Recibido: 06-06-2020
Aceptado: 31-07-2020
https://dx.doi.org/10.12795/PH.2021.v35.i01.07
Resumen
Las actitudes lingüísticas de los distintos grupos de hablantes explican muchas de sus actuaciones comunicativas y de sus ideales lingüísticos. Esta investigación, enmarcada en el proyecto PRECAVES XXI[1], se ha centrado en determinar a través de un cuestionario las actitudes hacia el andaluz de un grupo de jóvenes mallorquines estudiantes de filología con la intención de conocer las principales actitudes de los futuros profesionales de la lengua. Los resultados generales sugieren que los informantes identifican la variedad andaluza, pero tienden a jerarquizar la lengua y a relacionar su propia variedad con el modelo idiomático (más prestigioso). Este hecho no impide, sin embargo, que se observe una valoración positiva del andaluz, principalmente en la valoración directa de la variedad. Por último, no se ha obtenido un grado muy alto de proximidad, en opinión de los informantes, entre el andaluz y la variedad castellana hablada en Mallorca.
Palabras clave: actitudes lingüísticas, variedad andaluza, PRECAVES XXI, prestigio, solidaridad.
Abstract
The linguistic attitudes of the different groups of speakers explain many of their communicative actions and their linguistic ideals. This research, framed in the PRECAVES XXI project, has focused on determining through a questionnaire the attitudes towards the Andalusian of a group of young Majorcan students of philology. The main results suggest that informants identify the Andalusian varieties, but they tend to rank the language and position their own variety to be the (most prestigious) linguistic model. This fact does not prevent, however, that a positive perception of the Andalusian is observed, mainly in the direct assessment of the variety. Lastly, in the opinion of the informants, a very high degree of proximity between the Andalusian and the Spanish variety, Castilian, has not been obtained.
Keywords: linguistic attitudes, Andalusian variety, PRECAVES XXI, prestige, solidarity.
Todavía se cuenta con muy poca información sobre las percepciones y creencias de los hablantes baleares hacia las distintas variedades o lenguas de España. La mayoría de los estudios de actitudes existentes están centrados en determinar las percepciones de la población hacia las lenguas oficiales del territorio (castellano y catalán), en analizar una posible situación diglósica y en predecir futuros cambios respecto a la situación de ese momento (Pieras-Guasp 2002; Casesnoves y Más 2017).
En el caso del castellano, varios trabajos recientes han mostrado que los sujetos mallorquines analizados consideran que el castellano, especialmente el hablado en las grandes ciudades como Madrid, es el más prestigioso e irradiador de norma. Entre los rasgos mejor valorados se encuentran los de tipo fónico como “es muy claro”, “se entiende muy bien” o “es suave” y otros más generales como su “cercanía”, su “familiaridad”, o su “sencillez”. También obtienen resultados positivos las valoraciones cognitivas (especialmente en las categorías “clara” y “urbana”) y en las afectivas (con puntuaciones más altas en las categorías “sencilla”, “agradable” y “cercana”) (Méndez 2018, 2021).
Respecto a la evaluación de las actitudes hacia otras variedades, como por ejemplo la variedad andaluza, actualmente solo disponemos de informaciones parciales. Por una parte, respecto al andaluz, llama la atención el amplio reconocimiento de la variedad por parte de los isleños y, por otra, las valoraciones directas favorables que realizan los informantes. Este último dato contrasta con las valoraciones indirectas en las que no se aprecia una tendencia tan favorable. En cuanto a la proximidad, no parece que exista demasiada proximidad entre la variedad propia y la andaluza, al menos así lo perciben, pero eso no impide que existan valoraciones a nivel afectivo bastante positivas (incluso más altas que hacia la propia variedad), que dejan ver cierto grado de simpatía o solidaridad hacia la variedad andaluza (Méndez, en prensa).
Para encontrar más trabajos relacionados con las actitudes lingüísticas de hablantes castellanos hacia el andaluz, tenemos que recurrir a investigaciones realizadas con hablantes peninsulares. Gallego y Rodríguez (2012) realizaron un estudio a partir de un grupo heterogéneo de castellanos. En él tampoco se observa un desprestigio claro de la variedad andaluza. Y eso mismo se aprecia también en los trabajos de Cestero y Paredes (2018b) y en el de Yraola (2014)[2]. En este último, los informantes madrileños a partir de los que se construyó el estudio indicaron incluso que Andalucía era la región cuyo español más les gustaba (después de la región propia). No obstante, también se menciona que el habla andaluza presenta rasgos que despiertan en los informantes algunas actitudes negativas (como falta de claridad, pérdida de sonidos, etc.). Estas reacciones menos positivas se observan igualmente en otros trabajos con grupos de hablantes castellanos como los de Crespo y Manjón (1996) y Manjón (2000) entre otros[3].
Así pues, como se ha visto, existen pocos estudios que se hayan acercado a las actitudes lingüísticas de la variedad andaluza. Por esa razón, resulta necesario seguir profundizando en la cuestión y determinar qué actitudes existen hacia esta variedad en otros territorios que hacen uso de variedades distintas al andaluz. El objetivo de este trabajo es precisamente determinar si la variedad andaluza es identificada por los mallorquines y considerada igual de válida o prestigiosa que la variedad castellana[4], si el andaluz recibe valoraciones positivas o negativas, tanto a nivel cognitivo como afectivo, en relación con sus hablantes, la región y la cultura, y si existe para los informantes del estudio cierta proximidad entre el castellano y el andaluz. Dichos objetivos se reflejan en las siguientes preguntas de investigación: (1) ¿identifican los jóvenes mallorquines la variedad andaluza?, (2) ¿existe para estos jóvenes una variedad más prestigiosa? Y en caso de que así sea, ¿corresponde con la variedad andaluza?, (3) ¿qué valoraciones reciben la variedad andaluza, sus hablantes y la región y su cultura?, y (4) ¿consideran los jóvenes mallorquines que la variedad andaluza y la suya propia son similares o están próximas entre sí?
La investigación que se presenta sigue la metodología del proyecto PRECAVES XXI, cuyo objeto es estudiar las actitudes hacia las variedades cultas del español en distintas zonas hispanohablantes. Para hacerlo, se ha utilizado un cuestionario a través del cual se solicita a los informantes que valoren las grabaciones que van escuchando de hombres y mujeres que utilizan diferentes variedades cultas del español[5] (Cestero y Paredes 2015). La finalidad es recoger sus reacciones, de carácter evaluativo y excluyente, y determinar qué tipo de apreciaciones realizan.
El cuestionario se creó a partir de la técnica de pares falsos o máscaras y la recogida se realizó a través de una aplicación informática creada para la ocasión. La prueba consistió en oír dos grabaciones (una de discurso oral y otra de discurso leído) por cada una de las variedades cultas del español e ir respondiendo a las preguntas que se planteaban[6]. La encuesta dispone de preguntas directas e indirectas, abiertas y cerradas, muchas de ellas a partir de escalas de diferencial semántico, para obtener información sobre percepciones y creencias de los informantes hacia las variedades del español y sobre las actitudes previsibles hacia las mismas (Cestero y Paredes 2018a). El cuestionario está compuesto por 12 preguntas que giran en torno a la valoración directa de la variedad que escuchan, la valoración indirecta de la variedad a través de la persona que habla o lee y la valoración indirecta de la variedad a través de la zona geográfica y la cultura (Cestero y Paredes 2018b)[7].
La evaluación directa de las variedades permite conocer la valoración que hace el hablante sobre la variedad que oye y la proximidad que existe entre esta y la propia. Esta evaluación se realiza a partir de una escala de 6 grados, formada por 5 pares de adjetivos dicotómicos de tipo cognitivo (áspera/suave, monótona/variada, rural/urbana, lenta/rápida, confusa/clara) y 6 pares dicotómicos de tipo afectivo (desagradable/agradable, complicada/sencilla, distante/cercana, dura/blanda, aburrida/divertida, fea/bonita). También se deben mencionar en respuesta abierta aspectos de la pronunciación escuchada que les hayan gustado y que no les hayan gustado y estimar la proximidad que existe entre su pronunciación y la escuchada (Méndez en prensa).
