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Anduli
Revista Andaluza de Ciencias Sociales
ISSN: 1696-0270 • e-ISSN: 2340-4973
ACERCAMIENTO CUALITATIVO A LA EMANCIPACIÓN
RESIDENCIAL EN PERIODOS DE CRISIS
QUALITATIVE APPROACH TO RESIDENTIAL
EMANCIPATION IN PERIODS OF CRISIS
Antonio Echaves
Departamento de Sociología, Universidad
de Sevilla
aechaves@us.es
https://orcid.org/0000-0001-5217-5003
Carlos Echaves
Departamento de Sociología Aplicada,
Universidad Complutense de Madrid
cechaves@ucm.es
https://orcid.org/0000-0002-7004-4696
Resumen
La emancipación residencial es un fe-
nómeno que despierta un gran interés
académico, político y social. Más allá del
claro efecto que la crisis económica, ini-
ciada en 2008, tuvo en este proceso en
España, retrasando la salida del hogar
familiar/de origen por parte de los jóve-
nes, la realidad a la que se enfrenta este
colectivo en la actualidad sigue siendo
problemática. Siguen existiendo contex-
tos adversos que dicultan el tránsito
a la independencia residencial, y así lo
han constatado numerosas investigacio-
nes sociológicas, la mayoría de carácter
cuantitativo. En el presente artículo, y
desde una aproximación cualitativa, se
analiza el fenómeno de la emancipación
residencial en España recurriendo a reu-
niones de grupo (para emancipados y no
emancipados) realizadas en 2014. Lle-
vadas a cabo en distintas ciudades, se
recogen así percepciones, valoraciones
e interpretaciones que hacen los jóvenes
de la realidad en la que se encuentran
inmersos y se constatan los factores que
actúan de freno, principalmente el mer-
cado de trabajo y la vivienda.
Palabras clave: España, jóvenes, vi-
vienda, ciudades, emancipación juvenil,
percepciones, valoración
Abstract
Residential emancipation is a
phenomenon that continues to generate
great academic, political and social
interest. Beyond the clear effect that the
economic crisis, started in 2008, had on
this process in Spain, delaying residential
emancipation by young people, the
reality for this group today remains
problematic. Conditions that adversely
affect the transition to residential
independence continue to exist, and
this has been veried in numerous
quantitative sociological investigations.
Based on discussion groups with
emancipated and non-emancipated
individuals held in 2014 in different cities,
this article uses a qualitative approach to
analyze the phenomenon of residential
emancipation in Spain. This analysis of
young people’s perceptions, valuations
and interpretations of the contexts in
which they are immersed verify the
factors that affect the delay in residential
emancipation, especially with regard to
the labor market and housing.
Keywords: Spain, young people,
housing, cities, youth emancipation,
perceptions, valuation
Cómo citar este artículo/citation: Echaves, Antonio y Echaves, Carlos (2022). Acercamiento Cualitativo a la
Emancipación Residencial en Períodos de Crisis. ANDULI 21 (2022) pp. 29-53.
Doi: https://10.12795/anduli.2022.i21.02
Recibido: 26.03.2020 Aprobado: 29.08.2021 Publicado: 03.01.2022
Doi:https://10.12795/anduli.2022.i21.02
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1. Introducción
La emancipación residencial juvenil ha sido ampliamente estudiada tanto en nuestro
país (Miret, 2005; Gaviria, 2007; López Blasco, 2008; Moreno et al, 2012; Echaves,
2016) como en el resto de países de nuestro entorno europeo (Kierman, 1986;Kauf-
mann, 1994; Jones, 1995; Stone et al, 2010). Un fenómeno que se entiende como un
proceso, pues tiene que ver no sólo con el momento en el que se abandona el hogar
familiar y se forma uno propio en una vivienda independiente, sino que además (una
vez fundado el nuevo hogar) dicho proceso guarda una estrecha relación con las
características de los hogares de los jóvenes (Gil y Simó, 2018), sus viviendas y con
las condiciones de acceso a las mismas (Echaves, 2017a; Echaves y Navarro, 2018).
No obstante, son en su mayoría estudios con un marcado carácter cuantitativo que
analizan la intensidad del fenómeno, su calendario (tasas de emancipación, eda-
des medias) y sus variaciones en base, en primer lugar, a características de los
individuos: características demográcas como la edad, el sexo, la nacionalidad o
estado civil (Vinuesa, 2008; Miret, 2010; Echaves 2015) y características formativas,
de cualicación o socioeconómicas (Gaviria, 2007; López Blasco, 2008; Moreno et
al, 2012). En segundo lugar, trabajos que tratan de explicar las variaciones del fenó-
meno y su disparidad territorial a través de variables contextuales, como la realidad
laboral (Jurado, 1997; Requena, 2002; Miret, 2005) o el sistema de provisión de
vivienda y sus efectos (Jurado, 2003; Patón Casas, 2007; Echaves, 2017b; Echaves,
2018; Echaves, 2021).
Todos estos trabajos que se acaban de citar han buscado describir y representar,
desde la perspectiva cuantitativa, los patrones de regularidad estadística asociados
al hecho de emanciparse o no emanciparse residencialmente. Si bien, la preemi-
nencia en la literatura cientíca de este enfoque práctico o funcional ha obviado, o
al menos ha restado relevancia, a las explicaciones de los posibles signicados so-
ciológicos que, desde una mirada comprensivo-cualitativa, pueden desprenderse del
estudio y análisis, ya sea más o menos complejo y elaborado, de las percepciones
y valoraciones de los colectivos implicados (es decir, de los jóvenes) en relación a
este fenómeno.
Por ello el presente artículo pretende recoger, mediante la realización (y análisis)
de reuniones de grupo1, las percepciones de los colectivos juveniles en torno a los
diferenciados contextos que los envuelven y caracterizan, y la manera mediante la
cual crean un discurso lógico y práctico como fundamento en la toma de decisiones
(Cardenal de la Nuez, 2006). En este sentido, el objetivo que ha guiado las reunio-
nes de grupo ha sido el de comparar apreciaciones o impresiones en la búsqueda
y consecución de inferencias; un espacio en el que intercambiar experiencias y así
obtener testimonios veraces sobre valoraciones e interpretaciones condicionadas
que explicarían la acción sociológica de los jóvenes ante realidades concretas. Unas
realidades (y las percepciones y valoraciones que de éstas hacen los jóvenes), no
obstante, que no se alejarán de los factores contextuales que siguen inuyendo a día
de hoy en el proceso de emancipación residencial (Ballesteros y Sanmartín, 2017).
Efectivamente, el análisis del hecho social que aquí se presenta puede realizarse
reconociendo la voluntad individual para la consecución de un proyecto de vida
1 Reuniones de grupo realizadas para la Tesis Doctoral del primer autor y que se puede consultar
en: https://eprints.ucm.es/35557/ . No obstante, estructura, enfoque, marco teórico y selección
de los datos a tratar, así como su análisis, son el resultado del trabajo de los dos autores del
presente artículo.
Artículos • Antonio Echaves, Carlos Echaves
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autónomo e independiente, aunque al mismo tiempo, los comportamientos individua-
les están enmarcados dentro de expresiones concretas, como la incertidumbre y el
riesgo, que siguen estructurando las posibilidades de la población joven como grupo
especíco (Ballesteros et al, 2012). Es por esto que, a través de no pocas investiga-
ciones, se ha evidenciado en España la tendencia de este colectivo a expresar su
voluntad de emancipación residencial con antelación a la edad con la que luego se
produce de facto el fenómeno en sí (Echaves, 2016). Algo que, por otro lado, nos
impulsaría a posicionarnos en contra de aquellos planteamientos que sostienen la
inexistencia de interés por parte de nuestros y nuestras jóvenes de abandonar el
hogar familiar.
De hecho, en todos los grupos realizados, la población joven no emancipada argu-
menta que si aún no lo está, no es por la tranquilidad derivada de una supuesta situa-
ción ventajosa o porque no exista una férrea voluntad que impulse a ello; más bien,
sus argumentos apuntan a las existencia de componentes tangibles, estructurales
y estructurantes que estarían bloqueando la emancipación. Unos factores o proble-
máticas (y las percepciones que de éstas se tienen) que, además, podrían variar en
función del contexto o lugar de residencia.
La emancipación residencial, ‘emancipación bloqueada’, está directamente conec-
tada con la solvencia económica y material, lo que al mismo tiempo, se relaciona
con la posibilidad de obtener un trabajo no precarizado. Pero son del todo conocidas
las dicultades que existen en nuestro país para la integración de los jóvenes en el
ambito laboral: elevado paro, condiciones híper-exibilizadas y bajos salarios; he
aquí el primer hándicap. No obstante, los recursos económicos que proporciona una
actividad remunerada no tiene sino como objetivo nal el acceso a un espacio físico
en el que residir. Dicho espacio habitacional se transforma, por tanto, en un compo-
nente aún más condicionante, para con la independencia residencial, que el propio
mercado de trabajo.
