La serie de investigaciones que compendian Girón Alconchel, Herrero Ruiz de Loizaga y Sáez Rivera (2018) bien podría calificarse como un retrato representativo del dinamismo que caracteriza la lingüística histórica actual. Tal aserto se comprueba en el hecho de que cada uno de los capítulos rezuma los resultados o el estado de avance de investigaciones insertas en proyectos académicos de diversos centros de estudio lingüístico. Además, la mayoría de los trabajos fueron articulados, primero, como ponencias en la Journée d’étude “Gramaticalización, textualización y lingüística de corpus en la historia del español”, Universidad de Burdeos (13 de mayo de 2016).
Si bien los trabajos son misceláneos —estudios fonéticos, léxicos, morfosintácticos y análisis del discurso—, sus objetivos son variados y los tramos diacrónicos que delimitan son divergentes, es posible identificar un eje articulador que aporta coherencia a todo el libro, a saber, la atención que cada autor concede a los procesos de textualización y gramaticalización en el devenir de la lengua española, y el análisis de corpus históricos, como la clave metodológica para su estudio.
Ana Stulic (pp. 23-48) inicia el recorrido con un estudio dialectal y sociolingüístico sobre variación del timbre de vocales átonas —el cierre de /e/ en /i/ y de /o/ en /u/— en el judeoespañol oriental. La autora se propone estudiar el fenómeno desde la construcción textual y, para ello, analiza dos revistas en judeoespañol serbocroata publicadas en la prensa judía de Sarajevo, a saber, Jevrejski život (Vida judía, 1924-1928) y Jeverejski glas (Voz judía, 1928-1941). A través de estos documentos, Stulic documenta la regularidad que subyace a la alternancia en las vocales átonas <e, i> y <o, u> y desarrolla una aguda reflexión sobre la relación entre el proceso de escritura y la cultura lingüística subyacente, que incluye aspectos significativos como la conciencia lingüística que ha desarrollado la comunidad sefardí serbocroata y la denominada paradoja del género.
A partir del segundo capítulo, se desarrollan varios estudios que gravitan en torno a la gramática histórica o el discurso. El primero de estos (pp. 49-78) aborda la relación sincronía/diacronía en la duplicación clítica de objetos. En su análisis, Daniel Sáez aplica el modelo de la elaboración de la lengua desarrollado por Peter Koch y Wulf Oesterreicher y parte del supuesto de que la teoría gramatical imperante ha bloqueado o dificultado la percepción de la duplicación del objeto. Sáez selecciona como corpus algunos manuales de la tradición gramatical de la RAE, algunos manuales antiguos de gramática orientados a la enseñanza del español como lengua extranjera —circunscritos a los siglos XVII y XVIII— y algunas gramáticas clásicas del español como la de Bello o Salvá. Como preludio a su análisis, el autor realiza un recorrido bibliográfico sobre los principales estudios que han abordado la duplicación clítica de objetos. Luego, Sáez compila y comenta una importante cantidad de parágrafos extraídos de las gramáticas históricas y destinados al tratamiento de la duplicación clítica de objeto. En el proceso, además de apuntar las descripciones gramaticales, el lingüista concede especial atención a los aspectos normativos que se asoman a través de los manuales.
En el siguiente capítulo, Álvaro Octavio de Toledo y Huerta (pp. 79-134) estudia la anteposición de infinitivo + clítico a verbos modales (ICVm) en los siglos XII-XX. Es decir, estructuras del tipo Ayudarles debo o Sabello tengo. Como base de datos, el autor utiliza el CORDE. En relación con estas estructuras, los objetivos son (i) explicar su trayectoria de difusión y, (ii) tras comparar este tipo con los tipos FCA (futuro + clítico + auxiliar: cantarlo he / hía) y P(C)H (participio + clítico + haber: cantado (lo) he), reflexionar sobre si la desaparición de estos últimos puede ser mejor explicada a la luz de los procesos que experimenta el ítem ICVm. Para el investigador, la clave explicativa se sitúa en la distribución textual de las estructuras ICVm y, en consecuencia, observa con especial rigor la variable discursiva. La inclusión del plano textual activa una profunda reflexión teórica en torno a la operatividad del concepto tradición discursiva. Sobre el cimiento de esta reflexión, elabora lo que denomina un “mapa de tradicionalidad discursiva” que actúa como un verdadero modelo metodológico para el análisis histórico-discursivo. Luego, mediante un estudio de frecuencias relativas, el autor demuestra que, en efecto, la difusión de las estructuras está condicionada por el tipo de texto en que aparecen. En relación con el segundo objetivo, Octavio de Toledo argumenta en favor del paralelo evolutivo entre las estructuras ICVm, FCA y P(C)H. Su propuesta, concretamente, reside en que el declive de tales mecanismos no está motivado por el asentamiento o gramaticalización del verbo auxiliar (aunque no niega su concreción), sino por un proceso más amplio que afecta a la reconfiguración de la periferia izquierda oracional. En otras palabras, no es una consecuencia del reanálisis de haber como auxiliar tempoaspectual, sino que es el resultado de una pérdida expresiva que consistía en anteponer formas no finitas a un auxiliar con el valor de foco —posiblemente mirativo—.
