Philologia Hispalensis · 2024 · Vol. 38 · Nº 1 · pp. 15-20

ISSN 1132-0265 · © 2024. E. Universidad de Sevilla. (CC BY-NC-ND 4.0 DEED)


Sección Monográfica

Estudios diacrónicos y sincrónicos del paisaje lingüístico hispánico

Diachronic and Synchronic Studies on the Hispanic Linguistic Landscape

Presentación

Presentation

«La ciudad es […] una herramienta física de la vida colectiva y un símbolo de los objetivos y acuerdos comunes que aparecen en tales circunstancias favorables. Junto con el idioma, es la mayor obra de arte del hombre» (Mumford, 2018: 18). Esta acertada cita de Lewis Mumford (2018), en The Culture of Cities, publicada por primera vez en 1938, resume la esencia del espacio en el que se desarrolla el paisaje lingüístico (desde ahora PL): la ciudad, y que podría ser ampliado al entorno rural e, incluso, a los no lugares (Augé, 2000), los espacios del anonimato propios de la modernidad. Además, denota la importancia de los entornos habitados (permanente o circunstancialmente) y el idioma, ambos pilares conformados por la sociedad que, para este autor, son dos hitos artísticos; y que, para nosotros, los investigadores del PL, son la base del desarrollo de los textos que nos rodean.

Desde siempre, leemos lo inscrito en los perfiles y siluetas verticales u horizontales de las ciudades y los pueblos; porque la cultura de una sociedad y de una época también se dibuja en las huellas escritas que nos dirigen hacia los hechos fundamentales de su existencia. El espacio se reorganiza lingüísticamente en los textos que son el reflejo de la comunidad que los produce.

Estas muestras discursivas, que se manifiestan más allá del documento archivable o la obra preparada para la edición, hacen que la calle se convierta en un libro abierto para todo viandante interesado en su lectura. Por lo tanto, las palabras en las paredes le hablarán de la historia pasada y próxima del lugar, sus circunstancias sociales, las manifestaciones culturales… Le darán pistas acerca de cuáles son los emisores, si pertenecen a ámbitos públicos (top-down) o privados (bottom-up) y de qué medios usarán para hacer más efectivos sus intereses, que se verán reflejados en la selección de las lenguas de comunicación y en los formatos utilizados (rótulos, pegatinas, grafitis, cartelería, señalética, etc.), entre otros factores.

Estos signos textuales callejeros son los que incitan al estudio del que en los años 90 del siglo xx se denominó linguistic landscape (desde ahora LL). Esta disciplina surge en las zonas bilingües, con el claro objetivo de medir el peso y poder de las lenguas en un determinado territorio (Landry y Bourhis, 1997). El principal rendimiento inicial del estudio del LL y, posteriormente hispanizado en PL, era cuantificar los signos en lenguas extranjeras con el fin de establecer el índice de vitalidad etnolingüística de aquellas que se manifestaban en el entorno urbano y rural en una sociedad concreta. Este acercamiento primigenio ha dado paso a nuevas formas de ver el texto en el espacio público.

En los últimos tiempos, las investigaciones se han multiplicado y diversificado[1]. Se puede hablar de una revitalización de los estudios sobre PL y, concretamente, sobre los desarrollados acerca del PL hispano. De este último hecho, este monográfico da buena cuenta. No solo han aparecido nuevas publicaciones sobre la materia (De la Torre y Molina-Díaz, 2022; Galloso, Cabello y Heredia, 2023), sino que se han propiciado encuentros de expertos como las I y II Jornadas sobre Paisaje Lingüístico en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla en los años 2020 y 2021, el I y II Congreso Internacional sobre Paisaje Lingüístico, celebrados en la Universidad Pablo de Olavide (2022) y la Universidad de Granada (2024), respectivamente, entre otros. Además de estas iniciativas, se ha puesto en marcha la plataforma Paisaje lingüístico andaluz (www.paisajelinguistico.es), que surge del proyecto PLANEO (Paisaje lingüístico andaluz. Evaluación y observación cartográfica, IP. Lola Pons) y la constitución de la Asociación Española de Paisaje Lingüístico (AEPL).

