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Anduli
Revista Andaluza de Ciencias Sociales
ISSN: 1696-0270 • e-ISSN: 2340-4973
EL (IM)POSIBLE RANGO CRÍTICO-DECOLONIAL EN
LA DIALÉCTICA NEGATIVA DE ADORNO
THE (IM)POSSIBLE CRITICAL-DECOLONIAL RANGE
IN THE NEGATIVE DIALECTIC OF ADORNO
Fabrizio Fallas-Vargas
Instituto Tecnológico de Costa Rica
fzabior@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-8837-2516
Resumen
El presente trabajo se inscribe dentro
de la necesidad de responder en for-
ma crítica a los desafíos teóricos que
surgen desde la matriz de pensamiento
decolonial y su relación con la dialécti-
ca negativa de Theodor W. Adorno. Me-
todológicamente se elabora un marco
teórico que permita establecer posibles
vasos comunicantes entre distintas ela-
boraciones del pensamiento decolonial
y la producción teórica de Adorno. Ha-
bida cuenta de la consideración crítica
realizada por Castro-Gómez respecto
de Foucault, el presente abordaje se
desmarca de una lectura etiquetante de
un pensador como eurocéntrico sobre
la mera base del locus de la enuncia-
ción. Se estima en este trabajo, que
bien puede realizarse un ejercicio analí-
tico que permita acercarse de esa forma
al pensamiento de Adorno. Ello implica
un doble movimiento y paradójico en el
análisis, por un lado el estudio crítico
del planteamiento adorniano o dialécti-
ca negativa desde la crítica decolonial y
por el otro, determinar la posibilidad de
trazar plexos de interpenetración con-
creta entre ambos universos teóricos.
Palabras Clave: Crítica decolonial;
Dialéctica Negativa; Adorno; perspec-
tiva latinoamericana; modernidad; co-
lonialidad; Escuela de Frankfurt; teoría
crítica; ciencias sociales.
Abstract
The current paper addresses the
need to respond critically to the
theoretical challenges that arise from
the matrix of decolonial thinking and
its relation to Theodor W. Adorno’s
negative dialectics. Methodologically,
a conceptual framework has been
developed to establish the possible
communicating vessels between the
different elaborations on decolonial
thinking and Adorno’s theoretical
production. Bearing in mind the
Castro-Gómez critique of Foucault,
this approach disassociates itself from
the idea that a thinker is Eurocentric
on the mere basis of the locus of
enunciation. This work posits that it is
perfectly feasible to nd an analytical
exercise that allows a closer approach
to Adorno’s thinking. This implies a
paradoxical double movement in the
analysis. One is the critical study of the
Adornian approach or negative dialectic
from decolonial criticism, and the other
is determining the possibility of tracing
plexuses of concrete interpenetration
between both theoretical universes.
Key words: decolonial critique;
negative dialectics; Adorno; Latin
American perspective; modernity;
coloniality; Frankfurt School; critical
theory; social sciences.
Como citar este artículo/citation: Fallas-Vargas, Fabrizio (2021). El (im)posible rango crítico-decolonial en la
Dialéctica Negativa de Adorno. ANDULI (20) 2021 pp.77-95. http://10.12795/anduli.2021.i20.05
Recibido: 25-04-2020 Aceptado: 08-10-2020 Publicado 04.01.2020
http://10.12795/anduli.2021.i20.05
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1. Introducción
El presente trabajo versa sobre la crítica anatréptica que plantea Adorno en términos
de una dialéctica negativa, en la medida en que expresa conictivamente un rango
crítico/decolonial. El análisis opera un movimiento doble y paradójico, en la medida
en que el trazado de los plexos de interpenetración concreta (del latín concrescere
o crecer con) entre la propuesta adorniana y la crítica decolonial emerge a partir de
la puesta en tensión o la elaboración crítica del planteamiento adorniano o dialéctica
negativa desde la crítica.
En razón de lo anterior, este estudio se desmarca de la sentencia habermasiana
sobre el carácter fatalmente aporético de la teoría crítica y en particular del plantea-
miento adorniano (Habermas, 2001: 491), siendo el propio programa habermasiano
el que queda analíticamente desahuciado una vez que se analizan sus presupuestos
sociohistóricos (Dussel, 1998: 199) desde una perspectiva latinoamericana/decolo-
nial. Antes bien, al decir de Adorno: “El individuo sólo sobrevive hoy, me atrevería a
decir, como centro de fuerza de la resistencia” (1967:104). Ello posee plena consis-
tencia con su uni(pluri)verso analítico, donde la resistencia es un componente estruc-
tural de lo político entendido en términos de campo de fuerzas (1958: 33).
Se pondera en este estudio, el planteamiento adorniano, en consideración a su va-
lor y actualidad en el campo de la crítica decolonial, la teoría social y de la cultura.
Es decir, que la producción teórica de Adorno se constituye en una analítica de la
dominación, susceptible de ser puesta en articulación concreta con la crítica deco-
lonial, una vez que se consigue re-visibilizar su componente político-sociohistórico.
Ello implica restitur los fueros de la dialéctica negativa en su posicionamiento dentro
de la lucha por el sentido, los mismo que redescubrir la signicación del pensamiento
social de Adorno en el despliegue de un estudio sobre las formas especícas de la
dominación moderno/colonial.
En ese sentido el problema central de este estudio se puede resumir en la siguiente
pregunta ¿Cómo pensar la (im)posibilidad de elaborar el rango crítico de la dialéctica
negativa de Theodor W. Adorno desde una mirada decolonial? La hipótesis de parti-
da es que en términos análogos a los que Santiago Castro-Gómez (2007) ha seña-
lado la posibilidad de incorporar a Michel Foucault como interlocutor de una crítica
decolonial sin que esta pierda un ápice de su potencia analítica, bien puede tomarse
en consideración sumar a Theodor, W. Adorno como interlocutor/aliado.
Esta discusión a propósito del rango decolonial de la dialéctica negativa de Theodor
W. Adorno, no se ha realizado aún, como se desprende de un estudio cuidadoso del
estado de la cuestión sobre el tema, pese a que, sí existen esfuerzos de acercamien-
to, destacándose por supuesto en este sentido las contribuciones de Walter Mignolo
(2007, 2013), Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel (2007), Arturo Escobar
(2003), con relación al el planteamiento de Max Horkheimer y la teoría crítica, y, Nel-
son Maldonado Torres con relación a Herbert Marcuse (2011).
El objetivo central de este estudio es, en concordancia con lo anterior, explorar la
articulación paradójica de la matriz de pensamiento decolonial y el carácter anatrép-
tico/crítico de la dialéctica negativa adorniana. Lejos de anular las particularidades
de ambos uni(pluri)versos teóricos, se estima que la propuesta de un lósofo con
una formación e intereses tan heterogéneos como Theodor W. Adorno, y cuyo legado
teórico atraviesa los campos de las ciencias sociales, las artes, la losofía, las huma-
nidades, la pedagogía, expresa un (im)posible rango crítico/decolonial.
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2. Marco Teórico y conceptual
En este capítulo se abordan las relaciones entre anatréptica, la dialéctica negativa
y su articulación (im)posible con la matriz de pensamiento decolonial, el desarrollo
de una genealogía que permite comprender la forma en la que se establecen vasos
comunicantes entre ambos uni(pluti)versos teóricos que constituye la transversalidad
de la hipótesis propuesta, la relación con el psicoanálisis y la noción de paradoja.
