Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 23 - 2023
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Estados-nacionales europeos y se fundamenta en el Estado de Derecho, lo cual im-
plica que sus acciones se cimientan en tratados u acuerdos, convenidos democrática
y voluntariamente por los Estados miembros. Se conduce mediante la democracia
representativa, los Estados que la conforman poseen representación en el Consejo
de la Unión Europea y en el Consejo Europeo, a la vez, los ciudadanos europeos
se encuentran representados en forma directa en el Parlamento Europeo (Unión
Europea, 2020).
La Unión Europea fue construida en poco más de medio siglo y desde que comen-
zó esta edicación el continente experimentó, por n, un ejercicio de paz en forma
consecutiva entre sus Estados parte, puesto que desde la caída del imperio Romano
hasta la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, Europa solo
había hecho gala de la guerra, se observa, en consecuencia una armación sobre la
relación existente entre la paz y la unión de los pueblos, tal como había sido defen-
dida por Cruce, Saint-Pierre, Ramsay, Kant y Krause.
La idea de kosmopolis se encarna en la Unión Europea, éste es un ente multilingüe,
pluricultural y pluriétnico que pretende un porvenir colectivo basado en los valores
comunes que se profesan los europeos en un planeta constantemente desestabiliza-
do por conictos bélicos e intereses geopolíticos.
Personajes de gran envergadura política abrazaron la idea de kosmopolis a partir
de las experiencias de las dos guerras mundiales, éstos adelantados a su tiempo
comprendieron que mediante la integración armónica y consensuada de los pueblos
se podía mantener la paz y como consecuencia el desarrollo económico y social del
continente.
En 1929, sobre la base de la Sociedad de las Naciones en su décima asamblea, el
representante francés Aristide Briand expuso lo siguiente:
...Me he dedicado durante los últimos años a una propaganda activa a favor de
una idea que se ha quiero calicar de generosa, quizá para dispensarse de hacerlo
de imprudente. Esta idea, que ha nacido hace ya bastantes años, que ha frecuen-
tado la imaginación de los lósofos y de los poetas, que ha obtenido lo que se
puede llamar éxito de estima, ha progresado en los espíritus por su propio valor.
Ha terminado apareciendo respondiendo a una necesidad. Los propagandistas se
han reunido para retomarla, para introducirla en el espíritu de las naciones, y yo
coneso que me he encontrado entre esos propagandistas (...) Pienso que entre
los pueblos que están geográcamente agrupados como los pueblos de Europa,
debe existir una suerte de vínculo federal; estos pueblos deben en todo momento
tener la posibilidad de entrar en contacto, de discutir sus intereses, de adoptar
resoluciones comunes, de establecer entre ellos un lazo de solidaridad, que les
permita, en los momentos que se estimen oportunos, hacer frente a las circunstan-
cias graves, si es que éstas surgen. Este vínculo es el que yo quisiera esforzarme
en establecer (...) Evidentemente, la asociación tendrá en efecto sobre todo en el
dominio económico: es la cuestión que más presiona. Creo que puede tener éxito.
Pero estoy seguro que un punto de vista político, un punto de vista social, la ata-
dura federal, sin afectar a la soberanía de las naciones... (Aparicio, 2016, p. 42).
En 1946, Winston Churchill en la Universidad de Zúrich propuso una cura de natura-
leza cosmopolita a los enconos y a la guerra, en palabras de Churchill:
“Quisiera hablar hoy del drama de Europa (...) Entre los vencedores sólo se oye
una Babel de voces. Entre los vencidos no encontramos sino silencio y desespera-
ción (...) Existe un remedio que, si fuese adoptado global y espontáneamente por