Las preguntas indirectas, por su parte, ofrecen información sobre la variedad a través de sus hablantes, culturas y ciudades o países. De este modo, se puede determinar de qué manera influyen las actitudes hacia la persona que habla en la valoración que se hace de la variedad (Méndez 2021). Esta parte de la encuesta cuenta, por un lado, con tres preguntas cerradas (de valoración graduada y escala de diferencial semántico), relacionadas con rasgos de la personalidad y la educación de la persona que habla (grado de inteligencia, simpatía, cercanía, erudición y educación) y con su posible puesto de trabajo, nivel de ingresos y nivel de estudios. Y, por otro lado, dispone de otro grupo de preguntas abiertas y de escalas de diferencial semántico, a partir de las cuales se pretende conocer de forma indirecta algunas percepciones acerca del país, la zona o región de la persona que habla y sobre su cultura. Así podemos saber, entre otras cosas, la opinión del informante respecto a la región (retrasada/avanzada, aburrida/divertida, extraña/familiar, fea/bonita) y la cultura (tradicional/innovadora, pobre/rica, distante/cercana, poco interesante/muy interesante) de esa variedad.
La muestra recogida está compuesta por 70 mallorquines jóvenes estudiantes de filología. Como se aprecia en la Tabla 1, disponemos de un porcentaje mayor de mujeres (84,3%)[8] que de hombres (15,7%), como suele ser habitual en los estudios de filología, todos ellos con edades comprendidas entre los 18-20 años (52,9%) y entre 20-30 años (47,1%)[9]. La mayor parte de los informantes no cuenta con formación dialectal sobre las variedades del español (72,8%), pero muchos han tenido contacto con personas de la variedad andaluza (75,7%) y, además, también han tenido contacto frecuente con lugares en los que se hace uso de dicha variedad (68,6%). Respecto a la lengua materna de los encuestados, predominan los castellanohablantes (67,1%) frente a los catalanohablantes (28,6%) o a los que manejan ambas lenguas por igual (4,3%)[10].
Tabla 1. Muestra
Sexo |
Hombres |
11 |
15,7% |
Mujeres |
59 |
84,3% |
|
Edad |
Menores de 20 años |
37 |
52,9% |
20 años o más |
33 |
47,1% |
|
Profesión |
Estudiantes |
70 |
100% |
Lugar de origen |
España (Palma de Mallorca) |
70 |
100% |
Colectivo |
Estudiantes sin formación dialectal |
51 |
72,8% |
Estudiantes con formación dialectal |
19 |
27,2% |
|
Lengua materna |
Castellano |
47 |
67,1% |
Catalán |
20 |
28,6% |
|
Ambas* |
3 |
4,3% |
|
Contacto la variedad |
Sí |
53 |
75,7% |
No |
17 |
24,3% |
|
Contacto con la región |
Contacto frecuente |
48 |
68,6% |
Escaso/nulo contacto |
22 |
31,4% |
|
TOTAL |
70 |
100,0% |
|
* Este grupo no será tenido en cuenta en la investigación por no ser apenas representativo en la muestra. |
Las variables independientes del estudio son el sexo (hombre-mujer), el colectivo (con conocimientos dialectales-sin conocimientos dialectales), la voz evaluada (masculina-femenina), la lengua materna (castellano-catalán), el discurso (oral-escrito), el contacto con hablantes de la variedad de otros lugares (con contacto-sin contacto) y el contacto con otras ciudades en las que se utilice la variedad (contacto frecuente-poco/nulo contacto).
A continuación, se presentan los resultados de las preguntas de investigación planteadas al principio del trabajo: ¿identifican los mallorquines la variedad andaluza?, ¿existe para ellos una variedad más prestigiosa? Y en caso de que así sea, ¿corresponde con la variedad andaluza?, ¿qué valoraciones reciben la variedad andaluza, sus hablantes y la región y su cultura?, ¿consideran los jóvenes mallorquines que la variedad andaluza y la suya propia son similares o están próximas entre sí?
En este apartado vamos a presentar, en primer lugar, los resultados de la identificación de la variedad andaluza por parte de los informantes mallorquines encuestados. Como se aprecia en la Tabla 2, el grado de identificación de la variedad es bastante alto.
Tabla 2. Identificación de la variedad andaluza
Andaluza |
|
Identificación exacta |
89 (63,6%) |
Identificación aproximada (España) |
32 (22,8%) |
Identificación errónea (otras variedades) |
19 (13,6%) |
No contesta |
0 |
TOTAL |
140 |
Por una parte, el 63,6% de la muestra ha identificado la variedad de forma exacta, esto es, indicando que las voces de las grabaciones corresponden a hablantes del sur de España, de Andalucía, o de algunas ciudades andaluzas concretas como Cádiz, Sevilla, Málaga, Granada o Almería. Resulta interesante comprobar cómo los encuestados mallorquines intentan ser precisos en sus respuestas en muchos casos, procurando identificar la ciudad de origen de los hablantes de las grabaciones, pero la falta de conocimiento profundo sobre la variedad les impide acertar en todos los casos[11]. Por otra parte, también existe un porcentaje considerable de encuestados (22,8%) que han identificado la variedad de forma aproximada, es decir, considerando las voces como españolas. Creemos que este fenómeno se produce principalmente porque los informantes tienen que identificar a lo largo de la encuesta las ocho variedades cultas del español (3 españolas y 5 americanas) y eso los lleva a discernir en algunos momentos entre españolas frente a americanas. Esta idea se ve reforzada porque esta identificación aproximada como variedad de España o variedad española también es muy alta en la identificación del castellano y del canario (Méndez en prensa).
Si bien el nivel de identificación de la variedad andaluza es uno de los más altos, solo por debajo de la variedad rioplatense y de la castellana, en el 13,6% de las ocasiones la identificación que se hace de la variedad no es la correcta. Las principales confusiones se han producido con las llamadas “zonas de transición” entre la variedad castellana y la andaluza, a saber, Extremadura (7 casos, 36,8% de los errores) y Murcia (2 casos, 10,5% de los errores). También se ha confundido el andaluz con la variedad canaria (2 casos, 10,5% de los errores) y con algunas variedades americanas, en algunos casos sin concretar “español de América” (2 casos, 10,5% de los errores) y en otros asignando un país concreto a las grabaciones: Venezuela (2 casos, 10,5% de los errores) y Uruguay (1 caso, 5,3% de los errores). Probablemente estas confusiones se deban a los rasgos, principalmente de carácter fónico, que comparten muchas de estas variedades y al escaso contacto que tienen los hablantes de la muestra con la mayoría de ellas. Por último, en tres ocasiones se han asociado las voces andaluzas a ciudades o comunidades autónomas castellanas como Madrid (1 caso, 5,3% de los errores), Valladolid (1 caso, 5,3% de los errores) y Castilla la Mancha (1 caso, 5,3% de los errores). Como se puede apreciar, estos casos son poco frecuentes y, además, dos de las tres evaluaciones corresponden a informantes que reconocen no tener apenas contacto ni con hablantes andaluces, ni con hablantes castellanos peninsulares. Las pruebas estadísticas realizadas indican que existe una relación de significación entre identificación exacta, aproximada y errónea (X2: 38,363; p-value: 0,000).
Ya, por último, analizando el global de los datos, es decir, la valoración que hacen los informantes de todas las variedades, hemos observado que en ciertos momentos los informantes han identificado como andaluza otras variedades. Esto ha ocurrido en 26 casos en total, 13 de ellos correspondientes a la variedad canaria, 7 a la chilena, 3 a la caribeña y 1 a la mexicana. Una vez más, vemos aquí una posible confusión entre las variedades debida a los rasgos comunes (como el seseo) que presentan estas variedades y al escaso conocimiento sobre las variedades consideradas.
Tabla 3. Identificación exacta de la variedad andaluza (89 casos) según sexo, tipo de discurso, voz, colectivo, lengua materna y contacto con la variedad analizada
Andaluza |
||
Sexo |
Hombres 18 (81,8%) |
Mujeres 71 (60,2%) |
Discurso |
Oral 50 (56,2%) |
Escrito 39 (43,8%) |
Voz evaluada* |
Masculina 53 (80,3%) |
Femenina 36 (48,7%) |
Colectivo |
Con formación 28 (73,7%) |
Sin formación 61 (59,8%) |
Lengua materna |
Castellano 66 (70,2%) |
Catalán 17 (42,5%) |
Contacto con la variedad |
Contacto personas 67 (63,3%) |
Sin contacto personas 22 (64,7%) |
Contacto con la región |
Contacto frecuente 66 (74,2%) |
Escaso/nulo contacto 23 (25,8%) |
* Del total de 70 informantes, 33 evalúan voces masculinas y 37, voces femeninas. |
De los 89 casos de identificación exacta, atendiendo las distintas variables independientes manejadas en el estudio, observamos que son los hombres (81,8% frente al 60,2% de las mujeres), los informantes con formación dialectal (73,7% frente al 59,8% sin formación), los castellanohablantes (70,2% frente al 42,5% catalanohablantes) y los encuestados que viajan con frecuencia a Andalucía (74,2% frente al 25,8% de los que apenas o nunca viajan) los que más claramente identifican la variedad. De igual modo, se observan un reconocimiento exacto de la variedad en las voces masculinas (80,3% frente al 48,7% de las voces femeninas) y, aunque en menor medida, en el discurso oral (56,2% frente al 43,8% del discurso escrito). La única variable que apenas ofrece diferencias es la de contacto con la variedad, esto es, con hablantes andaluces (con contacto 63,3% y sin contacto 64,7% de reconocimiento de la variedad). Es posible que esto se deba a que el contacto que indican los informantes tener con hablantes andaluces es principalmente con inmigrantes de esta región afincados en Mallorca desde hace tiempo y que han perdido o relajado ciertos rasgos característicos de su variedad. Eso implica que tener contacto con estas personas no suponga siempre una “garantía” a la hora de identificar la variedad. Las pruebas estadísticas realizadas muestran una relación de significatividad entre las variables identificación exacta y voz evaluada (X2: 15,094; p-value: 0,000) e identificación exacta y lengua materna (X2: 26,459; p-value: 0,033).
