Philologia Hispalensis · 2024 · Vol. 38 · Nº 1 · pp. 327-331

ISSN 1132-0265 · © 2024. E. Universidad de Sevilla · (CC BY-NC-ND 4.0 DEED)


Soledad Chávez Fajardo: Diccionarios del fin del mundo. Santiago: Fondo de Cultura Económica Chile, 2022, 227 pp. ISBN: 978-956-289-248-3

Diccionarios del fin del mundo es una referencia obligada para quienes buscan adentrarse en el problema y el estado del arte de la lexicografía monolingüe en Hispanoamérica y, en particular, en la historia de la lexicografía en Chile[1]. De allí el título de la obra se subentiende (aunque vale preguntarse para quién somos «el fin del mundo»). Es una obra informativa de los principales críticos y pensadores del problema normativo y lexicográfico y, al mismo tiempo, desarrolla una propuesta metodológica respecto de cómo deben estudiarse monográficamente los diccionarios. Asimismo, de manera clarividente, la autora abre a cada momento nuevas líneas de reflexión, nuevos desafíos y, sobre todo, nuevos proyectos que aún faltan por emprender en materia de diccionarios monolingües. Todo lo anterior convierte a Diccionarios del fin del mundo en una lectura indispensable para quien desee emprender el estudio de la práctica lexicográfica y del objeto diccionario. Cabe notar que este libro se inserta en una vasta producción académica sobre el tema en Chile desarrollada no solo por la autora, sino que también por otros investigadores nacionales en los últimos veinte años. Por lo tanto, Diccionarios del fin del mundo es el resultado maduro de un proceso de reflexión y diálogo intelectual de larga data.

Tal como señala su autora, «a un diccionario no se lo lee fuera de su contexto y tampoco se lo lee solo» (p. 100). De la cita anterior se desprenden dos ideas fundamentales que articulan el argumento central de este libro, a saber, el diccionario es concebido como un artefacto cultural y, por lo tanto, es fundamental examinarlo a la luz (y contraluz) del contexto de producción. Además, el significado del artefacto diccionario es relacional y funciona como interdiscurso, razón por la que debe ser analizado en diálogo con otros diccionarios que son parte de su contexto (con diccionarios publicados en Chile e Hispanoamérica) y de su tradición (con diccionarios generales, enciclopédicos, provinciales, históricos y etimológicos de la lengua española). Ambos aspectos son de suma consideración para quien emprende la labor de examinar un diccionario monolingüe. A lo anterior, agregamos que es fundamental atender a los orígenes y fundamentos colonialistas de la práctica lexicográfica aquí estudiada, puesto que solo cuestionando dicho eurocentrismo epistémico será posible pensar críticamente cómo los diccionarios, en tanto proyectos políticos, pueden aportar al conocimiento de las múltiples dimensiones —muchas veces conflictivas— de la identidad cultural y lingüística de los territorios conquistados.

En el primer capítulo, «De la explicación al diccionario de -ismos», la autora recuenta el surgimiento de la labor lexicográfica en Hispanoamérica con la aparición de glosarios que daban cuenta de las nuevas realidades, en el marco de la conquista española, hasta las primeras obras lexicográficas monolingües publicadas en Hispanoamérica en el siglo xix. Se trata de los así llamados diccionarios de provincialismos. Según la autora, la función de estas obras era mostrar lo distintivo americano respecto del español peninsular centro-norteño, variación diatópica considerada «incorrección», que atentaba contra la unidad idiomática. A los diccionarios de provincialismos, la autora suma las listas de equivalencias, diccionarios de barbarismos, repertorios con estructura de «diálogo» con el diccionario académico, lexicografía relacionada con voces de procedencia indígena, diccionarios generales europeos que marcaron americanismos, como el diccionario usual de la Academia y el de Vicente Salvá, microdominios lexicográficos (glosarios anexados a las obras literarias fundacionales de la literatura hispanoamericana), etc. Sobre la base de estos textos, la autora conforma una serie sincrónica, característica del método serial, para estudiar monográficamente un diccionario en relación con las obras de su universo.

