En el presente artículo se analiza el alcance metodológico y epistemológico del concepto de cambio de código (CC) según la teoría de la comunicación, prestándole especial atención a la noción de CC desarrollada por Álvarez Cáccamo. En primer lugar, se explica cómo se ha desarrollado la noción de CC a lo largo de la historia, centrándonos en el rol que ha jugado la pragmática en dicho proceso. En segundo lugar, se analiza críticamente la definición de CC propuesta por Álvarez Cáccamo. En último lugar, se analiza un caso extraído del corpus ESLORA para comprobar la pertinencia metodológica y epistemológica de dicha noción. En las conclusiones se muestra cómo esta noción es problemática debido a su carácter especulativo y arbitrario, incidiendo en la necesidad de recodificar tanto sus fundamentos como su aplicación práctica.
In this article we analyse the methodological and epistemological relevance of the concept of code-switching (CS) according to Communication Theory, focusing on the notion proposed by Álvarez Cáccamo. In the first place, we analyse the historical development of CS bound to Pragmatics. In the second place, we offer a critical approach to the definition of CS according to Álvarez Cáccamo. Finally, we analyse the methodological and epistemological relevance of this definition using one case from the ESLORA corpus. In the conclusions we offer information about the speculative and arbitrary nature of this notion, focusing on the necessity to reconsider its basis and practical application.
A lo largo de las últimas décadas, la noción de cambio de código (CC) o
En el presente artículo vamos a centrar nuestra atención en la relación existente entre el CC y la construcción de la identidad social y lingüística. Vamos a tomar como punto de partida la definición de CC propuesta por Álvarez Cáccamo. La reflexión de Álvarez Cáccamo es especialmente pertinente, puesto que en sus investigaciones intenta explicar qué función cumple el CC en los procesos de construcción de la identidad sociopolítica de los hablantes bilingües. En la primera sección de nuestro artículo vamos a analizar el desarrollo histórico del concepto de CC, centrando nuestra atención en los acercamientos teóricos más relevantes. Existen otros acercamientos interesantes al concepto de CC que, por motivos de espacio, hemos dejado fuera de nuestro análisis. Es el caso del trabajo de
Históricamente se ha considerado que el CC es un fenómeno característico de los hablantes multilingües. Ahora bien, la propia noción de hablante multilingüe está sometida a debate. Podemos asumir como punto de partida la propuesta clásica de Haugen (1953): una persona multilingüe es aquella que tiene competencias en más de un idioma, es decir, si es capaz de utilizar en una conversación elementos que proceden de los idiomas de los que posee competencias. En esta definición, fundamentalmente genérica, se inscribe la discusión sobre el CC, pero con un importante matiz crítico: los distintos estudios sobre el CC se han centrado en los pares de lenguas, en ocasiones próximas en términos tipológicos, que se hablan en distintas comunidades bilingües. Como afirma Shana Poplack en sus investigaciones Poplack ha estudiado, fundamentalmente, las prácticas discursivas de los hablantes bilingües puertorriqueños en los barrios de Nueva York. El cambio de código se establece, en este caso, entre el inglés y el español. Es especialmente significativo su artículo de 1980 “Sometimes I’ll start a sentence in Spanish Y TERMINO EN ESPAÑOL: toward a typology of code-switching”.
