Los Otero. Una importante saga de plateros compostelanos reconstruida a través de la prensa histórica

The Otero. An important saga of silversmiths from Compostela reconstructed through the historical press

Ana Pérez Varela

Universidade de Santiago de Compostela. España
ORCID: 0000-0001-7195-1565
ana.perez.varela@usc.es

Resumen:

Este artículo reconstruye la trayectoria y relación de los miembros de la saga de plateros compostelanos apellidados Otero, con origen en el siglo XIX y prolongada hasta la actualidad, demostrando la gran importancia que tuvieron en la ciudad. Gracias al vaciado de prensa histórica hemos hallado decenas de noticias que nos han permitido conocer, ubicar y atribuir piezas inéditas, mientras que el trabajo en el archivo municipal nos ha permitido reconstruir su árbol genealógico y ubicación de los obradores mencionados en el registro industrial, datos contrastados con entrevistas a sus sucesores. Este trabajo pretende contribuir al conocimiento contextual de una disciplina tan importante en la configuración artística de Compostela, pero paradójicamente olvidada por la historiografía.

Palabras Clave:

Platería; plateros; Santiago de Compostela; prensa histórica; gremios.

Abstract:

This article reconstructs the trajectory of the members of the saga of silversmiths of Compostela, named Otero, born in the nineteenth century and prolonged until today, demonstrating the great importance they had in the city. Thanks to our work with the historical press, we have found dozens of news that have allowed us to locate and attribute unpublished pieces, while the work in the municipal archive has allowed us to reconstruct the family tree and location of the workshops mentioned in the industrial registry, data contrasted with interviews with their successors. This work aims to contribute to the contextual knowledge of such an important discipline in the artistic configuration of Compostela, but paradoxically forgotten by historiography.

Keywords:

Silversmithing; silversmiths; Santiago de Compostela; historical press; guilds.

Fecha de recepción: 9 de diciembre de 2021.
Fecha de aceptación: 12 de diciembre de 2022.

Cómo citar este trabajo / How to cite this paper:
Pérez Varela, Ana (2023): “Los Otero. Una importante saga de plateros compostelanos reconstruida a través de la prensa histórica”. En: Laboratorio de Arte, 35, pp. 281-304.

© 2023 Ana Pérez Varela. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 4.0. International License (CC BY-NC-SA 4.0).

Introducción

La platería continúa siendo una asignatura pendiente de la historiografía compostelana, a pesar de la gran importancia que tuvo este arte en la configuración artística de la ciudad desde su propia fundación en los albores del siglo IX. Es necesario todavía una revisión integral de la misma gracias al trabajo con documentación, especialmente en el Archivo Municipal, los libros de fábrica parroquiales y conventuales y la hemeroteca de prensa histórica. Nuestro trabajo en esta última nos ha permitido conocer una gran cantidad de plateros y obras en la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del XX, cuando este tipo de piezas se reseñaban a menudo en los periódicos, demostrando la gran importancia que tenían en las funciones religiosas y los homenajes públicos. Estas noticias nos han llevado a conocer un gran número de tipologías civiles, un tipo de platería apenas conservada en nuestra región en colecciones visitables, así como ubicar, fechar y atribuir otras importantes obras que se han conservado en la actualidad. Entre todos estos apellidos llamó nuestra atención la familia Otero, ya que junto con los Lado, es una de las únicas que sigue manteniendo sus tiendas abiertas al público en la capital gallega. De estas dos familias, hemos comprobado que de los Otero se conserva actualmente un mayor número de piezas, que hemos podido atribuir gracias a dichas noticias en prensa.

En cuanto al estado de la cuestión en relación a esta familia, el historiador Bouza Brey, quien elaboró una lista de todos los plateros compostelanos de los que tenía noticia desde el siglo XVI, no referenció ningún Otero en su nómina de orfebres decimonónicos1. Fernández, Munoa y Rabasco tampoco recogieron ninguna marca asociada al apellido en su recuento de marcas de Compostela2. Las tres únicas obras referenciadas hasta ahora han sido el martillo de la Puerta Santa de 1937 de Bernardino Otero, custodiado en la Catedral de Santiago3, una bandeja en San Martiño Pinario con marcas “B/OTERO” y “IID”, y un cáliz con patena en San Paio de Antealtares con marcas “B. OTERO”, “916”, “M”, estas dos últimas catalogadas sin conocer el nombre del platero4. Creemos que ningún otro historiador hasta la fecha los ha mencionado, lo cual contrasta con la gran cantidad de noticias en la época. La prensa los ensalza y certifica que alcanzaron gran fama y realizaron exquisitas obras para personajes ilustres del gobierno español y las instituciones gallegas, siendo una de las principales platerías de la Compostela de su época, sino la más conocida.