Con todo ello, la semilla iniciática del PL ha evolucionado hacia el «concepto de Gestalt, la idea holística que agrupa al aparente caos de elementos dispares en una sola unidad» (Fernández-Juncal, 2022: 119). Esa sola unidad, esto es, el signo textual manifiesto en el entorno urbano y rural, visto desde diferentes prismas, constituye un gran diálogo semiótico, dinámico y colectivo, que será la materia prima de las investigaciones actuales.

El investigar sobre PL va más allá de hacer acopio de un corpus fotográfico, como si de una colección de cromos se tratara. La seriedad del método y sus diferentes enfoques epistemológicos en el estudio del signo textual en el entorno urbano y rural, en diacronía y sincronía, hallan un lugar de encuentro en esta publicación. Se recogen aportaciones de grandes investigadores reconocidos en este campo en el mundo hispánico (M.ª Vittoria Calvi, Carmen Fernández-Juncal, Daniel Sáez Rivera y Lola Pons) y nuevas figuras emergentes pertenecientes al proyecto PLANEO (M.ª Victoria Galloso Camacho, María Heredia Mantis, Francisco Molina-Díaz y Urtzi Reguero). Con ellos se aúnan voces de universidades nacionales (Huelva, País Vasco, Granada, Pablo de Olavide de Sevilla, Salamanca, Sevilla) e internacionales (Milán) en un objetivo común: describir el PL en el mundo de habla hispana y analizar su significado. Este sentido emerge desde diferentes puntos de vista (análisis del discurso, antropológico, etnolingüístico, semiótico, sociolingüístico, etc.) que se enriquecen de manera mutua para dar lugar a una perspectiva actualizada de las investigaciones del PL.

Comienza el monográfico con un estudio donde la voz de la autora se enlaza con la del pueblo a través del PL de la protesta, donde la sincronía bebe del pasado y la diacronía alimenta el momento que se escribe en los muros. La profesora Calvi analiza el PL del estallido social chileno (octubre de 2019) y su manifestación en la calle. En ese momento, el espacio público se convirtió en la expresión de ideologías e identidades y ella, a través de un amplio corpus (1500 imágenes) de carteles, grafitis y otros textos escritos e icónicos, de marcada transitoriedad, tomado en varios barrios centrales de Santiago de Chile, demuestra cómo se interrelacionan el espacio como canal; las prácticas lingüísticas y comunicativas, como medio; y la politización de la protesta, como mensaje. Examina un PL polifónico orquestado por las diferentes voces identitarias de los implicados en la protesta. Su trabajo es un claro exponente de los estudios de PL enraizados en el análisis del discurso, donde los textos van más allá de las palabras, donde la semiótica descubre los ricos valores simbólicos de un aquí y un ahora del entorno urbano, concretamente el chileno.

La contribución de la investigadora Fernández-Juncal se enraíza en la metodología de los estudios sociolingüísticos y la aplica al análisis de los crematónimos en el PL. Estos signos textuales han sido escasamente investigados hasta el momento por esta disciplina, pese a ser manifestaciones de naturaleza no tan efímera y muy influyentes en el viandante de una manera constante e intensa. La autora, mediante el estudio de los nombres comerciales en tres zonas escogidas de Salamanca (estrato alto, medio y bajo, según la sociolingüística), se acerca a estos elementos paisajísticos desde tres parámetros (sector económico, lengua de uso y criterio denominativo) y, como nos tiene habituados en sus numerosos artículos, destapa interesantes resultados en sí mismos. Estos nombres propios son «la nomenclatura del paisaje» y persiguen la captación y atracción de los posibles receptores-consumidores. Serán configuradores de los espacios y son el signo vivo de las tendencias de tipo económico, social y cultural del entorno en que se manifiestan. Sin duda, nos abre una puerta a la exploración del PL a pie de calle, a pie de comercio.

