
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 20 - 2021
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Si seguimos la pista a Dussel, vemos que fue incorporando otras propuestas de
diferentes corrientes de pensamiento –cabe decir que por su sistematismo, aunque
Dussel es muy crítico de Hegel, es muy parecido a éste-. Es un autor que va inte-
grando muchas aportaciones, reconstruyendo constantemente su sistema. Por otra
parte, con notable agilidad. Ha ido incorporando aportaciones de la ecología a la
losofía de liberación, en este caso, recogiendo mucho de lo elaborado por el teólo-
go Leonardo Boff, pionero en incorporar las cuestiones ecológicas a la teología de
la liberación, sobre todo tal como venían de las culturas y del mundo amazónico en
Brasil. A la vez, Dussel también entra en todo el debate de la posmodernidad, y ahí
ha impulsado interesantes planteamientos de la losofía de liberación, en un debate
en el que estaban muchos otros además de él, como es el caso del lósofo colom-
biano Santiago Castro-Gómez. Formulándolo en términos muy escuetos, cuestión
principal a debate era: ¿cómo vamos a ser modernos los que no pasamos siquiera,
apenas, por la modernidad? Lo cual nos lo podemos preguntar en España también.
Habría que revisar todo esto, porque la misma crítica de la modernidad en esas
décadas de nales de los ochenta y los noventa hasta entrar en el siglo XXI, que se
llamaron postmodernidad, era muy occidental, muy eurocéntrica, muy anglo si nos
jamos también en EEUU. El pensamiento débil, la crítica del progreso, la crítica de
la razón…, ¡claro que tenían razón de ser! Pero lo que resultaba de la crítica quedaba
muy en las claves de los países centrales, no llegaban a las periferias, y desde luego
era una posición tan derrotista, que no servía para construir alternativas. Después,
cuando se habló más abiertamente de crisis de la modernidad, todo eso empezó a
verse de otra manera. Para entonces Dussel ya se había planteado cómo hacer la
crítica de la modernidad poniendo de relieve, además, que la modernidad tiene su
reverso en el colonialismo, que quedó losócamente como su cara oculta. El sujeto
o el ego cogito cartesiano, yo pienso, está precedido por el yo conquisto, y a la vez
que se arma el sujeto desde la prioridad de la conciencia, que conoce y domina,
ese sujeto individual tiene como su correlato el sujeto colectivo Leviatán, el Estado,
con su correspondiente voluntad de dominio, imperialista si puede. A los avances de
Dussel en esa dirección se han ido sumando otros, y luego el pensamiento decolo-
nial, con especial énfasis.
El colonialismo queda desvelado como cara oculta de la modernidad occidental, no
sólo al pensarse esta modernidad, sino al desplegarse. Esto es, los países “centra-
les” que desarrollaban la metafísica del sujeto, la ciencia moderna, el proceso de
secularización, la desacralización del poder…, y con el tiempo la democratización,
eran los mismos países, en muchos casos, imperialistas, que amparaban y se be-
neciaban de las prácticas coloniales, incluida la esclavitud, incluidos los discursos
racistas, que legitimaban ideológicamente y acompañaba ideológicamente al colo-
nialismo. Enrique Dussel ciertamente puso mucho énfasis en todo ello. Posterior-
mente, el pensamiento feminista, sobre todo el pensamiento feminista decolonial ha
puesto de relieve en paralelo y correlacionado con ello, cómo al colonialismo, cual
la cara oculta de la modernidad, le acompañaba el patriarcalismo, con el elemento
propio que supone el que este patriarcalismo no sea sólo cara oculta de la moderni-
dad, sino que durante siglos lo ha sido de la misma tradición de la losofía occidental.
Dussel genera una categoría importante, y con esto quizás, tendré que cerrar el
capítulo apasionante de la losofía de liberación, que es la categoría de transmoder-
nidad. Estos países, estos procesos de liberación, estos procesos de emancipación
colectiva, tuvieron lugar en muchos casos teniendo como punto de partida una situa-
ción de dependencia, la cual, en tanto se mantiene, es situación neocolonial con todo
lo que supone, porque además el colonialismo, su realidad, también el pensamiento