para espacial en el español hablado en Galicia

spatial para in Spanish spoken in Galicia

Begoña Sanromán Vilas

Universidad de Helsinki

ORCID: 0000-0003-3717-7283

Recibido: 10-05-2021

Aceptado: 13-10-2021

https://dx.doi.org/10.12795/PH.2022.v36.i01.07

Resumen

Los usos de para espacial en el español hablado en Galicia hacen pensar en una preferencia de esta preposición sobre otras adlativas; además, en algunas construcciones con verbos de movimiento, parece desempeñar una función redundante. En este estudio se averigua si estas observaciones pueden verificarse con un análisis de corpus en el que se contrasta el comportamiento de para en esta zona con el que presenta en otras variedades del español peninsular. Asimismo, se busca la relación de estos usos con el gallego o con procesos internos del propio español. Los resultados corroboran la existencia de usos específicos de para espacial en el español de Galicia que es posible atribuir a la influencia del gallego y otros cuyo origen todavía es incierto. Otro logro del estudio es haber constatado que el español de Galicia manifiesta una prominencia más alta que otras variedades en la expresión del componente Camino en un evento de movimiento.

Palabras clave: para espacial, español de Galicia, español y gallego en contacto, redundancia, escala de prominencia en la expresión del Camino.

Abstract

The uses of spatial para in Spanish spoken in Galicia suggest a preference for this preposition over other adlative prepositions; moreover, in certain constructions with motion verbs, spatial para seems to play a redundant role. The aim of this study is to find out whether these observations can be verified using a corpus in which the occurrences of para in this area are contrasted with its occurrences in other varieties of peninsular Spanish. The relation between these usages with Galician language or with internal processes of Spanish itself are also explored. The results corroborate the existence of specific uses of spatial para in Galician Spanish that can be attributed to the influence of Galician and others whose origin is still uncertain. Another achievement of the study is the finding that Galician Spanish shows a higher-path salience than other varieties in motion-event expressions.

Keywords: spatial para, Galician Spanish, Spanish and Galician in contact, redundancy, cline of path salience.

1. Introducción

Al mencionar “español hablado en Galicia” la primera asociación que acude a la mente del lector es la de una variedad en contacto con el gallego, la lengua iberorrománica originaria del territorio con la que el español ha convivido desde su progresiva introducción a partir de mediados del siglo xiv (Monteagudo y Santamarina 1993: 121). No es de extrañar que, en este contexto, tras largos siglos de coexistencia, se hayan advertido influencias mutuas entre ambas lenguas. En particular, las descripciones del español de Galicia con las que contamos ponen el énfasis en la impronta del gallego en el español (Henríquez Salido 1997; García y Blanco Rodríguez 1998; Porto Dapena 2001; Rojo 2004; Fialová 2011).

Sin desestimar la huella del gallego, muy visible en la prosodia de esta variedad de español (Fernández Rei 2019), así como en aspectos gramaticales relacionados con el tiempo y aspecto verbal (Álvarez Cáccamo 1983; Rojo y Vázquez Rozas 2014), entre otros, queremos hacer hincapié en el hecho de que la descripción de una variedad no puede fundamentarse únicamente en la influencia de una lengua externa, en este caso, el gallego, sino que debe atender por igual a los procesos internos que se hayan podido gestar o se estén gestando desde el interior de la lengua misma, es decir, desde el español considerado en su totalidad. Es desde ambas perspectivas, la de la influencia externa y la de los procesos internos de la propia lengua, desde donde abordaremos el objeto de este trabajo, que se centrará en la descripción del valor espacial de la preposición para en sintagmas dependientes de predicados verbales en el español hablado en Galicia.

Para espacial pertenece, junto con a, hasta y hacia, al grupo de preposiciones direccionales, también llamadas adlativas, que introducen una trayectoria, o camino, orientada hacia una meta. A diferencia de a y hasta, en las que la meta se concibe como el destino final del movimiento, para y hacia apuntan a un movimiento de aproximación a la meta que puede detenerse en algún punto anterior a la misma. De manera más específica, para se distingue de hacia por el hecho de incluir en su semántica un rasgo de intencionalidad de llegar a la meta que le falta a hacia.

Los estudios sobre preposiciones en el español de Galicia son marginales. Encontramos referencias puntuales al uso de en con verbos de movimiento indicando el destino (por ejemplo, Va en Vigo), notas aisladas sobre ciertas alternancias de diátesis preposicional con algunos verbos transitivos (Te espero/Espero por ti; Tiró todo a la basura/Tiró con todo a la basura) (Henríquez Salido 1997: 212; Rojo 2004: 1097) o alusiones a determinadas ausencias de la preposición a en el marcado diferencial de objeto (Gómez Seibane 2012: 92-93), pero carecemos todavía de estudios monográficos centrados en preposiciones particulares. El caso de para tampoco constituye una excepción, pues, salvo menciones ocasionales a un uso temporal no documentado en otras variedades peninsulares, el que aparece en para la semana/el año con el sentido de ‘la semana/el año que viene[1]’ (Porto Dapena 2001; Rojo 2004: 1097), no tenemos conocimiento de trabajos especializados sobre la misma.

Nuestro interés por la preposición para y, en particular, por sus valores espaciales radica en la observación de una serie de usos coloquiales del español de esta variedad en los que para se percibe no solo como más frecuente, sino también como redundante en ocasiones. En relación con la frecuencia, nos preguntamos si hay indicios fundados para pensar en un uso preferente de para frente a otras preposiciones adlativas como a, al encabezar complementos de dirección indicando ‘destino’ (ir para fuera/ir afuera), o hacia, a la que parece haber absorbido en expresiones como andar para allá o correr para arriba, y que además no existe en gallego. En cuanto a la posible redundancia, nos referimos a expresiones como subir para arriba y bajar para abajo, a su aparición en estructuras bimembres del tipo (entrar) por la puerta para adentro introduciendo el segundo segmento.

El objetivo de este estudio será explicar la función de para en expresiones como las señaladas arriba y confirmar si las valoraciones iniciales basadas en observaciones aisladas pueden capturarse a través de un análisis de corpus. Para ello, llevaremos a cabo una descripción cuantitativa y cualitativa de los usos de esta preposición en el español de Galicia y los compararemos a sus usos en otras zonas del español peninsular. En la medida en que lo permitan los datos, con esta comparación se tratará de determinar hasta qué punto puede hablarse de usos exclusivos de esta variedad de español o de usos comunes a los de otras variedades, si bien quizá más frecuentes en esta área geográfica. Al mismo tiempo se procurará delimitar qué usos pueden deberse a la influencia del gallego y/o cuáles pueden estar relacionados con una evolución interna del propio español. A favor de la influencia del gallego podemos adelantar que en esta lengua no existe una preposición simple equivalente a hacia cuyos usos pueden expresarse con para. Como hipótesis del estudio planteamos la posibilidad de que los usos de para espacial estén relacionados con un fenómeno más amplio que tiene que ver con la forma de lexicalizar los eventos de movimiento.

Para realizar esta investigación se han utilizado fundamentalmente entrevistas de hablantes del español de Galicia y del de otras variedades peninsulares extraídas del Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER). La metodología usada en COSER garantiza que en las entrevistas y en la selección de los informantes se han seguido criterios homogéneos que, en definitiva, nos permiten realizar comparaciones objetivas y empíricas de los usos analizados.

La estructura del artículo consta de seis apartados. Tras esta introducción, el apartado 2 se centrará en la preposición para haciendo un breve recorrido por las descripciones que proponen distintos marcos teóricos. En el apartado 3 presentaremos la tipología de patrones de lexicalización de los eventos de movimiento que ofrecen las lenguas y el lugar que ocupan el español y el gallego en la misma. A continuación, el apartado 4, en el que explicamos con detalle la metodología del estudio, nos servirá de antesala al análisis de los datos extraídos del corpus, que se realizará en el apartado 5. Por último, el apartado 6 estará dedicado a la discusión de los resultados y a las conclusiones.

