
ISSN: 2255-5129
© 2025. E. Universidad de Sevilla. CC BY-NC-SA 4.0
Nº 24 | Primer Semestre 2025
José Miguel García Pimentel
Universidad de Valencia, España
jo.gar.pimentel@gmail.com
0000-0002-5801-3950
Recibido: 28-1-2025 | Aceptado: 28-5-2025
|
Resumen El 6 de abril de 1934, en pleno contexto de la Segunda República, el coronel Capaz ocupó oficialmente Ifni. La prensa nacional y regional dio cuenta de los hechos, y los medios catalanes no fueron la excepción. Dada la relación histórica entre Cataluña y las colonias españolas, este artículo se propone analizar diversas publicaciones de la prensa para comprender sus reacciones ante la ocupación de Ifni, los objetivos que guiaron su postura y la necesidad de explicar a sus lectores las características de la región y la población residente. Asimismo, se realizará una comparación con las revistas satíricas del momento, que gozaron de gran difusión durante el período estudiado. Palabras clave prensa catalana, Ifni, colonialismo, Segunda República, prensa satírica. Abstract On April 6, 1934, during the Second Republic, Colonel Capaz officially occupied Ifni. Both national and regional press outlets reported the event, and Catalan media were no exception. Given the historical ties between Catalonia and the Spanish colonies, this article aims to analyze various press publications to understand their reactions to the occupation of Ifni, the objectives behind their stance, and the need to inform their readers about the region’s characteristics and the resident population. Additionally, a comparison will be made with the satirical magazines of the time, which had wide circulation during the period under study. Keywords Catalan press, Ifni, colonialism, Second Republic, Satirical press. |
Como citar este artículo:
García Pimentel, José Miguel (2025): “Reacciones de los medios catalanes ante la ocupación de Ifni durante la Segunda República”, en Revista Internacional de Historia de la Comunicación, (24), pp. 146-164. https://dx.doi.org/10.12795/RIHC.2025.i24.10
Cataluña ha tenido tradicionalmente una relación especial con las colonias españolas en África, especialmente con el Protectorado de Marruecos a través del comercio y la minería. El historiador Martín Corrales (2002: p. 206) concluyó que parte de la sociedad y las fuerzas políticas catalanas participaron de alguna forma en “la aventura colonial española de Marruecos”, al menos desde la guerra hispano-marroquí de 1859-1860. Con la ocupación de Ifni, si bien de manera más discreta en los medios de comunicación debido a la pronta guerra civil y la censura del periodo franquista, distintas empresas catalanas buscarían fórmulas para obtener beneficios de los nuevos territorios (Martín Corrales, 2022: p. 35). Este interés se reflejó en diarios como La Humanitat, que publicaban noticias a página completa sobre catalanes que conocían África antes incluso de su colonización oficial (Roig Guivernau, 16-01-1933: 4-5).
Durante el siglo XX, la prensa tuvo un papel fundamental a la hora de difundir los acontecimientos políticos y sociales que afectaban a la ciudadanía, así como de exponer la situación colonial española y catalana (Martín Corrales, 2007). Los lectores seguían su diario favorito y confiaban en su información. Su capacidad de difusión junto a la inclusión de imágenes e ilustraciones lo convertían en una herramienta útil de promoción gubernamental. En el caso particular de Cataluña, las noticias referentes a los espacios conquistados no serían despreciables, con autoras reconocidas como Aurora Bertrana, que escribiría El Marroc sensual i fanàtic en 1935 para La Publicitat. Una crónica que acabaría publicada en formato libro (Bertrana, 2021).
Durante los difíciles problemas a los que se enfrentaba la nueva Segunda República española, distintos gobiernos dedicaron su atención en expandir su territorio colonial por aquellas zonas que, según los tratados internacionales, podían ser obtenidas por España por medio de su ejército. Esta urgencia procedía de la determinación francesa a ocupar el sur marroquí y sus posesiones del Sahara, haciendo frente a grupos antiimperialistas como el encabezado por la familia Ma el Aynain. En un intento de evitar que el estado vecino ocupara sus potenciales territorios o los influenciara, el presidente Manuel Azaña procedió en agosto de 1933 a fundar un pequeño establecimiento en Ifni que ayudara a la futura expansión, objetivo que no se cumplió al ser recibidos con violencia (Quintana Navarro, 1986: pp. 104-105).
Pero tan solo un año después, con el gobierno de Alejandro Lerroux, la situación había cambiado. Francia ocupaba buena parte del área, mientras Merebbi Rebo, hijo de Ma el Aynain y hermano de El Hiba, decidió rendirse a las autoridades españolas en Cabo Juby para evitar problemas con el país galo. Con los resistentes antiimperialistas debilitados o rendidos, se realizó un segundo intento en Ifni (Quintana Navarro, 1986: pp. 105-111; Fernández-Aceytuno, 2001). El 6 de abril de 1934, el coronel Capaz y algunos de sus hombres desembarcaban junto al poblado de Amesdog iniciando una ocupación rápida y con poca resistencia del entorno[1]. Poco después, se procedía a la expansión por el Sahara.
A pesar de su pequeño tamaño, de estar rodeado por Francia y tener una costa apenas accesible, los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia y muchos ensalzaron la ocupación como un logro del gobierno y el ejército. Debido a los tradicionales contactos de Cataluña con las colonias, resulta interesante analizar cuál fue la postura de los rotativos catalanes ante la colonización, así como su visión del territorio y sus gentes. Sus habitantes, mayoritariamente Aït ba Amran (se utilizará baamrani como gentilicio), fueron objeto de descripciones, ilustraciones y caricaturas para acercar al lector un entorno desconocido, aunque cercano a las Canarias.
Como puede observarse en la tabla 1, se han vaciado un total de ocho medios de comunicación catalanes distintos durante el periodo 1931-1936 para obtener aquellos artículos y caricaturas que contuvieran opiniones o información exclusiva más allá de las notas de prensa oficiales. Se encontraron 43 colaboraciones de este tipo correspondientes con la Segunda República y las etapas previas y posteriores a la ocupación del territorio, periodo con mayor interés periodístico en Ifni. Coincide, además, con un periodo de modernización de la prensa catalana (Torrent y Tasis, 1966; Casasús, 2015). Cuatro de ellos son diarios de gran difusión y cuatro revistas satíricas conocidas (Checa Godoy, 2011). Los rotativos seleccionados son La Humanitat, Diario de Barcelona, El Diluvio, La Vanguardia y de la prensa satírica L’Esquella de la Torratxa, El Bé Negre, Gràcia-Rambles y El Lliri Blanc. La elección de tales materiales se debe a factores como: estar escritas tanto en castellano como en catalán; contemplar un amplio espectro ideológico; ser aquellas publicaciones con mayor cantidad de referencias y opiniones sobre la ocupación y sus consecuencias o el hecho de existir cierta rivalidad entre algunos de los diarios, como La Humanitat y La Vanguardia. Para completar, también se tuvo en cuenta otras publicaciones periódicas con menor información sobre Ifni, como la revista D.I.C. o Nosaltres sols! (tabla 1).
