• 103 •
Anduli
Revista Andaluza de Ciencias Sociales
ISSN: 1696-0270 • e-ISSN: 2340-4973
LA CONDICIÓN JUVENIL RURAL EN LOS
TERRITORIOS AGRÍCOLAS
THE RURAL YOUTH CONDITION IN AGRICULTURAL
TERRITORIES
David Sánchez-Sánchez
Universidad de Guadalajara, México
mpsdavids@gmail.com
Orcid: https://orcid.org/0000-0002-8725-2053
Resumen
A través de la recuperación de dos es-
tudios cualitativos basados en teoría
fundamentada e investigación-acción
participativa, el artículo aporta elemen-
tos para la comprensión de la condición
juvenil rural, cuestionando las posibilida-
des, tanto actuales como futuras, de las
juventudes rurales para integrarse a la
agricultura dominada por la agroindus-
triaque emergió en la zona de Ixtlahua-
cán del Rio y Cuquío, en Jalisco, México.
Las dimensiones estructural y territorial
de la condición juvenil rural permiten
comprender la crisis que se cierne sobre
las juventudes rurales y sobre las nuevas
generaciones, a partir de la examinación-
del sistemade monocultivo de maíz y de
explorar sus afectaciones socioambien-
tales; mientras que la dimensión inter-
subjetiva nos da un panorama sobre la
vida cotidiana de las juventudes, las rela-
ciones intergeneracionales y sus conic-
tos ante tal escenario. Todo en conjunto
muestra la complejidad de los espacios
rurales intervenidos por la agroindustria
y la amenaza que representan al futuro
de las juventudes rurales y de los territo-
rios mismos.
Palabras clave: Juventudes rurales,
Condición juvenil rural, Agroindustria,
Sustentabilidad, Intergeneracionalidad,
México.
Abstract
Using two qualitative studies based
on grounded theory and participatory
action research, this article provides
elements for understanding the rural
youth condition and questioning the
possibilities, both current and future, for
rural youth to integrate into agriculture
dominated by agribusiness that emerged
in the areas of Ixtlahuacán del Rio and
Cuquío in Jalisco, Mexico. The structural
and territorial dimensions of the rural
youth condition, based on an examination
of the corn monoculture system and its
socio-environmental effects, allow us to
understand the crisis that looms over rural
youth and the new generations. At the
same time, the intersubjective dimension
gives us a panoramic view of the daily life
of youth and intergenerational relations,
and their conicts in the face of such
a scenario. All together, this study
shows the complexities of rural spaces
intervened by agribusiness and the threat
they represent to the future of rural youth
and to the territories themselves.
Key words: Rural youth, Rural youth
condition, Agroindustry, Sustainability,
Intergenerationality, Mexico.
Como citar este artículo /citation: Sánchez-Sánchez, David (2022). La Condición Juvenil Rural en los Territorios
Agrícolas. ANDULI 22 (2022) pp. 103-125 http://doi.org/10.12795/anduli.2022.i22.06
Recibido: 24.08.2021. Aceptado 26.09.2021. Publicado 31.07.2022
DOI: http://doi.org/10.12795/anduli.2022.i22.06
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 104 •
1. Introducción
La modernidad como matriz civilizatoria conguró una forma de pensamiento lineal,
dicotómica y jerárquica para entender el mundo, misma que se puede rastrar en va-
rias oposiciones(Dussel, 1994)que todavía hoy siguen pesando: Antiguo-Moderno,
Adulto-Joven, Desarrollo-Subdesarrollo,Urbano-Rural1(Echeverria, 2013). En todas
ellas se puede reconocer la dominación como forma de relación principal, y también
se puede decir que en todas ellas está el factor tiempo, en el sentido de que para
llegar de una a otra lo que se requiere es, por un lado, subsumirse a lo que se es
actualmente, y por otro lado esperar a dejar de serlo en un futuro. Es decir, pareciera
que lo que resuelve esas dicotomías es la conanza en que viene lo mejor en esa
línea temporal, es decir la esperanza en el futuro. La primera parte de la oposición,
si confía en el futuro prometedor y se deja dominar por la otra, llegará a ser más
adelante lo que no es ahora. Esta primera cuestión es, si se quiere, epistemológica,
es de un orden de la racionalidad.
Lo que aparece formalmente en el pensamiento como una dualidad a ser superada,
en realidad llega a ser una relación de tensión, marcada por la dominación, pero que
muy difícilmente se resuelve, es cómo un tiempo viciado. Donde resulta sumamente
difícil llegar a ser moderno, urbano, adulto y desarrollado, aunque siempre se esté
intentando serlo. De eso se ha tratado la modernidad, de promesas futuras que po-
cas veces llegan a cumplirse, y cuando lo hacen tienen una serie de costos difíciles
de pagar (Bartra, 2013).
La era del desarrollo implicó una apuesta por implementar este pensamiento domi-
nante, como menciona Escobar,
El discurso del desarrollo enmarca a la gente en ciertas coordenadas de control.
La intención no es simplemente disciplinar a los individuos, sino también trans-
formar las condiciones en las cuales viven en un ambiente social normalizado y
productivo. En síntesis, crear la modernidad. (Escobar, 2007, pág. 266)
En el caso de algunos espacios rurales, este proceso ha tomado la forma de una in-
dustrialización de la agricultura. Al desarrollar la agricultura, al modernizarla, al ade-
cuarla a las necesidades de las grandes ciudades se apostó por un futuro prometedor,
como pregonaba la revolución verde (Ceccon, 2008). Hoy, algunas generaciones
después, con los crecientes cuestionamientos por los conictos socioambientales
eso se vuelve un asunto complejo; se apostó por un futuro y al y al tratar de mate-
rializarlo, se está amenazando la subsistencia misma de los territorios rurales y de
la vida campesina; mientras que, en el discurso popular, se le echa la culpa a las
juventudes rurales, por no interesarse, en esa apuesta fallida y querer salir de los
territorios amenazados, aunque en los territorios campesinos e indígenas a veces
irse es una estrategia para poder “quedarse”2.
Entonces, las juventudes rurales pueden leerse como símbolo de esas contradiccio-
nes y un espejo de la crisis civilizatoria (Ornelas, 2013) actual que se enfatizó con
1 Si bien es cierto que actualmente no se puede distinguir tan claramente un límite de lo urbano
con lo rural, y por eso se está hablando de nuevas ruralidades, no es parte de la tesis entrar en
una discusión profunda sobre las nuevas ruralidades. Como se mencionaba en el apartado del
estado del arte sobre juventudes rurales, es necesario tomar referentes tanto de los estudios
rurales como de los de juventud, para ir más allá.
2 Frase mencionada por la activista indígena Bety Cariño en su discurso dado en Dublin, en la
5ª Plataforma de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de Front Line, en febrero de
2010.
Artículos • David Sánchez Sánchez
• 105 •
la pandemia. En especíco las juventudes en entornos agroindustriales pueden ser
analizadas como el presente y el futuro de algo más grande, y en ellas puede estar
la potencia de un cambio necesario y urgente. En este sentido cabe señalar que en
el contexto pandémico por Covid-19 se vuelve pertinente hacer una reexión integral
sobre las determinaciones socioambientales de la pandemia (Luna-Nemecio, 2021),
y en ello sobresale su origen zoonotico, relacionado con la agroindustria (Ribeiro,
2020). Para hacer frente de manera integral a la pandemia se requiere replantear los
sistemas agroalimentarios orientándolos a la sustentabilidad y a la salud, para lo cual
las juventudes rurales podrían tener un papel fundamental si son comprendidas en
su complejidad, y son consideradas como actores sociales que necesitan que se les
faciliten recursos y acompañamiento, investigaciones y políticas públicas adecuadas.
La aseveración anterior surge de trabajar con jóvenes en una zona transformada
por la agroindustria, lo que ha implicado preguntarse constantemente sobre el fu-
turo tanto de los territorios y su medio ambiente, como de las nuevas generaciones
rurales. Lo plasmado en este artículo corresponde a reexiones surgidas de los úl-
timos diez años, primeramente a partir del trabajo comunitario juvenil en educación
ambiental(Sánchez, Meza, & Águila, 2021), que luego desembocó en una indaga-
ción académica para una tesis doctoral(Sánchez, 2020); y más recientemente en
un proyecto de investigación posdoctoral(Sánchez, 2021a). En estos trabajos se ha
analizado a profundidad la zona formada por los municipios de Ixtlahuacán del Rio y
Cuquío en el estado de Jalisco en México, pensándola en términos de las juventudes
y su relación con el sistema agroindustrial que en este caso particular tiene al mono-
cultivo de maíz como eje principal de su desarrollo.