En consecuencia, el retraso en la emancipación residencial puede explicarse asi-
mismo por el elevado precio de la vivienda (Jurado, 2003; Gaviria, 2007; Echaves
y Echaves, 2013, Echaves, 2017b) y por el gran esfuerzo en el acceso a la misma
que de ello se deriva. De tal forma, al primer componente ya señalado (lo laboral),
debería sumarse esta prolongación en el tiempo a modo de práctica de ahorro fun-
damental para poder acceder a un lugar físico en el que residir. Nos estaríamos re-
riendo a determinantes que estructuran la realidad de los y las jóvenes; realidad, a su
vez, en la que el apoyo o soporte de las respectivas familias es de capital relevancia
(Gaviria, 2007).
2. Metodología
Aunque es cierto que con los métodos y técnicas cualitativas no se cuenta con la
exactitud que arrojan los datos estadísticos, ni con la misma capacidad de extrapolar
los resultados a los conjuntos poblacionales, la aplicación y el estudio de reunio-
nes de grupo faculta, por su parte, para la obtención de algunos de los sentidos y
signicados de los fenómenos sociales (Valles, 1999). En el estudio cualitativo de
la emancipación residencial se efectuaron ocho reuniones de grupo a través de la
implementación de la técnica de bola de nieve, o bien mediante redes personales del
investigador. Los grupos se realizaron en las ciudades de Barcelona, Bilbao, Madrid,
Sevilla, Valencia y Zaragoza entre los meses de abril y julio de 2014 (ver tabla 1)
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 21 - 2022
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Tabla 1. Sinopsis de las reuniones de grupo realizadas y composición/características de los
participantes
Número
Grupo
(Código)
Fecha Ciudad Lugar
Duración
de los
grupos
Composición/características de participantes
G1
5/9/2014
Barcelona
Facultad de Eco-
nomía y Empresa
(UB)
2 h 20’
7 participantes: tres emancipados y cuatro no
emancipados; tres hormbres y cuatro mujeres;
tres sólo tabajan, tres estudian y trabajan y uno
sólo estudia (búsqueda de empleo/paro). De los
emancipados, dos en alquiler (uno vive solo y
otro en piso compartido con amigos) y uno en
propiedad (en pareja)
G2
6/14/2014
Bilbao
Casa de uno de
los participantes
1 h 50’
6 participantes: tres emancipados y tres no
emancipados; cuatro hormbres y dos mujeres;
cuatro sólo tabajan, una estudia y trabaja y una
sólo estudia (busqueda de empleo/paro). De los
emancipados, dos en alquiler (uno vive solo y
otro en piso compartido con amigos) y uno en
propiedad (en pareja)
G3
4/11/2014
Madrid
Facultad
CC.PP y
Sociología
(UCM)
1 h 55’
8 participantes, todos emancipados: cuantro
hombres y cuatro mujeres; cinco sólo trabajan,
dos trabajan y estudian y uno sólo estudia (bús-
queda de empleo/paro); cinco en propiedad y
tres en alquiler; cuatro viven en pareja; tres vi-
ven solos, y uno vive en piso compartido
G4
4/18/2014
Madrid
Facultad
CC.PP y
Sociología
(UCM)
1 h 40’
7 participantes, todos no emancipados: cinco
hombres y dos mujeres; tres sólo estudian, tres
sólo trabajan y uno ni estudia ni trabaja (búsque-
da de empleo/paro)
G5
4/26/2014
Sevilla
Asociación de
vecinos
1 h 35’
5 participantes, todos emancipados: cuatro
hombres y una mujer; dos trabajan y estudian,
dos sólo trabajan y uno ni estudia ni trabaja (en
paro); tres en alquiler y dos en propiedad; dos en
pareja, uno en pareja con hijos, uno vive solo y
otro comparte piso
G6
4/26/2014
Sevilla
Asociación
de vecinos
1 h 30’
5 participantes, todos no emancipados: tres
hombres y dos mujeres; tres sólo estudian (bús-
queda de empleo/paro), uno trabaja y estudia y
uno ni estudia ni trabaja (búsqueda de empleo/
paro)
G7
7/5/2014
Valencia
Estable-
cimiento
restauración/
Bar
2 h 05’
6 participantes: tres emancipados y tres no
emancipados; tres mujeres y tres hombres; tres
trabajan y estudian; dos sólo trabajan y uno ni
estudia ni trabaja (búsqueda empleo/paro). De
los emancipados, dos en propiedad (en pareja y
en pareja con hijos) y uno en alquiler (en pareja)
G8
5/22/2014
Zaragoza
Casa de
uno de los
participantes
1 h 45’
6 participantes: tres emancipados y tres no
emancipados; cuatro hombres y dos mujeres;
tres sólo trabaja, uno estudia y trabaja y dos
sólo estudian (búsqueda de empleo/paro). De
los emancipados uno en propiedad (vive solo) y
dos en alquiler (en pareja y otro solo
Fuente: elaboración propia
Artículos • Antonio Echaves, Carlos Echaves
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El propósito de las reuniones de grupo consistió en el intercambio de apreciaciones
con el n de acceder a discursos razonados sobre los elementos condicionantes de
la emancipación residencial, y los niveles de agrado y logro de los diversos grupos
de población joven acerca de este proceso(Ballesteros y Sanmartín, 2017).Se trató
de recoger la mayor diversidad en la composición de los grupos y en cuanto a las
características de los individuos que inuyen o son relevantes en el estado y para el
proceso de la emancipación residencial (Vinuesa, 2008; Mirete, 2010; Echaves 2015;
Echaves 2017b): sexo, edad, relación con la actividad, régimen de tenencia si se
está emancipado y tipo de hogar/modo de convivencia2.
La principal propiedad discriminatoria fue el estado de la emancipación: estar o no
emancipado, algo que comportaba llevar a cabo en cada contexto escogido dos reu-
niones de grupo, una para emancipados y otra para no emancipados. Sin embargo,
aún siéndo lo más adecuado, en la mayor parte de las ocasiones no tuvo lugar.
Exceptuando los casos de Madrid y Sevilla, y como consecuencia de los obstáculos
derivados tras los intentos de contactar, para el conjunto de espacios urbanos se
optó por agrupar a emancipados y no emancipados, aunque respetando, sin duda,
la representatividad sociológica citada anteriormente.En ciertos momentos fue más
oportuno una distinción de las vivencias protagonizadas y de las valoraciones formu-
ladas según estado de la emancipación (estar o no emancipado), sexo, régimen de
tenencia y lugar de residencia; aspecto este último importante ya que como se verá,
la percepción de los principales problemas/frenos a la emancipación puede variar en
función del contexto de residencia. En otros, se han buscado lugares de encuentro
más allá de mencionados atributos.
Para el tratamiento de la información y de los datos obtenidos, se ha trabajado con la
técnica de análisis de contenido, y para ello, se diseñó una estrategia de aproxima-
ción consistente en varios momentos (Corbetta, 2010). En un primer momento, y par-
tiendo del guión de las reuniones de grupo (ver cuadro 1), se codicó la información
obtenida en categorías que concentraron los conceptos e ideas, para a continuación
proceder a la clasicación de fragmentos de texto por temáticas. En un segundo
momento y tras la “integración local”, el siguiente paso consistió en la organización
de todas las temáticas de manera coherente de acuerdo con una línea o secuencia
argumental, narrativa, explicativa (Weiss, 1994).
2 La elección de estas ciudades para la realización de las reuniones de grupo, y dentro del marco
de la Tesis doctoral anteriormente citada, responde a que estas ciudades, y las CC.AA. en las
que se encuentran, representan la diversidad territorial y las distintas tipologías de emancipación
que cuantitativamente se obtuvieron en base a: intensidad de tasas de emancipación, tipos de
hogares jóvenes; regímenes de tenencia de hogares jóvenes y stock de viviendas según régimen
de tenencia. Y en dónde estudiar, además, la política de vivienda para jóvenes.
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Cuadro 1. Guión de las reuniones de grupo
Jóvenes Emancipados
Temas
Motivos para salir del domicilio familiar de la población emancipada. Causas/ motivaciones
Tipo de tenencia
Coste económico del acceso a la vivienda, problemas con el pago de las hipotecas
Solución a los problemas económicos del acceso: ayuda a la familia, realquilar, otros
Preferencia por el tipo de vivienda. Situación actual/situación deseada
Preferencia por el tipo de convivencia. Situación actual/situación deseada
Percepciones sobre políticas y actuación pública en materia de vivienda
Propuestas y aportaciones en materia de política de vivienda
Jóvenes No Emancipados
Temas
Planteamiento de la emancipación de quienes viven en el domicilio familiar. Percepción y
valoración de la emancipación
Motivos que impiden la emancipación a quienes viven en el hogar familiar y desean dejarlo.
Dificultades, barreras y condicionantes
Preferencias de emancipación. Preferencias tipo de vivienda; preferencias en formas de
convivencia
Conocimiento de políticas de acceso a la emancipación. Ayudas ysubvenciones;
Percepciones sobre políticas y actuación pública en materia de vivienda
Propuestas y aportaciones
Fuente: Echaves, A. (2016).
Se trató así de relacionar las categorías entre sí y con los fundamentos teóricos de la
investigación. Esto es, con la “integración inclusiva” el material se comparó entre las
diferentes categorías, buscando los vínculos que pudieran existir entre ellas.