La génesis y el desarrollo del concepto de CC se basan, sobre todo, en las investigaciones desarrolladas por Jakobson. En su artículo de 1961, Jakobson entiende la noción de código como el mecanismo que permite la transmisión no ambigua de signos entre sistemas, normalmente con intención comunicativa. La noción de CC se encuadra pues en el ámbito del discurso: el CC se produce cuando un locutor de una lengua A cambia de variedad lingüística, es decir, cambia a una lengua B para decodificar, interpretar y entender un código emitido en dicha lengua B por otro locutor. De lo dicho podemos deducir que Jakobson identifica código con variedad lingüística. Esta afirmación plantea un problema: toda lengua o variedad lingüística implica por definición la existencia de un código comunicativo, pero dentro de cada variedad puede haber uno o más códigos. Es el caso, en el español actual, del código culto usado en el ámbito académico y del código informal utilizado en situaciones de la vida cotidiana, por citar dos ejemplos. Por este motivo, la identificación entre lengua o variedad lingüística y código es errónea, como apunta
Debemos puntualizar que Haugen, más allá de introducir una definición estandarizada de la noción de multilingüismo, apenas reparó en el CC como objeto de estudio. Como apunta Vázquez
La situación descrita por Auer no se ajusta necesariamente al contexto sociolingüístico de todas las comunidades bilingües, como es el caso de la gallega. Por mucho que históricamente Galicia no haya sido un territorio La
El desarrollo actual de la noción de CC está ligado al desarrollo del enfoque pragmático de los estudios lingüísticos. Uno de los primeros autores centrados en dicho desarrollo fue John J.
Para construir su teoría, Gumperz usa una definición de código no restringida: un código es un sistema lingüístico formado por una serie de elementos (reglas gramaticales, estructuras sintácticas, fenómenos fonéticos, rasgos prosódicos) que permite el intercambio de información en una interacción comunicativa. Dentro de esta noción entran tanto las lenguas como los dialectos y los registros lingüísticos. Cuando se produce un CC, el hablante usa dos sistemas lingüísticos diferenciados y diferenciables que tienen un cierto potencial de indexación, el cual deriva en una elección comunicativa: el hablante realiza una elección entre distintas opciones dependiendo del contexto enunciativo en el que se encuentre. Gumperz apunta que el uso de un cierto código en situaciones bilingües con CC está en ocasiones ligado a la noción de identidad lingüística. Por este motivo, el uso del CC nos da información sobre una dimensión dicotómica, la existente entre los conceptos “código-nosotros” ( Es el caso de los estudiantes gallegos de secundaria: en muchas ocasiones, los estudiantes gallegos hispanohablantes utilizan el gallego en los exámenes y actividades obligatorias escritas, por mucho que en clase se expresen en español. El motivo que determina esta decisión es que su profesor o profesora se expresa en gallego: cuando el gallego es la lengua vehicular de las sesiones pedagógicas presenciales, y todos los materiales utilizados están escritos y analizados en gallego, estos alumnos usan esta lengua de manera estratégica para hacer los ejercicios y los exámenes. Esta decisión, de corte utilitarista, no implica que su identidad sociolingüística se vea modificada.
La relación entre identidad social y uso del CC se ha convertido, a partir de las investigaciones de Gumperz, en uno de los temas centrales de la reflexión sociolingüística. Es el caso del trabajo de Wei Li. Li, en sus investigaciones (2005a, 2005b), ha propuesto una nueva noción de CC basada en el análisis discursivo. El acercamiento conceptual de Li se basa en la teoría de Austin: lo que le interesa a Li es analizar cómo se desarrolla la dimensión interaccional del lenguaje, una dimensión que se nos muestra a través de los procesos de negociación que se establecen entre los hablantes, y que dan como resultado un acuerdo —o desacuerdo— entre estos. Según Li, es importante establecer cuáles son las razones que explican los actos de los hablantes. Li presupone la existencia de una racionalidad instrumental compartida por todos los hablantes, la cual determina cómo estos hacen algo. Por este motivo, toda investigación sobre la conducta de los hablantes debería incluir una reflexión sobre dicha racionalidad, que es siempre instrumental, así como un análisis empírico de la relación “costo-beneficio”. La teoría de Li plantea un reto epistemológico claro, el de la correcta interpretación por parte del lingüista de la motivación de los hablantes. Como vamos a desarrollar