Elisa Chimenti. Anthologie: Au cœur du harem, roman marocain. Marruecos: Editions du Sirocco & Senso Unico Editions, 2009, pp. 181-431. ISBN: 978-9954885185.

Gracias a la iniciativa de las investigadoras Mirella Menon y Maria Pia Tamburlini, en 2009 sale a la luz la primera antología que reedita las cinco primeras obras de la escritora judía de origen napolitano, nacionalizada alemana y magrebí de adopción, Elisa Chimenti, conocida como la Donna mediterranea. De entre estas cinco obras, destaca la que se podría considerar como la primera novela no autoficcional ni autobiográfica del Marruecos independiente: Au cœur du harem, roman marocain (1958) de la editorial parisina Scorpion. Elisa Chimenti será la primera escritora de Marruecos que publique una novela de ficción que la desmarque de la novela autobiográfica e identitaria de sus coetáneos marroquíes, considerados los padres fundacionales de la novela nacional del país: Ahmed Sefrioui, autor de La Boîte à merveilles (1954) y La Maison de la servitude (1973) y de Driss Chraibi, autor de Le Passé simple (1954).

La reedición de esta obra constituye una de las diversas iniciativas llevadas a cabo para sacar del olvido a una de las figuras más destacadas del Tánger internacional (1923-1956), al igual que lo ha sido la inauguración de la Fondation Méditerranéenne Elisa Chimenti, ubicada en la “Salle Elisa Chimenti” en la sede del Palais des Institutions de Tánger, antiguo Palais Moulay Hafid, gracias a los esfuerzos de la Direzione Generale de la Cooperazione allo Sviluppo del Ministerio degli Affari Steri, a través del proyecto Donne Méditerranéenne (1997), como los de la embajada italiana en Marruecos y los familiares y amigos de la autora, de entre los que destacan su secretario literario personal, Ahmed Benchekroun – actual presidente de la Fondation Méditerranéenne Elisa Chimenti – y su esposa Olga Benchekroun.

Maria Pia Tamburlini en la edición de esta antología desvela una trayectoria vital de la autora que puede ser calificada de fuera de lo común. Al año de nacer Elisa Chimenti, su padre, un médico napolitano garibaldino, se ve obligado a huir a Túnez con toda la familia por razones aún no esclarecidas. Tras varios años, hacia el 1892, se traslada a Tánger para ejercer como médico por requerimiento del sultán marroquí Mulay Hasan I. Una vez instalada la familia Chimenti en Tánger, Elisa acompaña a su padre, en el desempeño de sus funciones, al interior del Rif, donde, según transmite la propia autora en su poemario inédito Miettes, comienza a ejercer como intermediaria entre su padre y sus pacientes mujeres al tener acceso a los espacios reservados vetados por su condición de hombre. Estos viajes, que le permiten hacer acopio de todo tipo de información, llegan a su fin con el fallecimiento repentino de su padre, en 1907, fecha que marca el inicio de una serie de vicisitudes adversas para la autora. En 1912, en la noche de bodas, su marido, un conde polaco, intenta estrangularla preso de un ataque de locura. No conseguirá divorciarse de él hasta 1924. Paralelamente, en 1914, funda la primera escuela italiana de Tánger con su madre donde, a partir de 1927, no podrá ejercer como maestra, hasta el año 1953, al no adherirse al régimen de Mussolini. Gracias a la ayuda de su gran amigo Abdallah Guenoun, puede ejercer como la única faqiha – doctora en ciencias coránicas que enseña árabe literario – de la época en la École Libre Musulmane que él dirige. En 1932, denuncia su situación laboral a las autoridades italianas, siendo, posteriormente, en 1953, indemnizada por el nuevo gobierno italiano y compensada por el ofrecimiento gubernamental de un puesto de profesora en una escuela que Elisa Chimenti pondría a la vanguardia, gracias a los métodos de enseñanza aplicados y desarrollados, y que terminaría siendo escuela estatal. No obstante, hasta el día de su muerte, vivirá serias penurias económicas en compañía de su gobernanta y su fiel perro Chiquito.

Según las fuentes disponibles, se considera como fecha oficial del inicio de su carrera como escritora el año 1900, año de la publicación de una carta que dirige al diario Lokal Anzeiger, en respuesta a un artículo de opinión enviado por su hermana Esther al diario suizo La Feuille d´avis de Vevey, (Suiza), donde hace una dura crítica contra la comunidad de ciudadanos españoles y marroquíes de Tánger. A partir de este momento, Elisa Chimenti pasará a ser colaboradora de este periódico y de otros y, también, de diversas revistas, como por ejemplo La Vigie Marocain, Maroc-Monde, Mauritania, L´Afrique, Le Monde o El Annouar. Pocos años después, publicará, en alemán, sus dos primeras obras, hoy perdidas, Meine Lieder (1911) y Taitouma (1913).