2.1 Dialéctica Negativa y Crítica decolonial: El trazado de los plexos de una
articulación anatréptica (im)posible.
2.1.1. Sobre el signicado de la noción de anatréptica y la relacion entre dialéc-
tica negative y la crítica decolonial
Este estudio se realiza sobre dos universos teóricos, por denición, abiertos a la
construcción, esto es, se trata de universos teóricos cuya concreción sólo es com-
prensible en función de las nociones de desarrollo de la contradicción con el orden
armativo que se ha inscrito en las formaciones económico-sociales modernas. El
desmontaje de la cara visible, y, en apariencia continua y ad innitum de la lógica de
acumulación de capital y sus dispositivos de exterminio, permiten comprender que
la anatréptica contenida en ambos universos, expresa enfáticamente la urgencia de
determinar los límites de lo que se dene como posible desde el universo epistémico-
político, estético y ético de la modernidad euroatlántica.
El término “Anatréptica” en este trabajo expresa una carga destructiva/subversiva,
al tiempo que potenciadora/refutativa. Es decir, el alcance de este término apunta a
la idea del desmontaje del vertebrado de la racionalidad moderno/colonial en tanto
que ejercicio del dominio (no asumido y más bien racionalizado/oculto en la sublimi-
dad de sus productos simbólicos: la idea de bien, necesidad y verdad, por ejemplo)
putativamente autogenerado y natural, y que condensa ante todo la idea de ruptura
(Meabe, 2008) que se sigue a su vez, de una experiencia de distanciamiento, que
permite, en ese sentido vislumbrar la existencia de un problema en el planteamiento
generalmente asumido acerca de cierta tesis que se procede a volcar o derribar.
La anatréptica que convoca este estudio articula en primera instancia a la “Dialéctica
negativa”, expresión que designa, ciertamente, en un sentido restringido, el nombre
de un texto tardío de Theodor W. Adorno publicado en 1966, no obstante, se trata de
una expresión que remite en forma más amplia, a su universo analítico (que desde
luego excede, al tiempo que contiene esa obra capital), que requiere ser compren-
dido dentro de sus límites, es decir, en una aproximación inmediata podría ponerse
bajo sospecha, al considerarse la génesis sociohistórica del pensamiento de Adorno
(cuestión que dicho sea de paso se encuentra fuera de los contornos de esta pes-
quisa) y la nula referencia rigurosa del frankfurtiano a la problemática especíca-
mente social, histórica y económico-política de América Latina. No obstante, hay que
ser justo con nuestro objeto de estudio y los autores estudiados: desde una mirada
menos abstracta, y buscando trazar las mediaciones (así sean tenues), interesa en
este estudio superar primero el pre-juicio o la puesta bajo sospecha y abrir el cam-
po de fuerza lo suciente para incorporar la mayor capacidad negativa posible. En
este espíritu se ubica este estudio: en efecto, lo que convoca a ambos universos es
una tarea que es denida como (im)posible, tanto el desafío y puesta en evidencia
de la ratio identicatoria (armativa-identitaria), y su señoría “el concepto”, en tanto
que base epistemológica de la dominación al interior de la modernidad; como en la
puesta en movimiento de una anatréptica crítica imposible en el que la modernidad/
colonialidad es interpelada por, sujetos que, desde sus contornos (atravesados por
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la diferencia colonial) carecen de legitimación para activar todo dispositivo analítico/
cognitivo/estético y político: es decir, por aquellos que a quienes les es negada sis-
témica/sistemáticamente su condición de sujeto. Pensar negativa y decolonialmen-
te es pensar el efecto de la dominación sobre el componente somático, sobre los
cuerpos como condición de la praxis, esperanza y utopía (Adorno, 1966: 203-204;
Quijano, 1999: 32-33).
Por ello las nociones de resistencia y sobrevivencia resultan centrales (Adorno,
1967:104) para comprender la consistencia de la negatividad dentro de lo que po-
dríamos denominar un uni(pluri)verso analítico, en el que la resistencia es compo-
nente estructural de lo político entendido en términos de un campo de fuerzas.
La noción de uni(pluri)verso, se preere en este estudio, dado que condensa, se
estima, en forma más ´precisa el carácter relacional –diferenciado que caracteriza
el criterio de ingreso del análisis adorniano y que articula en sus despliegues, lo
mismo que en su lenguaje peculiar, tanto elementos de la losofía, la sociología,
como el psicoanálisis freudiano y la música, e inclusive motivos procedentes de la
físico-química, por ejemplo la categoría de “campos de fuerza” y la astronomía, como
es el caso de “las constelaciones” para anar lo que denominaba sus “modelos de
intervención”.
Cabe destacar dentro del marco teórico que permitiría establecer vasos comunican-
tes entre los dos uni(pluri)versos que son objetos de este estudio, la categoría de
“campos de fuerza” ( Adorno, 1968: 20), en la medida en que posee su valor crítico
en la analítica losóca-sociológica adorniana: remiten al conicto histórico-material,
que organiza y reorganiza el alcance de los contenidos de un texto (el núcleo socio-
histórico de la enunciación, podríamos traducir, en términos decoloniales), su campo
central de conicto (Quijano, 1993: 214).
Al respecto, sostiene Adorno:
[…]en esto, la sociología no es para nada muy diferente de la losofía: debemos
comprender incluso los textos famosos como un campo de fuerzas; debemos des-
cubrir, por debajo de la supercie de doctrinas aparentemente coincidentes, las
fuerzas que se enfrentan mutuamente, y que luego son reunidas en formas más o
menos sistematizadas o en formulaciones denitivas (1968: 20).
Con vista de esta matriz conictiva, este estudio no comparte la idea de que el pen-
samiento adorniano conduzca en forma inexorable a una aporía entendido como una
forma de insuperabilidad lógica ni que la matriz de pensamiento decolonial culmine
en un discurso meramente autoreferencial o esencialista (Castro-Gómez, 2015: 174).
Más bien, desde una dialéctica negativa, lo que a tal acusación subyace no es más
que el reposicionamiento de la lógica identitaria para autoconservarse y mantenerse
idéntica a sí misma (algo que exige asimismo la colonialidad en su despliegue).
En este sentido, sostiene Adorno:
[…] esta sociedad no avanza hacia un estado de bienestar social. Esta sociedad
que va sujetando cada vez más a la gente, crece al mismo tiempo que su irracio-
nalidad, y esto en forma constitutiva. Mientras siga existiendo esta tensión, no se
provocará, por así decir, la compensación térmica que sería necesaria para que
no haya más espontaneidad. No puedo imaginar que haya un mundo potenciado
hasta la locura sin que se desencadenen fuerzas objetivas opuestas (Adorno y
Horkheimer, 1958: 33).
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Así, la puesta en circulación del planteamiento anatréptico de Adorno que se com-
prende en los términos de una dialéctica modicada o negative (antagónica a la dia-
léctica armativa de Hegel), debe de tomar consideración su valor y actualidad como
dispositivo analítico capaz de ser articulado con la crítica decolonial, la teoría social y
de la cultura desde una perspectiva no eurocéntrica y fundamental para comprender
críticamente el capitalismo contemporáneo (Bonnet, 2007:37).