2. Para espacial en español y en gallego estándar

La preposición para, tanto en español como en gallego, es un compuesto de formación románica que resulta de la unión y posterior fusión de por y a (Riiho 1979; Ferreiro 1999: 365; Torres Cacoullos y Bauman 2014). Una consecuencia directa de su origen se observa en que ya desde sus primeras manifestaciones presenta valores tanto espaciales adlativos, debidos a su componente a, como finales, heredados de por. Con respecto al español, los estudios diacrónicos de Torres Cacoullos y Bauman (2014: 30-33) y Bauman y Torres Cacoullos (2016: 40-43) aportan interesantes datos sobre la frecuencia de estos valores, demostrando que, si bien hasta finales del siglo xiv los valores espaciales de para representaban alrededor del 50 % de sus apariciones, a partir del siglo xv esta proporción desciende de manera drástica hasta aproximadamente un 10 %. El resto de los usos (cerca de un 80 %) son ocupados por valores abstractos, fundamentalmente finales, que para se va apropiando en detrimento de por. A ellos hay que añadir una pequeña proporción de usos temporales (10 %), que se mantiene estable a lo largo de los siglos. La explicación que alegan los autores (Torres Cacoullos y Bauman 2014: 34; Bauman y Torres Cacoullos 2016: 40, 44) se basa en el proceso de gramaticalización gradual de para, que la lleva a una completa lexicalización y a una pérdida de conciencia de su composicionalidad semántica. En este proceso, para se va desprendiendo de valores espaciales independientes heredados de a y adquiriendo valores finales, antes expresados por por[2].

Dentro del amplio abanico de estudios sincrónicos, encontramos trabajos sobre para desde diversos marcos teóricos. Sin pretensiones de exhaustividad, haremos un breve recorrido por algunos. Desde el estructuralismo, Morera Pérez (1988) describe para a partir de un metalenguaje semántico basado en rasgos con los que crea un sistema de oposiciones que le valen para definir todas las preposiciones españolas. En particular, para se explica a partir de los rasgos ‘+sentido’ (1), ‘-concomitante’ (2) ‘+aféresis’ (3), ‘+initiva’ (4) y ‘+determinación’ (5). Con ‘+sentido’ (1), se hace referencia a su capacidad para indicar movimiento orientado (como hacia, hasta, desde, de) por oposición a preposiciones que denotan localización (en, entre, sobre), representadas por el rasgo ‘-sentido’. El rasgo ‘-concomitante’ (2) implica que el espacio denotado por el término preposicional funciona como punto de referencia externo en relación a la dirección del movimiento. Las preposiciones hacia, hasta, a, contra, desde y de comparten con para el rasgo ‘-concomitante’, frente a por, que sería ‘+concomitante’, dado que el espacio aludido en el término preposicional no implica un punto de referencia externo para la dirección del movimiento, sino que toda la trayectoria del movimiento queda incluida en ese espacio. Contrástese en este sentido Va para Madrid o Viene de Burgos, en donde Madrid y Burgos son solo puntos de referencia de un movimiento, frente a Viaja por España, en donde España incluye la totalidad del movimiento. Con ‘+aféresis’ (3) se indica que la dirección del movimiento es de acercamiento al lugar denotado por el término (Va para <hacia, hasta, a> Madrid) y no de alejamiento (‘+eféresis’) como sucede con desde y de (Viene desde <de> Burgos). El rasgo ‘+initivo’ (4) indica que el movimiento de aproximación puede detenerse en algún punto anterior al extremo final. Así, en Va para <hacia> Madrid, el sentido de las preposiciones no implica que Madrid sea el punto final del movimiento; en cambio, en Va a <hasta> Madrid, se sobreentiende que Madrid es la meta del movimiento, independientemente de que esta sea alcanzada o no. Por último, con el rasgo ‘+determinación’ (5) se incide en que el punto final del movimiento es un objetivo que se pretende alcanzar, frente a su opuesto ‘-determinación’, en el que la meta del movimiento es solo un punto de referencia[3].

Desde la perspectiva de la gramática cognitiva se pone el énfasis en las relaciones que se establecen entre los diferentes usos de una preposición, de manera que juntos constituyan un conjunto coherente con los que se pueda crear una red semántica, generalmente acompañada de una representación gráfica. Así, el trabajo de Erlendsdóttir (2014), expresamente dirigido a estudiantes universitarios, destaca por la claridad con la que se presenta la manera en que cada preposición conceptualiza una relación en el espacio, en el tiempo y en un dominio nocional, y la naturalidad con la que se construyen redes semánticas entre los tres dominios. En este contexto, se establece como valor espacial básico de para “la dirección de un trayecto a una meta, que uno tiene por intención alcanzar” (Erlendsdóttir 2014: 283)[4].

Afín a la corriente generativista, mencionamos aquí el trabajo de Bravo (2018: 75-76)[5], que, si bien se centra en el valor temporal de para, condensa en pocos párrafos los rasgos que la definen como preposición espacial. Así, para (en Pedro salió para Madrid) se define como un predicado que se satura con dos argumentos, uno interno (Madrid) y otro externo (Pedro). El primero (Madrid) representa el lugar al que se dirige el referente, que es denotado por el segundo (Pedro). En síntesis, Bravo (2018: 76) caracteriza para como una preposición dinámica que “proyecta un S[intagma] P[reposicional] que denota una trayectoria direccional de destino orientada”. A esta caracterización se añade su orientación prospectiva, que explicaría su incompatibilidad con llegar (*Pedro llegó para Madrid). Frente a otros estudios, la autora destaca que para no atiende solo al punto de destino sino también al de origen, que se determina por el contexto y explica su coocurrencia con salir, ir y venir, y subir y bajar.

Estas descripciones son válidas en su mayor parte también para la preposición para del gallego. En las gramáticas gallegas (Álvarez y Xove 2002: 639, 642; Freixeiro Mato 2006: 560), para se define como una preposición de dirección o aproximación, equivalente a cara a y contra. En particular, Freixeiro Mato (2006: 561) matiza que para se diferencia de a por acrecentar la idea de permanencia en el lugar de destino.

3. Patrones de lexicalización de los eventos de movimiento en español y en gallego

A mediados de los ochenta, Talmy (1985) publica un trabajo pionero centrado en cómo las lenguas lexicalizan los eventos de movimiento. Como punto de partida, el autor establece que todo evento de movimiento consta de cuatro componentes semánticos primarios, a saber, la Figura o entidad que se mueve; la Base o punto de referencia con respecto al cual se mueve la Figura; el Camino, que representa la trayectoria seguida por la Figura, y el Movimiento o acción de moverse en sí. A estos elementos, se añaden dos de carácter secundario: la Manera, o forma de llevar a cabo el movimiento, y la Causa, o agente que provoca el movimiento. Tras la observación de los recursos léxicos y morfosintácticos que utilizan las lenguas para expresar estos componentes, Talmy realiza una clasificación tipológica de las lenguas del mundo en dos grupos: lenguas de marco satélite y lenguas de marco verbal.