Se han establecido los siguientes objetivos:
Tabla 1. Tirada e ideología de las publicaciones utilizadas. Fuente: Checa Godoy, 2011.
|
Publicación |
Tirada (Guillamet i Lloveras, 2022) |
Ideología (Checa Godoy, 2011) |
Periodo de estudio |
Tipo de publicación |
|
La Humanitat |
30.000 (1935) |
Vinculado a ERC |
1931-1936 |
Diaria |
|
Diario de Barcelona |
30.000 (1935) |
Monárquico |
1931-1936 |
Diaria |
|
El Diluvio |
150.000 (1935) |
Vinculado al Federalismo |
1931-1936 |
Diaria |
|
La Vanguardia |
250.000 (1935) |
Independiente y conservador |
1931-1936 |
Diaria |
|
L’Esquella de la Torratxa |
2.500 (1932) |
Republicano |
1931-1936 |
Semanal |
|
El Bé Negre |
15.000-20.000 (1932) |
Vinculado a Lliga Catalana |
1931-1936 |
Semanal |
|
Gràcia-Rambles |
– |
– |
1934 |
Semanal |
|
El Lliri Blanc |
– |
Vinculado a Lliga Regionalista |
1934 |
Semanal |
Para el presente trabajo, primero se recopiló todo el material disponible sobre el tema a partir de archivos digitales como ARCA, el portal La Vanguardia y la hemeroteca digital del Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona. Posteriormente, se analizaron dichos artículos en su contexto para entender no sólo el posicionamiento, sino también su imagen del territorio hablado, de sus habitantes y de sus posibilidades. Todos los casos se realizaron a través de la óptica del Análisis Crítico del Discurso (ACD). Esta perspectiva ofrece una aproximación metodológica interdisciplinaria que analiza críticamente los textos integrados en el discurso, ya que forman parte de mecanismos ideológicos que estructuran el flujo de información, su supuesta relevancia social y el contexto en el que se presentan (Van Dijk, 2009). Tanto los textos como las fotografías, al igual que el lenguaje empleado en los primeros, nunca son imparciales ni objetivos, sino que favorecen la difusión de mensajes dirigidos a la población, generando así percepciones de realidad. ACD resulta útil para entender los diferentes elementos en su contexto ideológico-histórico que fueron utilizados para hablar de Ifni y su población en Cataluña.
Si bien este tema apenas ha sido estudiado para el caso de Ifni, existen algunos investigadores que han trabajado la relación entre medios de comunicación y las colonias españolas. Entre los más importantes, puede destacarse el historiador Eloy Martín Corrales, que trabajó con las posturas de La Vanguardia y de La Veu de Catalunya ante la Conferencias de Algeciras de 1906 (Martín Corrales, 2007).
El volcado de información y su análisis ha mostrado que, en la mayoría de los casos, el posicionamiento ante la expansión colonial en la costa noroccidental africana fue aceptada. La Vanguardia, diario independiente conservador con mayor tirada en Cataluña (Checa Godoy, 2011: p. 525), mantuvo su apoyo a la ocupación, aunque contó con alguna voz discordante. Fue el caso de Àngel Marsà que matizó la opinión oficial al criticar la conquista. No veía interés en un territorio tan lejano teniendo en los Pirineos problemas más acuciantes: «[C]on fatigas infinitas, desembarca a un puñado de sus hijos en las costas inabordables de Ifni, planta su bandera en aquel pedazo de tierra yerma, lejana, y se preocupa de dar una fisonomía nacional al territorio salvaje que nunca le ha de servir para nada, Francia, más precavida, más sabia, más perspicaz, trata tal vez de dibujar el contorno de un nuevo Gibraltar al borde mismo de nuestra frontera pirenaica» (Marsà, 9-06-34: p. 9). Como puede observarse, el objeto de sus quejas no fue tanto la propia colonización, sino no prestar atención a territorios que consideraba debían estar en la órbita del país.
A pesar de ser menos vendido, el diario con mayor número de referencias originales sobre Ifni fue El Diluvio. Fundado en 1879 y simpatizante del Partido Republicano Democrático Federal, tuvo una buena acogida entre sus lectores debido a su identidad propia distribuyendo cerca de 50.000 ejemplares diarios en Cataluña (Checa Godoy, 2011, p. 43; Toll, 2021). Uno de sus colaboradores habituales fue el periodista y novelista Dionisio Pérez, que ejemplifica la posición general del diario. Habitual en distintos medios de ámbito regional (El Diluvio, El Telegrama del Rif, Diario de Burgos, El Baix Penedès…), apoyó activamente la acción colonial española, de manera similar a su homólogo Gonzalo de Reparaz en Heraldo de Madrid. En los años previos a la llegada de Capaz, defendió ferozmente la necesaria adquisición de espacios como Camerún para complementar las colonias españolas ya establecidas, como Guinea (Pérez, 5-04-1933, p. 5). También desarrolló la idea de colaborar con Francia en la ocupación y la creación de una línea férrea transahariana que atravesara el enclave de Ifni, facilitando así su ocupación y contribuyendo a su “civilización” (Pérez, 2-02-1930: p. 13; 22-07-1930: p. 10; Pérez, 19-07-1932: p. 1). Esta postura, que promovía la cooperación hispanofrancesa y la construcción de infraestructuras, igualmente sería respaldada en otros diarios regionales y publicaciones africanistas.
Por su parte, La Humanitat consideró principalmente positiva la conquista de nuevos territorios para España, incluso una de las misiones civilizadoras de la Segunda República (“L’ocupació de Sidi Ifni”, La Humanitat, 10-04-1934, p. 1). Centrándose en los temas tratados en torno a Ifni, intervino en la discusión nacional sobre la localización real de Santa Cruz de Mar Pequeña. Previamente al establecimiento de Ifni como el enclave ofrecido en Wad-Ras, el marino Pelayo Alcalá Galiano había investigado hasta tres posiciones distintas para el enclave (Alcalá Galiano, 1878: p. 15). El problema acabó derivando en la aceptación de Ifni en 1882 por parte del gobierno español y marroquí, acto que pareció disolver el conflicto. Pero con la ocupación, y con un Agadir creciente como puerto comercial a partir del segundo cuarto del siglo XX, las peticiones de cambio por esta última ciudad se retomaron. En su editorial del 10 de abril de 1934 afirmaba que “Sidi Ifni, es va voler conservar per a Espanya, abandonant precisament Agadir que és la veritable encontrada rica d’aquella banda del Marroc”, implicando que ésta era la zona original por conquistar. Defensa que mantuvo a lo largo de todo el periodo con ciertos matices como la preocupación ante futuros problemas en Ifni o el excesivo gasto que se esperaba tener hasta organizarlo (“Ifni, la misteriosa”, La Humanitat, 25-08-1933, p. 8).
Mirada similar a la defendida por Diario de Barcelona. Siendo uno de los más antiguos de la ciudad (fundado en 1792), durante la Segunda República, mantuvo un carácter conservador hasta entrada la Guerra Civil, cuando pasa a ser controlado por Estat Català. Aunque ante las primeras noticias sobre Ifni mostraba cierta cautela, defendería la ocupación, entre otros motivos de carácter práctico, para utilizarlo como aeropuerto de abastecimiento de la compañía LAPE, evitando así aterrizar en Agadir, en manos francesas (“Noticias de Marruecos”, Diario de Barcelona, 1-08-1935, p. 30).
Respecto a las revistas satíricas, la tendencia fue contraria a los grandes medios de comunicación del momento. L’Esquella de la Torratxa criticó duramente cualquier participación política en el continente africano considerando que sólo servía para los intereses de sectores como la Iglesia o los terratenientes, grupos a los que criticaba en sus números. Tras el intento de 1933, la revista dejó clara su postura (“Altra vegada al Marroc”, L’Esquella de la Torratxa, 8-09-1933, p. 579):
Sempre ens ha repugnat el colonialisme, però ara més que mai.