El trabajo de Patricia Fernández Martín (pp. 135-188) focaliza la evolución de tener que + infinitivo, tener que ver, y ¡Qué tiene que ver! y ¡Tendría que ver! como un medio para entender la relación diacrónica entre perífrasis verbales, locuciones verbales y unidades fraseológicas. Cada unidad es concebida como el producto de la acción de tres procesos diferentes, pero relacionados: la gramaticalización (perífrasis), la lexicalización (locución) y la pragmatización (unidad fraseológica). Los datos son recopilados a través de varios corpus (como CORDE y el Corpus del Español de Davies, entre otros). En su exposición, la autora demuestra que cada proceso de cambio traza un camino que manifiesta, en su origen, puntos de contacto entre sí. Por lo mismo, critica la concepción lineal del cambio lingüístico y, en su lugar, lo describe, más bien, como un recorrido que abre brechas en múltiples direcciones. Entre sus conclusiones principales está la idea de que “parece haber una red de interacciones de procesos entre los distintos grados de gramaticalización, lexicalización y pragmatización” (p. 180).
En el capítulo siguiente, Anton Granvik (pp. 189-230) explora la alternancia en las oraciones completivas de sustantivos, con o sin preposición de (N (de) que + completiva). Sus objetivos, en particular, consisten en (i) registrar los pasos por los que la nueva variante —N de que— llega a sustituir a la original —N que— y (ii) identificar los factores lingüísticos y extralingüísticos que intervienen en la elección de una u otra variante. Como enfoque teórico, se vale de la gramática de construcciones y del modelo de la sedimentación y convencionalización del cambio lingüístico de Schmid (SC). Y, al igual que trabajos previos, utiliza el CORDE y el Corpus del Español de Davies. En la primera parte del capítulo, Granvik proporciona dos revisiones bibliográficas de gran valor: la primera versa sobre los estudios sincrónicos y diacrónicos que han abordado las construcciones, y la segunda compendia una descripción de la gramática de construcciones y del modelo SC. En seguida, desarrolla un análisis caracterizado por una acuciosa fundamentación estadística, que se apoya fundamentalmente en la regresión logística. Entre sus observaciones, cabe destacar, como hallazgo, la documentación de una serie de sustantivos (esperanza, temor, recelo, sospecha, fe, causa, señal, opinión y duda) que no manifiestan una propensión definida hacia el uso de una u otra variante. Los factores que condicionan la elección de una u otra fórmula son, más bien, contextuales: hay algunos de tipo lingüístico —como la presencia de determinante en el sustantivo, la presencia de un modificador y la posición sintáctica del SN respecto del verbo, entre otros— y otros de tipo extralingüístico —como el tipo de texto y el autor—. De este modo, tras la aplicación del análisis colostruccional, el agrupamiento jerárquico y el análisis distintivo de colexemas, identifica cuáles son los sustantivos que rigen la variante <N que> y los que rigen <N de que>, y establece los contextos sintácticos y discursivos en que aparece una u otra variante.