en este mismo artículo al tratar la teoría de Álvarez Cáccamo, todo análisis subjetivo de los actos lingüísticos acarrea la existencia de un cierto psicologismo especulativo, el cual debilita los compromisos metodológicos de la propia ciencia lingüística: ¿Puede un investigador establecer correctamente cuál es la motivación de los hablantes para a continuación interpretar cómo estos se comportan? ¿Tiene el lingüista la capacidad de entrar en la cabeza de los hablantes para establecer con certeza cuáles son las causas que explican su comportamiento? ¿Cuánto de carga especulativa tiene este compromiso metodológico, y cuánto de certeza científica? Pese a estos problemas, Li considera con acierto que en todo estudio sociolingüístico debemos considerar distintas variables sin las cuales es imposible entender cuál es la motivación de los hablantes. La primera es la identidad de los hablantes, variable que engloba distintos elementos, tales como el género, la edad, la ocupación laboral y el perfil académico, así como el conjunto de normas sociales que condicionan su vida comunitaria. La segunda variable engloba las relaciones con todos los posibles actores sociales que intervienen en una conversación, bien sean estos amigos, familiares o personas desconocidas. De todas estas variables, la identidad social es uno de los factores más importantes que intervienen en los actos de habla. Esta variable influye no solo en la conducta lingüística producida en situaciones familiares de comunicación, sino que recodifica las relaciones que pueden existir entre el hablante y el investigador: el idioma que use el lingüista en una hipotética recogida de información en contextos culturales multilingües puede provocar que los informantes modifiquen su conducta lingüística de una cierta manera. Al mismo tiempo, Li destaca que en el análisis discursivo se deberían considerar factores tales como las relaciones de poder, los derechos y obligaciones de los participantes y el contexto institucional en el cual se producen las interacciones comunicativas, puesto que estos influyen en la toma de decisiones lingüísticas de los hablantes Esta afirmación resulta especialmente interesante desde el punto de vista de la interdisciplinariedad: Li Wei introduce la posibilidad de que el análisis del CC se abra al análisis de las relaciones de poder que subyacen en todo discurso. Este tema ha sido estudiado con especial atención por autores como Michel Foucault.
A. M. Williams, siguiendo a Auer (1995), considera que los roles sociales son un factor clave a la hora de entender cómo funciona el CC, pero no el único ( Williams ejemplifica esta conclusión a través del análisis de las distintas interacciones entre una madre y su hija, ambas residentes en los Estados Unidos. La madre es hablante de chino como primera lengua, y su nivel de competencias en inglés es limitado. La hija, por el contrario, es hablante de inglés como lengua habitual, y solo usa el chino en las interacciones con su madre. En una de las conversaciones analizadas, la hija, a través de un cambio estratégico del inglés al chino, intenta convencer a su madre de que esta pague los impuestos. Con este cambio consigue dos objetivos. El primero, marcar la identidad cultural de su madre, haciendo que su sentimiento de pertenencia a dicha comunidad se refuerce. El segundo, convencer a su madre de que el pago de los impuestos es necesario. En esta situación, pues, se usa el argumento identitario como mecanismo dirigido a conseguir un objetivo concreto dentro de un proceso de negociación conversacional (2005:327-328).
Williams basa sus esfuerzos analíticos en el modelo desarrollado por Carol Myers-Scotton, que pasa por ser uno de los esfuerzos teóricos más importantes basados en la pragmática como medio para estudiar el CC (
Como hemos analizado hasta ahora, tanto Li como el resto de los autores introducidos consideran en sus investigaciones la necesidad de atender tanto a la dimensión micro como a la dimensión macro. El lingüista alemán Peter Auer comparte este posicionamiento como base teórica del CC. Auer relaciona la discusión teórica sobre el CC con la problematización relativa a la Alternancia de Lenguas (AL). Según Auer, existen dos tipos de AL. El primero, la Podemos pensar, a modo de ejemplo, en la siguiente situación: un hablante de español que vive en Finlandia y que ha desarrollado buenas competencias en finés, en situaciones específicas, tales como una consulta en el médico, podría recurrir al inglés para introducir alguna palabra cuya forma en finés desconoce. Una vez introducida dicha palabra en inglés, el hablante volvería al finés como lengua de comunicación.