La condición juvenil rural en este territorio, está indisolublemente ligada a la
apuesta por la modernización-industrialización-urbanización-desarrollo de la
agricultura(Sánchez, 2020)y en las tensiones y problemas de esta condición, se pue-
den leer las contradicciones de este sistema.Abordar la condición juvenil rural, es
dar cuenta de una forma de producción de lo social, porque “las juventudes son una
buena metáfora de la sociedad en que viven, en tanto ellas corporizan en sus biogra-
fías los procesos sociales de continuidades y cambio que van marcando las épocas
y los relieves de los procesos históricos.” (Duarte, Canales, & Cottet, 2016, pág. 276)
Para desplegar estas reexiones se organiza el artículo de la siguiente manera: pri-
meramente, se retoma el concepto de condición juvenil rural, como un dispositivo
teórico-metodológico que habla de las juventudes, pero también de los territorios
donde estas viven. Luego se muestran, las diferentes dimensiones que conguran
esta condición, y al dar cuenta de ellas se da cuenta de los territorios mismos. Se
recuperan algunos datos empíricos recogidos en esta zona, que ilustran como viven
las juventudes y las demás generaciones esta apuesta por un futuro agrícola que
nunca llega y como van asumiendo que no funciona.
2. La condición juvenil rural. Un dispositivo teórico-metodoló-
gico para leer las juventudes rurales en contextos agrícolas
Esta propuesta teórico-metodológica se construyó a partir de la teoría fundamentada
(Strauss & Corbin, 2002; Sonoeira, 2006); desde la cual se organizó la tesis doctoral
en su conjunto (Sánchez, 2020). Se buscó proponer las dimensiones analíticas par-
tiendo de la teorización del caso especíco de una comunidad en la zona de estudio,
a través de codicaciones abiertas, axiales y selectivas para construir la categoría
central de “condición juvenil rural”. Lo que se pretende en este artículo es llevar la
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 106 •
discusión más allá de lo empírico, presentar algunos de los resultados de las investi-
gaciones referidas, pero sobre todo a partir de ellas reexionar sobre el futuro en los
territorios rurales agrícolas.
La condición juvenil rural ha sido poco analizada en términos académicos, las ju-
ventudes rurales han sido prácticamente invisibles para los estudios rurales y los
estudios de juventud (Roa, 2017), solo desde el desarrollo rural hay un mayor re-
conocimiento discursivo de que las juventudes pueden ser agentes estratégicos del
desarrollo (Durston, 1998), sin embargo, ese discurso pocas veces se materializa en
políticas públicas puesto que también para este campo las juventudes rurales son
invisibilizadas(Kessler, 2007).
La frase trillada de “los jóvenes son el futuro de…” se vuelve particularmente conic-
tiva y contradictoria en los espacios rurales intervenidos por el desarrollo rural hege-
mónico, ya que no hay una atención integral a las necesidades tan heterogéneas de
las juventudes y sus territorios (Cazzuf, Díaz, Fernández, & Torres, 2018).
Los estudiosos de las juventudes coinciden en que,para estudiarlas a cabalidad,
se deben atender una serie de dimensiones que van más allá de la edad, y que
atañen a las particularidades de cada contexto donde las personas jóvenes desen-
vuelven su vida(Urteaga, 2011). En ese sentido este artículo aporta a ese campo en
construcción.
En el caso de lo rural, hay todavía una incipiente producción académica, lo que
diculta tener deniciones más o menos aceptadas, tanto las juventudes como los
territorios rurales son diversos y resulta complejo establecer deniciones que no limi-
ten la comprensión. En este sentido la propuesta que se retoma para este artículo es
hablar de la condición juvenil rural, la cual se entiende como
“Un modelo de análisis sobre el entramado de las dimensiones territorial, estruc-
tural e intersubjetiva. Este conjunto de dimensiones interdependientes, permiten
comprender el sistema de relaciones que impactan las vidas de las y los jóvenes
en sus particularidades,así como mostrar un panorama general y a futuro de una
localidad rural determinada; tomando en cuenta periodos temporales signados por
contextos nacionales e internacionales para comprender cómo conguran las ju-
ventudes rurales en territorios concretos.” (Sánchez, 2020)
La dimensión estructural está relacionada con procesos macrosociales, congurados
históricamente desde el Estado y el poder dominante, en el campo jalisciense. La te-
rritorial, comprende dos aspectos: el territorio como espacio geográco signicado y
transformado por la acción humana; y el cuerpo como “territorio primero” en relación
con otros cuerpos y con el medio ambiente. Estos aspectos nos permiten pensar la di-
mensión material de la vida humana, amenazada, entre otras cosas, por las formas de
producción agrícola actuales, con efectos más marcados para la infancia y la juventud.
La dimensión intersubjetiva, comprende dos ejes: 1) el intergeneracional, que aborda
el sentido de vida generado en la interacción entre las distintas edades, enfocando
cómo se ven las y los jóvenes a sí mismos y cómo los ven los demás. 2) el de actores
sociales; que apunta a comprender la agencia de estos sujetos frente a las determi-
naciones de su contexto.
Se muestra una representación gráca del dispositivo teórico-metodológico propues-
to. Cada dimensión por sí misma es un campo dentro de las ciencias sociales que se
podría estudiar a profundidad, sin embargo, precisamente lo que se busca es la inter-
sección de estas dimensiones, que es la que permite dar una riqueza y complejidad
Artículos • David Sánchez Sánchez
107
al concepto de condición juvenil rural. La representación visibiliza la conjugación de
las dimensiones, donde hay conceptos compartidos que permitieron tejer, y abordar
más complejamente. El gráco queda de la siguiente manera:
Ilustración 1 Esquema de la condición juvenil rural
Elaboración propia. Fuente: (Sánchez, 2020 p.104 )
En el caso que analizaremos la dimensión estructural y la territorial entrelazadas nos
muestran como ha operado la construcción de un sistema agroindustrial que apostó
a un futuro de productividad que ocasionó una serie de problemáticas socioambien-
tales muy complejas. Mientras que la dimensión intersubjetiva lleva a otro terreno
la discusión, para mostrar en las vidas concretas de las juventudes y las demás
personas con quienes se relacionan, como se dan esas transformaciones agrícolas
en las relaciones sociales. A continuación, se desplegarán más a profundidad las
dimensiones sustentándolas tanto teórica como empíricamente con datos de campo
y de investigación documental.
3. La dimensión estructural y territorial de la condición juve-
nil rural en la zona Ixtlahuacán del Rio-Cuquío
La historia del capitalismo es en gran medida la historia del despojo al medio rural,
para construir el poderío en las ciudades, desde ese origen lo territorial y lo estruc-
tural están en relación. Bajo estas premisas pensar lo rural, exige pensar en la agri-
cultura y tratar de
comprender los procesos sociales agrarios generados por la expansión de la re-
volución verde, sus conexiones con las estructuras capitalistas globales, las dife-
rentes formas de penetración del capitalismo en lo rural, las particularidades de las
clases sociales agrarias, los límites del capitalismo en la agricultura, el futuro de
las sociedades campesinas y su papel en las luchas políticas, entre otras cuestio-
nes (Romero, 2012, pág. 17)
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 108 •
Para comenzar a entender como se ha congurado la zona Ixtlahuacán del Rio-
Cuquío (ZIC), es necesario partir de su ubicación geográca
Ilustración 2 Ubicación de la ZIC en México
Elaboración propia
La ZIC, ha estado relacionada con la ciudad de Guadalajara históricamente, desde
tiempos de la conquista se trató de fundar ahí la ciudad, luego fue una zona de in-
uencia de los capitales de aquel entonces, desde la colonia formaba parte de una
región subsumida a la ciudad más importante del occidente, por lo que siempre hubo
una presión por la producción agrícola y ganadera, aunque fuera menor que otros
municipios al sur de la región. Su forma de organización social es conocida como
sociedad ranchera (Barragán, 1997), caracterizada por un apego a la tierra a través
de la propiedad privada, una identidad heredada de los españoles que colonizaron
estas tierras, organizados en familias más que en comunidades y con una fuerte
orientación a un catolicismo rígido y conservador, además de una disposición al tra-
bajo productivo (Shadow, 1994).
Hasta las primeras cuatro décadas del siglo veinte, en las haciendas se sembraba
monocultivo de trigo, mientras que los rancheros pobres sembraban milpa (maíz,
frijol, calabaza) para su subsistencia. Cuando el desarrollo se instauró en el mundo,
la revolución verde comenzaba a experimentar en México (Ceccon, 2008) y esta
zona, comenzó un paulatino proceso de modernización de la agricultura y el maíz fue
convirtiéndose en el nuevo monocultivo.
La revolución verde, con todo su ímpetu de modernidad y desarrollo, prometía un
futuro deseable que llegaría a través del aumento de la producción del maíz por la
Artículos • David Sánchez Sánchez
• 109 •
especialización en ese cultivo (que implicó ir abandonando otros), la cual consistía
en el uso de paquetes tecnológicos que incluían fertilizantes derivados del petróleo,
semillas hibridas y maquinaria. Todo esto se vivió como una mejoría y un apoyo al
campo que facilitó su aceptación por parte de algunos campesinos y gradualmente
de todos.
Desde 1950 hasta la fecha, en estos dos municipios se fue congurando un sistema
de producción de maíz en monocultivo, que efectivamente, aumentó la producción
de maíz, de media tonelada por hectárea al inicio, a rendimientos superiores a las
doce toneladas por hectárea actualmente, incluso en algunas parcelas llegando a las
quince toneladas.
