Philologia Hispalensis · 2024 Vol. · 38 · Nº 2 · pp. 131-164

ISSN 1132-0265 · © 2024. E. Universidad de Sevilla. · (CC BY-NC-ND 4.0 DEED)

https://dx.doi.org/10.12795/PH.2024.v38.i02.06


Autoría e identidad de género. Perspectivas cruzadas a propósito de El pensionado de Santa Casilda

AUTHORSHIP AND GENDER IDENTITY. CROSSED PERSPECTIVES REGARDING EL PENSIONADO DE SANTA CASILDA

Dolores Romero López

Universidad Complutense de Madrid

dromero@filol.ucm.es

ORCID: 0000-0002-1230-5392

María Jesús Fraga

Universidad Complutense de Madrid

mjfraga23@gmail.com

ORCID: 0000-0001-9952-7627

José Calvo Tello

Göttingen State and University Library

calvotello@sub.uni-goettingen.de

ORCID: 0000-0002-1129-5604

Recibido: 11-10-2023. Aceptado: 31-01-24

Resumen

En 2022 la editorial Renacimiento en su colección Biblioteca Elena Fortún publica por primera vez la novela El pensionado de Santa Casilda atribuida a dos escritoras: Elena Fortún (Madrid, 1886-1952) y Matilde Ras (Tarragona, 1881-Madrid, 1969). La novela original está firmada con el seudónimo «Rosa María Castaños». Hay documentos que atestiguan que ambas escritoras acordaron escribir una novela de tema lésbico cada una y utilizar el mismo seudónimo para solapar su identidad. El objetivo de este artículo es averiguar la verdadera autoría de El pensionado de Santa Casilda. Para ello se emplearon dos metodologías cruzadas: la de la lectura cercana de fuentes y comparación de estilos de las obras de cada una de las autoras y la lectura distante que compara estas obras con otros datos de época siguiendo los principios de la estilometría. El cruce de resultados no es coincidente y sería aventurado proponer de manera concluyente quién es la autora o autoras de El pensionado de Santa Casilda.

Palabras clave: El pensionado de Santa Casilda, Elena Fortún, Matilde Ras, lectura cercana, lectura distante, estilometría.

Abstract

In 2022 the publishing house Renacimiento in its collection Biblioteca Elena Fortún published for the first time the novel El pensionado de Santa Casilda attributed to two writers: Elena Fortún (Madrid, 1886-1952) and Matilde Ras (Tarragona, 1881-Madrid, 1969). The original novel is signed with the pseudonym “Rosa María Castaños”. Documents attest that both writers agreed to write a novel with a lesbian theme and to use the same pseudonym to conceal their identities. The aim of this article is to find out the true authorship of El pensionado de Santa Casilda, the concealment of which is due to cultural impostures typical of the Silver Age. To this end, two cross-methodologies were used: the close reading of sources and comparison of the styles of the works of each of the authors; and the distant reading that compares these works with other period data following the principles of stylometry. The results do not coincide, and it would be risky to propose conclusively who is the author or authors of El pensionado de Santa Casilda.

Keywords: El pensionado de Santa Casilda, Elena Fortún, Matilde Ras, Close Reading, Distant Reading, Stylometry.

1. Introducción

La novela El pensionado de Santa Casilda se publica por primera vez en 2022 por la editorial Renacimiento reconociendo como autoras a Elena Fortún y Matilde Ras. Posiblemente, la obra de Elena Fortún sea mucho más conocida para el público por ser la creadora de las célebres novelas sobre Celia, el personaje infantil más emblemático del siglo xx sobre el que se rodó una serie con guion de Carmen Martín Gaite y dirección de José Luis Borau. La vida y obra de Elena Fortún (Madrid, 1886-1952) constituye una verdadera crónica de la España de los años veinte y treinta del siglo xx. Ni ella ni sus personajes terminan de adaptarse al mundo moderno, empezando por el hecho de que «Elena Fortún» es un seudónimo de su verdadero nombre, Encarnación Aragoneses Urquijo, que la escritora tomó prestado de una de las novelas escritas por su marido, Eusebio Gorbea, militar y también escritor con el que tuvo dos hijos, el menor de los cuales falleció a temprana edad. Asentados en la calle Ponzano, el matrimonio Gorbea conoció a figuras intelectuales relevantes del Madrid de los años veinte. Elena Fortún formó parte de distintas asociaciones entre las que destaca la Sociedad Teosófica, la Residencia de Señoritas y el Lyceum Club Femenino. En esos ambientes Elena Fortún posiblemente conoce a otras mujeres también escritoras como Adelina Gurrea, Victorina Durán, María Rodrigo y María Lejárraga.

Sin embargo, Matilde Ras (Tarragona, 1881-Madrid, 1969) es casi desconocida en su labor como ensayista, narradora, articulista y dramaturga y se la reconoce por haber introducido en España la grafología, disciplina a la que dedicó varias monografías. Su obra literaria está siendo rescatada y actualmente contamos con la antología El camino es nuestro (Fortún y Ras, 2015), Cuentos de la Gran Guerra (Ras, 2016) y su Diario (Ras, 2018), escrito desde Lisboa y dedicado a su amiga Elena Fortún.

Muy probablemente las dos escritoras entablaron amistad en la redacción de la revista Blanco y Negro donde colaboraron durante los años veinte y treinta. Elena Fortún y Matilde Ras tuvieron vidas muy diferentes: la madrileña Elena Fortún procedía de familia poco instruida, se casó, fue madre y llegó tarde a la literatura. Matilde Ras fue hija de un arquitecto y su madre había estudiado magisterio. Ras recibió una esmerada educación francesa y escribía desde pequeña. Se convirtió en una mujer muy culta que nunca se casó ni tuvo hijos. A pesar de sus diferencias vitales, su admiración fue mutua y entablaron una profunda amistad que eventualmente evoluciona hacia una relación afectiva tal y como se recoge en El camino es nuestro (Fortún y Ras, 2015). Ambas escritoras se comprometieron con la defensa de los derechos de la mujer en los años veinte y treinta, quizá Elena Fortún de una manera más vehemente por su compromiso con la Segunda República —por lo que tendría que exiliarse años más tarde— y Matilde Ras desde un feminismo más personal, fruto del libre pensamiento, pero igualmente reivindicativo y comprometido con la educación de la mujer y la igualdad en derechos sociales.

En ese contexto, en algún momento de los años treinta, la amistad entre Elena Fortún y Matilde Ras las llevó a fraguar un pacto de escritura mediante el cual cada una de ellas escribiría haciendo uso del mismo seudónimo «Rosa María Castaños» una novela de tema lésbico; de esta manera quedaban resueltas sus inquietudes y amparado el prestigio profesional del que ya gozaban ambas. El uso del seudónimo en la literatura escrita por mujeres fue común y frecuente desde el Romanticismo para amparar la autoría femenina (Romero López, 2011, 2013). Las relaciones lésbicas no estaban bien vistas en la época, pero se pueden leer especialmente como fetiche en la literatura erótica escrita por hombres y para hombres. Todavía quedaba un largo camino por andar para que las mujeres pudieran afrontar su lesbianismo con naturalidad y el merecido respeto social. Las dos novelas firmadas con el seudónimo «Rosa María Castaños» fueron: Oculto sendero (Fortún, 2016) y El pensionado de Santa Casilda (Fortún y Ras, 2022), ambas inéditas hasta nuestros días por diversas circunstancias.

Aunque no sabemos el momento en que estas dos novelas fueron escritas, es interesante recordar que ambas autoras habían compartido vivienda y trabajo durante algunas temporadas. Así lo rememora en 1946 Matilde Ras en su Diario:

Recordemos, Elena, cuando en tu claro, primoroso, risueño hotel, escribía ante la ventana abierta por donde entraban rumores de árboles y fragancias de jardín. Y donde nos leíamos nuestras cuartillas, cambiando nuestros leales pareceres…

Y mientras, no sonaban las bombas ni los obuses… (Ras, 2018: 264)

La coda final remite al tiempo que Matilde Ras vivió en el hotelito que poseía Elena Fortún en Chamartín de la Rosa tras ser bombardeada su casa de Argüelles en noviembre de 1936. Su estancia acaba a mediados de abril de 1937, fecha en que parte para Tarazona de la Mancha. No era la primera vez que ambas compartían vivienda, ya que, tras la muerte de su madre en 1935, Matilde Ras residió en Chamartín durante un tiempo indeterminado[1]. Posteriormente, las dos autoras volvieron a coincidir algunos meses en Valencia en el otoño de 1937. El 18 de octubre de dicho año, Matilde envía una carta al folclorista y cervantista Francisco Rodríguez Marín —con quien mantuvo una extensa correspondencia— diciéndole que Elena Fortún le había propuesto: «que entre ambas compusiéramos un libro de canciones de corro o de esparcimiento para chicas, como una renovación de las eternas…»[2].