Tabla 4. Identificación aproximada de la variedad andaluza (32 casos) según sexo, tipo de discurso, voz, colectivo, lengua materna y contacto con la variedad analizada
Andaluza |
||
Sexo |
Hombres 3 (13,7%) |
Mujeres 29 (24,6%) |
Discurso |
Oral 16 (50%) |
Escrito 16 (50%) |
Voz |
Masculina 6 (9,1%) |
Femenina 26 (35,1%) |
Colectivo |
Con formación 5 (13,2%) |
Sin formación 27 (26,5%) |
Lengua materna |
Castellano 15 (16%) |
Catalán 17 (42,5%) |
Contacto con la variedad |
Contacto personas 29 (27,3%) |
Sin contacto personas 3 (8,8%) |
Contacto con la región |
Contacto frecuente 19 (59,4%) |
Escaso/nulo contacto 13 (40,6%) |
Respecto a la identificación aproximada de la variedad (32 casos), observamos porcentajes casi opuestos a los anteriores, como era de esperar, salvo en la variable contacto con la región. Las mujeres (24,6% frente al 13,7%), el colectivo sin formación dialectal (26,5% frente al 13,2%), los catalanohablantes (42,5% frente al 16%), las personas con contacto con la variedad (27,3% frente al 8,8%) y los informantes que viajan con frecuencia a Andalucía (59,4% frente al 40,6%) son en este caso los que mayor porcentaje de identificación aproximada presentan. De igual modo, son las voces femeninas (35,1% frente al 9,1%) las que más se identifican de forma aproximada y no se aprecian diferencias entre el discurso oral y el escrito (50%). No resulta extraño que sean los jóvenes sin formación dialectal específica en las variedades del español o los que no tienen el castellano como lengua materna los que menos identificaciones exactas realizan. Tampoco es raro que esto mismo ocurra con el discurso escrito, menos espontáneo y probablemente también menos marcado. En este caso, las pruebas estadísticas sugieren que las relaciones de significatividad se dan entre identificación aproximada y voz evaluada (X2: 13,420; p-value: 0,000) e identificación aproximada y contacto con otros hablantes de la variedad (X2: 5,016; p-value: 0,025), en el andaluz.
Tabla 5. Identificación errónea de la variedad andaluza (19 casos) según sexo, tipo de discurso, voz, colectivo, lengua materna y contacto con la variedad analizada
Andaluza |
||
Sexo |
Hombres 1 (4,5%) |
Mujeres 18 (15,2%) |
Discurso |
Oral 4 (21,1%) |
Escrito 15 (78,9%) |
Voz |
Masculina 7 (10,6%) |
Femenina 12 (16,2%) |
Colectivo |
Con formación 5 (13,1%) |
Sin formación 14 (13,7%) |
Lengua materna |
Castellano 13 (13,8%) |
Catalán 6 (15%) |
Contacto con la variedad |
Contacto personas 10 (9,4%) |
Sin contacto personas 9 (26,5%) |
Contacto con la región |
Contacto frecuente 11 (57,9%) |
Escaso/nulo contacto 8 (42,1%) |
Por último, las identificaciones erróneas (19 casos) se han producido especialmente en las mujeres (18 casos, 15,2%) frente a los hombres (1 caso, 4,5%), en el discurso escrito (15 casos, 78,9%) frente al discurso oral (4 casos, 21,1%), en las voces femeninas (12 casos, 16,2%) frente a las voces masculinas (7 casos, 10,6%), en el colectivo sin formación (14 casos, 13,7%), aunque con una diferencia muy pequeña, frente al colectivo con formación (5 casos, 13,1%), en personas con el catalán como lengua materna (6 casos, 15%) frente al castellano (13 casos, 13,8%), en los casos en los que no se tiene contacto con personas que utilizan la variedad andaluza (9 casos, 26,5%) frente a las personas que sí tienen contacto con otras de la variedad andaluza (10 casos, 9,4%) y, sorprendentemente, en personas que tienen contacto frecuente con lugares en los que se habla andaluz (11 casos, 57,9%) frente a las que tienen escaso/nulo contacto (8 casos, 42,1%). Alguno de estos datos permite comprobar que la variedad andaluza es más reconocible en contextos espontáneos u orales y que el contacto con una variedad resulta fundamental para su reconocimiento y, como se verá más adelante, para su estima (al menos desde un punto de vista afectivo). Este hecho ha quedado refrendado en las relaciones estadísticamente significativas entre la identificación errónea y las variables independientes: identificación errónea y discurso (X2: 7,368; p-value: 0,007) e identificación errónea y contacto con hablantes de la variedad andaluza (X2: 6,370; p-value: 0,012).
Tabla 6. Prestigio de las variedades cultas del español
Prestigio Variedad |
||
Frecuencia |
Porcentaje |
|
Castellana |
34 |
48,6 |
Castilla |
8 |
11,4 |
Centro/Norte |
5 |
7,2 |
Noreste |
1 |
1,4 |
Madrid |
10 |
14,4 |
Valladolid |
3 |
4,3 |
Toledo |
3 |
4,3 |
Salamanca |
2 |
2,8 |
Barcelona |
1 |
1,4 |
Castellón |
1 |
1,4 |
España |
6 |
8,7 |
Otros |
2 |
2,8 |
Monolingües |
1 |
1,4 |
Educación |
1 |
1,4 |
Todas igual |
24 |
34,3 |
No responde |
4 |
5,6 |
TOTAL |
70 |
100,0 |
En cuanto al prestigio de la variedad, a pesar de que como se verá en el punto 3.2. las valoraciones directas hacia el andaluz (especialmente las afectivas) y, en algunos momentos, también las indirectas son positivas, ninguno de los encuestados consideró que la variedad andaluza fuera la más prestigiosa. La Tabla 6 nos sugiere que existe una mayor inclinación por parte de los informantes a pensar que existe una jerarquía entre variedades o que hay una variedad mejor que las demás (el 48,6% así lo piensa frente al 34,3% que considera que no hay una variedad más prestigiosa). La variedad mejor considerada en todos los casos ha sido la propia, la castellana, que tradicionalmente ha sido vista como el modelo idiomático y que, bien por ser la variedad de los informantes bien por seguir vigente la visión tradicional, hoy sigue siendo para este grupo de hablantes la mejor. Como puede verse en la tabla, entre las ciudades, zonas o regiones asociadas al prestigio no aparece la ciudad de origen de los encuestados. Probablemente sea debido a que los isleños son conscientes de que residen en una zona castellana periférica en la que, además, la variedad castellana convive con otra lengua local, el catalán con la que en ocasiones se entremezcla, generando calcos e interferencias del catalán al castellano y del castellano al catalán.
