María Claudia González-Rátiva
Universidad de Antioquia
ORCID: 0000-0002-1355-9140
Diana Marcela Muñoz Builes
Universidad de Antioquia
ORCID: 0000-0002-4850-5732
Maira Fernanda Guzmán García
Universidad de Antioquia
ORCID: 0000-0003-4770-8260
Recibido: 20-09-2020
Aceptado: 21-10-2020
https://dx.doi.org/10.12795/PH.2021.v35.i01.04
Resumen
El presente artículo tiene como objetivo describir las percepciones y creencias lingüísticas de un grupo de 108 estudiantes de la Universidad de Antioquia (Medellín, Colombia) hacia la variedad andaluza, a partir de los resultados de las encuestas del proyecto PRECAVES XXI. Entre los principales resultados se destaca el hecho de que los jóvenes medellinenses tienen un porcentaje de identificación bajo hacia la variedad andaluza (solo un 4%), y que hay una asociación genérica con España y con variedades caribeñas. Así mismo, el habla andaluza se relaciona con puestos de trabajo bien cualificados, nivel de ingresos medios y estudios universitarios, apreciaciones que también son realizadas para la variedad castellana, andina, chilena y rioplatense. Finalmente, la valoración indirecta sugiere que esta es una variedad «rica» e «interesante» y que después de la variedad propia esta es la más «divertida» y «familiar», aunque la menos «cercana».
Palabras clave: creencias y actitudes lingüísticas, sociolingüística, jóvenes antioqueños, variedad andaluza, PRECAVES XXI.
Abstract
This paper aims to describe the perception and linguistic beliefs towards the Andalusian variety by a group 108 students of University of Antioquia (Medellín, Colombia), based on results of surveys from PRECAVES XXI [Project for the study of beliefs and attitudes regarding varieties of Spanish in the 21st century]. The main results show low identification percent of Andalusian variety (just 4%) and a general association with Iberian and Caribbean varieties by students from Medellín. Likewise, Spanish spoken in Andalusia is related with well-qualified jobs, middle income level and university studies. These values are also related with Spanish varieties like Castilian, Andin, Chilean and Rioplatense. Finally, indirect assessments suggest that Andalusian variety is “rich” and “interesting” and, after their own variety, Spanish spoken in Andalusia is the most “funny” and “familiar”, although the least “close”.
Keywords: linguistic beliefs, linguistic attitudes, sociolinguistics, young people from Antioquia, Andalusian variety, PRECAVES XXI.
Al hacer un recorrido por la historia de la lengua española en América nos encontramos con el famoso y extenso debate entre filólogos y lingüistas del siglo XX, en relación con el posible andalucismo como origen e influencia de los dialectos americanos (Rosemblat 1969; Echenique 1980; Del Valle 1998; Kania y Kauffeld 2005), principalmente en comunidades de territorios de islas, zonas costeras y lugares de más fácil acceso y comercio marítimo. Dos filólogos colombianos ya habían opinado al respecto: en 1688, el obispo Lucas Fernández de Piedrahita afirmaba sobre el sur de la provincia de Cartagena que «los naturales de la tierra, mal disciplinados en la pureza del idioma español, lo pronuncian generalmente con aquellos resabios de que siempre participan de la gente de las costas de Andalucía» (1881: 57). Rufino José Cuervo, por su parte, al hacer alusión sobre la fragmentación del español en América, asevera que «la historia y la filología están conformes para probar que los primeros pobladores de América representaban todas las comarcas de la península ibérica. [...] prueba [de] que toda la península dio su contingente a la población de América» (1901: 41-42). Esta idea fue retomada, casi como estandarte de la tesis antiandalucista, por Henríquez Ureña, sin que el mismo Cuervo hubiera afirmado nunca estar completamente a favor o en contra de las ideas del supuesto andalucismo (Guitarte, 37-41), y aunque esta polémica ha sido ya superada para unos, como lo afirma Buesa Oliver (1990: 269), se encuentra inconclusa para otros (Danesi 1977: 193).
Por otra parte, en Colombia, más allá del general desconocimiento sobre la variedad de habla andaluza, pervive popularmente el imaginario de la raigambre andaluza, así como el nexo cultural asociado a una de las festividades más importantes del país: la Feria de Manizales, cuyo principal atractivo gira en torno a la herencia española, las corridas de toros o la fiesta brava, el vestuario flamenco y los desfiles que rememoran la Fiesta de Abril sevillana, que se sincretiza con las tradiciones de esta parte de la región andina y cafetera colombiana.