En las lenguas de marco satélite, donde se incluyen, por ejemplo, el chino, el finés y las lenguas germánicas y las eslavas, la forma verbal lexicaliza el Movimiento y la Manera de desarrollarlo, mientras que el Camino se expresa por un satélite (preposición o adverbio). Por el contrario, las lenguas de marco verbal, a las que pertenecen las lenguas románicas, además del euskera, el turco o el japonés, expresan el Movimiento y el Camino en la forma verbal y la Manera se expresa por medio de un elemento externo al mismo. A lo largo de su exposición, Talmy toma como modelo de lengua de marco satélite el inglés (1) y como modelo de lengua de marco verbal el español (2):

(1) The bottle floated out the cave.[to.floatverbo = Mov. + Manera] [outsatélite = Camino]

(2) La botella salió de la cueva (flotando). [Talmy 1985: 89, ej. 29b] [salirverbo = Mov. + Camino] [flotandosatélite = Manera]

A pesar de la notoria influencia del estudio, las limitaciones de esta clasificación no tardaron en hacerse oír. Así, pronto se reconoció que existen lenguas que no encajan en una tipología binaria: en particular, las lenguas austronesias y las sino-tibetanas, que tienen verbos seriales, es decir, dos verbos principales, uno de Manera y otro de Camino; y el algonquio y las lenguas hocanas, en las que el verbo se presenta separado en dos morfemas de igual estatus, uno expresando Manera y el otro, Camino. Para estas lenguas, Slobin (2004: 249) propuso un tercer patrón de lexicalización llamado “lenguas de marco equipolente”.

Otro de los problemas que salió a la luz fue el de la gran variación intratipológica. Se constató así que, aunque dos lenguas compartan un patrón de lexicalización, no ofrecen necesariamente ni el mismo tipo ni la misma cantidad de información para cada componente semántico. En este sentido, Ibarretxe-Antuñano (2004a; 2004b) ha mostrado que, si bien el español y el euskera son ambas lenguas de marco verbal, el euskera utiliza más recursos que el español para codificar el Camino. Así, en (3) añade hasta tres complementos al verbo (Fuente – Dirección – Meta) para especificar la información sobre el Camino:

(3) Danak amildegitikan behera erori zian ibai batera. todo.abs.pl precipicio.abl.loc abajo.adl caer.perf aux río un.adl
Todos se cayeron del precipicio abajo a un río. (Ibarretxe-Antuñano 2004a: 489, ej. 8)

Este fenómeno, conocido como “compresión clausal” (clause-compacting) (Ibarretxe-Antuñano 2009: 409), es atípico en el español estándar, en donde emplearíamos solo uno de esos complementos cada vez evitando abajo, que repite el contenido del verbo: Todos se cayeron del precipicio o Todos se cayeron a un río, pero no *Todos se cayeron abajo o #Todos se cayeron del precipicio a un río. Por esta razón, el euskera se clasifica como una lengua de alta prominencia en la expresión del Camino, mientras que el español, de baja prominencia (vid. Ibarretxe-Antuñano 2009: 410).

También en relación con las lenguas de marco verbal, se han destacado importantes diferencias entre el italiano y el resto de las lenguas románicas en la medida en que el italiano se comporta parcialmente como las lenguas de marco satélite. Así, se ha observado que el italiano presenta una serie de construcciones compuestas de verbo y partícula —andare dentro ‘entrar’, andare dietro ‘seguir’ o portare via ‘llevar’—, semejantes a los verbos frasales del inglés —to go in ‘entrar’, to go after ‘seguir’ o to take away ‘llevar’—, por medio de las cuales la expresión del componente de Manera adquiere mayor relieve (vid. Masini 2005; Iacobini y Masini 2006; Cardini 2008).

En este estudio, planteo la hipótesis de que el español hablado en Galicia manifiesta una tendencia a codificar el Camino con una prominencia más alta que el de otras variedades. Esta prominencia se manifestaría en una mayor frecuencia de aparición y en usos que, a simple vista, resultan redundantes. Si la hipótesis se verifica, sería interesante averiguar hasta qué punto se trata de un fenómeno interno consustancial al español o es fruto de su convivencia con el gallego. Para ello sería necesario examinar si existen otras variedades de español que manifiesten un comportamiento similar, además de comprobar qué tendencias presenta el gallego a la hora de expresar eventos de movimiento.

4. Metodología del estudio

En este estudio se ha empleado una metodología híbrida, en mayor medida de naturaleza cualitativa, complementada con datos cuantitativos que ayudan a orientar la interpretación de los resultados. Los datos utilizados en el estudio proceden fundamentalmente del Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER), un corpus dialectal que contiene entrevistas realizadas en enclaves distribuidos por todo el territorio del español peninsular e insular con una densidad de puntos geográficos equiparable a la de los atlas lingüísticos. Las entrevistas pueden consultarse en texto y en audio. Tanto la selección de informantes como los temas de discusión y otros factores se han llevado a cabo siguiendo criterios uniformes que garantizan la comparabilidad entre las entrevistas. Para el propósito de este estudio, se han analizado ocho entrevistas, las cuatro disponibles dentro de Galicia y otras cuatro pertenecientes a enclaves peninsulares de fuera de Galicia que no están próximos a áreas bilingües.

Las entrevistas gallegas se han extraído de los cuatro únicos enclaves disponibles en Galicia, uno por cada provincia: el de San Claudio de Ortigueira en A Coruña, Liber de Becerreá en Lugo, Cádavos de A Mezquida en Ourense y Galegos de Lalín en Pontevedra. La duración total de las cuatro entrevistas es de casi cinco horas (4h 45 min 33 s). En cuanto a las entrevistas no gallegas, se han seleccionado otros cuatro enclaves peninsulares: Casasola de Arión en Valladolid, Sieteiglesias en Madrid, Malagón en Ciudad Real y Casariche en Sevilla. La duración total de las entrevistas es también de cerca de cinco horas (4 h 44 min 44 s).

De cada una de las entrevistas que forman los dos grupos, el de los enclaves gallegos y el de los no gallegos, hemos extraído todas las ocurrencias de para (y de su variante abreviada pa) y las hemos clasificado de acuerdo con sus valores espacial, final, temporal o de beneficiario. A partir de esta primera distribución, hemos realizado análisis cuantitativos y cualitativos, centrándonos en los casos de para con valor espacial.

Es indudable que tanto la extensión del corpus COSER como los temas que se tratan en las entrevistas del mismo no son suficientes para obtener generalizaciones sobre una variedad lingüística. No obstante, aspiramos a que sirvan como punto de partida para identificar tendencias que podrán ser exploradas en investigaciones posteriores.

Para reforzar los resultados se han contrastado algunos datos en corpus auxiliares: ESLORA, un corpus oral de entrevistas semidirigidas del español de Galicia; el Corpus de Referencia do Galego Actual (CORGA) y el Tesouro Informatizado da Lingua Galega (TILG), para el gallego y el Corpus de Español del siglo XXI (CORPES XXI), para el español general.

5. Valores espaciales de para en el español de Galicia

El análisis de para espacial está dividido en tres partes. En primer lugar (5.1), calculamos la proporción de usos espaciales de para en el español de Galicia en relación con sus usos temporales, finales y los que hacen referencia al beneficiario de una acción, y los comparamos con los datos obtenidos en otros enclaves peninsulares no gallegos. A continuación (5.2), realizamos un análisis cualitativo de los sintagmas preposicionales encabezados por para espacial prestando particular atención a los predicados que los rigen. En última instancia (5.3), nos detendremos en el análisis de las expresiones de para que podrían resultar redundantes.

5.1. Distribución y valores de para en los enclaves gallegos y en los no gallegos

El número total de ocurrencias de para recogidas en las ocho entrevistas asciende a 722 (vid. Tabla 1). Esta cantidad aparece distribuida de manera más o menos equilibrada entre los dos grupos: un poco menos de la mitad se extrae de las entrevistas de los enclaves gallegos (= EG) (355 oc., 49,2 %) y un poco más de la mitad de las entrevistas de los enclaves peninsulares no gallegos (= ENG) (367 oc., 50,8 %).