Esta conformación del monocultivo de maíz con rasgos agroindustriales es posible
por cuestiones tanto estructurales como territoriales. Estructuralmente hubo una se-
rie de cambios derivados de la etapa desarrollista, que impulsados por la revolución
verde inyectaron capital en la agricultura local desde los años setenta a los años
noventa, pero eso se pudo dar por la simbolización de estos espacios como ranche-
ros, es decir la dimensión territorial, que implica una relación particular con el medio
ambiente mediada por las características de las sociedades rancheras.
Los rancheros llegaron de España y fueron encargados de hacer producir las tierras
en familias aisladas que cuidaran las tierras conquistadas, amenazadas por los in-
dígenas seminomadas que seguían resistiendo. Su impronta era hacer productivas
esas tierras y cuando llega la revolución verde prometiendo desarrollo, se vio una
oportunidad de producir.
La revolución verde, fue un proceso impulsado por gobiernos y corporaciones inter-
nacionales que implicó una serie de intervenciones técnicas que no se van a retomar
en este artículo. Más que profundizar en detalles del proceso, lo que interesa resaltar
es la promesa de futuro que ofrecía al campesinado y en especíco a las socieda-
des rancheras. Para ello se rescatan las palabras de Norman Borlaug, “padre” de
la revolución verde, quien pregonaba que ésta al provocar cambios sociales y eco-
nómicos rápidos “generaba entusiasmo y esperanza renovada en una vida mejor…
desplazando una actitud de desesperación y apatía que había embargado el tejido
social de estos países solo unos años atrás”. (Escobar, 2007). Además, para este
entusiasta promotor:
“En el despertar existe una demanda creciente de más y mejores escuelas, me-
jores viviendas, mejores formas de almacenamiento, mejores vías y transporte
rural, más electricidad para impulsar los motores y pozos e iluminar las casas
A medida que la actividad del país continúa creciendo… muchos millones de
habitantes rurales que antes vivían por fuera de la economía general del país,
en un nivel de subsistencia, se están convirtiendo en participantes activos de
la economía. Otros millones desean ingresar. Si se les niega la oportunidad, la
nueva ola llevará a mayor inestabilidad y a la rebelión política” (citado en Esco-
bar, 2007, p. 269)
La noción de progreso y desarrollo ha estado presente en el despliegue de la revolu-
ción verde en la ZIC. En distintas entrevistas para la tesis doctoral se podía constatar
que los campesinos se referían a este proceso como progreso. Esta construcción de
discursos sobre la actividad agrícola es de orden territorial, o sea del cómo se sim-
bolizan los espacios geográcos, como se interactúa con ellos y entre las personas
que viven ahí.
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 110 •
Para abordar un poco más la parte ambiental el proceso de revolución verde es
necesario aproximarnos cartográcamente a cómo ha sido moldeado el territorio por
la agricultura. Con mapas obtenidos de fuentes ociales es posible observar las dis-
tintas vegetaciones y con ello inferir el uso que se les da a esos suelos. Se puede
observar toda la zona agrícola que es de color blanco, el color amarillo corresponde
a zonas de pastizal,muchas de ellas usadas para ganadería. Mientras que el color
rosa que señala la vegetación selvática de la barranca de los ríos Santiago y Verde.
Porúltimo, la zona de color verde es la de bosque de pino-encino.
Ilustración 3 Uso de suelo en Ixtlahuacán y Cuquío
Elaboración propia con datos e imágenes de INEGI
Observando las partes que aún conservan bosque se puedeinferir que la zona agrí-
cola es la que ha ido avanzando, depredando el bosque. Se puede deducir que gran
parte de la zona que ahora es de cultivo en algún momento fue de bosque de pino-
encino. Otro elemento importante en la conformación de los territorios es el agua,
vital para la vida humana y para la agricultura. En este sentido se recupera la infor-
mación de la microcuenca del río Achichilco que es elemento ambiental que conjunta
a los dos municipios en una zona. Si se combina el mapa de la zona agrícola con el
mapa de la microcuenca se pueden concluir más cosas. El río está marcado al centro
en color azul y los bordes de la zona de escurrimiento al río en color rojo.
Artículos • David Sánchez Sánchez
111
Ilustración 4 Ubicación de la microcuenca del rio Achichilco
Elaboración propia con datos del INEGI
Es en toda la zona baja de la microcuenca donde se desarrolla principalmente el
monocultivo de maíz y esta zona recibe el escurrimiento de una buena parte de las
parcelas de alrededor, las cuales a partir de la revolución verde fueron aumentando
el uso de pesticidas. Una actividad como la fumigación, puede mostrar cómo se va
reconstruyendo el territorio por la agricultura, pues ahí se cruzan muchas relacio-
nes sociales, como la dominación económica, también se ve racismo y desigual-
dad, porque actualmente que se reconocen más las intoxicaciones por agrotóxicos
los trabajadores que fumigan son de familias y comunidades con menos recursos
económicos, o directamente comunidades de mayor presencia indígena, pues son
quienes aceptan el pago de 300 pesos por jornada. O también se pueden ver las
diferencias en las relaciones intergeneracionales, pues en la investigación doctoral
se encontraba que quienes inicialmente hacían las fumigaciones eran los hijos de
los campesinos (Sánchez, 2020 págs: 222-238). Incluso en una reunión sobre fu-
migaciones aéreas en Palos Altos un ingeniero agrónomo lo decía textualmente “si
seguimos así, en un futuro vamos a tener que dejar de sembrar maíz, porque cada
vez aumenta más la inversión y hay más riesgo” (Sánchez, 2020, pág.284)
Con ejemplos como este, o el de la deforestación, el cambio de uso de suelo y la
contaminación de agua por el uso de agrotóxicos, se puede armar que lo que ha
generado la revolución verde es una serie de conictos socioambientales que to-
davía no eclosionan, una crisis pospuesta queespera el momento de aorar. Ya se
viene insinuando la relación entre revolución verde y efectos ambientales. Siendo lo
ambiental un aspecto más documentado, se busca enfocarse en lo social, y como la
construcción de lo social es en la interacción, es decir en la intersubjetividad, con ello
se va comenzando a tender el puente hacia la dimensión intersubjetividad.
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 112 •
El concepto que permite pensar esta relación es el de la biopolítica del desarrollo
propuesto por Giraldo al analizar el agroextractivismo. Para este autor:
El problema de no haber analizado con detalle las estrategias de poder que se
entretejen en el trasfondo cultural del desarrollo agrícola y los regímenes alimen-
tarios es que no se perciben las tácticas de subjetivación puestas en marcha para
subsumir las corporalidades al andamiaje institucional que está al servicio del sis-
tema económico capitalista. En ese escenario, la ecología política resulta ser el
campo interdisciplinar ideal para la agroecología puesto que considera cómo el
sistema crea activamente “cuerpos dóciles”(Foucault) necesarios para hacer po-
sible que la naturaleza pase de ser el espacio-vida al cual pertenecemos como
seres bióticos, para convertirse en una mercancía que se transa en términos de
los valores de mercado (Leff) y en donde el gran capital, en connivencia con el
Estado, decide sobre la vida en un proceso que coincide con la muerte (Agamben)
(Giraldo, 2018, pág. 12)
Con la biopolítica del desarrollo, se puede ingresar a los debates del conicto ca-
pital-vida (Pérez O, 2014)que suponen la agroindustrialización y que van más allá
del mero dominio técnico. Escobar, quien a su vez se basa en Foucault sobre los
efectos de control de una tecnología social como la prisión, aplicados en otra como
el desarrollo rural; sostiene que el desarrollo se trata de una biopolítica completa,
entendiendo esta como:
un conjunto de políticas que regulan diversos problemas como la salud, la nutri-
ción, la planicación familiar, educación y otros similares, que no solo introducen
determinadas concepciones sobre el alimento, el cuerpo, etcétera, sino también
un ordenamiento particular de la sociedad misma.”(Escobar, 2007, pág. 246)
En esta misma línea Illich apunta que:
el desarrollo rural, desde sus inicios, ha sido un excelente medio de intervención
en la vida de los pueblos rurales, que, bajo la promesa de la ayuda y la creación
de expectativas, ha logrado crear dependencias incapacitantes y un sistema de
necesidades amparado en la racionalidad económica moderna (citado en Giraldo,
2018, pág. 90)
Todas estas reexiones llevan a la cuestión de la intersubjetividad, como fenómeno
psicosocial que surge de la interacción entre personas, territorios y condiciones es-
tructurales. Como menciona Giraldo
el agronegocio industrial que expande sus tentáculos sobre los campos del mundo
no puede pensarse exclusivamente como un sistema tecnológico y económico-
político, sino como una compleja relación de signicaciones culturales que le dan
sustento a esas mismas conguraciones estructurales que lo hacen posible (Gi-
raldo, 2018, pág. 42)
Esta relación de signicaciones se da a través de las interacciones cotidianas, es
decir que es de orden intersubjetivo, pero a la vez que es permeada por condiciones
estructurales. Por eso es por lo que no se puede comprender lo intersubjetivo sin dar
cuenta del contexto más amplio, y a la vez no se puede comprender lo estructural y
lo territorial sin dar cuenta de lo que sucede a escala micro que sostiene lo demás.