Álvarez Cáccamo propone un acercamiento al concepto basado en la teoría de la comunicación. Este autor considera que el CC es un fenómeno que se produce siempre en un entorno bilingüe: la existencia del CC presupone la existencia de al menos dos lenguas en contacto que cohabitan en un mismo territorio (
Álvarez Cáccamo señala que la perspectiva relacional macro de la sociolingüística cuantitativa no es capaz de explicar los cambios en la conducta sociolingüística de una comunidad (1987: 127-130). Los autores que han optado por esta línea de investigación ofrecen análisis descriptivos en los que enumeran los rasgos gramaticales, sintácticos, fonéticos y prosódicos de alguna lengua en contacto, pero sin explicar cómo funciona el proceso de sustitución lingüística. Este enfoque metodológico y epistemológico se desentiende, en consecuencia, de los procesos cognitivos que intervienen en la toma de decisiones lingüísticas. Autores como Guillermo
En lugar de este acercamiento relacional macro, Álvarez Cáccamo propone aplicar una perspectiva metodológica micro, característica de la etnografía del habla y de la comunicación (1987: 127-130). Según esta perspectiva, toda sociedad es un sistema de interacción y comunicación. Esto implica, en términos sociolingüísticos, la necesidad de estudiar los usos lingüísticos de los hablantes en sus relaciones con las actividades sociales relevantes o de prestigio en un contexto social dado. El desarrollo de esta perspectiva metodológica exige recodificar algunas nociones. Es el caso de la noción de código lingüístico, que pasa a ser concebido como el conjunto de rasgos léxicos, gramaticales, fonéticos y prosódicos que posibilitan la comunicación entre los hablantes. Todo código es un sistema simbólico que posibilita la construcción de un repertorio lingüístico en el seno de una comunidad de habla. Por este motivo, todo código lingüístico se recodifica como código comunicativo. Álvarez Cáccamo también recodifica la noción de código de habla, que pasa a hacer referencia al conjunto de reglas compartido por un grupo de hablantes con el que se realizan e interpretan actos de habla. Esta noción nos permite relacionar la categoría de habla con las estructuras sociales, puesto que los hablantes de una lengua dada aprenden el idioma siempre en un grupo social concreto. El aprendizaje en contextos bilingües implica la existencia de una serie de valores políticos e ideológicos que influyen tanto en dicho aprendizaje como en el uso de las lenguas aprendidas. El análisis de los procesos de adquisición nos exige reflexionar, pues, sobre el contexto sociopolítico en el que se hablan las lenguas en contacto, puesto que los valores sociales relacionados con cada lengua determinarán cuál de ellas es la elegida por los hablantes para comunicarse. Dentro de este marco de acción podríamos considerar, por ejemplo, la movilidad social y laboral como factor que influye en la lengua utilizada por los hablantes. Este análisis nos dará información sobre cómo se producen los conflictos lingüísticos propios de un territorio bilingüe.