Tabla 7. Jerarquía/no jerarquía a partir de las variables independientes
Mejor Variedad |
No Mejor Variedad |
|||
Sexo |
Hombres 6 (54,5%) |
Mujeres 36 (61%) |
Hombres 5 (45,6%) |
Mujeres 19 (23,7%) |
Discurso |
Oral 30 (42,9%) |
Escrito 21 (30%) |
Oral 12 (17,1%) |
Escrito 12 (17,1%) |
Voz evaluada |
Masculina 17 (51,5%) |
Femenina 25 (67,6%) |
Masculina 14 (42,4%) |
Femenina 10 (27%) |
Colectivo |
Con formación 9 (47,4%) |
Sin formación 33 (64,7%) |
Con formación 10 (52,6%) |
Sin formación 14 (27,4%) |
Lengua materna |
Castellano 27 (57,4%) |
Catalán 12 (60%) |
Castellano 16 (34%) |
Catalán 7 (35%) |
Contacto con la variedad |
Contacto personas 31 (58,5%) |
Sin contacto personas 12 (70,6%) |
Contacto personas 19 (35,8%) |
Sin contacto personas 5 (29,4%) |
Contacto con la región |
Contacto frecuente 24 (50%) |
Escaso/nulo contacto 12 (54,5%) |
Contacto frecuente 16 (33,3%) |
Escaso/nulo contacto 8 (36,4%) |
Si tenemos en cuenta las variables independientes del estudio, observamos que existe una mayor incidencia de jerarquía, aunque las diferencias no son demasiado destacadas, entre las mujeres (61% frente al 54,5% de los hombres), los informantes sin formación dialectal (64,7% frente al 47,4%), los catalanohablantes (60% frente al 57,4%), las personas sin contacto con la variedad (70,6% frente al 58,5%) y que no viajan mucho a la región (54,5% frente al 50%). Igualmente son el discurso oral (42,9% frente al 30%) y la voz femenina (67,6% frente al 51,5%) los que más despiertan el sentimiento jerárquico entre variedades. Resulta comprensible que sean los jóvenes sin formación dialectal o aquellos que no viajan o no tienen contacto con otra variedad distinta a la propia los que en mayor media tiendan a jerarquizar la lengua. También tiene sentido que este fenómeno se produzca en el discurso oral, que presenta rasgos más distintivos respecto a la variedad propia. Y, por último, tampoco sorprende que sean los hablantes nativos de catalán los que igualmente, al tener probablemente menor conocimiento o vinculación a las diferentes variedades del español, tiendan a establecer diferencias y jerarquías entre las variedades. Como se ha podido comprobar, algunos de estos datos (tendencia a la jerarquización de la lengua) coinciden con la no identificación exacta de la variedad andaluza. Este es el caso, por ejemplo, de los catalanohablantes, las mujeres o los jóvenes sin formación dialectal. No obstante, aunque se observa esta tendencia entre ciertas variables independientes y la identificación y la jerarquía, no puede hablarse de una relación de significatividad entre ambas (X2: 156,119; p-value: 0,052), aunque está muy próxima a haberla.
Otra de las cuestiones que puede resultar de utilidad para determinar las creencias que se tienen hacia una variedad es la valoración directa que hacen los informantes (Tabla 8).
Tabla 8. Valoración directa de la variedad andaluza por hablantes mallorquines
Andaluza |
|
Valoración general |
3,72 |
Valoración afectiva |
3,75 |
Complicada-Sencilla* |
4,10 |
Desagradable-Agradable |
3,85 |
Distante-Cercana |
4,07 |
Dura-Blanda |
3,52 |
Fea-Bonita |
3,51 |
Aburrida-Divertida |
3,46 |
Valoración cognitiva |
3,70 |
Áspera-Suave |
3,52 |
Monótona-Variada |
3,54 |
Rural-Urbana |
3,59 |
Confusa-Clara |
4,09 |
Lenta-Rápida |
3,79 |
* Todas las puntuaciones que están por debajo de 3,5 (punto intermedio) se refieren al primer ítem y se relacionan con la valoración menos positiva de la variedad |
En este sentido, cabe destacar en primer lugar que las valoraciones tanto generales (3,72) como afectivas (3,75) y cognitivas (3,70) son positivas[12]. Como puede apreciarse son más altas las puntuaciones relativas a los aspectos afectivos, esto es, a aquellos asociados a la solidaridad, los sentimientos, los estados de ánimo y las emociones; que a los aspectos cognitivos, relacionados con los pensamientos o creencias de los hablantes hacia las lenguas y con el prestigio. En concreto, desde un punto de vista afectivo, la variedad andaluza se considera sencilla (4,10), cercana (4,07), agradable (3,85) y, aunque con porcentajes muy ajustados, blanda (3,52), bonita (3,51) y aburrida (3,46). Estas últimas cifras, aunque no muestran una clara predominancia de la valoración, sí indican una pequeña tendencia por parte del grupo analizado a la ruptura de ciertos estereotipos hacia la variedad andaluza que son habituales como, por ejemplo, que es una variedad divertida o que es una variedad fea[13]. Será interesante comprobar en futuros estudios si este dato es exclusivo del grupo de hablantes jóvenes (que podría indicar que está cambiando la percepción en las nuevas generaciones, tendencia que podría llegar a consolidase en el futuro) o si está más bien relacionado con el origen de los informantes (mallorquines) o con los estudios que cursan (filología). También habrá que determinar a partir de nuevas preguntas (más indirectas) si esta consideración tan positiva de la variedad es real o es consecuencia de un ejercicio de cortesía.
Respecto a las valoraciones cognitivas, los encuestados han considerado que la variedad es clara (4,09) y rápida (3,79), y con porcentajes más cercanos al punto de inflexión es urbana (3,59), variada (3,54) y suave (3,52). Vemos aquí igualmente que no están presentes ciertos tópicos frecuentes de la variedad andaluza recogidos en numerosa bibliografía como, por ejemplo, que es una variedad confusa o rural (Santana en prensa). Sin embargo, si contrastamos estas valoraciones con las realizadas hacia la variedad propia (el castellano), sí que observamos que el grado de urbanidad, claridad, belleza y sencillez asignado al castellano es mucho mayor que el establecido para el andaluz, siendo la diferencia de hasta un punto en algunos casos (Méndez en prensa).
Tabla 9. Valoración directa de la variedad andaluza a partir de las variables sexo, discurso, voz evaluada, colectivo, L1 y contacto con la variedad
Sexo |
Discurso |
Voz |
Colectivo |
L1 |
Contacto Variedad |
Contacto Región |
||||||||
Andaluza |
H |
M |
O |
E |
M |
F |
C/F |
S/F |
Cas |
Cat |
Sí |
No |
Sí |
No |
Valoración general |
3,68 |
3,75 |
3,86 |
3,61 |
3,54 |
3,74 |
3,58 |
3,72 |
3,71 |
3,75 |
3,74 |
3,72 |
3,67 |
3,88 |
Valoración afectiva |
3,70 |
3,77 |
3,96 |
3,55 |
3,65 |
3,85 |
3,65 |
3,79 |
3,69 |
3,83 |
3,78 |
3,69 |
3,69 |
3,90 |
Complicada-Sencilla |
4,04 |
4,11 |
4,07 |
4,12 |
3,93 |
4,24 |
4,02 |
4,12 |
4,01 |
4,20 |
4,10 |
4,08 |
4,06 |
4,18 |
Desagradable-Agradable |
3,45 |
3,92 |
4,07 |
3,61 |
3,83 |
3,86 |
3,65 |
3,92 |
3,81 |
3,87 |
3,88 |
3,73 |
3,76 |
4,06 |
Distante-Cercana |
4,00 |
4,09 |
4,31 |
3,84 |
4,00 |
4,14 |
3,97 |
4,11 |
4,00 |
4,17 |
4,11 |
3,97 |
4,05 |
4,13 |
Dura-Blanda |
3,52 |
3,52 |
3,47 |
3,56 |
3,30 |
3,71 |
3,15 |
3,66 |
3,47 |
3,62 |
3,45 |
3,72 |
3,41 |
3,75 |
Fea-Bonita |
3,40 |
3,53 |
3,74 |
3,28 |
3,31 |
3,68 |
3,50 |
3,51 |
3,39 |
3,70 |
3,59 |
3,26 |
3,40 |
3,54 |
Aburrida-Divertida |
3,77 |
3,41 |
4,04 |
2,88 |
3,49 |
3,44 |
3,60 |
3,41 |
3,44 |
3,37 |
3,50 |
3,36 |
3,43 |
3,75 |
Valoración cognitiva |
3,65 |
3,72 |
3,76 |
3,66 |
3,43 |
3,62 |
3,50 |
3,65 |
3,73 |
3,66 |
3,70 |
3,75 |
3,65 |
3,85 |
Áspera-Suave |
3,39 |
3,55 |
3,50 |
3,55 |
3,05 |
3,95 |
3,16 |
3,66 |
3,54 |
3,45 |
3,55 |
3,45 |
3,43 |
3,77 |
Monótona-Variada |
3,37 |
3,57 |
3,92 |
3,16 |
3,50 |
3,57 |
3,77 |
3,45 |
3,58 |
3,48 |
3,58 |
3,40 |
3,54 |
3,60 |
Rural-Urbana |
3,37 |
3,63 |
3,58 |
3,60 |
2,99 |
4,13 |
3,16 |
3,75 |
3,56 |
3,68 |
3,58 |
3,62 |
3,59 |
3,60 |
Confusa-Clara |
4,00 |
4,11 |
4,02 |
4,15 |
3,81 |
2,65 |
3,72 |
4,22 |
4,14 |
3,90 |
4,11 |
4,04 |
3,93 |
4,44 |
Lenta-Rápida |
4,10 |
3,73 |
3,76 |
3,82 |
3,79 |
3,79 |
3,69 |
3,18 |
3,81 |
3,80 |
3,66 |
4,22 |
3,78 |
3,82 |
Atendiendo las distintas variables, apreciamos cómo son las mujeres (afectiva 3,77 y cognitiva 3,72 frente a afectiva 3,70 y cognitiva 3,65), el colectivo sin formación (afectiva 3,79 y cognitiva 3,65 frente a afectiva 3,65 y cognitiva 3,50), el discurso oral (afectiva 3,96 y cognitiva 3,76 frente a afectiva 3,55 y cognitiva 3,66), y los informantes que no viajan con frecuencia a Andalucía (afectiva 3,77 y cognitiva 3,72 frente a afectiva 3,70 y cognitiva 3,65) los que mejor percepción tienen de la variedad andaluza en todos los niveles. Resulta interesante comprobar cómo en estos casos la valoración general, la valoración afectiva y, en el caso de los informantes que no viajan habitualmente a Andalucía, también la valoración cognitiva son incluso mejores que en la variedad propia (Méndez en prensa). Habría que buscar una posible explicación a esto en el hecho de que normalmente los andaluces despiertan un sentimiento de simpatía y camaradería entre los hablantes de otras variedades por su cercanía y orientación a la cortesía positiva. Resulta, asimismo, reseñable y en cierto modo paradigmático que sean los grupos que menos identifican la variedad y los que tienden a considerarla menos prestigiosa, como las mujeres y el colectivo sin formación dialectal, los que mejor valoran el andaluz, aunque en el análisis multivariable tampoco pueda hablarse de una relación significativa entre dichas variables (X2: 185,579; p-value: 0,196).