El carácter rural de las juventudes, otorgado por la conuencia de las dimensiones
territorial y estructural, se ve inuido por la dimensión intersubjetiva,
Artículos • David Sánchez Sánchez
• 113 •
En los estudios rurales y de crítica al desarrollo, se habla mucho de la acumulación
y despojo, así como de los movimientos y luchas de defensa de territorio que se
oponen directamente a proyectos como represas, minería, carreteras, pues son más
evidentes y violentos los conictos; sin embargo, existe otro tipo de control territorial y
de despojo muy poderoso en tanto que “es más silencioso cuando incorpora; cuando
se hace con el consentimiento de la población” (Giraldo, 2018, pág. 15).
La conquista de los cuerpos es la herramienta fundamental del desarrollo sin lo
cual sería imposible poner en marcha la expansión geográca de la locomotora
agroindustrial. El agronegocio utiliza la biopolítica del desarrollo para fabricar ac-
tivamente a las poblaciones, haciendo que las personas tengan una percepción
de sí mismos, distanciados unos de otros, desamarrados de la tierra, y auto-per-
cibiendose como comerciantes dependientes de lo que ocurra en los avatares del
mercado. (Giraldo, 2018, pág. 16)
Como se señala en la tesis doctoral sobre condición juvenil rural en la ZIC, a la par
de la industrialización de la agricultura se fue dando un aumento de la migración,así
como de la escolarización, lo que implicó una ruptura con los ciclos de vida que
llevan esos campesinos rancheros, con sus formas de vida y de entender el mundo
y de ese proceso fue emergiendo la juventud. Por eso se sostiene que la condición
juvenil rural está íntimamente relacionada con la dimensión estructural, porque la
migración, agroindustrialización y escolarización son provocadas por intervenciones
estatales que cambiaron las relaciones sociales (Sánchez, 2020).
Bevilaqua plantea también, que la juventud rural es el “resultado de un largo proceso
de construcción social, desencadenado por la expansión de las relaciones capitalis-
tas de producción en el campo” (Bevilaqua, 2009, pág. 619). Es decir que tanto lo
juvenil como lo rural son procesos históricos interrelacionados y permeados por las
formas de producción capitalista en el campo. Para este autor,
la idea de juventud rural, no tanto como referencia biológica, sino como constructo
sociocultural, comenzó a constituirse en las últimas décadas del siglo XIX y se
consolidó apenas en el siglo XX, en las sociedades industrializadas. Posterior-
mente, con la industrialización tardía de los países latinoamericanos y la corre-
lativa modernización de su agricultura, la idea de juventud rural se insertó en los
discursos y prácticas de las instituciones desarrollistas, lo que no quiere decir que
antes de la industrialización no hubiera jóvenes rurales, sino que la juventud en las
sociedades campesinas no integraba un fase distinta y denida del ciclo de la vida
de los individuos. (Bevilaqua, 2009, pág. 620)
De manera que el reconocimiento de la juventud rural como sector especíco de la
población, tuvo que ver con esos procesos de la modernización de las estructuras
agrarias de los países europeos, y posteriormente de la transmisión y adaptación
de esos modelos a los países “subdesarrollados”. Como han mostrado los estudios
de posdesarrollo(Escobar, 2007),se trata de una serie de prácticas y discursos im-
puestos, que formaron nuevos problemas al exportar esquemas dictados desde los
poderes hegemónicos; en este caso discursos y prácticas que atribuían a la juventud
en el campo el ser depositarios de la esperanza del progreso, la formación para las
nuevas exigencias tecnológicas en la agricultura y la posibilidad de formación esco-
lar que les permitiese a algunos jóvenes incursionar también en el medio urbano. El
autor reconoce una fuerte relación de la categoría “juventud rural” con las prácticas
y discursos del desarrollo, para él: “la condición del joven rural, integrado en las
instituciones de desarrollo fue una construcción social de los segmentos del capital
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 114 •
industrial, nanciero y comercial, movidos por el interés del acercamiento de los vín-
culos económicos con el sector agrícola” (Bevilaqua, 2009, pág. 650).
Lo anterior, es útil para pensar que la condición juvenil en la ZIC, está fuertemente re-
lacionada con las formas de producción agrícola, pues estas han permeado todos los
aspectos de la vida en esta zona, y aún sigue teniendo importantes transformacio-
nes, por lo tanto, es necesario al analizar la CJR encontrar y visibilizar las relaciones
existentes y complejizar el análisis entrando a la dimensión intersubjetiva.
4. Habitar y confrontarse en una zona de monocultivo de maíz:
la dimensión intersubjetiva de la condición juvenil rural
Si en todo el apartado anterior se sostiene que el surgimiento de lo juvenil en
lo rural está relacionado con el proceso estructural-territorial que ha implicado la
agroindustrialización en la ZIC. En este apartado se propone la pregunta de cómo
esto puede ser analizado desde la perspectiva de las juventudes, reconociendo
que éstas son uno más de los sectores movilizados en esa transformación. Para
ello la dimensión intersubjetiva de la condición juvenil rural propone dos ejes de
abordaje, uno de ellos es reconocer la constitución intergeneracional de esas re-
laciones sociales, y otro es reconocer que en ese tejido de relaciones las juventu-
des intentan tomar un lugar como actores sociales, que proponen, interpelan o se
adaptan, es decir entender el entramado social donde las juventudes habitan y se
confrontan, entre ellas y con otras generaciones al calor de las transformaciones
(Sánchez, 2020).
En el contexto mismo de preguntarse por el futuro de la agricultura una de las preocu-
paciones más comunes es el relevo generacional, tema que por sí mismo ya implica
una relación con el futuro; de la misma manera en temas de desarrollo sustentable,
y en especíco efectos de la agroindustria, hay una preocupación constante por el
futuro (Duarte K, 2011), todo esto pensado en relación a lo que se puede heredar am-
bientalmente hacia las nuevas generaciones;lo cual vuelve necesaria una discusión
sobre la justicia y la equidad intergeneracional (Morel, 2000; Munévar, 2016), que
conlleva reconocer que “hay una profunda desigualdad intergeneracional (vivimos
del planeta que les corresponde a las generaciones futuras) además de intergene-
racional (unas partes del mundo vivimos a costa del planeta que les corresponde a
otras).” (Perez O, 2014)
Peroesos discursos que lanzan el problema hacia el futuro suelen negar el presente
de acción que tienen o podrían tener las juventudes si se reconocen como actores,
y si se les potencia más allá de miradas adultocéntricas (Duarte K. , 2011).Recono-
cer la intergeneracionalidad (Escobar C, 2020) de lo social implica entonces, hacer
presente otro sistema de dominación, al igual que el género, la raza o la clase: el
adultocentrismo, entendido este como
una matriz de orden sociocultural que posee una existencia de siglos y un posicio-
namiento rme en los imaginarios sociales. Dicha matriz, de forma similar al pa-
triarcado, incide en nuestras relaciones sociales, discursos y acciones cotidianas,
llevándonos a establecer relaciones con quienes consideramos menores, como
subordinados y dependientes quienes han de hacer decir, pensar, sentir según les
impongamos(Duarte K. , 2006, pág. 7).
Como se viene diciendo, es necesario asumir un enfoque intergeneracional, el
cual se reere a reconocer que el concepto de generación es útil para los análisis
Artículos • David Sánchez Sánchez
• 115 •
sociológicos donde se puede ver la intersección entre lo social y lo individual (Leccar-
di & Feixa, 2011). Sin embargo, el análisis generacional tomaprofundidad, no tanto
al diferenciar una generación de otra, sino al poner el énfasis en cómo estas ge-
neraciones interactúan y lo que esto implica en determinadas situaciones.De esta
manera hablar de lo intergeneracional, abre el panorama, mientras que hablar de
generaciones, casi siempre lleva el énfasis en la generación adulta que es la que
dene las problemáticas por la historia de dominación de este sistema. De cualquier
manera, el enfoque intergeneracional implica reconocer esas tensiones, y situamos
a las relaciones intergeneracionales
en el plano del conicto entre las interpretaciones colectivas de la realidad, en
el campo de las autodeniciones de grupos, que, en circunstancias cambiantes
pueden llegar a rivalizar disputando por la hegemonía en la interpretación publica
de la existencia, o al menos en la disputa por revisar la denición de mismos
que está vigente en la conciencia pública (Sánchez de la Yncera, 1993, pág. 181)
Tanto el trabajo de campo de los dos proyectos citados, como en la investigación
documental, coinciden en señalar como han ido modicándose las dinámicas de la
agricultura familiar tradicional y que esto es diferenciado según las generaciones.