En este sentido, la revisibilización de su componente político-sociohistórico no sólo
restituye los derechos a la dialéctica negativa en su posicionamiento al interior de
la lucha por el sentido en un horizonte que excede incluso la mirada micrológica de
Adorno (1958: 248-249), a saber: el horizonte latinoamericano (Polimeni, S.D.), sino
que recupera la signicación del pensamiento social de Adorno en el despliegue de
un estudio sobre las guras especícas de la dominación, o sea, que la anatréptica
que se construye en este estudio, deriva en una analítica de la dominación negativa y
dialéctica, pero en articulación concreta con la crítica decolonial. Esta última reopera
los términos de la dialéctica negativa y se erige, dentro de los horizontes de este es-
tudio, como ltro de interpenetración concreta y crítica. Esto implica que no se privile-
gia un universo teórico sobre otro, tal cual ha sido la práctica de la colonialidad sobre
la producción de conocimiento, sino que se busca escribir con la sensibilidad necesa-
ria para determinar, ubicar las rutas subterráneas en las que ambos uni(pluri)versos
puedan producir(se) como un pluriverso diferenciado y abierto en construcción.
El análisis de la dialéctica modernidad/colonialidad en tensión con la dialéctica ne-
gativa de Adorno reviste interés para este estudio, centralmente, por dos motivos:
El primero, porque pondera la discusión signicativa sobre el carácter anatréptico
(reposicionamiento) del procedimiento adorniano y de su signicación crítica en el
seno del pensamiento de-colonial. Por esta razón, su estudio resulta signicativo
para la losofía y el pensamiento social. En segundo término, autores con tanto
prestigio como Leszek Kolakowski en las Principales corrientes del marxismo (1983,
T.III, p.353) han desestimado gruesamente el método adorniano considerándolo au-
sente de (todo) sentido racional. Ello desde luego convoca una discusión en torno
al concepto de racionalidad que emerge de la matriz modernidad/colonialidad y se
trata de una cuestión que, creemos, es necesario polemizar, desde la situación de la
“racionalidad” como concepto al interior del pensamiento decolonial. Tal acusación
hacia el planteamiento adorniano, podría, desde los términos de este estudio, ser
visto como un viso “absolutorio” si se piensa en el carácter indefendible de Europa
como señala Aimé Césaire, no para defender a Adorno de ser europeo desde luego,
sino para desentrañar en su dialéctica modicada los contornos que la congurarían
como disfuncional o anómala dentro de lo que en la geopolítica del conocimiento es
considerado “racional”. En este sentido interesa la dialéctica negativa como forma de
ruptura/anatréptica de “la” racionalidad idéntica a sí misma.
2.1.2. Genealogía de una articulación (im)posible: El trazado de las rutas sub-
terráneas y categoriales hacia el encuentro con la Dialéctica Negativa de
T.W. Adorno
La matriz de pensamiento decolonial no debe asumirse como un bloque homogéneo,
sino más bien como un campo de fuerzas especialmente con relación a la colonia-
lidad. Así, Grosfoguel y Castro Gómez (2007), echan una mirada retrospectiva al
pensamiento decolonial que en su génesis procede vinculando intelectuales de dife-
rentes latitudes/continentes, pero predominantemente latinoamericanos (como Qui-
jano, Dussel, Mignolo) con el análisis wallersteiniano del sistema-mundo. Destaca,
en los ulteriores nodos de la red que se iba extendiendo a lo largo de América, para
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efectos de este estudio, la reunión organizada en junio del 2004 por Arturo Escobar
y Walter Mignolo en Chapel Hill (Universidad de Carolina del Norte) y Durham (Uni-
versidad de Duke) con el nombre “Teoría Crítica y decolonialidad”. De dicha mirada
retrospectiva se extrae la voluntad de explicitar su corpus conceptual y de realizar
precisiones categoriales en torno al uso de las categorías “decolonialidad” y “colo-
nialidad del poder”. La articulación de este corpus con los debates contemporáneos
acerca del marxismo en la actualidad, al análisis del sistema mundo, la teoría de la
dependencia y los estudios poscoloniales, permite reposicionar la categoría de (de)
colonialidad para desmarcarse críticamente de una presunta poscolonialidad “des-
colonizada” que ha conseguido entronizarse en el discurso académico y político al
interior de la transición que va del colonialismo moderno (que termina con el n de
la guerra fría) al colonialismo global, caracterizado por recapitular/actualizar la di-
visión internacional del trabajo centros/periferias, la jerarquización étnico-racial de
poblaciones genéticamente estructurada durante la expansión colonial europea. En
tal medida, el análisis de sistema mundo que realiza Immanuel Wallerstein habría
de incorporar determinaciones como sistema-mundo/europeo/euronorteamericano
capitalista/patriarcal moderno/colonial, como advierte Grosfoguel.
Cabe destacar el interés que reviste la crítica decolonial dentro de los contornos de
este estudio, dado el carácter dialéctico de los procesos de la economía política y
la cultura que o bien ha sido pasado por alto por los teóricos del sistema mundo lo
mismo que para los teóricos anglosajones de la poscolonialidad; o bien sobredeter-
minado en el caso de la teoría de la dependencia (Castro-Gómez y Grosfoguel, 2007:
16-18) En dicha dialéctica intervienen nociones quijanianas como la colonialidad del
poder y la lectura de la heterarquía que realizan Castro-Gómez y Grosfoguel en tanto
que paradigma que desborda la ciencia social europea heredada del siglo XIX, en el
cual se articulan (mediante nuevos lenguajes aún por construir) diversos entramados
de relaciones raciales, étnicas, sexuales, epistémicas, económicas y de género que
continúan “intactas” tras la descolonización.
“Colonialidad” interesa para este estudio en la medida en que constituye una noción
que vincula el proceso de colonización de América y la constitución de la economía
mundo capitalista en un proceso histórico que inicia con el siglo XVI y al interior
del cual se opera la construcción de la jerarquía racial/étnica global espacio-tempo-
ralmente simultánea con la constitución de la división internacional del trabajo or-
ganizada en términos relacionales centro/periferia a escala mundial. La categoría
“decolonial” no se reduce a meros acontecimientos jurídico-políticos, dado que la
colonialidad, a diferencia del colonialismo, incorpora dimensiones epistémicas en
una geopolítica del conocimiento y una posición abiertamente crítica respecto del eu-
rocentrismo que no lleva a la idealización del pasado de una presunta “autenticidad
cultural”. Actualmente jóvenes investigadores, también de diversas latitudes integran
una “segunda generación” del grupo modernidad/colonialidad, en la articulación de
un nuevo lenguaje que permita pensar una “corpo-política del conocimiento” sin pre-
tensiones de neutralidad axiológica, un lenguaje alternativo que excede la etiqueta
de opción teórica y más bien se enmarca dentro de una tarea ético política pendiente
y que responde a esa pregunta por la actualidad de la teoría crítica que en Mignolo
incorpora expresamente el aparato teórico de Horkheimer (Mignolo, 2010: 8)
En razón de lo anterior, debe realizarse, fuera de la matriz de pensamiento decolo-
nial, una primera aproximación al referido, más arriba, reposicionamiento del plan-
teamiento adorniano. Para ello habría que distinguir, respecto de la denominación
Escuela de Frankfurt”, a la que inevitablemente se encuentra asociado el nombre
de Theodor W. Adorno, al menos lo siguiente: analíticamente, el uso escolar de esa
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designación monta una identicación ideológica general o un agrupamiento sobre
campos de realizaciones diversos y su consignación teórica, cuya radicalidad se
expresa, más bien, en la coexistencia e interpenetración de experiencias reexivas
diferenciadas que buscan autoconstituirse como proceso de emancipación en/desde
su negativa a fundar un espacio de materias codicadas. La interrelación de estos
campos diferenciados, designa una constelación analítica, cuyos componentes ar-
ticulan una sensibilidad, al tiempo que elaboran inmanentemente una experiencia
histórico-social concreta, desde diversos ejes de análisis, y procura la reconstrucción
del carácter de las relaciones sociales que conguran procesos de autoconstitución/
heteroconstitución de sujetos al interior de totalidades conictivas.