En una República nova, en un règim democràtic, el colonialisme no s’hi diu.
El colonialisme és la guerra, i de guerra no en volem…
Espanya no hi té res a fer al Marroc, civilitzant moros; hi ha més càbiles a Espanya que no pas al Rif…
A Baix tots els imperialismes, tots els colonialismes, i tots els militarismes!.
Desde las páginas de El Bé Negre también se trató el tema de Ifni, si bien de manera muy puntual y siempre en contra de la acción colonial. Fue una popular revista de gran difusión en Cataluña y especialmente crítica con partidos como la Lliga Regionalista de Francesc Cambó o el Partido Radical. Finalmente, el breve semanario conservador El Lliri Blanc apenas realizó dos referencias a la nueva adquisición (iniciado el 24 de marzo de 1934), mientras que Gràcia-Rambles publicó un artículo ironizando el supuesto interés de Cataluña por tal territorio. La conservadora D.I.C. cuenta también con una única aportación en 1933 insinuando que detrás del interés en Ifni estaba Francia por lo que el gobierno español sería un simple instrumento (“Tramuntanades”, D.I.C., 2-09-1933, p. 12).
Por otra parte, todos los medios analizados ofrecieron información sobre el acontecimiento, en gran parte las notas de prensa oficiales que escribían las agencias de noticias y las declaraciones del presidente del Gobierno y sus ministros. Los diarios y revistas que opinaron lo hicieron pensando en sus potenciales lectores y su ideología. La diversidad de estos últimos permite observar distintas reacciones existentes en tales publicaciones respecto a Ifni y a la población residente, ya que era nueva tanto para el lector como para el periodista.
La expansión colonial por África había sido un aspecto importante para algunos sectores políticos, militares e intelectuales desde el siglo XIX en adelante (Martín-Márquez, 2011). La prensa ayudaría a este objetivo por medio de la difusión de noticias y opiniones que favorecieran la difusión de los argumentarios a favor de dicha política internacional. En 1931, pocos meses después de proclamada la república, La Vanguardia publicaba un artículo de Carlos Buigas defendiendo el continente africano como una vía para evitar la sobrepoblación europea (Buigas, 8-09-1931, p. 5-6). En agosto de 1933, poco después del intento de ocupación por parte del gobierno Azaña, La Humanitat publicaba “Els problemes africans a l’ordre del día. Ifni, la misteriosa” donde comentaban las escasas noticias oficiales que se habían conocido hasta el momento. Ante una prensa opositora que atacaba a Azaña por el fallido intento colonial y un gobierno que intentaba convencer a la población que tal misión era un simple reconocimiento para la apertura de un puesto de información, el diario catalán defendió a este último. A raíz del incidente, promueve el colonialismo y lamenta que España pueda ocupar sólo Ifni, que describió como “terra bastant frondosa i paradissíaca pels seus cultius i aigües, en comparació a les terres desèrtiques que l’envolten” (“Ifni, la misteriosa”, La Humanitat, 25-08-1933, p. 8). A pesar de esa buena visión, al entender que su población es violenta, consideraba que no valía la pena los gastos y preocupaciones que conllevaría su control. De esa manera, evitaban nuevos fracasos y se abría la posibilidad de actuar en momentos más propicios.
En El Diluvio, firme defensor de la ocupación, se ofreció una mirada distinta a través de caricaturas relacionadas con Ifni. El mismo día que se incorporaban resúmenes de otros medios sobre el acontecimiento y sus expectativas, Bofarull (Jacint Bofarull i Foraster), publicó un dibujo de una madre con un niño, con el rostro y la vestimenta sombría. Miraban con recelo a un grupo de personas que bailaban alrededor de un pequeño círculo con la bandera española que representaba Ifni. En el pie de imagen, esta madre decía “A mí estas glorias siempre me han escamado porque a la hora de los fracasos a quien le toca llorar es a mí” (Bofarull, 11-04-1934: p. 1) mostrando la inquietud de algunos medios por si desembocaba en una guerra colonial que trajera consecuencias similares a las rifeñas (“Nuestra resuelta oposición”, El Socialista, 10-04-1934, p. 1).
En ese mismo ejemplar de El Diluvio, se incorporó una noticia remitida desde Las Palmas repetida en rotativos como La Libertad. Se trata del resumen de una entrevista a un moro residente en la ciudad, Abdagua, quien explica al periodista las bondades de Ifni. Su imagen del territorio resulta idílica. Describió Ifni como un espacio rico y con gran cantidad de agua y vegetación, fértiles valles y hombres con recursos. Aunque aceptaba que muchos hombres lucharon contra la expansión colonial francesa, eliminó cualquier peligro al explicar que precisamente esa belicosidad hacia lo galo era el origen de su aprecio a España, al entender al francés como su único enemigo. Continuaba afirmando que todas estas personas trabajaban en la agricultura, la artesanía y el comercio insinuando la posibilidad de invertir en tales sectores. El último párrafo no dejaba dudas de su opinión: “[Abdagua] Cree que la ocupación de Ifni por los españoles beneficiará grandemente a Ifni si saben tratar a aquellos moros con la nobleza que ellos ponen en sus cosas, pues siempre demostraron afecto por España” (“De la ocupación del territorio de Ifni por el coronel Capaz”, El Diluvio, 11-04-1934, p. 16). El hecho de ser considerado y, por tanto, parte del conjunto de habitantes que los lectores identificaban con la totalidad del mundo musulmán y con sus colonias, creaba un ambiente de credibilidad que facilitaba la difusión de imágenes positivas de seguridad y riqueza a pesar de ofrecer información errónea. Para generar expectativas, no se dudó en instrumentalizar también a las mujeres. Para Abdagua, “las mujeres son blancas”, en clara diferencia con la imagen estereotipada de la mora conocida en la época y difundida para el norte africano, una alusión a la inexistencia de peligros en comparación al Rif. Riquezas y expectativas que, incluso en diarios proimperialistas como Diario de Barcelona o La Humanitat, dudaban (“Ifni, la misteriosa”, La Humanitat, 25-08-1933, p. 8; A., 11-04-1934: p. 4).
De forma más agresiva, el político de Izquierda Republicana y periodista Roberto Castrovido también incitaba a la ocupación. A través del símil de los países colonizadores como aves de rapiña, defendía que España echara la “garra de la ocupación”. Tenían el derecho internacional para realizarlo incluso aunque desconocieran el territorio real, dando ejemplos de otros casos parecidos como Fernando Poo, Bata o las Carolinas. Enfatizaba la ocupación sin batallas contra los habitantes y criticó el malestar que algunos medios difundían cuando todo parecía ir bien. Si bien aceptó que habrían gastos en inversiones, de no hacerse, alertaba, lo harían inversores franceses utilizando una empresa española, perdiendo las posibles ganancias en pastos, fosfatos y potasa. Por tanto, sólo contemplaba dos opciones: “ocuparlo o dejarlo… y dejarlo si nos consienten el abandono las aves de rapiña que se disputarían la presa que soltemos” (Castrovido, 19-04-1934: p. 1). Gastos importantes que fueron defendidos una semana antes por Diario de Barcelona (“La ocupación de Ifni”, Diario de Barcelona, 12-04-1934, p. 3). En la misma época, Dionisio Pérez defendía en El Diluvio no sólo la ocupación de Ifni y el Río de Oro, sino la necesidad de ampliarlo a otras zonas africanas incluyendo Liberia o Camerún (Pérez, 18-04-1934: p. 5).
