Philologia Hispalensis · 2024 · Vol. 38 · Nº 1 · pp. 347-351

ISSN 1132-0265 · © 2024. E. Universidad de Sevilla · (CC BY-NC-ND 4.0 DEED)


Victoriano Gaviño Rodríguez y Miguel Silvestre Llamas (Eds.): De eruditos, maestros, polemistas y otras figuras en la prensa del XIX. Estudios sobre la lengua y su enseñanza. Madrid: Editorial Síntesis, 2023, 378 pp. ISBN 978-84-1357-285-7

Victoriano Gaviño Rodríguez, Catedrático de Lengua Española en la Universidad de Cádiz, y Miguel Silvestre Llamas, investigador predoctoral en la misma universidad, editan un monográfico constituido por catorce trabajos que reconstruyen una parcela de la historia del español y su enseñanza mediante el estudio de las ideas lingüísticas de autores que difundieron su doctrina en la prensa del siglo xix. El volumen es fruto de las investigaciones desarrolladas en el marco de un primer proyecto autonómico, «Actitudes lingüísticas e ideas pedagógicas en la prensa española del siglo xix», y dos nacionales posteriores, «Ideas lingüísticas y pedagógicas en la prensa española del siglo xix» y «La lengua y su enseñanza en la prensa española: de la ley Moyano al fin de la II República (1857-1939)», de los cuales el segundo aún permanece en vigor.

Cuatro amplios bloques temáticos agrupan los trabajos de investigadores de diferentes universidades de España y América. El primer bloque, «De fonética y ortografía» (pp. 20-127), reúne tres trabajos, donde se analizan las ideas defendidas por autores que abordaron la pronunciación del español desde tres enfoques diferentes, que ponen de manifiesto los que, todavía en el xix, se constituían como principales ejes de reflexión sobre el componente fónico de la lengua.

El hallazgo, a pie de página, de una advertencia sobre la particular ortografía de un texto publicado en un periódico mexicano de 1823, lleva a Manuel Rivas Zancarrón (Universidad de Cádiz) a indagar en el autor de tales grafías en el estudio que se presenta como primer capítulo del monográfico: «Ideología y actitudes lingüísticas en el pensamiento de Jacobo de Villaurrutia. Algunas discusiones en torno a la pronunciación y grafía del castellano en los espacios de opinión pública de la Nueva España» (pp. 29-59). En estas páginas se reconstruye con detalle la concepción que el ilustrado tenía del español gracias a una dilatada estancia que le permitió entrar en contacto con la escritura y pronunciación de la metrópoli. El español de América y España son, en consecuencia, motivo de confrontación en los textos que publica o edita en distintos periódicos.

También la sordomudística encauza parte de la reflexión decimonónica en torno a la pronunciación del español. En el segundo capítulo de este bloque, el trabajo de Juan Carlos Tordera Yllescas (Universidad de Valencia) arroja luz sobre la figura de quien fue maestro de Alfonso xii: «Don Pedro de Cabello y Madruga y el Colegio Nacional de Sordomudos y de Ciegos de Madrid: la teoría fonética del siglo xix aplicada a la enseñanza de sordomudos» (pp. 61-103). Con objeto de difundir sus ideas logopédicas y lingüísticas, Cabello y Madurga dio a la prensa diversas contribuciones en las que lleva a cabo un estudio detallado de la articulación de los sonidos del español, al tiempo que describe las fases de su método para la demutización.

Intereses distintos movieron a Araujo para desarrollar su investigación sobre la fonética española. Francisco Javier Perea Siller y Laura Sanz Velasco (Universidad de Córdoba) cierran el primer bloque con un profundo examen de la obra de este autor salmantino: «Fernando de Araujo y la descripción fonética del español: de las “Recherches” (1890-1894) a los Estudios de fonétika kastelana (1894)» (pp. 105-129). Conocedor de la perspectiva que para la enseñanza de lenguas adoptaba en Europa el movimiento de reforma, Araujo se inclina en sus trabajos al estudio de la fonética de la lengua española desde una orientación articulatoria. Su obra pretende acercar la ortografía a la fonética y ofrecer una minuciosa descripción de la articulación de los sonidos del español. Para tales fines, introduce nueva terminología y, no conforme con el Alfabeto Fonético Internacional, propone un nuevo sistema para la transcripción fonética.