Un enfoque totalmente novedoso es el realizado por la profesora Galloso en «Paisaje semiótico virtual de las enfermedades autoinmunes: el caso del lupus». En la línea de lo expuesto anteriormente, se aparta de las tradicionales investigaciones del PL y da un salto a un «nuevo espacio público»: el virtual, cada vez más presente en nuestra vida cotidiana. Se parte de la semiótica del lenguaje corporal («territorio corporal», según la autora) del lupus construido desde la visibilización en redes que hacen las asociaciones de esta enfermedad. Con ello, se edifica una teoría que aúna los signos que hablan de los síntomas visuales en el cuerpo de los afectados por lupus (el cuerpo como portador del signo), su inserción a través de «medios significativos que pertenecen al patrimonio social» y cómo ello se transforma en PL virtual público. En este caso, el PL se configura como un activador poderoso de transformación social hacia la lucha por la conciencia y por la salud.

Es evidente la presencia de lenguas extranjeras en un entorno determinado y la investigadora Heredia Mantis estudia el porqué de su uso en los signos textuales institucionales dirigidos al turismo y la migración. Ambos exponentes marcan las muestras discursivas del espacio circundante actual en numerosas localidades, entre ellas las de los diez municipios onubenses cartografiados. La autora parte de dos hipótesis, en primer lugar, se supone un uso oficial de las lenguas extranjeras como medio de comunicación con el visitante foráneo y, en segundo lugar, una utilización de lenguas diferentes al inglés y el español en el caso de la población migrante. Tras la minuciosa descripción de los signos, que lleva a datos cuantitativos significativos, los resultados arrojan datos concomitantes a otros estudios realizados en ciudades hispanohablantes, esto es, el PL onubense multilingüe tiene su receptor oficial en el turista, frente a los escasos textos destinados a la inmigración. Las muestras analizadas son fruto de su tiempo y de unas necesidades económicas claras. Junto a estas objetivas afirmaciones, el estudio descubre de una manera brillante que no se pierde la emoción de los discursos como medio de expresión, incluso, en los textos menos esperados.

Las sociedades están marcadas antropológicamente por las religiones y esta faceta se manifiesta y escribe en la calle. El profesor Molina-Díaz afronta una investigación novedosa por lo inusitada y relevante, y abre un camino transitable por otros ámbitos hispánicos y religiones: «El paisaje lingüístico religioso en Andalucía occidental: tipos de manifestaciones». Desde los parámetros de análisis creados para el proyecto PLANEO, se realiza un concienzudo estudio de cada una de las manifestaciones sacras fotografiadas por el autor. Este propone una clasificación de los signos en función de su finalidad: marcadores de propiedad, conmemorativos, devocionales, informativos (culturales y socioculturales), expresivos, comerciales y locativos. Todo ello conduce a un atrayente estudio sobre la temática religiosa, el PL y la sociedad que lo genera. El texto coloniza el espacio y en el caso del texto religioso, sacraliza los espacios que ocupa en las calles.

Si hablamos de Lola Pons, no podemos más que destacar que es el germen y la propiciadora de la evolución de los estudios sobre PL, particularmente en Andalucía, durante hace más de una década. En el trabajo metodológico que presenta, expone el desarrollo de su última iniciativa: el corpus PLANEO. Ella, como investigadora principal, junto con un equipo humano de cuatro provincias andaluzas (Sevilla, Jaén, Almería y Huelva), lleva a cabo una cartografía de los textos en lenguas diferentes al español en el espacio público («lugar donde confluyen las representaciones sociales de los ciudadanos»). Con ello, se ha logrado diseñar una herramienta de consulta abierta sobre PL europeo, útil para un sector multidisciplinar de estudios (antropólogos, sociólogos, geógrafos) y agentes sociales (www.paisajelinguistico.es). El fin es tasar el multilingüismo en Andalucía a través de la observación del comportamiento de los hablantes al escribir en los citados espacios públicos. Solo es el inicio de un proyecto que ambiciona abarcar el PL de toda Andalucía. La seguiremos, sin duda, con mucha atención.