Esta mayoritaria visión positiva de la toma de Ifni, reforzada por las continuas informaciones oficiales que ofrecía el gobierno, se vio modificada meses después. Ya el 15 de mayo se publicaba la caricatura “Los colonizadores” donde dos hombres bajo estandarte inglés, perdidos en una isla desierta, se repartían cargos de gobierno. Las escasas noticias posteriores que se refieren a Ifni atacan de distintas formas la ocupación, ya sea dudando de sus riquezas (“Ahora resulta que Ifni es una especie de paraíso”, El Diluvio, 31-07-1934, p. 17) o la editorial del 11 de agosto ensalzando a Abd-el-Krim como “un patriota de la independencia de su país” (“Abd-el-Krim”, El Diluvio, 11-08-1934, p. 1). Como contraposición, Lerroux sería un títere de Francia a quien le compraba armas para “ocupar territorios como el de Ifni, del que, una vez ocupado, se nos regatean los palmos de terrenos”, en alusión a los problemas de límites fronterizos entre Ifni y la zona ocupada por Francia.
En la misma línea escribía Silvio en su “Tantarantan madrileño” de enero de 1935. Siguiendo el artículo de Severino Bello en “Madrid Científico”, Ifni y Río de Oro ofrecían un balance negativo, especialmente la primera. Con ello en cuenta, pedía intercambiarla por una ampliación de Ceuta y Melilla, aprovechando que en esos momentos Francia negociaba con Italia las fronteras coloniales (Silvio, 30-01-1935: p. 1). Crítica mantenida en marzo donde en El Diluvio se declaraban “irreductibles enemigos de poseer territorios extranjeros” (“Ni dátiles, ni chilabas. Ifni”, El Diluvio, 15-03-1935, p. 1). Desde finales de 1934, España vivió una serie de cambios que alterarían la política y la prensa nacional hasta la Guerra Civil. La entrada de la CEDA al nuevo gobierno de Lerroux activó los acontecimientos de octubre de 1934, con especial fuerza en el norte español. Debido a sus consecuencias, Lerroux activó la censura previa que afectó a toda la prensa, incluida El Diluvio que incorporó el cartel informativo Visado por la Censura. Al mismo tiempo, en Ifni, las primeras investigaciones posteriores a la ocupación no obtuvieron los resultados esperados. El territorio solo contaba con algunos valles con agua abundante, la costa era demasiado accidentada para la construcción de un puerto y, al estar rodeado de puestos franceses, limitaba el comercio y la entrada de suministros y hombres al territorio. Además, como se ha mencionado, pronto comenzaron las discusiones franco-españolas sobre sus fronteras debido a la dificultad a la hora de interpretar ese aspecto de los tratados al no existir el nombre de los ríos que actuarían como límites naturales. Todo ello desilusionó a parte de la prensa que, o bien criticó la ocupación, o bien dedicó sus páginas a asuntos más acuciantes. Estas informaciones comenzaron a llegar hacia mayo, periodo del cambio discursivo hacia la colonia que, de forma abierta como se ha podido observar, se potenciaría en los meses siguientes.
Teniendo en cuenta la información que La Humanitat disponía, opinaba que Ifni era un espacio con ciertas posibilidades de crecimiento, pero limitadas y muy lejos de otros puntos del litoral como Agadir (“L’ocupació de Sidi Ifni”, La Humanitat, 10-04-1934, p. 1). Considera a Lerroux como excesivamente positivo en sus potenciales riquezas. Localización que también fue defendida en El Diluvio ocho días más tarde (Pérez, 18-04-1934: p. 5). Por su parte, J. Carrasco Téllez (La Vanguardia) abogó por realizar un intercambio por Tánger, aunque se equivocó al considerar que Ifni era parte integrante del Protectorado español de Marruecos (Carrasco Téllez, 20-10-1932: p. 5)
En un extenso editorial publicado en La Humanitat el 10 de abril, Dionisio Pérez minimizó el temor a un posible conflicto armado, argumentando que “els escassos rebels” refugiados entre la confederación residente Aït Ba Amran, procedentes de la zona francesa, no se atreverían a atacar al ejército español para evitar desencadenar una colaboración militar entre España y Francia.
Para captar especialmente la atención del público catalán, un editorial de La Humanitat del 10 de abril de 1934 vinculó la historia de Ifni con la de Cataluña, animando a investigar si los restos de fortalezas encontrados en la zona eran de origen catalán o portugués (“L’ocupació de Sidi Ifni”, La Humanitat, 10-04-1934, p. 1):
Per als catalans, l’ocupació de Sidi Ifni té un cert interès encara que només sigui episòdic. El de veure si d’una vegada es pot definir ben bé si els primers que allí s’establiren foren els portuguesos o els catalans, com així ho fa creure l’escut de les quatre barres catalanes gravades en un antic castell, que descriuen uns exploradors de l’any 1878. Si els catalans no foren els primers que hi desembarcaren per allà el segle XV, és evident que almenys hi varen romandre durant uns quants anys.
Un vínculo artificial que permitía unir Cataluña e Ifni y que se había iniciado un año atrás comentando la posibilidad que las fortalezas observadas por el capitán Fernández Duro en 1878 fueran defensas erigidas por catalanes en el siglo XVI. Hasta llegó a decir que están inscritas “les quatre barres catalanes” (“Ifni, la misteriosa”, La Humanitat, 25-08-1933, p. 8).
Acompañaba el texto de 1934 las declaraciones oficiales del entonces presidente Alejandro Lerroux y del ministro de la Guerra, junto a la editorial, se incorporó un mapa de la costa africana centrada entre Ofrán (sur de Marruecos) y Cabo Juby (Río de Oro, hoy Tarfaya). De manera simplificada, se establecía una línea de puntos que unía las diferentes localizaciones pasando por Ifni mientras cerca de Cabo Juby aparecían las Canarias. Recordando las noticias previas ofrecidas sobre la retirada de la última resistencia anticolonial del sur marroquí ante Francia, explica la ocupación como una necesidad ante la posibilidad que estas personas se refugiaran en los territorios asignados a España al no estar todavía controlados, como Ifni y parte de Río de Oro, una idea clamada desde la prensa francesa y con eco en la española. Las líneas de puntos visibilizaban las rutas que podrían haber seguido los considerados rebeldes. A pesar de considerar la existencia de refugiados en la propia Ifni, eliminó cualquier atisbo de peligro (“Ifni, la misteriosa”, La Humanitat, 25-08-1933, p. 8).
El miedo a la respuesta del binomio España-Francia sería causa de tranquilidad. Además, seguía, la ocupación implicaba la práctica del derecho hispano al lugar y a la riqueza del litoral cercano, especialmente valiosas al contar con población española (Canarias). Enlazaba así las colonias como espacio defensivo de las ínsulas españolas, al tiempo que se potenciaba un futuro desarrollo comercial a través de los diferentes territorios. En el lado opuesto, había publicaciones como Nosaltres sols!, vinculado a Unió Catalanista. En su número del 12 de mayo de 1934, tildaba de “ignominiosa” el control a Marruecos, siendo la ocupación de Ifni una extensión del “imperialisme crònic dels conservadors castellans” (“L’enemic comú de Catalunya”, Nosaltres sols!, 12-05-1934, p. 2). Abiertamente izquierdista e independentista catalán, criticaba a los partidos dudosos utilizando Ifni como ejemplo de expansionismo castellano y, con ello, de los problemas que Madrid ofrecería ante cualquier petición de independencia.
