Otra nueva Inmaculada Concepción de Ignacio de Ríes

Another new Immaculate Conception by Ignacio de Ríes

José Fernández López

Universidad de Sevilla, España
ORCID:0000-0002-7217-0207
jflopez@us.es

Resumen:

En este artículo se estudia una nueva obra de Ignacio de Ríes, localizada en la parroquia de Nuestra Señora de Belén, en la localidad de Gines, Sevilla. Ignacio de Ríes, pintor de la escuela sevillana de la primera mitad del siglo XVII, fue un artista muy interesante cuya personalidad creativa es cada vez mejor conocida, pasando actualmente de ser sólo un colaborador del taller zurbaranesco a un pintor con entidad propia y sobresaliente en la escuela local.

Palabras claves:

Ignacio de Ríes; pintor; Inmaculada; Gines; Sevilla.

Abstract:

This article presents a new work by Ignacio de Ríes, located in the parish of Nuestra Señora de Belén, in the town of Gines, Seville. Ignacio de Ríes, a painter from the Sevillian school in the first half of the 17th century, was a very interesting artist whose creative personality is becoming better known, currently going from being just a collaborator in the Zurbarane workshop to a painter with his own entity and outstanding in art. local school.

Keywords:

Ignacio de Ríes; painter; Inmaculate; Gines; Seville.

Fecha de recepción: 3 de octubre de 2022.
Fecha de aceptación: 8 de marzo de 2023.

Cómo citar este trabajo / How to cite this paper:
Fernández López, José (2023): “Otra nueva Inmaculada Concepción de Ignacio de Ríes”. En: Laboratorio de Arte, 35, pp. 351-358.

© 2023 José Fernández López. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0. International License (CC BY-NC-SA 4.0).

En esta misma revista Laboratorio de Arte tuvimos la ocasión de presentar hace unos años una nueva obra de Ignacio de Ríes, en concreto una Inmaculada Concepción, que venía siendo atribuida incorrectamente al pintor flamenco Pieter Van Lint, y fechada a mediados del siglo XVII. Esta pieza, de considerables dimensiones, se encuentra en la antigua iglesia de los jesuitas de Morón de la Frontera, San Ignacio de Loyola, sede actual de la Hermandad del Stmo. Cristo de la Expiración. En esta ocasión, presentamos una pintura de la misma iconografía y del mismo autor, Ignacio de Ríes, que se encuentra en la parroquia de Nuestra Señora de Belén en Gines, población del Aljarafe sevillano lejana de las tierras de la comarca de la Sierra Sur, cuyo centro y cabeza de partido judicial es la citada localidad moronense. Esta distancia geográfica entre Morón de la Frontera y Gines, dentro de la provincia de Sevilla, podría asimilarse a la actividad artística entre el Ignacio de Ríes anterior al comedio del siglo XVII y el posterior a los lienzos de la capilla de la Concepción o del Capitán Contreras de la catedral de Segovia, sin duda las mejores piezas de su producción pictórica.

Efectivamente, la Inmaculada que publicamos en 2018 es la obra de un Ignacio de Ríes en plena madurez, con un marcado sentido de dinamismo físico y expresivo barroco flamenco, influencia presente en la escuela sevillana, con fuerza, en torno a 1640. La Inmaculada Concepción que le atribuimos en este caso, sin embargo, y a pesar del mal estado de conservación de la obra, presenta un sentido naturalista algo más hierático, aunque con un moderado movimiento corporal y espiritual, por lo que podría acercarse al trabajo de este pintor en la década de los cuarenta de la centuria decimoséptima; aproximadamente a mediados de siglo1. Aunque en realidad para aseverar esto, sin lugar a dudas, la investigación tendría que evolucionar en la datación y en el conocimiento estilístico de la obra de este artista, fraguado hasta la fecha sobre la base de algunas obras firmadas y datadas. La búsqueda de documentos que acrediten dataciones también sería importante.