Tabla 1.
Valores de para en los enclaves gallegos y en los enclaves peninsulares de fuera de Galicia

espacial

temporal

final

beneficiario

TOTAL

enclaves gallegos (EG)

110 30,9%

64,7%

23 6,5%

79,3%

182 51,3%

40,5%

40 11,3%

54,8%

355

49,2%

enclaves no gallegos (ENG)

60 16,4% 35,3%

6 1,6%

20,7%

268 73%

59,5%

33 9%

45,2%

367

50,8%

TOTAL

170 23,5%

29 4%

450 62,5%

73 10%

722

De este total, la función predominante de para es la final (450 oc., 62,5 %), seguida de la espacial (170 oc., 23,5 %), a continuación de la de beneficiario (73 oc., 10 %) y, por último, de la temporal (29 oc., 4 %). En ambos grupos, EG y ENG, el valor final es el mejor representado, seguido del espacial y del de beneficiario. El valor temporal es el que menos casos presenta tanto en los EG como en los ENG. A continuación, presentamos ejemplos[6] extraídos de ambos grupos para cada uno de los valores: (4) final, (5) espacial, (6) beneficiario y (7) temporal.

(4) a. [el jamón] aquí se co-, sí... aquí se cuece pa, pa’l caldo. (EG, Ourense)
b. [se criaban] para carne, los corderos, la lana… pa los colchones. (ENG, Ciudad Real)

(5) a. En el verano había que echar las vacas y... muy pronto para fuera, porque después venía el sol. (EG, Pontevedra)
b. A eso de las dos y media me voy para casa, me pongo… (ENG, Sevilla)

(6) a. Antes los jamones era para el médico y para el cura y... Pero ahora..., esos les toca poco de lo... (EG, Lugo)
b. Hoy da misa porque es para un hermano mío. (ENG, Valladolid)

(7) a. …el ternero no se sabe si va a venir hoy pa’l año si pa’l otro, porque no sabe si la vaca va a preñar… (EG, A Coruña)
b. …a lo mejor esos quesos hacían pa... ya pa to’l verano. (ENG, Madrid)

Al comparar los datos de los EG con los de los ENG saltan a la vista los siguientes aspectos. En Galicia (vid. Figura 1), la mitad de las ocurrencias de para son finales (51,3 %) y la otra mitad se reparte entre los valores espaciales, temporales y de beneficiario. El valor espacial ocupa cerca del 31 % del total de los casos. En cambio, en los ENG analizados (vid. Figura 2), el valor final representa casi las tres cuartas partes de la totalidad de los valores (73 %) y el espacial, tan solo el 16,4 % del total. Salvo en el caso del valor final, que es muy superior en los ENG comparados con los EG, el resto de los valores está mejor representado en las entrevistas gallegas. En lo que respecta al valor espacial, las ocurrencias de para en Galicia superan en casi el 65 % a las que se han extraído de las realizadas fuera de Galicia (vid. Figura 3).

Figura 1
Valores de para en los EG

Figura 2
Valores de para en los ENG

Figura 3
Valores espaciales de para en los EG y en los ENG

5.2. Tipos de sintagmas preposicionales con para espacial y verbos regentes

En este apartado describimos la constitución interna de los sintagmas preposicionales (SP) encabezados por para, o con para como segundo miembro de una correlación, así como el tipo de predicado verbal del que dependen, con especial referencia a los verbos de desplazamiento más frecuentes.

En la Tabla 2 se muestran los treinta verbos regentes registrados, veintiuno en los EG[7] y diecinueve en los ENG; de ellos, diez coinciden en los dos grupos. Al lado de cada verbo, entre paréntesis, hemos consignado también su frecuencia absoluta de aparición.

Tabla 2.
Verbos regentes del SP encabezado por para

EG

andar (EG: 1; ENG: 3), ir (EG: 28; ENG: 8), llevar (EG: 4; ENG: 2), meter (EG: 1; ENG: 2), pasar (EG: 1; ENG: 2), salir (EG: 3; ENG: 2), tirar (EG: 1; ENG: 9), traer (EG: 2; ENG: 1), venir(EG: 24; ENG: 6), volver (EG: 2; ENG: 1)

bajar (1), echar (5), escapar (1), juntar (1), mandar (1), marchar (11), mirar (1), quitar (3), regresar (1), ser (1), subir (1)

ENG

apretar (1), colgar (1), coger (2), empujar (1), estar (1), poner (7), recoger (1), sacar (2), tener (2),

En la Tabla 3 presentamos la agrupación de los verbos de acuerdo con su clase semántica[8], de la que sobresalen los verbos de desplazamiento puro, no solo porque representan la mayoría (el 60 %, 18 verbos de los 30 registrados), sino también porque son los más usados; de hecho, el 84 % de todas las ocurrencias de SP encabezados por para dependen de un verbo de desplazamiento. Este resultado era esperable, pues para, en tanto que preposición que indica la trayectoria del movimiento, coocurre en mayor medida con verbos de desplazamiento[9].

No obstante, si atendemos a la distribución por enclaves, observamos que en los EG los verbos de desplazamiento con para se han usado en una proporción muy superior (72 %) a la de los ENG (28 %). Para explicar esta diferencia, hemos tratado de averiguar si los hablantes de los EG, frente a los de los ENG, muestran una preferencia por para en detrimento de otras preposiciones adlativas (hacia, hasta, contra y a). Una de las hipótesis que hemos barajado es que en los EG no se use hacia, pues esta preposición no existe en gallego y con frecuencia los usos de hacia en español pueden cubrirse con para en gallego. Sin embargo, esta no parece ser la razón, ya que, si los usos de hacia en los EG son exiguos —hay tres ocurrencias: una en el enclave de Pontevedra y dos en el de Ourense—, todavía lo son más en los ENG —se registró una única aparición en el enclave de Madrid—. Tampoco este resultado fue del todo inesperado, pues ya Morera Pérez (1988: 96) y Moliner (DUE, s/v para) apuntan que la preposición hacia apenas se usa en el lenguaje popular (y coloquial), en donde se sustituye por para o a. Ejemplos de esta sustitución los encontramos en varias ocurrencias de nuestro corpus en las que para, acompañando al verbo ir, expresa la dirección del movimiento sin destino final: ir pa’lante <pa’tras, pa´riba, pa’bajo>.

Tabla 3.
Clases semánticas de los verbos regentes del SP encabezado por para

Clases semánticas

EG y ENG

EG

ENG

desplazamiento

ir (EG: 28; ENG: 8), llevar (EG: 4; ENG: 2), meter (EG: 1; ENG: 2), pasar (EG: 1; ENG: 2), salir (EG: 3; ENG: 2), tirar (EG: 1; ENG: 9), traer (EG: 2; ENG: 1), venir(EG: 24; ENG: 6), volver (EG: 2; ENG: 1)

bajar (1), echar (5), escapar (1), marchar (11), quitar (3), regresar (1), subir (1)

empujar (1), sacar (1)

desplazamiento y transferencia

mandar (1)

manera de moverse

andar (EG: 1; ENG: 3)

localización

ser (1)

colgar (1), estar (1), poner (7)

control

coger (2), recoger (1)

espacio y unión

juntar (1)

percepción

mirar (1)

presión y contacto

apretar (1)

posesión

tener (2)

Las preposiciones hasta o contra tampoco aclaran la desproporción de usos de para con verbos de desplazamiento entre los EG y los ENG, pues las dos preposiciones son igualmente escasas en ambas zonas y más aún en los ENG[10]. Donde creemos que sí puede haber una explicación es en los usos de la preposición a. Sin haber realizado un cómputo exhaustivo de todas las ocurrencias de a en ambos grupos de enclaves, hemos advertido que determinados usos de para en el EG aparecen expresados regularmente con la preposición a en los ENG. Valgan como muestra los extractos (8-10), que representan situaciones comparables:

(8) a. Y coger al monte, cargar los carros […] y venir para casa. (EG, Pontevedra)
b. Trasladaban […] las colmenas allí, hasta que ya se termina la época de, de, de la primavera y luego ya lo recogían se iban a, a su pueblo… (ENG, Madrid)