El reconocido Diario de Barcelona, fundado en 1792, también publicó algunas opiniones más allá de las noticias oficiales. La Carta de Madrid redactada originalmente el 9 de abril de 1934, comentaba los temas tratados en la Junta permanente de defensa nacional que se había realizado días atrás (sábado 7). Uno de los asuntos fue Ifni. Aunque el desembarco del coronel Capaz fue el 6, el presidente Lerroux evitó en las declaraciones posteriores confirmar la ocupación, posiblemente al no poder asegurar la seguridad de las tropas. Cuando era preguntado por los rumores sobre Ifni, Lerroux hablaba de contactos y futuros intentos pacíficos y no sería hasta el día 9, mismo día de la carta analizada, cuando confirmó oficialmente la ocupación en La Hoja Oficial del Lunes. En este contexto se redacta la carta donde, a pesar de las mesuradas palabras del Gobierno, algunos participantes de la Junta buscaban imbuir al acontecimiento de un ambiente bélico, elemento que al autor no convencía (A., 11-04-1934: p. 4). Al día siguiente apareció una nueva misiva considerando la ocupación “la nota de actualidad más sobresaliente” de la temporada. Según su sensación, entre los políticos de Madrid la opinión había sido favorable debido a que, por compromisos internacionales, España debía ocupar Ifni y así ayudar a la seguridad del Marruecos francés (A., 12-04-1934: p. 4). En portada, la editorial del Diario de Barcelona fue dedicada a “La ocupación de Ifni” (“La ocupación de Ifni”, Diario de Barcelona, 12-04-1934, p. 3). En ella la catalogó de “éxito nacional” del presidente Lerroux, quien pidió al coronel Capaz tomar el territorio pacíficamente. Capaz es visto como “africanista de abnegado valor personal, y diplomático pacificador que sabe emplear sus prestigios e influencia entre los moros, en hacer de las lanzas cañas y concluir por vías conciliatorias lo que en ocasiones podría dar lugar a un “casus belli””. Capaz, apartado por Manuel Azaña, a quien catalogó de estadista y su periodo de “ominoso bienio”, sería seleccionado por el mismo Lerroux. Como puede observarse, el escrito tiene el objetivo no tanto de anunciar la ocupación de Ifni, sino de ensalzar la figura del entonces presidente del Gobierno en contra del equipo anterior. Aun esta mirada, el resto de la editorial muestra cierta precaución a la hora de asegurar la ausencia de peligros. Poco después, las escasas informaciones sobre Ifni son notas de prensa oficiales con alguna excepción como en agosto de 1935 donde se informaba del aterrizaje exitoso de un avión de LAPE en Ifni y su viabilidad como punto de aprovisionamiento en la línea Madrid-Sevilla-Canarias (“Noticias de Marruecos”, Diario de Barcelona, 1-08-1934, p. 30).
Por otra parte, las revistas satíricas tuvieron mayor margen de maniobra para criticar no sólo el acontecimiento del que informaban, sino de la propia sociedad. Este fue el caso de Gràcia-Rambles del 14 de abril de 1934. Un mapa ficticio con la nota “Una exposición clara de la situación d’Ifni” ubicaba la colonia a poca distancia de Toledo, Coll Blanc y Budapest, cerca del río Manzanares. Demostraba así el poco conocimiento que se tenía de la localización real del espacio ocupado y su interés para Cataluña. El texto asociado no sería para menos. A través de un viaje fantástico a Ifni donde el coronel Capaz no desembarcaba junto a otros militares, sino con dos bomberos, la mujer y el hijo de uno de ellos y un farolero. Una vez en la playa, en lugar de plantar la bandera española, ponían un brote de perejil y esperaron a que llegaran los Aït ba Amran con regalos tan variados como una peonza o un álbum de sellos. Entre los sellos estaba el propuesto para la nueva colonia: Un paisaje de Ifni donde en “primer terme hi ha una duna, damunt la duna un camell i dalt del camell el señor Lerroux vestit de moro.” (“Per a celebrar les festes de la República, el Govern ocupa Ifni”, Gràcia-Rambles, 14-04-1934, p. 4). A pesar de los regalos, el autor continúa indicando que los habitantes únicamente aceptan ser colonizados si los recién llegados trepan una palmera específica donde habita un mono. Como el coronel Capaz se excusa, sube el farolero hasta ver el animal. Después, cuando los Aït ba Amran se alteran, el oficial amenaza con llamar a Emiliano Iglesias Ambrosio, fundador en Barcelona del Partido Radical junto a Alejandro Lerroux. El surrealismo del relato aumenta cuando, una vez ocupado, se inaugura una horchatería y se anuncian dos futuras cervecerías y algunas infraestructuras. Para dejar un claro vínculo con sus lectores, les vincula al Estatut de Catalunya: “Hom procedeix ja a ensinistrar els indígenes a protestar de l’Estatut de Catalunya i a sabotejar la seva autonomia, i diu que avancen molt en l’aprenentatge.” Ifni sería así una ocupación que no aportaría nada y que desviaría la atención de asuntos más importantes para los lectores como el asunto del Estatuto y las políticas de algunos partidos nacionales para desmantelarlo.
De una manera similar, con un viaje imaginado, surgió el artículo satírico ya mencionado de L’Esquella de la Torratxa, “Les dretes s’apropen”. Se inicia manifestando que la información es veraz. Una delegación catalana encabezada por el obispo Irurita y Francesc Cambó fue enviada a Ifni para iniciar contactos con la población y establecer una colonia. Al ver los baamranis (gentilicio de Aït ba Amran) el barco, se alegraron pensando que eran figurantes de un circo ambulante mientras sus tripulantes se animaban. La situación cambia cuando pasan tres días y no se realiza la actuación esperada (“Les dretes s’apropen a Ifni”, L’Esquella de la Torratxa, 20-04-1934, p. 262):
Passaren tres dies, i veient que els indígenes que tot eren preparatius, anades i vingudes, però que la “troupe” no es decidia a actuar en la funció esperada, Guad Nun el capitost de Sidi-Inni es dirigí a en Cambó fent-li entendre, entre una barretja de bereber i castellà, que li xposés què hi havien anat a fer allá.
Ante la verdadera causa del viaje, los baamranis golpean a los recién llegados haciendo que sus miembros tuvieran dolores durante varios días fracasando así el intento de colonización. El artículo acaba indicando que todavía no se había realizado el mismo intento por parte de las derechas castellanas.
