
Domínguez Burrieza, Francisco Javier y María Victoria Alonso Cabezas, coords. 2023. Artistas y progreso: los retos del Arte en la sociedad del siglo XIX. Valencia: Tirant lo Blanch, Tirant Humanidades. ISBN 978-84-19632-00-5. 378 páginas.
Por Juan Antonio Domínguez Barragán
Artistas y progreso: los retos del Arte en la sociedad del siglo XIX publicado en 2023 es una obra completa que ofrece una profunda reflexión sobre la interacción entre el arte y la sociedad y los desafíos que enfrentaron los artistas del siglo XIX en un contexto de cambio social, político y tecnológico sin precedentes.
El estudio de las relaciones entre sociedad y arte del siglo XIX en la historiografía sobre arte tradicional en muchos casos ha sido minusvalorado frente a otros períodos históricos dada su “cercanía” temporal. En este contexto de revitalización general se inserta el presente volumen que se fracciona en cinco ámbitos, centrando el grueso de la obra los trabajos englobados bajo el título “Artistas y espacios de sociabilidad” y “Patrimonio y revalorización del arte”.
El texto ofrece una profunda revisión de cómo las artes y su gestión evolucionaron bajo el impacto de cambios sociales y económicos en el siglo XIX. Con un enfoque que abarca Francia, Italia, España e incluso el continente americano, se explora cómo las administraciones públicas comenzaron a jugar un papel clave en el gobierno y tutela de las artes, impulsando la profesionalización de los artistas con la inclusión de becas y pensiones que permitieron el enriquecimiento y el intercambio artístico, así como la expansión de la cultura en calidad de bien público. En esta línea, se estudia el naciente interés hacia la formación de las menores y su posterior integración en roles secundarios de apoyo a los profesores como correctoras y vigilantas. Roles que les permitieron una cercanía al arte y su enseñanza, representando un avance social que, aunque limitado, marcó un precedente en su aproximación a los circuitos artísticos. Figuras como Marcelina Poncela, una de las creadoras emergentes de la época, ejemplifican el avance de las mujeres en este campo y su participación en la cultura artística. Su relación epistolar con Joaquín Sorolla evidencia también las complejidades de las relaciones entre los artistas establecidos y los de nuevo cuño, cuyas interacciones no siempre resultaban sencillas ni exentas de conflicto, pero sí contribuían a ampliar los circuitos artísticos y a conectar nuevas generaciones de creadores.
El esfuerzo por democratizar el acceso a la cultura igualmente se observó en el crecimiento de instituciones como la Hispanic Society, fundada por Archer Milton Huntington, que se dedicó a preservar y promover el arte hispano en América. Gracias a iniciativas como esta, la cultura española adquirió un reconocimiento internacional y se insertó en el contexto global de la época.
Artistas y progreso: los retos del Arte en la sociedad del siglo XIX también tienen momentos que nos regalan una pausa para disfrutar de los mejores cafés venecianos y ateneos de Valencia mientras nuestra mente parece fantasear inmersa entre conversaciones de artistas, intelectuales y encargantes.
Uno de los temas centrales es el avance del diseño industrial y el paso de la obra manual a la reproducción en serie, algo que transformó la noción de autenticidad y generó debates entre el valor de la réplica y el original. Se abordan las dificultades de los artistas en el tránsito del Antiguo Régimen a una sociedad moderna, donde muchos debían debatirse entre su deseo de crear con libertad y la necesidad de adaptarse a las demandas de nuevos comitentes, entre los que se encontraba ya no únicamente la nobleza sino también una creciente clase media.
Asimismo, las exposiciones universales se perfilan como fenómenos globales de transferencia artística, donde estilos y técnicas se compartían y se impulsaba la interacción entre culturas. El coleccionismo, los espectáculos, la prensa y las revistas también jugaron un papel crucial como vehículos de difusión, contribuyendo a enlazar y consolidar el arte como un bien accesible al público en general. El desarrollo de las artes industriales y la fotografía también abrió nuevos caminos. La fotografía, especialmente, ganó reconocimiento en espacios como la Exposición Universal de París de 1867, donde se presentaron obras de ingeniería (como puentes y ferrocarriles) que celebraban el avance tecnológico. Esta exposición y otras similares reflejaron una transición en la arquitectura, donde los arquitectos con formación artística tradicional fueron progresivamente desplazados por ingenieros con un enfoque eminentemente funcional, centrado en el uso práctico más que en la estética.
En definitiva, son años de contrastes y es lo que el libro también nos muestra: años en los que encontramos enfrentados por un lado la revalorización y reinterpretación de estilos con la figura de Mélida, frente a prácticas de venta, dispersión y abandono de nuestro patrimonio.
Quizás la mayor cohesión que se pueda echar en falta a este compendio sea una de sus mayores virtudes, puesto que logra concentrar en unos cientos de páginas una muestra del vasto mosaico que constituía la relación decimonónica entre artista y sociedad.