DOI: https://dx.doi.org/10.12795/rea.2025.i49.09

Formato de cita / Citation: Perales-Vallejo, M.J., Hueso-González, P., & Ruiz-Sinoga, J.D. (2025). Methodology for the identification of priority areas for post-fire restoration: study of the Sierra Bermeja forest fire 2021. Revista de Estudios Andaluces,(49), 170-192. https://dx.doi.org/10.12795/rea.2025.i49.09

Correspondencia autores: mperales@asajamalaga.com (Manuel J. Perales-Vallejo)

CC BY-NC-SA 4.0.

Metodología para identificar áreas prioritarias de restauración post-incendio: estudio del incendio forestal de Sierra Bermeja 2021

Methodology for the identification of priority areas for post-fire restoration: study of the Sierra Bermeja forest fire 2021

Manuel J. Perales-Vallejo

mperales@asajamalaga.com 0000-0002-6567-3957

Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA), Málaga.

Calle Reñidero, 2. 29700 Vélez-Málaga (Málaga), España.

Paloma Hueso-González

phueso@uma.es 0000-0002-2554-0041

José Damián Ruiz-Sinoga

sinoga@uma.es 0000-0002-2303-0881

Departamento de Geografía. Instituto Universitario Hábitat, Territorio y Digitalización.

Edificio de Investigación Ada Byron (Módulo B). Calle arquitecto Francisco Peñalosa, 18. Facultad de Filosofía y Letras,
Ampliación Campus Teatinos, Universidad de Málaga. 29590 Málaga, España.

INFO ARTÍCULO

RESUMEN

Recibido: 17/07/2024

Revisado: 20 /12/2024

Aceptado: 26/12/2024

PALABRAS CLAVE

Gestión post-incendio

Incendio forestal

Sierra bermeja

Suelo

Teledetección

Zonas de actuación prioritaria post-incendio

El objetivo de este trabajo es desarrollar una metodología preliminar que permita identificar las zonas de actuación prioritarias en la restauración post-incendio en el incendio forestal ocurrido en Sierra Bermeja (provincia de Málaga) en 2021. El fuego afectó a un entorno serpentínico donde se produjo uno de los incendios más relevantes de las últimas décadas en la provincia de Málaga, con 8.401 hectáreas calcinadas. Para la delimitación de las zonas de actuación prioritarias, se han utilizado una metodología multicriterio que combina técnicas de teledetección, muestreo y analíticas de suelos y modelos para el cálculo de tasas de erosión. Todo ello integrado en un entorno SIG. Los resultados de la metodología propuesta arrojan que tres áreas de Sierra Bermeja presentan una importante severidad incendiaria y graves problemas de regeneración natural por su afección en suelos, cubierta vegetal y elevadas tasas erosión.

KEYWORDS

ABSTRACT

Forest fire

Post-fire priority action areas

Post-fire management

Sierra Bermeja

Soil

Remote sensing

The objective of this study is to develop a preliminary methodology to identify priority areas for post-fire restoration in the aftermath of the forest fire that occurred in Sierra Bermeja (province of Málaga) in 2021. The fire impacted a serpentine environment and was one of the most significant fires in recent decades in the province of Málaga, burning 8,401 hectares. To delineate the priority action areas, a multi-criteria methodology was employed, combining remote sensing techniques, soil sampling and analysis, and models for calculating erosion rates. All these elements were integrated into a GIS environment. The results of the proposed methodology reveal that three areas of Sierra Bermeja exhibit significant fire severity and face severe challenges in natural regeneration due to their impact on soils, vegetation cover, and high erosion rates.

1. INTRODUCCIÓN

En la actualidad, se evidencian condiciones climáticas desfavorables que aumentan el riesgo de incendios forestales en el sur peninsular y en el área mediterránea (Moreno et al., 2015). A pesar de la presencia de sistemas de extinción eficaces en España, anualmente estos medios se enfrentan a incendios prácticamente incontrolables, conocidos como GIFs (Grandes Incendios forestales), que abarcan áreas superiores a 500 hectáreas quemadas (Aznar, 2013). Por ejemplo, entre 1961 y 2011, Andalucía ha experimentado más de 200 de estos grandes incendios, siendo la provincia de Málaga especialmente afectada con más de 400.000 hectáreas calcinadas (Araque, 2013). Estas cifras subrayan la vulnerabilidad de la región frente a incendios de gran magnitud, a pesar de los esfuerzos implementados en sistemas de extinción.