Familia

El platero más importante en el inicio de la saga familiar (Figura 1) fue Bernardino Otero Ramos. No tenemos registro de su nacimiento ni conocemos con seguridad quienes fueron sus padres. En 1845 se recoge a dos hermanos, José Otero y Manuel Otero, “hijos de Andrés Otero”, como alumnos de la Escuela de Dibujo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País5, y al primero de ellos se le señala como platero6. Por cronología, José Otero podría tratarse del padre o tío de Bernardino, y por lo tanto con quien hubiese aprendido el oficio. Según sus descendientes, no tienen conocimiento de esta relación familiar y creen que fue su bisabuelo Bernardino el primer platero de la familia.

Figura 1. Árbol genealógico de la familia Otero (los plateros en azul), © Ana Pérez Varela.

Lo que sí conocemos es el matrimonio de Bernardino con Concepción Martínez Lamas, con quien tuvo un único hijo, Augusto Otero Martínez, quien continúo con su labor al frente del obrador7. Las listas de mesas electorales sitúan a la familia en rúa do Hórreo por lo menos a partir de 19158. Por otro lado, en 1922 el Ayuntamiento le concedió un permiso para reedificar la casa número 2 de la rúa do Vilar9, que se refiere al local de la platería que tenía en propiedad. Los periódicos compostelanos se lamentaron profundamente de su muerte en 1923, indicando que en su entierro fue asistido por los plateros Manuel Bacariza y Ricardo Martínez, los dos orfebres más importantes de la Compostela de la época10.

Los periódicos también recogen la muerte de su mujer, María Luisa Carreira, en 1959, nombrando en la esquela a su hijo Augusto y a nueve nietos, todos hijos de este: Concepción, Agripina, Socorro, Isabel, Bernardino, Augusto, Luis, Rosa y María, mencionándose también bisnietos11. Como nos ha hecho saber la propia familia, hubo un hermano mayor llamado Jesús que fue médico, pero murió muy joven. Los tres varones, Bernardino Otero Carreira, llamado como su abuelo, Augusto Otero Carreira, llamado como su padre, y Luis Otero Carreira, continuaron el oficio familiar.

Registro mercantil

En las matrículas industriales del Ayuntamiento, Bernardino Otero Ramos aparece recogido desde 1908 en la tarifa 4 –artes y oficios– en la categoría de “esmaltadores y engastadores de piedras finas”, con obrador registrado en Praterías, 512. Corroborando esta fecha, por la prensa hemos sabido que el obrador se fundó en 190713. El platero aparece hasta 1924, siendo sustituido por su hijo, Augusto Otero. Este aparece en dos tipos de contribución, en la tarifa 1 como “vendedor de joyas de oro, plata y platino al por menor”; y en la tarifa 4 como “orífice platero”, puesto reservado para los mejores artífices de Santiago. En ese momento, dicho puesto estaba ocupado por él, junto con Andrés Lado, Santiago Rey y la viuda de Bacariza, certificando así la consolidación e importancia de Augusto Otero en el panorama de la platería de su época. El resto de plateros solían agruparse, como lo había hecho su padre, en la categoría inferior de “engastadores de piedras”14.

Otro de los documentos en los que podemos encontrar registrada la actividad profesional de los plateros de la época son los almanaques y anuarios de comercio, publicaciones con información industrial y comercial editados en ámbito estatal, que tuvimos oportunidad de consultar en la Biblioteca Nacional de Madrid. Estos documentos registran a Bernardino y Augusto, quien aparece como “Hijo y Sucesor de Bernardino Otero” y además, en una de las escasas ocasiones en las que un platero se destaca tipográficamente sobre el resto, como en un pequeño anuncio15.

Obrador y anuncios en prensa

Sabemos que Bernardino Otero Ramos fue discípulo de Ricardo Martínez, el mejor platero de su generación y artífice oficial de la catedral de Santiago16. Una noticia de 1904 informa de la apertura del obrador de Otero, señalándole como “el que fue auxiliar del acreditado platero de la Catedral, D. Ricardo Martínez”17, y como ya hemos expuesto, su maestro le asistió en su entierro18. Evidentemente Augusto aprendió el oficio en el obrador de su padre, donde se formarían a su vez sus hijos, Bernardino, Augusto y Luis.