Se trata de una crítica abierta al mundo eclesiástico y político, especialmente del partido Lliga Catalana, dirigida por Francesc Cambó y al obispo de Barcelona, Manuel Irurita. Irurita, con el cargo desde 1930 a 1936, molestó al rotativo por ser carlista y anticatalanista chocando con la ideología de L’Esquella de la Torratxa (Robles Muñoz, 2015: p. 189). A lo largo de todo el relato, aparecen elementos que les desprestigian como miembros de Lliga Catalana dedicándose a perseguir mujeres con la excusa de convertirlas al cristianismo en vez de realizar una labor social o política, como indicaban los partidos colonialistas que defendían la acción colonial para ayudar al desarrollo de África y sus habitantes. Si bien el texto ofrece cierta agencia a los Aït ba Amran, pues actúan contra los colonizadores, en todo momento resulta un instrumento del discurso del autor. Los baamranis actúan con violencia. Además, las dos ilustraciones que lo acompañan muestran dos hombres que siguen el estereotipo del moro de pobreza y deshumanización a través de su físico y sus creencias (Martín Corrales, 2002; Mateo Dieste, 2017). El primero, vestido con chilaba, sonríe al barco que llega. Con un rostro excesivamente alargado y la tez negra, apenas parece humano, mientras el segundo, portador de un fez (no utilizado en Ifni) rezaba en dirección al sol, situado a su izquierda, dirección contraria a la Meca. Por tanto, la “pallissa” que recibió Irurita y Cambó no sería dada por otros conciudadanos, sino por personas vistas como inferiores, deshumanizadas, humillando aún más a los criticados.
Una semana más tarde, tratando del desfile de las fuerzas armadas por el aniversario de la República, atacó el imperialismo español en África, especialmente el de Ifni al ser el más actual: “Ara, la trompetejada ocupació d’Ifni és la represa de les activitats africanistes que tants èxits en costa; la inauguració de la temporada cívico-militar oferta a les cobejances en dejú i als abrandaments de traca i sidral” (Panical, 27-04-1934: p. 282). Crítico habitual de las formaciones de derechas, les vinculó a la ocupación aprovechando que se realizó durante el gobierno de Lerroux, olvidando el intento del periodo de Azaña. Tampoco dudó en criticar, en este caso por medio de la caricatura, la acción colonial como una herramienta para aumentar el poder de la Iglesia.
Para ello, el 20 de abril de 1934, Escobar (Josep Escobar i Saliente, conocido por Zipi y Zape) publicó una caricatura a dos viñetas. La primera mostraba un paisaje desértico, salpicado de palmeras correspondiente a la imagen que el autor tenía de Ifni. A su derecha, el pie afirmaba que se trataba del mismo escenario, pero cinco meses más tarde. El lugar se había convertido en una ciudad repleta de iglesias y un local llamado Los Faroles, referencia al local del mismo nombre inaugurado en 1929, ubicado en Montjuïc y conocido por sus bailarinas. Los personajes aparecidos en esta eran religiosos y, en el local, mujeres que saludaban animadamente a los primeros (Escobar, 20-04-1934: p. 260). Con ello, la colonización no supondría una mejora en la defensa de Canarias ni de las condiciones de vida de los Aït ba Amran, sino de las fuerzas vivas del país metropolitano a las que tanto criticaba L’Esquella de la Torratxa. De hecho, llama la atención la ausencia de población local en ambas viñetas, olvidando el dibujante su existencia.
El mismo medio publicó una caricatura de Valentí Castanys en la que, a la izquierda, aparecía un hombre con rasgos estereotipados de musulmán, similares a los representados en otros territorios, mientras que el personaje de la derecha mostraba rasgos identificados en la época como negroides (Castanys, 25-05-1934: p. 369). La disposición de los personajes, el pie de foto y el paisaje ofrecen pistas sobre quiénes podrían ser estas dos figuras. En el extremo izquierdo se distinguía una mezquita y una chumbera, elementos comúnmente asociados al territorio de Ifni. En contraste, junto al personaje encapuchado de la derecha no se representaba nada en particular.
El hombre de la izquierda aparecía fumando, lo que implicaría la existencia de un cultivo o, al menos, un comercio regular, sugiriendo que se trataba de una persona con un hábitat estable y sedentario. Por otro lado, el pie de foto aludía al conflicto de límites entre Francia y España sin considerar la opinión de los habitantes locales. Todo ello indicaría que el personaje de la izquierda era una representación estereotipada de Ifni, mientras que el de la derecha simbolizaba a un hombre nómada asociado con la zona bajo control francés, percibido, desde una perspectiva colonial, como un extranjero.
De manera novedosa, el medio señalaba en el pie de foto que el territorio africano estaba siendo dividido sin tener en cuenta a su población residente, un comentario inusual en la época. Sin embargo, el diseño de ambos personajes perpetuaba prejuicios heredados, como la pobreza atribuida a regiones desconocidas para los dibujantes, la diferencia en el calzado (uno descalzo y el otro no), o la representación del hombre de la derecha. Todo esto se publicaba en una revista que defendía el federalismo. En realidad, esta viñeta no reflejaba tanto la situación del Anti-Atlas como la de Cataluña, donde se estaba negociando el futuro del territorio sin tener en cuenta a su población residente, precisamente la audiencia que leía la publicación. Como puede observarse, las críticas de L’Esquella de la Torratxa estuvieron enfocadas en atacar a aquellos sectores a los que ya criticaban con anterioridad, siendo un mero instrumento de denuncia.

Ilustración 1. L’Esquella de la Torratxa, 25-05-1934, p. 369. Fuente: Arxiu de Revistes Catalanes Antigues (ARCA).
Contraria a la ocupación, pero con un objetivo de concienciación popular ante el imperialismo, sería El Bé Negre (Martínez Sanchis, 2019) que, por medio de la sátira, ridiculizaba las informaciones oficiales y cuestionaba las posibilidades económicas y sociales del acontecimiento. Aun así, no perdería la ocasión de sumarse a las burlas al presidente Lerroux tratándole de “conquistador de Ifni”, chanzas similares a “duque de Ifni” utilizados por otros medios (Alfonso, ex R., 30-05-1934: pp. 1-2). Debido a la gran cantidad de problemas que tenía Cataluña en ese momento, no dedicó muchos números a Ifni. No obstante, el ejemplar del 18 de abril de 1934 contó con diversas caricaturas y artículos en portada mostrando que el acontecimiento era lo suficientemente importante para situarlo en esa posición.
En la portada de su segundo número tras la llegada del coronel Capaz, Tísner (Avel·lí Artís) caricaturizaba la ocupación de Ifni dibujando al coronel sentado en un sillón sobre una playa desierta como el resto del espacio conquistado. Para demostrar más su argumento de pobreza e inutilidad, los dos únicos árboles que salpican el entorno estaban plantados en macetas, habían sido traídos por los propios militares españoles. Frente a Capaz, un soldado le saluda marcialmente (Tísner, 18-04-1934: p. 1). Con el título “A Ifni” y subtítulo “El coronel. – Aquí voldria veure en Vàchier!” no sólo dejaba clara su postura sobre la nueva colonia, sino dónde esperaba ver a políticos como el regidor Jaume Vàchier con quienes eran muy críticos en la revista. La última página contaba con otra caricatura, con rúbrica de Guasp (Ernest Guasp), donde un hombre se situaba con los brazos tras la espalda ante dos grupos que disparaban al aire. Uno era la guardia de asalto y en el otro aparecían pistoleros. Ironizando sobre las noticias oficiales que aseguraban una total tranquilidad en Ifni, mostraba los peligros que tenía Cataluña y la poca importancia que parecían darle desde las instituciones públicas.