Las teorías clásicas del CC han propuesto, como punto de partida, la identificación entre código y variedad lingüística, como hemos indicado al principio de este artículo. La noción de variedad lingüística, como hemos visto, engloba tanto a una lengua como a un dialecto o registro. Álvarez Cáccamo propone una revisión de la noción de CC basada en la no identificación entre código y variedad lingüística. Según Álvarez Cáccamo, esta relación de identidad no funciona: si todo código fuese una variedad lingüística, todo código implicaría la existencia de una identidad social definida y característica. En todo proceso de alternancia de códigos debería producirse, como resultado, la alteración de estas identidades, cosa que en muchos casos no ocurre. Un hablante gallego como primera lengua que posee una identidad lingüística concreta, la propia de los hablantes de gallego, no cambia de identidad cuando deja de hablar gallego para hacerlo en español. Dicho hablante pasa de hablar en gallego a hablar español en gallego, parafraseando al propio
Para solucionar este problema Álvarez Cáccamo propone una recodificación de la noción clásica de CC, ahondando en su dimensión pragmática. El CC deja de ser un fenómeno estructural para convertirse en un fenómeno comunicativo. Esta ruptura conceptual exige, como consecuencia, una redefinición de los propios conceptos de código lingüístico y de variedad lingüística. Según Álvarez Cáccamo, el código lingüístico es relativamente independiente de la lengua. Es un procedimiento general que permite que los hablantes reciban e interpreten las intenciones lingüísticas de los hablantes. Con variedad lingüística, al contrario, se hace referencia al conjunto de elementos lingüísticos que son activados selectivamente por los códigos lingüísticos en los procesos comunicativos. En este sentido, un mismo código lingüístico puede provocar que se activen distintas variedades lingüísticas Álvarez Cáccamo propone un ejemplo controvertido para ilustrar cómo funciona la relación entre el código y la variedad lingüística, así como para mostrar cómo influye la identidad social ligada a la lengua en los procesos de sustitución lingüística. Un
Lo resaltable de la noción de CC propuesta por Álvarez Cáccamo es que con ella hace referencia al procedimiento en el cual se produce un cambio de código comunicativo que, al final, puede derivar en una alternancia de lenguas. El propio código lingüístico remite a tres códigos diferenciados que operan como factores de cambio. Estos códigos son los códigos situacionales, los códigos de actividad y los códigos ilocucionarios. Los códigos situacionales establecen cuál es la lengua de uso preferible en un contexto social dado. Este conjunto de códigos se reconfigura como la función que relaciona elementos de nuestro mapa cognitivo con distintas señales comunicativas. A través de estos códigos se establece, por ejemplo, cuál es la variedad lingüística apropiada en un encuentro social. Los códigos de actividad, por su parte, son aquellos que influyen en el desarrollo de la actividad comunicativa en proceso, provocando un posible cambio de código. Estos códigos remiten a la función que opera sobre el discurso en marcha, y que sirve para organizar la identificación entre las intenciones de los hablantes con el contexto en el que se desarrolla dicho discurso. Por último, los códigos ilocucionarios —siguiendo los parámetros establecidos por Austin— influyen en la negociación existente entre los locutores, haciendo del CC un fenómeno de recontextualización que provoca cambios en los procedimientos globales que usamos para indicar las intenciones comunicativas.
Como acabamos de establecer, el CC es, según Álvarez Cáccamo, un fenómeno comunicativo, no estructural. El CC se concreta siempre como un fenómeno discursivo interaccional. Para entender correctamente su funcionamiento debemos analizar el espacio de los actos ilocutivos, pero también el objetivo comunicativo de las expresiones y los valores indexados en el discurso. Por este motivo debemos diferenciarlo de la AL, que sí es un fenómeno estructural: las necesidades de interacción social producen cambios en los códigos comunicativos. En esto consiste, esencialmente, el CC.
Ahora bien, entre el CC y la AL se establecen relaciones y distintas posibilidades combinatorias. Todos los ejemplos discursivos propuestos son propios.
CC con AL: la AL desempeña un rol de clase en la recontextualización de la situación, y también en la identificación de identidades sociales no destacadas previamente en la situación de enunciación. Cuando un locutor desea provocar una reacción en su interlocutor, transformando los valores sociales indexados en el uso de una lengua, introduce en su discurso el CC con la AL. Es el caso de un hispanohablante de Galicia que integra palabras y expresiones en gallego en su discurso con una intención dirigida y premeditada. Consideremos la siguiente situación hipotética:
Locutor 1: Creo que no, que al final todo quedó en nada. Como no tenía dinero, no pude comprarme el coche.