3. Examinando las reuniones de grupo: resultados a destacar
3.1. ¿Qué signica la emancipación residencial para la población joven?
En una primera aproximación, podemos armar que para las ciencias sociales la no-
ción de emancipación residencial se relaciona con las nociones de ruptura y proceso
(Ballesteros et al, 2012), pues supone el tránsito desde la juventud a una vida plena-
mente adulta (Cardenal de la Nuez, 2006; Moreno et al, 2012). Al mismo tiempo, esta
noción ha pasado a ser un concepto concreto al especicarse y distinguirse de otros
conceptos, como los de autonomía e independencia. Si bien están vinculados, el que
nos ocupa en estas páginas en la mayoría de las ocasiones supone autonomía (Ba-
llesteros y Santamaría, 2017), ya que se contraen los compromisos habituales que
se derivan del acto de habitar en un espacio físico propio constituyendo, además, un
hogar. No obstante, ello no entraña esencialmente ser independiente, sobre todo, al
conceptualizar este hecho en relación a la tenencia de unos recursos tangibles que
nos lleven a disfrutar de una independencia completa no supeditada al apoyo de
ninguna red (Ballesteros et al, 2012) Nuestro fenómeno pues, y para determinados
casos, conlleva una emancipación absoluta del hogar de origen, y para otros, la de-
pendencia económica y la necesidad de soporte de las redes familiares. Por ende,
Artículos • Antonio Echaves, Carlos Echaves
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y considerando la complejidad de distinguir entre población joven que es o no es
independiente desde una aproximación económica (la independencia absoluta del
hogar puede o no producirse), estar emancipado residencialmente debe compren-
derse, sobre todo, como fenómeno juvenil en su acepción más extensa, y siempre
en interacción constante con el concepto de autonomía.
Sea como fuere, también cabe señalar que en el momento en el que se interpela a
la población joven para que intente explicar el signicado del fenómeno en cuestión,
éste queda algo desdibujado e indeterminado (Gaviria, 2007; Ballesteros et al, 2012).
Máxime, si no se realiza una clara distinción entre los tres conceptos que ahora se
están presentando, o incluso, se relaciona con la noción de libertad. En consecuen-
cia, en la emancipación residencial conuiría el conjunto de mencionados conceptos
y fenómenos. Empero, en lo que sí existe consenso en torno a la denición de ésta,
y para la mayor parte de la producción académica (Miret, 2005 y 2010), es la manera
juvenil (emancipada o no) de percibirla y de asociarla al abandono del hogar familiar
y a la constitución de uno nuevo e independiente (Ballesteros y Santamaría, 2017),
cualesquiera sean sus fórmulas concretas.
A su vez, para todos los jóvenes que forman la muestra de esta investigación, se da
una suma de benecios y contraprestaciones en el hecho de emanciparse desde el
punto de vista residencial. Para los que no lo están, se reexiona en dicho sentido;
los benecios para este grupo poblacional especíco apuntarían a la posibilidad de
ahorrar y la situación ventajosa y ciertamente confortable que se desprendería de tal
estrategia:
Es verdad que aún vivo en casa de mi familia y que vale; es cierto que me gusta-
ría tener mi propia casa y estar a mi aire, pero todavía no me es posible. Aunque
si lo piensas, no está mal tampoco, pues es provechoso, te lo dan todo hecho y
tampoco te preocupas de mucho.” (G2: Mujer, 29 años, parada y estudiando, no
emancipada, Bilbao).
Valoración que apunta en la misma dirección en otro grupo y contexto urbano:
“(…) Es que tu ponte en la caso de limpiar la ropa y de poner lavadoras y todo eso:
yo no (...) En n; no sé cómo va en otros lados, pero para todo tipo de estas cues-
tiones se encarga tu madre o bueno, quién sea, pero la cuestión es que en cosas
como ésta, es muy cómodo estar en casa con tus padres” (G4: Hombre, 26 años,
estudiante y empleado a tiempo parcial, no emancipado. Madrid).
En suma:
“(…) Cuando te has emancipado, aunque intentes ahorrar vas apretado porque
tienes muchos gastos de la casa más los de consumo y demás, y claro, cuando es-
tás en casa con tu padres, porque yo me quedé sin trabajo y he tenido que volver
a casa de mis padres, la cosa cambia mucho. Ya no tienes esos gastos y puedes
ahorrar porque sólo gastan en tus caprichos” (G6: Mujer, 27 años, soltera, parada
y estudia, no emancipada, Sevilla).
Al mismo tiempo, y para la población joven no emancipada, las contraprestaciones
de seguir viviendo en el hogar familiar se traducen en la imposibilidad de ser libre y
autónomo y en donde desarrollar cierto grado de intimidad resulta complicado:
“Es que claro; cuando vives con tus padres, no tienes privacidad alguna y eso
bueno, es como que imposible cuando no tienes autonomía ni independencia y
cuando no vives a tu aire en tu propia casa con tu pareja y demás. Para mí eso es
lo más importante: ser independiente; hacer tu vida y no tener todo el día encima
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 21 - 2022
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a tus padres ocupándose de todo.” (G1: Mujer, 22 años, estudia y trabaja a tiempo
parcial, no emancipada, Barcelona).
Es más, no emanciparse del hogar familiar a edades razonables resulta perjudicial
para un tránsito adecuado que, desde la juventud, nalice en el logro de un proyecto
vital ciertamente adulto:
“Es que cuando tienes menos años y eres un chavalín, pues vale estar en casa
de tus padres a lo que te digan; eso es normal. Pero cuando ya vas teniendo unos
años y no poder salir y entrar cuando te la gana, organizarte como veas y
ser el que se responsabiliza de muchas cosas, eso no es normal. Ocuparte tú es
necesario para crecer ¿No?...Para ser un adulto, como se suele decir, ¿no?”(G2:
Hombre, 23 años, estudia y trabaja a tiempo parcial, no emancipado, Bilbao).
En ocasiones, de facto, puede menoscabar el mismo progreso individual:
“(…) Y es que aparte de todo eso que hemos dicho de pasar a una vida adulta, es
que si estás demasiado con tus padres y no tienes privacidad, no te terminas de
desarrollar como persona, porque no terminas de ser tú mismo y eso lo vas a ir
arrastrando con el tiempo, y esas cosas se notan.” (G6: Hombre, 26 años, parado
y no estudia, no emancipado, Sevilla).
En cuanto a la población joven emancipada, ésta incide más en los benecios y en
las contraprestaciones de estar residiendo fuera del hogar familiar (lógicamente), si
bien y al mismo tiempo, arman, al igual que los no emancipados, que al producirse
este fenómeno se está dando un paso fundamental para la consecución de un pro-
yecto de vida plenamente adulto:
“(…) Cuando vives fuera de casa de tus padres, te organizas, pero claro: hay
cosas de las que te acordarás, ya que tienes más responsabilidades. Aunque eso
sí; las ganancias son muchas.” (G1: Mujer, 27 años, trabaja a jornada completa,
emancipada, propiedad y vive en pareja Barcelona).
Por tanto, la emancipación residencial es la consecución de un proyecto y en ese
sentido, forja emociones de complacencia individual cuando se arma:
La emoción que sientes al ser independiente y terminas de pasar a una vivienda
que no es la de tus padres, es de orgullo, ya que están haciendo tu propia historia
y creando un futuro autónomo.” (G2: Mujer, 30 años, trabaja a jornada completa,
emancipada en propiedad, en pareja, Bilbao)
Así mismo, para algunos casos, abandonar el hogar de tus progenitores tiene efectos
positivos en el cambio y progreso de los lazos con la familia
“Hay diferencias según a quién preguntes. Cuando vivía bajo su techo, me relación
con ellos no era buena. Discutíamos bastante, y ahora que vivo a mi aire, mucho
mejor.” (G3: Mujer, 29 años, trabaja a jornada completa, emancipada en propie-
dad, en pareja, Madrid).
Y una vez más, dicha casuística se relaciona con la necesidad de desarrollar cierto
ámbito íntimo y de sentirse libre, lo que no es factible si resides con tus padres:
“No cómo sonará, pero (...), cuando vives con tus padres tienes que estar justi-
cando y explicando todo. La privacidad y poder ser libre para organizarte tú mismo,
desaparece (...) Fundamentalmente es eso. Cuando ya te vas de casa, recuperas
todo eso y lo desarrollas.”(G7: Hombre 30 años, trabaja a tiempo parcial y estudia,
emancipado en alquiler en pareja, Valencia).
Artículos • Antonio Echaves, Carlos Echaves
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Estas cuestiones a las que apuntan los participantes de las reuniones de grupo, y
que se derivan de estar emancipado residencialmente, forman parte del proceso de
tránsito a la vida adulta y de crecimiento personal:
“(…) En mi caso, veo más benecios (...) Maduras y te haces adulto. Pues al estar
viviendo sin tu familia tienes que madurar y ocuparte de muchas cosas. Y vas a co-
meter muchos errores (...) Pero vas a aprender. En eso consiste y dices: ahora sí;
ahora estoy construyendo una vida adulta y creces como persona” (G8: Hombre,
30 años Trabaja a jornada completa, emancipado en propiedad, solo, Zaragoza).