Ignacio de Ríes fue un pintor de origen familiar flamenco, aunque nació en Sevilla, en 1616. Su padre, Mateo de Ríes, pintor también, aparece avecindado en la misma ciudad el año de 1628. A Ríes se le ha considerado siempre, como manifiesta buena parte de su obra, discípulo de Zurbarán, debiendo formar parte de su taller o colaborar en él a partir de 1635-1636, cuando el maestro, de vuelta a Sevilla, tras su primera aventura en la corte madrileña, aumenta la exportación de obras de su obrador para América y recibe encargos como las pinturas de la Cartuja de Nuestra Señora de la Defensión en Jerez de la Frontera, 1636, o las del Real Monasterio de Guadalupe en Cáceres, 1639. Esta colaboración pudo perdurar hasta, aproximadamente, 1645. Ríes desarrolló a lo largo de su vida una intensa actividad artística, muy cercana a la comunidad de pintores flamencos en Sevilla. De 1661 datan las últimas noticias que se poseen de su vida y su trabajo2.

La obra artística de este pintor se centraba hasta hace algunos años en los lienzos ya citados que adornan la capilla de la Concepción o del Capitán Pedro Fernández de Miñano y Contreras de la catedral de Segovia. Se trata de las obras: David tañendo el arpa, La Conversión de San Pablo, El Bautismo de Cristo, El Árbol de la vida, La Adoración de los pastores, La Coronación de la Virgen, firmadas y fechadas todas en 1653, y El Bautismo de Cristo; obra esta última no fechada ni firmada, que está realizada siguiendo el grabado de Cornelis Cort del mismo tema, sobre composición de Federico Zuccaro. Este conjunto, cuyo programa iconográfico alude al pecado, la conversión y otras escenas de la piedad católica, permitió definir el estilo de Ríes y su personalidad creativa. Su quehacer, aunque parta de Francisco Zurbarán, tuvo una personalidad propia, como demuestran estas pinturas. En el resto de la obra de Ignacio de Ríes, podemos encontrar otras piezas de entidad artística como la Asunción de la Virgen de la parroquia de San Bartolomé de Sevilla que lleva la fecha de 1661, obra inspirada en una estampa de Schelte Adams Bolswert, basada en un original de Rubens. La Inmaculada que se conserva en la parroquia de San Ildefonso de Sevilla cuyo estilo permite una clara atribución a Ríes. Similar modelo a esta Inmaculada presenta la que se conserva en la zona alta del crucero de la iglesia del convento de las Teresas de Sevilla. Estas obras demuestran el débito de Ríes hacia fórmulas compositivas grabadas que le permiten avanzar, a mediados del siglo XVII, hacia recetas creativas plenamente barrocas. Esto mismo va a ocurrir en obras como Camino al Calvario, perteneciente a una colección privada parisina, o en La Virgen del Rosario en los cielos, de la colección del Banco Bilbao Vizcaya, en Madrid, inspirada en una estampa atribuida a Mathias Grünewald3. Entre las obras más conocidas de Ríes, fechables hacia 1650-55, figura el Arcángel San Miguel, del Metropolitan Museum de Nueva York. Allí se atribuyó durante años a Zurbarán y a Antonio del Castillo. Actualmente en las dependencias del Sagrario de la Catedral de Sevilla se encuentran dos lienzos de parejas de santos que representan a Santa Justa y Santa Rufina y a San Isidoro y San Leandro4. Como obra de interés, en este brevísimo repaso por las obras más destacadas de este pintor, se ha identificado como de Ignacio de Ríes un Cristo crucificado, firmado “ygnaçio De Ríes fae, Seª, aº 1646”, en el monasterio de Santa Teresa de Potosí, Bolivia5, de gran aliento zurbaranesco, pero de indiscutible personalidad. A este repaso creemos que debería unirse también la Inmaculada de Morón de la Frontera, sin olvidar otras obras que han sido propuestas dentro del contexto del análisis de los oficiales y seguidores del mundo zurbaranesco6