En este estudio la autoconstitución y heteroconstitución de sujetos, se denen por
su relación con la categoría de praxis y el posicionamiento del sujeto al interior de la
lucha social. En ambos casos se trata de un proceso conictivo, en donde el sujeto
se autoconstituye en la negatividad/subversión de tramas de dominación especícas
(raciales, de clase, sexista, adultocéntricas). Así, a diferencia de la autoconstitución
práxica, la heteroconstitución de sujeto remite más bien a una forma de experien-
cia organizada dentro de dichas tramas de dominación, pero que se maniesta en
forma inercial. En términos foucaultianos es el caso del sujeto sujetado (Foucault,
1998:144).
De ahí que la constelación analítica que comporta el objeto de este estudio, imple-
menta, asimismo, en la conguración de la teoría crítica de la sociedad, las catego-
rías dialécticas de contradicción y negación para el estudio y la comprensión de su
objeto multiforme y dinámico: ellas reeren las formas que asume la organización
del pensamiento y de la acción dentro de tramas socio-históricas complejas carac-
terizadas por formas de dominación especícas, cuyos contenidos condensan en
su nivel las distintas regiones/aspectos conictivos que caracteriza el régimen de
experiencia/existencia en las formaciones económico-sociales modernas al interior
del sistema-mundo y el patrón de poder colonial.
Ciertamente la relación entre teoría crítica y la matriz de pensamiento decolonial
ha tenido algunos acercamientos, y el interés de este estudio es generar un mayor
despliegue o profundización en las rutas (im)posibles que les comunican. Así En El
pensamiento decolonial: Desprendimiento y apertura. Un maniesto (Castro-Gómez,
y Grosfoguel, 2007: 25-45) Mignolo pasa revista de la temática discutida en una
reunión realizada con Arturo Escobar en el 2003: “Teoría crítica y descolonización”.
Mignolo ha vislumbrado la posibilidad de incorporar elementos de la Dialéctica nega-
tiva (Mignolo, 2013) al aparato crítico decolonial, aunque ciertamente no se detiene a
profundizar en el corpus adorniano. También pondera el legado de Max Horkheimer
(Mignolo, 2007) y el valor que posee la producción de ambos frankfurtianos (Migno-
lo, 2013: 353-354) para una crítica decolonial. Para Mignolo, y esto es fundamental,
dentro de los contornos de este estudio, la propuesta de reexión que realiza en la
medida en que inquiere acerca del papel de la teoría crítica una vez que el proleta-
riado es reemplazado por los condenados de la tierra fanoniana y la multitud de Ne-
gri, lo mismo que la forma de articular categorías como género, raza, naturaleza en
procesos de autoconstitución práxicos, esto es, procesos de resistencia y liberación.
Asimismo, Mignolo (2007) pondera la vinculación de la teoría crítica con la matriz
modernidad/colonialidad, tomando en cuenta la geopolítica del conocimiento; lo cual
tendría tres efectualizaciones y/o posicionamientos de lectura distintos: a) la inda-
gación acerca del lugar que ocupa la Escuela de Frankfurt en la genealogía del
pensamiento europeo, algo escolar; b)Que la Escuela de Frankfurt sea empleada
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por la inteligentzia local “ex”colonial como signo de distinción respecto de sectores
intelectuales “atrasados” respecto de los últimos dispositivos intelectual-mercantiles
del ambiente norteamericano o europeo, algo conservador; c) Que la lectura se en-
cuentre orientada por/a través de la diferencia epistémica colonial en la “genealogía
pluriversal del pensamiento decolonial”.
Mignolo se inscribe en esta última lectura que interesa, en forma signicativa para
realizar este estudio acerca de la dialéctica negativa adorniana y la ponderación de
su rango crítico decolonial y la indagación de los vasos comunicantes de ambos
pluriversos analíticos. Mignolo perla en forma dialéctica, además, las categorías
de modernidad/colonialidad (categoría analítica de la matriz colonial del poder) y
decolonialidad (que amplía el marco y objetivos del proyecto modernidad/coloniali-
dad) que se interpenetran en tanto que la propia conceptualización de la colonialidad
como constitutiva de la modernidad es ya pensamiento decolonial. La lógica opresiva
de la ratio moderno/colonial intrumental e identicatoria tiene como contracara el
desprendimiento, el malestar y la crítica operada al interior de una genealogía del
pensamiento que Horkheimer va a retomar vía Marx.
Decolonial es el concepto anatréptico en este caso, que ocupó la “crítica” en el
pensamiento del disenso europeo, cuya genealogía es trazada a partir del n de la
guerra fría (proyecto que procura trazar Mignolo), habida cuenta de tres momentos
previos del pensamiento decolonial: a) primero en el pensamiento indígena y afroca-
ribeño de la mano de Waman Poma y Otabbah Cugoano, como contrapartida de la
fundación de la modernidad/colonialidad; b) segundo, en Asia y África enfrentando a
la reorganización de la modernidad/colonialidad del imperio británico y el colonialis-
mo francés; c) tercero, en la intersección de movimientos de descolonización en Asia
y África al interior de la guerra fría y en concurrencia con el liderazgo ascendente
de E.U.A. Con Quijano, Mignolo pone en claro la estrategia anatréptica derivada del
giro/desprendimiento/apertura epistémico-político (cuya genealogía permite emerger
el legado wamanpomaniano y de Cugoano) del pensamiento decolonial o teoría crí-
tica decolonial, no en procura de “la” verdad como aletheia, sino como apertura de
lugares imposibles desde el imaginario moderno del que el genocidio perpetrado
por los nazis es sólo un momento (cuya totalización falsa diría Adorno, en un título
provinciano de universalidad dirá Quijano, hace sintagma con la hybris del punto
cero de Castro-Gómez) la reinscripción de la experiencia desplazada (desechada/ la
vida devaluada), desde la que se teje el pensamiento decolonial cuya genealogía es
pluriversal (de ahí la importancia de su articulación concreta).
En términos de crítica decolonial, el trazado de vínculos analíticos con el plantea-
miento adorniano, requiere sin duda un diálogo dinamizado por la tensión que com-
porta su confrontación con la especicidad de las tramas de dominación concreta
(eurocéntrica, adultocéntrica, racista, etnocéntrica, sexista, de clase), que dicho plan-
teamiento pasa por alto, y que conguran/posibilitan la génesis de la modernidad
euroatlántica capitalista como un proceso de subalternización/exterminio de aquello
que le es distinto (o si se quiere, en términos dusselianos, de lo Otro), cuyo desplie-
gue/totalización no cesa desde el “descubrimiento” de América. En ese sentido, han
de subrayarse, las condiciones histórico-materiales desde las que se congura tanto
el discurso y las producciones de la modernidad hegemónica que permean el apara-
to dialéctico adorniano generado al interior de la tradición de la losofía alemana, el
marxismo dialéctico, y desde luego el psicoanálisis freudiano, lo cual le proporciona
sus rasgos ilustrados críticos, su tendencia internacionalista y su lucidez destructiva/
anatréptica, pero también sus gestos eurocéntricos estrictamente modernos.