Aunque se reconoce a la comunidad andaluza en su gran extensión geográfica y su variedad de habla como una de las más estudiadas del español, debido a sus formas innovadoras, hay una importante carencia de estudios respecto a la manera en la que los colombianos perciben y valoran esta variedad. Sin embargo, existen investigaciones, principalmente de tipo léxico, como la de Jensén Gómez (1990) o la de Moreno Fernández (1991), en la que se analizan las relaciones del léxico de la agricultura y ganadería entre Colombia, Andalucía y Canarias. El autor, por medio de la comparación entre el Atlas Lingüístico-Etnográfico de Colombia (ALEC), el Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía (ALEA) y el Atlas Lingüístico y Etnográfico de las Islas Canarias (ALEICan), concluye que en el estudio cualitativo y cuantitativo de los 93 mapas analizados no se encuentran coincidencias especialmente destacadas, lo que indica que con el paso del tiempo la posible influencia del andaluz en América se ha venido difuminando.
De igual manera, pueden encontrarse estudios más recientes como el de Toro Mérida (2015), que aún rastrean la presencia andaluza en distintos campos semánticos del habla americana, y aunque muchos de estos hallazgos corresponden a la etapa de colonización y conquista, según Valdés Bernal (2015), hoy, pese a todo, no podría negarse el influjo andaluz en el español americano de las tierras insulares y costeras continentales, evidente en el plano fonológico, morfosintáctico y léxico.
Por otra parte, Calderon Quijano (1985, 1987), para aportar a la historia de la toponimia americana, indaga sobre la presencia de topónimos sevillanos y andaluces en Hispanoamérica y da cuenta de su relevancia durante los primeros siglos de la conquista. No obstante, esta influencia también menguaría con el paso del tiempo, lo que, de manera indirecta, podría contribuir al actual desconocimiento de esta variedad en Colombia. Así, si bien los artículos encontrados distan de nuestro objetivo, dan luces sobre la distancia perceptual de esta variedad en Colombia, en comparación con otras variedades importantes para el conocimiento panhispánico.
En lo relacionado con el tema de actitudes lingüísticas de colombianos hacia otras variedades se encuentran los trabajos de Chiquito y Quesada (2014) y de Bernal y Díaz (2017), cuya metodología y resultados están enfocados a consideraciones sobre variedades nacionales; y por ello España aparece en estos trabajos como una unidad. También se encuentran resultados sobre creencias y percepciones de colombianos hacia otras variedades en el trabajo enmarcado en el proyecto PRECAVES, que considera variedades dialectales, entre ellas la andaluza, como puede verse en González-Rátiva, Muñoz-Builes, Guzmán, & Correa (2018). Cabe resaltar que estos trabajos tenían como objetivo abarcar y analizar diversas variedades de habla, y no una variedad en específico.
Debido a ello, ya que solo a través de los datos podemos acercarnos a la verdadera percepción y actitud de los hablantes hacia el habla de nuestro interés, y con el propósito de realizar un aporte a los estudios sociolingüísticos y dialectológicos, esta investigación se acoge nuevamente a las directrices del Proyecto para el Estudio de las Creencias y Actitudes hacia las Variedades del Español en el Siglo XXI (PRECAVES XXI), pero en esta ocasión se procederá a analizar, por medio de valoraciones cognitivas y afectivas, directas e indirectas, las percepciones y creencias de un grupo específico de estudiantes de la Universidad de Antioquia hacia la variedad de habla andaluza en particular.
Este estudio se enmarca dentro de la metodología general del PRECAVES XXI (para una revisión detallada, consúltese Cestero Mancera y Paredes García 2018), Santana y Manjón-Cabeza (en prensa), en la cual, principalmente, se realiza una encuesta de preguntas directas e indirectas a través de opciones y técnicas de pares falsos, que permiten a los investigadores inferir, de las respuestas a esos estímulos, las creencias y actitudes sobre las variedades normativas del español desde un enfoque cognitivo[1]. Las finalidades del cuestionario son indagar por el nivel de reconocimiento hacia ocho variedades distintas: castellana, andaluza, canaria, mexicana, caribeña, andina, chilena y rioplatense; así como realizar un acercamiento a las valoraciones directas e indirectas de cada participante hacia estas variedades del español y hacia la propia variedad.
Las encuestas para este estudio fueron aplicadas a 108 estudiantes de la Universidad de Antioquia inscritos en los pregrados Letras: Filología Hispánica y Licenciatura en Lengua Castellana. Se tuvo en cuenta que todos ellos fueran colombianos y nacidos en el departamento de Antioquia, dentro de un rango de edad de 20 a 34 años y hablantes nativos del español, tal y como puede observarse en la Tabla 1.
