Mika Paraskeva. Entre la música y el eros. Artes y vida de las cantoras en el Oriente medieval según El libro de las canciones (Kitāb al-agānī). Colección de Estudios Árabes. Granada: Editorial Universidad de Granada, Patronato de la Alhambra y el Generalife y Fundación Pública Andaluza El Legado Andalusí, 2017, 368 pp. ISBN(EUG): 9788433860132.

Este libro es el resultado de un importante trabajo llevado a cabo durante varios años por la autora, que comenzó con una tesis doctoral y acabó con una obra extensa y completa sobre el ámbito de las cantoras o qiyān en el mundo árabo-islámico a través de uno de los libros más relevantes del medievo: Kitāb al-agānī o El libro de las canciones de Abū-l-Faraŷ al-Iṣfahānī. En lo que a la estructura temática se refiere, el libro se divide principalmente en seis capítulos muy definidos y con apartados que organizan a su vez la información dentro de estos. Además, se añade una presentación, unas notas bibliográficas, un apéndice y varios índices que culminan el magnífico trabajo llevado a cabo. La breve presentación (pp. 11-13), firmada por la propia autora, marca el inicio de la obra y en ella se presenta el objetivo principal de la misma: contribuir a las investigaciones anteriormente elaboradas sobre la vida de las cantoras por medio del estudio de los ajbār o anécdotas que se recogen en la obra de al-Iṣfahānī, meta que alcanza satisfactoriamente.

Antes de dar paso a los capítulos que componen este libro, M. Paraskeva incorpora una introducción muy pertinente titulada “Breves apuntes bibliográficos sobre fuentes y estudios de relevancia” (pp. 17-26), donde se recoge una relación de fuentes de referencia para los estudios de la música árabe en general, y del Kitāb al-agānī y otras obras que aluden a las cantoras en particular. A lo largo de estas páginas se menciona acertadamente la calidad de las fuentes teniendo en cuenta varios aspectos. El primero de ellos hace referencia al carácter científico o divulgativo de las fuentes y estudios a partir de las citas bibliográficas que se indican en ellos. Otro aspecto se relaciona directamente con el objeto de estudio del libro, las cantoras, explicándose qué utilidad pueden tener las obras seleccionadas para la investigación de estas. De este modo, se tiene en cuenta la relevancia de las obras para contextualizar el entorno en el que vivían o para acercarse a algún elemento concreto de ellas. El último aspecto que se considera importante resaltar en este apartado es la aportación que realiza cada una de las fuentes y estudios al tema en cuestión, valorándose en cada caso la contribución novedosa que ofrecen. De forma paralela, la autora añade en qué lugar de cada obra se alude a las cantoras, especificando el nombre del capítulo, volumen, número, etc. En resumen, este apartado se presenta como una síntesis reducida pero muy útil de las fuentes bibliográficas existentes para el abordaje de dicho tema, que permite a los investigadores acercarse de un vistazo a las referencias seleccionadas y valorar la adecuación de las mismas a la línea que aquí se desarrolla.

Tras este apartado, da comienzo el núcleo principal del libro con el capítulo primero “Introducción” (pp. 27-55) a partir del marco histórico, geográfico y social que se esboza desde la época preislámica hasta la época abbasí, sirviendo este para contextualizar convenientemente el recorrido que siguieron las cantoras durante este periodo. Cabe destacar en él la alusión que se hace a la condición de la mujer para facilitar la comprensión de la figura de la cantora como miembro de una sociedad marcada por los roles que sus componentes desempeñan en la vida diaria. Debido a la estrecha vinculación que se establece entre las cantoras y la música árabe, la autora no pasa por alto cómo el desarrollo musical de la sociedad árabo-islámica intervino de forma directa en la evolución de la figura de las qiyān. Para cerrar este capítulo, se añade un buen estudio de la obra que fundamenta este libro y de su autor: Kitāb al-agānī y Abū-l-Faraŷ al-Iṣfahānī.

Su lectura permite fácilmente pasar al segundo capítulo “La dimensión social de las cantoras” (pp. 57-104). Con él M. Paraskeva, a través de los ajbār principalmente, se adentra en todas aquellas dimensiones que rodeaban el día a día de las cantoras, tales como la esclavitud o libertad, teniendo en cuenta que una minoría de ellas prescindían de sumisión a un amo. También trata las pertenencias y remuneración que estas solían recibir de sus trabajos como cantoras y maestras de música (dinero, joyas, vestimentas y tejidos), así como su estatus social determinado por la clase a la que pertenecían.

En el tercer capítulo, “Ambientes en los que vivían y actuaban las cantoras” (pp. 105-159), se pone de manifiesto cómo los paisajes urbanos tomaron relevancia en la vida de las cantoras con respecto a los espacios desérticos, dentro de una sociedad islámica que empezaba a desarrollarse y organizarse en torno a la ciudad. Así pues, muchos de los espacios a los que solían concurrir las qiyān dentro de la ciudad dependían, en gran medida, de la clase social a la que pertenecían tanto ellas como sus dueños. Los espacios privados desempeñaron un papel crucial en el día a día de las cantoras y de las mujeres, y así lo hace saber acertadamente la autora a lo largo de este capítulo, señalando cómo el sentido de lo prohibido y lo sagrado cobró importancia dentro del lenguaje que les rodeaba. Sin embargo, las qiyān también se hacían visibles en espacios públicos. Los eventos por excelencia donde solían participar las cantoras eran las reuniones musicales y literarias también conocidas como maŷālis, a las que la autora hace referencia en numerosas ocasiones a lo largo del libro.