El manuscrito de El pensionado de Santa Casilda, mecanografiado con tinta violeta a una cara sobre 562 cuartillas de papel blanco amarilleado por el tiempo, está encuadernado sin tapas y de modo artesanal mediante dos agujeros efectuados en el margen izquierdo a través de los cuales las cuartillas se unen con un cordel. Se conserva en el Archivo de la Biblioteca Regional de Madrid en la Colección personal de Elena Fortún, donada por la familia de la profesora Marisol Dorao, su biógrafa. En las páginas 378-379 de la biografía[3] escrita por Dorao se incluye la posdata de una carta de Elena Fortún dirigida a su amiga argentina Inés Field[4], fechada en Barcelona el 25 de julio de 1951 —poco tiempo antes de su fallecimiento— donde se afirma: «Unos originales míos que tiene Lola[5], te ruego que se los pidas y los quemes sin dejar nada». Más adelante, Marisol Dorao indica:

De las manos de Lola pasaron a las de Manuela Mur[6]. Uno de ellos es una novela semi autobiográfica titulada, Oculto sendero[7], y el otro es una novela lesbiana, El pensionado de Santa Casilda. Las dos obras están firmadas con el seudónimo de «Rosa María Castaños». (Dorao, 2001: 279)

No es descabellado pensar que ambos manuscritos fueran mecanografiados por la misma persona en la misma máquina: al color violeta de la tinta, al formato tamaño cuartilla se une la falta del signo de admiración de apertura que lleva a utilizar doblemente el de cierre con una separación superior a la ordinaria. A diferencia de El pensionado de Santa Casilda, el manuscrito mecanografiado de Oculto sendero se le entregó a Marisol Dorao encuadernado en tela por un profesional.

El archivo citado custodia también un cuaderno de espiral donde Marisol Dorao anotaba los detalles de su búsqueda de información sobre la vida y la obra de Elena Fortún. Durante el viaje a Argentina, realizado en 1991 con la finalidad de obtener datos sobre las vivencias de Elena Fortún en el exilio bonaerense, escribe:

A punto ya de salir, suena el teléfono y era Manuela Mur: que tenía dos libros que enseñarme que la tenían muy inquieta y que no quería que se enterase nadie, ni siquiera Inés[8]. Inés fue quien se los dio, pero hace mucho tiempo, y ya no se acuerda de ellos[9]. (Dorao, 1991: s. p.)

Manuela Mur visita a Marisol Dorao durante su estancia en Buenos Aires, le entrega los dos manuscritos y le informa sobre el origen de ambos:

Parece que Elena Fortún y Matilde Ras, que siempre fueron muy amigas, se comprometieron a hacer, cada una novela y entregársela a la otra. Esas dos novelas son las que tiene ahora Manuela y no comprendo bien por qué está tan nerviosa por ellas. Lo curioso es que las dos están firmadas por «Rosa María Castaños»[10], y las dos tienen el estilo de Encarna (no de EF[11]) que yo conozco ya tan bien. Cuando yo llegue a Cádiz, compararé este ejemplar (que se titula Oculto sendero) con el que yo tengo que no lleva título. Pero el otro era el que le preocupaba a Manuela, hasta el punto de decirme que, si no me llega a encontrar a mí, lo hubiera quemado. (Dorao, 1991: s. p.)

En el mismo cuaderno se transcribe otra conversación donde Manuela Mur le explica a Marisol Dorao la razón por la que los dos manuscritos estaban en su poder: «En una carta [de Elena Fortún] a su amiga Inés, le pide que los destruya. Pero Inés no tuvo ánimo para ello y por eso llegaron hasta mis manos» (Dorao, 1991: s. p.). El que le preocupaba a Manuela Mur tiene por título El pensionado de Santa Casilda y su autora, según el único testimonio del que se dispone actualmente, sería supuestamente Matilde Ras, ya que numerosas de las vivencias de la protagonista de Oculto sendero se vinculan a la experiencia vital de Elena Fortún expresada en su abundante correspondencia: las dos protagonistas deben esconderse de su familia para desarrollar su vocación, la una para pintar, la otra para escribir; contraen matrimonio con un artista «academicista» y pierden un hijo a edad temprana. Permanecen en Tenerife durante dos años y, al regresar a Madrid —resueltas a madurar como autoras—, preparan un hogar en donde vivir con sus respectivos esposos, pero se reservan para ellas una habitación propia.

Pero el que le preocupaba a Manuela Mur era El pensionado de Santa Casilda, quizá por su lesbianismo más explícito. Su examen revela que la letra de las correcciones hechas a mano corresponde a Matilde Ras. Esta apreciación, fruto de nuestro conocimiento de la letra de la autora catalana tras haber realizado numerosas transcripciones de sus escritos[12] fue confirmada por el autorizado calígrafo Germán Belda[13], coeditor del libro Diccionario de Grafotecnia de Matilde Ras (2020). Por descontado, estas certezas no descartan la posibilidad de que en los procesos de redacción o mecanografiado del texto haya colaborado (o intervenido) Elena Fortún, la amiga con quien Matilde Ras se había comprometido en ese insólito pacto literario[14].

El pensionado de Santa Casilda fue publicado en 2022[15] por la editorial Renacimiento dentro de la colección Biblioteca Elena Fortún con una larga introducción de Nuria Capdevila-Argüelles. En ella se da a entender que la autora del libro fue Elena Fortún, basándose en que ambos volúmenes van firmados con un mismo pseudónimo, aunque, más adelante, se indica que durante su lectura «se siente» la mano de Matilde Ras como colaboradora. Por esta razón figuran los nombres de las dos autoras en la portada de dicha edición. En la introducción, Capdevila-Argüelles señala otro punto que le impide asumir sin reservas la afirmación de Manuela Mur: la dificultad para explicar cómo y cuándo llegó el manuscrito de El pensionado de Santa Casilda a Buenos Aires, ciudad que Matilde Ras nunca visitó. Por último, Capdevila-Argüelles cuestiona la calidad de la autora catalana como novelista y aduce como ejemplo tres de sus novelas: Quimerania (Ras, 1918)[16], Heroísmos oscuros (Ras, 1968) y Charito y sus hermanas (1942), esta última por su «estilo forzado y sin humor» (Fortún y Ras, 2022: 26). Pero en la introducción se omite el análisis de otras obras publicadas de Matilde Ras, como la novela Donde se bifurca el sendero (Ras, 1913)[17] y la colección de relatos Cuentos de la Gran Guerra (Ras, 2016). En todo caso, ambas escritoras se enfrentaban por primera vez a una novela de contenido lésbico. Hay consenso crítico a la hora de afirmar que quien escribe Oculto sendero es Elena Fortún, pero hay dudas sobre la autoría de El pensionado.

El objetivo de este artículo es dilucidar de quién es la autoría de El pensionado de Santa Casilda porque a pesar de que Nuria Capdevila-Argüelles se inclina por Elena Fortún con colaboración de Matilde Ras, lo cierto es que —como se ha expuesto más arriba— existió un pacto de escritura entre las dos autoras para que cada una escribiera bajo el mismo seudónimo una novela de tema lésbico y, por tanto, si tenemos claro que Oculto sendero es de Fortún, lo lógico sería pensar que El pensionado fuera escrito por Ras, aunque el manuscrito de este texto, posiblemente mecanografiado por Elena, terminará compartiendo el mismo destino de la autora que se exilia en Argentina en otoño de 1939. Para dilucidar este enredo se hará uso de dos metodologías complementarias: aquella que, desde la filología, se acerca al texto y a su lectura atenta y la que, desde la estilometría, utiliza métodos estadísticos y computacionales para examinar elementos como la elección de palabras, estructuras de oraciones, ritmos y otros aspectos de estilo para determinar patrones, autores o atribuciones de autoría.

2. Perspectivas cruzadas: metodologías y resultados

La pregunta de investigación —¿quién escribió El pensionado de Santa Casilda, Elena Fortún o Matilde Ras?— surge al tratar de dar sentido a datos biográficos y filológicos. El principal objetivo de este artículo es despejar esta incógnita partiendo de una aproximación de lectura atenta —extraída de cartas, notas escritas a mano y aspectos históricos y estilísticos—, y completarla con las metodologías basadas en la lectura distante de Franco Moretti (2013) y el macroanálisis de Matthew Jockers (2013), que modelan sistemas literarios de manera estadística y ahistórica. Más concretamente, analizamos los textos usando métodos provenientes de la estilometría (Oakes, 2009) y el aprendizaje automático (Müller y Guido, 2016; Alpaydin, 2010). El libro clásico de María Jesús Cabral, María Herminia Laurel y Frank Schuerewegen (Cabral et al., 2014) sobre Lire de près, de loin Close vs. distant reading también apuesta por la necesaria complementariedad de ambas lecturas para responder preguntas específicas de la investigación. Dentro de este libro en el capítulo de Ana María Coutinho se defiende esta lectura bifocal como un aspecto metodológico propio del comparatismo (Cabral et al., 2014: 69-78). Igualmente, Katherine Bode (2017) detecta desviaciones significativas en uno y otro método con el fin de explorar cómo ambos pueden complementarse y dar respuesta a preguntas interesantes para gestionar la complejidad —como es el caso del ocultamiento de la identidad por cuestiones de género en la novela objeto de nuestro estudio—. Jay Jin (2017) plantea un problema de escala de datos en los debates sobre lectura cercana y lectura a distancia en la actualidad. Otros autores abundan en la misma metodología ya que cada vez es más difícil establecer los límites entre las distintas modalidades de lectura y defienden una integración que reúna piezas diversas en conjunto significativos capaces de extraer perspectivas integradoras (Martos Núñez y Martos García, 2018: 31). Un caso práctico que resulta inspirador es la investigación llevada a cabo Joanna Taylor, Ian Gregory y Christopher Donaldson (Taylor et al., 2018) que apuestan en su análisis por superar el binarismo utilizando un corpus literario sobre el Distrito de los Lagos en Inglaterra al que se aplica el enfoque multi-escalado conocido como análisis de texto geográfico (GTA), que combina aspectos de la lectura cercana y la lectura a distancia. Por tanto, la aproximación teórica aquí defendida está avalada como práctica científica y es la más adecuada para dar respuesta a la pregunta de investigación.