Además, se realizó una separación por colectivos. El primero de ellos está constituido por 58 estudiantes pertenecientes a los primeros semestres y, por ende, aún sin formación en materias de dialectología y sociolingüística. El segundo de ellos está constituido por 50 estudiantes que cursaban los últimos semestres y que, como requisito, ya debían haber cursado estas asignaturas[2]. Las encuestas fueron aplicadas en los semestres 2015-2 y 2016-1 para el primer colectivo, y en el semestre 2017-2 para el segundo colectivo.
Tabla 1. Distribución de los informantes que conforman la muestra
Frecuencia |
Porcentaje |
||
Sexo |
Femenino |
71 |
66% |
Masculino |
37 |
34% |
|
Nacionalidad |
Colombiana |
108 |
100% |
Edad |
Menos de 20 |
41 |
38% |
Entre 20 y 34 |
67 |
62% |
|
Nivel de estudios |
Universitarios (Estudiantes de Lengua y Literatura Hispánica o Inglesa) |
108 |
100% |
Colectivo |
Sin formación en variedades |
58 |
54% |
Con formación en variedades |
50 |
46% |
|
Lengua materna |
Español |
108 |
100% |
Total |
108 |
100% |
En este artículo se hará énfasis únicamente en la variedad andaluza, por lo tanto, partimos del análisis de 108 encuestas, que, en total, corresponden a 1728 grabaciones, de las cuales 216 corresponden a la variedad andaluza. En la hoja de cálculo generada, de las 13824 casillas, 2080 corresponden a datos acerca de las hablas andaluzas.
Los resultados y discusión que se presentan a continuación responden a dos objetivos principales, como anteriormente se mencionó: 1) indagar sobre el nivel de acierto y desacierto en la identificación de cada una de las variedades de habla estudiadas, con principal énfasis en la variedad andaluza y 2) recoger y analizar las diferentes actitudes de los jóvenes antioqueños hacia la variedad andaluza, recopiladas a través de las valoraciones directas e indirectas.
En la Tabla 2 se anotan los aciertos, errores y respuestas genéricas obtenidas por los encuestados para cada variedad de habla estudiada:
Tabla 2. Resumen de identificación por cada variedad estudiada
VARIEDAD |
n / % |
|
CASTELLANA |
Grabaciones |
216 |
Acertadas |
181 / 84% |
|
Erróneas |
24 / 11% |
|
Genéricas |
0 / 0% |
|
no contesta |
11 / 5% |
|
ANDALUZA |
Grabaciones |
216 |
Acertadas |
8 / 4% |
|
Erróneas |
105 / 49% |
|
Genéricas |
75 / 35% |
|
no contesta |
28 / 13% |
|
CANARIA |
Grabaciones |
216 |
Acertadas |
0 / 0% |
|
Erróneas |
161 / 75% |
|
Genéricas |
26 / 12% |
|
no contesta |
29 / 13% |
|
MEXICANA |
Grabaciones |
216 |
Acertadas |
159 / 74% |
|
Erróneas |
41 / 19% |
|
Genéricas |
4 / 2% |
|
no contesta |
12 / 6% |
|
CARIBEÑA |
Grabaciones |
216 |
Acertadas |
153 / 71% |
|
Erróneas |
42 / 19% |
|
Genéricas |
3 / 1% |
|
no contesta |
18 / 8% |
|
ANDINA |
Grabaciones |
216 |
Acertadas |
194 / 90% |
|
Erróneas |
8 / 4% |
|
Genéricas |
1 / 0% |
|
no contesta |
13 / 6% |
|
CHILENA |
Grabaciones |
216 |
Acertadas |
93 / 43% |
|
Erróneas |
98 / 45% |
|
Genéricas |
3 / 1% |
|
no contesta |
22 / 10% |
|
RIOPLATENSE |
Grabaciones |
216 |
Acertadas |
185 / 86% |
|
Erróneas |
16 / 7% |
|
Genéricas |
3 / 1% |
|
no contesta |
12 / 6% |
Las variedades que tuvieron mayor porcentaje de acierto, representadas en la Figura 1, están encabezadas por la variedad andina (90%), que corresponde a la propia variedad de los encuestados, lo que explica la alta identificación de la misma, ya que los hablantes sienten el dialecto como propio, cercano y asociado a su identidad (para más detalle González-Rátiva, Muñoz-Builes, Guzmán, & Correa 2018). Seguidamente, se encuentra la variedad rioplatense (86%), la castellana (84%), la mexicana (74%), y la caribeña (71%). Estos datos reflejan unas variedades dialectales bastante definidas e identificables: unas por prestigio sociocultural, y otras por el lugar que ocupan en el marco de la industria cultural, que las hace más visibles, como en el caso de México, país líder en el mercado de los doblajes para cine y televisión que se consume en Latinoamérica.