Si hasta el momento los capítulos anteriores habían ayudado a definir el contexto donde se enmarcaban las cantoras y lo que implicaban para la sociedad, los siguientes capítulos se centrarán en aquellos aspectos que se relacionan directamente con la figura de estas. Así, en el capítulo cuarto “Cualidades artísticas, intelectuales y éticas” (pp. 161-204) se describe rigurosamente la formación que poseían las cantoras y cómo esta les hacía diferenciarse entre sí e incrementar su valor dentro de la escala social. La instrucción en música, canto, literatura y otras artes y ciencias fue in crescendo hasta convertirlas en una de las figuras más sabias de la sociedad árabo-islámica en época medieval, aunque por desgracia esto se debiera principalmente a los intereses económicos de comerciantes y músicos. Resulta llamativo que el arte de la danza no se encuentre entre las cualidades de las cantoras que se extraen del Kitāb al-agānī y que M. Paraskeva indica, teniendo en cuenta que la ilustración que se emplea en la cubierta del libro muestra a una mujer con la postura y la vestimenta propia de una bailarina de danza oriental.

El quinto capítulo “Descripciones físicas” (pp. 205-231) se ofrece como un capítulo complementario al anterior en tanto que permite el acercamiento a las cantoras desde otra perspectiva. Su aspecto físico resultaba igual de relevante que sus cualidades artísticas, intelectuales y éticas para su éxito profesional, por lo que este era objeto de interés desde edades tempranas. De la misma manera, la indumentaria que estas debían llevar también se tenía en cuenta, por ello la autora dedica un apartado dentro del capítulo a analizar este aspecto, a su vez muy estudiado por la investigadora Elisa Mesa Fernández en El lenguaje de la indumentaria. Tejidos y vestiduras en el Kitāb al-agānī de al-Iṣfahānī. Además, la autora añade un subapartado dedicado a las joyas, adornos y velos, resaltando tanto el empleo de estos como la ausencia de los mismos en las cantoras, como elemento diferenciador del resto de mujeres libres.

El sexto y último capítulo “Placeres, sentimientos y emociones” (pp. 233-280) da un paso más en la definición del perfil de las qiyān, esbozando una imagen más completa aún si es posible de las cantoras como artistas, como mujeres y como personas. A través de los términos ṭarab y eros, se abre un amplio abanico de sensaciones que despiertan los sentidos de los lectores y de aquellos que observaban las escenas musicales en las que se veían envueltas las qiyān. Como no podía ser de otra manera, el ṭarab y el eros generaban una serie de respuestas entre el público que explica perfectamente la autora a través de varios apartados y subapartados dentro del propio capítulo, donde refleja la dualidad de sentimientos y emociones que se producían en el plano físico y emocional. Este capítulo culmina con unas excelentes conclusiones donde la autora hace balance de todos los ítems tratados a lo largo del libro para aportar de manera conjunta los resultados que ha ido obteniendo paulatinamente a partir de su reflexivo estudio.

Un apéndice dividido en tres partes, “Relación de cantoras que aparecen en el Kitāb al-agānī” (pp. 281-312), “Fuentes y bibliografía” (pp. 313-328) y “Siglas y abreviaturas” (p. 329), conduce al final del libro. En la primera parte queda recogido un registro por orden alfabético de todas las cantoras que se van mencionando a lo largo de la obra de al-Iṣfahānī, habiéndose realizado un laborioso trabajo para ello y analizado otros estudios recopilatorios que se elaboraron con la misma finalidad. Sin embargo, este apartado se presenta como un listado completo que queda limitado a la obra de estudio ya mencionada y que incorpora aquellas cantoras y músicas que no fueron citadas con anterioridad por otros investigadores. En el segundo apartado se ofrece una extensa y fundamentada relación de referencias bibliográficas consultadas y en el tercero una breve relación de siglas y abreviaturas.

Finalmente se incluyen tres índices titulados “Índice de antropónimos”, “Índice de topónimos” e “Índice de vocablos árabes” (pp. 333-361) que ponen el cierre a un gran trabajo que ofrece todos los detalles de interés para cualquier investigador que quiera saber acerca de las qiyān y su entorno.

El contenido que se desarrolla en sus casi cuatrocientas páginas dota a este libro de profundidad, sincretismo y un gran valor científico dentro de los estudios de las cantoras en el mundo árabo-islámico, quedando más que resaltado su carácter distinguido en la materia. Para concluir, se considera importante poner de manifiesto cómo la autora se ha enfrentado con mucha prudencia al desafío de abordar la obra objeto de análisis, una fuente clásica primaria de época medieval, tratando cuidadosamente cada aspecto al que se alude en ella y resaltando en todo momento el papel tan decisivo que jugaron las qiyān a lo largo de la historia del Islam. Mika Paraskeva ha conseguido realizar una aportación novedosa y necesaria que, sin duda, abre nuevas perspectivas sobre la vida de las cantoras, tal y como pretendía lograr cuando inició su investigación en este asunto.

Alejandra Contreras Rey

Universidad de Sevilla

Rmariaalejandra@us.es