En otras ocasiones, se ha observado en el estudio que hay mejores valoraciones de ciertos grupos de hablantes en el plano afectivo, este es el caso de la variable voz evaluada femenina (3,85 frente a 3,65), lengua materna catalán (3,83 frente a 3,69) y contacto con la variedad (3,74 frente a 3,72); y otros grupos en el plano cognitivo, como voz evaluada masculina (3,85 frente a 3,65), lengua materna castellano (3,73 frente a 3,66) y sin contacto con la variedad (3,75 frente a 3,70). Son especialmente notables las diferencias entre el plano afectivo y cognitivo en el discurso oral y escrito, en la voz evaluada y en el colectivo. En todos estos casos, como se ha mencionado, son mejores las valoraciones afectivas que las cognitivas y, asimismo, se valoran mejor las variantes que, curiosamente, han sido peor consideradas para la variedad propia, el castellano (salvo en el caso del discurso oral). De este hecho se puede concluir que las propiedades que se consideran más pertinentes o apropiadas para una variedad no tienen por qué ser igualmente asociadas al ideal de otra variedad distinta (por tanto, no habría un ideal universal de “prestigio” aplicable a todas las variedades cultas del español). Y que el conocimiento enciclopédico de los hablantes, los estereotipos sociales y las expectativas que se tienen hace una determinada variedad son las que van a determinar qué es positivo en esa variedad y qué no lo es (Méndez en prensa).
Las valoraciones indirectas, más inconscientes, pueden ayudar a ver si se confirman o no las percepciones que se han manifestado de forma abierta/directa hacia una variedad. El primero de los aspectos analizados en las valoraciones indirectas ha sido la percepción que tienen los informantes hacia las voces escuchadas en las grabaciones en relación con su puesto de trabajo, el nivel de ingresos y el nivel de estudios. Los resultados indican que la variedad andaluza recibe puntuaciones muy bajas en dos de los campos analizados.
Tabla 10. Valoración/Prestigio de los hablantes andaluces
En el caso del puesto de trabajo, la media de la variedad es de 1,71 en una escala del 1 (poco cualificado) al 3 (altamente cualificado)[14]. Concretamente, se consideró que la persona que hablaba andaluz en las grabaciones era “poco cualificada” en 46 ocasiones, “bien cualificado” en 87 ocasiones, “altamente cualificado” en 6 ocasiones y en 1 no se contestó. En cuanto a los ingresos, la media indica igualmente una valoración negativa de 1,86 en una escala del 1 (bajo) al 3 (alto). En particular, los casos en los que se perciben ingresos bajos para la persona andaluza que habla son de 26, en 104 ocasiones se creen que los ingresos son medios, en tan solo 8 casos se cree que los ingresos de la persona son altos y en 2 casos no hay respuesta. Los resultados relativos al nivel de estudios tampoco son muy diferentes a los datos expresados previamente. En este caso la media se establece entre 1 (sin estudios) al 4 (estudios universitarios), siendo 2,84 la puntuación obtenida, por encima del punto medio (2,5). Observamos que en 2 casos se considera que la persona que habla no tiene ningún tipo de formación, en 41 casos que tienen estudios primarios, en 73 casos que tienen estudios secundarios, en 23 que tienen estudios universitarios y en 1 caso no responden[15]. Si comparamos estos resultados con los obtenidos en las valoraciones directas, podemos ver cómo desde una percepción menos consciente los informantes analizados realmente no tienen tan buena opinión sobre el andaluz. Todas estas valoraciones igualmente son mucho peores que las asignadas a la variedad propia (Méndez 2021) (Tabla 11).
Tabla 11. Valoración de los hablantes andaluces a partir de las variables independientes
Andaluza |
Trabajo |
Ingresos |
Estudios |
|||
Sexo |
Hombres 1,81 |
Mujeres 1,61 |
Hombres 1,81 |
Mujeres 1,87 |
Hombres 2,77 |
Mujeres 2,85 |
Discurso |
Oral 1,64 |
Escrito 1,78 |
Oral 1,76 |
Escrito 1,97 |
Oral 2,67 |
Escrito 3,01 |
Voz evaluada |
Masculina 1,55 |
Femenina 1,85 |
Masculina 1,81 |
Femenina 1,91 |
Masculina 2,65 |
Femenina 3,01 |
Colectivo |
Con formación 1,54 |
Sin formación 1,77 |
Con formación 1,84 |
Sin formación 1,88 |
Con formación 2,63 |
Sin formación 2,92 |
Lengua materna |
Castellano 1,68 |
Catalán 1,76 |
Castellano 1,83 |
Catalán 1,92 |
Castellano 2,78 |
Catalán 3,00 |
Contacto con la variedad |
Contacto personas 1,71 |
Sin contacto personas 1,61 |
Contacto personas 1,88 |
Sin contacto personas 1,84 |
Contacto personas 2,86 |
Sin contacto personas 2,80 |
Contacto con la región |
Contacto frecuente 1,66 |
Escaso/nulo contacto 1,81 |
Contacto frecuente 1,84 |
Escaso/nulo contacto 1,92 |
Contacto frecuente 2,84 |
Escaso/nulo contacto 2,83 |
Respecto a la valoración de la persona que habla atendiendo las variables independientes, son las mujeres, salvo en el puesto de trabajo, las que mejores valoraciones hacen hacia los hablantes de esta variedad. Este resultado coincide con los obtenidos sobre la valoración directa, en los que eran las mujeres igualmente lo que mejor valoraban el andaluz. En relación con el tipo de discurso, las mejores valoraciones se obtienen siempre en el discurso leído. Este dato resulta especialmente interesante ya que la variedad propia siempre es mejor valorada a través del discurso oral y, en cambio, aquí se observa que en la variedad ajena (la andaluza) se valora mejor el discurso leído, probablemente por estar menos marcado (también es el menos identificado, como se recordará, probablemente por esta misma razón). Habrá que determinar en futuros trabajos si esta tendencia a valorar mejor el discurso escrito en una variedad ajena se observa en otras ciudades y en otras variedades. En el caso de la voz evaluada, se aprecia cómo reciben mejores valoraciones las voces femeninas, dato que también contrasta con lo observado hacia la propia variedad. Respecto al colectivo, las mejores valoraciones las realizan los informantes sin formación dialectal. Y son los catalanohablantes los que mejores valoraciones presentan en las tres categorías. Son asimismo los informantes que tienen contacto con andaluces lo que mejor calificación les otorgan. Y, por último, en relación con las valoraciones atendiendo la variable contacto con la región, son los informantes que apenas han viajado a ciudades andaluzas, salvo en el nivel de estudios, aunque con una diferencia mínima, los que valoran más positivamente a los andaluces. En las valoraciones directas también se observaban mejores valoraciones del colectivo con formación dialectal, de los castellanohablantes, de los informantes en contacto con la variedad y de los que no viajan con frecuencia a la región. Por tanto, en este caso vemos cómo las valoraciones directas quedan reforzadas por los datos obtenidos de forma indirecta. Puede apreciarse, asimismo, que en estas valoraciones indirectas existe una tendencia por parte de los informantes mallorquines a relacionar ciertos rasgos como mejores hacia su variedad (por ejemplo, que las voces masculinas son más capaces o están mejor formadas y posicionadas laboralmente). Y frente a ello, en la variedad andaluza, que es vista como menos prestigiosa y con valoraciones no tan positivas hacia sus hablantes, se valoran mejor otros rasgos (por ejemplo, las voces femeninas). Lo mismo ocurre con el perfil de informantes que valora mejor cada variedad, en el caso del castellano, los hombres con formación dialectal sin contacto habitual con otros hablantes de la variedad; y, en el caso del andaluz, las mujeres sin formación dialectal que tienen contacto frecuente con hablantes andaluces. Por ende, en la mayoría de los casos, los informantes no solo otorgan valoraciones de distinta magnitud a las variantes, sino que incluso invierten el orden de valoración en las dos variedades (Méndez 2021).