(9) a. Se vendía [un becerro] para carne, pero la carne iba para, para la ciudad… [EG, Lugo]
b. [Entrevistador: ¿Y con esa leche qué hacían?] Pues luego venía una camioneta y lo recogían y se lo llevaban a Madrid, a las lecherías, a luego pa... lo que hicieran, pa quesos, pa esto, pa lo otro, to eso… (ENG, Madrid)

(10) a. […] vendían un ternero y él se guardaba el dinero, iba para el bar, echaba la partida y, y la mujer, y la mujer la pobre non mandaba nada.… (EG, Pontevedra)
b. […] me iba al campo de futbo que estaba allí al lao de mi casa, y en fin, allí se pasaba la tarde bien. Después por la mañana a la escuela, esa era la vida mía… (ENG, Sevilla)

En (8), tras terminar una faena, sea en el monte (8a) o con las colmenas (8b), se regresa al lugar de residencia, introducido por para en el caso del hablante gallego —para casa (8a)— y con a por el madrileño —a su pueblo (8b)—. En (9), el destino final de un producto que se vende, también se expresa con para en el EG —para la ciudad (9a)— y con a, en el ENG —a Madrid (9b)—. Por último, en (10), el lugar en el que se pasa tiempo habitualmente aparece encabezado por para en el EG —para el bar (10a)— y por a en el ENG —al campo de futbo y a la escuela (10b)—.

Entre los verbos de desplazamiento, los que más se repiten son ir (28 veces en los EG y 8 en los ENG), venir (24 en los EG y 6 en los ENG) y marchar (11 veces solo en los EG)[11]. En los EG, echar presenta cinco ocurrencias y quitar[12] y salir, tres cada uno. Hay 17 verbos que solo aparecen una o dos veces. Entre este y el siguiente apartado señalaremos las características más relevantes de los verbos de desplazamiento destacando las diferencias observadas entre los dos grupos de enclaves.

De todas las apariciones de verbo + SP con para, el 45 % lleva como regente el verbo ir o venir. Gracias a su abundante presencia, especialmente en los EG, hemos podido advertir ciertas regularidades en su comportamiento que contrastan con las manifestadas en los ENG. Así, mientras que en los ENG ir y venir se construyen en forma pronominal (11) y no pronominal (12) en igual proporción (7 oc. de cada), en los EG, las formas pronominales (13) solo cubren el 15 % del total (8 oc. de 52), siendo las no pronominales de uso preferente (14). Señalamos aquí que la despronominalización de verbos en el español de Galicia es un rasgo que se ha atribuido a la influencia del gallego (Acín Villa 1996: 274; Rojo 2004: 1097).

(11) a. A eso de las dos y media me voy para casa. (ENG, Sevilla)
b. Y luego me vine pa acá. (ENG, Madrid)

(12) a. […] pero andando no he ido pa allá. (ENG, Sevilla)
b. La miel es que venían pa aquí mielieros que ponían la granja. (ENG, Madrid)

(13) a. Tres años y otros tres en Holanda. Y me vine para casa. (EG, Ourense)
b. Mi abuelo murió en Cuba. Se fue para allá, y adiós muy buenas. (EG, A Coruña)

(14) a. Ahí se pone uno rico de seguida; pues hay que ir para allá. (EG, Lugo)
b. […] yo, y, y mi señora vinimos para aquí y hicimos esta casa. (EG, Pontevedra)

En los ejemplos de los ENG, con ir y venir, el argumento externo de la preposición (o Figura) es siempre una entidad humana (11, 12). En los EG, estos verbos, especialmente ir, pueden llevar como argumento externo nombres que denotan entidades no humanas, por ejemplo, trigo, maíz o carne del cerdo, incapaces de realizar un desplazamiento por sí mismas, y como argumento interno, nombres de lugares que denotan un destino, si no final, al menos de permanencia por un periodo largo. Con estos rasgos, ir en los ejemplos de (15) parece adquirir un significado cercano al de ‘guardar’ o ‘almacenar’.

(15) a. [El maíz] va pa’l, pa’l hórreo, pa’l hórreo pa secar. (EG, A Coruña)
b. [La carne del cerdo] va pa’l congelador. (EG, A Coruña)

Al lado de este uso, descubrimos otro, más común con ir, pero que también puede aparecer con otros verbos, en el que el argumento interno denota un destino habitual, es decir, un lugar que se visita regularmente (la escuela, el lugar de trabajo) y en el que se permanece un intervalo de tiempo superior al estipulado para una visita. Así, en (10a), iba para el bar denota una actividad[13]: el hombre visitaba regularmente el bar y pasaba tiempo en él, jugando a las cartas, consumiendo alguna bebida. Con esta interpretación podemos recuperar además la implicatura del enunciado: el dinero obtenido en la venta del ternero, que cobraba el hombre y no la mujer, acababa consumiéndose en el bar. El ejemplo (16) representa el mismo uso, en este caso, el destino habitual es la escuela:

(16) […] así, hasta los… desde tres o cuatro [años] hasta los siete, que ibas para la escuela de abajo. (EG, A Coruña)

En los ENG este valor de actividad se expresa con la preposición a, como vimos en (10b), me iba al campo de futbo. Son, en esos casos, el aspecto imperfecto del verbo y determinados elementos contextuales —p. ej., allí se pasaba la tarde bien (10b)—, los que nos permiten dar la interpretación de acción habitual.

Con respecto al par ir /venir, señalamos todavía dos expresiones particulares que aparecen en una de las entrevistas de los EG (Pontevedra) en las que la cohesión semántica entre el verbo de desplazamiento y la preposición es más estrecha, de manera que resulta más difícil explicar la aportación individualizada de la preposición. Se trata de ir para fuera en No voy mucho para fuera durante el invierno y venir para fuera en Mi señora no venía para fuera nunca, que adquieren el significado de ‘salir de casa y moverse por sus alrededores’ (vid. apartado 5.3). Aunque el grado de cohesión entre el verbo y el complemento introducido por para no ha sido estudiado en gallego, existen casos claros de este fenómeno. Así en CORGA encontramos varios ejemplos de ir para diante ‘adelante’ con el sentido de ‘avanzar’[14].

A diferencia de ir, otro de los verbos básicos de desplazamiento, marchar, del que solo registramos muestras en los EG, aparece en construcciones con sujetos agentivos humanos y presenta una mayor proporción de usos pronominales (Se marcharon pa… pa Cuba / Cuando mi hermano se marchó pa allá…, EG, Pontevedra)[15].

Respecto al par llevar y traer, variantes causativas transitivas de ir y venir, cabe mencionar que volvemos a encontrar el valor de para introduciendo un destino final o de permanencia de larga duración que, dependiendo del tipo de lugar, confiere al verbo un sentido particular: ‘enterrar’ en (17) y ‘almacenar’, ‘guardar’ en (18). En estos casos, también el argumento externo de para, aquí en función de Objeto Directo, denota una entidad inanimada:

(17) […] de noche preparaba la caja para llevar el bebé para el cementerio. (EG, Pontevedra)

(18) […] yo ahora los [los chorizos] llevo para un… hórreo que tengo ahí. (EG, A Coruña)

En los ENG, no hemos localizado usos semejantes de para a los presentados en (17-18); no obstante, dado que las entrevistas giran en torno a los mismos temas, hemos comprobado que en contextos similares a los de (18) los hablantes de los ENG han utilizado el verbo guardar:

(19) […] cuando estaba bien oreás, unas [las morcillas] las cogían y las guardaban pa [consumir] secas, otras las metían en aceite… (ENG, Ciudad Real)

(20) [El cereal] lo guardábamos debajo de…, de… | que no se mojara. (ENG, Madrid)