Sabemos que el obrador fundado por Bernardino Otero Ramos estaba ubicado en la plaza meridional de la catedral de Santiago, donde de forma tradicional se emplazaron los locales de los plateros desde el nacimiento de la propia ciudad, y que es llamada por ello praza das Praterías. Esta cambió de nombre en 1915, durante un breve periodo de tiempo, en honor al arzobispo Martín de Herrera, por lo que en los documentos aparece mencionada de ambas formas. Concretamente, su local estaba ubicado en los bajos de la Casa del Cabildo, en el flanco sur de dicha plaza, haciendo esquina con la rúa do Vilar. Esto explica la noticia a la que ya hemos aludido, en la que en 1922 el Ayuntamiento le concedió un permiso para reedificar la casa número 2 de dicha calle19, y allí se emplazó la casa mortuoria de su mujer en 195920. De hecho, cuando en 1937 se da noticia de la ubicación del obrador del hijo, se sitúa en “rúa del Villar, y Platerías, 5”21, que se refieren al mismo emplazamiento. Actualmente, su nieto Augusto Otero Carreira mantiene abierta dicha tienda, mientras que los otros dos nietos, Bernardino y Luis, se trasladaron a locales del flanco occidental de la plaza, emplazados en el claustro de la Catedral, encontrando así en la actualidad tres tiendas de la familia Otero en la praza das Praterías.

Las noticias históricas más interesantes sobre el obrador se refieren lamentablemente a un robo, sucedido en 191822. Se habla de que se llevaron especialmente joyas pequeñas, y de que en el interior de la platería “las vitrinas estaban desvalijadas de cuantos objetos contenían. Solo los efectos de plata de gran tamaño, como bandejas, candeleros y jarras fueron respetados”23. Otro periódico detalla el descubrimiento del guardia municipal: “en el suelo se hallaban esparcidos multitud de estuches de joyas y de oro y pedrería: pendientes, alfileres de corbata, brazaletes y toros. El importe de lo robado se calcula en unas 35.000 pesetas”24. No tardaron en encontrase los culpables, que fueron arrestados en Vigo, admitiendo que habían escondido las alhajas en una cueva cerca del manicomio de Conxo. Lo más interesante de la noticia es la lista de objetos robados, que nos permite conocer el tipo de piezas que se comercializaba en el local, ya que apenas contamos con información sobre cómo eran en la época este tipo de establecimientos y qué vendían, especialmente en cuanto a platería civil se refiere, muy poco conservada en nuestro territorio en colecciones visitables y accesibles a los investigadores. Entre las decenas de tipos de joyas descritos, destacan alfileres de corbata, imperdibles, pulseras, sortijas, collares, relojes y cadenas de reloj, broches, etc. Además, esta relación da cuenta de la riqueza de los materiales con los que trabajaban y el tipo de joyas que demandaba la sociedad pudiente de esa época en Compostela, ya que las piezas mencionadas se detallan como realizadas con platino, oro, esmalte, diamantes y otras piedras preciosas, utilizadas de forma artística conformando flores, rosetas, grecas y orlas25.

Conocemos un número considerable de anuncios de la platería en esta etapa, lo que es interesante ya que no existen apenas ejemplos del resto de plateros compostelanos. El establecimiento se denomina como “Hijo y Sucesor de Bernardino Otero”, siendo destacable que Augusto prescindiese de su nombre en favor de denominarse como sucesor de su padre, demostrando la relevancia y fama que este había alcanzado en la Compostela de su época. Estos anuncios también son de gran interés para conocer en qué tipo de piezas se especializó el establecimiento. En ejemplos entre 1926 y 1927 se especifica como obrador especializado en “pulseras para pedidas, repujados artísticos y objetos para regalo”26. Entre 1928 y 1929 se publican otros más completos indicando que es la única platería “proveedora de la real institución cooperativa para funcionarios del estado, provincia y municipio”, que trabaja un “enorme surtido y variedad en pulseras de pedida, recuerdos de Santiago y toda clase de objetos para regalo”27. Entre otros anuncios similares28, en 1933 aparece uno muy rico en información relativa al tipo de piezas que vendía, destacando la gran cantidad de tipologías de platería civil que se ofertaban. Además, se detalla que el piso superior de su obrador se dedicaba a la exposición de platería y joyería, y que era tasador oficial de la caja de ahorros Monte de Piedad29.