2.1. Una lectura cercana: Matilde Ras, autora de El pensionado de Santa Casilda

Las similitudes estructurales de las novelas provenientes del pacto literario entre Elena Fortún y Matilde Ras que establecía que cada una de ellas escribiría una novela de tema lésbico son evidentes: Oculto sendero y El pensionado de Santa Casilda se dividen en partes que refieren a las diferentes etapas evolutivas de las jóvenes protagonistas. La acción principal se desarrolla en los mismos escenarios (Madrid y alrededores) y épocas (el periodo de entreguerras). Con las perspectivas de un viaje sin un final claro, las protagonistas, deseosas de dejar atrás un pasado conflictivo, encaran un incierto futuro con el que se pone fin a los dos relatos. Ambas novelas siguen el proceso madurativo de una joven (en el caso de Oculto sendero, un relato que cumple los tópicos de la novela de «formación») o de varias (en el de El pensionado…, que adopta en su primera parte la factura de las «novelas de internado»). En los dos relatos, cada protagonista es seducida por una mujer mayor que ella. Los escenarios, las ropas y el relativo aislamiento donde se producen estos primeros encuentros (chalet, playa, bañadores y albornoces) presentan marcadas similitudes. Las dos protagonistas viven solas en casas de cierto lujo, son cultas y poseen un habla marcadamente similar y alejado del español estándar. Ambas son mujeres de mundo, independientes.

En ambas novelas, los diálogos tienen un importante papel. Las dos autoras son expertas en el manejo de este recurso; en el caso de Elena Fortún es justamente en la habilidad para captar el habla de los distintos interlocutores donde reside uno de sus mayores aciertos. Matilde Ras es autora de seis celebrados diálogos platónicos (véase Cuentos de la Gran Guerra) y diestra también en el manejo de esta herramienta. En esta comparativa El pensionado de Santa Casilda cuenta con una mayor proporción de diálogos. Es muy posible que algunas de estas características formaran parte del mencionado pacto que se cerró entre las autoras, lo que, sin duda, añade cierta dificultad a la hora de tratar de determinar sus respectivas autorías.

No obstante, una lectura cercana del manuscrito mecanografiado comparándolo con aspectos de la vida de Matilde Ras y con el resto de sus obras reeditadas recientemente inclinan la balanza a favor de que Matilde Ras sea la autora de El pensionado de Santa Casilda.

2.1.1. Aspectos coincidentes entre autora y protagonista

A diferencia de Oculto sendero —cuya protagonista es María Luisa Arroyo, pintora y alter ego de Elena Fortún—, El pensionado de Santa Casilda es una novela coral, cuyas protagonistas son las internas en un colegio de monjas francesas. En torno a Ofelia, su personaje principal, confluyen varios elementos que hacen pensar que su figura está inspirada en la propia circunstancia vital de Matilde Ras. En primer lugar, su nombre, Ofelia, está tomado de un drama de Shakespeare, uno de los autores fetiche de Matilde Ras. La devoción de la joven Ofelia por el escritor inglés se hace patente en la siguiente expresión de la novela: «Y pasan por su imaginación —¡incorregible shakesperiana!— las sombras elegantes de Romeo y Julieta» (Fortún y Ras, 2022: 152). En el Diario de Matilde Ras, el autor inglés se recuerda en seis ocasiones, bien para situarlo entre los escritores más admirados de todos los tiempos, bien para evocar una escena de su infancia en la que «con la suntuosa trenza negrísima sobre el hombro» (Ras, 2018: 173) abandona sus labores de costura para copiar en su cuaderno un soneto de Shakespeare.

El cabello de Ofelia es, como el de Matilde, negro: la joven «arregla sus negros rizos» (Fortún y Ras, 2022: 124) y los lleva peinados de la misma manera: «La negrísima trenza, donde ¡ay! brillan hilos de plata, la hermosa trenza que Nati enrollaba a su brazo desnudo en noches de pasión…» (Fortún y Ras, 2022: 427). La trenza de Matilde Ras, una «suntuosa trenza negrísima» que llevaba sobre el hombro y que, canoso en su madurez, peinaba alrededor de su cabeza, es su atributo identitario más característico[18].

En la biblioteca del padre de Ofelia, muerto tempranamente —lo mismo que el de Matilde Ras—, se conservaban «los retratos de Cervantes, de Shakespeare y de Beethoven, los tres ídolos del que ya se ha ido a buscarlos a un mundo ideal…» (Fortún y Ras, 2022: 198). Junto con Shakespeare, estos dos artistas eran verdaderos iconos para Matilde Ras (2018: 67-68). Igualmente, la biografía de la madre de Ofelia presenta parecidos evidentes con la de la madre de la supuesta autora: «se educó en Francia y tiene allí el título de maestra [...] Tu madre podría ponerse de institutriz» (Fortún y Ras, 2022: 199). Y también «la mamá de Ofelia es profesora, habla francés perfectamente» (Fortún y Ras, 2022: 202).

Como la propia Matilde Ras, Ofelia vivía en el barrio de Argüelles de Madrid (Fortún y Ras, 2022: 181). Matilde y su madre, tras la muerte del padre en Cuba, pasaron verdaderas estrecheces por la falta de ingresos e igual le ocurre a la protagonista de El pensionado: «Ofelia y su madre conocen todas las privaciones, los desabrimientos y las humillaciones de la pobreza que se defiende con pobres armas» (Fortún y Ras, 2022: 209). Tanto Ofelia como Matilde son huérfanas de padre. Numerosas veces, «ni ella ni su madre tienen abrigo y van arrostrando valientemente el frío cruel de Madrid sin quejarse» (Fortún y Ras, 2022: 213). En carta a Rodríguez Marín (23 de marzo de 1910), Matilde Ras le manifiesta: «Los recursos, suficientes en estado normal para nuestra modestísima vida, no alcanzan para atender a la actual situación, ni aun calzando alpargatas y llevando pañuelo por todo abrigo como yo lo hago».

En más de una ocasión, Ofelia verbaliza versos que Matilde Ras ha retenido en su memoria a partir de sus numerosas lecturas, desde Fausto (Fortún y Ras, 2022: 290) hasta Leandro Fernández de Moratín: «Y por las altas / bóvedas de marfil vuela el suspiro…» (Fortún y Ras, 2022: 430). Como dan fe los que la conocieron, Matilde Ras, fruto de sus atentas lecturas y de su gran memoria, recitaba textualmente largos fragmentos de obras literarias de autores tanto españoles como extranjeros, que también intercalaba en sus cartas, artículos e incluso en sus respuestas a los lectores de los consultorios grafológicos. En este sentido, los tres versos con que comienza la «Chanson d’automne» de Verlaine (su poeta favorito), con su lograda metáfora auditiva, seguramente le resultan conmovedores y los rememora en más de una ocasión tanto en El pensionado de Santa Casilda: «Ofelia contesta con estos versos de Verlaine, en voz queda, con el más puro acento: Les sanglots longs / des violons / de l’automne…» (Fortún y Ras, 2022: 305) como en su Diario (1964) donde comenta que al atardecer de una noche otoñal al oír: «Lejanas notas de violín han entrado por la ventana abierta, en una ráfaga salada del mar» (Ras, 2018: 139). Una de las aficiones más placenteras de la autora catalana era la traducción de poemas[19]. La amante de Ofelia, en su saloncito, solo tiene un cuadro: la Danae de Tiziano al que admira en todos sus detalles —«[…] esa cara en la penumbra, esa carne atersiopelada, esa flexión de la rodiya (sic) […]» (Fortún y Ras, 2022: 219)—. Según afirma en su Diario (Ras, 2018: 78), Matilde Ras sitúa la obra de Tiziano en su particular mapa sagrado de la cultura. Al quedarse sola, Ofelia reflexiona sobre el peculiar aspecto del gabinete íntimo donde ambas se reúnen: «su lujo raro y perturbador, como un verso de Baudelaire…» (Fortún y Ras, 2022: 232). Los versos que la autora gusta de reproducir del poeta modernista van doblemente adjetivados en el mismo sentido en su Diario: los versos «suntuosos y sombríos» de Baudelaire (Ras, 2018: 97). Como se ha mencionado más arriba, gracias a sus atentas lecturas y a su gran memoria las alusiones a autores o personajes literarios, pintores y músicos en El pensionado son constantes, como también lo son en otras obras de Matilde Ras[20]. Como rasgo de autoría, hay que reseñar que denomine «Hamleto» (Fortún y Ras, 2022: 103) a la obra de Shakespeare; de igual manera la alusión a Hamlet es «Hamleto» en Cuentos de la Gran Guerra (Ras, 2018: 176). Esto en sí mismo parece un rasgo distintivo de autoría.

Cuestión aparte, por lo significativo de las semejanzas, es la descripción de los lugares que protagonista y autora recorren en sus respectivos viajes a París. Ofelia viaja con su amante buscando una nueva vida, mientras que Matilde Ras pasa junto a su madre en la capital francesa los años 1923 y 1925, becada por la Junta de Ampliación de Estudios para perfeccionar sus estudios en grafología. Esto se puede ver incluso en el estilo de sus descripciones, como se demuestra en el siguiente apartado.

2.1.2. Coincidencias en el estilo

Además, se pueden detectar coincidencias que atañen a rasgos de estilo lingüístico. A propósito del mencionado conocimiento que Matilde Ras tiene de París se presenta en la Tabla 1 párrafos extraídos de El pensionado de Santa Casilda y de su Diario (Russo, 2023) en los que describe de similar manera la experiencia vital que la autora comparte con la protagonista de su obra en París.