En el segundo capítulo, «De americanismos, de -ismos: definir un concepto», la autora trata el «manido criterio de diferencialidad» (p. 48), que ha determinado en gran medida la labor lexicográfica estrictamente lingüística en Hispanoamérica durante el siglo xx. La autora señala que no existe hasta hoy un examen crítico de lo que se incorporará a un diccionario diferencial. Además, destaca, siguiendo los dichos de Rabanales, que no existe una definición ni delimitación clara del concepto de «americanismo». Siguiendo la reflexión de Rabanales, se desarrollan y discuten a la luz de bibliografía actualizada los criterios para determinar en qué radica la diferencialidad de determinadas voces así consideradas «americanismos», a saber, la perspectiva privativa, espacial, la difusión social de la voz, la carencia de sinonimia, y el origen homogeográfico.

En el capítulo tercero, «El papel de la lexicografía: de la lexicología a la pragmática», la autora discute la noción de diccionario ideal propuesta por Lara, quien lo define como «un producto lingüístico desligado de su autor, que se presenta como vocero de la sociedad misma, como la manifestación lingüística de la memoria social del léxico» (Lara, 1997: 104).

Frente a esta concepción, los diccionarios de autor que componen en su gran mayoría la tradición lexicográfica hispanoamericana del siglo xix responden a un contexto histórico particular y de allí deviene su valor. En base a los postulados de Bühler y Austin, la autora conceptualiza el diccionario como un acto verbal institucionalizado, no solo de pregunta y respuesta por el significado, sino también orientado a la modificación de conductas del receptor: de allí derivaría la postura descriptiva o prescriptiva del diccionarista, siendo esta última la más común en la tradición hispanoamericana decimonónica.

En el capítulo cuarto, «El papel político del diccionario», la autora desarrolla la relación histórica entre diccionario y nación. Defiende que los diccionarios son instrumentos discursivos, ideológicos, históricos y políticos, que operan al servicio de un imaginario nacional, en el marco de la formación del estado-nación moderno, y son productos de los procesos de estandarización. Así fue en el contexto europeo del siglo xix y el hispanoamericano, aunque con las diferencias pertinentes a cada contexto. En este sentido, la autora avanza una concepción del diccionario como un acto glotopolítico, según Guespin y Marcellesi, puesto que, en tanto discursos metalingüísticos, desarrollaron ideologías lingüísticas al servicio del proyecto político del estado-nación. Dichas ideologías contribuyeron a consolidar el republicanismo sobre la base de una tradición lingüística colonial, que tomó como referente normativo la norma centro-norteña. El llamado de la autora es a estudiar los diccionarios en tanto discursos vertebradores de una hegemonía cultural (con claros ribetes colonialistas) y, por tanto, al servicio de procesos de dominación social. En este sentido, cada elemento constitutivo del discurso lexicográfico debe ser analizado desde esta óptica, e incluir los paratextos, la macroestructura, la construcción del lemario y la microestructura de los artículos lexicográficos.

En el quinto capítulo, «Ideas e ideologías lingüísticas», la autora ilustra a través del análisis de paratextos del corpus, como advertencias, prólogos y estudios preliminares, la aplicación de la noción de ideologema para identificar «lugares comunes, postulados o máximas que […] funcionan como presupuestos del discurso» (Narvaja de Arnoux y Del Valle, 2010: 12). La identificación de ideologemas, como por ejemplo «una nación se define por la posesión de una lengua determinada» (p. 120), le permite a la autora analizar los modelos de estandarización subyacentes en cada discurso, a saber, el modelo racionalista y el modelo romántico, según Geeraerts (2003). Por medio de esta técnica analítica, «el objeto diccionario nos mostrará cómo estos nuevos Estados […] moldean el imaginario nacional a partir de la imposición de un modelo lingüístico determinado» (p. 129).