Además de estos anuncios, es de destacar que El Ideal Gallego recoja el obrador en la categoría de Joyería y Platería de un listado de establecimientos de Santiago en 1926 sin dar ningún nombre más, y por lo tanto dando a entender que es el principal de la ciudad30.

Finalmente con respecto al obrador, hemos hallado dos fotografías de la época correspondientes al exterior e interior del obrador de los Otero31, lo cual constituye un interesante testimonio gráfico inédito apenas conservado en Galicia. La primera muestra el local de la esquina de la praza das Praterías con rúa do Vilar, con la familia Otero posando enfrente, mientras en el escaparate se pueden vislumbrar algunas obras de plata. La fotografía del interior, tomada el mismo día, muestra a la familia dentro de su establecimiento, en el que podemos observar un mostrador de cristal con piezas en exposición, aunque destacan especialmente las grandes vitrinas que forran las paredes, conteniendo una gran cantidad de obras.

Referencias a obras

Entre las noticias que hemos hallado en prensa, resultan de gran interés aquellas que nos hablan de piezas perdidas, y que por lo tanto nos permiten rescatar su memoria. Estas son muy abundantes y nos referiremos solamente a las que consideramos más importantes. La primera obra de Bernardino Otero Ramos referida en prensa es una placa conmemorativa de 1911. Como corresponde a las necesidades de la sociedad de la segunda mitad del siglo XIX, cuando se generalizaron los homenajes y conmemoraciones a personalidades públicas, políticos, intelectuales, etc., los plateros compostelanos realizaron un gran número de obras de este tipo que se relacionan con momentos y personajes importantes de la ciudad. En este caso se trataba de un pergamino realizado conjuntamente con el grabador Gerardo Mayer para ser regalado al médico y senador compostelano Justo Martínez y Martínez (1842-1930) con motivo de su nombramiento como presidente honorario de la Sociedad de Recreo Artístico. El grabado estaba ceñido por un suntuoso marco de plata cuajado de elementos alegóricos, con los escudos de Santiago y dicha Sociedad. Afortunadamente, y aunque no se aprecie muy bien, la prensa incluyó una fotografía de la pieza en la que podemos constatar su originalidad del estilo modernista de raíz catalana que se estaba poniendo de moda en Santiago, y que fue habitualmente empleado en este tipo de piezas32.

En 1912 la prensa refiere la exposición en la pañería de Waldo López de “una hermosa placa de plata repujada […] que la oficialidad del Regimiento de Zaragoza dedica a los padres franciscanos, como homenaje por su cooperación en los suntuosos funerales celebrados por las víctimas de la guerra del Rif en el templo de San Francisco”, obra de Bernardino Otero de la que se incluyó una fotografía (Figura 2)33. Se trata de una plancha mixtilínea compuesta por tres secciones separadas por columnas alargadas de tipo periforme, que arrancan de un original motivo de raíces de árbol, y rematan en floridos jarrones con un hacha. La parte central se enmarca por debajo por una guirnalda de vid y por encima por dos grandes palmas cruzadas entrelazadas en una cruz de Santiago. Los remates de los laterales se realizan con un serpenteante motivo entrelazado y culminan en una tarjeta redonda con una cruz griega. La parte central ostenta el texto conmemorativo y las laterales grandes escudos.

Figura 2. Bernardino Otero Ramos, Placa conmemorativa para los padres franciscanos, 1912, paradero desconocido. Publicada en El Eco Franciscano, 1-IV-1912: 23

En cuanto a obras religiosas, en 1920 se exhibió en el comercio de Higinio Pino una imagen de la Virgen del escultor Picón con una gran corona imperial, obra de Bernardino Otero que estaba destinada al convento do Carme de Abaixo34, desaparecido centro compostelano de oblatas. La imagen procesional de dicho convento se conserva actualmente en la capilla con el mismo nombre, que no es la misma que sale en la recientemente recuperada procesión del Carmen, sino la original a la que se le colocó la pieza de Otero, que todavía se conserva intacta (Figura 3). Se trata de una corona imperial con una elegante aureola que alterna potencias con rayos en forma de estilización vegetal rematados en estrellas.