Dice Bartra reriéndose a las transformaciones que el neoliberalismo ha provocado
en el campo “todas las facetas del desbarajuste son alarmantes pero la más grave
es la erosión de las estrategias productivas de solidaridad intergeneracional con las
que ancestralmente los campesinos han buscado asegurar el futuro de familias y
comunidades”(Bartra, 2012, pág. 32). El hecho de que actualmente el relevo gene-
racional sea una situación crítica en la mayoría de los espacios campesinos es un
síntoma de los profundos cambios que se están dando el medio rural3.
Técnicamente el relevo generacional, hace referencia a los procesos por los cuales
se transmiten tanto los saberes como los medios materiales para la continuación de
la labor agrícola. Pero no solo es una problemática del ámbito productivo, también lo
es social, pues en el proceso de relevo se juegan otros aspectos como las relaciones
familiares, el género, los intereses de las nuevas generaciones en el campo o en
estilos de vida más urbanos. Es decir que el relevo solo es un momento de una ca-
dena de situaciones que tienen que ver con la continuidad de lo productivo(Vizccarra,
Thomé, & Hernández, 2015).
Como menciona una de las investigadoras de juventud rural en México: “Las políti-
cas agrícolas afectan directamente a la juventud rural.” (Pacheco, 2003, pág. 5). Si
bien es cierto que las juventudes rurales hay que pensarlas más allá de la tradición
agrícola, es un aspecto todavía presente a pesar de las distintas oleadas de descam-
pesinización generadas desde el capital agroindustrial (Kay, 2019), que van siendo
más notorias en cada generación..
El modelo de agricultura mecanizada impulsado desde el estado por la revolución
verde, autonanciado en parte por las remesas migratorias y el impulso emprendedor
de los rancheros en el caso estudiado, fue transformados drásticamente después del
TLC, hasta que en 2008 se quitan las ultimas restricciones y protecciones estatales
para que la agricultura pueda entrar en el libre comercio y con ello competir de ma-
nera desventajosa frente a la agricultura estadounidense (Ceccon, 2008).
3 En México “Actualmente 25% de los sujetos agrarios tienen más de 65 años y la espe-
ranza de vida es de 72.5 años. En contraste, el 28% de las y los jóvenes rurales no
estudia ni tiene trabajo remunerado y solo 6% de los jóvenes rurales son propietarios.”
(https://rimisp.org/noticia/programa-piloto-de-relevo-generacional-en-el-ejido/)
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 116 •
Con los procesos de neoliberalización en los países “subdesarrollados”, se fueron
modicando estructuralmente las condiciones para que el sistema agroalimentario,
esté siendo impulsado por una poderosa industria alimentaria transnacional(GRAIN,
2009). De esta manera el sistema agroalimentario es un ejemplo más de tensiones
generacionales, y desde su constitución misma tiene esas contradicciones estruc-
turales, que impactan en las vidas concretas de las personas de las comunidades
rurales y modican el tejido comunitario (Chauvet, 2010).
Al respecto la organización GRAIN, ha documentado, investigando datos de varios
países del mundo sobre los grandes acaparamientos de tierra para agroindustria,
(GRAIN, 2014), lo que implica una tendencia a la desaparición de agricultores medios
como los de la zona Ixtlahuacán del rio-Cuquío, en ese contexto surge la pregunta
¿qué pasa con los jóvenes que quieren trabajar en la agricultura en esas condicio-
nes?. El sistema agroindustrial que supuestamente ha sido un modelo de desarrollo,
frente a esos datos parece más que un modelo de desarrollo uno de destrucción de
las formas de vida campesinas (Giraldo, 2018).
En el caso de la ZIC, para poder sobrevivir, los rancheros medianos que se dedican
al monocultivo han tenido que abrir más tierras de cultivo deforestando el bosque, y
un ranchero junto a sus hijos y trabajadores puede rentar otras tierras de migrantes,
lo que ha aumentado las cargas de trabajo y sobre todo el estrés por las condiciones
de producción en esa lógica tan desgastante y competitiva sin el apoyo gubernamen-
tal con que había comenzado la revolución verde.
Una parte importante de jóvenes varones siguen acompañando a sus padres en la
labor agrícola, van aprendiendo este modelo, pero no los tiene satisfechos. La pro-
ducción de maíz es cada vez más costosa y el precio nal de venta del producto es
muy barato. Finalmente para sobrevivir a las presiones productivas del monocultivo
los campesinos empeñan sus condiciones básicas, contaminan sus propios suelos y
terminan sometidos a una explotación que parece elección propia pero que no lo es,
pues ellos no tienen poder sobre las condiciones de mercado, y nalmente termina
sucediendo como en otros lugares que “los negocios agrícolas degradan el campo
latinoamericano, en especial afectan la salud de los habitantes y en particular [tienen]
efectos desastrosos en la niñez y la juventud rurales” (Pacheco, 2003, pág. 5)
De la tesis doctoral se rescatan fragmentos de un ensayo que entregó como tarea
escolar un estudiante de Bachillerato. El joven se pregunta en el título de su reexión
“¿Dar vida o dar muerte?”, planteando ya desde el inicio la contradicción que ve. En
cuatro hojas blancas escritas a mano el joven reexiona “¿Cómo al producir alimen-
tos vas a dañar en vez de ayudar al mundo? ¿Cuáles son las consecuencias del uso
de químicos? Porque es más fácil criticar desde fuera que siendo un agricultor como
en mi caso.” El joven asumiéndose agricultor y no campesino, menciona los miles
de años que tiene practicándose la agricultura, luego entra al tema de la contami-
nación. “el trabajo que realizamos los agricultores es un caso a debatir, si estamos
dando vida o muerte, pues damos vida a miles de plantas, las cuidamos, producimos
alimento para todas las personas, nos esmeramos y tratamos de sacar un poco de
dinero para vivir, por esa parte damos vida, pero a la vez estamos destruyendo el
mundo”. Menciona aquí algunos efectos de los agrotóxicos, y le habla a las voces en
Palos Altos que piden moderar el uso de pesticidas pues para este joven,
“no se ponen en el lugar de nosotros los agricultores que estamos exponiendo
nuestro trabajo, nuestro dinero, nuestras esperanzas de vida en la cosecha, para
que llegue la plaga y empieza a acabar con todo y entonces es cuando usamos
químicos para que no acaben con todo lo que tenemos, y fertilizantes para sacar
Artículos • David Sánchez Sánchez
• 117 •
más producción, porque el gobierno nos vende las cosas caras y lo que produci-
mos, por ejemplo, el maíz, nos lo pagan barato. Empieza un desgaste económico
por lo que recurrimos a la búsqueda de productos que aumenten más las ganan-
cias, porque estamos simplemente en un hilo de que, si no llueve una semana o
dos semanas, vamos a tener dinero durante un año o no vamos a tener” (ISR,
Tarea escolar, 2017).
Estas palabras escritas por un joven a los dieciséis años que se asume agricultor,
que tiene además el apoyo de su padre quien cuenta con tierras y maquinaria, y que
actualmente está estudiando agronomía, son el mejor ejemplo de que esa trayectoria
está desgastada aun para los que tienen ciertas ventajas productivas y alguna posi-
bilidad de relevo generacional.
Como el ejemplo anterior, se podrían seguir citando algunos que ilustren esta di-
mensión intersubjetiva, y nos muestren como signican las juventudes el habitar y el
confrontarse en esta zona de monocultivo de maíz y que resalten esta tensión por
el futuro de los territorios agrícolas. Están los jóvenes que cuestionan ese modelo
desde la parte ambiental(Sánchez, Meza, & Águila, 2021); están los jóvenes que se
quieren dedicar a este modelo, pero no cuentan con apoyo ni estatal ni familiar para
los procesos de relevo generacional; también están por otro lado las y los jóvenes
que a través de la formación profesional en la ingeniería en innovación agrícola sus-
tentable tratan de integrarse laboralmente al sistema de monocultivo de maíz para
renovarlo para toparse con la realidad excluyente de ese mismo sistema(Sánchez,
2021a; Sánchez & Guerra, 2021).
Por la extensión de este trabajo, se utilizarán las referencias a tres artículos publi-
cados sobre estos temas(Sánchez, 2021; Sánchez, 2021a; Sánchez, 2021b), donde
se muestran algunos datos empíricos de lo que aquí se sostiene y en los cuales se
puede profundizar a detalle. Por ahora, cada uno de los siguientes incisos pretende
ilustrar con un resumen general de cada artículo, rescatando algunos datos muy pun-
tuales que permitan mostrar desde diferentes ejemplos la poca viabilidad que tienen
las juventudes rurales de dedicarse en un futuro a agricultura como actualmente se
desarrolla.
a) La agroindustria a través de tres generaciones
Analizar el devenir de la agroindustria a lo largo de tres generaciones ha sido un
ejercicio útil para conocer las implicaciones para cada una de ellas. En la tesis doc-
toral se entrevistó a personas de distinto estrato generacional y en particular se logró
recopilar información sobre tres generaciones de varones agricultores de una misma
familia, cada uno entrevistado por separado y posteriormente comparando las entre-
vistas en algunos ítems similares.