Ahora bien, cuando te emancipas, existen contraprestaciones que también son traí-
das a la conversación en las reuniones de grupo por parte de nuestros jóvenes.
Mencionadas contraprestaciones se condensan en un estrechamiento de la capa-
cidad para el ocio y el tiempo libre, a modo de consecuencia en la toma adulta de
obligaciones y compromisos:
“Lo que más noto al ya no estar en casa de mi familia es que no dispongo de horas
para mí, es decir, de horas para relajarme, para distraerme...Con el trabajo, pagas
la casa y sus gastos (...) Y una vez dentro, tareas del hogar y todo esas cuestio-
nes, como el consumo, las compras, la limpieza... Vamos, que la nal no tienes
para ti” (G1: Hombre, 31 años, trabaja a jornada completa, emancipado, alquiler,
Barcelona).
De la misma forma, en otra reunión:
“Pienso que el principal inconveniente es ese: cuando asumes obligaciones y com-
promisos propios de los adultos, dejas cosas de la niñez, es decir, tienes que arre-
glártelas para sacar horas a, no tonterías sino, cosas de verdad como el trabajo,
la casa (...)”, (G3: Hombre, 29 años, trabaja a jornada completa, emancipado en
alquiler, sin pareja, Madrid).
Sintetizando, el fenómeno que nos ocupa supone ser autónomo e independiente,
aunque a la par, conlleva el ejercicio de ciertas responsabilidades, inseparables del
hecho de contar con y ocuparse de un espacio físico propio en el que se habita o re-
side. Emanciparse residencialmente se traslada a la creación de un nuevo hogar en
residencia que es autónoma a la de los progenitores, posibilitando así, el tránsito a
una vida adulta. Son benecios, con ello, que interaccionan o se entreveran con una
serie de contraprestaciones (derivadas de la adquisición de nuevas obligaciones)
como la disminución de la capacidad adquisitiva y de la capacidad para el ocio y el
tiempo libre.
Por otro lado, la diferenciación llevada a cabo entre población joven no emancipada
y emancipada es de interés, pues el primer colectivo apunta hacia los “benecios de
vivir con los padres”, las “contraprestaciones de vivir con los padres y los anhelos
de emanciparse”, y el segundo señala los “benecios de estar emancipado” y las
“contraprestaciones de estar emancipado”. Pese a lo comentado, la población
joven emancipada y la no emancipada converge en una serie de percepciones y
valoraciones que hacen del hecho de estar emancipado residencialmente todo un
proceso que nos convierte en individuos autónomos e independientes; es la asunción
de nuevos compromisos lo que posibilita transitar de forma adecuada hacia una vida
adulta. Sin embargo, este tránsito perlará escenarios variados, puesto que existen
divergencias en la manera y en la intensidad con las que se realiza. Algo que, en
denitiva, nos lleva a reexionar sobre las posibles causas que lo explican.
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3.2. Entre el anhelo y el hecho social: la población joven estimando componentes
explicativos.
Son abundantes las investigaciones que sugieren abandonar la concepción estereo-
tipada de la juventud como grupo generacional que no presenta voluntad consistente
o férrea en el logro de una óptima independencia residencial (Ballesteros Guerra et
al, 2012; Moreno et al, 2012). En dicho sentido, esta ‘metáfora del parásito’ no puede
estar más alejada de la realidad; de los hechos y fenómenos sociales que podrían
denir y explicar los contextos en virtud de los cuales la población joven en España
se emancipa (o no) como lo hace. Así, en todas las reuniones de grupo realizadas
(en todos los espacios urbanos estudiados), la población joven no emancipada argu-
menta que aún no lo está debido a una serie de componentes tangibles y estructu-
rantes que frenan o impiden su emancipación. Diversos partícipes de las reuniones
de grupo lo expresan tal y como sigue:
“Es que claro; ¿porqué no se dice, por ejemplo, que no nos vamos de casa de
nuestros padres o que lo hacemos muy tarde porque hay mucho paro? Es que si
tuviéramos más o algo de trabajo, otra cosa sería...” (G1: hombre, 22 años, estu-
diante y trabaja a tiempo parcial, no emancipado, Barcelona);
“Es que el tema es que no me pudo ir todavía. No es cuestión de querer, sino
de poder. No tengo dinero para eso, porque no tengo trabajo. Y eso mi familia lo
sabe; todos lo sabemos...” (G4: Mujer, 26 años, no trabaja (parada), no estudia, no
emancipada, Madrid).
Nos referimos, en consecuencia, a algunos de los contextos que podrían explicar
la falta de correspondencia entre los anhelos de la población joven para con la
emancipación residencial, y el signicado del hecho social en sí, es decir, cuándo
y cómo se produce éste en función de unos condicionantes que son identicados
y delimitados:
“Lo dicho. En estos temas, querer hacerlo no signica poder hacerlo. Hasta que
me emancipé, anda que no pasaron años desde que quería hacerlo...Tenía que
terminar de estudiar, y mientras estudiaba no tenía tiempo para trabajo alguno.
Y claro, sin trabajo no puedes afrontar todo lo que supone irte de casa: pagar el
alquiler, la comida, los gastos de la casa, tus desplazamientos...Es que todo al nal
está relacionado y tiene una explicación, claro.” (G7: Hombre, 30 años, trabaja a
tiempo parcial y estudia, emancipado, alquiler, en pareja, Valencia).
Contextos, con ello, que rescatan la relevancia que tiene la materialidad como condi-
cionante del hecho social que aquí se está analizando. La emancipación residencial
es, por ende, una emancipación que, en no pocas ocasiones, está bloqueada, ya que
en ésta se conjugan una serie de contextos que postergan o imposibilitan su pronta
cristalización, generando además, incertidumbre en torno a las posibilidades futuras
de llevarse a cabo(Cardenal de la Nuez, 2006: 255).
Para esta materialidad contextual, el mercado de trabajo representa un obstáculo
fundamental (Cortés, 1995).En el caso de España, la población joven retrasaría su
emancipación residencial como efecto de las elevadas tasas de paro y de las proble-
máticas estructurales (temporalidad y precarización salarial - Cortés, 1995; Echaves
y Echaves, 2017) asociadas a una escasa integración en mencionado mercado (Ga-
viria, 2007).
“Pienso que estudiar es complicado de llevar con el hecho de emanciparte. Si
estudias, es, pues tema difícil poder tener un trabajo en condiciones que te de
Artículos • Antonio Echaves, Carlos Echaves
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la opción de irte de casa de tus padres...” (G1: Mujer, 27 años, trabaja a jornada
completa, emancipada, en propiedad, vive en pareja, Barcelona).
Actualmente, este obstáculo, para muchos de los participantes de las reuniones de
grupo, alcanza un signicado trágico:
“En el presente, irte de casa de tus padres es una ensoñación. Al no contar con un
salario digno, o al menos con un puesto un poco estable, resulta una utopía (...)
Es una pena, la verdad, pero es que así están las cosas hoy en día” (G4: Mujer, 30
años, estudiando y trabaja esporádicamente, no emancipada, Madrid);
“Por supuesto, que al no contar con una oportunidad laboral que no sea una mier-
da, eso de emanciparse lo veo muy complicado, muy complicado (...) Creo que
eso es lo que importa de verdad y no otras cosas que se han dicho aquí (...) En mi
caso, estoy sin trabajo e intentar un proyecto independiente y buscar piso, ni se
me pasa por la cabeza.” (G6: Mujer, 31 años, parada, doctoranda, no emancipada,
Sevilla).
Empero, algo que se ha señalado anteriormente, estar incorporado al mercado la-
boral, no implica estar integrado; no supone desarrollar una actividad laboral bien
remunerada y estable que se aleje de los procesos de precarización:
“Yo no veo el curro por ningún lado. Y si no tienes curro, no tienes pasta (...) Pero
es que, además, muchas veces, aunque tengas curro, o no te dan de alta, o es
temporal... Y luego está lo que te pagan por ello: para aburrir son los trabajos por
los que cobras 500 o 700 euros” (G7: Hombre, 30 años, trabaja a tiempo parcial y
estudia, emancipado en alquiler, en pareja, Valencia).
Es más, podríamos estar observándola emergencia de novedosas y estructurales
fórmulas de ser vulnerable y estar en riesgo desde la perspectiva del trabajo, a modo
de condicionantes contextuales en la transición a un proyecto vital adulto:
“¡Vale!, Tener un trabajo es básico. Aunque tenerlo ahora no es lo mismo que en el
pasado. Antes tenerlo te aseguraba las cosas. Y ahora para nada. Ahora tenerlo, y
si te pagan mal o sólo trabajas unos pocos días de la semana, pues como que te
vas para abajo también. Parece que es la moda.” (G8: Hombre, 27 años, trabaja
a tiempo parcial y estudia, no emancipado, Zaragoza).
No obstante, abandonar la casa de los padres supone el proyecto para la creación
y consolidación de un nuevo hogar, más allá de la manera de llevarlo a cabo o del
régimen de tenencia. Es por esto que la remuneración obtenida por una actividad
laboral siempre se destinará al acceso a un espacio físico o habitacional en el que
residir (Moreno, et al, 2012).