A nivel estadístico, existen algunas relaciones significativas. Estas son muy claras en el tipo de discurso: trabajo (X2 = 6,444; p-value = 0,040), ingresos (X2 = 7,000; p-value = 0,030) y estudios (X2 = 10,879; p-value = 0,012). Y también en voz evaluada: trabajo (X2 = 11,779; p-value = 0,003), estudios (X2 = 11,448; p-value = 0,010); y en colectivo con/sin formación dialectal: trabajo (X2 = 8,233; p-value = 0,016), estudios (X2 = 8,925; p-value = 0,030).
Tabla 12. Valoración de los hablantes a partir de sus cualidades personales
Las características personales que asignan los informantes mallorquines a las voces andaluzas también aportan datos interesantes. En una escala del 1 (extremadamente poco) al 6 (extremadamente alto)[16], las medias más altas otorgadas a los andaluces están asociadas a las cualidades de educado (4,55), simpático (4,52) y cercano (4,32), más cercanas a un sentimiento de solidaridad. Las cualidades de inteligente (3,85) y culto (3,72), como puede verse, presentan puntuaciones menores, aunque positivas igualmente. Adicionalmente, a partir de las respuestas abiertas de los encuestados, se ha podido determinar que se asignan a las personas andaluzas cualidades como: espontáneas, abiertas, simpáticas, graciosas, educadas, cercanas, inteligentes, con carácter, sencillas, buena gente, trabajadoras, hospitalarias, escandalosas, lentas, familiares, confiables, dicharacheras, de habla rápida, dinámicas, eficientes, geniales, cotillas, bruscas, sociables, alegres, risueñas, generosas, respetables, variadas, extrovertidas, vagas, comunicativas, habladoras, agresivas, amigables y expresivas (Méndez 2021).
Tabla 13. Valoración de los hablantes andaluces a partir de sus cualidades personales
Sexo |
Discurso |
Voz |
Colectivo |
L1 |
Contacto Variedad |
Contacto Región |
||||||||
H |
M |
O |
E |
M |
F |
C/F |
S/F |
Cas |
Cat |
Sí |
No |
Sí |
No |
|
Inteligente/Poco Inteligente |
3,59 |
3,89 |
3,80 |
3,90 |
3,68 |
4,00 |
3,71 |
3,90 |
3,76 |
4,02 |
3,95 |
3,69 |
3,76 |
4,04 |
Simpática/Antipática |
4,72 |
4,49 |
4,72 |
4,32 |
4,50 |
4,55 |
4,42 |
4,56 |
4,59 |
4,32 |
4,47 |
4,53 |
4,56 |
4,45 |
Cercana/Distante |
4,59 |
4,27 |
4,67 |
3,98 |
4,39 |
4,27 |
4,10 |
4,41 |
4,37 |
4,20 |
4,30 |
4,19 |
4,31 |
4,36 |
Culta/Inculta |
3,50 |
3,76 |
3,68 |
3,75 |
3,36 |
4,04 |
3,28 |
3,88 |
3,61 |
3,90 |
3,83 |
3,50 |
3,62 |
3,93 |
Educada/Maleducada |
4,36 |
4,59 |
4,55 |
4,55 |
4,42 |
4,67 |
4,47 |
4,58 |
4,54 |
4,57 |
4,65 |
4,38 |
4,56 |
4,54 |
Si atendemos las variables independientes, observamos que la cualidad de inteligente es mejor valorada por las mujeres, que son el discurso escrito y las voces femeninas los que presentan valoraciones más altas y que es el colectivo sin formación dialectal (como ya ocurría en el caso de la valoración del puesto de trabajo, los ingresos y los estudios) el que propone puntuaciones más altas. Además, son los catalanohablantes, los informantes con contacto con andaluces y los que no tienen contacto con la región los que mejor puntúan. En la cualidad de simpatía, son los hombres los que más alto puntúan y es el discurso oral el mejor valorado. Se repite el dato de las voces femeninas con mejor puntuación y, además, el colectivo sin formación dialectal y los castellanohablantes son los que presentan mejores valoraciones. Los que no tienen contacto con andaluces, pero sí han viajado con frecuencia a Andalucía son igualmente los que más les asignan esta cualidad. Respecto a la cercanía, vuelven a ser los hombres y el discurso oral los mejor valorados. Por primera vez, se observa que las mejores valoraciones son para las voces masculinas. Son el colectivo sin formación dialectal y los castellanohablantes lo que mejores puntuaciones asignan en esta categoría y los que tienen contacto con andaluces, pero no viajan con frecuencia los que más alto puntúan. La cualidad culta presenta algunas diferencias respecto a la anterior, pues son las mujeres las que mejor valoran. El discurso escrito y las voces femeninas asimismo reciben mejor puntuación y el colectivo sin formación dialectal, los catalanohablantes y los informantes que tienen contacto con andaluces, pero no viajan con frecuencia a Andalucía también otorgan puntuaciones más altas aquí. Por último, la cualidad de educada presenta puntuaciones más elevadas en las variables mujer, voz femenina, colectivo sin formación dialectal, catalanohablantes, contacto con andaluces y contacto frecuente con la región. En este caso, no hay diferencia en la valoración que se hace del tipo de discurso. Adicionalmente, también existen aquí algunas relaciones estadísticamente significativas: cercana-tipo de discurso (X2 = 18,473; p-value = 0,002), culta-voz evaluada (X2 = 15,433; p-value = 0,009) y culta-colectivo con/sin formación dialectal (X2 = 13,158; p-value = 0,022).
El estudio de la valoración indirecta de la variedad andaluza se completa con el análisis de las respuestas acerca de la opinión que les merece la región y la cultura de las voces andaluzas que escuchan. Por una parte, se les solicitó a los informantes que valoraran la zona de la que creían que era la persona que hablaba (avanzada-retrasada, divertida-aburrida, familiar-extraña, bonita-fea); y, por otra, que mostraran su opinión sobre la cultura de esa zona (innovadora-tradicional, rica-pobre, cercana-distante, interesante-poco interesante).
Tabla 14. Valoración de la variedad andaluza a partir de la región y la cultura
En primer lugar, en relación con la zona o región, se observan mejores puntuaciones medias en una escala de 1 (extremadamente retrasado/aburrido/extraño/feo) a 6 (extremadamente avanzado/divertido/familiar/bonito)[17] en la categoría bonita (4,92), familiar (4,68) y divertida (4,63), y también, aunque con peor puntuación en la categoría avanzada (3,87)[18]. Por su parte, en las valoraciones indirectas hacia la cultura, las mejores puntuaciones se obtienen en las categorías interesante (4,77), cercanía (4,64) y rica (4,05), y en menor medida en la categoría innovadora (3,93). Estos datos coinciden nuevamente con los observados en otros estudios de actitudes hacia el castellano y en el andaluz, donde la variedad andaluza siempre es vista como más divertida, familiar, bonita y cercana, incluso por los propios informantes andaluces (Santana 2018b).
