Aḥmad b. Qāsim al-Ḥayarī. Kitāb nāṣir al-dīn ‘ala ’l-qawm al-kāfirīn (The supporter of religion against the infidel). General introduction, critical edition and annotated translation, re-edited, revised, un updated in the light of recent publications and the primitive version found in the hitherto unknown manuscript preserved in al-Azhar by P. S. van Koningsveld, Q. al-Samarrai, and G. A. Wiegers. Fuentes arábico-hispanas 35. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2015, 335 pp. ISBN: 97884001001000.
La reedición del presente volumen supone una actualización de aquella primera versión del año 1997 desde varios puntos de vista. Por un lado incluye una actualización de primer orden de la enorme bobina biobibliográfica que el personaje provocó y por otro se reproduce un nuevo manuscrito con la versión primitiva del tratado.
La primera edición del texto, del año 1997, supuso un antes y un después en el estudio de al-Ḥayarī y su obra. Esta nueva edición lo confirma. Así, en la primera parte (General Introduction), se confirma que de aquellas primeras referencias europeas y marroquíes del siglo XVIII sobre el autor y su obra, que no pasaron de ser apuntes peregrinos, en apenas veinte años han salido a la luz textos y documentos traducidos por al-Ḥayarī, se le ha intentado identificar con Sidi Hamete Benegeli y hasta ha merecido ser el protagonista de una novela histórica.
Al-Ḥayarī nació en Hornachos (Badajoz) a partir de 1569; manejaba a la perfección el árabe, el español, el portugués e incluso se defendía en francés. Antes de abandonar la Península pasó un tiempo en Madrid y en Granada sin que sepamos cuál fue su oficio ni su beneficio durante este periodo, aunque tenemos constancia de que tradujo textos y mantuvo una estrecha relación con los libros plúmbeos hallados durante la demolición de la torre Turpiana (demolida el 18 de marzo de 1588). De Granada se dirigió a Sevilla en 1610 para embarcarse en el Puerto de Santa María camino de Ceuta. Se asentó en Tetuán primero y en Rabat-Salé después. De ahí se trasladó a Marrakech donde consiguió un puesto de secretario y turjumān del sultán. Allí le sobrevino la noticia de la expulsión de los moriscos y marchó un par de años después con un grupo de ellos camino de Francia, donde entró en contacto con distintos intelectuales europeos con los que mantuvo ya siempre una estrecha amistad, como el caso del arabista Thomas van Erpe (conocido como Erpenius) y alguna otra celebridad local. Entre 1612 y 1613 dejará París y viajará a los Países Bajos, donde entrará en contacto con los judíos sefardíes (véase el poco explotado capítulo 10); visitará Leiden y La Haya sin que conozcamos a ciencia cierta el motivo de este viaje; de las tres posibilidades, quizá sea la invitación de Erpenius la más convincente. En 1627 regresa a Marrakech, recupera su puesto en palacio y mantiene una interesante relación intelectual con sus amigos y colegas europeos, destacando el envío de una copia de Leiden del Kitāb al-musta‘īnī del sabio judío almeriense Ibn Buqlāriš. Una década después decidió peregrinar a La Meca aunque pasó un tiempo en El Cairo, donde redactó el texto del manuscrito que se reproduce en este volumen. Se asentó un tiempo en Túnez, donde ejerció como traductor y así se fue perdiendo el rastro de al-Ḥayarī cuando rondaba ya los ochenta años de edad. En las páginas 67-70 se examina el perfil religioso del autor.
La edición del texto es diplomática y se basa en un manuscrito autógrafo. Hemos de agradecer lo fácil que resulta su lectura. Incluye notas a las variantes de otras copias, una fragmentaria de París y otra completa de la Universidad de al-Azhar, ambas producto de escriba, si bien, esta última fue supervisada por el propio al-Ḥayarī. La copia de la Universidad de al-Azhar que ahora se incluye refleja la primera versión del texto y así, el resultado final nos muestra el proceso de creación, elaboración y transmisión del texto de forma muy profesional. Sin duda, la opción de reproducir la copia es la más sincera por parte de los editores. Hemos, por tanto, de felicitar a los editores por esta nueva reedición aumentada, revisada y con tres apéndices: edición y traducción del Kitāb al-mawāhib al-ṯawāb, la versión castellana del Kitāb nāṣir al-dīn y la reproducción facsímile del manuscrito de la Universidad de al-Azhar.
Tan sólo he encontrado algo en este volumen que me ha llamado la atención negativamente y que como andaluz quiero reivindicar: no entiendo esa corriente anglosajona de denominar ‘Andalusians’ a los andalusíes (por igual a judíos y musulmanes), una cultura extinta y pretérita, con su propio nombre -‘Andalusis’- y que nada tiene ya que ver con el término empleado en la actualidad para referirse a los ocho millones que actualmente poblamos la Comunidad Autónoma de Andalucía. Para algunos este apunte quizá carezca de importancia, pero es eso, un anacronismo que sólo consigue afear un trabajo bien hecho. En todo caso, insisto en que hay que celebrar la aparición de este volumen y felicitar a todas las personas e instituciones involucradas en esta nueva y cuidada edición de un texto que aún tiene mucho que dar.
José Martínez Delgado
Universidad de Granada
pdelgado@ugr.es