El contrastar sus visiones de la agricultura, sobre las problemáticas y sobre lo que
estas impactan en sus vidas, pudo dar una idea sobre el proceso degenerativo de la
agricultura, el cual se podía constatar, en términos económicos, ecológicos, e incluso
de salud corporal, en todos estos aspectos se podía observar la degradación relacio-
nada con la agroindustria
Como ejemplo se traen algunos fragmentos de las tablas presentadas en un artículo
sobre despojo y agricultura (Sánchez, 2021), que a su vez salen de 3 entrevistas a
profundidad presentadas con mayor detalle en la tesis doctoral (Sánchez, 2020. P
222-238) donde pueden ser consultadas para tener la narrativa completa.
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 118 •
Tabla 1: comparativa de aspectos del monocultivo de maíz agroindustrial
en tres generaciones
GENERACIÓN
ABUELO PADRE HIJO
ASPECTO
TRABAJO
Empecé trabajando desde los
siete a ocho años cuidando
las vacas. Y ahí a los nueve
años ya empecé a agarrar
yunta para sembrar.
Yo le ayudaba a mi papá en
todos los trabajos. Empecé
como de siete años. Primero
le ayudaba a mi mamá, cui-
dando las vacas,
Comencé como a los dieci-
séis años. Los primeros tra-
bajos fueron como a los doce
o trece años, que empeza-
mos a hacer revolturas para
las vacas, y de vez en cuando
me subía a los tractores
ECONÓMICO
Cuando producíamos tres to-
neladas por hectárea, la tierra
valía $2 000 por hectárea.[en
los ochentas] Para comprar
tierra fue buenísimo; con ese
maíz comprábamos la hectá-
rea entonces…
[ahora] Ni con 100 toneladas
alcanzas a comprar una hec-
tárea de tierra.
El aumentar mucho la pro-
ducción como estamos
ahorita, no ha sido una ven-
taja para el campesino, por
la razón de que sacas mucho
pero hay que meterle mucho,
Para la agricultura ya no hay
apoyos buenos en el gobier-
no, y de ahí tiene que man-
tenerse; Este [hijo que se
dedica a la agricultura] va a
andar diario matado, y diario
le va a tocar algo similar a lo
mío, diario trabajando macizo
en el campo, y no progre-
sa uno gran cosa, no te dan
chanza con esos precios que
te dan.
De año a año todo sube.
Nomás como el diésel. de lo
que yo me acuerdo estaba
como a nueve o diez pesos, y
ahorita está a veintitantos; en
semilla no me acuerdo bien,
pero costaba como $2 000 el
costal, y ahora está como a
$4 000. Y el maíz igual, des-
de que me acuerdo ha esta-
do, en este tiempo, entre tres
y cuatro pesos. Lo único que
no ha cambiado de precio es
el maíz
ECOLÓGICO
En estos diecisiete años que
llevamos [2000-2017], el que
quiso sembrar de ahí para
acá ya ocupó insecticida.
Antes no se ocupaba nada
y se daban las matononas
grandes.
Ya fue pegado al 2000. En
ese tiempo fue cuando se
vino fuerte la plaga a la raíz
y ahí empezamos. Todavía
mucha gente, no quería uno
echar insecticida porque era
otro gasto extra ya más.
Las plagas son más fuertes
cada vez, se controlan mucho
menos. Cuando yo empecé
[2009], se controlaba más
fácil, y ahorita son más tira-
das de hierba para controlar
plaga. A mí me tocó empezar
tirando una sola vez, y ahori-
ta ya son como tres o cuatro
veces; como que la plaga se
hizo inmune o yo no sé.
AGROQUIMICOS
Mi nieto, cuando nació, ya ga-
teaba en veneno.
A mis hijos, yo hetratado de
no meterlos mucho, con más
limitaciones, no que lleven la
vida que yo llevé de trabajos
pesados
Mi papá sí nos protegía mu-
cho por eso, porque son quí-
micos muy fuertes,
SALUD
Mi hijo ya no es un nombre
ágil. Yo todavía hasta los 80
años fui hombre fuerte, cuan-
do me fregué el tobillo tenía
76 años, y yo seguí funcio-
nando bien. Yo me aventé
83 años se puede decir que
bueno y sano.
Una vez ya mi papá mismo lo
dijo, que qué andaba hacien-
do, ‘no, a este ya me lo aca-
bé, ya a estas alturas y con
esos problemas’
decían que había que usar
guantes y un equipo especial,
pero nadie lo usábamos, y
eso trajo problemas. Según
yo, mi problema de ahí viene,
me salió un tumor entre la es-
palda y las costillas.
Yo creo que eso de los quí-
micos sí tiene que ver algo,
porque es menos vida a ve-
ces, no sé antes cómo fuera,
como la edad de mi abuelo y
ellos, ¿eda?, a lo mejor dura-
ban más, y ya ahorita la gen-
te ¿qué tanto dura? 50 o 60
años y ya empiezan con infar-
tos y eso. Está canijo llegar a
la edad de ellos
Artículos • David Sánchez Sánchez
• 119 •
Como ya se ha venido mencionando el uso de agroquímicos es una situación que
devela la problemática agrícola de manera cruda, y como se ve en estas viñetas,
provenientes de los relatos de varones agricultores el problema se agrava con el
tiempo. Lo que muestra que el futuro del sistema agrícola como lo conocemos no es
prometedor, como lo había sugerido en sus inicios la revolución verde.
Incluso a estos tres entrevistados, y a otros más, se les cuestionaba sobre cuantos
años más creían que seguiría funcionando la agricultura cómo la conocían, y ellos
mismos mencionaban entre 10 y 15 años más, lo que signica que, para el más joven
entrevistado, a la edad de 40 años ya no podría seguirse dedicando a la agricultura.
Así lo menciona el padre entrevistado:
“Para seguir viviendo de la agricultura, la tierra no aguanta mucho. Yo lo que digo
es que, si seguimos aplicando todos esos productos tan fuertes, ahorita que ya
metemos para sellar y todo eso, ¿qué nos vamos a unos diez años? ¿Qué vamos
a hacer la tierra estéril? Mi hijo todavía va ser un joven, de unos 33 años. Sabe qué
reto los espere, eh”(Entrevista, 2018)
Con este primer ejemplo, se puede entonces notar que los mismos actores de la
agricultura pueden ser conscientes de la poca visión de futuro que permite la agro-
industria, siembran año con año y terminan sometidos a una visión cortoplacista,
resuelven los problemas del año mientras se siguen acumulando los problemas que
son estructurales y ellos cargan en su vida cotidiana, en un proceso similar al que
los psicólogos sociales llaman indefensión (o desesperanza) aprendida o fatalismo
(Martín-Baró, 1998)
b) Conicto intergeneracional a partir de las fumigaciones aéreas
Otro ejemplo para ilustrar la prospectiva de la agricultura en la zona es el registrado
en el proceso contra las fumigaciones aéreas en la comunidad de Palos Altos. Este
proceso es relatado en la tesis y en un artículo recién publicado (Sánchez, 2021b).
Se trata de un episodio de conicto intergeneracional que surge a partir del aumento
en el uso de avionetas fumigadoras.
En el año 2018, año particularmente difícil en relación con las plagas, los princi-
pales promotores del uso de agroquímicos rentaron una avioneta para fumigar los
cultivos, debido a que por exceso de lluvias era difícil ingresar con tractores a hacer
los mismos trabajos. La fumigación fue tan intensa que la gente de la comunidad se
comenzó a quejar en redes sociales, incluso hubo fumigaciones a menos de 150 me-
tros de la escuela primaria, estando los niños dentro. Lo cual generó un movimiento
comunitario contra las fumigaciones en el que las y los jóvenes fueron protagonistas.
Como actores sociales, los jóvenes convocaron reuniones, tomaron el micrófono para
interpelar a las y los adultos presentes en los distintos encuentros, con preocupación
por el medio ambiente y por los efectos de salud a futuro. Mientras que la primera ge-
neración de la revolución verde, hoy ancianos, se expresaban muy molestos ante lo
que interpretaron como un intento por quitarles su posibilidad de producir. Le mirada
económica se confrontaba con la mirada ambiental, y cada una era abanderada por
una generación distinta. La generación media, estaba presente en la reunión, pero su
actitud era de resignación e indefensión aprendida ante la problemática.
Una mirada supercial de estas tensiones podría ver ahí un conicto generacional
clásico, donde una generación no entiende a la otra. Sin embargo, se sostiene que
por los mismos cambios sociales, económicos y ecológicos y la crisis multinivel que
se está viviendo (Bartra, 2013), se necesita una mirada aún más allá del conicto
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 120 •
para pasar a una situación donde las generaciones están encarnando la disputa de
un modelo socioeconómico como el capitalismo contra la vida misma. ¿Ese con-
icto capital vida (Pérez O, 2014) está en un punto donde las nuevas generaciones
al preguntarse por su vida y su futuro, en lo inmediato ven a través de sus padres
al sistema entero? ¿Hay un traslape entre el conicto generacional y el conicto
capital-vida?