Asimismo, es esencial tener en cuenta que las repercusiones post-incendio (problemas hidrológicos, arrastre de sedimentos, avalanchas y corrimientos de lodos, etc.) pueden ser, en ocasiones, aún más destructivas que el propio suceso incendiario (Lachowski et al., 1997). En consecuencia, resulta preocupante el riesgo que enfrentan los suelos de las regiones mediterráneas más áridas, ya que estos ecosistemas experimentan una marcada variabilidad estacional (Cortina et al., 2004). Esta situación puede resultar en la disminución de la fertilidad, la productividad y, en última instancia, la desertificación, especialmente en los ecosistemas forestales mediterráneos, donde las tasas de regeneración del suelo son mínimas (De Alba et al., 2003; García-Morote et al., 2015). Por consiguiente, es crucial planificar acciones forestales para restaurar la cobertura protectora del ecosistema y prevenir pérdidas significativas de suelo que podrían obstaculizar la regeneración natural (Ruíz-Gallardo et al., 2009).

No obstante, no toda la extensión impactada por el fuego exhibe una vulnerabilidad uniforme ante sus efectos. En realidad, los ecosistemas suelen estar adaptados para una recolonización, e incluso, pueden favorecer a determinadas especies (Turner & Romme, 1994; Bond & Keeley, 2005; Pausas & Keley, 2009). Por ende, habrá zonas en las que, por sus especiales características, las pérdidas de suelo serán mayores y la recolonización vegetal se verá dificultada (Ruíz-Gallardo et al., 2009). En este contexto, las técnicas de restauración post-incendio pueden mitigar la erosión y la degradación del suelo (Mintegui-Aguirre & López-Unzu, 1990), destacando la importancia de una evaluación precisa de la resiliencia de la vegetación tras el incendio. La urgencia de una gestión sostenible resalta la necesidad de identificar con precisión las áreas prioritarias de actuación, especialmente las vulnerables (García-Morote et al., 2015).

Tras un incendio forestal, se desencadena una respuesta compleja en los suelos y la vegetación, la cual está influenciada por la severidad e intensidad del fuego, así como por las características propias del ecosistema (Mataix-Solera & Cerdá, 2009). Por tanto, en este estudio, se considerará la severidad del incendio, el impacto y evolución de la vegetación, así como los efectos en los suelos y la erosión para definir las zonas de actuación. La determinación de la severidad del fuego es esencial para evaluar el riesgo de erosión en áreas afectadas. Anteriormente, este proceso se realizaba manualmente desde helicópteros o con fotografías aéreas, pero en la actualidad, se emplea el análisis de imágenes satelitales (Ruíz-Gallardo, 2004; Ramos-Zugiña, 2023). De manera similar, la evaluación de la vegetación se ha vuelto más eficiente mediante el uso de índices normalizados en imágenes satelitales, como el NDVI (Cabezas-Martín, 2020; Ibnousaih, 2021, Chura-Rayo, 2023). Por otro lado, para predecir la erosión y escorrentía superficial de los suelos, se utilizan varias técnicas, pero destaca el uso del modelo USLE/RUSLE implementado en la herramienta SIG (Sistema de Información Geográfica) para cuantificar y comparar los riesgos de erosión del suelo pre y post-incendio (Depountis et al., 2020; Yang et al., 2020; Valkanou et al., 2022; Gallegos-Reina, 2023; Mastrolonardo et al., 2024).

Por ello, en este trabajo se aplica una metodología basada en técnicas de teledetección, muestreo y analítica de suelos, y modelos de erosión integrados en un entorno SIG, con el principal propósito de realizar una propuesta de zonas de actuación prioritarias para el gran incendio forestal de Sierra Bermeja producido en el año 2021. Esto posibilita, en primer lugar, (i) evaluar los efectos posteriores al incendio, incluyendo el riesgo de erosión y la capacidad de regeneración, y luego (ii) identificar las áreas específicas donde actuar. Además, se pretende que la propuesta sea extrapolable a otros eventos similares, adaptándose a las particularidades de cada caso, así pues, se fundamenta en elementos fácilmente accesibles.