Por su parte, los mayores porcentajes de respuestas erróneas que se presentaron en la identificación de las variedades se dan para Canarias (75%), Andalucía (49%) y Chile (45%). Las primeras dos son justamente las variedades peninsulares consideradas «no estándar» para buena parte de los hablantes, incluso para los mismos andaluces (Santana Marrero 2018)[3] o bien, poco conocidas por nuestros informantes colaboradores, para los que, mayoritariamente, la variedad madrileña es la variedad peninsular más prestigiosa y la más internacionalizada. En contraposición, las variedades de Canarias y Andalucía son dialectos al margen del prestigio y, relacionado con ello, al margen del poder hegemónico, centralizado en Madrid y, seguramente, las menos difundidas internacionalmente.
En el contexto suramericano, podría afirmarse que la variedad chilena es la menos divulgada y, por tanto, la menos conocida y la menos identificada correctamente. Aventurando algunas hipótesis, esto podría responder, en parte, al imaginario de la «insularidad chilena», mito configurado desde el siglo XIX, que hace referencia al aislamiento de este país respecto a Latinoamérica, no solo geográficamente[4] sino también económica, política[5] y socioculturalmente[6]. Esta idea cobra especial relevancia por entenderse en doble sentido: no ha habido una exportación de consumos culturales chilenos hacia Latinoamérica ni ha habido alto flujo migratorio de chilenos hacia otros países latinoamericanos –excepto Argentina–, pues para este propósito han primado países como Estados Unidos, España, Australia, Canadá, Suecia (Cano y Soffía 2009). En contrapartida, el contacto que se tiene a nivel latinoamericano con esta variedad es reducido.
En cuanto a las respuestas genéricas, es decir, aquellas en las que los encuestados respondieron ampliamente como «Suramérica» o «España», sin detallar un dialecto específico, estas coinciden mayoritariamente con las variedades identificadas mayoritariamente de manera errónea: la andaluza (35%) y la canaria (12%). Asimismo, los dialectos que lideran las respuestas que no fueron contestadas son, igualmente, el andaluz (13%), el canario (13%) y el chileno (10%). La coincidencia de las variedades en las respuestas erróneas, genéricas y no contestadas evidencia una coherencia en los datos y responde a un menor grado de seguridad en las respuestas de los encuestados o, directamente, a un desconocimiento o falta de identificación de estos dialectos.
Al centrar el análisis específicamente en la variedad andaluza se reitera que el grado de identificación correcta es muy bajo, ya que tan solo tiene un 4% de identificación exacta en la población antioqueña encuestada. Como se observa, este valor es de los porcentajes más bajos de reconocimiento de todas las variedades estudiadas. Por debajo del porcentaje de identificación exacta del andaluz solo se encuentra un 0% de reconocimiento de la variedad canaria, la cual fue asociada, como era de esperarse, con variedades costeñas o caribeñas.
En la Figura 2 se resumen los porcentajes de la identificación antioqueña respecto a la variedad andaluza. Es importante considerar que un 35% de las respuestas, si bien no reconocen directamente la variedad andaluza como tal, la relacionan, o bien, la identifican como una variedad de España[7]. Esto podría explicarse debido a la relatividad que hay en la percepción dialectal o en el efecto de proximidad (Montgomery 2012: 640), que propone que hay mayor facilidad en la identificación de variedades cercanas, entendida esta cercanía no solo como cercanía geográfica sino también social y cultural. En efecto, las variedades dentro de España suelen percibirse desde Colombia y, en general, desde Latinoamérica, como una sola unidad dialectal, mientras que sobre las variedades más próximas (en este caso las latinoamericanas) se tiende a tener un reconocimiento más detallado.