En su investigación, Marta López Izquierdo (pp. 231-256) estudia el modo en que el Libro de los gatos traduce las cláusulas adverbiales desde su fuente latina, a saber, las Fabulae de Odón. En concreto, explora la posición sintáctica en que se insertan estas estructuras, como un modo de explorar la prosa castellana en el siglo XIV. A través del análisis, documenta un incremento de la anteposición de las cláusulas en el texto meta, asociado al cambio de finalidad respecto del texto fuente y que confiere a la prosa una mayor cohesión y coherencia. Sobre la hipótesis de que el incremento cuantitativo de la anteposición es un indicio de configuración discursiva —más que de estructura sintáctica—, analiza las prótasis condicionales en función del grado de “tematicidad” y “rematicidad”. De esta manera, identifica diferentes tipos de prótasis: ilativas, epistémicas, ilustrativas, expansivas y contrapositivas, entre otras. Tras su recorrido analítico, plantea una concepción discursiva de las oraciones condicionales en tanto “patrones supraoracionales de progresión discursiva” (p. 250).
Francisco Javier Herrero Ruiz de Loizaga (pp. 257-298) analiza la locución conjuntiva igual que y la construcción modal comparativa igual de… que, construcciones que comienzan a aparecer en el español clásico y que siguen vigentes en el español moderno. El trabajo presenta el desarrollo histórico de ambas construcciones: desde los usos adjetivales y adverbiales de igual en el castellano medieval hasta los usos modernos de las estructuras. Para esto, se vale del análisis integral de los datos provenientes de las principales bases de datos del español: el CDH, el CORDE, el CORPES XXI, los dos corpus de Mark David y el corpus PRESEEA. En su exposición, demuestra que ambas construcciones son creaciones del español moderno. Si bien los cambios comienzan a articularse a finales del siglo XVI, el principal giro que las consolida se gesta a partir de la segunda mitad del siglo XIX. En adición, el autor reflexiona sobre si acaso es posible tratarlas como construcciones gramaticalizadas, a partir de algunos indicios, como por ejemplo la invariabilidad morfológica del igual.
En el capítulo octavo, la temática se dirige desde el ámbito gramatical-discursivo hacia el dominio léxico. Juan Antonio Chavarría (pp. 299-310) desarrolla un análisis que conduce a articular nuevos aportes al registro toponímico del romandalusí o mozárabe. El autor analiza, en particular, los Libros de Repartimiento y los Libros de Apeo y Repartimiento del Reino de Granada (siglos XV-XVI). En estos documentos estudia los orígenes, difusiones y variantes de los topónimos Cantil, Caucón/Alcaucón, Paumete, Sausa/Xauxa y Xabanar/Xavanar. En su despliegue analítico, incluye detalladas observaciones etimológicas, fonéticas, morfológicas y semánticas que funcionan como un ejercicio de reconstrucción lexicográfica en perspectiva histórica. En ese sentido, su metodología constituye un modelo de referencia para la investigación léxica en textos del pasado.
La última sección del libro, a cargo de José Luis Girón (pp. 311-344), presenta una investigación de análisis textual. En la primera parte, el autor formula un resumen del modelo de segmentación lingüística del discurso que distingue el continuum de unidades posibles de encontrar en el discurso: de las menores —como la unidad léxica y los sintagmas— hasta las mayores —como los enunciados, las unidades discursivas y el propio texto—. Este método de análisis discursivo es aplicado por el autor a las tres secuencias discursivas que integran el capítulo I, 28 del Quijote, a saber, (1) el discurso del narrador, (2) el discurso de la historia y (3) el discurso reproducido de Dorotea. En particular, se analizan “las relaciones de agregación (Adición y Contraste), integración (Elaboración y Circunstancia) e interdependencia (Causalidad)” (p. 316). Como resultado de la investigación, el autor formula reflexiones relevantes sobre las marcas o recursos gramaticales que vehiculan las relaciones discursivas propias de la prosa del siglo XVI.
Tras la revisión de este libro, el lector asirá un conjunto valioso de herramientas teóricas y heurísticas, así como una serie de resultados que están a la vanguardia de los estudios lingüísticos en clave histórica. Desde nuestra óptica, entre tales aportes, resaltan los compendios bibliográficos que cada autor ha articulado respecto de los marcos teóricos de que se valen o del estado de la cuestión de un determinado objeto de estudio. Ponderamos como meritorio, en última instancia, el potencial que estas investigaciones tienen en tanto modelos procedimentales para el especialista interesado en contribuir al desarrollo de la lingüística histórica.