Presentación • Dmitri Amirov Belova
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En cuanto al carbón negro o hulla, su importancia se mantiene relativamente
estable hasta la segunda mitad de la década, durante la cual desciende hasta
casi un 50% con respecto al año de inicio. El valor nal en el año 2019, 9,4%,
implica que la caída total con respecto a 2011 es de un 48,63% (8,9% en términos
absolutos).
Por su parte, el peso del lignito en el consumo energético alemán es superior al
de la hulla, lo cual resulta lógico dado que tiene menor calidad y por tanto menor
costo, así como a las altas reservas alemanas de este tipo de recurso natural. En
2011, un 24,5% de la energía usada en Alemania provenía del lignito, es decir, casi
un cuarto de su producción provenía exclusivamente de este tipo de carbón (42,8%
si lo sumamos a la hulla). Resulta, por tanto, sorprendente que no sea hasta 2019
cuando podamos ver un descenso signicativo interanual del uso de esta fuente
de energía, teniendo en cuenta el contexto de la “Energiewende”. Indican Weber y
Cabras (2017):
Apenas unos meses antes de los accidentes de Fukushima en 2011, el gobierno
alemán (re)inventó la idea de 30 años de Energiewende que incluye la retirada del
lignito y de la energía nuclear. Sin embargo, a pesar de estos ambiciosos planes
el gobierno no ha suavizado el regreso de la generación de energía con lignito. En
muchas ciudades alemanas y pueblos, las iniciativas ciudadanas y las organiza-
ciones sociales se han opuesto a la minería del lignito y a la generación de energía
relacionada con ella, pero también a los proyectos relacionados con la energía que
se consideran necesarios para desarrollar una economía energética basada en las
energías renovables (Weber y Cabras, 2017: 1227).
Para 2012, su participación aumentó un 1% (25,5%), bajando un 0,3% en 2013
(25,2%), y un 0,35% en 2014 (24,85). Para 2015, bajó un 0,95% (23,9%), para 2016,
un 0,85% (23,05%), para 2017 un 0,4% (22,65%), y para 2018 un 0,15% (22,5%). Es
en 2019 donde se encuentra la caída más signicativa del valor de esta, altamente
contaminante, energía, ya que se reduce su peso en un 3,7% (18,8%). El resultado
entre 2011 y 2019 es una reducción del 23,27% de la entidad del lignito en el consu-
mo energético alemán (5,7% absoluto).
El peso de las demás energías, incluyendo el petróleo, se mantiene a nivel general
con una ligera bajada en torno al 5%. En 2011 signicaban el 5,4% de la energía
consumida en Alemania, sufriendo una bajada de 0,1% en 2012 (5,3% del total),
otra similar en 2013 (5,2%), y manteniéndose igual en 2014. En 2015 este conjunto
sufrió otra caída de un 0,2% (5%), seguida de una subida de 0,1% en 2016 (5,1%),
y un nuevo descenso de 0,05% en 2017 (5,05%). En 2018 se registró otra bajada,
de 0,15% (4,9%), y en 2019 se dio el último descenso, de 0,7%, resultando que las
demás energías suponían un 4,2% del consumo alemán. La diferencia entre el inicio
y el nal del periodo es de una reducción del 22,22% (1,2% absoluto).
3.2 Evolución del precio de la electricidad para el consumidor doméstico
alemán
El Gráco 5 recoge el precio total y desglosado que paga el consumidor privado (ho-
gar) alemán desde el año 2007 hasta el pasado 2019. Las cifras indican céntimos por
kilovatio-hora (en adelante, cts/kWh), y como se puede ver sin dicultad, los precios
no han parado de subir desde hace más de una década, prácticamente por todos
los factores. Llama la atención también que el Estado tiene una fuerte presencia en