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En este sentido, debe abordarse la dialéctica negativa puesta en continuidad con
la anatréptica moderna que surge en el continente europeo doscientos años tras la
conquista de América y cuyo referente central para Adorno, pasa por Kant, Hegel,
Freud y Nietzsche, Marx-Engels. En efecto, se comprende la crítica del modo de
producción capitalista, entendido como totalidad conictiva, es decir, como sistema
de dominación que a su vez expresa una sociabilidad fundamental estructurada por
una economía y división social del trabajo, que se justica a misma en la arma-
ción de una igualdad abstracta (en detrimento de los individuos concretos), a la que
corresponde la movilización del aparato estatal y sus dispositivos culturales, organi-
zados en torno a la reproducción estructural de sí misma, como si su dinámica fuese
aparentemente armoniosa, es decir no contradictoria y, como si su despliegue se
encontrara en progreso “eterno” a su autoarmación consciente/racional. Esto último
resulta una contradicción agrante desde la enunciación de un discurso metropoli-
tano pretendidamente racional, porque en este como sí, debe tenerse siempre pre-
sente la expresión mística de la mano invisible del mercado que le da su autoimagen
autorregulativa y en perpetuo “autoperfeccionamiento”.
Dentro de estos contornos, es fundamental explorar la conguración del autocercio-
ramiento -maniesto en sus más conspicuas expresiones losócas- de la moderni-
dad euroatlántica capitalista, que aun siendo tensa en forma constitutiva, aparece,
desde la programática ilustrada, como un proceso lineal civilizatorio y homogéneo
que obnubila, la expansión etno/genocida de la conquista y la lógica colonial que
hace posible sociohistórica y materialmente el proyecto epistémico-económico-polí-
tico a escala planetaria al interior del cual se inscribe en forma concreta. También es
importante ponderar, en diálogo con Michel Foucault (2004) y su recuperación de la
lectura kantiana de la Ilustración, especícamente en cuanto a la categoría de “críti-
ca”, en la medida en que constituye, dentro de este estudio, una categoría negativa
en su vigencia/actualidad para el trazado de los mapas cognitivos del pensamiento
de la crítica decolonial en el orden de lo político y dentro de los términos de una ana-
tréptica decolonial y dialéctica.
2.1.3. Sujeto, psicoanálisis y colonialidad del poder: América y su relación con
lo abyecto
Dentro del planteamiento adorniano, ha de considerarse, en tanto que analítica de la
dominación en sus formas especícas, el tema de la conguración del “sujeto” (des)
integrado como individuo en tramas sociales atravesadas por la lógica identicatoria
del principio de intercambio y la colonialidad del poder. Ello es susceptible, entera-
mente de ser puesto en diálogo con una analítica de carácter heterárquico/decolonial
si se trazan las mediaciones sociohistóricas correspondientes a la logénesis de la
subjetividad moderna, por ejemplo la diferencia colonial, sistema mundo y patrón de
poder colonial.
En razón de lo anterior, como corresponde a la ponderación del rango crítico de la
propuesta de un frankfurtiano, de cara a la crítica decolonial, el psicoanálisis, parti-
cularmente freudiano -desde cuyos hombros la mirada adorniana siempre amplicó
el carácter enigmático de las delicadas constelaciones que articularon su dialéctica
negativa- y que dicho sea de paso, Mignolo reconoce como herramienta del pensa-
miento decolonial (Mignolo, 2013: 52), forma parte de los componentes del pluriverso
analítico a articular en el desarrollo de este estudio. Igualmente, dentro de esta cons-
telación teórica, cabe establecer un diálogo con Julia Kristeva y Judith Butler (2010),
en torno a la elaboración de América como expresión de lo abyecto, en la medida
en que se pondera la categoría de la abyección, que designa una forma de relación
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íntima perversa y ambigua con la desmesura insoportable de un otro “separado”
en forma abstracta: “No es […] la ausencia de limpieza o de salud lo que vuelve
abyecto, sino aquello que perturba una identidad, un sistema, un orden. Aquello que
no respeta los límites, los lugares, las reglas. La complicidad, lo ambiguo, lo mixto”
(Kristeva, 2006:.11).
2.1.4. De la aporía identicatoria a la paradoja vertiginosa a la construcción de
un tejido de lo negativo-decolonial: La eliminación de un anatema
Si el pensamiento adorniano produce un efecto paradojal y vertiginoso en la lectura,
lo hace, debe decirse, no en sentido identicatorio y aporético o sin salida, del que
Adorno siempre se desmarcó con todas sus fuerzas, sino más bien en sentido psi-
coanalítico y dialéctico, como corresponde al aparato analítico-crítico que contribuyó
a diseñar durante el transcurso de su vida, y que él mismo estima, como debe ser,
dada su coherencia metodológica, como obra inacabada y abierta a la conguración
de nuevos “modelos de intervención”, en tanto que la libertad solo adquiere su con-
creción “en las guras cambiantes de la represión, es decir, en la resistencia contra
ellas” (Adorno, 1966: 263).
Este componente de apertura se estima valioso, en consecuencia, desde el horizon-
te de la construcción de una anatréptica decolonial negativa y dialéctica desde/en el
que se desarrolla este trabajo. Sin la necesidad colonial e identicatoria de subsumir
un campo en otro como exigencia metodológica, el campo diferenciado de lo deco-
lonial y lo dialéctico-negativo, se integran en un despliegue sionómica y epistémi-
camente paradójico. Es decir, podría pensarse en forma inmediata que la analítica
adorniana, tendría un bloqueo inscrito en su propia sonomía para poder entrar en
diálogo con una analítica decolonial. No obstante la analítica adorniana invita a la
deconstrucción y al desmontaje de tal bloqueo al sensibilizar su “corpus” de raíz con
lo no idéntico. Como bien ha señalado Castro-Gómez respecto de Foucault (Castro-
Gómez, 2007), no habría de invalidarse sin más y desechar como eurocéntrico in to-
tum el legado e incluso la incorporación como aliado/a de la crítica decolonial de un/a
autor/a por el mero hecho de haber nacido en Europa, y ello bien puede extenderse
para el universo categorial de Adorno, por quien dicho sea de paso, sentía especial
aprecio el lósofo francés (Foucault, 1983: 314-315).
De igual forma, desde lo epistémico, su énfasis en la primacía del objeto como matriz
conictiva, lleva en forma inequívoca al pensamiento a abismarse en sus propias
contradicciones, sin la necesidad de construir un todo homogéneo, constituyéndose
más bien en una dialéctica que corporeiza el “espíritu de contradicción organizado”
(Adorno,1957 :64). En lugar de ello se trata de construir pasajes en/desde la alteridad
de lo negativo, y en ese proceso, potenciar el autocercioramiento.