Tabla 15. Valoración de la variedad andaluza a partir de la región y la cultura atendiendo las variables independientes
Sexo |
Discurso |
Voz |
Colectivo |
L1 |
Contacto Variedad |
Contacto Región |
||||||||
H |
M |
O |
E |
M |
F |
C/F |
S/F |
Cas |
Cat |
Sí |
No |
Sí |
No |
|
Avanzada/Retrasada (Región) |
3,77 |
3,88 |
3,90 |
3,84 |
3,90 |
3,83 |
3,78 |
3,90 |
3,82 |
3,95 |
3,85 |
3,91 |
3,84 |
3,93 |
Divertido/Aburrido (Región) |
5,09 |
4,55 |
4,68 |
4,58 |
4,60 |
4,66 |
4,44 |
4,70 |
4,72 |
4,35 |
4,66 |
4,52 |
4,75 |
4,38 |
Familiar/Extraño (Región) |
4,63 |
4,69 |
4,78 |
4,58 |
4,77 |
4,60 |
4,71 |
4,67 |
4,76 |
4,37 |
4,75 |
4,47 |
4,72 |
4,59 |
Bonito/Feo (Región) |
5,00 |
4,90 |
4,98 |
4,85 |
4,89 |
4,94 |
4,81 |
4,96 |
4,95 |
4,85 |
4,95 |
4,82 |
5,01 |
4,76 |
Innovadora/Tradicional (Cultura) |
3,27 |
3,04 |
3,27 |
2,88 |
2,98 |
3,16 |
3,05 |
3,08 |
2,97 |
3,25 |
3,07 |
3,08 |
3,09 |
3,09 |
Rica/Pobre (Cultura) |
4,22 |
4,01 |
4,08 |
4,00 |
3,93 |
4,14 |
4,07 |
4,03 |
3,95 |
4,15 |
4,04 |
4,05 |
4,11 |
3,90 |
Cercana/Distante (Cultura) |
4,81 |
4,60 |
4,56 |
4,71 |
4,77 |
4,52 |
4,86 |
4,55 |
4,72 |
4,35 |
4,67 |
4,51 |
4,73 |
4,41 |
Interesante/Poco Interesante (Cultura) |
5,00 |
4,72 |
4,84 |
4,70 |
4,66 |
4,86 |
4,65 |
4,81 |
4,73 |
4,77 |
4,80 |
4,67 |
4,89 |
4,50 |
Respecto al resto de variables del estudio, en relación con la evaluación de la variedad andaluza a partir de su región, las mujeres valoran mejor las categorías avanzada y familiar y los hombres divertida y bonita. Las mejores puntuaciones se las lleva de forma unánime el discurso oral (dato que contrasta, como se recordará, con la evaluación indirecta de las voces andaluzas a partir de sus cualidades personales, donde en todos los casos la variante mejor valorada era el discurso escrito) y, en la mayoría de las ocasiones, son las personas sin formación dialectal (salvo en familiar) los que mejor la valoran[19]. En el caso de las voces evaluadas, encontramos dos ítems en los que son mejor valoradas las femeninas (divertida y bonita) y dos las masculinas (avanzada y familiar). Salvo en la categoría avanzada son los castellanohablantes, las personas que tienen contacto con hablantes andaluces y los que viajan con frecuencia los que mejor valoran la región andaluza. Respecto a la valoración de la cultura, son los hombres y las personas que viajan frecuentemente a Andalucía los que mejores puntuaciones presentan. El discurso oral y las voces femeninas reciben mejores valoraciones, salvo en la categoría cercana. Esto mismo ocurre con los catalanohablantes. El colectivo con formación dialectal valora mejor los ítems innovadora e interesante y los informantes que tienen contacto con andaluces valoran mejor la cercanía y lo interesante de la cultura. A nivel estadístico, observamos muy poca significatividad. Aparece solo en un caso relacionado con la región (bonito-contacto con la región: X2 = 32,584; p-value = 0,001) y en otro asociado a la cultura (interesante-contacto con la región: X2 = 27,831; p-value = 0,006).
La última de las cuestiones que nos interesa presentar en este estudio se refiere a la percepción del grupo de hablantes mallorquines hacia la cercanía o distancia entre la variedad castellana y el andaluz.
Tabla 16. Grado de identidad entre el andaluz y la variedad propia
Andaluza |
|
No idéntica o no similar |
88 casos (62,9%) |
Totalmente diferente |
25 (17,9%) |
Bastante diferente |
27 (19,3%) |
Ligeramente diferente |
36 (25,7%) |
Idéntica o similar |
51 casos (36,4%) |
Ligeramente igual |
34 (24,3%) |
Bastante igual |
15 (10,7%) |
Totalmente idéntica |
2 (1,4%) |
No contesta |
1 caso (0,7%) |
En relación con ello, se ha observado que predomina la consideración de que la variedad andaluza no es similar (y mucho menos idéntica) a la variedad castellana que utilizan normalmente los informantes. Sin embargo, las respuestas no son tajantes y las puntuaciones más altas las encontramos en las respuestas intermedias “ligeramente diferente” (25,7%) y “ligeramente igual” (24,3%). Estos resultados pueden entenderse mejor si se contextualizan. Como ya se ha indicado en algunos momentos del trabajo, los informantes tuvieron que evaluar las 8 variedades del español en la misma encuesta. Es posible que, ante la gran diversidad de muestra, la mayor distancia existente entre algunas variedades y la propia y la menor familiaridad con muchas de estas variedades, los informantes percibieran que hay menos distancia entre el andaluz y el castellano de Baleares que entre este y otros, y que por esa razón se redujera la percepción de distancia entre las dos variedades mencionadas. A las respuestas que se acaban de comentar, le siguen por este orden las de bastante diferente (19,3%), totalmente diferente (17,9%), bastante igual (10,7%) y totalmente idéntica (1,4%).
Tabla 17. Grado de identidad con la variedad andaluza en relación con las variables sexo, discurso, voz evaluada, colectivo, L1 y contacto con la variedad
Sexo |
Discurso |
Voz |
Colectivo |
L1 |
Contacto Variedad |
Contacto Región |
||||||||
Andaluza |
H |
M |
O |
E |
M |
F |
C/F |
S/F |
Cas |
Cat |
Sí |
No |
Sí |
No |
No idéntica o no similar |
12 54,5[20] |
75 63,5 |
48 68,6 |
40 57,1 |
43 65,1 |
45 60,8 |
19 50,0 |
69 67,6 |
59 62,8 |
25 62,5 |
64 60,4 |
24 70,6 |
62 64,6 |
26 59,1 |
Totalmente diferente |
1 4,5 |
23 19,5 |
11 15,7 |
14 20,0 |
19 28,8 |
6 8,2 |
8 21,1 |
17 16,7 |
13 13,8 |
11 27,5 |
18 17,0 |
7 20,6 |
21 21,9 |
4 9,1 |
Bastante diferente |
5 22,7 |
22 18,6 |
15 21,4 |
12 17,1 |
10 15,1 |
17 22,8 |
4 10,5 |
23 22,5 |
17 18,1 |
8 20,0 |
21 19,8 |
6 17,7 |
19 19,8 |
8 18,2 |
Ligeramente diferente |
6 27,3 |
30 25,4 |
22 31,4 |
14 20,0 |
14 21,2 |
22 29,8 |
7 18,4 |
29 28,4 |
29 30,8 |
6 15,0 |
25 23,6 |
11 32,3 |
22 22,9 |
14 31,8 |
Idéntica o similar |
9 40,9 |
42 35,6 |
21 30,0 |
30 42,8 |
22 33,3 |
29 39,2 |
19 50,0 |
32 31,4 |
35 37,2 |
14 35,0 |
41 38,7 |
10 29,4 |
33 34,4 |
18 40,9 |
Ligeramente igual |
3 13,6 |
31 26,3 |
14 20,0 |
20 28,5 |
17 25,8 |
17 22,8 |
14 36,9 |
20 19,6 |
24 25,5 |
8 20,0 |
29 27,4 |
5 14,7 |
21 21,9 |
13 29,5 |
Bastante igual |
6 27,3 |
9 7,6 |
6 8,6 |
9 12,9 |
5 7,5 |
10 13,6 |
5 13,1 |
10 9,8 |
10 10,6 |
5 12,5 |
10 9,5 |
5 14,7 |
10 10,4 |
5 11,4 |
Totalmente idéntica |
0 |
2 1,7 |
1 1,4 |
1 1,4 |
0 |
2 2,8 |
0 |
2 2,0 |
1 1,1 |
1 2,5 |
2 1,8 |
0 |
2 2,1 |
0 |
No contesta |
0 |
1 0,9 |
1 1,4 |
0 |
1 1,5 |
0 |
0 |
1 1,0 |
0 |
1 2,5 |
1 0,9 |
0 |
1 1,0 |
0 |
Tomando en consideración las respuestas preferentes de los encuestados (ligeramente diferente y ligeramente igual), puede verse que son las variables discurso (oral: 31,4 y 20%; escrito: 20% y 28,5%), colectivo (con formación: 18,4% y 36,9%; sin formación: 28,4% y 19,6%), lengua materna (castellano: 30,8% y 25,5%; catalán: 15% y 20%) y contacto con la región (contacto frecuente: 22,8% y 21,9%; poco/nulo contacto: 31,8 y 29,5%) las que más diferencias presentan entre sus variantes. Los datos sugieren que es el discurso oral el que más aleja a la variedad andaluza de la propia de los encuestados y el escrito el que más las aproxima, como se ha mencionado ya en varias ocasiones; que son los estudiantes sin formación dialectal y los castellanohablantes los más reacios a ver una proximidad entre las dos variedades (los primeros por desconocimiento dialectal y los segundos por arraigo hacia su propia variedad, probablemente); y que aquellos que no han viajado mucho a alguna ciudad andaluza también aprecian más lejanía entre las variedades (posiblemente, también por desconocimiento). Las diferencias que se ven en el resto de las variables independientes son menores. Este es el caso del sexo (hombres: 27,3% y 13,6%; mujeres: 25,4% y 26,3%), la voz evaluada (masculina: 21,2% y 25,8%; femenina: 29,8% y 22,8%) y el contacto con personas de la variedad (con contacto: 23,6% y 27,4%; sin contacto: 32,3% y 14,7%). Concretamente, son los hombres y las personas sin contacto con hablantes de la variedad los que menos proximidad aprecian entre el andaluz y la variedad propia y también ocurre esto con las voces femeninas. Por último, en lo referente a la significación estadística, únicamente se han encontrado relaciones de este tipo entre las variables ligeramente igual y colectivo (X2: 4,472; p-value: 0,034) y ligeramente igual y lengua materna (X2: 29,031; p-value: 0,016).