En la Figura 3 se condensan las respuestas dadas por los encuestados al escuchar la variedad andaluza. España tiene el predominio de las respuestas con un 34%, lo que corrobora la visión de unidad dialectal de España desde el punto de vista de los encuestados antioqueños. En segundo lugar, llama la atención que los encuestados hayan asociado el habla andaluza con la variedad caribeña (20%), quizás porque para esta última los encuestados pudieron haber relacionado percepciones fonéticas segmentales, como la pérdida o aspiración de algunos fonemas consonánticos en posición implosiva (especialmente la –s), la presencia de fenómenos como el lambdacismo y el rotacismo, el debilitamiento o pérdida de consonantes intervocálicas, y la rapidez de habla, entre otras características. Este nexo fonético entre Andalucía y las variedades caribeñas resulta bastante interesante, ya que efectivamente puede guiar las creencias y actitudes de los hablantes de variedades prestigiosas de España hacia los hablantes caribeños, y hacia los americanos en general. En tercer lugar está la opción «No contesta» (20%), que, como se mencionó, puede ser un ejemplo del poco reconocimiento de la variedad andaluza en la población encuestada. Las demás variedades asociadas erróneamente a las grabaciones andaluzas tienen porcentajes bajos, que van desde el 10% al 0%.
Al analizar exclusivamente los datos erróneos de la identificación de la variedad andaluza, es decir, excluyendo las respuestas correspondientes a «España» y «No contesta», la distribución de las respuestas puede organizarse, como se muestra en la Figura 4, en tres grupos principales: Centroamérica (37%), Cono Sur (32%) y región Andina (25%). Los países con más frecuencia de aparición fueron Cuba y Venezuela (costa) en el primer grupo, Chile en el segundo grupo y Perú en el tercer grupo.
La valoración directa de cada una de las variedades estudiadas, realizada por los encuestados antioqueños, permite afirmar que la variedad andaluza presenta el puntaje más bajo en este tipo de valoración, seguida de la variedad canaria y castellana (ver Tabla 3).
Tabla 3. Valoración directa de las variedades analizadas por encuestados antioqueños
Andina |
Chilena |
Rioplatense |
Caribeña |
Mexicana |
Castellana |
Canaria |
Andaluza |
3,7 |
3,6 |
3,6 |
3,5 |
3,4 |
3,3 |
3,2 |
3,0 |
Esta valoración deja en evidencia la diferenciación de dos grupos de variedades separadas por el Océano Atlántico: por una parte, las variedades americanas (andina, chilena, rioplatense, caribeña y mexicana) y, por otra, las variedades españolas (castellana, canaria y andaluza). Estos resultados también podrían ser un argumento para reafirmar la autopercepción positiva de los antioqueños hacia su propia variedad, ya que es precisamente la que mejor valoración directa tiene.
En la Figura 5 se observan las medias de valoración directa de la variedad andina y de la variedad andaluza, así como el promedio de las variedades en conjunto. Es importante resaltar que, tanto para la valoración cognitiva como para la afectiva y la general, se presenta un mismo comportamiento: el habla andina tiene mejor percepción, o bien, autopercepción, las variedades en conjunto se instalan en un segundo lugar y la variedad andaluza presenta los puntajes más bajos en todos los casos.
En cuanto a los aspectos de la pronunciación andaluza valorados positivamente por los encuestados, estos fueron «la zeta» (encuestado #720), «las jotas» (#737) y «el acento» (#1404). Mientras que aquellos aspectos valorados negativamente fueron «la rapidez» (#720), el hecho de que «no pronuncia la letra final» (#737) y la «ausencia de /d/ en posición final» (#4201).
La valoración indirecta se ha realizado, de acuerdo a la metodología general del proyecto PRECAVES XXI, a través de las respuestas acertadas de cada variedad de habla[8]. Este análisis se compone de la valoración dada por el encuestado a través de 1) la persona que habla (características sociológicas y psicológicas) y 2) de la región y la cultura.
En la Tabla 4 se resumen las valoraciones indirectas, obtenidas a partir de las características sociológicas de los hablantes, es decir, de acuerdo a la percepción del puesto de trabajo, el nivel de ingresos y el nivel de estudios de quien habla. Como se puede observar, las grabaciones escuchadas por los encuestados antioqueños inspiran, en todos los casos, valoraciones positivas. Los ítems «puesto de trabajo» y «nivel de ingresos» muestran una amplia uniformidad en los porcentajes más altos de cada variedad, que corresponde a caracterizar a los hablantes en puestos de trabajos bien cualificados y con niveles de ingresos medios. En cuanto al nivel de estudios hay una pequeña variación, pues para todas las variedades hay una percepción de un hablante con estudios universitarios, excepto para las variedades mexicanas y caribeñas, valoradas con estudios secundarios.
