
Philologia Hispalensis · 2025 Vol. 39 · Nº 2 · pp. 15-19
ISSN 1132-0265 · © 2025. Editorial Universidad de Sevilla. ·
CC BY-NC-SA 4.0
Recibido: 18-05-25 | Aceptado: 18-05-25
Cómo citar: Millet, V. Ediciones filológicas digitales: hitos y nuevas perspectivas. Philologia Hispalensis, 39(2), 15-19.
En los últimos años, las ediciones filológicas digitales han alcanzado un cierto grado de madurez (Pierazzo, 2015). Si ya lo afirmaron Matthew Driscoll y Elena Pierazzo hace una década (Driscoll y Pierazzo, 2016), tras el impulso de redes como NeDIMAH[1] o DiXiT[2], hoy en día ese desarrollo puede considerarse asentado. La consolidación de las directrices de codificación de la Text Encoding Initiative[3] —que ya van por su quinta edición y empiezan a ser traducidas a diferentes idiomas— ha permitido la expansión de un lenguaje técnico común y el asentamiento de un estándar para el intercambio y la reutilización de los datos. Además, ha aumentado la disponibilidad de digitalizaciones de manuscritos e impresos antiguos y los visores de imágenes permiten presentar, junto al texto, la digitalización facsimilar de la página correspondiente del original, así como ampliarla, pasar a la anterior o siguiente, segmentarla y anotarla. Hay en la actualidad software para edición en XML con potentes herramientas que facilitan la escritura, visualización y transformación. También la tecnología de reconocimiento de escritura manuscrita (HTR, por sus siglas en inglés), así como de letra impresa antigua, se ha desarrollado con gran fuerza en la última década, permitiendo transcribir grandes cantidades de texto y codificarlo con márgenes de error muy bajos. Además, la anotación automática o asistida de los textos es una tecnología que, al menos para las lenguas modernas y estandarizadas, está a la orden del día con software específico de todo tipo. Más allá de ello, han mejorado de manera considerable los programas de colación automática de texto que permiten comparar diferentes versiones y detectar los cambios. Y, por último, las presentaciones en red actualmente permiten desplegar, hacer accesibles e incluso interactuar con todos estos recursos de manera mucho más fácil, porque han mejorado de manera notable las herramientas para la creación y el mantenimiento de páginas web. Todos ellos son factores que han contribuido al notable incremento del número de ediciones filológicas digitales, tanto finalizadas[4] con en proceso de elaboración.
No obstante, las ediciones filológicas digitales encuentran también una serie de obstáculos y dificultades que de momento solo hallan solución en determinados países o instituciones. La primera es la tecnológica, pues incluso en los casos en que los autores de las ediciones digitales son expertos en humanidades digitales, los conocimientos necesarios para una buena edición, sobre todo en la parte de la transformación y publicación en red, generalmente superan la formación de los investigadores y requieren, por su complejidad, de personal técnico, incluso para el simple mantenimiento de la web de publicación. En segundo lugar, esa misma web de publicación de la edición digital corre el serio peligro, si no cuenta con apoyo institucional, de desaparecer en poco tiempo por obsolescencia o falta de mantenimiento (Cummings, 2023), perdiéndose los datos de la investigación. Tampoco hay editoriales que pudieran asumir esta tarea y cuyos precios pudieran ser incluidos entre los costes de publicación en los proyectos. Además, la publicación en páginas externas a las institucionales generalmente viene acompañada de una ausencia de datos bibliográficos referenciables. Eso hace que las ediciones a menudo incumplan el primero de los criterios FAIR (findable): muchas ediciones carecen de DOI y no existen catálogos que permitan encontrarlas. Por último, ante la carestía de editoriales resulta difícil establecer estándares, pues las nuevas ediciones no pueden usar las herramientas desarrolladas por sus antecesores y tienen que inventarlas de nuevo, del mismo modo que diseñan de nuevo toda la presentación (Millet, 2024). Con todo, la amenaza principal reside en la falta de visibilidad y de reconocimiento científico de estas ediciones, tanto por la parte de las entidades financiadoras como por la parte de las evaluaciones de la investigación, llegándose a valorar de manera dispar una publicación digital y otra en papel por el mero hecho de que la primera carece de ISBN[5].