2. ÁREA DE ESTUDIO

El ámbito de estudio se encuadra en el incendio forestal (IF) producido el 8 de septiembre del 2021 en Sierra Bermeja (figura 1). Este sistema montañoso se ubica al suroeste de la provincia de Málaga, entre las comarcas de la Costa del Sol Occidental y la Serranía de Ronda. En particular, el IF afectó a un total de 9.640 hectáreas, de las cuales 8.401 hectáreas se encontraban dentro del límite de lo que se considera Sierra Bermeja; el resto de las zonas afectadas se ubicaban en el ZEC del Valle del Genal y las áreas periurbanas de Estepona. Además, es importante señalar que cumplió con las características propias de un incendio de sexta generación, con la conformación de hasta tres pirocúmulos, lo que dificultó la extinción y aumentó el riesgo para las poblaciones circundantes. De igual modo, el IF representó aproximadamente el 60% de la superficie quemada en toda la región de Andalucía en el año 2021.

La demarcación afectada por el IF se encuentra al oeste de Sierra Bermeja, en la cadena montañosa del Arroyo Horcajo y de Los Reales, una zona donde se encuentran unas cimas superiores a los 1.000 m.s.n.m, destacándose el pico de Los Reales (1.452 m) (figura 1). Presenta una topografía caracterizada por una serie de pendientes muy abruptas, en muchos casos superiores al 50%, y unos valles encajados con formas paralelas (Gómez-Moreno, 1989; Gómez-Zotano, 2003). Desde el punto de vista geológico, el área afectada por el IF se ubica en el sector interno de las Cordilleras Béticas, más específicamente en el Sistema Penibético. Conformado mayormente por materiales pertenecientes al complejo Alpujárride (Castillo, 2014), destacando la existencia de un gran afloramiento de materiales ultramáficos (peridotitas y serpentinitas), y, en menor medida, sedimentarios y metamórficos. La coloración rojiza distintiva de Sierra Bermeja se atribuye a la descomposición terrosa de los materiales ultramáficos, un fenómeno conocido como serpentinización que, a su vez, da nombre a este macizo montañoso. Además, se ponen en relieve procesos geomorfológicos relacionados con el viento, el frío y la lluvia, estos fenómenos producen unos modelados caracterizados por la erosión hídrica, fluvial y de vertientes. Por lo que, se observa un relieve con saltos de aguas y cascadas, y el encaje de ríos y arroyos sobre las laderas conformando valles paralelos y encajados (Zotano, 2014).

Figura 1. Localización y características topográficas del GIF de Sierra Bermeja del 2021. Fuente: elaboración propia a partir de cartografía obtenida del DERA (Datos Espaciales de Referencia de Andalucía), REDIAM (Red de Información Ambiental de Andalucía) e IGN (Instituto Geográfico Nacional).

En Sierra Bermeja, la interrelación de las condiciones climáticas, litológicas y ambientales desencadenan procesos químicos en los suelos, destacándose la meteorización de las peridotitas que conduce al proceso de serpentinización, del que participa más del 70% de la superficie afectada por el incendio. Estos sustratos presentan riqueza en arcillas debido a la meteorización del olivino, baja cantidad de cationes básicos, carencia de nutrientes esenciales y un elevado contenido de materiales pesados. En consecuencia, exhiben un carácter xerófilo y tóxico, generando una marcada susceptibilidad a la erosión (Yusta et al., 1985; Aguilar et al., 1997; Rufo et al., 2005; Mota et al., 2008; Garrido et al., 2014).

Las singulares características edáficas y litológicas han ocasionado una evidente influencia en la composición florística y faunística del área, albergando aproximadamente 40 especies endémicas. De las cuales, 24 especies endémicas han aparecido debido a los fenómenos vinculados con la serpentinización. Este hecho, ha llevado a la identificación de un subsector fitogeográfico único conocido como el “Subsector Bermejense” y que ha provocado la exclusión de la mayoría de las formaciones mediterráneas circundantes (Nieto et al., 1991; Alba et al., 2010; Hidalgo-Triana & Pérez-Latorre, 2016). Destacan las formaciones de Pinus pinaster var. acutisquama Boiss sobre peridotitas que son sustituidos en altitud por el único pinsapar ultramáfico del mundo (Bunio macucae-Abietetum pinsapi) (Rivas, 1974, 1979; Nieto et al., 1991; Pérez-Latorre et al., 2013 y 2014; Gómez-Zotano et al., 2014).