En la Tabla 2 se recogen dos extractos de El pensionado que figuran en otras obras de la autora. En primer lugar, la constatación de la etimología de «pasión» que «viene de padecer». Matilde, decidida partidaria de la ecuanimidad, advierte al apasionado que debe estar dispuesto a sufrir. En segundo lugar, la metáfora «las telas del corazón» no es difícil de encontrar en su prosa para referirse a «lo más íntimo». Dada su afición por la lectura de El Quijote, es muy posible que se haya inspirado en sus páginas[21]. Veamos algunos ejemplos comparados:

Tabla 1

Fragmentos contrastados de las obras de Matilde Ras

El pensionado de Santa Casilda (2022)

Diario (2018)

«Son las campanas de San Sulpicio –explica Totó–. La Iglesia donde Manon Lescaut fue a sonsacar al pobre caballero des Grieux…». (Fortún y Ras, 2022: 455)

«Oigo resonar desde aquí las ceremoniosas campanas de San Sulpicio. ¡Oh encantadoras sombras de Manon y del caballero des Grieux!». (Russo, 2023: 318)

«Ofelia descubre a Watteau en el Louvre; y se desilusiona ante el frío retrato de madame de Récamier». (Fortún y Ras, 2022: 456)

«Allí [en el Louvre] se comprende a Watteau». (Russo, 2023: 313)

«Desencanto ante el retrato de madame Récamier». (Russo, 2023: 313)

«se embelesan con las elegancias del teatro Eduardo VII donde aplauden a Sacha Guitry, autor y actor. Admiran a Molière en el Odeón, y a Racine en la Comedia Francesa, en cuyo escenario solloza Fedra, retorciéndose unos brazos dignos de ser añadidos a la Venus de Milo. A Ofelia le disgusta el Moulin Rouge». (Fortún y Ras, 2022: 457)

«...fuimos al Eduardo VII y vimos en Mozart a Sacha Guitry, el famoso autor y actor. Quedamos encantadas». (Russo, 2023: 320)

«ir a ver morir de desesperación a Fedra en la Comedia Francesa». (Russo, 2023: 322)

«indigencia espiritual del Moulin Rouge». (Russo, 2023: 322)

«Anoche vimos la trilogía Prometeo, de Esquilo, en el Teatro Esotérico, Square Rapp; hemos visto encadenar a Prometeo desnudo —un actor apolíneo, como para reconciliarse con el feo sexo— a la roca del Cáucaso». (Fortún y Ras, 2022: 469)

«Hemos visto en el teatro esotérico L’Etoile d’Orient el Prometeo de Esquilo, arreglado por Péladan. Se evita el pegote. Prometeo aparece desnudo encadenado en las rocas del Cáucaso después de haber robado el fuego a los dioses para los pobres efímeros…». (Russo, 2023: 321)

Nota. Fuente: realizado por María Jesús Fraga

Tabla 2

Otros fragmentos contrastados

El pensionado de Santa Casilda

Otros textos de Matilde Ras

«En ese caso […], no se trata de placer, sino de pasión, que es precisamente lo contrario, pues pasión viene de padecer, como usted sabe…». (Fortún y Ras, 2022: 221)

«El sustantivo —el fuerte sustantivo— ‘pasión’ viene de padecer». (Ras, 2018: 288)

«Ofelia siente un pinchazo en las telas del corazón». (Fortún y Ras, 2022: 149)

«…dejando a Natividad un rasguño en las telas del corazón…». (Fortún y Ras, 2022: 295)

«Más fría es aún la ráfaga que pasa sobre las telas del corazón». (Ras, 2018: 115)

«…me resbalaba sobre las mismas

telas del corazón». (Ras, 2018: 229)

Nota. Fuente: realizado por María Jesús Fraga

Otras características de las obras son marcadamente diferentes, lo que redunda en la idea de que la autora de Oculto sendero es Elena Fortún y la de El pensionado de Santa Casilda es Matilde Ras. El principal rasgo diferencial es que Oculto sendero está narrado por su protagonista en primera persona. Ese recurso, que concede mayor credibilidad al relato, no es en absoluto nuevo para Elena Fortún, que escribió sus célebres novelas de Celia desde ese único punto de vista. Por el contrario, El pensionado está narrado en tercera persona como podría esperarse dado su carácter coral. Además, Oculto sendero abarca un arco temporal mayor, ya que se ocupa de la infancia de la protagonista, a la que dedica más de la tercera parte del texto, mientras que El pensionado comienza el relato cuando las protagonistas son adolescentes. Dado el carácter íntimo de las relaciones lésbicas de ambas novelas, destaca la mayor sensualidad que se manifiesta en El pensionado: las descripciones de los personajes femeninos son más detalladas y los distintos rasgos van acompañados de un mayor número y riqueza de adjetivación.

Teniendo en cuenta el pacto entre las dos escritoras que consiste en escribir cada cual su novela de tema lésbico con el mismo seudónimo, el hecho de saber que Oculto sendero lo escribió Elena Fortún y —una vez analizados aspectos biográficos coincidentes entre protagonista y escritora y los rasgos coincidentes de su estilo— la conclusión final de esta lectura cercana es que El pensionado de Santa Casilda lo escribió Matilde Ras a mano —manuscrito perdido—, lo pasó a máquina Elena Fortún supuestamente y sobre esa versión, Matilde Ras hizo correcciones a mano —que es el original mecanografiado que ha servido para la publicación de la novela en 2022—. Ambos manuscritos —el de Oculto sendero y el de El pensionado— mecanografiados por Elena Fortún, quedaron bajo el control de Elena Fortún y, por eso, fueron localizados por su biógrafa a finales del siglo xx en Buenos Aires. Se desconoce si Elena Fortún se los llevó en su maleta en el momento del exilio o si alguien se los hace llegar desde España años más tarde.

2.2. Una lectura distante: Fortún, Ras y piezas que no encajan

En esta sección se presenta un análisis cuantitativo centrado en la verificación autorial de El pensionado de Santa Casilda considerando como candidatas a Elena Fortún y Matilde Ras. Junto con los textos de estas dos autoras, utilizamos otros textos narrativos de autoras y autores de la Edad de Plata para observar cómo estos textos son tratados por los algoritmos. En primer lugar, describimos los corpus utilizados, después describimos la metodología que engloba tanto métodos supervisados como no supervisados provenientes en general del aprendizaje automático y más concretamente utilizados con frecuencia en estilometría. Finalmente, discutimos los resultados de los diferentes experimentos de esta lectura distante.

2.2.1. Corpus y metodología

Los conjuntos de textos (o corpus) utilizados para este análisis pueden ser organizados en primer lugar en dos corpus:

  1. un corpus ad hoc con el texto discutido, junto con otros textos narrativos ficcionales (colecciones de cuentos y novelas) de Ras y Fortún;
  2. un corpus de comparación de autoras y autores de la Edad de Plata con textos narrativos ficcionales.

El corpus diseñado específicamente para este artículo o corpus ad hoc contiene tres textos atribuidos a Elena Fortún: la colección de cuentos Cuentos infantiles (1936) así como las novelas Celia en la revolución (1943) y Oculto sendero (s. d.). Debido a las similitudes de esta última novela con la novela analizada, para ciertos análisis se trata este texto de manera especial, por ejemplo, excluyéndolo de ciertos análisis, como se explicará más adelante. En cuanto a Matilde Ras, este corpus contiene Cuentos (1913), Cuentos de la Gran Guerra (1915) y la novela Charito y sus hermanas (1942). Ninguno de los textos de este corpus se encuentra publicado digitalmente en abierto, por lo que María Jesús Fraga aportó sus documentos digitalizados y controló cada uno de los textos de manera manual. Los textos fueron convertidos a archivo XML-TEI para que los capítulos o cuentos individuales quedasen marcados de manera explícita y posteriormente tratar cada capítulo y cuento como un documento individual. De esta manera se pasó de un corpus de siete documentos (novelas y colecciones de cuentos) a un corpus de 205 textos (capítulos y cuentos individuales), en el que Ras está representada por 74 documentos, Fortún por 92, junto con los 39 capítulos de El pensionado de Santa Casilda.

El corpus de comparación se basa en dos corpus previamente recopilados que contienen colecciones de cuentos y novelas de la Edad de Plata, ambos también codificados en XML-TEI. El primero forma parte del conjunto de corpus para literatura de lenguas romances textbox (Schöch et al., 2019; Calvo Tello et al., 2018) y contiene 20 colecciones de cuentos de Pardo Bazán, Clarín, Blasco Ibáñez, Galdós, Miró, Pereda, Unamuno y Valle-Inclán. Al separar los documentos por cuentos individuales, llegamos a un corpus con 302 documentos. Como se puede observar al leer los nombres de los autores, los cuentos de este corpus fueron escritos casi en su totalidad por hombres y todos son parte de generaciones anteriores a las autoras estudiadas en este artículo. Hubiese sido necesario contar con colecciones de cuentos de autoras y autores de los años veinte y treinta, pero lamentablemente no están disponibles de momento.