Acaso la necesidad de descolonizar el lenguaje losóco en tanto que excluyente
pasa por crear un espacio epistémico no identitario también, caracterizado por la
paradoja, como recuerda asimismo la voz aymara chixxi (tejido) entendida en un
registro epistémico-político, esto es, en tanto que tejido intercultural duradero y de
normar la convivencia en forma legítima y estable, a través del diálogo e interlocución
creativas y procesos de intercambio de saberes, estéticas y éticas (Rivera Cusican-
qui, 2006 : 12).
En efecto, la paradoja suele considerarse como una “conguración integradora y
transformadora” (Núñez y Prieto, 2009), al interior de la cual se despliegan condicio-
nes de posibilidad para el diálogo de “los extremos”, en tanto que se pueden organi-
zar, enriquecer e inuenciarse “mutuamente”. De tal relación emerge una “cualidad
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inadvertida”, que permite deconstruir “los signicados primitivos para acceder a una
comprensión más amplia”. Esta relación paradojal propone “utilizar la conguración
dinámica de la paradoja como estructura y proceso de conocimiento”. Se trata de una
paradoja que se expresa a través de los términos de la alteridad como complementa-
rios y no como extremos que no se tocan. Así, cada uno “conserva su especicidad
pero existe la transformación y el pasaje de uno a otro” y esto permite entroncar la
dinámica de esta relación con los desarrollos acerca de lo negativo, en la medida en
que hace límite al saber. El movimiento de la teoría, en consideración de lo negativo,
deja de representar un proceso lineal hacia una eventual aprehensión de la verdad,
y entonces se devela la relación de la teoría con su objeto en términos paradójicos.
El objeto pone de maniesto que el saber tiene bordes, pliegues, que algo queda por
fuera, es decir, “establece el no-todo del saber”, de manera que su base material con-
sistiría en una “conguración dinámica que permite percibir las distintas relaciones y
uniones que acontecen entre energías opuestas”.
A la luz de las consideraciones anteriores, debe destacarse que este estudio busca
mostrar un diálogo entre ambos uni(pluri)versos analíticos, sin que de ello se preten-
da re-congurar un nuevo plano de subalternación, al estilo del escolasticismo me-
dieval en el que la losofía funcionaba como “sirvienta” (ancilla) de la teología. Esto
es un dato metodológico importante para la adecuada comprensión de los desarro-
llos teóricos que por un lado recupera este estudio y que por el otro despliega en un
producto inédito (dado que esta ponderación crítica de la relación de la dialéctica ne-
gativa y la crítica decolonial es aún un campo en construcción) y paradójico, como se
ha dicho arriba: La construcción de una anatréptica decolonial negativa y dialéctica.
He ahí el horizonte de este estudio y hacia donde dirige sus esfuerzos para ubicar,
en los intersticios de los plexos de interpenetración crítica que existen entre ambos
uni(pluri)versos analíticos, las rutas subterráneas de la crítica de la sociedad y la
cultura en las formaciones sociales modernas, y que dotan de vida a una particular y
especíca expresión anatréptica que, como se dijo arriba, no parte de subalternacio-
nes ni de la subsunción, ni de la matriz de pensamiento decolonial al planteamiento
adorniano ni al revés, sino de la elaboración crítica (en tanto que visibilización de
alcances y limitaciones de sus contenidos) en la medida en que permite desarrollar
inclusive una dialéctica de la modernidad/colonialidad.
Inmersión en un discurso/uni(pluri)verso, salir de él y volver a sus contornos sería la
“ruta” metodológica adecuada para comprender el sentido de la anatréptica que bus-
ca desplegar y contribuir este estudio, desde sus limitaciones y peculiaridades (no
decimos de-formaciones dado que ello implicaría el uso de un recurso del “refuse
y la forclusión (Freud, S. 1914 : 227), que constituyen herramientas de subalterna-
ción de lo peculiar/particular/diferente y su valoración ominosa desde un imaginario
moderno/colonial) derivadas del ejercicio disciplinar. En este sentido, (in)disciplinar
la disciplina a que se encuentra sujeta una profesión convoca considerarle no como
un ejercicio colonizado del pensar, del saber (como podría ser el caso de una dia-
léctica negativa, en el caso de la disciplina losóca/sociológica) sin más, sino más
bien como un campo de batalla, un campo de fuerza, en el que se interviene, se
posiciona, en este caso, pensando en capturar los elementos decoloniales presentes
en una articulación denida como (im)posible desde una mirada eurocéntrica de “la”
losofía, “la” sociología o bien desde una mirada pretendidamente “aséptica” latinoa-
mericanista que desecharía de cuajo todo saber a partir del locus de la enunciación.
Sobre este punto, se pondera la necesidad de realizar una articulación categorial
de lo (im)posible en la medida en que enfatiza que, dentro de un campo de fuer-
zas especíco (que para efectos de este estudio viene a ser la matriz relacional de
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dominación modernidad/colonialidad capitalista) la determinación de lo posible y lo
imposible se determina en función de lo que dicha matriz determina como factible,
de ahí que se coloque entre paréntesis la parte del signicante. Esta puesta entre
paréntesis, satura de concreción y conictividad el signicado que desde la “lógica”
de lo posible se busca ofuscar. Es decir, mediante el reposicionamiento de lo (im)
posible, se disloca la continuidad aparente en el orden de lo posible. En efecto, lo
(im)posible, excede este orden y su lugar en el mismo, esto es, resulta de una posi-
bilidad contenida al interior de la matriz moderno/colonial de dominación, pero cuya
efectualización resulta negada como imposible o quimérica.
En consecuencia, pensar/escribir desde la negatividad decolonial, y, al tiempo, pon-
derar críticamente la producción teórica de cierto lósofo, sociólogo, psicólogo y
musicólogo (Müller-Doohm, 2003) no debería, pensamos, ser asumido como una es-
trategia colonial de escritura, por la misma razón que las distintas intervenciones de-
coloniales, desde sus propias particularidades, las cuales, reiteramos, no constituyen
una “limitante” gravosa, o un anatema, sino más bien la condición de posibilidad de
su aportación creativa/diversa/peculiar a una decolonialidad cada vez más rica y con-
creta, que en denitiva no conllevan un producto acabado -como lo sería el producto
que surge del esquematismo histórico de la ideología eurocéntrica del romanticismo
alemán (Dussel, 1993: 43)- sino más bien actualizan constantemente sus campos
de fuerza, esto es “bajo la forma de una apertura explorativa en la organización de
un espacio de reexión colectiva en el que se elaboren las perspectivas de diversas
disciplinas […]” (Dubiel, 2000:88)
Piénsese asimismo, en la diversidad de intervenciones decoloniales que se desplie-
gan en la actualidad desde las distintas mediaciones, es decir, que se articulan desde
la interpenetración constructiva y no la separación disciplinar, de la losofía, la crítica
literaria o las políticas de la literatura, el psicoanálisis, la sociología, las expresiones
artísticas en sus diversas manifestaciones, la antropología, economía, sociología,
ecología, otras “disciplinas” y desde luego saberes ancestrales que han sido exo-
grupalmente invisibilizados o marginalizados desde la mera óptica de “la” disciplina.
En síntesis, este estudio parte de que “lo” europeo (si se entiende por ello y en forma
abstracta “el conjunto” de sus expresiones teóricas y metodológicas, cualquier cosa
que eso quiera signicar) no debe ser subsumido en la crítica, sino que debe ser cri-
ticado en forma inmanente/paradójica, y ello torna igualmente ilícita por considerarla
además una peligrosa estrategia del poder colonial, la negación del pasado en sus
distintas expresiones conictivas como un todo. En ese sentido el contenido anam-
nético (Cuevas, 2005: 127) de la articulación (im)posible no sólo es posible, sino que
se revela necesario e impostergable.