Locutor 2: Claro que te entiendo,
El primer locutor introduce la expresión vocativa en gallego
AL sin CC: se produce en aquellas situaciones descritas por Gumperz con la noción de “Code-switching style”. En estas situaciones, los hablantes incorporan en sus discursos en una lengua A expresiones o léxico que proceden de una lengua B. Las lenguas A y B son normalmente lenguas habladas en un mismo territorio. En el caso gallego, la existencia del
Locutor 1: Teño
[Tengo quinientos euros en el banco. Podría comprar con ellos cien conejos]
Locutor 2: Como moito
[Como mucho podrás comprar una pareja]
Los locutores incorporan en sus discursos formas léxicas incorrectas en gallego normativo. Es el caso de
Locutor 1: Antonio me puso su perro ayer en el
Locutor 2: Es que Antonio es medio
CC sin AL: se produce un CC sin que haya AL cuando un hablante usa ciertos recursos para recontextualizar su discurso e indexar en él distintos valores sociales. Esto ocurre, por ejemplo, cuando un hablante de una lengua A usa la prosodia de una lengua B en su discurso, o cuando este mismo hablante se sirve de gestos y otros elementos paralingüísticos para transmitir una carga significativa e intencional a través de su discurso.
Ni CC ni AL: se produce cuando un locutor se expresa propiamente en una lengua A dada, sin que haya ningún tipo de interacción o relación con otra lengua. Estamos en situaciones en las que se produce un discurso netamente unilingüe.
13 a campanha de qualquer jeito é da conselheria de pesca ↑
14 *n:ós o que fazemos é levá-lo →
15 cada vez que vamos fora de galícia →
16 com a festa do marisco →
20 é levar esse folhetinho →
21 para que a gente: →
22
23 e- *qual é o marisco galego →
24 do marisco que vem de fora →
27
28 indam que:: →
29 o certo é que uma vez que o provem:: →
30 não hai duda ↓ no ?
31 YV ehheh ↑
Hemos destacado las líneas más importantes de la conversación analizada por Álvarez Cáccamo. Las líneas 22 y 27 son, en el contexto de nuestro análisis sobre el uso del CC, especialmente significativas. En la línea 22, el entrevistado hace un uso correcto de la tercera persona del singular del presente de subjuntivo del verbo
Esta conclusión es problemática porque se basa en dos presunciones que, en términos argumentales, parecen incurrir en dos falacias por petición de principio. La primera de estas en la presunción epistemológica: Álvarez Cáccamo asume que el locutor Xan Casal es perfectamente bilingüe en gallego (lengua A) y en español (lengua B). Por este motivo, el locutor es capaz de pasar de una lengua A a B de forma natural, y respetando siempre los códigos normativos de ambas lenguas. Este respeto implica que el locutor es capaz de codificar y de integrar las estructuras de la lengua A para relacionarlas con sus equivalentes de la lengua B, y de esta forma integrarlas en su discurso a través del CC. Casal usa la forma verbal
La segunda presunción introducida por Álvarez Cáccamo es de tipo sociopolítico: además de ejercer de analista sociolingüístico, el lingüista se convierte en intérprete de la motivación política de los hablantes. Como hemos indicado, Casal usa la forma verbal española
Para contrastar la aparente debilidad de teoría de Álvarez Cáccamo, vamos a utilizar su concepción del CC en el análisis de un segundo ejemplo. Hemos elegido una entrevista recogida en el corpus para el estudio del español oral ESLORA con el código SCOM_H13_012. En el corpus ESLORA, desarrollado por la Universidade de Santiago de Compostela, se recopilan distintas entrevistas realizadas en el área municipal de la capital de Galicia. La entrevistadora es una mujer de 28 años que posee un nivel educativo alto. Al inicio de la entrevista, esta le explica al informante que la entrevista será íntegramente en español. Al mismo tiempo, la entrevistadora le explica también al informante que la entrevista sería semidirigida: más allá de ciertas puntualizaciones o preguntas concretas, el informante tiene libertad para contar lo que considere oportuno. El informante es un joven de 21 años que en el momento de la entrevista está estudiando periodismo en la Universidade de Santiago de Compostela. El idioma que ha adquirido como primera lengua es el español, lengua que sigue usando con sus padres, pero desde los 19 años, edad en la que empezó a estudiar en la universidad, se expresa en gallego como lengua de uso cotidiano. El informante es, pues, un