Ahora bien, la valoración indirecta de las características psicológicas se obtuvo a partir de la aplicación de escalas de diferencial semántico, en las que la valoración tenía una gradación de 1 a 6. Las medias de las respuestas se condensan en la Figura 6.
De acuerdo a estos resultados, se podría caracterizar la variedad andaluza, objeto primordial de este estudio, como un habla de personas bastante inteligentes (4,8), bastante simpáticas (4,9), ligeramente cercana (4,0), entre ligeramente y bastante culta (4,5) y ligeramente educada (4,4). Todas estas valoraciones son bastante positivas.
Tabla 4. Valoración indirecta (características sociológicas)
Andaluza |
Andina |
Castellana |
Mexicana |
Caribeña |
Chilena |
Rioplatense |
|||||||||
Puesto de trabajo |
1 Poco cualificado |
1 |
13% |
9 |
5% |
6 |
3% |
34 |
22% |
26 |
17% |
4 |
4% |
9 |
5% |
2 Bien cualificado |
7 |
88% |
115 |
59% |
100 |
55% |
119 |
75% |
113 |
74% |
76 |
82% |
132 |
71% |
|
3 Alta/ cualificado |
0 |
0% |
69 |
36% |
74 |
41% |
3 |
2% |
9 |
6% |
11 |
12% |
41 |
22% |
|
0 No contesta |
0 |
0% |
1 |
1% |
1 |
1% |
2 |
1% |
5 |
3% |
2 |
2% |
3 |
2% |
|
Total |
8 |
100% |
194 |
100% |
181 |
100% |
158 |
100% |
153 |
100% |
93 |
100% |
185 |
100% |
|
Nivel de ingreso |
1 Bajo |
0 |
0% |
8 |
4% |
4 |
2% |
25 |
16% |
10 |
7% |
1 |
1% |
3 |
2% |
2 Medio |
6 |
75% |
110 |
57% |
89 |
49% |
123 |
77% |
129 |
84% |
75 |
81% |
127 |
69% |
|
3Alto |
2 |
25% |
75 |
39% |
86 |
48% |
9 |
6% |
13 |
8% |
16 |
17% |
54 |
29% |
|
0 No contesta |
0 |
0% |
1 |
1% |
2 |
1% |
2 |
1% |
1 |
1% |
1 |
1% |
1 |
1% |
|
Total |
8 |
100% |
194 |
100% |
181 |
100% |
159 |
100% |
153 |
100% |
93 |
100% |
185 |
100% |
|
Nivel de estudios |
1 Sin estudios |
0 |
0% |
0 |
0% |
0 |
0% |
2 |
1% |
0 |
0% |
0 |
0% |
0 |
0% |
2 Primarios |
1 |
13% |
4 |
2% |
1 |
1% |
18 |
11% |
5 |
3% |
2 |
2% |
2 |
1% |
|
3 Secundarios |
0 |
0% |
45 |
23% |
44 |
24% |
90 |
57% |
78 |
51% |
37 |
40% |
54 |
29% |
|
4 Universitarios |
7 |
88% |
143 |
74% |
135 |
75% |
48 |
30% |
68 |
44% |
51 |
55% |
126 |
68% |
|
0 No contesta |
0 |
0% |
2 |
1% |
1 |
1% |
1 |
1% |
2 |
1% |
3 |
3% |
3 |
2% |
|
Total |
8 |
100% |
194 |
100% |
181 |
100% |
159 |
100% |
153 |
100% |
93 |
100% |
185 |
100% |
Al establecer una comparación entre la variedad andaluza y la castellana se refleja una percepción antioqueña de que los andaluces son mucho más simpáticos y más cercanos que los madrileños, y que estos últimos son un poco más educados. En las características «inteligente» y «culto» no hubo mayores diferencias entre estas dos variedades. De todas maneras, estos datos deben tomarse con cautela porque el porcentaje de asertividad en cada una de estas variedades fue muy dispar, lo que conlleva a tener muchos más datos para analizar en la variedad castellana que en la andaluza[9].
La valoración indirecta realizada a través del concepto del país ubica como las regiones más «avanzadas» a las de la variedad castellana (4,7) y la rioplatense (4,6), y como los menos «avanzados» a los países del Caribe (3,4) y de la región andina (3,7), como se observa en la Tabla 5. Si bien para la identificación de las variedades los hablantes asociaron la variedad andaluza con las variedades caribeñas, aquí se observa una distancia porque se hace referencia a la valoración indirecta a través de la región, lo que podría explicarse por la diferencia que hacen los hablantes entre la dimensión del habla y la dimensión geográfica y cultural.