El conocimiento de obras fundamentales en la trayectoria artística de Ignacio de Ríes ha permitido atribuirle otras pinturas que tienen su peculiar impronta, así como conocer con mayor precisión las características de su labor, calificada de antiguo sólo como de la órbita zurbaranesca. La asimilación de las fuentes grabadas ítalo flamencas o sólo flamencas, ofrecen en su trabajo otros matices nuevos y diferencias. También es cierto que el atribucionismo actual, una vez que el tiempo vaya depurando ideas y conocimientos, contribuirá a que los registros de Ríes sean cada vez más rigurosos.

La obra que presentamos en esta ocasión es una representación de la Inmaculada Concepción en la que están presentes las características tradicionales de esta iconografía, derivada de fuentes como el Apocalipsis bíblico, las visiones piadosas, como las de la Beata Beatriz de Silva, o la descripción iconográfica de Francisco Pacheco en su obra teórica Arte de la Pintura. Su antigüedad y grandezas (Figura 1). La Virgen está representada de cuerpo entero, de pie, ataviada con túnica blanca y manto azul que recoge con su brazo izquierdo; muestra sus manos a la altura del pecho, en actitud orante. Su rostro, elevado en forma implorante hacia su izquierda, es el de una mujer joven, de largos cabellos rubios y que muestra una expresión de profundo recogimiento espiritual. La figura se encuentra suspendida en el espacio, sobre una luna en cuarto creciente, como recomienda el pintor y tratadista Francisco Pacheco y el escriturario jesuita Luis de Alcázar, en la que aparecen cinco cabezas de querubines7. A la izquierda y derecha, bajo el manto, figuran dos ángeles que miran implorantes hacia la zona superior. En la parte inferior de la composición, a ambos lados, se desarrolla un frondoso paisaje que alude a la Jerusalén celeste, mientras la figura de María se recorta sobre un fondo glorioso de tonalidades doradas, en el que destacan símbolos que aluden a los emblemas marianos como el pozo, a la izquierda de la composición, y la fuente, a la derecha; lo que puede indicar la presencia de otros elementos simbólicos de la Letanía Lauretana como forma de alabanza a la Virgen.

Figura 1: Ignacio de Ríes, Inmaculada Concepción, hacia 1650, Gines, parroquia de Nuestra Señora de Belén, © José Fernández López.

La obra presenta un pésimo estado de conservación. El lienzo está destensado y muestra varias roturas. La superficie pictórica está reseca, craquelada, sucia y con abundantes lagunas pictóricas. Se impone una pronta intervención por parte de los equipos técnicos adecuados para su correcta conservación y que permita profundizar en el estudio de sus características artísticas e iconográficas8.

A pesar de su estado la obra permite en su análisis poder constatar la similitud de estilo con otras obras de Ignacio de Ríes por diferentes ítems y consideraciones:

  1. En primer lugar, partiendo desde la parte superior del lienzo nos llama poderosamente la atención el modelo del rostro de la Inmaculada, similar o muy próximo a otras figuras femeninas de la época anterior o contemporánea a las pinturas citadas de la catedral de Segovia; por lo tanto, hacia 1650. La caballera de la Virgen, rizada, cae por la espalda y el pecho de forma similar y característica a otros modelos marianos de Ríes (Figura 2).
  2. La inspiración en fuentes grabadas de la obra parece evidente. Especialmente en el grabado del mismo tema del flamenco Raphael Sadeler I. Este grabador, pintor, editor y comerciante de estampas, nació en Amberes en 1560 o 1561 y fallecido posiblemente en Munich, entre 1628 y 1632. La influencia del mundo artístico flamenco sobre Ríes siempre fue clara.
  3. Por otro lado, las formas con las que están desarrolladas las telas tanto en la túnica blanca como en el manto azul, no dejan lugar a dudas de que, su carácter abullonado, su caída, con pliegues pesados y contundentes, que se atenúa con el leve movimiento corporal, son propios de Ignacio de Ríes.
  4. La técnica pictórica general que presenta este lienzo nos recuerda o se puede identificar, tanto en el dibujo como en la expresión, al estilo de Ignacio de Ríes. Por ello sería deseable una pronta restauración del mismo y que esta corriera a cargo de especialistas en el tema y en el quehacer de este pintor, ya que de lo contrario se correría el peligro de que la esencia cromática de su trabajo se perdiera.