El segundo componente del corpus de comparación es un subconjunto de textos provenientes del Corpus of the Novels of the Spanish Silver Age (CoNSSA). El corpus contiene textos de cien autores y siete autoras, como Alarcón, Aub, Aparicio, Baroja, Pardo Bazán, Burgos, Carrere, Concha Espina, Domenchina, Foxá, Galdós, Herrera, Jarnés, Lanza, Madariaga, Picón, Poncela, Sender, Serna o Unamuno. Aunque este corpus contiene más mujeres y más textos publicados en los años treinta, se sigue observando un sesgo a favor de hombres y de textos escritos en décadas anteriores (Calvo Tello, 2021a: 114, 125-127). El corpus ha sido descrito en profundidad en otras publicaciones (Calvo Tello, 2021a, 2021b) y aunque al componerlo las principales preguntas estaban relacionadas con cuestiones sobre las características de los subgéneros de la novela, ya ha sido utilizado para otro tipo de preguntas de investigación (Calvo Tello y Rißler-Pipika, 2022; Calvo Tello, 2019). Aunque el corpus contiene en su totalidad 358 textos, algunos autores como Baroja, Galdós o Pardo Bazán representan un porcentaje alto de novelas debido a su extensa producción de novelas. Para equilibrar hasta cierto punto la cantidad de material por autor que se utilizaba en el análisis, se limitó a un máximo de 10 obras por autor. De esta manera, construimos un corpus con 187 textos, que, al ser divididos en capítulos, suponen un total de 4775 textos.

En suma, los diferentes corpus —con textos de la época narrativos y actualmente disponibles— sumarían 214 volúmenes (novelas y colecciones de cuentos) y 5282 capítulos o cuentos individuales.

En cuanto a la metodología, se usaron métodos provenientes del aprendizaje automático que han sido utilizados en las últimas décadas en estilometría en general y más en concreto para estudios de autoría. Aplicamos tanto métodos no supervisados (como reducción de dimensionalidad o clusterización) como métodos supervisados (clasificación), que serán explicados en mayor detalle al aplicarlos. Para los métodos no supervisados utilizamos el paquete R stylo (Eder et al., 2016), que disfruta de amplia aceptación en la comunidad investigadora de humanidades digitales. Para los métodos supervisados, utilizamos principalmente funciones de la librería Python sk-learn (Müller y Guido, 2016).

Para textos en español, la estilometría aplicada a preguntas autoriales ha sido utilizada mayoritariamente para textos de la Edad de Oro (Cuéllar y García-Luengos, 2023; Ulla Lorenzo et al., 2020; Hernández Lorenzo, 2019; Cerezo Soler y Calvo Tello, 2019; De la Rosa y Suárez, 2016), lo que no es sorprendente debido al altísimo número de textos de autoría discutida además de la mejor situación de digitalización de los textos de esa época. En este artículo también se quiere constatar que la estilometría se puede aplicar para dilucidar autorías contemporáneas.

Es importante hacer la distinción entre estilometría y estilometría aplicada a problemas autoriales. Los diferentes métodos estilométricos agrupan o clasifican los textos del corpus utilizado según ciertas similitudes lingüísticas. Usar esas similitudes como indicios sobre la autoría del texto es una decisión de los investigadores, de si quieren usar los resultados para responder sobre quién o quiénes escribió o escribieron el texto.

Aunque por razones históricas muchas de las autoras y autores de los corpus de novelas y cuentos de la Edad de Plata usados no podrían haber estado involucrados en la autoría de El pensionado de Santa Casilda, se utilizan como posibles impostores, siguiendo una serie de trabajos estilométricos de los últimos años (Koppel y Winter, 2014). El objetivo de mantener en el corpus textos de estos impostores (escritores que no podrían ser autores del texto analizado) es el de poder observar cómo trata el algoritmo a esos autores. Imaginemos que el algoritmo asigna la clase «Galdós» a alguno de los capítulos de El pensionado de Santa Casilda. Sabemos por razones históricas que Benito Pérez Galdós no puede ser el autor de los capítulos de esta novela. El algoritmo solo habría asignado «Galdós» a algunos capítulos porque tienen similitudes léxicas con los textos de Galdós presentes en el corpus. Es decisión de los investigadores aceptar o no que esa similitud indique algo sobre la autoría del texto o si lo interpretamos como otro tipo de índice, por ejemplo, que el verdadero autor de este capítulo no está presente en el corpus y que, por lo tanto, el algoritmo se ve forzado a asociar el texto analizado a otros textos de otros autores.

2.2.2. Métodos no supervisados

Queremos comenzar explorando el corpus mediante técnicas de reducción de dimensionalidad como es el Principal Component Analysis —PCA— (Binongo y Smith, 1999), un método ampliamente utilizado en visualización de datos en general y concretamente en estilometría. En primer lugar, analizamos el corpus ad hoc de ambas autoras junto con el texto analizado tanto a nivel de volumen como a nivel de capítulos y cuentos. En ambos casos se observa que ambas autoras quedan diferenciadas utilizando los dos ejes. En la Figura 1, los tres textos de Ras (con el texto en azul) quedarían en la parte inferior derecha, los de Fortún (verde) en la superior izquierda, mientras que el texto discutido (rojo) quedaría entre ambas autoras, en la sección inferior izquierda de la visualización[22]. El texto discutido quedaría en el rango de Ras utilizando el eje vertical, mientras que quedaría entre los textos de Fortún utilizando el eje horizontal. Es decir, los resultados de este primer análisis señalan similitudes de El pensionado de Santa Casilda con los textos de ambas autoras y, por lo tanto, que ambas podrían ser sus autoras.

La exploración en cuanto a capítulos en la Figura 2 mantiene los mismos colores anteriormente utilizados (Ras azul, Fortún verde, Castaños rojo) y muestra resultados similares: mientras que los capítulos de El pensionado de Santa Casilda aparecen en el rango de los de Ras en el eje vertical, lo hacen también en el rango de los textos de Fortún usando el eje horizontal. Tampoco parece que unos capítulos hayan sido escritos por una autora y otros por otra.

Figura 1

PCA de los volúmenes completos del corpus ad hoc

Nota. Fuente: realizado por José Calvo Tello

En la Figura 3 se muestra este mismo análisis para los textos hasta ahora analizados junto con una selección aleatoria de textos de los otros autores (para mejorar la visualización de los nombres de los archivos). En esta visualización, los nombres de los archivos de Fortún siguen estando en verde y los de Castaños en rojo, mientras que los de Ras aparecen en negro y los de los otros autores o impostores están en azul. En esta visualización se observa que los textos de las dos autoras analizadas no aparecen cercanos entre sí, por lo que cualquier afirmación sobre la autoría basada en esta figura es cuestionable. Lo que sí podemos decir es que los textos más cercanos a El pensionado de Santa Casilda (en la parte inferior central de la imagen) son Tú eres la paz de Gregorio Martínez Sierra, las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna y Escenas junto a la muerte de Benjamín Jarnés. De las dos autoras analizadas, el texto más cercano es Celia en la revolución, de Fortún.

Figura 2

PCA de capítulos y cuentos

Nota. Fuente: realizado por José Calvo Tello

Figura 3

PCA de volúmenes completos con textos de potenciales impostores

Nota. Fuente: realizado por José Calvo Tello

Esta primera exploración de los datos no da indicios claros de que El pensionado de Santa Casilda muestre una gran similitud textual con los textos de ninguna de las dos autoras candidatas. Aunque sí se observan similitudes con ambas autoras, no observamos que haya dos grupos de capítulos, cada uno con una notable similitud a los textos de ambas autoras. En general, estas visualizaciones podrían interpretarse como que el texto fue escrito por otra persona (persona que muy probablemente no se encuentra en el corpus utilizado) o como que ambas autoras estuvieron fuertemente involucradas en la redacción de cada capítulo.

El segundo método no supervisado que utilizamos es clustering, uno de los principales métodos estilométricos aplicados en los últimos años. Para ello utilizamos la medida de distancia Delta (Burrows, 2002) en su versión de Cosine Delta (Smith y Aldridge, 2011; Evert et al., 2017), a veces llamada Würzburg Delta, que en diferentes trabajos ha ofrecido los mejores resultados. Aunque se ha utilizado desde 1000 hasta 5000 palabras más frecuentes (MFW) que en ciertos estudios ha dado los mejores resultados (Hernández Lorenzo y Calvo Tello, 2019), en las siguientes figuras se muestran los resultados solo de 5000, el resto son similares.

La Figura 4 muestra los resultados de analizar el corpus ad hoc utilizando las novelas y las colecciones de cuentos completas. El dendrograma muestra las dos colecciones de cuentos de Ras junto con la colección de cuentos de Fortún y la novela de Ras (de manera más alejada del resto de texto) en un clúster, mientras que las novelas de Fortún y el texto discutido aparecen en otro de los clústeres. Una primera interpretación de este dendrograma señalaría que el estilo de Fortún es más similar al de El pensionado de Santa Casilda y sería un argumento a favor de que Fortún sea su autora. Sin embargo, el dendrograma parece estar principalmente estructurado según los géneros de los textos y no según la autoría. Además, el texto más cercano a El pensionado de Santa Casilda es Oculto sendero, novela que contiene similitudes temáticas con el texto analizado.

Figura 4

Dendrograma de los volúmenes completos del corpus ad hoc

Nota. Fuente: realizado por José Calvo Tello

Precisamente por sus similitudes excluimos del siguiente análisis Oculto sendero, junto con los cuentos de ambas autoras. La Figura 5 muestra el dendrograma que se obtiene mediante los capítulos de las tres novelas restantes. En este dendrograma (Ras en azul, Fortún en verde, Castaños en rojo) los capítulos de las tres novelas aparecen agrupados correctamente, sin que el estilo de alguna de las autoras sea lo suficientemente similar al texto analizado como para que algunos capítulos de las diferentes novelas se mezclen entre ellos.