En nuestra transcripción hemos optado por usar barras laterales para indicar las pausas. Hemos optado también por indicar con flechas solo las curvas ascendente (↑) y descendente (↓). En todas aquellas partes del discurso marcadas separadas por barras laterales sin la presencia de flechas se sobreentiende la existencia de un continuo entonativo. Los dos puntos indican la presencia de un discurso directo, el cual se representa entre comillas (“”). Las risas enmarcadas entre corchetes (<>) indican que la entrevistadora o el informante se ríen abiertamente por algún motivo. Con dos puntos suspensivos (..) indicamos la presencia de una palabra o frase entrecortada que no se ha pronunciado en su totalidad. Con el código H2 indicamos las frases pronunciadas por la entrevistadora, y con el código H1 las frases pronunciadas por el informante.
Hemos seleccionado cinco fragmentos de la entrevista. En el primero, el informante reflexiona sobre sus hábitos de ocio. En este caso, nos habla sobre la edad en la que empezó a fumar:
H2: ¿y hace mucho que fumas? ↓
H1: eh / fumo / bueno tengo veintiún años ↓ / de hace / en serio en serio cuatro años cuando me puse una época a trabajar a trabajar pero antes / ya / lo típico / las típicas tonterías de ay el cigarrito ay de noche qué guays somos ↑ / ay / vamos al baño / y estas / trangalla.. / tonterías de niño pequeño pues lo haces ↓
En la parte final del fragmento el informante introduce una palabra en gallego que no llega a completar,
H1: claro es / es decir opinión / es decir me imagino que no estaréis en clase diciendo monja monja ↑ / <risa> / monja mona / porque si no si ↓
H2: bueno / a ver / un poquito más complejo ¿no? ↑ / <risa> / es el asunto, pero / no / solamente en primero / después ya pasamos a otras palabras ↓
H1: porque si es ↑ / <risa> / así me / sí que me equivoqué de carrera / y me vuelvo a cambiar ↓
H2: ↑ ¿y estás contento entonces / en Periodismo? ↓
H1: eeh estáse ben ↓ / eeh sí / se está bien ↓ / es un / es un sitio simpático ↓
El informante y la entrevistadora hablan en este fragmento sobre el trabajo que hacen cada uno de ellos en sus respectivas facultades. La entrevistadora es estudiante de Filología Hispánica, y el informante de Periodismo, como ya hemos indicado. Previamente, el informante ha explicado que empezó a estudiar la carrera de Historia, pero que la abandonó por falta de interés y motivación para pasarse a la de Periodismo. La última frase pronunciada por el informante empieza con una frase en gallego,
Ahora bien, esta reflexión está determinada por nuestra propia interpretación: cierto es que, si aplicamos los criterios formulados por Álvarez Cáccamo, parece que en estos dos ejemplos estaríamos delante de un CC. Pese a todo, esto no deja de ser una lectura subjetiva que podría ser falsada por el propio hablante. En este caso, es posible que el hablante simplemente se haya dado cuenta de que ha introducido palabras o frases en gallego en su discurso, y que este sea el motivo por el que se corrige, sin que exista ningún tipo de intención o motivación sociopolítica. De ser así, el aparente CC se convertiría en una AL sin CC. Podríamos afirmar, en este sentido, que nuestra interpretación se mueve en el terreno de la pura especulación, con lo que estaríamos cayendo en la petición de principio de base psicologista definida al principio de este apartado.
