construcción del Imperio Español y la Modernidad.
Señalamos que el colonialismo interno en España hizo surgir en las personas anda-
luzas el deseo de eliminar la “sangre andaluza” y todos los atributos de inferioridad
asociados para ser reconocidas como blancas-norteñas. Para ello, lo blanco-norte-
ño aparece como un imán que atrae porque se quiere medrar socialmente, pero al
1 Colonialismo moderno. Se inició en el siglo XVI, fue la expansión impetuosa del capitalismo
y la conquista, la ocupación de las regiones americanas, la extracción desproporcionada de los
recursos naturales, el sometimiento y esclavización de la población indígena y africana. El colo-
nialismo signicó la supremacía de las potencias europeas, la autoridad del capitalismo a escala
planetaria y la opresión de la civilización occidental según las normas de la modernidad.
Colonialidad. Modelo de poder que comenzó con la conquista de América donde la racialización
de las personas y la jerarquía racial penetró todas las relaciones sociales tales como el género,
la clase, el conocimiento, la cultura, etc.
Colonialismo interno. El colonialismo interno se relaciona con la marginalidad, que explica no
sólo la dominación económica y política de unos grupos por otros, sino también la superposición
cultural. Esto es, se entiende que una región o zona de un determinado territorio o Estado se
desarrolla a costa de otra más atrasada y sin posibilidades de progreso. El autor Torres (2017)
apuntala que el concepto de colonialismo interno: “ofrece potencialidad explicativa para fenó-
menos derivados del conicto entre dos culturas, de los cuales se desprenden, por ejemplo, la
discriminación, la exclusión y la invisibilización social. (Torres, 2017:10).