Figura 5

Dendrograma de los capítulos de tres novelas de Fortún, Ras y Castaños

Nota. Fuente: realizado por José Calvo Tello

Es preciso llevar a cabo un último análisis de clústeres utilizando el mismo corpus de la Figura 3, en el que se analice el texto discutido junto con los textos de las autoras candidatas y un conjunto de textos de otros autores (en azul) más reducido para mejorar la visualización de los resultados. En el dendrograma El pensionado de Santa Casilda (en rojo) aparece clusterizado junto con las dos novelas de Fortún (verde). Si se elimina Oculto sendero, el resultado es muy similar. Los cuentos de Ras (negro) y Fortún aparecen clusterizados juntos, mientras que la novela de Ras aparece en la parte superior del dendrograma con textos de otros autores (como Sawa o Aparicio).

Figura 6

Dendrograma de volúmenes de los tres corpus

Nota. Fuente: realizado por José Calvo Tello

En cuanto a los demás autores, sus textos tienden a aparecer clusterizados de manera conjunta. Leyendo el dendrograma de arriba a abajo, podemos observar clusters de la Serna, Francisco de Ayala, Miró, Valle, Unamuno, Rueda, etc. Es decir, el dendrograma de la Figura 6 se estructura en su mayor parte según la autoría de los textos, por lo que parece significativo que el texto discutido aparezca agrupado con los de Fortún.

2.2.3. Métodos supervisados

En esta sección utilizamos métodos supervisados de aprendizaje automático (Müller y Guido, 2016; VanderPlas, 2016; Alpaydin, 2010). Mediante estos métodos, el algoritmo recibe dos conjuntos de datos por cada texto. En primer lugar, una clase a la que el texto está asociado. En nuestro caso, esas clases son los nombres de los autores, que en total contienen 73 candidatos diferentes. En segundo lugar, el algoritmo recibe una representación del texto como vector. En nuestro caso, este vector representa las frecuencias léxicas de las palabras (tokens). Más concretamente, este vector representa en nuestro caso las frecuencias léxicas de los 5000 tokens más frecuentes del corpus. Siguiendo la tradición estilométrica, estas frecuencias han sido transformadas, primero como frecuencia relativa en cuanto a la longitud del texto, y posteriormente se han representado estos valores como logaritmos (Calvo Tello, 2021a). Como los textos han sido editados de manera diferente, no consideramos la puntuación como parte de los tokens analizados. Aunque no los mostremos en el artículo por razones de espacio, se han realizado otros análisis transformando las frecuencias mediante z-scores (Evans, 1996; Calvo Tello, 2016), con menos cantidad de tokens (2000) y con la puntuación. En general, todos estos resultados son muy similares y sus diferencias no tienen relevancia para las conclusiones. Para este análisis, como algoritmo elegimos la regresión logística (Müller y Guido, 2016), ya que obtiene buenos resultados en tareas de clasificación con vectores con numerosos valores, como es el caso de la estilometría (Underwood, 2014; Calvo Tello, 2021a).

Los métodos supervisados suelen aplicarse en dos fases: en primer lugar, se eligen los textos cuya clasificación no es discutida. En este caso, esos textos son los tres corpus (ad hoc, novelas y cuentos) menos El pensionado de Santa Casilda. Además, se decidió eliminar Oculto sendero de la fase de entrenamiento debido a su similitud con el texto analizado. En la fase de entrenamiento, el objetivo del algoritmo es intentar aprender en una parte del corpus (en nuestro caso, el 70%) de qué manera podría predecir la clase (autoría) del texto usando los valores del vector que representa el texto (las frecuencias léxicas). Al final de esta fase se suelen calcular métricas que cuantifiquen hasta qué punto el algoritmo consigue clasificar correctamente los textos del corpus que no habían sido vistos por el algoritmo hasta ese momento (en nuestro caso, el 30%). Para este trabajo, se calcula el valor-F, que obtiene un valor de 0,98 al ser analizados por capítulos y de 1 al ser analizados los volúmenes completos (tanto en las versiones micro, macro y weighted). Teniendo en cuenta que el valor máximo de esta métrica es 1 y que el algoritmo tiene que elegir para cada texto entre 72 autoras y autores, valores entre 0,98 y 1 son notablemente altos, cercano a resultados sin error.

Tras la fase de entrenamiento, suele proceder una fase de predicción en la que se dan nuevos textos al algoritmo para que este prediga la clase y para que asocie una autora o autor al texto. Esta es la prueba más relevante para nuestro estudio.

Ya se ha dicho que se utiliza regresión logística como algoritmo por su versatilidad con textos. Así mismo, este algoritmo no solo predice la clase (autor) para cada instancia (texto), sino que también asigna una probabilidad para cada predicción. De esta manera, no solamente obtenemos la información de qué autora o autor el algoritmo predice para cada texto, sino que podemos discutir la seguridad de estas predicciones considerando las probabilidades.

Cuando utilizamos el algoritmo para predecir la clase de El pensionado, el algoritmo elige a Fortún. La Figura 7 muestra más detalle, mostrando que efectivamente Fortún es la autora a la que el algoritmo asigna una probabilidad más alta, de 0,21, siendo el máximo 1. En segundo y tercer lugar son seleccionados Concha Espina y de la Serna, cuyas probabilidades son cercanas a 0,1. Después aparecen otros autores como Trigo, Ras, Galdós, Madariaga, Baroja, Bazán o Jarnés con probabilidades entre 0,05 y 0,03. En general, se observa que las probabilidades asignadas a todos los autores son notablemente bajas. Estos resultados pueden interpretarse de varias maneras, principalmente como que el algoritmo no tiene acceso a textos de la verdadera autora o autor del texto, o que varias personas estuvieron involucradas en la redacción del texto.

Por ello, el siguiente paso es descomponer la novela por capítulos y hacer que el algoritmo prediga un autor por capítulo, junto con sus probabilidades. Volviendo a la pregunta de verificación autorial en relación con Ras y Fortún, la Figura 8 muestra las probabilidades asignadas por capítulo en relación con ambas autoras.

Como se puede observar en esa figura, el algoritmo asigna a Fortún o a Ras en la mayoría de los capítulos con una probabilidad alta, con una notable mayoría para Fortún. En comparación con las probabilidades de la Figura 7, muchos de los valores de la Figura 8 obtienen valores cercanos a 1. Esto es un índice de que la novela pudo ser escrita por diferentes personas y que esa pluralidad de estilos es lo que hace que las probabilidades de la Figura 7 sean bajas.

Es interesante observar que ningún capítulo obtiene altas probabilidades tanto para Fortún como para Ras. Si esto ocurriese, podría ser un índice de que el algoritmo no está siendo capaz de distinguir entre ambas autoras o que ambas autoras contribuyeron a cada capítulo de manera similar. El único capítulo donde algo similar se observa es en el capítulo xviii, aunque las probabilidades de ambas autoras rondan 0,5. En general, estos resultados parecerían mostrar que algunos capítulos fueron escritos por Ras (por ejemplo, capítulo i, ix, x, xii, etcétera) y otros por Fortún (iv, xiii, xv, xvi), quien, como se ha comentado, habría escrito la mayoría. Aunque los experimentos anteriores parecían mostrar que el texto podría haber sido escrito completamente por otra (u otras) personas, las distribuciones de las probabilidades de la Figura 8 parecen mostrar que Fortún y Ras sí que fueron las autoras de la mayor parte de los capítulos.

Figura 7

Probabilidades de clasificación de El pensionado de Santa Casilda en relación con diez autores

Nota. Fuente: realizado por José Calvo Tello

Sin embargo, este análisis también deja en cuestión la autoría de una serie de capítulos cuyas probabilidades de haber sido escritos por Fortún y Ras son muy bajas, como los capítulos iii, v, vi, vii, viii, xi, etcétera. ¿Cómo se pueden interpretar estos resultados? Por un lado, podría pensarse que estos capítulos sencillamente son muy diferentes al resto de textos de Fortún y Ras que están siendo utilizados como material de comparación. Otra posible opción es que podría haber una tercera persona que habría actuado como autora o autor. Incluso podría haber una pluralidad de personas en la autoría de esta novela. Estas personas podrían ser las principales autoras de estos capítulos, por ahora, vemos con probabilidades muy bajas. Por ello, en la Figura 8 observamos los cinco casos en los que las probabilidades calculadas por el algoritmo son las más altas para los capítulos analizados: junto con Fortún y Ras, aparecen Benjamín Jarnés, Ramón Gómez de la Serna y Benito Pérez Galdós.