Diversas son las razones que justifican la falta de reconocimiento de esta escritora como primera novelista del Marruecos independiente, entre las cuales, su nacionalidad, aspecto fundamental esgrimido por cierto sector de la crítica literaria francesa y magrebí para determinar la pertenencia de un autor a la producción nacional de un país. Elisa Chimenti, residente en Tánger desde el año 1899 hasta su fallecimiento, establece un vínculo emocional tan estrecho con la ciudad hasta el punto de permitirle adquirir un conocimiento profundo del país, tal y como refleja su producción. Para la nueva corriente crítica literaria magrebí francófona, representada en Khalid Zekri, la consideración de este vínculo emocional como nuevo enfoque analítico es un parámetro válido para la recontextualización y resignificación de las obras literarias producidas en contexto marroquí, más allá de la vinculación nacional. Aplicado a Elisa Chimenti nos descubre a una escritora que trasciende el estereotipo de la novelista costumbrista centrada en la transmisión de detalles de carácter etnográfico, pese a haber sido encasillada en esta primera generación de autores de origen europeo francófonos, viajeros o residentes en el Magreb, conocida como “les romanciers du colonialisme”.

Desde el punto de vista narratológico, la principal aportación de Elisa Chimenti en Au cœur du harem, roman marocain es el haber adaptado la tradición oral del cuento oriental (árabe y turco) y occidental (árabe y beréber) a la tradición narrativa de la novela occidental, de la que es conocedora por su formación universitaria en la Facultad de Letras en Alemania. Elisa Chimenti, por lo tanto, desarrolla el género de la novela al estilo europeo en Au cœur du harem, que lo convertirá en un instrumento de denuncia de la condición de servilismo de la mujer norteafricana magrebí, representada en Lalla Sakina, la protagonista, una beréber en la cincuentena, cuyo principal objetivo es evitar ser repudiada por su marido, un funcionario marroquí de la Legación francesa en Tánger. La novela, bajo una estructura narrativa inspirada en el relato colonial y etnográfico, se adscribe a la heterogeneidad, interculturalidad y heteroglosia, para abordar el tema de la venganza llevada a cabo por parte de la(s) mujer(es) beréber(es) musulmana(s) sometida(s) a una condición de envilecimiento tenaz (Germaine Tillion, 1966) contra su(s) marido(s).

Por la vía de la ficcionalización, Au cœur du harem transmite una realidad cotidiana en el ámbito del harén norteafricano de la época, tomando distancia con la tendencia orientalista idealizante de la literatura costumbrista y etnográfica. A través de sus 28 capítulos, sin título, enumerados correlativamente y dispuestos según un modelo clásico, la historia-marco se ve intercalada, en la línea de Les Mille et une nuits de Antoine Galland, de cuentos orales árabes y beréberes marroquíes tradicionales recuperados por la autora.

La división en capítulos de las diversas intrigas, así como la caracterización de los personajes, se inspiran en las convenciones narrativas, menos rígidas que las del cuento, donde la historia-marco queda abierta a los cambios provocados por la interacción de las historias secundarias. Este recurso de la intercalación de relatos breves permite que la oralidad de las mujeres tome protagonismo en los diversos niveles de enunciación de las voces femeninas provenientes de todas las capas sociales y pertenecientes a todas las edades – Elisa Chimenti contaba con 75 años de edad cuando la publicó. La obra ofrece, por otra parte, la mezcla lingüística del Tánger de comienzos de finales del siglo XIX y de comienzos del XX.

Por ello, hasta la fecha, Elisa Chimenti se revela como la primera escritora de Marruecos que transgrede la tradición del silencio de las mujeres en la novela marroquí, que no verá la aparición de las primeras obras firmadas por mujeres hasta la segunda mitad de los años 80 del siglo pasado. Elisa Chimenti, en sus obras da protagonismo a las voces femeninas beréberes y árabes de la cuenca mediterránea magrebí islámica, desempeñando la función de conservadora de la memoria colectiva trasmitida oralmente, de generación en generación, a través de la escritura, y transforma dicha oralidad en elemento fundamental de la estructura narrativa del relato. Au cœur du harem, roman marocain permite comprender la evolución de la novela marroquí desde sus orígenes hasta la emergencia de las primeras novelistas marroquíes, interesadas en la cuestión identitaria de la alteridad, desde el punto de vista de la narración de una vivencia árabe/beréber propia expresada en la lengua del Otro.

Desde el punto de vista lingüístico, estamos ante una escritora políglota que hace del francés su lengua de expresión literaria. A diferencia de sus homólogos, Elisa Chimenti no parece identificar la lengua francesa con el instrumento de asimilación y aculturación del colonialismo y del Protectorado que realmente fue, sino más bien con un vehículo de expresión y de denuncia de una realidad desconocida por una buena parte del público francófono de la época al que parece dirigirse.

Elisa Chimenti, por otra parte, es representante destacada de la comunidad de hablantes del parler tangérois o lissan franji, una lingua franca mediterránea magrebí de la que encontramos numerosos ejemplos en las páginas de la obra que nos ocupa y de las cuatro restantes que componen la antología que la recoge. En origen, la lingua franca designa la lengua de contacto por excelencia con el Otro, una lengua moderna, de mestizaje y fecunda, resultante de préstamos provenientes de las diversas lenguas que conoce, es decir, una lengua de contacto que no es ni identitaria ni de prestigio y que evidencia una comunidad de referentes.

Es una escritora única al constituir un ejemplo de novelista forjada en la multiculturalidad de la que es reflejo toda su producción.

Katjia Torres Calzada

Universidad de Sevilla

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