Por ende, la vivienda pasa a transformarse en un condicionante estructural, si cabe,
más relevante que el propio mercado de trabajo, pues la tendencia actual al incre-
mento del precio le sigue, lógicamente, un incremento poco asumible en el esfuerzo
de acceso:
“Os cuento lo que es mi situación, no lo que creo. Estudio y a la vez trabajo, por
tanto, mi contrato es parcial. Lo que digo es que gana poco dinero y éste, no me
llega para ponerme a pensar en irme de casa de mis padres. Si tenemos en cuenta
los precios de ahora y lo que supone, pues como que no (…)” (G1: Mujer, 28 años,
estudia y trabaja a tiempo parcial, no emancipada, Barcelona);
“Lo que cobras y lo que haces para cobrarlo es que es de cajón; aunque (...) ¿Y
los precios de ahora de las casas...? ¿Qué? Eso también lo es y es que puede ser
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incluso más. Es que con lo que cobro no me puedo plantear lo que signica todo
eso” (G2: Hombre, 30 años, trabaja a media jornada y no estudia, no emancipado,
Bilbao);
Al mismo tiempo, a la precarización generalizada del mercado laboral, al incremento
del coste (en precio y acceso) de la vivienda como posibles componentes explica-
tivos del hecho de estar (o no) emancipado residencialmente, habría que añadir un
elemento y contexto cuya importancia no puede obviarse. Nos referimos a la exis-
tencia de políticas públicas inadecuadas para el correcto tránsito a la vida adulta. A
diferencia del contexto institucional que, en materia de vivienda, dene a algunos de
los estados de nuestro entorno europeo, en nuestro país se oferta muy poca vivien-
da social, subvencionada o en alquiler para el consumo de la población joven. Por
tanto, la falta de iniciativas o servicios público-institucionales que fomenten y faciliten
el acceso residencial a la población joven, también debe considerarse componente
fundamental. Este nuevo argumento o componente explicativo abunda en las reunio-
nes de grupo:
“Cuando me emancipé ya no estaba esa ayuda al alquiler. No me acuerdo ahora
de la cantidad que era, pero considerando cómo han subido los precios de la vi-
vienda, esa ayuda cambiaba mucho las cosas (...) Y encima hay propietarios que
no quieren que te desgraves en la declaración por alquiler” (G1: Hombre, 31 años,
trabaja, emancipado, alquiler, solo. Barcelona);
“(…) Antes era más común recibir ayudas para poder emanciparse. Ahora no; y
eso modica el panorama” (G8: Mujer, 24 años, no trabaja, estudiante no emanci-
pada, Zaragoza);
“Es que claro, no hace mucho era más fácil irse de casa de tus padres porque
existían una serie de concesiones que ya no se dan” (G7: Hombre, 28 años no
emancipados, becario de doctorado, Valencia).
A su vez, y considerando la existencia de políticas públicas inadecuadas en el fomen-
to de la emancipación residencial, un participante de las reuniones de grupo hace
referencia a la carencia de iniciativas (para propietarios) que conviertan el alquiler en
un componente sugestivo y convincente:
“¿Pero qué es lo que está ocurriendo? Pues que el estado se desentiende. Tú te
encargas, como propietario, de la situación; que lo declares y pagues lo que te co-
rresponde con Haciendo y listo (...) Pero no se está promoviendo, no sé; medidas
que den seguridad y tranquilidad al propietario a cambio de benecios a inquilinos.
Por poner un ejemplo” (G5: Hombre, 32 años, trabajador en paro, emancipado en
propiedad, solo, Sevilla).
En suma, la precarización del trabajo, los décits estructurales del mercado de la
vivienda e inadecuadas iniciativas público-institucionales en materia habitacional,
son los tres componentes que explican, en mayor medida y para la población joven,
los obstáculos existentes en el proceso de emancipación residencial. Sin embargo,
resulta llamativo comprobar que las percepciones sobre estos componentes y su
relevancia, uctúan según lugares o contextos residenciales (ver tabla 2).
Artículos • Antonio Echaves, Carlos Echaves
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Tabla 2. Relación entre tasas de paro, precios de vivienda y su percepción como
problemática
Ciudad
Tasa de
paro 2014 %
(provincial)
Percepción
del paro
como
problema
Ciudad
Precio
Vivienda
2014 (/m2)
Percepción
vivienda
como
problema
Sevilla 32,4 Mayor Barcelona 3003 Mayor
Valencia 25,9 Mayor Bilbao 2929 Mayor
Zaragoza 21,7 Mayor Madrid 2789 Mayor
Barcelona 19,7 Menor Sevilla 1792 Menor
Madrid 19,0 Menor Zaragoza 1534 Menor
Bilbao 16,2 Menor Valenica 1412 Menor
Fuente: INE, Idealista.com y elaboración propia
De tal forma, la población joven sevillana considera más problemático el precarizado
mercado laboral y el desempleo. Algo que, por otro lado, resulta lógico si tenemos en
cuenta que Andalucía es una de las comunidades españolas con las mayores tasas
de paro:
“Es que esa no es la idea (...) Si lo que pretendes es irte de casa de tus padres, lo
que necesitas es un trabajo digno, o al menos, un trabajo (...) Lo de Andalucía es
una vergüenza: hay gente desempleada para aburrir” (G6: Mujer, 27 años, parada
y estudia, no emancipada, Sevilla);
“A ver (...) el tema de la vivienda importa; ¡Ya te digo! Pero es que los andaluces
estamos fatal con el paro. Y eso es lo primero que habría que solucionar” (G6:
Hombre, 26 años, parado y no estudia, no emancipado, Sevilla).
Por su parte, en ciudades como Barcelona, Bilbao y Madrid, si bien la precarización
del trabajo y el desempleo son percibidos a modo de fenómenos que complejizan el
hecho de emanciparse residencialmente, la tendencia al incremento de los precios
de la vivienda y las dicultades asociadas a su acceso, generan mayor grado de
preocupación. No olvidemos que (recordando tabla 2) en estos contextos urbanos el
importe del metro cuadrado es uno de los más elevados de España y no obstante,
las tasas de desempleo son ciertamente de las menos acusadas:
(…) Hay cuestiones que son secundarias; puedes optar por un régimen de te-
nencia, irte o no del centro a la periferia o a más al ámbito rural, Da igual (...) Lo
que es relevante es que te lo puedas permitir y que puedas hacerlo. El Problema
que tenemos en Barcelona es que la vivienda es muy cara y los salarios no acom-
pañan” (G1: Mujer, 28 años, estudia y trabaja a tiempo parcial, no emancipada,
Barcelona);
“Aún no me he ido de casa de mi padres. Finalicé mis estudios hace varios años
y desde entonces, trabajo, y estoy contento. Pero es que no me llega porque aquí
en Bilbao los precios están por las nubes, ya sea para comprar o para alquilar. Ese
es el problema: lo que cuesta una vivienda.” (G2: Hombre, 30 años, trabaja y no
estudia, no emancipado, Bilbao);
A pesar de lo comentado, tal y como sostiene uno de los jóvenes, participante de las
reuniones de grupo, nuestro precarizado mercado laboral y el sistema residencial
que nos dene, se relacionan en íntima y en constante interacción, pues acceder
Anduli • Revista Andaluza de Ciencias Sociales Nº 21 - 2022
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a un espacio físico o habitacional especíco en el que residir, y sus limitaciones, se
desprende del vínculo establecido entre los dos siguientes componentes:
El importe de la vivienda es el inconveniente más importante. A ver; el importe de
la vivienda y también el trabajo que tienes. Ambos se relacionan: habría que bus-
car un equilibrio entre importe de la vivienda y el salario que recibes por tu trabajo”
(G4: Hombre, 23 años, parado, vive no emancipado, Madrid).
Ahora bien; considerando las problemáticas derivadas de la precarización del tra-
bajo, los décits estructurales del mercado de la vivienda e inadecuadas iniciativas
público-institucionales en materia habitacional, aparece el entorno familiar como
agente estratégico esencial para que descendientes puedan abandonar el hogar de
sus progenitores.
3.3. La relevancia de la familia como agente estratégico en el proceso de eman-
cipación residencial
Hacemos con ello, referencia a contextos estructurantes, ciertamente negativos para
la población joven, en virtud de los cuales emerge la familia como agente estratégico
que, en parte, intenta paliar el sentido y la dirección de esta realidad (Blöss, 1997;
Gaviria, 2007). Ante la escasez de políticas estatales en las materias ya menciona-
das, nuestros jóvenes en las reuniones de grupo valoran la importancia del entorno
familiar tal y como sigue:
“Hombre; hay familias y familias (...) No me voy a meter en eso. Pero lo más lógico
es que ahí esté y que te de apoyo para cuando lo necesites y te embarques en un
proyecto. Lo sienten como su responsabilidad” (G1: Hombre, 23 años, trabajador
a tiempo parcial, emancipado, alquiler, comparte piso con 3 personas, Barcelona);
“(…) Aquí y a diferencia de Europa, tenemos el valor de la familia, aquí la familia
es para siempre. Siempre está ahí y es agradable” (G5: hombre, 26 años, parado,
no estudia, emancipado, solo. Sevilla).