Figura 8

Probabilidades de clasificación de los capítulos de El pensionado de Santa Casilda en relación con Ras y Fortún

Nota. Fuente: realizado por José Calvo Tello

Figura 9

Probabilidades de clasificación de los capítulos de El pensionado de Santa Casilda en relación con cinco autores

Nota. Fuente: realizado por José Calvo Tello

La Figura 9 muestra que, efectivamente, algunos de los capítulos que tienen probabilidades muy bajas de ser asociados con Fortún o Ras, ahora son asociados con alguno de los otros tres autores: de la Serna[23] en el capítulo vi, Galdós en el xi, Jarnés en el xxvii. Con esto no se afirma que estos escritores sean los autores de estos capítulos de El pensionado de Santa Casilda. Más bien, observamos que estos capítulos podrían ser asignados a otras personas que no son Fortún y Ras y el algoritmo elige a estos tres autores por proximidad en cuanto a los rasgos lingüísticos utilizados para la clasificación. Se observa que cada uno de los tres autores es elegido una única vez, por lo que los resultados parecen basados puramente en ciertas similitudes estilísticas entre estos capítulos y sus propias obras. Nuestra interpretación en este punto es que quizás otra persona (o personas) participó en la autoría de estos capítulos, persona que no está en el corpus analizado para este trabajo, por lo que el algoritmo no es capaz de clasificar algunos capítulos de manera correcta. Si los corpus con los que se ha trabajado hubiesen contenido más textos de autoras y textos escritos en los años treinta, ni Galdós, ni Jarnés, ni la Serna hubiesen sido clasificados como autores de estos capítulos. En conclusión, se necesitan corpus digitalizados de obras de escritoras en los años treinta y vinculadas con el lesbianismo para poder precisar quiénes pudieron contribuir a la escritura de El pensionado de Santa Casilda. De momento no disponemos de esos datos por lo que se necesita ampliar la investigación.

3 Discusión y conclusiones

Tras el minucioso análisis de las dos interpretaciones con sus respectivas propuestas de autoría parece que, de momento podemos concluir que el planteamiento coral de El pensionado de Santa Casilda podría haber sido propuesto y utilizado por Matilde Ras y, por eso, es diferente a la narración en primera persona de Oculto sendero, escrita por Elena Fortún. También hay rasgos biográficos y culturales que la protagonista de El pensionado de Santa Casilda comparte con Matilde Ras. Sin embargo, la lectura distante apunta a que la mayor parte de los capítulos de El pensionado podrían haber sido escritos por Elena Fortún y quizá sea así porque posiblemente fue ella quien pasó a máquina el manuscrito y pudo alterar el estilo de varios capítulos. Después Matilde Ras revisó el manuscrito mecanografiado de El pensionado y corrigió a mano algunas palabras y sintagmas.

El análisis mediante métodos estilométricos y de lectura distante confirma la similitud de muchos de los capítulos de El pensionado tanto con las obras de Fortún como con las de Ras. Nuestra pregunta de investigación era: ¿cuál es la autora de El pensionado de Santa Casilda: Elena Fortún o Matilde Ras? La conclusión podría ser que la lectura atenta ofrece datos coincidentes con la vida y referencias culturales y planteamiento estructural de Matilde Ras, pero la lectura distante ofrece datos atribuibles también a la intervención de Elena Fortún y en algunos casos de otro u otros, otra u otras autoras. De hecho, algunos capítulos no son asignados por parte del algoritmo a ninguna de estas dos autoras, sino a otros autores que únicamente servían de impostores y que o no pudieron ser autores (Galdós) de los capítulos o para los que no tenemos ninguna razón histórica de que lo fueron (de la Serna, Jarnés). La lectura distante no da los resultados concluyentes que se hubiese deseado obtener a favor de una autora, de la otra o de ambas. No se sabe quién o quiénes escribió o escribieron ciertos capítulos de El pensionado, algunas piezas de este rompecabezas no encajan, posiblemente faltan piezas y ahora mismo solo podemos detectar sesgos en los datos y proponer meras hipótesis.

A ello hay que añadir que en el propio argumento de El pensionado hay una invitación a escribir entre las alumnas una novela colectiva. A Ofelia «se le ocurre un plan extraordinario» (Fortún y Ras, 2022: 121) e invita a sus amigas a compartirlo:

—Oídme —dice Ofelia—. ¡Qué imaginación tan diferente tenemos todas! Se me ocurre que, si escribiéramos una novela, cada una un capítulo, podría ser una cosa preciosa… Y nos divertiríamos mucho… ¿Eh?

Riet se pone colorada de alegría. Sí, sí, por ella, conforme… A Trudi y a Adela también les peta el plan…. A Manón le divierte, pero se muestra escéptica y comenta con su franco buen sentido habitual:

—Será un ciempiés.

—No —explica Ofelia sin ofenderse—, porque se traza un plan previo y cada una hace un capítulo.

El plan de la escritura colaborativa está trazado en el capítulo ix y es idea de Ofelia. En el capítulo x se continúa fantaseando con la elaboración de la novela y siguen apareciendo referencias al mencionado plan de escritura, aunque al final fracasa. ¿Se podría tomar esta idea narrativa incluida en el argumento de El pensionado como un juego más de las colegiales, convertirse en una pista de lo que realmente ocurrió en la redacción de esta novela? Y si así fuera, quiénes podrían haber colaborado en su escritura.

¿Tenemos constancia de si otra persona o varias personas pudieron estar involucradas en la redacción de ciertos capítulos de El pensionado? No se tiene ninguna constancia de que el manuscrito cayera en manos de una tercera escritora o de varias. Si así fuera, quizá esta escritora habría estado vinculada con el Círculo Sáfico o con el Lyceum Club Femenino. Los corpus de comparación utilizados en este artículo no estaban optimizados ya que contenían muchos textos de autores masculinos y de décadas anteriores. No se dispone del corpus digital en abierto de las obras de las escritoras vinculadas a esas (Victorina Durán, Carmen Conde, Rosa Chacel...), y, por tanto, no es posible en este artículo proponer un nombre para esa potencial tercera persona. También se debe mencionar que no se pudieron tener en cuenta, por falta de digitalización, otras novelas de Matilde Ras: Donde se bifurca el sendero (Ras, 1913), Quimeramia (Ras, 1918) y Heroísmos oscuros (Ras, 1968).

Quizá la clave podría estar en el propio seudónimo, dato que hace referencia a una tercera persona: «Rosa María Castaños», que, hasta donde se sabe, no se refiere a nadie conocido, pero tampoco se tiene explicación sobre por qué eligieron ese nombre[24], ni si era persona concreta o ficticia. No se ha encontrado referencia a ese seudónimo (Ponce de León y Freyre y Zamora Lucas, 1942). Es necesario echar mano nuevamente de los datos concretos de la obra y de la biografía de las dos escritoras para tratar de aproximar, desde la contextualización cercana, el círculo de posibles autoras. En este sentido, Eva Moreno-Lago (2021) en su reciente artículo sobre la reconstrucción del Círculo Sáfico de Madrid a través de indicios y espacios literarios arroja luz sobre los elementos comunes de la vida que comparten Elena Fortún (Oculto sendero), Rosa Chacel (Acrópolis), Victorina Durán (Así es), a las que se suma Matilde Ras (por su autoría compartida de El pensionado de Santa Casilda). Afirma Eva Moreno-Lago: «Ellas no solo se conocían y eran íntimas amigas, sino que sus viajes, sus estrategias narrativas y los temas elegidos ayudan a la búsqueda de una tradición literaria española sáfica» (Moreno-Lago, 2021: 215). Estas narraciones —biográficas o ficticias— ayudan a entender la realidad social de apertura hacia las relaciones lésbicas de ambientes intelectuales en el Madrid de entreguerras. No se puede afirmar que estas cuatro autoras fueran lesbianas, pero sí evocan experiencias sexuales lésbicas, aunque en el caso de la novela de Rosa Chacel sea muy sutil. El silencio, lo clandestino, lo oculto es el primer espacio en el que transitan estas escritoras al hablar de relaciones sáficas.

En las obras mencionadas las protagonistas recorren espacios de libertad que trazan una geocodificación común: París, los cafés de Madrid (Acrópolis de Chacel), el Bar Dublín, el Café Roma (Oculto sendero de Fortún), el saloncito del Teatro Español (Así es de Victorina Durán), el Café Granja El Henar (Así es de Victorina Durán y Acrópolis de Chacel), saloncito de té (El pensionado), las tertulias que ofrecía la condesa de la Puebla de Montalbán (Así es de Victorina Durán), también evocadas en la casa de Tina (Acrópolis de Chacel), el estudio de Totó en la Gran Vía (El pensionado), el saloncito de Fermina (Oculto sendero de Fortún). Estos espacios recrean un ambiente en el que se permite desenmascarar el sistema social opresivo. En esa atmósfera de búsqueda de la libertad en el periodo de entreguerras se fraguaron las ideas de estas narraciones que ahora vamos descubriendo y analizando, aunque sea difícil llegar a conclusiones definitivas por la falta de documentación.

Además, hay un dato histórico relacionado con el manuscrito que desconocemos: ¿por qué el manuscrito mecanografiado de El pensionado de Santa Casilda aparece en Buenos Aires junto con el de Oculto sendero? Este es el principal argumento que utiliza Nuria Capdevila-Argüelles para concluir que es Elena Fortún la primera autora de la novela, puesto que si Oculto sendero es atribuible a Elena Fortún y aparece que la misma suerte viajera que corrió El pensionado. Si El pensionado no lo hubiera escrito ella: ¿por qué se lo llevó? ¿Cómo llegaron los manuscritos de estas dos obras a Buenos Aires? Parece poco factible que se los llevara la propia Elena Fortún en su maleta en el momento del exilio porque posiblemente saliera con lo imprescindible. ¿Quién se lo envió después desde España? ¿Por qué se lo envió? ¿Querían preservar ambos manuscritos mecanografiados ante el riesgo de ser descubiertos por censores y sufrir posibles represalias? ¿Es posible pensar que esa tercera persona se los enviara o, quizá, que fuera la propia Matilde Ras la responsable de este envío tras enmendar el manuscrito? Son preguntas que, con los datos que tenemos, no podemos responder.

