Alonso Ruiz, Begoña. 2023. Juan Gil de Hontañón, arquitecto del Tardogótico. Madrid: CSIC. ISBN 978-84-00-11186-I. 356 páginas.
Por Francisco Pinto Puerto
Se hizo esperar, pero ha valido la pena. Como todo lo que se decanta mediante la persistente indagación, reflexión y contraste, esta obra necesitaba de ese tiempo. Mientras esperábamos saborearlo, aquellos interesados en la arquitectura tardogótica en la corona de Castilla seguíamos el rastro de este trabajo elaborado piedra a piedra, aportación a aportación.
Esta publicación es el resultado de una larga y persistente trayectoria investigadora de la autora. Aunque declara en su introducción que esta línea de trabajo se inicia en 2001, intuimos su origen una década antes, en aquella publicación sobre El Arte de la Canteria. Los maestros Trasmeranos de la Junta de Voto editada por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cantabria en 1991, que puso la primera piedra de todo lo que vendría después. Entonces ya reconocía la autora en su conclusión la importancia de Rodrigo Gil de Hontañón como aglutinador y maestro de los canteros trasmeranos a finales del siglo XVI, eclipsando historiográficamente la figura de su progenitor y maestro, Juan Gil de Hontañón. Era de justicia que llegara esta obra para alumbrar las numerosas lagunas que existían sobre su obra.
Se inicia esta publicación con dos citas que anuncian la aptitud de su autora para aproximarse a la arquitectura de Juan Gil de Hontañón, situándose entre el archivo, la observación detenida –casi táctil– de sus paramentos y cielos, y el intercambio de pareceres con otras disciplinas, cosa no tan frecuente en la investigación de base sobre nuestro patrimonio. A partir de aquí se construye un trabajo que, modestamente a nuestro parecer, la autora denomina aportación inicial al conocimiento de la obra de este maestro. De su lectura, el lector podrá deducir que es mucho más, pues el viaje que nos propone por la arquitectura de Juan Gil de Hotañón “como documento más sincero de la vida tal como fue vivida siempre”, descubrirá en buena medida lo que queda oculto o velado en los documentos escritos, en los anaqueles y archivos.
El texto se estructura en dos partes bien diferenciadas. La primera nos permite aproximarnos a la trayectoria vital de Juan Gil de Hontañón, desde sus orígenes, su aprendizaje de la mano de maestros que traían aires de renovación desde Europa, bajo cuya maestría dio sus primeros pasos en el oficio. Nos sitúa en su contexto profesional y social, y desvela como cristalizó en un lenguaje propio, que concluye en la formación de talleres en los que su obra es continuada. El hecho de acabar esta parte de la publicación en Sevilla, con la cita expresa a Diego de Riaño, es un indicador de hasta qué punto una figura como la de Gil de Hontañón fue capaz de poner la simiente de lo que después se denominaría “la escuela o taller sevillano”. La segunda parte, titulada “catálogo de obras”, está dedicada al análisis de los fragmentos en los que la autora documenta y reconoce la mano del maestro Juan Gil, desde una traza olvidada, el diseño de una escalera, la configuración de una portada, sus magníficas bóvedas de terceletes y elegantes combados, aquel otro detalle ornamental, … hasta un edificio completo. Una secuencia ordenada cronológicamente que contribuye a reconocer la construcción de un lenguaje a partir de lo aprendido, en la que la autora demuestra su gran capacidad de observación y análisis. Una secuencia a través de la que podemos viajar por el tardogótico peninsular en el momento preciso en el que se estaban poniendo los cimientos de una Edad Moderna, que sus herederos y discípulos se encargaron de consolidar.