En esta encrucijada, presentamos en este volumen un conjunto de artículos que reflejan algunas de las principales tendencias y preocupaciones de investigadores nacionales y europeos. Se trata tan solo de una pequeña muestra, con tres partes claramente definidas. El primer conjunto, formado por tres artículos, se centra en analizar proyectos concretos, describir sus características y retos y presentar sus soluciones técnicas. Porque es en la codificación digital del texto original donde aparecen las primeras dificultades. Así, Matthew Driscoll y Alessandro Gnasso nos presentan un estudio sobre la edición digital del Libro de los epítomes de Fernando Colón, descubierto hace pocos años en la Biblioteca Arnamagneana de la Universidad de Copenhague. Su trabajo, después de toda la parte introductoria, focaliza sobre las dificultades halladas a la hora de codificar múltiples correcciones consecutivas, es decir, diversas etapas textuales que, al codificarlas simultáneamente en lenguaje XML, pueden entrar en conflicto por pertenecer a jerarquías diferentes en el código. La decisión de documentar cada etapa de reescritura, aunque pueda parecer excesiva para una edición impresa tradicional, ha permitido una comprensión más profunda de cómo se compuso, copió y revisó el Libro.
Otro caso similar nos lo ofrecen Stefan Rosmer y David M. Weigel en su artículo sobre la edición digital de canción alemana del siglo xvi en el marco del proyecto eLaute. Porque si ya es complicada la codificación conjunta de texto y música (para la que se siguen las directrices de la Music Encoding Initiative, MEI), dado que a menudo siguen parámetros distintos u obedecen a jerarquías divergentes, más lo es la codificación de las tablaturas de laúd que forman parte del proyecto, pues en ese aspecto se palpan los límites de sistemas de codificación para originales que rompen los límites de una ‘textualidad’ tradicional.
Por otro lado, el artículo de Nieves Pena Sueiro y Carlota Fernández Travieso muestra la manera en que en la Biblioteca Digital Siglo de Oro enfrenta y resuelve las dificultades de codificación de dos conjuntos de textos no canónicos, como son los libros de emblemas y los relatos de sucesos. Estos tipos de textos plantean dificultades como las relaciones entre texto e imagen (y, por lo tanto, la codificación de la información de la imagen) o entre texto y paratextos en el caso de los primeros, así como de relación con lugares, inmuebles o personas externas al texto en el caso de los segundos. Además, las autoras plantean no solo el aspecto de la codificación en lenguaje XML/TEI, sino al mismo tiempo también el de la visualización.
En este ámbito de la visualización destaca a nivel internacional la plataforma EVT (Editions Visualization Technology) desarrollada por Roberto Rosselli Del Turco, autor del siguiente trabajo. En él se analiza los requerimientos que se hacen a una interfaz de usuario de una edición filológica digital, así como sus problemas y buenas prácticas. Al fin y al cabo, la facilidad de uso y la intuitividad son elementos decisivos para la correcta transmisión de los datos y la información crítica. Porque si la investigación en que se basa una edición no se logra comunicar debidamente, pierde el servicio a la comunidad científica. En una segunda parte, Rosselli Del Turco expone la manera en que muchas de las demandas de uso se están incorporando en la plataforma EVT, a menudo en colaboración con ediciones concretas.
Incide en la visualización también el trabajo de Antonio Rojas Castro, si bien desde una perspectiva distinta, pues no pone el foco en la necesidad del editor de comunicar la información de la investigación, sino del usuario externo de la edición. El trabajo parte de una encuesta sistemática de usabilidad llevada a cabo con un conjunto diverso de usuarios sobre la web del proyecto Dossier Digital: Alexander von Humboldt y Cuba y su posterior evaluación. El análisis de los datos de la encuesta permite definir los ámbitos de la interfaz que requieren de mejoras e implementarlas hasta lograr una experiencia de usuario satisfactoria.