El segundo bloque, «De variación léxica, dialectos y contacto de lenguas» (pp. 133-210), agrupa cuatro trabajos que permiten conocer las actitudes extendidas en el xix ante los usos que se alejaban del ideal de la norma lingüística. En el primer trabajo de este bloque, Marta Torres Martínez (Universidad de Jaén) revisa y analiza las apariciones en prensa de un particular lexicógrafo gaditano: «José María Sbarbi y Osuna y sus ideas sobre léxico en la prensa española del siglo xix» (pp. 133-150). El Averiguador Universal, periódico dirigido y editado por Sbarbi, incluye una sesión que da especial cuenta de la orientación del autor en su estudio del léxico. Como Preguntas y respuestas se recogen en las páginas del periódico numerosas reflexiones que revelan el interés del lexicógrafo por las etimologías, algunos usos diatópicos o aspectos de norma y uso. Mención aparte merece el acertado tratamiento que el autor da en estas «respuestas» a la fraseología, al léxico de especialidad e incluso al vocabulario de las hablas andaluzas.

Algunos de los fenómenos más extendidos en las últimas décadas del xix son localizados en la población santanderina por un estudioso poco conocido que dio a El Correo de Santander algunas «humildes opiniones» al respecto. Miguel Silvestre Llamas (Universidad de Cádiz) examina en el capítulo quinto del monográfico los planteamientos que este periodista propone para sancionar diferentes usos lingüísticos: «José Antonio del Río y Sainz y los “hijos bastardos” del castellano: crítica y reflexión lingüística sobre algunos vicios en la sección “Sobre el lenguaje” de El Correo de Santander (1883)» (pp. 151-173).

Por su parte, la corrección lingüística del castellano hablado por la población de Cataluña concentra la reflexión en forma de debate de dos autores que protagonizaron una disputa prolongada en la prensa. En el capítulo sexto, «Actitudes ante el castellano de Cataluña en la prensa del siglo xix: la reseña como motor de polémica lingüística entre Salvador Genís y Joaquín Casanovas (1883-1885)» (pp. 175-198), Emma Gallardo Richards (Universidad Autónoma de Barcelona) ofrece una detallada revisión del juego dialéctico que ambos autores pusieron en marcha para promocionar sus respectivas opiniones acerca del contacto entre ambas lenguas, así como sus obras.

Las crónicas modernistas publicadas por Rubén Darío en el diario bonaerense La Nación son objeto de Mercedes Magdalena Rodríguez (Universidad Estatal de Feira de Santana) en el último capítulo de este segundo bloque: «Rubén Darío: crónica y debate lingüístico-pedagógico en la prensa de entre siglos xix y xx» (pp. 199-211). La aportación de Darío a la prensa decimonónica hispanoamericana se presenta como un espacio privilegiado para el análisis de la actividad que, a la sazón, llevaba a cabo la Real Academia Española, como órgano que defendía el purismo de la lengua de una sociedad que se abría a la modernización y el cosmopolitismo.

En el bloque tercero, «De prácticas didácticas y enseñanza de la gramática» (pp. 215-319), quedan recogidos cuatro amplios trabajos donde se recuperan las ideas pedagógicas que autores poco estudiados dieron a conocer también por medio de la prensa de la segunda mitad del xix. La convivencia de las vías manualística y mediática presenta la posibilidad de evaluar el acierto de los materiales presentados en ambos medios para la enseñanza de la gramática. Con este objetivo, en las páginas del capítulo octavo, «Antonio Valcárcel, un gramático “de folletín”. Contextualización y análisis de las entregas gramaticales del ciclo temático (1885-1859)» (pp. 215-241), Gema Belén Garrido Vílchez (Universidad de Salamanca) desarrolla un análisis que compara los artículos de Valcárcel publicados en Anales de primera enseñanza y su extenso Compendio de gramática española.