Junto a las caricaturas, se publicaron dos artículos sobre el asunto. La sección “Amb el cor a la mà”, que satirizaba brevemente distintos problemas de actualidad (Solà, 1967), contó con un texto, un poema central y una de sus ilustraciones a tratar la ocupación. El documento es una burla con el nombre del coronel Capaz contado por un baamrani a su compañero. De pie ante un espacio desértico, con el único elemento de una palmera y un sol que observa al emisor, el ilustrador decidió imaginar a los dos hombres totalmente envueltos en sus ropajes, con su nariz y ojos como la única parte de su cuerpo visible recordando la vestimenta nómada muy utilizada en el imaginario popular sobre el beduino. Finalmente, el poema “L’oro, el moro i l’ocupació d’Ifni”, fue ilustrado con una caricatura de Lerroux poniendo la bandera republicana en un islote desierto salvo por dos palmeras y el cartel que indica el lugar. De manera irónica criticó las declaraciones del presidente del gobierno que, de manera optimista, hablaba de una Ifni rica y llena de posibilidades. Al mismo tiempo, se denuncia que el proyecto colonial buscaba recuperar el sistema previo a la pérdida de Puerto Rico en 1898, sin importar a los políticos las posibles consecuencias negativas derivadas de resistencias locales (“L’oro, el moro i l’ocupació d’Ifni”, El Bé Negre, 18-04-1934, p. 2):
A Ifni, el nostre decoro / Colonial –ho especifico— / Guanyarà l’oro i el moro / Igual que allá a Puerto Rico.
Així és que justifico / La invasió del país moro / si algú pica, jo bé pico, / i si ploren, també ploro.
Escrito por el periodista Francesc Madrid, ironizaba sobre las supuestas bondades de Ifni aduciendo a un anónimo africanista. En el mismo artículo, recreaba una entrevista al ministro Ramón Álvarez-Valdés donde explicaba que el objetivo del gobierno de Lerroux era retornar a un imperio similar al de Felipe II durante el siglo XVI. Utilizando el accidente de avión que conllevó la muerte de dos militares, Madrid pone en boca del ministro que “ha sido simplemente una prueba para demostrar que no era simple casualidad el que no hubiera habido más, sino capacidad del coronel del mismo nombre [Capaz] y, por consiguiente, del Gobierno”. El resto de la entrevista alababa la fertilidad de la tierra, la pesca y “las mujeres bellas”. Al final de la publicación narraba un viaje imaginado del mismo Francesc Madrid a Ifni. Allí, entrevistaba al coronel Capaz reiniciando el procedimiento realizado con Álvarez-Valdés, el uso de la ironía para destacar las incongruencias entre las supuestas bondades del territorio y la realidad. Así, por medio de la sátira y de personajes reconocibles por el lector, Francesc Madrid ridiculizaba la ocupación de Ifni y recordaba los aspectos más negativos que se habían conocido, como el accidente aéreo. Sin llegar a decantarse por ninguna opción, El Lliri Blanc inventó bromas ajenas a cualquier clase de crítica (“Les tropes espanyoles han ocupat Ifni”, El Lliri Blanc, 14-04-1934, p. 5; “Més sobre l’ocupació d’Ifni”, El Lliri Blanc, 21-04-1934, p. 3).
Por tanto, gran parte de las revistas satíricas catalanas se mostraron totalmente contrarias a la ocupación. Debido a su orientación política, aprovecharon la posibilidad de violencias en la zona para criticar al gobierno derechista de Lerroux. Otras publicaciones similares como El Lliri Blanc o la católica D.I.C. (Defensa dels Interesos Catalans) apenas se pronunciaron. La primera buscó una cierta neutralidad mientras la última se mostró abierta a la acción colonial, si bien de manera tibia.
Como puede observarse, en términos generales, los medios informativos, tanto en lengua catalana como española, no parecieron muy críticos frente a la ocupación de Ifni y sus consecuencias. Esto se debió al mayor interés de la prensa procolonial en dar a conocer las noticias sobre la ocupación y sus posibilidades, en contra de otros medios de comunicación más críticos que apenas ofrecieron datos. Aún la posición común de estos medios, surgieron matices entre ellos, fruto de las expectativas del nuevo territorio y de los acontecimientos pasados, especialmente la guerra del Rif y el fracaso de agosto de 1933. Desde La Vanguardia se defendió sin matices la acción colonial buscando desde 1931 argumentos para actuar de la manera más rápida posible. Muy similar sería la defensa de El Diluvio desde donde Dionisio Pérez recordó el legado colonial español en torno a las Canarias para promover la ocupación del noroeste africano. De manera excepcional, este medio viró completamente su posición ante la expansión colonial siendo originalmente defensora de esta y considerándose un año más tarde como enemiga de poseer cualquier territorio fuera de las fronteras españolas. Mayores matices tendría Diario de Barcelona y La Humanitat. Estando ambas a favor, mostraron cierta cautela ante posibles resistencias locales, aunque pronto se centraron en otros ámbitos.
Algunos medios actuaron como portavoces de críticas hacia lo sucedido en Ifni, utilizando estas informaciones para cuestionar a grupos de poder catalanes y españoles. En el mejor de los casos, se ponía en duda la utilidad de las medidas promovidas por el gobierno, instándole a priorizar asuntos considerados más urgentes. Sin embargo, la escasez de caricaturas o menciones sobre la colonia en comparación con otros temas tratados en medios de ámbito nacional sugiere que este asunto no fue percibido como especialmente relevante. Esto puede explicarse por el convulso contexto nacional e internacional de España en aquel momento, así como por la situación en Cataluña, donde importantes sectores luchaban por la autonomía.
Por otra parte, llama la atención la ausencia de fotografías en un periodo donde medios como ABC o Ahora las consideraban parte esencial de su trabajo. La ocupación de Ifni supuso la publicación de numerosas instantáneas como muestra de veracidad. Ahora, ABC, La Voz o Heraldo de Madrid contaron con ellas, al igual que con mapas que ayudaran al lector a situar la nueva posesión española. Los medios de comunicación catalanes decidieron no hacer uso de ellas. Esto puede deberse a las restricciones tomadas por el gobierno de Lerroux a los medios de comunicación. Hasta días después de la ocupación, cuando el Ejército contaba con ciertas garantías en Ifni, el presidente optó por ambigüedades y posteriormente limitó su acceso para controlar el flujo de informaciones y de posibles incidentes con los Aït ba Amran. Ahora, ABC o Heraldo de Madrid actuaron como colaboradores publicitando la acción colonial, obteniendo el privilegio de las exclusivas y limitando las opciones de la prensa catalana cuya única opción era evitarlas o recurrir a la reimpresión de fotografías ya publicadas.
Muy distintas fueron las revistas satíricas donde, si bien no se trató el asunto de manera continuada como en los medios de comunicación más tradicionales, no dudaron en imprimir un fuerte componente crítico pues consideraron la ocupación de Ifni como una actuación innecesaria al imaginarlo como un espacio desértico y aprovechable sólo para el bien del capital. El objeto de la crítica varió ligeramente en función del rotativo, pero en todo caso estuvo destinado a los poderes efectivos que, desde las plumas de sus escritores y dibujantes, consideraban que tenían intereses en la expansión colonial en África. Ilustraciones y caricaturas reforzaron la argumentación, llegando de manera más efectiva a sus lectores, acostumbrados a esa clase de críticas y abiertos a su opinión.
Por tanto, las distintas publicaciones, muy variadas ideológicamente, tuvieron un papel esencial a la hora de generar expectativas y enmarcar las noticias sobre un territorio como era Ifni que apenas conocían, tanto lectores como los mismos periodistas. Esta falta de información permitía imaginar el espacio ocupado y adecuarlo mejor a los fines del rotativo.
ALCALÁ GALIANO, P. (1878): Memoria sobre la situación de Santa Cruz de Mar Pequeña en la costa noroeste de África, Madrid, Imprenta de los señores Rojas.