El último apartado de este volumen monográfico abandona la interfaz de usuario externa y regresa al lado del investigador que lleva a cabo una edición digital para centrarse ahora en las herramientas disponibles para el investigador, concretamente en las de reconocimiento de escritura manuscrita (HTR, por sus siglas en inglés). El artículo de José Manuel Fradejas Rueda y Mario Cossío Olavide recoge el análisis de modelos de HTR para el reconocimiento de letra gótica de incunables castellanos y el desarrollo de uno nuevo que supla sus inconvenientes (excesiva normalización gráfica).
En cambio, el artículo de James Cummings, lejos de centrarse en un trabajo concreto, realiza una visión de conjunto de las herramientas HTR y señala sus potencialidades para mejorar o ampliar el trabajo en ediciones filológicas digitales, aunque también sus límites o sus inconvenientes. Acompañando cada argumentación de serias advertencias en torno a la creencia de que será posible generar ediciones filológicas sin apenas intervención crítica del experto, Cummings señala como probables campos de desarrollo futuro la combinación de HTR con herramientas de reconocimiento de entidades nombradas (NER), con modelos de lenguaje LLM que permitan un parsing lingüístico y a la vez una mayor exactitud de la herramienta HTR, la transcripción automatizada masiva de grandes archivos y bibliotecas —en bruto, asumiendo grados elevados de error— con el fin de facilitar búsquedas o la identificación de nuevos objetos que someter a ediciones filológicas.
Como es natural, este volumen no puede tocar todos los aspectos de las ediciones filológicas digitales. Hubiera sido interesante abordar más a fondo el problema (apuntado también por Nieves Pena Sueiro y Carlota Fernández Travieso) de las enormes exigencias técnicas y tecnológicas que requieren las ediciones digitales, lo que hace necesaria una amplia base formativa, la disponibilidad de recursos humanos especializados o, por qué no, la aceptación de ediciones digitales técnicamente menos desarrolladas (cuando cumplan su cometido científico). También está siempre presente el asunto del aparato crítico o el de las herramientas de colación automática de testimonios o, un verdadero quebradero de cabeza para las ediciones de textos manuscritos medievales que ningún software, de momento, es capaz de resolver debido al elevado grado de variación gráfica y morfológica.
Pero más allá de eso, especialmente en España se precisa además una labor de definición (qué es y qué no es una edición digital) que permita a la comunidad científica y las instituciones financiadoras y evaluadoras tener referencias claras, así como desarrollar protocolos de catalogación de las ediciones digitales y de preservación y perennización de sus datos. Si este volumen puede contribuir a impulsar estas labores, habrá cumplido una misión importante.
Cummings, J. (2023). Academics Retire and Servers Die: Adventures in the Hosting and Storage of Digital Humanities Projects. Digital Humanities Quarterly, 17(1). https://www.digitalhumanities.org/dhq/vol/17/1/000669/000669.html
Driscoll, M. J. y Pierazzo, E. (Eds.). (2016). Digital Scholarly Editing. Open Book Publishers. https://doi.org/10.11647/OBP.0095
Millet, V. (2024). Creación de estándares en edición digital a través del proyecto Iwein-Digital. En J. M. Lucía Megías, M. Díez Yáñez, G. Pérez Barcala y A. Saguar García (Eds.), Editar textos medievales en el siglo xxi (pp. 383-391). Cilengua.
Pierazzo, E. (2015). Digital Scholarly Editing: Theories, Models and Methods. Ashgate. https://doi.org/10.4324/9781315577227
[4] Véanse Catalogue Digital Editions (https://dig-ed-cat.acdh.oeaw.ac.at/index.html) y Digital Scholarly Editions (https://www.digitale-edition.de/exist/apps/editions-browser/$app/index.html).
[5] Valiosa es en este sentido la labor del Institut für Dokumentologie und Editorik (https://www.i-d-e.de), aunque su proyección se limite principalmente a los países de habla alemana.