Figura 3. Bernardino Otero Ramos, Corona de la Virgen del Carmen, 1920, Capilla del Carme de Abaixo, Santiago de Compostela, © Ana Pérez Varela.

Dos años después, se expuso en el escaparate de su platería un pectoral de oro y brillantes para Justo Rivas Fernández (1873-1930), regalado por la diócesis de Mondoñedo por haber sido nombrado obispo auxiliar de Santiago ese año. La obra se describe como orlada de platino, con amatistas y diamantes engastados35.

En cuanto a su hijo, Augusto Otero Martínez, la primera obra que se referencia data de 1923, y se trata de dos candelabros de plata “que son muy elogiados por los técnicos en la materia, y que demuestran una vez más que sigue alcanzando reputación la orfebrería compostelana”36. Al año siguiente se reseña la hechura de una cruz de la Orden de Alfonso XII, concedida al maestro de A Guarda Manuel Rodríguez Sinde (1864-1940)37, y regalada por sus alumnos. Fue realizada en platino con esmaltes “que pueden rivalizar con los más pulcros cloisonné o champlevé parisiense” y brillantes. También se hace referencia a la insignia de diario que sirve de botón a la cruz, y a una arqueta o cofrecillo de plata, “de estilo plateresco y forma rectangular, soberbiamente repujado a los cuatro lados”, que servía para guardar las firmas de los alumnos que habían encargado el obsequio38.

En 1925 se mencionan dos bandejas donde se representan episodios históricos, raramente conservados en piezas compostelanas, que fueron encargadas por un importante personaje santanderino. Se trata de dos piezas de rica iconografía con los episodios de Jaime I entrando en Valencia (1238) y la Reconquista de Granada (1482), descritas como ovaladas39. Hemos hallado varias bandejas que encajarían con estas descripciones pero ninguna de ellas que constituya una pareja de ambas escenas y que sea atribuible a Otero. Sobre el tema valenciano hemos encontrado dos ovaladas, que siguen el modelo iconográfico del cuadro del mismo tema de Fernando Richart Montesinos (1884) conservado en el Museo del Prado40. La primera, punzonada por Durán41, presenta una factura de gran calidad y detallismo. La segunda, sin marca42, aunque recogiendo el mismo esquema, no es tan preciosista en su factura, lo que queda de manifiesto en la reducción del número de personajes y los detalles, la torpeza de algunos elementos y el borde, que pretende imitar el anterior, muy rico, pero supone únicamente un intento esquemático. Con respecto al tema de la rendición de Boabdil ante los Reyes Católicos, hemos hallado tres ejemplares ovalados43 que se basan en el lienzo coetáneo de Francisco Pradilla (1882), custodiado en el Palacio del Senado de Madrid44, y otra bandeja rectangular45, que viene a confirmar el éxito del modelo. Ninguna de ellas está marcada, y tampoco las creemos atribuibles a Otero basándonos en un análisis estilístico. Lo que sí que parece claro es que sus bandejas debieron moverse dentro de estos modelos iconográficos que, como hemos podido constatar, fueron muy repetidos en la época.

En 1926 se reseñan varias placas conmemorativas. Dos fueron encargadas por las Diputaciones gallegas y el Ayuntamiento de Villagarcía para el Ministro de Hacienda, José Calvo Sotelo (1893-1936), descritas como “dos artísticas placas de oro, plata y esmaltes46. La tercera se trata de un regalo de la ciudad de Ferrol a Severiano Martínez Anido (1862-1938), otra de las principales figuras del gobierno de la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) y oriundo de dicha localidad gallega. Esta presentaba un rico programa iconográfico con el escudo de España en oro y esmaltes, la representación del puerto de Ferrol, los emblemas de la Infantería, el Arsenal y la ciudad, una alegoría del Trabajo y un león47. Una cuarta placa de ese año fue encargada por el Ayuntamiento de Ribeira para el notario y escritor Luciano Rey Sánchez (1873-1941), vecino de la localidad, aunque de ella solo se dice que “es muy artística”48.

En 1927 se recoge la hechura de dos obras para el Ayuntamiento de Porto do Son encargadas para obsequiar a su nuevo juez de instrucción, Manuel Lojo Tato: un bastón de mando y un álbum conmemorativo, este último obra conjunta con uno de los grabadores de la familia Mayer49.