Tabla 5. Medias de valoración indirecta de cada variedad a través de su región y su cultura
País/región |
Cultura |
|||||||
Avanzado |
Divertido |
Familiar |
Bonito |
Innovadora |
Rica |
Cercana |
Interesante |
|
Andaluza |
4,3 |
5,5 |
4,5 |
5,1 |
4,0 |
4,4 |
3,1 |
4,9 |
Castellana |
4,7 |
4,3 |
3,7 |
4,8 |
4,3 |
4,6 |
3,7 |
5,0 |
Mexicana |
4,0 |
4,6 |
4,4 |
4,9 |
3,8 |
4,3 |
4,1 |
4,8 |
Caribeña |
3,4 |
4,3 |
4,0 |
4,3 |
2,9 |
3,5 |
3,9 |
4,2 |
Andina |
3,7 |
4,4 |
5,0 |
4,9 |
3,7 |
4,3 |
5,1 |
4,8 |
Chilena |
4,5 |
4,4 |
4,0 |
4,8 |
4,4 |
4,4 |
4,0 |
5,0 |
Rioplatense |
4,6 |
4,6 |
4,0 |
4,9 |
4,5 |
4,4 |
3,7 |
4,9 |
En relación con lo divertido que puede ser el país o la región, Andalucía tiene el mayor puntaje (5,5) y la variedad castellana (4,3) y Caribe (4,4) son considerados como los menos divertidos. En cuanto a lo familiar, la región andina tiene el mayor puntaje (5,0), lo que era de esperar por ser la variedad propia y, por tanto, la que los informantes percibirían como la más próxima. Por último, los encuestados afirman que Andalucía es un lugar bonito (5,1) en contraposición al Caribe (4,3), que obtuvo el puntaje más bajo, aunque sigue siendo evaluado en términos positivos.
Respecto a la valoración indirecta a través de la cultura, como se observa en las Figuras 7 y 8, las culturas más innovadoras han sido la rioplatense (4,5) y la chilena (4,4); la más rica ha sido la variedad castellana (4,6) y la más pobre ha sido la variedad caribeña (3,5). Por su parte, ha habido una gran diferencia en la percepción de cercanía, considerando la variedad andina como la más cercana (5,1), lo que se relaciona con la característica familiar asignada a la región, y la cultura andaluza como la más distante. Por último, las culturas de las variedades percibidas como interesantes han sido la castellana (5,0), la chilena (5,0) y la rioplatense (4,9), y la menos interesante ha sido la caribeña (4,2).
Podría afirmarse que los resultados de las creencias de los encuestados respecto a los países y la cultura siguen guardando una correlación con una mirada eurocéntrica en la que Europa sigue siendo símbolo de lo «avanzado», lo «bonito», lo «rico», lo «interesante». De ahí que Argentina, considerado como el «país más europeo de Latinoamérica», esté en segundo lugar.
Por último, una comparación entre las valoraciones indirectas de la variedad andina y andaluza sugiere que esta última tiene mayores índices en la percepción como país avanzado, divertido e innovador. La variedad andina tiene mejor percepción como un país familiar y una cultura cercana, ambas creencias relacionadas entre sí. Las otras características tienen variaciones muy ligeras que no logran marcar una diferencia entre las variedades de habla.
En síntesis, y haciendo alusión específicamente a la variedad andaluza, según las creencias de los antioqueños, este dialecto está relacionado con hablantes que tienen un puesto de trabajo bien cualificado, ingresos medios y estudios universitarios; al igual que con un país avanzado, bonito, innovador e interesante.
Aunque con un porcentaje muy bajo de identificación (4%), los estudiantes antioqueños reflejan a través de sus respuestas creencias y actitudes lingüísticas positivas hacia la variedad andaluza. Sin embargo, cabe resaltar la posible creencia de los entrevistados respecto a la existencia de una unidad dialectal en España, lo que contrasta con la asociación que estos informantes hacen de esta variedad con el habla caribeña, principalmente de Cuba y Venezuela, por aspectos de tipo fónico como la aspiración, el lambdacismo, la velocidad de habla, el debilitamiento de consonantes intervocálicas, entre otros.