Por otro lado, la adecuación de la práctica docente a la ley Moyano (1857) se discute en los documentos que para la prensa elaboró un maestro de la Escuela Superior de Sant Feliu de Guíxols. El noveno capítulo, «Ideas lingüísticas y pedagógicas de un maestro gixolense. Los Apuntes para un plan de enseñanza de Telesforo Izal (Boletín de Primera Enseñanza de la Provincia de Gerona, 1876), y sus antecedentes» (pp. 243-271), recoge el pormenorizado examen que Jenny Brumme (Universidad Pompeu Fabra de Barcelona) lleva a cabo para evaluar en qué medida Izal fue capaz de aplicar la ley vigente a las dificultades que encontró en el contexto en que desarrolló su actividad como docente.

La producción en prensa de otro maestro catalán se aborda en el capítulo décimo del volumen: «La enseñanza del análisis gramatical y lógico en la prensa decimonónica. Joaquín Montoy en El Clamor del magisterio (1866-1884)» (pp. 273-296). María José García Folgado (Universidad de Valencia) identifica con acierto las novedades introducidas por Montoy, tras una minuciosa revisión de los cuatro ciclos temáticos elaborados por el maestro para exponer y difundir su propio método didáctico.

También en Argentina la prensa educativa de la segunda mitad del xix funciona como espacio para la difusión de propuestas pedagógicas. La revisión de un corpus de la gramática escolar argentina permite a Carla de Natale y Esteban Lidgett (Universidad de Buenos Aires) corroborar la escasa participación de las mujeres en la elaboración de material didáctico. En el capítulo que concluye el bloque sobre la enseñanza de la gramática, ambos investigadores recuperan la figura de una autora argentina que en sucesivas entregas publicó la traducción y adaptación que realizó de las First Lessons in Composition de George Payn Quackenbos: «Juana Manso en los Anales de la Educación Común (1858-1875): prensa, gramática y enseñanza» (pp. 299-319).

El último bloque temático del monográfico, «De lexicografía y léxico de especialidad» (pp. 325-375), está constituido por tres trabajos que ofrecen un acercamiento al uso y desarrollo del léxico español en el siglo xix. El primero de ellos gira en torno a un periódico semanal que publicó por entregas el peculiar ensayo dedicado a las variedades andaluzas de la vid que elaboró un botánico y lexicógrafo, hoy considerado padre de la ampelografía moderna: «Simón de Rojas y Clemente (1777-1827) y su labor en la prensa como botánico y lexicógrafo» (pp. 325-343). María Águeda Moreno Moreno (Universidad de Jaén) estudia en profundidad las tres partes que constituyen el ensayo.

La descripción detallada y científica de las vides del territorio granadino contrasta con la visión irónica de la sociedad que Ossorio y Bernardo ofrece en su diccionario satírico y burlesco. Victoriano Gaviño Rodríguez (Universidad de Cádiz) revisa las páginas de un suplemento en forma de revista que se regalaba a los suscriptores del periódico Los Sucesos, para presentar un análisis de los estereotipos que sustentan la crítica social llevada a cabo por el autor gaditano en su repertorio jocoso: «El Novísimo diccionario de Manuel Ossorio y Bernardo o cómo usar la ironía, la risa y el divertimento como herramientas para la definición lexicográfica» (pp. 347-358).

El siglo xix conoce también un enriquecimiento del vocabulario español, debido al notable desarrollo del léxico de las ciencias y la técnica. En su discurso de incorporación a la Academia, Daniel de Cortázar se aleja del ideal purismo de la lengua para defender la incorporación de neologismos científicos. Miguel Ángel Puche Lorenzo (Universidad de Murcia) analiza en el último capítulo del monográfico las opiniones que sobre el nuevo académico se vertieron en la prensa de la época: «Actitudes y reacciones ante el neologismo científico en la prensa del siglo xix: Daniel de Cortázar» (pp. 359-377).

En síntesis, el monográfico logra poner en valor la prensa como canal óptimo para la difusión y discusión de las ideas lingüísticas y constituye una valiosa fuente para el análisis historiográfico de la doctrina de un buen número de autores que escapan al canon conformado por las fuentes tradicionales. El interés de la temática que se aborda en cada uno de los catorce capítulos, el rigor metodológico que se advierte en el tratamiento de los datos y las fuentes que se manejan, así como la claridad expositiva que los autores ofrecen, hacen del volumen una obra muy meritoria y necesaria para profundizar en la historia de la reflexión sobre el español y su enseñanza en el siglo xix.

Andrea María Requena Millán

Universidad de Córdoba

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