En 1928 se da noticia de un viril encargado por las Josefinas de Pontevedra con destino a la iglesia de Santa María a Maior. Se detalla que estaba construida con siete quilos de plata y oro, que la base y el pie combinaban la plata mate y la oxidada, y que “de las joyas que lleva, destaca un imperdible y un par de pendientes, con perlas y esmalte, regalo de la marquesa de Ríestra y otros brillantes de gran valía”50. A pesar de la mala calidad de la fotografía del periódico, hemos podido identificarla con la joya principal del museo de la iglesia pontevedresa (Figura 4), de la cual hasta ahora se desconocía su autoría, ya que, como pudimos comprobar, carece de marcas. Se trata de una impresionante custodia sobredorada de base lobulada, nudo de manzana aplastada y un magnífico sol de vides entrelazadas con espigas y racimos, y una gran aureola de rayos que alterna rectos y ondulantes (Figura 5). Entre el astil y el sol se disponen dos brazos que rematan en ángeles turiferarios. Toda la superficie se ornamenta de forma ecléctica combinando las cenefas de arquillos neogóticos y la tendencia al geometrismo, con vegetación naturalista, además del decorativismo que otorga el contraste entre las superficies doradas y las plateadas. Lo extraordinario de esta custodia es que parecen conservarse en perfecto estado todos los detalles, incluidos pequeños apliques como los incensarios en miniatura de los ángeles, hojitas, espigas y piedras preciosas, incluidas las joyas de piedras y esmalte de la marquesa, adheridas al pie (Figura 6).

Figura 4. Augusto Otero Martínez, Custodia, 1928, Santa María a Maior, Pontevedra, © Ana Pérez Varela.

Figura 5. Augusto Otero Martínez, Custodia, 1928, Santa María a Maior, Pontevedra, © Ana Pérez Varela.

Figura 6. Augusto Otero Martínez, Custodia, 1928, Santa María a Maior, Pontevedra, © Ana Pérez Varela.

En el mismo año tenemos registrado el pago del Ayuntamiento de Santiago por haber construido el nuevo pendón municipal, que se reseña como “obra del Asilo de Oblatas y de la platería de Hijo de Bernardino Otero”51. Conocemos la pieza gracias a un cartel de Camilo Díaz Baliño (Figura 7), donde se indica que el diseño corrió a cargo del célebre escritor y artista gráfico, con los escudos de Galicia y la ciudad compostelana. En el cartel se puede apreciar la vara de plata rematada en una cruz de Santiago, además de indicarse claramente que dichas religiosas bordaron la obra.

Figura 7. Camiño Díaz Baliño. Cartel del Pendón municipal, 1928, © Galiciana, Biblioteca Dixital de Galicia.

También de 1928, tenemos noticia de un exquisito “cofre de caoba estilo renacimiento” forrado de damasco, encargado por la Diputación de Lugo para otorgar a su presidente honorario, el ya mencionado ferrolano Martínez Anido, para quien había realizado una placa en 1926. La suntuosa pieza, pensada para que el homenajeado depositase en ella su fajín de mando, ostentaba como patas garras de león de plata oxidada, los escudos de España y Lugo y una inscripción conmemorativa en letras de oro52.

En 1929 construyó una corona para la Virgen de los Dolores de Rianxo, costeada por suscripción popular, que se colocó en la fiesta patronal y fue construida en oro con topacios, estos regalo de “los señores de Varela”53. La Dolorosa rianxeira presenta actualmente una gran aureola de potencias de plata en su color que parten de un halo de nubes, pero también se custodia en el centro otra aureola para la misma imagen, que debe tratarse de la mencionada obra de Otero. Es una pieza sobredorada, formada por una media luna en arco de herradura, decorada con estilizaciones vegetales y circunscrita por vistosos rayos alternando ondulados y rectos rematados en estrellas. No observamos la pedrería mencionada pero puede haberse perdido.