No hay que olvidar que el hecho de que la autoría de este texto sea compleja está directamente relacionado con el carácter lésbico del texto. Muchos de los elementos que se han presentado en la introducción de este artículo buscaban ocultar o incluso eliminar aspectos del texto: el uso de pseudónimos, la autoría múltiple y discutida, la ocultación del texto, el deseo de querer destruir el documento, las dudas sobre si se debía compartir con otras personas. Todo esto se puede entender como censura y autocensura asociada a la representación de sexualidades subversivas, tema que ha sido analizado por otras y otros investigadores (English, 2015; Barquet Muñoz, 2022). La recepción de textos y autores que hoy se describirían como queer está mediatizada por un silencio impuesto que hoy percibimos como falta de datos. Anteriormente decíamos que las piezas del rompecabezas autorial no encajan completamente y esto puede deberse a que posiblemente algunas de las piezas fueron destruidas, alteradas o censuradas de alguna manera y que las experiencias lésbicas descritas en el texto sean la razón de esa censura.

Aunque anteriormente se ha abierto la posibilidad a que otras personas estuviesen involucradas en la redacción de la novela, cabría abrir otra posibilidad en relación con las palabras anteriormente citadas de Marisol Dorao, quien decía conseguir distinguir entre el estilo de la persona de Encarnación Aragoneses y el estilo de esa misma persona cuando firmaba con el seudónimo de Elena Fortún. Este potencialmente desdoblamiento estilístico parece una hipótesis interesante que podría extenderse al seudónimo de «Rosa María Castaños» y a la persona de Matilde Ras. ¿Es razonable pensar que alguna de las autoras o ambas consiguieron alterar su estilo literario hasta el punto de poder construir una voz tan distinta que consiga confundir a los algoritmos?

Así pues, con los datos que se tienen hasta el momento y aunando las conclusiones de estas perspectivas cruzadas se puede afirmar que El pensionado de Santa Casilda fue escrito al alimón por Elena Fortún y Matilde Ras y quizá, dentro del ambiente en el que se movían ambas autoras en el Madrid de los años treinta, compartieron proyecto con otras escritoras. Sin duda, habrá que seguir leyendo y analizando, de cerca y de lejos, esta novela según la digitalización y publicación en abierto mejore, no solo de los textos de estas autoras, sino también de otras autoras de la época o de textos que traten realidades queer.

Financiación

Este artículo ha sido financiado por la Ayuda a Grupos de Investigación concedida por la Universidad Complutense de Madrid en 2023 al grupo de investigación de La otra Edad de Plata: Historia Cultural y Digital.

Contribuciones de autoría

M.ª Jesús Fraga (Universidad Complutense de Madrid), experta en la obra de Elena Fortún y Matilde Ras, es quien lanza la pregunta de investigación para buscar la verdadera autoría de El pensionado de Santa Casilda, novela publicada por la Editorial Renacimiento con una doble autoría: Elena Fortún y Matilde Ras. María Jesús Fraga es quien ha desarrollado la interpretación de la lectura cercana de El pensionado.

José Calvo Tello (Biblioteca de la Universidad de Goettingen) es experto en estilometría y narrativa española de la Edad de Plata. José Calvo Tello ha desarrollado la interpretación de la lectura distante de la obra en cuestión teniendo en cuenta el corpus de Elena Fortún y Matilde Ras facilitado por M.ª Jesús Fraga.

Dolores Romero López (Universidad Complutense de Madrid) es experta en literatura escrita por mujeres bajo seudónimo y en literatura de la Edad de Plata. Su aportación principal es el planteamiento del artículo y la revisión de su coherencia teórica e histórica.

Referencias

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[1] Huérfana de padre desde su niñez, Matilde Ras vivió siempre con su madre, incluso durante sus estancias en París a donde se trasladan cuando la Junta de Ampliación de Estudios le concede a la joven grafóloga una beca los años 23 y 26 para ampliar sus estudios (Russo, 2023: 307).

[2] Carta de Matilde Ras a Francisco Rodríguez Marín fechada en Chamartín de la Rosa (03/09/1935). El conjunto de esta correspondencia se encuentra depositada en el Archivo de la Real Academia Española.

[3] Los mil sueños de Elena Fortún (2001).

[4] Inés Field (La Plata, 1897-1994), doctora en Letras y profesora, trabajó hasta su jubilación en la Escuela Normal n.º 7 de Buenos Aires, de donde fue vicedirectora. Formó parte de un grupo de intelectuales feministas, culturalmente muy activas. Elena Fortún se integró en este grupo al poco tiempo de su llegada a Buenos Aires a finales de 1939 y entabló con Inés una estrecha amistad que duró hasta su muerte. Léanse sus dos libros de cartas (Fortún, 2020a; Fortún, 2020b).

[5] Se trata probablemente de Lola Pita Martínez (Buenos Aires, 1895-1976), docente, dramaturga y periodista. Tanto Lola Pita como Manuela Mur pertenecían al mismo grupo de mujeres intelectuales, entre las que se encontraba Inés Field.

[6] Manuela Mur (San Carlos, 1914-Buenos Aires, 1993), fue poeta, ensayista y gestora cultural. En 1962 fue nombrada directora de la Biblioteca General San Martín y, a imitación de las celebradas en España, promovió en Mendoza la primera Feria del Libro de Argentina.

[7] Publicada por la editorial Renacimiento en 2016.

[8] Se refiere a Inés Field.

[9] Esta cita y la siguiente están tomadas del manuscrito y no hay indicación de página.

[10] Según indica Dorao: «Uno de los grandes orgullos de doña Manuela, la madre de Encarna, era que ellas descendían del general Castaños» (Dorao, 2001: 379). La carta que dirige Eusebio de Gorbea a su hijo Luis fechada en París (01/08/1939) contiene un pequeño árbol genealógico en el que figura «Bernarda Urquijo y Castaños… Mendieta (Álava) Pariente del general Castaños de la Batalla de Bailén» como abuela paterna y «José Urquijo y Castaños… Mendieta (Álava)» como abuelo materno de Encarnación Aragoneses. Los esposos Gorbea-Aragoneses eran primos segundos.

[11] [Elena Fortún]. Según Marisol Dorao la escritura no ficcional de Encarna (cartas, un corto diario...) se diferencia de la escritura ficcional de Elena Fortún.

[12] Véase la antología de ambas autoras: El camino es nuestro (2015), Madrid, Fundación Banco de Santander; y Edición y notas de Diario de Matilde Ras (2018), Sevilla, Renacimiento.

[13] Germán Belda García-Fresca es director del Instituto Mauricio Xandró y vicepresidente de la Sociedad Española de Grafología.

[14] No se tiene constancia de que Matilde Ras mecanografiara sus escritos.

[15] Siempre que haya que citar esta novela, siguiendo las normas establecidas, se pondrá a las dos escritoras como autoras del volumen, dado que así se ha publicado en la Editorial Renacimiento.

[16] Se califica como «decimonónica y pesada», mientras que la reseña de Quimeramia que se recoge en la prestigiosa revista La Lectura sostiene que la autora «tiene un verdadero temperamento de novelista». Para terminar, se afirma que «La señorita Ras escribe en una prosa extremadamente limpia y sencilla, capaz de expresar cuanto en ella quiere poner la autora y maneja con gran maestría el diálogo» (La Lectura, enero de 1919; X de, 1919: 63).

[17] En el análisis de Donde se bifurca el sendero, Navas Sánchez y Ribera Llopis señalan que «la obra acierta en la agilidad de sus diálogos» y termina con esta afirmación: «la creciente trama de personajes solventemente manejada supera la inicial expectativa de lectura y sorprende con el final que sacude los valores más tradicionales» en Matilde Ras (1881-1969). Epílogo lusitano al primer tercio del novecientos (Navas Sánchez y Ribera Llopis, 2009: 2).

[18] El 11 de enero de 1958, en el ABC se publicaba su retrato: «Dama de ágil paso, ojos escrutadores y rápidos, elocuente mímica y cabellos blancos anudados en la nuca con una gran trenza al modo de una campesina nórdica» (1958, 7).

[19] Suyas son estas palabras: «¡Oh maestro admirado! Te traduzco para que te comprendan y te amen como te amo yo» (Estvdio, Ras, 1919, «Traducciones de versos», 76: 48-50).

[20] Cabe destacar las siguientes alusiones: «Chateaubriand, Poe» (Fortún y Ras, 2022: 179), «Visitan la hermosa biblioteca del pobre papá, con los retratos de Cervantes, de Shakespeare y de Beethoven, los tres ídolos del que ya se ha ido a buscarlos a un mundo ideal…» (Fortún y Ras, 2022: 198), «Solo un Quijote que papá adoraba he llevado a mi cuarto…» (Fortún y Ras, 2022: 204), Schuman, Beethoven, Mignon (Fortún y Ras, 2022: 215), etc.

[21] «[...] llagado de las telas del corazón», capítulo xxv, primera parte de Don Quijote de la Mancha, en carta destinada a Dulcinea del Toboso.

[22] La herramienta stylo asigna un color diferente a cada uno de los autores o grupos de autores. Dependiendo de los autores utilizados en cada imagen, los autores pueden ir cambiando de color en cada imagen. Por eso hacemos explícito el color asignado a cada autor cuando presentamos cada una de las figuras.

[23] Gómez de la Serna muestra el amor lésbico en La quinta de Palmyra, Biblioteca Nueva, Madrid, 1923. Dicha novela se encuentra dentro del corpus utilizado en esta comparación.

[24] En nota más arriba se ha mencionado que la biógrafa Marisol Dorao comenta que Manuela, la madre de Encarna, estaba orgullosa de descender del general Castaños (Dorao, 2001: 179).