En el capítulo sexto, «El elemento indígena, lo indígena», la autora analiza la presencia de discursos civilizatorios, característicos de las políticas asimilacionistas del estado moderno durante el siglo xix, en los paratextos de los diccionarios. Si bien no es frecuente encontrar el tópico en los paratextos del corpus, en los que sí se desarrolla, se concibe el éxito de la acción civilizatoria de los pueblos indígenas a través de la castellanización, es decir, de una aculturación monoglósica que desplaza las lenguas indígenas y que es efecto de los procesos estandarizadores modernos. Por la escasa referencia al problema en los paratextos, la autora advierte que es fundamental realizar una revisión exhaustiva de los artículos lexicográficos. En ellos se comprueba nuevamente la exclusión del indígena y de su lengua del proyecto de estado-nación. Frente a esto, surgen discursos de «atesoramiento» de ciertos elementos lingüísticos de los pueblos indígenas, constitutivos de un patrimonio y memoria lingüística destinada a desaparecer por el avance necesario de la civilización y el progreso (Lauria, 2010). Se identifica, por tanto, una tensión entre preservar un léxico indígena y silenciar al indígena.

En el capítulo séptimo, «El caso de Chile», la autora entrega antecedentes relativos a la historia política de Chile y, en específico, el republicanismo, para comprender cómo se instala allí un modelo de estandarización racionalista. Entre los hitos clave de la estandarización durante el siglo xix destaca la fundación de la Universidad de Chile, puesto que este cuerpo académico estuvo a cargo de la aprobación de toda obra que tuviera una función pedagógica, tal como los diccionarios del corpus del estudio, o la fundación de la Academia Chilena de la Lengua, de la que varios de los autores de los diccionarios trabajados fueron miembros. Tras el análisis de las funciones de diferentes repertorios lexicográficos, la autora demuestra que el proceso estandarizador fluctuó «entre la defensa de una norma de carácter monocéntrico, el estudio científico del español de Chile y la necesidad de establecer un trabajo descriptivo y coordinado con la Real Academia Española» (p. 195). Dichas tensiones o ambivalencias, como las llama la autora, son rastreables a través de los artículos lexicográficos y los tipos de actos de habla que constituyen, a saber, directivos y representativos. En ellos, se observa una dualidad entre la defensa de la diferencialidad y su penalización (p. 204).

Diccionarios del fin del mundo es una invitación a pensar la práctica lexicográfica y el objeto diccionario en su dimensión histórica, contextual, ideológica y, por supuesto, lingüística. Sin duda, uno de los aspectos más loables de este trabajo es precisamente la defensa de dicha multidimensionalidad en el abordaje del diccionario monolingüe en Chile e Hispanoamérica. Esta obra en gran medida da cuenta del estado del arte del problema lexicográfico, a través del comentario crítico de las aportaciones de importantes pensadores en lingüística y lexicografía, como lo son Eugenio Coseriu, Fernando Lara, Günter Haensch, J. L. Austin, Einar Haugen, Jürgen Habermas, entre otros. Por tanto, quien lea aprenderá no solo de diccionarios, sino que también cómo estas propuestas teóricas permiten repensar la práctica hispanoamericana centrada en los diccionarios.

Referencias

Geeraerts, D. (2003). Cultural models of linguistic standardization. En R. Dirven, F. Roslyn y M. Pütz (Eds.), Cognitive Models in Language and Thought. Ideology, Metaphors and Meanings (pp. 25-68). De Gruyter Mouton. https://doi.org/10.1515/9783110892901.25

Lara, F. (1997). Teoría del diccionario monolingüe. El Colegio de México.

Lauria, D. (2010). Tratamiento de indigenismos en el Vocabulario rioplatense razonado de Daniel Granada (1889). Ianua, (10), 175-202.

Narvaja de Arnoux, E. N. y Del Valle, J. (2010). Las representaciones ideológicas del lenguaje: Discurso glotopolítico y panhispanismo. Spanish in Context, 7(1), 1-24. https://doi.org/10.1075/sic.7.1.01nar

Tania Avilés

School for International Training, SIT

tania.aviles@sit.edu

ORCID: 0000-0001-8282-9610


[1] La autora del libro utiliza el término Hispanoamérica, por lo cual esta reseña reproduce este uso.