Los objetivos de esta investigación pretendían determinar si la variedad andaluza es identificada por el grupo de 70 jóvenes mallorquines estudiantes de filología encuestados y si es considerada igual de válida o prestigiosa que la variedad castellana. También se ha observado si el andaluz recibe valoraciones positivas o negativas, tanto a nivel cognitivo como afectivo, como en relación con sus hablantes, la región y la cultura. Y, por último, se ha estudiado si existe para los informantes encuestados cierta proximidad entre el castellano y el andaluz. El análisis realizado nos ha permitido concluir que las identificaciones exacta y aproximada de la variedad son muy altas (por encima del 85%) y que los informantes manifiestan cierto agrado o gusto por la variedad andaluza, sobre todo a nivel afectivo. Sin embargo, al profundizar más en las percepciones del grupo de mallorquines y preguntar sobre la variedad de forma indirecta (a través de sus hablantes, la región y la cultura), se ha observado que las valoraciones no son tan positivas como habían manifestado previamente con preguntas más directas y que, en ciertos momentos y en determinadas cuestiones (como el nivel de ingresos y el puesto de trabajo), estas valoraciones hasta son negativas. En futuros trabajos, tendrá que valorarse si estos resultados negativos indirectos pueden explicarse o no por una actitud latente (inconsciente o no) de los hablantes castellanos.
En relación con el prestigio que se asigna a la variedad, no se han recogido respuestas que indiquen que la variedad andaluza sea la más o de las más prestigiosas, a pesar de la clara tendencia por parte de los informantes a establecer jerarquías entre las distintas variedades cultas del español. No obstante, sí se observa cierto sentimiento de simpatía y también de solidaridad hacia la variedad, que explica las valoraciones directas tan positivas que ha obtenido la variedad en el plano afectivo (mejores incluso que hacia la variedad propia). Resulta llamativo, además, que exista por parte de los encuestados una predisposición por establecer características y propiedades positivas hacia al andaluz (que consideran apropiadas y pertinentes) muy diferentes a las que establecen para su propia variedad, el castellano, erigido como modelo idiomático de prestigio por este grupo de hablantes.
Ya, por último, en cuanto a la proximidad entre variedades, no cabe duda de que no es posible hablar de una proximidad manifiesta entre el andaluz y la variedad castellana propia de los informantes, si bien los resultados no muestran distancias tan grandes como podría esperarse. Es posible que el hecho de haber evaluado la distancia entre estas variedades junto a la distancia con otras, como la andina, la rioplatense o la caribeña, haya influido en esta cuestión. En futuros estudios, será muy necesario continuar profundizando en estos aspectos, comparar los resultados obtenidos con los que puedan proporcionar otros grupos de hablantes y contrastar la ciudad de Palma con otras ciudades hispanohablantes.
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— (en prensa). How do Andalusian journalism students perceive Andalusian and Castilian linguistic varieties?
Yraola, A. (2014). Actitudes lingüísticas en España. En A. B. Chiquito y M. A. Quesada Pacheco (Eds.), Actitudes lingüísticas de los hispanohablantes hacia el idioma español y sus variantes (pp. 551-636). Bergen Language and Linguistic Studies (BeLLS), 5. https://doi.org/10.15845/bells.v5i0.685
[1] Proyecto para el estudio de las creencias y actitudes hacia las variedades del español en el siglo XXI. Este trabajo se inscribe en los proyectos de investigación «La población migrante en la Comunidad de Madrid: factores lingüísticos, comunicativos, culturales y sociales del proceso de integración y recursos lingüísticos de intervención» (INMIGRA3-CM) Ref.: H2019/HUM-5772, financiado por la Comunidad de Madrid, cofinanciado por el Fondo social Europeo (IP: Florentino Paredes García), y «Estudio de fenómenos de contacto lingüístico en tiempo real y aparente en el castellano de Mallorca» Ref. FFI2017-83899-P (MINECO, AEI/FEDER, UE), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (IP: Andrés Enrique Arias).
[2] El trabajo de Yraola está enmarcado en el Proyecto Linguistics Identity and Attitude in Spanish Speaking Latin America (LIAS).
[3] Puede resultar de interés para el lector consultar igualmente los trabajos del proyecto PRECAVES XXI en los que se presentan las actitudes lingüísticas de los andaluces hacia su propia variedad, como Manjón (2018) y Santana (2018a) y los de informantes de otras variedades, como los canarios, hacia el andaluz (Hernández y Samper en este volumen).
[4] En este trabajo partiremos de la clasificación de las variedades cultas del español establecida por Moreno (2009).
[5] Las variedades cultas que se han considerado son las siguientes: centro y norte de España, sur de España, Canarias, México y Centroamérica, Caribe, Andes, Chile y Río de la Plata (Moreno 2009; Moreno y Otero 2007).
[6] Los encuestados valoraron en total 16 grabaciones, 2 por cada una de las 8 variedades cultas mencionadas en la nota al pie anterior. En este trabajo solo se han tenido en cuenta las 2 grabaciones andaluzas, procedentes de hablantes sevillanos con nivel de instrucción alto.
[7] Los informantes realizaron la encuesta de forma electrónica desde sus domicilios particulares.
[8] Se decidió mantener en el estudio la distinción entre mujeres y hombres puesto que los porcentajes de mujeres y hombres encuestados reflejan la realidad actual de los estudiantes de filología y plantear el estudio sobre dicha realidad permite conocer mejor las actitudes globales de los jóvenes filólogos mallorquines.
[9] La edad media del primer grupo de edad (<20 años) es de 18,70 y la edad media del segundo grupo (>20 años) es de 23,97. La desviación típica, moda y mediana del primer grupo son respectivamente 0,460, 19 y 19, mientras que del segundo grupo son 5,757, 20 y 21 respectivamente.
[10] La forma de determinar la lengua materna de los informantes fue a través de una pregunta de respuesta abierta en el cuestionario en la que se les preguntaba directamente cuál/es era/n su/s lengua/s materna/s.
[11] Como se ha indicado en el apartado de metodología, las voces de las grabaciones andaluzas corresponden a un hombre y a una mujer sevillanos con nivel de instrucción alto.
[12] Se consideran negativas, como se ha mencionado, todas aquellas que estén por debajo de 3,5, punto de inflexión.
[13] Sin embargo, estos datos contrastan con los obtenidos en las valoraciones indirectas, más inconscientes, en los que las puntuaciones observadas son peores e, incluso, en algunos momentos son negativas.
[14] El punto de inflexión sería 2, por tanto, esta puntuación debe verse como negativa.
[15] No se observa una relación estadísticamente significativa entre las valoraciones indirectas de los informantes sobre el puesto de trabajo, la formación y el nivel de ingresos y la identificación exacta, aproximada o errónea de la variedad.
[16] El punto de inflexión es 3,5.
[17] Punto de inflexión 3,5.
[18] Este dato contradice la creencia de que el andaluz es visto como una variedad retrasada o poco avanzada. Si comparamos esta puntuación con la otorgada por estos mismos hablantes a la variedad castellana (4,48), ciertamente, podemos confirmar que la valoración es peor, pero, en cualquier caso, es más preciso hablar de una percepción del andaluz por parte del grupo de informantes como menos avanzada que el castellano, en lugar de como una variedad retrasada.
[19] Dato que, una vez más, coincide con el resto de valoraciones directas e indirectas.
[20] El segundo dato corresponde con el porcentaje.