Sempere Marín, Alicia (2022): Género, poder y representación. La emperatriz María de Austria (1528-1603) y la construcción de su imagen en medallas. Madrid: Comité Español de Historia del Arte y Claustro Ediciones. ISBN: 978-84-123832-5-6. 100 páginas.

Por Ignacio José García Zapata

El presente libro, el primero publicado por Alicia Sempere Marín, es fruto de un arduo trabajo de investigación emprendido por la autora que resultó premiado en 2022 por el Comité Español de Historia del Arte, entidad a cuyo cargo corre la edición del volumen. Esta distinción, materializada en el libro Género, poder y representación. La emperatriz María de Austria (1528-1603) y la construcción de su imagen en medallas viene a demostrar sin lugar a duda la valía y rigor científico de esta joven investigadora que, a pesar de encontrarse en pleno desarrollo de su etapa predoctoral, cuenta ya con una reseñable experiencia acreditada.

El libro, acertadamente prologado por la profesora especialista en la materia Noelia García Pérez, se centra en dos objetos de estudio que tradicionalmente han venido sufriendo una cierta desatención historiográfica. Por un lado, la autora abarca la construcción de la imagen de poder femenino en el Renacimiento, un ámbito en el que ciertamente se han llevado a cabo importantes aportaciones, en especial sobre el retrato femenino en el siglo XVI. Por otro, Sempere Marín, para el análisis de esas imágenes de poder femenino, centra su atención en un tipo de objeto artístico muy específico y particular como son las medallas. Este característico soporte, si bien fue uno de los predilectos durante el Renacimiento para la representación individual de las elites, ofrece aún en la actualidad amplias vías abiertas a la investigación, ya que su consideración frente a, por ejemplo, los retratos pictóricos, ha sido indudablemente menor. Quizá su pequeño tamaño o su reproductibilidad hayan sido la causa de su adscripción a las mal denominadas “artes menores”.

Por estos motivos, la autora lleva a cabo una necesaria aportación de carácter innovador al aunar el estudio de ambos fenómenos de manera conjunta, centrándose además en el caso de un personaje que igualmente no ha logrado recibir toda la merecida consideración en el contexto de la disciplina. Si bien la emperatriz María de Austria llegó a estar en las más altas esferas del poder europeo durante la segunda mitad del siglo XVI siendo un actor político de primer orden, como ha puesto recientemente de manifiesto el investigador Rubén González Cuerva –autor de su biografía, publicada por Routledge en 2022– contribuyendo a revitalizar y revalorizar su figura histórica, aún es mucho lo que queda por ser dado a conocer en el campo de su relación con las artes.

Con estos planteamientos, Alicia Sempere Marín llena el vacío historiográfico que hasta ahora se cernía sobre el estudio sistemático de las medallas retrato de la emperatriz María. Para ello, la autora demuestra el intenso y exhaustivo trabajo llevado a cabo de búsqueda en colecciones museísticas nacionales e internacionales, catálogos y subastas, con el fin de recopilar el extenso corpus de medallas que se estudian a lo largo de las páginas del libro. Ejemplares que, como ella misma señala a lo largo del texto, las propias instituciones a menudo catalogan, identifican o datan de forma imprecisa.

El cuerpo del libro se estructura en dos partes. En la primera, de carácter introductorio, la autora delimita una clara panorámica sobre la importancia de la medalla renacentista como objeto artístico, destacando sus orígenes vinculados a la fascinación humanista por la Antigüedad clásica. Del mismo modo, reseña sus particularidades técnicas y simbólicas, entre las que sobresale su eficacia como medio para la representación de la efigie de forma duradera, reproductible, transportable e intercambiable. Desde las primeras medallas retrato acuñadas a principios del siglo XV en Ferrara, proliferó su producción y hombres y mujeres en las esferas del poder se hicieron retratar junto a alegorías e inscripciones, constituyendo este uno de los más interesantes rasgos de la medalla: su capacidad para plasmar y transmitir grandes cargas visuales y simbólicas sobre las personas retratadas, conmemorando sus hazañas o celebrando sus virtudes.

La segunda parte del libro, más extensa, se ocupa de analizar detalladamente la representación de María de Austria a través de sus medallas retrato conservadas. Para ello, se divide el texto en capítulos que, siguiendo un criterio cronológico, agrupan las distintas medallas atendiendo a las fases de la vida de la emperatriz en que fueron producidas. Cabe destacar que la autora no se limita únicamente a analizar y comentar las medallas en su contexto, sino que, del mismo modo, se abordan cuestiones transversales relacionadas como son el coleccionismo habsbúrgico de medallas, la indumentaria, el concepto y consideración de la mujer, su educación o la percepción de la época sobre el gobierno femenino, sin olvidar el estudio comparativo de los retratos del personaje en otros medios, prueba todo ello de los amplios conocimientos que la investigadora posee sobre el asunto.

Al no haberse localizado medallas de juventud, el primer apartado se corresponde con aquellas las medallas retrato relacionadas con un señalado acontecimiento: el matrimonio de María, hija de Carlos V e Isabel de Portugal, contrajo con Maximiliano, hijo de Fernando I y Ana de Jagellón, en 1548. La autora recopila y discute distintas hipótesis de autoría, dataciones y significados para abundantes ejemplares con retratos dobles de los esposos, junto a inscripciones y reversos alegóricos que hacen referencia a la unión, la concordia y las virtudes de la mujer casada.

Seguidamente, la autora se centra en la época de gobernación de los territorios peninsulares que ambos esposos llevaron a cabo de forma conjunta entre 1548 y 1551, en ausencia de Carlos V y Felipe II. En este apartado Alicia Sempere se centra en dos ejemplares verdaderamente significativos: en uno, María de Austria aparece en un inusual retrato cuádruple junto a las efigies de Carlos, Felipe y Maximiliano en una composición de gran potencia visual y simbólica; en otro, María se representa en solitario junto a una alegoría de la unión y la prudencia. Conviene no olvidar al respecto que, con esta unión, María de Austria se convirtió en el nexo mediador entre las ramas Habsburgo hispánica y austriaca, con su hermano Felipe II y su esposo Maximiliano II a la cabeza.

A continuación, son tratadas las medallas producidas durante las tres décadas que María de Austria permaneció en la corte imperial, hasta su regreso a Madrid en 1581 para instalarse en las Descalzas Reales de Madrid, cuestión que ocupa un breve apartado final. Durante ese tiempo, Maximiliano y María fueron coronados reyes de Bohemia, de Hungría y emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, por lo que la producción de medallas conmemorativas de estos acontecimientos fue, como refleja la autora, efectivamente abundante.

En definitiva, se trata esta de una valiosa aportación en el ámbito de estudio de las relaciones entre mujer y arte en la Edad Moderna, que además contribuye a la revalorización y consideración de los objetos artísticos “menores” a la vez que arroja luz sobre un personaje clave en el siglo XVI como fue la emperatriz María de Austria.