Siguiendo esta lógica, es imposible obviar que la población joven española puede
prolongar en el tiempo (entre otras cuestiones) su emancipación residencial, pues
el hogar de los progenitores es un espacio vivido y de arraigo cómodo, agradable y,
más recientemente, democrático (Cea D’Ancona, 2007; Gaviria, 2007). Así, las nue-
vas y óptimas interacciones que se producen en el seno de este espacio habitacio-
nal entre progenitores y descendientes, permiten a la población joven hallar grados
aceptables de confortabilidad y autonomía.
Sin embargo, y aún pudiendo ser acertado lo señalado, la prolongación en el tiem-
po de la población joven española en la residencia familiar nada tiene que ver con
ausencia de anhelo, decisión y voluntad; más bien con la existencia de un modelo
familiar en el que los progenitores la permiten, y de forma estratégica, hasta que
no aparezcan estructuras de oportunidad o de plausibilidad óptimas y tangibles. En
consecuencia, dicha prolongación en el tiempo debe conceptualizarse como una es-
trategia frecuente y necesaria entre padres e hijos (Garrido Medina y Gil Calvo, 1993)
frente a estructuras y realidades muy hostiles y concretas: precarización del trabajo,
sistema residencial productor de agudas divergencias en su acceso e insucientes
ayudas público-institucionales en materia habitacional.
Como ya se ha dicho, la prolongación temporal del abandono de la residencia
familiar en España es una estrategia que atañe a padres e hijos. De forma espe-
cíca, la estrategia sucesoria de los progenitores (encaminada a lograr la movili-
dad ascendente de sus hijos) y la estrategia emancipadora de los descendientes
Artículos • Antonio Echaves, Carlos Echaves
• 43 •
(sustentada en el retraso de la autonomía con respecto a la familia), se unen para
congurar una práctica estratégica familiar en común (Garrido y Gil Calvo, 1993; Gil
Calvo 2002). No es discutible que esta prolongación del hecho analizado posibilita
a la población joven a llevarlo a cabo mediante situaciones objetivas optimizadas
(Gaviria, 2007).
Siendo ahora más precisos, una de estas estrategias se traduciría en mayores em-
peños progenitores para prolongar y mejorar al máximo los niveles educativos de sus
descendientes, con el objetivo de que éstos se integren plenamente en la sociedad
tardo-capitalista o del conocimiento (Gil Calvo, 2002: 8). Se trata, con ello, de una es-
trategia que persigue un próspero lugar en la estructura social, lo que queda reejado
en las distintas reuniones de grupo:
“(…) Y después de años de estudio, ahora másteres, doctorado...Y todo porque
tus padres te apoyan; porque quieren lo mejor para ti cuando te vayas de su casa.”
(G2: Mujer, 29 años, parada y estudiando, no emancipada, Bilbao);
“Es que con las crisis, todo se alarga (...) Por supuesto, que en la época de nues-
tros padres, te ibas antes. Si ya le sumas lo de la crisis y que mucha gente apro-
vecha para estudiar más, pues tienes la explicación del porqué te independizas
con más años.” (G6: mujer, 31 años, parada, doctoranda, soltera, no emancipada,
Sevilla).
“Mis padres siempre me dicen que hasta que no tenga trabajo no me vaya. ¡Lógi-
co! Pero además, estoy doctorándome y ellos opinan que para irme, mejor que ya
sea doctor para que todo marche de la mejor manera posible.” (G7: Hombre, 28
años, no emancipado, becario de doctorado, Valencia).
No obstante, prolongar la residencia en el hogar de los progenitores es, al mismo
tiempo, una derivada de la ampliación de la etapa formativa y una práctica estraté-
gica por sí sola. La población joven española está inmersa en numerosas problemá-
ticas relacionadas con el acceso a la vivienda, y para enfrentar dichas dicultades,
despliegan una serie de prácticas estratégicas como la descrita, con el objetivo de
ahorrar con vistas a futuros proyectos residenciales. Esta posibilidad de ahorro tam-
bién resultará esencial a tenor del alto coste de la vivienda, de la preeminencia de
la oferta y del régimen de tenencia en propiedad, y de insucientes ayudas público-
institucionales en materia habitacional que, de facto, son destinadas a la población
joven:
“(…) En mis circunstancias he tenido la suerte de que esperar para irme, han sido
todo ventajas. Es decir, me llevo genial con mis padres y estoy a gusto. Pero es
que además, gracias a eso, y como trabajo, estoy ahorrando bastante. Al nal
cuando me vaya, tendré soporte para poder pagar algo digno” (G1: Mujer, 28 años,
estudia y trabaja a tiempo parcial, no emancipada, Barcelona).
“(…) Es que claro; trabajar y vivir con tus padres te da la posibilidad de tener un
dinero importante con vistas a cuando te independices. Es que eso ayuda muchí-
simo (...). Es que cuando llegue el momento lo afrontas con más seguridad” (G6:
Mujer, 31 años, parada, doctoranda, no emancipada, Sevilla).
“(…) Es muy buen planteamiento. Ese dinero que tienes, gracias a estar más
tiempo bajo el techo de tus padres, es el que te permite decir: venga, ¡pues a por
ello!”(G8: Hombre, 31 años, trabaja a jornada completa, emancipado en alquiler,
en pareja, Zaragoza).
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Empero, los padres no únicamente permiten a sus hijos prolongar su residencia en el
hogar familiar como parte de la estrategia encaminada al logro de una emancipación
aceptable; a su vez, lo hacen con vistas a que ésta, desde el momento en el que se
produce, deberá caracterizarse en el futuro por niveles considerables de autonomía
(Gaviria, 2007). Hasta que esa situación deseada no llegue, aún ya emancipados re-
sidencialmente, la población joven seguirá recibiendo ayuda progenitora económico-
monetaria y también, de índole más cotidiana:
“(…) En nuestro caso, que adquirimos una casa hace bastantes meses, antes y
durante, nuestros padres nos han apoyado económica y moralmente” (G3: Mu-
jer, 29 años, trabaja a jornada completa, emancipada en propiedad, en pareja,
Madrid).
“(…) Tengo amigos que si no es por la ayuda (¡pasta!) De sus padres no estarían
independizados o no les quedaría otra que volver al nido” (G8: hombre, 23 años,
estudia y no trabaja, no emancipado, Zaragoza).
“Cuando me fui de casa de mis padres mi dieron un dinerito (...) Pero es que
además de lo económico, está lo del día a día: que si tuppers de comida que te
apañan un tiempo, que si te regalan algo de ropa (...) Todo esto también ayuda
que no veas” (G2: hombre, 28 años, trabaja a jornada completa, emancipado, en
alquiler, solo, Bilbao).
3.4. Percepciones, valoraciones y propuestas de la población joven sobre po-
lítica residencial
En este punto presentan percepciones, valoraciones y reivindicaciones de la po-
blación joven acerca de las políticas públicas residenciales en nuestro país. Men-
cionadas percepciones sobre el estado de la cuestión y las valoraciones que se
desprenden de ello, pueden resultar provechosas en la orientación estratégica de la
política residencial.
Se tratará, pues, de reejar una serie de propuestas construidas en común por parte
de nuestro grupo poblacional que, aún diferenciado en distintas y delimitadas condi-
ciones socioeconómicas, afronta un conicto muy relevante para todos y cada uno
de los integrantes del colectivo.
Desde una primera aproximación, es necesario señalar que la población joven perci-
be, y deja constancia de, los obstáculos que existen en el acceso a una vivienda den-
tro del mercado libre, ya sea en propiedad o en alquiler. Estos frenos en el acceso,
considerando el sistema marcadamente especializado que nos caracteriza, justican
que aún bajo el paraguas del Estado de Bienestar, la población joven reivindique el
arbitraje de la gestión pública. Si no es posible el acceso a una vivienda, el malestar
social es la actitud o la respuesta esperada como grupo de población.
Las percepciones actuales de la población joven sobre la política residencial, obteni-
das en las reuniones de grupo, se condensan en una valoración negativa de la mis-
ma al no existir equilibrio entre las iniciativas públicas y sus propias reclamaciones
colectivas. En este sentido, están reivindicando al Estado que arbitre en este con-
texto adverso mediante variadas propuestas: creación de más viviendas protegidas
e impulso al alquiler; mayor oferta residencial (sobre todo, la que atañe a la vivienda
vacía); claras y mejores ayudas institucionales directas; inspecciones férreas de las
adjudicaciones de vivienda pública y protegida, y crear vivienda para diferentes tipo-
logías familiares (hogares unipersonales, parejas que cohabitan, etc.).
Artículos • Antonio Echaves, Carlos Echaves
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Pero veamos estas cuestiones con más detalle. En primer lugar, merece mencionar-
se que, efectivamente, la población joven en su conjunto percibe los impedimentos
por parte de las instituciones públicas para una intermediación efectiva en el mer-
cado residencial. Ello genera en el colectivo juvenil sentimientos de desprotección
institucional frente a las desigualdades fabricadas por dicho mercado:
“Es que es una sensación de abandono que no veas. Bueno, es que lo ves. Te
prometen una cosa y luego hacen la contraria. Sobre todo para la gente que lo
necesita, las ayudas para acceder a tu primera vivienda son fundamentales (...)