El siguiente párrafo parece corroborar esta afirmación. Recogemos solo parte del discurso del informante, en el que recuerda sus experiencias como estudiante de Historia:
H1: los primeros meses en la facultad con todo eso / después de venir de Historia aunque no fuera mucho a clases pues me / quedé como diciendo /: “bueno / tal” ↓ / y se notaba en los profesores que venían de fuera / que decían ↓ /: “pero, ¿os podéis callar? ↑ no sé qué pero / ¿dais clase así?” ↑ / non sei que ↓ / Teníamos una de Economía que estaba muy crucificada y estaba / se ponía muy nerviosa con nosotros ↓
En este caso, el informante usa una frase en gallego (
El siguiente fragmento ahonda en esta problemática. En él, el informante y la entrevistadora siguen hablando sobre sus hábitos de ocio, centrándose en su estación preferida del año:
H2: sí / ya sé lo que me quieres decir / pero ↓
H1: para gustos pintan cores ↓ / que se diría en / gallego ↓ es decir ahí por / bueno en castellano es más o menos igual también ↓ / ¿no? ↑ / pues eso / es decir / yo prefiero el invierno ↓
En la primera parte de la intervención del informante nos encontramos con un aparente CC en gallego: para
El último fragmento que hemos seleccionado de esta entrevista del ESLORA sigue siendo problemático en términos puramente especulativos:
H1: ¿sabes donde están los únicos baños públicos de toda la zona vieja? ↓ ¿no? ↓ / por ↓
H2: en la Alameda había unos ↓
H1: en la Alameda / efectivamente ↓ / eso mmm ya no me acordaba pero de los bajos de Rajoy.. / de Raxoi / de Raxoi del Palacio de Raxoi ↓ / donde está la policía local ↓
En este fragmento, el informante y la entrevistadora hablan sobre la vida nocturna de Santiago de Compostela. En un cierto momento, empiezan a hablar sobre la escasez de servicios en el casco viejo de la ciudad. El fragmento es relevante porque introduce un posible CC relacionado con la toponimia. El informante interrumpe la referencia a la sede oficial del ayuntamiento de Santiago de Compostela tras darse cuenta de que lo ha castellanizado. En la
En el presente artículo hemos intentado problematizar la concepción que Álvarez Cáccamo tiene del CC. Lo hemos hecho reflexionando en primer lugar sobre el desarrollo histórico de este concepto para, a continuación, reflexionar sobre la pertinencia y viabilidad epistemológica de la definición propuesta. Como hemos señalado, esta concepción es relevante porque responde a una necesidad teórica importante, la de ampliar el significado del concepto estableciendo un nuevo marco teórico para su desarrollo. Cabe señalar, en este sentido, que la investigación de Álvarez Cáccamo es especialmente relevante porque intenta explicar cómo funciona el uso del CC desde el punto de vista de la construcción discursiva de la identidad social de los hablantes. En su análisis, Álvarez Cáccamo plantea un acercamiento performativo a dicha noción, rechazando cualquier apuesta por el análisis descriptivo. Este enfoque es especialmente significativo porque la propia noción de identidad hace referencia a una realidad cambiante que está sometida a distintos factores, siendo el lingüístico uno de los más importantes. Un análisis cuidadoso del CC nos puede dar información relevante sobre cómo se construye la dimensión identitaria de los hablantes. En este sentido, los esfuerzos desarrollados por la sociolingüística podrían completar los hallazgos de otras disciplinas, tales como la sociología o la antropología social.
Ahora bien, la noción desarrollada por Álvarez Cáccamo plantea una serie de retos metodológicos y epistemológicos que no podemos obviar. Como hemos intentado demostrar a través de nuestro análisis práctico, esta noción tiene una fuerte base especulativa que, en ciertos casos, podría conducir al investigador a un cierto solipsismo interpretativo. Según este modelo, el lingüista se convierte en el intérprete de las intenciones indexadas en el discurso por parte del hablante, como ocurre en el análisis práctico de las formas verbales