Por último, en los EG hemos registrado varios ejemplos de los verbos transitivos causativos echar (21) y tirar (22) en los que el argumento que denota lugar se introduce por para[16], en lugar de a o en, que son las preposiciones usadas en los ENG (23):

(21) a. […] y le echaba la leche para la sopa, le sabía mejor. (EG, Pontevedra)
b. […] y se echaba [la grasa] para un cubo… (EG, Pontevedra)

(22) Se tira todo […] para el contenedor. (EG, Pontevedra)

(23) a. Se echaba en un saco, la cebolla […] se echaba en la caldera […] le echaba cachitos chiquininos a la morcilla… (ENG, Ciudad Real)
b. Bueno, eso, eso solían echarlo a las morcillas cuando estaban cociendo… (ENG, Madrid)

En estos casos, el lugar denotado por el argumento interno de las preposiciones también parece representar el destino final, si bien podríamos apuntar que el carácter causativo del verbo le añade un matiz de finalidad a la acción. De hecho, en los EG, el verbo juntar, que no denota desplazamiento sino espacio + contacto (vid. ADESSE), lleva también un complemento espacial con para, Quita la maleza o las hojas y las junta para un montón (EG, Pontevedra). Aquí montón puede representar un destino provisional con una intención particular.

5.3. Sobre los posibles usos redundantes de para en el español de Galicia

En este apartado trataremos algunos usos documentados en los EG, que podríamos llamar redundantes, en la medida en que el SP con para incide en la dirección del movimiento ya expresada por el lexema verbal. Consideramos que estos casos guardan semejanza con los examinados en investigaciones anteriores para lenguas de alta prominencia en la expresión del Camino (vid. apartado 3).

En tanto que lengua románica, el español lexicaliza los eventos de movimiento siguiendo el patrón de las lenguas de marco verbal, es decir, los componentes Movimiento y Camino, en el lexema verbal y la Manera del movimiento, cuando es necesaria, en forma de adjunto. De acuerdo con estas premisas, pares de verbos como entrar/salir, meter/quitar[17] y subir/bajar contienen ya en su significado léxico los componentes Movimiento y Camino, pues los tres pares se refieren al desplazamiento de una entidad, bien sea de fuera adentro (entrar, meter), o viceversa (salir, quitar), bien, de abajo arriba (subir), o viceversa (bajar). En este sentido, sería esperable que, si cualquiera de estos verbos se acompañara de otros componentes del evento de Movimiento, estos fueran la Figura (La mujer entró/subió), el Fondo (Entró en la habitación/ Subió al ático) o la Manera (Entró corriendo/ Bajó saltando), pero no el Camino (#Entró dentro/ #Bajó abajo), pues resultaría doblemente marcado. En contra de estos postulados, en los EG estos verbos aparecen acompañados de componentes de Camino.

(23) Mi padre no gustaba mucho, que saliera tanto para fuera. Pero pensé de salir para fuera y puse una granja […] empecé a prosperar algo y no salí más para fuera. (EG, Pontevedra)

(24) El tabernero ya ha cerrado la puerta y metió la bicicleta para dentro. (EG, Pontevedra)

(25) Y esto, mira, esto es la pulpa de las uvas, que hay que bajársela para abajo. (EG, Ourense)

Los adverbios de (23-25) repiten un elemento contenido ya en el significado del verbo. Así, salir, que se define como ‘pasar de dentro a fuera’, coocurre con fuera; meter, ‘poner X dentro de Y’, se combina con dentro y bajar, ‘moverse hacia abajo’, lo hace con abajo. Cabe añadir que, además de la reincidencia adverbial sobre el significado verbal, la presencia de para[18] le confiere un valor expresivo o enfático sin apenas añadir contenido nuevo, pues su propósito, indicar la dirección de la trayectoria o Camino del Movimiento, está igualmente sobreentendido en el lexema verbal: si alguien sale o baja, es obvio que lo hará hacia fuera o hacia abajo, respectivamente[19].

No obstante, si partimos de la premisa de que en una lengua no hay dos formas diferentes con un mismo significado, habremos de preguntarnos si el adverbio e incluso la preposición son meros elementos superfluos cuya eliminación no afecta al significado proposicional de la expresión, aunque sí al pragmático[20], o si, por el contrario, aportan información nueva (23-25). Para responder a esta pregunta, hemos examinado con atención el contexto en que surgen y hemos observado que su función parece muy semejante a la de las formas verbales complejas usadas para transmitir un significado unitario, al modo de las construcciones verbo + partícula del italiano o los verbos frasales del inglés (vid. apartado 3). En particular, salir para afuera (23) aparece en la parte de una entrevista en que el informante está explicando la precariedad de los campesinos que trabajaban sus propias tierras en el pasado, y de cómo él decidió comprarse un tractor para ganarse la vida ayudando en las faenas del campo a los que vivían por los alrededores, en lugar de trabajar las tierras de la familia. En este contexto, salir para afuera condensaría en tres palabras el significado aproximado de ‘trabajar para otros en faenas agrarias recibiendo un jornal, en lugar de cultivar las tierras propias’.

En la misma entrevista (24), el hablante relata una salida de juventud a una fiesta popular la noche anterior a una dura jornada de trabajo en el monte. El informante tuvo que recorrer en bici más de quince kilómetros para llegar a la fiesta y, un poco antes del destino, dejó la bici delante de un bar. Cuando regresó, el bar ya estaba cerrado y el tabernero había guardado la bici dentro. Esto le obligó a hacer el camino de vuelta a pie y empezar la jornada laboral sin apenas haber dormido. Aquí, meter para dentro significa ‘guardar’.

El ejemplo (25) pertenece a otra entrevista, en concreto, al momento en que hablan del cultivo de la uva y producción de vino. La expresión bajársela para abajo, referida a la pulpa del grano de la uva, está relacionada con el estrujado mecánico de la uva[21] necesario para que la pulpa se desprenda y de ese modo se pueda extraer el jugo.

Ejemplos como los de (23-25), con la expresión redundante del Camino, de los que no hemos documentado casos en los ENG, se alejan del patrón típico de marco verbal del español y apuntan a una variación intratipológica, al igual que sucede con otras lenguas como el euskera (Ibarretxe-Antuñano 2004b), también de marco verbal. En este sentido, (23-25) pueden considerarse una manifestación de lo que Ibarretxe-Antuñano y Mendo (2017) han dado en llamar el “estilo retórico” propio de una lengua o variedad, que aquí implicaría cierta prominencia en la expresión del Camino. En ESLORA, el corpus oral del español de Galicia, pueden extraerse más muestras de este tipo. Así, en (26) se enfatiza el esfuerzo que supone subir y bajar constantemente escaleras con una carga de más de quince quilos mediante la descripción pormenorizada y redundante del Camino:

(26) uf cuánto marisco había que palear // mucho/ y después teníamos unas escaleras para subir para arriba para envasar el marisco / y las merluzas que eran cajas de quince veinte quilos / súbete para arriba con ellas / embálalas / bájate para abajo otra vez con ellas llévalas a la tienda… (ESLORA, Santiago de Compostela)

Además de las consultas en ESLORA, hemos realizado búsquedas en los corpus del gallego TILG y CORGA, resultando especialmente productivas entrar para dentro ‘entrar para (a)dentro’ y saír para fóra ‘salir para (a)fuera’[22]. A partir de la búsqueda <entrar + dentro> y <saír + fóra>, mediando un espacio para una palabra entre ellas, en CORGA el 40 % de ocurrencias son de entrar para (para/pre/pa) dentro; en TILG, sin embargo, representan el 64 %. En el caso de saír para (para/pre/pa) fóra, CORGA registra el 66 % del total de casos y TILG, el 76 %. Por el contrario, los datos extraídos de CORPES XXI son muy escasos, teniendo en cuenta el tamaño del corpus[23]; a ello, se añade que una parte de esos ejemplos extraídos procede de ESLORA. Así, de entrar para dentro, hemos registrado solo cuatro casos, dos de ellos de ESLORA; de entrar para adentro, solo uno, también de ESLORA; de salir para fuera, hay cuatro casos, todos procedentes de ESLORA y de salir para afuera, hemos localizado diecisiete, de los que el único ejemplo documentado en España pertenece a Galicia[24].