En relación a este tema, y como un elemento contextual que permite ubicar la pre-
ocupación de los jóvenes en otro nivel, es importante mencionar que un grupo de
investigadores de la Universidad de Guadalajara y el Centro de Investigación y Es-
tudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Occidente, han trabajado un es-
tudio multidisciplinario, que entre otras cosas analiza el efecto de los agrotóxicos
en niños de comunidades rurales del Estado (Sierra-Diaz, y otros, 2019). En sus
reportes preliminares se señala que los estudiantes de preescolar, primaria y telese-
cundaria, tienen presencia de varios pesticidas en su orina, lo que implica que esos
químicos ya pasaron por todo el cuerpo y han sido ltrados.
Todo lo anterior es muestra de que la afectación ambiental por la agroindustria es
difícil de documentar y dar seguimiento, porque sigue apareciendo como datos ais-
lados. Los afectados ambientales siguen con la carga de demostrar el daño, el cual
cuesta trabajo entenderlo y situarlo en el tiempo y a futuro (Berger, 2016).
En este ejemplo además se puede constatar que las juventudes rurales son capaces
de hacer frente a problemáticas complejas con nuevos puntos de vista, lo que los
puede constituir como actores sociales con una potencia considerable, pero también
con una carga simbólica, pues por el mismo adultocentrismopresente, sus preocupa-
ciones no son consideradas importantes.
c) Los jóvenes como actores, el caso de quienes egresan de la ingeniería en
innovación agrícola sustentable.4
El último ejemplo que se propone abordar, viene de una de las preguntas que dio
origen a la investigación posdoctoral en curso:¿cómo enfrentan al monocultivo de
maíz los jóvenes que se forman técnicamente para una agricultura sustentable?,
para indagar sobre las posibilidades que tienen jóvenes ya formados técnicamente
para incidir como actores sociales para el cambio en el modelo agrícola.
Los resultados preliminares arrojan que para las juventudes es muy difícil integrarse
al sistema de monocultivo de maíz para innovar y proponer cambios relacionados
con la sustentabilidad (Sánchez, 2021a; Sánchez & Guerra, 2021). El hecho de que
sus padres y abuelos hayan vivido el éxito de la industrialización del maíz, y que en
términos productivos el sistema siga teniendo un rendimiento de más de diez tone-
ladas por hectárea hace que estas generaciones anteriores lo sigan viendo como
exitoso. De esta manera lo relata una joven egresada:
“El mayor obstáculo es la creencia de los señores yo creo que mientras ellos te
dicen no, porque ellos son los que tienen el recursos, la tierra, el dinero, y todo
para que tu hagas, si no confían en ti pues no puedes hacer nada. O no que no
confíen en ti, pero es como que ellos ya les enseñaron y ya les ha resultado a su
manera pues ellos así se quedan, se conforman con eso, no buscan algo nuevo
o darnos la oportunidad. Para mi es el problema principal, porque te digo que yo
4 Se exponen resultados preliminares de un proyecto de investigación posdoctoral que ha con-
sistido en acompañar a juventudes que estudian o egresaron de la ingeniería en innovación
agrícola sustentable del Instituto tecnológico Mario Molina Pasquel y Henríquez, en el municipio
de Cuquío Jalisco.
Artículos • David Sánchez Sánchez
• 121 •
ya lo viví. A veces mi papá anda comprando cosas a escondidas y yo lo cuestiono
para qué. Y luego ya no saben qué hacer, ahorita no estamos como para invertir
y que quede tirado dinero a la basura, entonces eso también, se va a lo seguro,
aunque dañe, que andar buscando cosas que pueda que no funcionen igual como
están acostumbrados.” (Entrevista egresada, 2021)
Como se ve en este caso, las y los jóvenes ingenieros, que ya tienen cierta sensi-
bilidad por las afectaciones ambientales tratan de innovar en sus prácticas, pero es
difícil que sean tomados en cuenta por sus propios padres, lo que diculta un relevo
generacional. Es decir que no basta con una formación técnica si no se trabajan
aspectos sociales y familiares que faciliten esos procesos de relevo generacional, o
mejor aún de integración generacional.
Nuevamente se presenta un asunto generacional, de disputa por el sentido y el sig-
nicado de la actividad agrícola, entre jóvenes y adultos. En el que siguen pesando
las condiciones económicas, sociales y políticas en desventaja para las nuevas ge-
neraciones, aunado a los problemas ambientales y de salud.
No obstante, las juventudes pueden observar críticamente el funcionamiento del sis-
tema agroindustrial. Uno de los jóvenes reconoce que este sistema propicia una
degeneración ambiental y socioeconómica muy fuerte,
“La agricultura de aquí del municipio de Cuquío, y la de Ixtlahuacán del rio que
también la conozco, ya no es un círculo vicioso, ya es un cono, porque empiezas
arriba y al nal terminas en ese agujerito y vas a terminar haciendo lo que todos
te digan. Ya es más cruel que un círculo, porque el círculo das vueltas, pero es
más ancho y esto no, en este entras y es como un embudo y ¿A dónde nos está
llevando? (entrevista a egresado, 2021)
Sin embargo, como se viene argumentando a lo largo del artículo, las dimensiones
estructural y territorial pesan tanto que determinan al sistema agroindustrial de mono-
cultivo de maíz como un modelo de agricultura excluyente, adultocéntrico y alejado
de lo sustentable.
Esto se puede observar, como dicen algunos egresados de la ingeniería, en el hecho
de que muchos de ellos, a pesar de tener aspiración de realizar proyectos sustenta-
bles terminan trabajando como vendedores de agroquímicos, perpetuando con ello
un sistema que los excluye y los enferma; generando además una frustración por no
poder desempeñar su profesión como ellos y ellas quisieran.
5. Conclusiones
Como se puede observar los ejemplos expuestos, hay una relación estrecha entre las
transformaciones de la agricultura campesina hacia el monocultivo y el cambio en las
relaciones intergeneracionales, que termina implicando un deterioro en la condición
juvenil rural. Las relaciones que se juegan son complejas, pero inevitablemente es-
tán ligadas a la pregunta por el futuro de la agricultura y de las nuevas generaciones.
Siguiendo los datos presentados podríamos inferir que la agroindustria no tiene futu-
ro porque desde el presente atenta contra los dos principales recursos que ha tenido
la agricultura para subsistir, el suelo ambiental y el “suelo social”(las nuevas gene-
raciones), la agroindustrialización los erosiona generando una serie de problemas
socioambientales que no se pueden resolver solo técnicamente, sin que requieren
una comprensión intersubjetiva, territorial y estructural.
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 122 •
Ya está documentándose a lo largo de Latinoamérica que la agroindustria socava
las bases para el futuro de la agricultura (GRAIN, Vía Campesina), porque en poco
más de 50 años y en tres generaciones, se está destruyendo lo que por varios miles
de años habían construido los saberes campesinos: la diversidad de semillas, de
paisajes agrícolas, las técnicas milenarias integradas a la biodiversidad, así como
los modos de subsistencia que estaban implicados en las relaciones generacionales.
Las nuevas generaciones tienen frente a si el peso acumulativo de todas las crisis,
y deben enfrentarlo a pesar de que ambiental, material, económica y corporalmente,
tengan peores condiciones que sus padres o abuelos. La importancia de este reto es
porque se juega la vida misma, la suma e interacción de todas las cuestiones críticas
que se despliegan en la actualidad tiene a varios autores hablando de una crisis ci-
vilizatoria, de ese tamaño es el reto y para él se requieren nuevos paradigmas para
el conocimiento y la acción.
De manera formal se sigue considerando a las juventudes como posibles actores de
desarrollo y hay algunos esfuerzos al respecto, el caso mencionado de la ingeniería
en innovación agrícola sustentable es un ejemplo de ello; sin embargo, siguiendo
este mismo ejemplo no basta con brindar una opción educativa a las juventudes sin
comprender las limitaciones y obstáculos que les plantea el territorio y la dinámica
agroindustrial. En ese sentido, como se mencionó en la introducción es necesario
que las políticas públicas vayan acompañadas de investigaciones que diluciden la
complejidad en que se mueven las juventudes, y además procesos de acompaña-
miento efectivos que les ayuden a potenciar su acción, de lo contrario se vuelven
proyectos con buenas intenciones, pero resultados limitados.
Por todo lo anterior, la condición juvenil rural es reejo del presente y del futuro de los
territorios rurales, y se vuelve necesario considerar a las y los jóvenes rurales como
sujetos situados histórica y políticamente, para facilitar procesos que reconozcan su
capacidad para construir alternativas. No se trata solo de ver a las nuevas genera-
ciones como víctimas de un sistema que las alaba como su futuro mientras les niega
el presente, es necesario verlas y visibilizarlas, apoyar sus propuestas, hacer eco
de los conictos en que se insertan y tomar partido por enmarcar esas tensiones en
un marco explicativo mayor, como el de la crisis civilizatoria que al atentar contra la
agricultura atenta contra la subsistencia y la vida digna.
Financiación:
Las dos investigaciones mencionadas han sido nanciadas por CONACYT con beca
de estudios de doctorado, y con beca de proyecto académico posdoctoral.