Figura 2: Ignacio de Ríes, Inmaculada Concepción (detalle), hacia 1650, Gines, parroquia de Nuestra Señora de Belén, © José Fernández López.

Bibliografía:

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Brown, Jonathan (1964): Painting in Sevilla from Pacheco to Murillo: A study of artistic trasition. Michigan: Princenton University.

Fernández López, José (1991, ed.2002): Programas iconográficos de la pintura barroca sevillana del siglo XVII. Sevilla: Editorial Universidad de Sevilla.

Fernández López, José (2018): “Una Inmaculada Concepción de Ignacio de Ríes”. En: Laboratorio de Arte, 30, pp. 525-532.

Navarrete Prieto, Benito (1998): Zurbarán y su obrador. Pinturas para el Nuevo Mundo. Valencia: Generalitat Valenciana.

Navarrete Prieto, Benito (2001): Ignacio de Ríes. Madrid: Fundación de apoyo a la Historia del Arte Hispánico.

Pacheco, Francisco (ed. 1956): Arte de la pintura, su antigüedad y grandezas: descriuense los hombres eminentes que ha auido en ella [...] y enseña el modo de pintar todas las pinturas sagradas Madrid: C.S.I.C.

Palomero Páramo, Jesús Miguel (1990): “Notas sobre el taller de Zurbarán: un envío de lienzos a Portobelo y Lima en el año 1636”. En: García, Sebastián (ed.): Extremadura en la Evangelización del Muevo Mundo. Madrid: Turner, pp. 313-330.

Ramos Sosa, Rafael (2015): “Un Crucificado de Ignacio de Ríes en Potosí”. En: Laboratorio de Arte, 27, pp. 605-610.

Serrera, Juan Miguel (1996): “La Reina de los Cielos”. En: Colección Central Hispano, Madrid: Banco Central Hispano, p. 58.

Stratton, Suzanne (1989): La Inmaculada Concepción en el arte español. Madrid: Fundación Universitaria Española.

Valdivieso González, Enrique (1985): “Pintura de los siglos XVII al XX”. En: La Catedral de Sevilla. Sevilla: Guadalquivir, pp. 405-472.

Valdivieso González, Enrique (1986, ed. 2002)., Historia de la pintura sevillana. Sevilla: Guadalquivir.

Valdivieso González, Enrique (2003): Pintura Barroca Sevillana. Sevilla: Guadalquivir.


1. Fernández López, 2018: 525-532.

2. Sobre la vida y la obra de Ignacio de Ríes existe ya una consistente bibliografía tanto en aportaciones en artículos, obras colectivas e, incluso, una monografía de Navarrete Prieto, 2001. Muy importantes son también las aportaciones de Valdivieso González, 1986: 197; 2003: 298-302.

3. Serrera Contreras, 1996: 58.

4. Valdivieso González, 1985: 429; 1986: 193.

5. Ramos Sosa, 2015: 605-610.

6. Palomero Paramo, 1990: 313-330. Navarrete Prieto, 1998.

7. Alcázar, 1604: 12. Pacheco, 1956: 211-212. Brown, 1964: 53. Stratton, 1989: 42. Fernández López, 2002: 61-62.

8. Óleo sobre lienzo, 151 x 106 cm.