Si todo está en la historia, el PL también formará parte de ella. ¿De qué manera? El autor Sáez Rivera aplica una útil taxonomía de la temporalidad en el PL. Por un lado, trata la historiografía del PL desde «un PL avant la lettre», su surgimiento como disciplina, hasta la actualidad. Por otro lado, se describe el PL diacrónico, dinámico o líquido como la mutación de los signos textuales en el entorno urbano y rural. En la explicación, se retoman teorías esbozadas con anterioridad y se proponen nuevas categorías de los cambios de los signos con el tiempo (adición, supresión, sustitución, superposición, corrección/contestación, recuerdo del pasado y anuncio del futuro), que seguro serán ejemplo para futuras investigaciones sobre el tema. Finaliza con una línea prometedora del estudio del PL, ese corpus complejo de signos de la lengua del pasado, que muchas ciudades históricas guardan en sus muros y que el autor muestra como un walking tour por la historia de la lengua a lo largo de los siglos. El tiempo y sus facetas en el PL son los protagonistas de las palabras del autor.

Por último, se recurre a una perspectiva sociolingüística y contrastiva para explorar cómo se refleja en el PL la realidad ideológica y política en dos municipios vascos marcados por la cooficialidad del castellano-euskera. Así pues, el monográfico termina con un trabajo que vuelve al carácter primigenio de la definición de PL de Landry y Bourhis (1997: 24), esto es, el PL es un marcador geográfico en los territorios donde cohabitan diversas lenguas. En este caso, el PL se convierte en el medidor de actitudes lingüísticas y responde a una pregunta: ¿qué papel desarrolla en esa sociedad y cómo se relaciona con sus hablantes? El investigador Reguero Ugarte, como conocedor del territorio, analiza las manifestaciones transgresoras de carácter sindical, social y político. Esto le lleva a resultados nuevos con respecto a los textos de carácter ideológico: en el PL prima el euskera como lengua de carácter simbólico y emotivo. En definitiva, a través del PL, se realiza una construcción del espacio social, un espacio político.

En resumen, las investigaciones agrupadas en Estudios diacrónicos y sincrónicos del paisaje lingüístico hispánico suponen un avance en la disciplina, una actualización de conocimientos para los avezados en el tema y un acicate para aquellos que dan sus primeros pasos fotografiando textos de placas, carteles y pintadas. La calle se comunica con nosotros, con vosotros, solo hay que interpretar qué nos quiere decir. Estos estudios ayudarán a que la entendamos algo mejor.

Mercedes de la Torre García

Universidad Pablo de Olavide de Sevilla

Referencias

Augé, M. (2000). Los no lugares, espacios del anonimato: una antropología de la sobremodernidad. Gedisa.

Calvi, M.ª V. (2018). Paisajes lingüísticos hispánicos: panorama de estudios y nuevas perspectivas. LynX. Panorámica de Estudios Lingüísticos, (17), 3-58.

De la Torre, M. y Molina-Díaz, F. (Eds.). (2022). Paisaje Lingüístico: cambio, intercambio y métodos. Peter Lang. https://doi.org/10.3726/b19620

Fernández-Juncal, C. (2022). Rasgos del paisaje lingüístico como discurso público. En O. Ivanova, C. V. Álvarez Rosa y M. Nevot Navarro (Eds.), Pragmática y discurso oral (pp. 119-135). Aquilafuente.

Galloso, M.ª V., Cabello, M. y Heredia, M. (Eds.). (2023). Funciones y aplicación didáctica del paisaje lingüístico andaluz. Iberoamericana.

Landry, R. y Bourhis, R. (1997). Linguistic Landscape and Ethnolinguistic Vitality. An Empirical Study. Journal of Language and Social Psychology, 16(1), 23-49. https://doi.org/10.1177/0261927x970161002

Moustaoui, A. (2019). Dos décadas de estudios del Paisaje Lingüístico: enfoques teórico-metodológicos y nuevos desafíos en la investigación. Signo y seña, (35), 7-26. https://doi.org/10.34096/sys.n35.6935

Mumford, L. (2018). La cultura de las ciudades. Pepitas.


[1] Para tener una panorámica general de los estudios sobre PL hasta el 2019, véanse los trabajos de Calvi (2018: 5-53) y Moustaoui (2019: 7-26).