Finalmente, las especiales características edafológicas y litológicas han actuado como factor limitante para la actividad humana y agraria. A pesar de ello, su excelente ubicación geográfica no ha impedido la presencia de diversas civilizaciones a lo largo de la historia. Durante los siglos XVIII y XIX, adquirieron suma importancia las actividades relacionadas con la extracción de madera, resina y carbón vegetal. Sin embargo, la introducción del turismo a mediados del siglo XX provocó el abandono de estas actividades y la recuperación de la superficie vegetal (Gómez-Zotano, 2003). Este cambio ha propiciado un aumento de los incendios forestales, en ciertas ocasiones, de considerable magnitud.

3. MATERIALES Y MÉTODOS

3.1. Tratamiento de datos cartográficos y satelitales

Para el estudio se utilizaron capas vectoriales procedentes de la base de datos “Red de Información Ambiental de Andalucía” (REDIAM, Junta de Andalucía) y los Datos Espaciales de Referencia de Andalucía (DERA, Junta de Andalucía), para obtener información cartográfica sobre la situación geografía y características topográficas del área de estudio.

De igual modo, se ha empleado imágenes satelitales para detectar la severidad del incendio, los efectos y regeneración temprana de la cubierta vegetal de área incendiada. Las imágenes seleccionadas para este estudio fueron tomadas en 19/08/2021, 04/11/2021, 02/03/2022, 26/05/2022, 09/08/2022, 22/11/2022, 23/03/2023 y 06/05/2023. Las dos primeras imágenes satelitales fueron escogidas lo más cercana posible a la ocurrencia del incendio, buscando minimizar las diferencias de ángulo solar y fenología (Arellano et al. 2017). Por lo tanto, la imagen pre-incendio se escogió dos semanas antes que se produjera el GIF y la post-incendio 11 días después de declararse extinto. En cambio, las imágenes de los años 2022 y 2023 fueron seleccionadas para realizar una comparación y analizar cómo ha evolucionado la superficie quemada a corto plazo. Se ha trabajado, como mínimo, con una imagen satelital por etapa estacional, buscando evitar problemas fenológicos. Por ello, se planteó realizar un mosaico multitemporal y tratar las imágenes que tuvieran una influencia escasa o nula de la atmósfera (Stoffels et al., 2016).

Se optó por extraer imágenes procedentes del satélite Sentinel-2A, que se encuentran ofertadas por la plataforma de “Copernicus Open Access Hub”, y se obtuvieron con un nivel 2A de procesamiento (BOA, Bottom of Atmosphere), es decir, corregidas frente a los efectos atmosféricos y ubicándose los valores de reflectancia en la parte inferior de la atmósfera. Dado que el ámbito de estudio queda dividido en dos imágenes satelitales diferentes se aplicó un proceso de unión de imágenes con el software ArcGIS 10.8.2 (Licencia corporativa de la Universidad de Málaga), mediante la herramienta ‘Mosaico’ para más tarde aplicar los índices espectrales a través de “Calculate Raster”. Estos índices han sido el índice ΔNBR (severidad) y el índice Normalizado de Vegetación (NDVI) obtenidos mediante las ecuaciones mostradas en la tabla 1.

Tabla 1. Formulaciones de los índices espectrales.

Índices

Ecuaciones

Imágenes Satelitales

NDVI

(NIR – RED) / (NIR + RED)

19/08/2021, 04/11/2021, 02/03/2022, 26/05/2022, 09/08/2022, 22/11/2022, 23/03/2023 y 06/05/2023

ΔNBR

(NIR – SWIR) / (NIR + SWIR)

04/11/2021

Leyenda: Siendo NIR la reflectancia de la banda de infrarrojo cercano (8) y la RED la banda roja (4). Sin embargo, NIR representa la onda de banda 8A y la SWIR la 11. Fuente: elaboración propia a partir de Bisquert (2011) y Karl (2001).

Se utilizó el Índice Normalizado de Vegetación para evaluar la vegetación en el área de estudio mediante la respuesta espectral en infrarrojo cercano y rojo (Bisquert, 2011). El índice ΔNBR se empleó para evaluar las zonas afectadas por el incendio, utilizando infrarrojo de onda corta e infrarrojo cercano (Karl, 2001). La severidad del incendio de 2021 se determinó a través del índice de severidad, ajustado con trabajo de campo y una categorización espacial detallada según Lozano & Jiménez-Pinilla, 2013.