Otro ejemplo de especificación del Camino lo encontramos en (27). Se trata de una construcción bimembre semejante a por la calle arriba o por el río abajo, descritas en RAE y ASALE (2009: 30.5m). En ellas, el primer segmento hace referencia al Camino (por la calle, por el río) y el segundo, designa la Dirección (arriba, abajo), que es también el sentido global de la expresión. Otra variante de esta construcción, también muy productiva, sin la preposición por y sin artículo en el primer segmento, la encontramos en calle arriba y río abajo (Morimoto y Pavón Lucero 2003; Rigau y Pérez Saldanya 2008[25]; RAE y ASALE 2009: 30.5n)[26]. Frente a ellas, lo peculiar y distintivo de la construcción de (27) es la presencia de para incidiendo sobre la Dirección del Movimiento, ya denotada por el adverbio y expresada en el lexema verbal[27].

(27) Venía [é]l lleno de pulgas y piojos, y llegaba a casa, subiera a un cuarto de baño y tenía una ventana y empezaba a quitar ropa, todo, todo, toda por la ventana para fuera, para fuera. (EG, Pontevedra)

Los ENG no registran ocurrencias de este esquema, pero sí podemos encontrar alguno en ESLORA (28), lo que puede ser indicativo de una particularidad de esta variedad de español.

(28) antes eh me acuerdo de que salíamos de trabajar íbamos tomar algo juntos <pausa/> […] en la pandilla […] hoy no <pausa/> hoy cada uno <pausa_larga/> sale <pausa/> una vez que sale por el portal para fuera <pausa_larga/> cada uno… (ESLORA, Santiago de Compostela)

Para tener una idea más amplia de su distribución geográfica, hemos realizado búsquedas en CORPES XXI de expresiones que comiencen con por y acaben con arriba/abajo restringiendo la distancia máxima entre ellas a cuatro palabras. Los resultados mostraron que, de 71 ocurrencias, 59 (83%) respondían al esquema por + SN + arriba/abajo (Él se marcha por la cuesta arriba, España; Va descendiendo por el vientre abajo, España), 10 (14%) introducían la preposición hacia[28] en el segundo segmento (Corrió por la escalera hacia arriba, Paraguay; Me empujan por la vereda hacia abajo, México) y solo 2 (3%), la preposición para (Nos subía por los pies para arriba, España; Se caga por las patas para abajo, Perú). A partir de estas cifras, podría interpretarse que la expresión mayoritaria en español no lleva ninguna preposición encabezando el segundo segmento y, de llevarla, es más probable que sea hacia que para.

6. Discusión de los resultados y conclusiones

En este estudio nos hemos centrado en los valores espaciales de para en el español de Galicia para verificar si nuestras observaciones iniciales —en particular, su frecuencia y posible uso redundante— pueden confirmarse a través de un análisis de corpus. Para este propósito hemos utilizado el corpus COSER, que nos ha permitido comparar los usos de esta preposición en dos grupos de enclaves, cuatro situados en Galicia y cuatro en otras zonas peninsulares de España. Además, nos hemos valido de fuentes auxiliares para completar los datos: el corpus ESLORA, para el español de Galicia; CORPES XXI, para el español contemporáneo y CORGA y TILG, para el gallego. Nuestro objetivo ha sido el de dar una interpretación de los resultados que, si bien son insuficientes para extraer amplias generalizaciones, nos ofrezcan pautas para mostrar tendencias que podrán ser investigadas en más detalle en trabajos posteriores.

Entre los resultados, hemos constatado una mayor presencia de para espacial en los EG que en los ENG. Así, vimos que, del total de valores analizados (final, espacial, beneficiario y temporal), en los EG, el 30,9 % son espaciales y en los ENG, solo el 16,4 %. En ambos grupos, los valores finales son los más numerosos: el 51,3 % en los EG y el 73 % en los ENG. Los datos obtenidos en los ENG presentan cierto paralelismo con los aportados por Ibarretxe-Antuñano y Mendo (2017: 72), en donde el 60 % son casos de para final y el 12,94 %, de para espacial[29]; por el contrario, los datos extraídos de los EG contrastan con la drástica caída al 10 % de los usos espaciales de para en el s. xv, frente al 80 % de valores finales (vid. Torres Cacoullos y Bauman 2014 y Bauman y Torres Cacoullos 2016 en el apartado 1).

La elevada proporción de verbos de desplazamiento con para registrada en los EG (el 72 % frente al 28 % de los ENG) nos llevó a considerar la posibilidad de que el español de Galicia manifieste una preferencia por para frente a otras preposiciones adlativas (a, hacia, hasta, contra) y que ello pueda estar motivado por la influencia del gallego, en donde la preposición hacia no existe. Hemos podido confirmar, sin embargo, que los casos de hacia son muy escasos en ambos grupos de enclaves, así como lo son en todo el español cuando se usa un registro coloquial. Tampoco las preposiciones hasta o contra parecen tener un efecto directo. En cambio, hay indicios para pensar que algunas ocurrencias de para en los EG pueden estar sustituyendo a la preposición a, especialmente las que se usan para indicar mayor permanencia en el lugar de destino, rasgo que, como vimos, es característico de para en gallego[30]. Con respecto a los verbos ir y venir, así como a sus variantes causativas llevar y traer, la influencia del gallego también podría atribuirse a una mayor frecuencia de los verbos en formas no pronominales, a los usos con sujetos que denotan entidades inanimadas, a la lectura de actividad con destinos habituales y al mayor grado de cohesión entre el verbo y el complemento introducido por para. No obstante, faltan estudios específicos del gallego sobre estas cuestiones, así como comparaciones entre ambas lenguas, que no nos permiten hacer afirmaciones concluyentes.

Una importante consecuencia de este estudio es que nos ha permitido plantear la posibilidad de que el español de Galicia —y posiblemente también el gallego— sea una variedad con mayor prominencia en la expresión del Camino a la hora de expresar eventos de movimiento que el español de otras áreas geográficas, al menos, las contrastadas aquí. Prueba de ello son las expresiones del tipo salir para fuera, meter para dentro, bajar para abajo, subir para arriba o quitar por la ventana para afuera, que hemos detectado y que, en palabras de Bosque (2004: 31), estarían “sacan[do] a la sintaxis una parte del significado del verbo”. Los corpus del gallego consultados nos han ofrecido gran variedad de ejemplos equivalentes, lo que constituye un indicio de que estén en el español de Galicia por influencia del gallego. No obstante, necesitamos más estudios sobre el gallego y sobre otras variedades de español para tener un panorama más completo y verificar lo que ha empezado a tomar fuerza de conjetura fundamentada. No tenemos conocimiento de estudios sobre este tema que incluyan otras variedades de español, salvo los realizados por Sebastián y Slobin (1994) e Ibarretxe-Antuñano e Hijazo-Gascón (2012), en los que no hemos encontrado datos sobre estas construcciones. Por otra parte, la exploración preliminar realizada en CORPES XXI no ha arrojado datos que nos lleven a pensar que se trate de construcciones frecuentes en el español de otras áreas.