Debería ser obligado que te ayudaran desde las administraciones. (G4: Hombre,
25 años, estudia y no trabaja, no emancipado, Madrid).
Se hace patente, así, una escasa oferta residencial cuyo acceso sea razonable o
asequible. Lo que por otro lado, responde, según la población joven, a la intrusión
de actores privados como son las grandes entidades de la construcción, los grupos
inmobiliarios o los fondos de inversión:
“(…) Aquí hay mucho tema metido (...) Si acceder cuesta mucho, es por el tinglado
que tienen montado los empresarios y los grupos inmobiliarios. Esos son los que
mandan y determinan el tema” (G2: Mujer, 30 años, jornada completa-emancipada
en propiedad, en pareja. Bilbao);
“(…) Tú, ocialmente, rmas ante notario un precio, pero estás comprando por
otro más alto. (...) Y ese es el precio que marca la tendencia, lo que aprovecha el
mercado privado y sus agentes.” (G5: Hombre, 32 años, trabajador en paro, eman-
cipado en propiedad en pareja. Sevilla).
Si bien, y para muchos de los participantes de las reuniones de grupo, la respon-
sabilidad del papel jugado por el sector privado (y sus consecuencias asociadas) no
es sino efecto de la dejación institucional de las administraciones públicas en tales
materias. Como ejemplo de ello:
“(…) Considerando que la vivienda es un derecho fundamental, una necesidad
de primer orden, tendría que estar prohibido especular con ella. Y ojo; la culpa es
también (...) Es también de quienes mercadean con ella, pero los responsables
de todo son los poderes públicos que podrían meter mano para que se terminara.
Pero no lo hacen.” (G6: Mujer, 31 años, parada y doctoranda, no emancipada.
Sevilla).
En consecuencia, la población joven reivindica para empezar, o a modo de prime-
ra propuesta, más oferta de vivienda en régimen de protección cubriendo así una
demanda que, históricamente en nuestro país, se ha caracterizado por su atención
decitaria. De hecho, este desequilibrio entre oferta y demanda es tal que para una
parte considerable de nuestros jóvenes analizados, acceder a una vivienda protegi-
da (esto es, a precios reducidos) es algo verdaderamente improbable, fortuito o un
simple golpe de suerte:
“Si es que no hay más que mirar por ahí y hablar con la gente, y te das cuenta que
mucha gente lo necesita (...) Porque quieren comprar una casa y les falta dinero
(...) Ahí es donde se tienen que hacer más viviendas públicas o con algún tipo de
protección, pues para eso; para que puedan acceder. Pero ya te digo; que eso
pase, es una lotería. Hay muy pocas” (G4: Hombre, 26 años, estudia y no trabaja,
no emancipado. Madrid);
“(…) Pero ¿cómo te va a tocar, si creo que el gobierno sólo tiene 200 0 300 y algo
viviendas así? ¡Y eso es en toda España! Y luego están los chanchas de a quienes
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se adjudican esas viviendas, que es otro tema” (G1: Hombre, 31 años, trabaja-
jornada completa-, emancipado en alquiler, solo. Barcelona).
También proponen a la administración que la disponibilidad de vivienda protegida se
diversique si consideramos los distintos regímenes de tenencia. Están con ello, rei-
vindicando una repartición equilibrada entre la propiedad y el alquiler. Habida cuenta
de la mayor oferta en propiedad en nuestro país, supondría incrementar lo corres-
pondiente al régimen propuesto. Pero a este aumento le debe acompañar siempre, y
sobre todo, mejoras en su gestión pública:
“Somos jóvenes y por esto, creo que para empezar nos va más lo del alquiler. Va
más con nuestro estilo de vida (...) Por lo que creo que contar con alquileres es
básico para nuestro día a día, el de los jóvenes, que deben estar bien apoyados
en esto” (G2: Hombre, 23 años, trabaja-tiempo parcial-y estudia, no emancipado.
Bilbao);
“Es que el tema de los alquileres, se debería fomentar. Para nosotros, y (...) Bue-
no, también para otra gente, es importante opción. Una buena política es necesa-
ria en esto. Porque además, si hay bolsas, que son pocas, o no te enteras o no
se gestionan como debería ser” (G7: Hombre, 30 años, trabaja-tiempo parcial- y
estudia, emancipado en alquiler. Valencia);
Aunque mayor número de alquileres, bien en su modalidad protegida y con menor
coste, bien en su modalidad privada, no supone edicar mayor número de viviendas.
Lo más acertado consistiría en el aprovechamiento de un parque residencial ya exis-
tente pero que resulta infrautilizado, pues es muy elevado el número de viviendas va-
cías y sin uso. En mencionado sentido, la población joven percibe sin lugar a dudas
esta realidad, la valora negativamente y propone abordarla para dar con una solución
efectiva, pues en suma, no es sino una cuestión de esfuerzo político y de nego-
ciación entre las partes implicadas (agentes residenciales). Así, la población joven
propone, al mismo tiempo, mayores controles en esta posible oferta residencial, que
esté gravada mediante impuestos y que se fomente su alquiler. Es la población joven
emancipada, en régimen de propiedad o en alquiler, la que crítica con más energía
esta cuestión, reivindicando a su vez, más y mejores disposiciones político-scales:
“¿Como se decía eso? ¡Gente sin casas y casas sin gente ¡ Y teniendo en cuenta
la cantidad de jóvenes que se quieren independizar y no pueden (...) Y la mayoría
de esas casas perteneces a bancos, y también, aunque menos, a las administra-
ciones.” (G2: Mujer, 30 años, trabaja-jornada completa- emancipada en propiedad,
en pareja. Bilbao.);
“(…) No es fácil decirle a una persona mayor, que tiene una segunda residencia,
que si la tiene cerrada, tiene que pagar. Es un tema complejo. Pero ¿a entidades
bancarias o especuladores? (...) Si existiera un impuesto, ya verás tú (...) Sea
como fuere, son cuestiones complejas, pero falta voluntad desde los políticos y
esto hay que solucionarlo desde la política” (G1: Hombre, 31 años, trabaja-jornada
completa-emancipado en alquiler, solo. Barcelona.);
“Hombre; no es cuestión de expropiar a nadie ¿No? Pero que sería necesario
fomentar, por parte de (...) Por parte del Estado, que este tipo de casas estén
disponibles para la gente. Y esto es muy fácil: si no la usas y no quieres pagar
a hacienda, pues la alquilas” (G3: Hombre, 29 años, trabaja-jornada completa-
emancipado en alquiler. Madrid.).
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Ya se ha dicho más arriba que una de las reivindicaciones más meridianas y enér-
gicas es el fomento de la puesta en el mercado del alquiler del parque residencial
infrautilizado. Tiene su sentido, ya que este régimen de tenencia es el más difundido
entre la población joven española, a tenor del ciclo del hogar que la caracteriza.
Aunque esta demanda destaca, más si cabe, entre los jóvenes que aún no han aban-
donado el hogar de sus progenitores (o que han regresado), pero están decididos
a ello cuando las circunstancias, tanto personales como contextuales, lo posibiliten:
“Es que eso tiene un nombre: especulación. Y son los gobiernos quienes deberían
solucionarlo, poniéndose de acuerdo o llegando a soluciones con los dueños de
esos pisos. Para lo que queremos irnos de casa de nuestros padres, pero aún no
podemos, sería muy bueno” (G8: Mujer, 24 años, estudia y no trabaja, no eman-
cipada. Zaragoza.);
“(…) Lo importante es dar incentivos para que los que tienen viviendas que no se
usan, sea atrayente ponerlas en alquiler. (...)Mi situación, por ejemplo, cambiaría
mucho y eso ayuda para hacer algo que los jóvenes queremos y necesitamos”
(G7: Hombre, 28 años, Becario de doctorado, no emancipado. Valencia);
“Cuando pones una ley, eso por ejemplo, obliga a los propietarios con impues-
tos. Pero ojo; con garantías. Entonces todo se activa y es bueno para propieta-
rios y para nosotros.” (G6: Mujer, 27 años, parada y estudiando, no emancipada.
Sevilla.).
Esta propuesta, a su vez, es verbalizada por la población joven emancipada, sobre
todo, la que reside en régimen de alquiler:
“(...) Benecia a ambas partes, claro. De hecho, a todas las partes (...) Los dueños
de esas casa se llevan dinero, luego está que se activa el mercado y nalmente,
promueves que la gente joven se independice y con unas mínimas seguridades,
más allá de tu situación y de cómo esté el país” (G2: Hombre, 30 años, trabaja-
jornada completa-emancipado en alquiler, comparte piso Bilbao.);
“Es que si hay más alquiler, entonces lo tenemos más fácil, en general” (G8: Mujer,
29 años, jornada completa-emancipada en alquiler, sola. Zaragoza.);
“Pienso que los jóvenes (...) Pienso que tenemos una forma de hacer y de sentir
y de vida por la que poder alquilar animaría muchísimo. Es lo que necesita mucha
gente que quiere irse de casa de sus padres y todavía no lo ha hecho porque no
puede (...) Y eso es una pena, la verdad” (G1: Mujer, 27 años, trabaja-jornada
completa-emancipada en propiedad. En pareja Barcelona).