Respecto a la valoración directa, los informantes identifican dos grandes grupos de variedades: las españolas (castellana, canaria y andaluza) y las americanas (andina, chilena, rioplatense, caribeña y mexicana), de la cual la variedad andina, por ser la propia, presenta una mejor valoración afectiva, cognitiva y general que la andaluza y la castellana. En lo que concierne a la valoración indirecta, se considera a los andaluces como personas con trabajos bien cualificados, nivel de ingresos medios y estudios universitarios. Así mismo, se concibe la variedad andaluza como un habla de personas cercanas, cultas, educadas, bastante inteligentes y bastante simpáticas, lo que implica, entonces, que la relación hacia los hablantes y la variedad es positiva y dista de lo que suele encontrar en la literatura en relación con las actitudes de los de centro o norte españoles hacia las hablas meridionales.
Finalmente, los estudiantes antioqueños clasificaron la variedad como la más divertida, incluso por encima de la variedad propia, y familiar, aunque poco cercana. Sobre la región, consideran que es avanzada, divertida e innovadora, con una valoración superior a la que corresponde al país donde se habla la variedad propia: la variedad andina colombiana.
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María Claudia González-Rátiva (MCG), Diana Marcela Muñoz Builes (DMB), Maira Fernanda Guzmán García (MGG).
La aportación realizada por cada uno de los/las autores/autoras al artículo son las siguientes:
[*] Los resultados que se exponen en el presente artículo son producto de la segunda fase del proyecto de investigación Actitudes lingüísticas de los antioqueños hacia variedades normativas del español, financiado por el Comité para el Desarrollo de la Investigación (CODI) de la Universidad de Antioquia. Proyecto avalado por el Grupo de Estudios Sociolingüísticos y registrado en el Acta CODI de agosto de 2020 bajo el código 2020-34773.
[1] Por razones de espacio no podemos extendernos en las bases teóricas y metodológicas del proyecto PRECAVES XXI, que se exponen en detalle en las referencias citadas y en la presente publicación.
[2] La muestra no es equilibrada entre colectivos. Los resultados se analizan de acuerdo con datos porcentuales y no datos absolutos.
[3] Para algunos autores, entre ellos González (1995: 720-721), «si los rasgos meridionales a los que nos referíamos [seseo, yeísmo y aspiración] son valorados negativamente en la zona norte de la Península, no es menos cierto que el castellano «correcto», si bien suele ser considerado prestigioso en España, —y es el habla que se utiliza mayoritariamente en los medios de comunicación nacionales—, también provoca a nivel popular ciertas reacciones entre los oyentes meridionales, ya que este «hablar fino» —como se le denomina en Andalucía— parece otorgar al hablante algunas características personales como las de orgullo, altanería y presunción, quizá a raíz del dominio político ejercido históricamente por el castellano».
[4] «Sabemos que, en el extremo Norte, Chile está separado del mundo por una ancha extensión desértica. Por el Sur, mira hacia los hielos del Polo. Por el Oeste, tiene el océano hasta la mitad del mundo; y por el Este, la cordillera inmensa. Un país así se llama Isla, aun cuando sus límites no encuadren dentro de la definición geográfica de las islas» (Subercaseaux 1942).
[5] Martínez (2003) plantea que la noción de insularidad chilena se configuró como un eje articulador del concepto de Nación en el periodo post independentista del siglo XIX.
[6] La Encuesta Nacional Bicentenario, realizada anualmente por la Pontificia Universidad Católica de Chile para indagar la posición de los chilenos respecto a temas relevantes, devela en el año 2008, por una parte, «una fuerte desafección [de Chile] hacia Latinoamérica, materializada en ideas como que Chile “se beneficiaría más si profundizara los lazos con los países desarrollados y se alejara de América Latina” o “que no existe una cultura común entre los latinoamericanos”» (Sernam, A. Pontificia Universidad Católica de Chile 2008-2019: 39-40), percepción sostenida en el tiempo hasta la última encuesta del 2019. Por otra parte, se evidencia una idea de excepcionalidad chilena, en la que «prevalece la sensación de que Chile es un país único, cualquiera sea la dimensión (cultura, democracia, religiosidad e incluso en modelo de desarrollo económico)», que poco tiene que ver con Latinoamérica (Sernam, A. Pontificia Universidad Católica de Chile 2008-2019: 43).
[7] De 75 respuestas genéricas (100%), 71 (95%) corresponden a “España”, 3 (4%) a “Suramérica” y 1 (1%) a “Zona rural”.
[8] Por tanto, no está la presencia de la variedad canaria, pues no obtuvo ningún porcentaje de acierto.
[9] Recuérdese que tan solo hubo 8 respuestas acertadas en la variedad andaluza, lo que es muy poco en comparación con las demás variedades: castellana (181), andina (194), rioplatense (185), mexicana (158), caribeña (153) y chilena (93).