En otras palabras, el desmontaje de la idea de la presunta “supremacía” de la racio-
nalidad euroatlántica en el orden de la economía política, la producción simbólica y
libidinal, no puede prescindir del estudio y desarticulación de las “armas” teóricas que
la modernidad/colonialidad ha producido, tanto de las que contribuyen a perpetuar
la lógica de subalternación y ofuscar sus componentes estructurales, como tampoco
puede prescindir de recuperar/sumar/re-conocer como “pertrechos” valiosos aque-
llas que potencian/contribuyen en forma concreta a pensar/construir su desmontaje/
anatréptica. Ello responde en forma paradójica a la pregunta no menos paradójica
¿el desmontaje no puede acaso prescindir del desmontaje?
En efecto, el título de este estudio supone ciertamente la ponderación del rango crí-
tico decolonial de la dialéctica negativa de Theodor W. Adorno, en la medida en que
si bien la teoría crítica de la sociedad y especialmente el caso de Max Horkheimer
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ha sido reconocido como interlocutor del pensamiento decolonial (Mignolo, 2007, p.
25), este estudio re-posiciona el planteamiento adorniano, en los términos de su (im)
posible articulación crítica con la crítica decolonial.
3. ¿Una anatréptica dialéctica (in) disciplinar de la Moderni-
dad/colonialidad capitalista?
Ciertamente, el valor político-crítico-anatréptico de la dialéctica negativa pue-
de ser rastreado losócamente hasta Platón. Desde este punto de vis-
ta se trata de poner de relieve una articulación central entre razón, dominio
y compromiso político en el marco de una crítica de la cultura o civilización
moderna/colonial que extrae su potencia allende las fronteras disciplinares de la -
losofía. Pondera, más bien un movimiento hacia los márgenes, que desde ya cabría
decir, constituye uno de los grandes y más importantes puntos de contacto entre la
dialéctica negativa y la crítica decolonial en su atención a lo que ha sido desplazado
por la falsa universalidad.
Ello proporciona una especicidad en la que se re-encuentran el planteamiento ador-
niano y la analítica decolonial: para Adorno la dialéctica negativa no tiene sentido
doctrinal sino que proporciona distintos “modelos” de intervención, como se dijo
arriba, esto es, concretos relacionales en los que los elementos (aparencialmente)
desarticulados de un falso todo (Adorno, 1951: 48) se expresan en forma diversa y
peculiar, y en los que, precisamente, reaparece el desgarramiento y carácter con-
ictivo de ese todo presuntamente armónico (la modernidad capitalista y su forma
especíca de racionalizar “la” realidad mediante el principio de intercambio) en el que
emerge como imperativo pensar desde las víctimas (Del Percio, 2010). En síntesis,
se trata de la exigencia sobre la teoría que sin el vínculo con la praxis no tiene otro
destino que convertirse en una forma de abstraerse del conicto social y convertirse
en apologética pieza de la máquina de producir barbarie a la que hace referencia
Césaire (1950) en Discurso sobre el colonialismo.
Así, la dialéctica negativa no tiene otra vida que la de su efectualización en/desde el
objeto, la dinámica sociohistórica; y, en el caso de la analítica decolonial, no cabría
adecuadamente la denominación escolar de una “teoría” decolonial, dado que se
encuentra, asimismo, con relación a sus objetos, en despliegue. De dichos desplie-
gues, posibilitados por ambos uni(pluri)versos, busca dar cuenta este estudio.
Si se piensa en un ámbito tan disciplinar como la losofía, por ejemplo, es menester
advertir que la construcción de una anatréptica de la modernidad/colonialidad expre-
sa desde su peculiaridad, la necesidad de (in)disciplinar el canon eurocéntrico de su
(re)producción y la urgencia de articular un diálogo constructivo entre los uni(pluri)
versos conceptuales de la dialéctica negativa y de la matriz de pensamiento deco-
lonial, en tanto que componentes valiosos, y por derecho propio para aportar a una
elaboración crítico-analítica de alta densidad de “la” cultura y “la” sociedad cuyo ca-
rácter moderno/colonial deviene objeto de estudio privilegiado.
En razón de lo anterior es fundamental problematizar la noción de “disciplina” en la
medida en que caracteriza el canon de un bloqueo siognómico y epistémico (es
decir, una suerte de camisa de fuerza que produce efecto de “conocimiento”) antagó-
nico al criterio de ingreso que, desde la paradoja despliega la negatividad de la rela-
ción entre la analítica adorniana y la analítica decolonial. Salir de la óptica disciplinar
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implica un proceso dialéctico ligado a la idea de “cultura” que Freud describe en El
porvenir de una ilusión (1927:5).
Así, la exigencia metodológica que implica una experiencia de extrañamiento y con-
traste que posibilita la salida de un uni(pluri)verso al otro y viceversa, reconstruye
tanto la aproximación al objeto, como el acceso al dispositivo de análisis mismo: es
decir, produce una anatréptica mediante una relación de complementariedad no ex-
cluyente. La (in)disciplina, dentro de los cánones de este estudio designa el esfuerzo
por pensar desde los márgenes, y las grietas de las disciplinas que producen y re-
producen el orden de un saber docilitado mediante las taxonomías jerarquizadas y la
descripción parcelaria/abstracta de “la” realidad.
Dentro de los vectores de este trabajo, se encuentra implicada, asimismo una dis-
cusión inserta en uno de sus senderos centrales: la articulación de los diversos
compromisos del lósofo, en este caso, Adorno, y de la razón somático-losóca
(Fallas-Vargas, 2004, p.27) con su mundo (su sociedad y su cultura), desde/en la pe-
riferia. Ello exige la restitución del componente somático al pensamiento y a la razón
entendida en los términos concretos que ya anunciaba Spinoza (1677: 171) en su
crítica al racionalismo cartesiano, esto es, razón en tanto que radicalmente cuerpo,
o, en un sentido análogo como bien señalan, en los contornos del pensamiento de-
colonial, Castro-Gómez y Grosfoguel, una “corpo-política de conocimiento” (2007:20)
sociohistóricamente posicionada y sin pretensiones de neutralidad.
4. Discusión y conclusiones: Hacia modelos de intervención
negativos/decoloniales
En síntesis, el objeto en este caso es explorar los componentes de la
arquitectura de la subjetividad colonial no sólo desde la perspectiva del dominador,
sino también de los exogrupos dominados y/o aniquilados, como premisa para com-
prender la emergencia y urgencia de espacios epistémicos que emergen en/desde
las luchas desidenticatorias (esto es, luchas por la autoconstitución en tanto que
subversión de lugares sociales asignados/naturalizados o identicaciones desde la
dominación colonial) y que se constituyen en praxis crítica decolonial-negativa).