Finalmente, los intervalos de severidad empelados para representar el índice de área quemada ΔNBR son similares a los ofrecidos por el Servicio Geológico de Estados Unidos. Pese a que, los valores que se han empleado se encuentran condicionados por las características específicas de Estados Unidos, estos han sido estudiados en determinadas ocasiones en España, ofreciendo unos resultados acordes en la interpretación de la severidad post-incendio (Escuín et al., 2008; Martínez & Pérez-Caballero, 2015; Guillem-Cogollos et al., 2017).

3.2. Evaluación del estado edafológico

Teniendo en cuenta que los puntos de muestreo debían ser representativos y comparables de toda el área afectada por el GIF, las diferentes muestras de suelo se recogieron a partir de la delimitación territorial previa de los diferentes grados de severidad del incendio. De tal modo que, se han obtenido un total de 110 muestras superficiales de suelo, 35 muestras pre-incendio (año 2020) y 75 muestras post-incendio (25 por cada grado de severidad), recogidas entre enero y abril de 2022, con una profundidad de entre 0 y 10 centímetros. Asimismo, los principales grados de severidad diferenciados han sido los siguientes (Lozano & Jiménez-Pinilla, 2013):

Igualmente, para cada muestra se extrajo dos porciones de suelos, por un lado, una inalterada (dos cilindros de 100 cm³) y, por otro lado, una alterada (1 kilogramo aproximadamente). Las muestras de suelos se secaron al aire en laboratorio, después fueron tamizadas a 2 mm para separar la fracción fina de la gruesa. Las propiedades edáficas que se analizaron se corresponden con carbono orgánico (Método de calcinación; Guitián & Carballas, 1976), pH y conductividad eléctrica (solución suelo-agua desionizada (1:1) usando una solución tampón Crisol Micro CM 2200 y Crisol GLP 21, para conductividad y pH, respectivamente; Guitián & Carballas, 1976), estabilidad estructural (Método de tamizado en húmedo de Wet-Sieving; Kempler & Rosenau, 1986), porosidad (Relación entre volumen de poros y volumen total por picnometría; Van-Reeuwijk, 2002) y textura (Protocolo de tamización y sedimentación con Mastersizer 3000; Marañés et al., 1994).

Las diferencias estadísticamente significativas de las propiedades edáficas se han determinado utilizando el análisis de varianza (ANOVA). Indistintamente, el supuesto de homocedasticidad fue comprobado usando la prueba de Levene. Las diferencias entre los diversos grados de afección del suelo se determinaron mediante la prueba de Tukey. Durante todo el análisis, se estableció el límite de significancia p-valor≤0,05. Además, los análisis se realizaron mediante Paquete Estadístico para la Ciencias Sociales (SPSS, versión 28) para Windows.

3.3. Cálculo y análisis de las tasas de pérdidas de suelo anuales

En este estudio, se estimaron las pérdidas anuales de suelo (t ha-1 año-1) utilizando la Ecuación Universal Revisada de Pérdida de Suelo (RUSLE), un modelo ampliamente utilizado en investigaciones ambientales contemporáneas (Ghosal & Das Bhattacharya, 2020). La ecuación correspondiente se define de la siguiente manera:

A = R * K * LS * C * P

En la ecuación, “A” representa la tasa de erosión del suelo, expresada en toneladas métricas por hectárea (t/ha-1). Esta formulación integra la erosividad de la lluvia (R), la erosionabilidad del suelo (K), la longitud de la pendiente (LS), el grado de cobertura vegetal (C), y las prácticas de conservación del suelo (P).

La aplicación de esta permite una evaluación más precisa de los riesgos de erosión y facilita la implementación de medidas preventivas para la conservación del suelo (Ganasri & Ramesh, 2016). En esta investigación, se han estimado las pérdidas de suelo, tanto antes del incendio (2021) como después del mismo (2023), con el objetivo de evaluar los impactos del fuego en el proceso de erosión. Asimismo, se identificarán las áreas con una elevada susceptibilidad a experimentar procesos erosivos severos (> 150 t h-1año-1).