BERTRANA, A. (2021): El Marroc sensual i fanàtic, Barcelona, Rata.
CASASÚS, J. M. (2015): “La prensa en català de 1868 a 1939”, Catalan Historical Review, 8, pp. 161-170.
CHECA GODOY, A. (2011): Prensa y partidos políticos durante la II República, Sevilla, Centro Andaluz del Libro.
FERNÁNDEZ-ACEYTUNO, M. (2001): Ifni y Sahara. Una encrucijada en la Historia de España, Valencia, Simancas.
GUILLAMET I LLOVERAS, J. (2022): El periodismo català contemporani: Diaris, partits polítics i llengües, 1875-1939, Barcelona, Institut d’Estudis Catalans. Secció de Filosofía i Ciències Socials, LIII.
MARTÍN CORRALES, E. (2002): “El nacionalismo catalán y la expansión colonial española en Marruecos: de la guerra de África a la entrada en vigor del Protectorado (1860-1912)”, en MARTÍN CORRALES, E. (ed.): Marruecos y el colonialismo español [1859-1912], Barcelona, Bellaterra.
— (2007): “La Conferencia de Algeciras en la prensa catalana: entre el pragmatismo económico de “La Vanguardia” y el imperialismo orsiano de “La Veu de Catalunya”, en GONZÁLEZ ALCANTUD, J. A. y MARTÍN CORRALES, E.: La conferencia de Algeciras de 1906: un banquete colonial, Barcelona, Bellaterra, pp. 219-252.
— (2022): “De Ifni a Sidi Ifni: la efímera y menguante colonia”, en MARTÍN CORRALES, E., PICH MITJANA, J. y PASTRANA PIÑERO, J. (eds.): De Ifni a Sidi Ifni. De factoría-fortaleza a ciudad-enclave, Barcelona, Bellaterra, pp. 19-55.
MARTÍN-MÁRQUEZ, S. (2011): Desorientaciones, Barcelona, Bellaterra.
MARTÍNEZ SANCHIS, Fr. T. (2019): El Bé Negre (1931-1936). El humor ingenioso de la intelectualidad catalana de izquierdas, Barcelona, Hacer.
MATEO DIESTE, J. Ll. (2017): “Moros vienen”. Historia y política de un estereotipo, Melilla, Instituto de las Culturas.
QUINTANA NAVARRO, F. (1986): “La ocupación de Ifni (1934): Acotaciones a un capítulo de la política africanista de la 2.ª República”, II Aula Canarias y el noroeste de África, Ediciones del Cabildo insular de Gran Canaria, pp. 97-124.
ROBLES MUÑOZ, C. (2015): La Santa Sede y la II República (1934-1939), Madrid, ACCI.
SOLÀ, Ll. (1967): El Bé Negre (1931-1936), Barcelona, Bruguera.
TOLL, G. (2021): El Diluvio y la prensa en la Segunda República, España, Icaria.
TORRENT, J. y TASIS, R. (1966): Història de la Premsa Catalana, Barcelona, Bruguera.
VAN DIJK: T. A. (2009): Discurso y poder, Barcelona, Gedisa.
(25-08-1933): “Ifni, la misteriosa”, La Humanitat, p. 8.
(8-09-1933): “Altra vegada al Marroc”, L’Esquella de la Torratxa, p. 579.
(2-09-1933): “Tramuntanades”, D.I.C., p. 12.
(10-04-1934): “La ocupación de Ifni. Nuestra resuelta oposición”, El Socialista, p. 1.
(10-04-1934): “L’ocupació de Sidi Ifni», La Humanitat, p. 1.
(11-04-1934): “De la ocupación del territorio de Ifni por el coronel Capaz”, El Diluvio, p. 16.
(12-04-1934): “La ocupación de Ifni”, Diario de Barcelona, p. 3.
(14-04-1934): “Les tropes espanyoles han ocupat Ifni”, El Lliri Blanc, p. 5.
(14-04-1934): “Per a celebrar les festes de la República, el Govern ocupa Ifni”, Gràcia-Rambles, p. 4.
(18-04-1934): “L’oro, el moro i l’ocupació d’Ifni”, El Bé Negre, p. 2.
(20-04-1934): “Les dretes s’apropen a Ifni”, L’Esquella de la Torratxa, p. 262.
(21-04-1934): “Més sobre l’ocupació d’Ifni”, El Lliri Blanc, p. 3.
(12-05-1934): “L’enemic comú de Catalunya”, Nosaltres sols!, p. 2.
(31-07-1934): “Ahora resulta que Ifni es una especie de paraíso”, El Diluvio, p. 17.
(11-08-1934): “Abd-el-Krim”, El Diluvio, p. 1.
(15-03-1935): “Ni dátiles, ni chilabas. Ifni”, El Diluvio, p. 1.
(1-08-1935): “Noticias de Marruecos”, Diario de Barcelona, p. 30.
A. (11-04-1934): “Carta de Madrid”, Diario de Barcelona, p. 4.
A. (12-04-1934): “Carta de Madrid”, Diario de Barcelona, p. 4.
ALFONSO, ex R. (30-05-1934): “La Corona d’Espanya”, El Bé Negre, pp. 1-2
BOFARULL (11-04-1934): “Recelos”, El Diluvio, p. 1.
BUIGAS, C. (8-09-1931): “De actualidad internacional. Discordias en el Norte”, La Vanguardia, pp. 5-6.
CARRASCO TÉLLEZ, J. (20-10-1932): “Marruecos, francoespañol. Tánger, Ifni, Río de Oro”, La Vanguardia, p. 5.
CASTANYS, V. (25-05-1934): Les fronteres d’Ifni, L’Esquella de la Torratxa, p. 369.
CASTROVIDO, R. (19-04-1934): “La garra de la soberanía”, El Diluvio, p. 1.
ESCOBAR (20-04-1934): “Colonització a l’espanyola”, L’Esquella de la Torratxa, p. 260.
MARSÀ, À. (9-06-1934): “Entre Francia y España. ¿Un Gibraltar en los Pirineos?”, La Vanguardia, p. 9.
PANICAL (27-04-1934), “A l’Àfrica, minyons”, L’Esquella de la Torratxa, p. 282.
PÉREZ, D. (2-02-1930): “¿El transahariano no será un ferrocarril español?”, El Diluvio, p. 13.
PÉREZ, D. (22-07-1930): “La influencia de España en el sur marroquí”, El Diluvio, p. 10.
PÉREZ, D. (19-07-1932): “La ofensiva contra Río de Oro”, Diario de Burgos, p. 1.
PÉREZ, D. (5-04-1933): “Peregrinación española. Los archipiélagos que fueron de España”, El Diluvio, p. 5.
PÉREZ, D. (18-04-1934): “Informaciones comentadas. De Ifni a Guinea, pasando por Liberia”, El Diluvio, p. 5.
PÉREZ, D. (12-04-1934): “De Ifni a Guinea, pasando por Liberia”, Diario de Burgos, p. 1.
ROIG GUIVERNAU, J. (16-01-1933): “Notes inèdites a un succés sensacional”, La Humanitat, pp. 4-5.
SILVIO (30-01-1934): “Tantarantan madrileño. En el Mediterráneo y en Marruecos”, El Diluvio, p. 1.
TÍSNER (18-04-1934): “A Ifni”, El Bé Negre, p. 1.
[1] Nota de información (1 de septiembre de 1934), Archivo General de la Administración, Fondo de África, caja 93.