Pero en segundo término, nuestra población joven plantea más y óptimas campañas
informativas en torno a prestaciones residenciales, oferta existente de los alquileres,
asesoramiento legal en los procesos de compra, etc. Y es algo que se repite en el co-
lectivo no emancipado y en el que lo está, ya sea en régimen de alquiler o en régimen
en propiedad. De forma lógica, la población joven no emancipada incide en las cam-
pañas informativas sobre prestaciones, en las tramitaciones para la inscripción en las
bolsas de vivienda, y en los posibles benecios scales derivados del arrendamiento:
(…) ¡Buf! yo casi no he tenido información en todo esto. Existirá, pero no sé muy
bien dónde (...) Y eso que hace nada que estoy alquilando.” (G3: Mujer, 26 años,
trabaja-media jornada- y estudia, emancipada en alquiler. Madrid.);
“Hace poco que me fui de casa de mis padres (...) Y cuando estaba con todo
el tema, desconocía si habían ayudas o bolsas para poder alquilar (...) O está
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escondida o es que no hay muchas, que es lo más seguro. Hay pocas y luego,
es información poco accesible” (G1: Hombre, 31 años, trabaja-jornada completa-
emancipado en alquiler, solo, Barcelona).
Por su parte, la población joven emancipada, y además propietaria, hace referencia
a las escasas aclaraciones sobre el proceso de tramitación legal en la compra de
vivienda, y cuestiones relacionadas con impuestos y gestiones:
G3: “Todos los que estamos aquí, somos propietarios, ¿no? Y ninguno tenemos
(por lo visto) idea de lo legal” y de los gravámenes G5: “Es que en muchos casos,
desconocemos si hay o no ayudas y cuáles son. Y eso es muy relevante para
nosotros. Y eso es culpa de las administraciones” G8: “Creía que la subvención
estaba ideada para la gente más vulnerable y ahora resulta que es para todos”.
(Jóvenes emancipados en propiedad).
En complemento, también es verbalizada en numerosas reuniones de grupo la opa-
cidad reinante en los procesos de concesión de vivienda en protección. En tal sen-
tido, es común entre la población joven percibir lo especulativo como una forma de
proceder estandariza ante la inacción o dejación público-institucional:
“A un amigo mío, el constructor de vivienda protegida le solicitó un montón de
dinero.”(G1: Mujer, 27 años, trabaja, emancipada en pareja. Barcelona);
“Yo miré una vivienda de protección pública y el promotor me comentó, la vivienda
es tanto, pero luego aparte es algo más por otras gestiones (…)” (G3; Hombre, 29
años, trabaja, emancipado en alquiler, Madrid).
Aunque a la par, la población joven reclama y propone intervenir otras formas de
tenencia, como las referidas al alquiler privado, favoreciendo y fomentando en con-
secuencia la tranquilidad de inquilinos, algunos compromisos de arrendadores (tribu-
tación de lo arrendado), y sorteando escenarios de fraude o inacción de propietarios:
“Tela con el tema de algunos caseros (...) Muchos ni contrato ni leches (...) Y
bueno; te echan cuando les da la gana. Aquí en la comunidad andaluza, si quie-
res desgravarte por alquiler, el dueño del piso tiene que hacer muchos trámites y
papeleos, por lo que al nal, no lo hace. (...) Y bueno; pierdes esos derechos” (G5:
Hombre 28, estudia y trabaja-tiempo parcial-, emancipado en alquiler, comparte
piso. Sevilla).
Al mismo tiempo, nuestros jóvenes proponen un cambio relevante de los requeri-
mientos económicos necesarios en el acceso residencial protegido (público o pri-
vado). Disponer de un trabajo digno y un salario acorde a éste para afrontar pagos
periódicos y determinados, en muchas ocasiones implica excluir a grupos amplios
dentro del colectivo:
“O bajan los precios de la vivienda pública o protegida, o bajan esos requisitos
(...) Porque vamos a ver. ¿Qué joven dispone de un trabajo que te de un salario
así? Muchos que no pueden” (G8: Hombre, 30 años, trabaja a jornada completa,
emancipado en propiedad, solo, Zaragoza);
“Lo que te piden para el acceso a una protegida es una locura (...) Si es que
apenas se diferencia de lo que cuesta una en libre mercado” (G7: Hombre, 30 años,
trabaja-tiempo parcial- y estudia, emancipado en alquiler y en pareja. Valencia).
Igualmente, critican que las formas tradicionales de familia tienen preferencia en
los procesos de adjudicación de vivienda. Así, modelos alternativos de convivencia
(como los hogares unipersonales o parejas cohabitantes), más representativos de
Artículos • Antonio Echaves, Carlos Echaves
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la población joven, deben suscitar mayor interés por parte de la política residencial
(Echaves y Echaves, 2018):
“No tengo pareja ni hijos (...) Y claro, una vivienda protegida, que no hay mucho,
no necesito en el sentido que son muy grandes y más para familias (...) Entonces
claro; no me queda otra que alquilar en el mercado libre” (G3: Hombre, 29 años,
trabaja, emancipado en alquiler, solo. Madrid);
“Mi pareja y yo, vivimos solos (...) Somos jóvenes para tener hijos y no buscamos
eso (...) Buscamos algo más acorde a nuestra edad y situación” (G7: Hombre
30 años, trabaja a tiempo parcial y estudia, emancipado en alquiler y en pareja,
Valencia).
La desconexión entre la demanda residencial juvenil y la oferta disponible, supone,
por ende, que este grupo poblacional se perciba menoscabado respecto de genera-
ciones pretéritas (sus progenitores):
“(…) En el pasado era muy distinto (...) Te ibas mucho antes y empezabas con algo
humilde y luego ibas progresando. Eso se acabó” (G1: Mujer, 29 años, parada y
estudia, no emancipada. Barcelona).
“Lo piensas y dices: si es que con mis años, mis padres tenía casa, hijos (...) ¡Vaya
tela! Y la cosa va a peor para los jóvenes” (G2: Hombre, 30 años, trabaja a media
jornada y no estudia, no emancipado, Bilbao).
En suma, la población joven percibe una realidad residencial especíca y objetiva, la
valora, y acto seguido, propone una serie de medidas políticas que se sintetizan en
el siguiente cuadro.
Cuadro 2. Propuestas/medidas que los jóvenes reclaman a la administración pública en
materia de vivienda
Propuestas / Medidas
Incentivar la salida al mercado de la vivienda vacía
Mejorar la información sobre las ayudas a la vivienda
Controlar la especulación en el mercado de la vivienda y mejora de las condiciones de acceso
Fuente: Echaves, A. (2016).
4. Conclusiones
La población joven española se enfrenta ante problemáticas considerables a la hora
de proyectar su autonomía e independencia. Para este proyecto, la emancipación
residencial resulta fundamental, sin embargo, y en no pocas ocasiones, las expec-
tativas se ven frustradas. El equilibro no dene la relación entre los anhelos de este
grupo poblacional y el hecho social consumado. Por tanto, en muchas de las reunio-
nes de grupo analizadas, sus participantes se caracterizan por experiencias residen-
ciales en las que este proceso discurre alejado de sus propios deseos.
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En este sentido, de manera percibida y valorativa, emergen una serie de factores o
componentes explicativos de la emancipación residencial que varían en función del
lugar de residencia: precarización del mercado laboral, altas tasas de desempleo,
complejización del acceso residencial e insuciencia de ecaces políticas público-
institucionales que fomenten el proceso estudiado.
Ante esta realidad, las estrategias familiares conjuntas de los progenitores y sus
descendientes son esenciales: demora de la emancipación y estancia en casa de los
progenitores hasta que las circunstancias sean óptimas, contando, además, con la
ayuda material de la red familiar, incluso cuando la emancipación ya se ha producido.
No obstante, y ello representaría un objeto de investigación relevante para futuras
investigaciones, el soporte de la red familiar probablemente se vería menoscabado
en contextos adversos, afectando a familias con posiciones socioeconómicas espe-
cícas dentro de la estructura social. Pero más allá de esta hipótesis, en nuestro país
sigue dominando un patrón de dependencia familiar impuesto por circunstancias que
siguen estructurando la realidad del colectivo estudiado.
De esta forma, las iniciativas público-institucionales tienen que ser más robustas
para posibilitar la desvinculación de mencionados proyectos vitales de la familia y del
ámbito del libre mercado. Sin embargo, no ha llegado tal situación; parece ser que la
población joven todavía no recibe la atención que constantemente está reclamando.
La información y datos que se analizan en el presente artículo se derivan de la Tesis,
y del trabajo de campo para su realización, titulada Juventud, Emancipación Resi-
dencial y Sistema de Provisión de Vivienda: Las divergencias autonómicas del mode-
lo español. Defendida en enero de 2016 en la Universidad Complutense de Madrid,
fue objeto de nanciación por parte del Ministerio de Educación bajo el programa
Formación de Profesorado Universitario (Beca FPU).
Los dos autores del presente artículo han participado en la elaboración del mismo,
desde su planteamiento inicial con la delimitación de objetivos e hipótesis, en la
metodología elaborada, así como en el análisis de los datos y en el proceso de re-
dacción nal.
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