Desde este horizonte analítico bien puede procederse a articular especícamente el
feminismo crítico decolonial, afro y solidario en varias de sus exponentes como Mo-
hanty (2003), Rivera Cusicanqui (2006), Femenías (2005, 2011), Belausteguigoitia
(2001, 2011, 2015), Curiel (2007), Davis (2005, 2011) Hernández (2001), Giacomoni
(1988), como componente axial de una anatréptica decolonial y negativa. Ello, ha-
bida cuenta de que los uni(pluri)versos categoriales (la dialéctica negativa, la crítica
decolonial y el feminismo) constituyen por propio derecho modelos de intervención
que dirigen su artillería analítica contra el ocultamiento, neutralización y/o despla-
zamiento de sus condiciones materiales/históricas de producción, y, en tal sentido
proceden al desmontaje de una forma de racionalidad (moderno/colonial/capitalista)
misticada que se asume y promueve a sí misma como destino incontrastable e in-
contestable en el orden de “la” cultura.
No ha de ser pasado por alto el rango que adquiere en Adorno la crítica del antisemi-
tismo, y ello tiene signicativo anclaje histórico-material con el ascenso del nazismo
al ejercicio del poder, y, adicionalmente, debe recuperarse la articulación entre el
fascismo y el capitalismo, que para los frankfurtianos, coexisten en forma estructural
(Bauer et Al., 1967:9). Ello resulta de interés axial para su lectura desde América
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Latina, que se podría caracterizar con evidencia histórica como la territorialidad efec-
tiva del dominio (al tiempo que condición material/simbólica de la hegemonía euroat-
lántica –elemento genético, que como se ha señalado anteriormente ha sido pasado
por alto gruesamente por los frankfurtianos- y el surgimiento del capitalismo colonial/
moderno y eurocentrado como un nuevo patrón de poder mundial, como ha advertido
Quijano). Para ello es fundamental ingresar en el análisis las derivas de la categoría
adorniana de no-identidad y su premisa teórico-metodológica que exige la extra-
conceptualidad y la primacía del objeto, como vínculo inextricable del pensamiento
y sus referentes sociales-concretos y somáticos, con lo cual el tema de Auschwitz,
recurrente en Adorno excede la localidad y se coloca como categoría analítica, como
lógica del campo (1966: 380), lo mismo que el sufrimiento soterrado en el crisol de
la racionalidad moderna capitalista hegemónica y su carácter refractario a la contra-
dicción decolonial.
Tanto en el caso de la dialéctica negativa como en la matriz de pensamiento crítico-
decolonial encontramos, la producción de universos analítico-críticos que cuya ca-
racterística fundamental es la tensión, el conicto y la estructural desconanza de las
unicaciones. Han develado en ambos casos, y sin concesiones, el carácter forzado
(o abstracto, como se conoce en dialéctica), de la supuesta apariencia perspicua
de la ratio y su efecto sobre los cuerpos, la componente somática (Adorno, 1966: p.
204) al interior de la modernidad, y desde luego, su costado ofuscado/reproductor: la
colonialidad, en el caso de la crítica decolonial (Quijano, 1993: p.224).
La dialéctica negativa adorniana se ha instalado en la crítica porque ha pensado
su condición estructural de posibilidad: la no identidad, mientras que la anatréptica
decolonial lo hace pensando la transgresión del exterminio epistémico-político, el ol-
vido y la lógica reicante (e identicatoria) de la colonialidad. Sus matrices analíticas
no postulan acuerdos metafísicos, sino que buscan en los intersticios de lo político
una lógica interna eminentemente conictiva y en vínculo con la economía política.
Desde ambas matrices, cabría preguntar ¿Es posible hacer losofía o arte poesía
al interior del sistema de intercambio que blinda al sistema mundo moderno/colonial
la que distribuye/excluye en forma asimétrica las temporalidades y la experiencia, a
saber, la organización de la existencia al interior del capitalismo que, como ha adver-
tido Žižek (2009), no necesita ya de vincularse a la idea de “democracia” como es-
trategia de legitimación? Repárese en lo siguiente: la organización/distribución de la
experiencia excluyente a escala planetaria, y, cuando es menester, la promoción de
la “democracia” en sentido restrictivo, “paródico” (Rancière, 1996:138) policial/pro-
cedimental, tiene una impronta que elude el conicto en la signicación e incorpora
una dimensión abstracta o formalmente reconciliada sobre la población aniquilada/
descontada/desplazada en la obturación de lo político.
La enunciación de lo imposible, excede la distribución/separación de temporalidades
y experiencias que la ratio moderna (identicatoria y, desde luego, colonial) utiliza
para pensar/actuar “la” realidad, “transformarla” y crear poderes sobre lo vivo, pero
también para crear otros inéditos en su capacidad destructiva y mortífera. El trazado
de los plexos de una articulación imposible entre dialéctica negativa y anatréptica
decolonial es el lugar del abismo que media en el tránsito que va del locus de la
enunciación a la negación de su materia litigiosa.
En los términos de una dialéctica negativa, y la crítica decolonial, se articula en el
análisis aquello que para el sistema es disonante, una necropolítica (Mbembe, 2003)
lo que no puede ser pensado, lo que dicen los desaparecidos, los subalternizados,
los muertos: las víctimas, en una palabra, cuya voz (epistémica-estética y política)
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es privada de efecto material. Ambas matrices analíticas, enfrentan los efectos pa-
ralizantes (sobre el cuerpo y la conciencia crítica) del terror y la inercia reicatoria
producida por el olvido (Adorno y Horkheimer, 1944: 272).
La negatividad del pensamiento (articulada en forma concreta con el cuerpo y, desde
luego la naturaleza, que la ratio identicatoria, vaciada de sus propias condiciones
materiales de producción, recluyó como faceta impresentable) es la que permite so-
meter a la duda, sin concesiones, que el exterminio sea “verdad”, y que la lógica del
entendimiento (factual) también lo sea al reproducirle ad innitum, mostrar lo que la
razón burguesa/moderna/colonial no puede pensar; ese excedente de realidad que
se niega a incluir en su episteme y su política. Tal operación permite plantear interro-
gantes sumamente importantes acerca de: los fondos oscuros de carácter históricos,
económico-políticos (no fatales ni naturales, ni mucho menos debidos a consecuen-
cia de desgracias del destino) en los que se sumergen las raíces de las formaciones
sociales moderno/coloniales, lo mismo que la brutal intrusión de las nuevas formas
de racismo y xenofobia que en ellas se efectualizan; las fantasías identicatorias que
se anidan bajo el imaginario “racial”, con arreglo a las cuales el extranjero y/o el inmi-
grante es visibilizado (reasignado) como una amenaza al locus, esto es, como afren-
ta a la comunidad identitaria y en la que la constitución (práxica) de cada individuo
se asimila como amenaza que a su vez ha de ser subalternizada/separada de los
lugares de des-identicación/subjetivación litigiosos (práxicos o de autoconstitución).
El locus de la anatréptica en la dialéctica negativa y la crítica decolonial es la inso-
portabilidad de la indiferencia y la impunidad. El desmontaje de la ratio identitaria, en-
tendida ella como una expresión inequívoca del imaginario moderno,y dicho no sea
de paso: también colonial, implica enfrentar la destrucción, esto es, mirar de frente
a lo negativo, a la muerte, porque es la destrucción lo que se destruye (dentro de sí)
para poder pensar, y probar que es posible articular, desde el sufrimiento indecible, la
herida colonial y la memoria de los muertos, producir unas otra(s) nueva(s) forma(s)
de sensibilidad, de carácter, de conocimiento y política. No otro es el móvil de este
breve estudio: transgredir, contribuir/ articular en una anatréptica los plexos de estos
lugares (im)posibles.
Bibliografía
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