En definitiva, con este estudio podemos confirmar que para espacial presenta un comportamiento distintivo en el español de Galicia, diferente al de otras variedades de español. La mayoría de estas particularidades parecen poder atribuirse al gallego, pero faltan estudios específicos sobre el gallego y sobre otras variedades de español para poder ofrecer datos concluyentes. Consideramos que con esta investigación se ha abierto un terreno no explorado con anterioridad que puede resultar muy fructífero para nuevos estudios.

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[1]Obsérvense usos contextualizados extraídos del corpus ESLORA: voy a hacer cuarenta y cinco para el mes ‘el mes que viene’ o ¿y cuándo va a venir? y digo yo, para la semana ‘la semana que viene’.

[2]El paso de valores adlativos a finales es parte de una cadena de gramaticalización ampliamente extendida en las lenguas del mundo (vid. Heine y Kuteva 2002: 38, “allative markers tend to give rise to purpose markers”).

[3]También desde postulados estructurales, Trujillo (1971: 267-268) explica la oposición para/hacia a través de la oposición ‘(propósito) definido’ / ‘(propósito) indefinido’, que a veces puede neutralizarse.

[4]Al lado de este estudio, existen otros, centrados en el par por y para, que desarrollan amplias redes semánticas comprendiendo acepciones muy especificadas (Lunn 1987; Delbecque 1996; Lam 2009).

[5]También adscrito al generativismo, con un enfoque cartográfico, se sitúa el trabajo de Romeu Fernández (2014) en el que para recibe un tratamiento individualizado (pp. 206, 212-216).

[6]En adelante, a falta de otra indicación, los ejemplos están extraídos del corpus COSER.

[7]Hemos excluido un verbo con un SP encabezado por para (para partes) por carecer de contexto suficiente para decidir si se trataba de un valor espacial o final: se partía para partes para chorizos (EG: Pontevedra).

[8]Para esta clasificación nos hemos ayudado de la Base de datos de Verbos, Alternancias de Diátesis y Esquemas Sintáctico-Semánticos del Español (ADESSE) de la Universidad de Vigo, de la que nos apartamos en pocas ocasiones siguiendo a Morimoto (2001).

[9]Por límites de espacio, no nos ocuparemos en este trabajo de los verbos que no denotan desplazamiento, de frecuencia muy inferior, pues solo representan el 16% del total, pero más dominante en los ENG, en donde se registran varias ocurrencias con verbos de localización (colgar, estar y poner) y posesión (tener).

[10]En los EG se registran siete casos de hasta y dos de contra; en los ENG, cuatro de hasta y ninguno de contra.

[11]No hemos tenido en cuenta el verbo tirar de los ENG porque, si bien se repite hasta nueve veces, presenta gran variedad de acepciones. Así, en los ENG, también ir y venir son los verbos de desplazamiento más frecuentes.

[12]Incluimos quitar entre los verbos de desplazamiento porque en los casos documentados es equivalente a sacar. El intercambio entre estos verbos es un fenómeno recurrente del español de Galicia (vid. Mas Álvarez 1999).

[13]Aunque la idea de dirección está implícita tanto en iba para el bar como en iba al bar, ambas expresiones se oponen en el tiempo que se permanece en el lugar de destino (véase Freixeiro Mato 2006: 561). Podría decirse iba al bar a comprar tabaco, pero no iba #para el bar a comprar tabaco.

[14]É o único xeito de ir para adiante ‘Es la única forma de avanzar’; Se a cousa vai para adiante… ‘si la cosa avanza’.

[15]Esta situación contrasta con la que se observa en gallego, a partir de los datos de CORGA, en la que marchar es más frecuente en usos no pronominales.

[16]Véase Waluch-de la Torre (2007: 454) para ejemplos equivalentes con para en portugués.

[17]Como mencionamos en la nota 12, quitar se emplea aquí como equivalente de sacar.

[18]Riiho (1979: 214, 221) señala la frecuencia de para con complementos adverbiales en portugués y en gallego modernos (para dentro, para fora, para baixo, etc.).

[19]La RAE, en su sección de dudas lingüísticas, declara que subir arriba, bajar abajo, entrar dentro o salir fuera son construcciones válidas que, si bien pueden resultar redundantes, “la información que aportan los adverbios suele ser necesaria” (https://www.rae.es/duda-linguistica/es-correcto-el-uso-de-subir-arriba). En particular, acerca de subir para arriba y bajar para abajo, el Instituto Cervantes (2013: § 433) manifiesta que “son admisibles en el uso oral y coloquial de la lengua, donde se utilizan generalmente con valor expresivo o enfático, pero debemos evitarlas en los textos escritos”.

[20]A propósito de expresiones como sube arriba, baja abajo, levanta para arriba o entra dentro, entre otras, García Pérez (2005: 246, 249) dice que podrían considerarse errores de uso, pero su frecuencia, unida al principio de economía de las lenguas, la lleva a tratarlas como expresiones con funciones enfáticas y estilísticas.

[22]Para las equivalencias del gallego fóra y dentro con el español fuera y afuera, de un lado, y dentro y adentro, de otro, véase la nota 27.

[23]Frente a CORPES XXI, que tiene alrededor de 300 millones de formas, CORGA y TILG contienen alrededor de 41 y 31 millones, respectivamente.

[24]Los demás se distribuyen así: siete en el español rioplatense; tres en el chileno; tres en el antillano; por último, el caribeño continental, el estadounidense y el mexicano-centroamericano registran una ocurrencia cada uno.

[25]Rigau y Pérez Saldanya (2008) proponen un proceso de simplificación en tres estadios: por el río arribael río arribarío arriba.

[26]Domínguez Portela (2015) estudia las expresiones equivalentes en gallego (polo camiño adiante; camiño adiante) como fórmulas para expresar Lugar por donde, sin hacer alusión a polo camiño pa(ra a)diante. Cabe apuntar, no obstante, que sus datos proceden mayormente de fuentes escritas.

[27]Otro aspecto que distingue las expresiones en (27) y (28), advertido por uno de los revisores del artículo, es la presencia de fuera, un adverbio locativo no orientativo, frente al ejemplo (26), en el que los adverbios arriba y abajo son orientativos o direccionales. Debido a limitaciones de espacio, no podremos abordar aquí esta cuestión; no obstante, cabe apuntar la posibilidad de una interferencia con el gallego, lengua en la que el adverbio equivalente a fuera, fóra, así como su antónimo homógrafo, dentro, solo existen en forma locativa. Para expresar ‘dirección a’, ambos adverbios pueden, opcionalmente, acompañarse de la preposición aSaíde (a) fóra e comprobádeo ‘Salid afuera y comprobadlo’; Cando cheguei (a) dentro esquecera tódalas preguntas ‘Cuando llegué adentro había olvidado todas las preguntas’ —; en cambio, para otros significados necesitan siempre una preposición (de dentro/fóra, para dentro/fóra) (Álvarez y Xove 2002: 617).

[28]El 90 % de los casos que llevan la preposición hacia en el segundo segmento ocurren en el español de América.

[29]Ibarretxe-Antuñano y Mendo (2017: 71) utilizan un corpus oral con una duración de menos de dos horas (1 h 42 min 49 s) que han extraído del programa Comando Actualidad de Radio Televisión Española.

[30]Una observación muy semejante a la nuestra es aducida por Waluch-de la Torre (2007: 245-246) acerca de las diferencias de uso de a/para entre el español y el portugués, lengua descendiente del mismo tronco que el gallego y con la que guarda muchas similitudes. Según la autora, en ciertos contextos en que ambas preposiciones son posibles, el español prefiere a (Vamos de un sitio a otro) donde el portugués, para (Vamos de um sítio para outro). La idéntica distribución de para espacial en el gallego y el portugués moderno es puesta de manifiesto en Riiho (1979: 221). Según este autor (Riiho 1979: 214), “para se caracteriza no sólo por su uso en expresiones en que el castellano tiene hacia, sino también por su equivalencia con el cast. a: entrar para, apelar para…”.