Bibliografía (Referencias)
Barragán, E. (1997). Con un pie en el estribo. Formación y deslizamientos de las so-
ciedades rancheras en la construcción del México Moderno. Zamora: El Colegio de
Michoacán.
Bartra, A. (2012). Los nuevos herederos de zapata. Campesinos en movimiento: 1920-
2012. Ciudad de México: PRD. CNPA. Circo Maya.
Bartra, A. (2013). Crisis civilizatoria. En R. Ornelas, Crisis civilizatoria y superación del
capitalismo (págs. 25-72). México: UNAM.
Artículos • David Sánchez Sánchez
• 123 •
Berger, M. (2016). Afectados ambientales. Hacia una conceptualización en el contexto de
luchas por el reconocimiento. Debates en Sociologia(42), 31-53.
Bevilaqua, J. O. (2009). Juventud rural: una invención del capitalismo industrial. Estudios
Sociológicos, XXVII(80), 619 - 653.
Cazzuf, C., Díaz, V., Fernández, J., & Torres, J. (2018). Aspiraciones de inclusión eco-
nómica de los jóvenes rurales en América Latina: el papel del territorio. Santiago:
RIMISP.
Ceccon, E. (2008). La revolución verde: tragedia en dos actos. Ciencias(91), 21-29.
Chauvet, M. (2010). El sistema agroalimentario mundial y la ruptura del tejido social. En
C. Maya, & M. Hernández, Globalización y sistemas agroalimentarios (págs. 41 -60).
México: UAS. CIIAD. AMER. Juan Pablos.
Duarte, K. (2006). Discursos de resistencias juveniles en sociedades adultocentricas. San
José, Costa Rica: DEI.
Duarte, K. (2011). Tensiones generacionales, desarrollo sustentable e implicancias políti-
cas con jóvenes. A propósito de las nociones de futuro. En R. Zarzuri, Jóvenes, parti-
cipación y construcción de nuevas ciudadanías. Santiago: CESC. Obtenido de http://
repositorio.uchile.cl/handle/2250/122325
Duarte, K., Canales, M., & Cottet, P. (2016). Conversaciones juveniles: aportes a las prác-
ticas y lógicas de la investigación social. Cinta de Moebio , 275-284.
Durston, J. (1998). Juventud rural en Brasil y México. Reduciendo la invisibilidad. Brasil:
CEPAL.
Dussel, E. (1994). 1492: El encubrimiento del Otro: Hacia el origen del mito de la moder-
nidad. La Paz: UMSA. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Plural
Editores.
Echeverria, B. (2013). Modelos Elementales de la oposición campo ciudad. Anotaciones a
partir de una lectura de Braudel y Marx (Primera ed.). México, DF. : Itaca.
Escobar C, L. (2020). Cuadernillo intergeneracionalidad. Oaxaca, México : IDEAS
COMUNITARIAS.
Escobar, A. (2007). La invención del tercer mundo. Construcción y deconstrucción del
desarrollo. (Primera ed.). Caracas: El perro y la rana.
Giraldo, O. (2018). Ecologia política de la agricultura. Agroecología y posdesarrollo. San
Cristobal de las Casas: Ecosur.
GRAIN. (2009). El gran robo de los alimentos: Cómo las corporaciones controlan alimen-
tos, acaparan la tierra y destruyen el clima. Barcelona: Icaria.
GRAIN. (2014). Hambrientos de tierra. GRAIN.
Kay, C. (2019). Transformaciones rurales en la era neoliberal. Dominio global del agro-
negocio. Ecuador Debate, 141-154.
Kessler, G. (2007). Juventud rural en América latina. Panorama de las investigaciones
actuales. En R. Bruniard, Educación, desarrollo rural y juventud (págs. 16-67). Buenos
Aires: UNESCO- Secretaria de Agricultura, Ganaderia, pesca y alimentos.
Leccardi, C., & Feixa, C. (2011). El concepto de Generación en las teorías sobre la juven-
tud. Última Década(34), 11-32.
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 22 - 2022
• 124 •
Luna-Nemecio, J. (2021). Determinaciones socioambientales del COVID-19 y vulnerabili-
dad económica, espacial y sanitario-institucional. Revista de Ciencias Sociales, 21-25.
Martín-Baró, I. (1998). Psicología de la liberación . Madrid: Trotta.
Morel, J. T. (2000). Equidad intergeneracional con costos ambientales inciertos e irrever-
sibles. Trimestre economico(265), 3-26.
Munévar, C. (2016). Los sujetos de las futuras generaciones: ¿quienes son los titulares de
derechos intergeneracionales ambientales? Opción, 184-196.
Ornelas, R. (2013). Crisis civilizatoria y superación del capitalismo. Ciudad de México:
UNAM. Instituto de Investigaciones Económicas.
Pacheco, L. (2003). “La juventud rural que permanece”,. En Seminario Internacional Vir-
tual “Juventud rural en Centroamérica y México el Estado de las investigaciones y el
desao futuro”. Red Latinoamericana de Investigación en Juventud Rural; FLACSO
Guatemala.
Perez O, A. (2014). Subversión Feminista de la economía.Aportes para un debate sobre
el conicto capital-vida (Primera ed.). Madrid: Tracántes de sueños.
Ribeiro, S. (2020). La pandemia está directamente relacionada al sistema alimentario
agroindustrial. Ciencia, Tecnología y Política, 1-14.
Roa, L. (2017). Juventud rural y subjetividad. la vida entre el monte y la ciudad. Buenos
Aires: Grupo Editorial Universitario. CLACSO.
Romero, J. (2012). Lo rural y la ruralidad en América Latina: Categorías conceptuales en
Debate. . Psicoperspectivas, 11(1), 8-31.
SAGARPA. (2010). Retos y oportunidades del sistema agroalimentario de México en los
próximos 20 años. Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación.
Sánchez de la Yncera, I. (1993). La sociología ante el problema generacional: Anotacio-
nes al trabajo de Karl Mannheim. Reis, 147-192.
Sánchez, D. (2020). Palos Altos entre la muchachada y la juventud: la condición juvenil
rural en una comunidad ranchera de Jalisco (Tesis Doctoral ed.). Ciudad de México:
Tesis doctoral. UAM Xochimilco.
Sánchez, D. (2021). Desarrollo y despojo en la agricultura, una visión intergeneracional
desde la condición juvenil rural. Punto Cunorte, 98-128.
Sánchez, D. (2021a). Juventudes Rurales Ante El Contexto Agroindustrial Del Monocul-
tivo De Maíz En Cuquío, Jalisco, México. Eutopía. Revista De Desarrollo Económico
Territorial, 76-96.
Sánchez, D. (2021b). Conictos intergeneracionales en contextos agroindustriales: Ju-
ventudes rurales ante el monocultivo y las fumigaciones aéreas en México. Clivatge.
Estudis i testimonis sobre el conicte i el canvi socials.
Sánchez, D., & Guerra, N. (2021). Educación superior para las juventudes rurales: re-
exiones sobre el caso de la ingeniería en innovación agrícola sustentable, en Cuquío,
Jalisco, México. Cadernos do Aplicação.
Sánchez, D., Meza, P., & Águila, C. (2021). Reexiones sobre una experiencia educa-
tiva para niñeces y juventudes rurales: el caso del proyecto “Desde las Raices” de
Artículos • David Sánchez Sánchez
• 125 •
Caracol Psicosocial A.C. Revista Brasileira de Educação do Campo, 6. doi:http://
dx.doi.org/10.20873/uft.rbec.e11930
Shadow, R. (1994). Los rancheros de occidente: hacia un modelo de su organización
comunitaria. En R. Avila (Ed.), El Occidente de México en el tiempo (págs. 159 -188).
Guadalajara : Universidad de Guadalajara.
Sierra-Diaz, E., Celis-de la Rosa, A. D., Lozano-Kasten, F., Trasande, L., Peregrina-Luca-
no, A., Sandoval-Pinto, E., && Gonzalez-Chavez, H. (2019). Urinary pesticide levels in
children and adolescents residing in two agricultural communities in Mexico. Interna-
tional journal of environmental research and public health, 16(562).
Sonoeira, A. (2006). La «Teoria fundamentada en los datos» (Grounded Theory) de Gla-
ser y Strauss. En I. Vasilachis, Estrategias de investigación cualitativa (págs. 153
-174). Barcelona : Gedisa.
Strauss, A., & Corbin, J. (2002). Bases de la investigación cualitativa. Técnicas y procedi-
mientos para desarrollar la teoría fundamentada. Medellin: Universidad de Antioquia.
Urteaga, M. (2011). La construcción juvenil de la realidad. Jovenes mexicanos contempo-
raneos. México : UAM- I ; Juan Pablos Editor.
Vizccarra, I., Thomé, H., & Hernández, C. (2015). Miradas al futuro: el relevo generacional
en el desarrollo de la conciencia social como estrategia de conservación de los maí-
ces nativos. Carta Económica Regional, 55-73.
© 2022 por el autor. Presentado para una posible publicación
de acceso abierto bajo los términos y condiciones de la licen-
cia “CreativeCommons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0
Internacional”