En 1937 realizó una obra conmemorativa para el dictador Francisco Franco (1892-1975) con motivo de su nombramiento de Hijo Predilecto de su villa natal, Ferrol, encargada por su Ayuntamiento y otorgada por el alcalde Antonio Vázquez Permuy. El periódico publicó una fotografía (Figura 8), que a pesar de su mala calidad nos permite conocer la obra, además de su cuidadosa descripción, que indica que fue parte de la exposición del Homenaje al Ejército ese año en el Casino ferrolano. La placa iba montada sobre respaldo de caoba y estaba protagonizada por “el escudo de la España imperial en oro de ley esmaltado, del cual pende una cruz latina, en oro y platino y brillantes”. Estaba flanqueado por “el Dios de la Guerra” y una alegoría de España sosteniendo la cruz laureada de San Fernando, símbolo del Mérito Militar, construida en oro, platino y brillantes. En las cenefas laterales “se representan a las Milicias Nacionales mediante lanzas emblemadas que se clavan en el monstruo de la Antipatria que venía devorando España”. Aunque en la fotografía no pueda apreciarse, la banda rotulada que divide la placa estaba esmaltada en rojo y amarillo, representando los colores de la bandera del ejército sublevado54.

Figura 8. Augusto Otero Martínez, Placa conmemorativa para Francisco Franco. 1912, paradero desconocido. Publicada en El Correo gallego, 16-III-1937: 1.

Conocemos otras obras mencionadas en prensa cuyas escuetas descripciones nos han impedido seguirles la pista o aportar más información al respecto, como las placas conmemorativas para la maestra Carmen Triberos, el médico Arturo Briones y el cirujano Ramón Baltar55, una custodia para una iglesia ferrolana56, una copa de plata donada en 1936 por la sección femenina de la Falange en un partido de fútbol del día de la Fiesta de la Raza57, un medallón del apóstol Santiago sorteado por el periódico El Eco Franciscano en 193758, o un cenicero que actuó como premio de un concurso hípico en 194259. Estas obras nos hablan también de las costumbres de las clases acomodadas de la Compostela de la época, referenciándose continuamente concursos, rifas y competiciones en las que se obsequiaba a los participantes y ganadores con este tipo de obras de platería conmemorativas.

Participación en la vida pública de la ciudad

Además de referencias a la familia, obrador y piezas, hay otro tipo de textos que nos permiten conocer el grado de implicación de los plateros en la vida pública de Santiago y la importancia que ostentaron mediante su participación en estructuras políticas y culturales, asistencia a grandes eventos, relación con otras personalidades y artistas, etc. Con respecto a Bernardino Otero Ramos, el platero participó de forma activa en las instituciones compostelanas: fue interventor del Censo (1903)60, vocal de la junta directiva de la sociedad coral Unión Artística (1905)61, directivo de la Sociedad de Recreo Artístico e Industrial (1912)62 y la Liga de Amigos de Santiago (1918)63, además de participar en los Jurados Populares y las mesas electorales64. También aparece como habitual en las listas de sufragio de homenajes a personajes públicos como los de los políticos Casimiro Torres, Fráiz Andón y Juan Moreno Tilve65, o el del célebre músico Chané66. También participó en numerosas ocasiones en suscripciones populares, como las listas del Orfeón de Santiago67, o varias kermeses: la de las fiestas del Apóstol en beneficio de las hermanas desamparadas, a la que donó “un cenicero de plata repujada”68; la que se organizó para sufragar el monumento a Rosalía de Castro, a la que donó “una hermosa pila dorada para agua bendita con un medallón de plata representando la batalla de Clavijo en su estuche”69; la organizada por la Liga de Amigos para las fiestas, a la que donó “un estuche con cubiertos y dos cuchillos de plata para frutas”70; la tómbola benéfica de la Liga Mutua de Señoras, a la que donó “media docena de servilleteros de plata”71; los donativos para la Sociedad Unión Protectora de Artesanos72, el Montepío de Carteros73 o los festejos del Comercio74; la ayuda para las Fiestas del Apóstol de la Liga de Amigos75, para homenajear al ejército76, y para aguinaldo y comprar equipamiento para el Regimiento de Zaragoza77.

A su vez, Augusto Otero Martínez aparece en varias ocasiones sufragando listas populares como las de las fiestas patronales organizadas por la Liga de Amigos78, una suscripción para homenajear a las Fuerzas Armadas79, otra para el acorazado “España”80, la organizada por la Federación Patronal de Santiago para la adquisición de camas para el Patronato Nacional Antituberculoso81, o la suscripción para ayudar a los “pueblos librados” del bando franquista82.

En cuanto a Bernardino Otero (nieto), hemos hallado muy pocas referencias en prensa referidas a él. En 1948, un reportaje sobre artistas compostelanos que menciona al escultor Ricardo Posse Vidal reza: “que estudió al Greco puede advertir quien penetre en la platería de Bernardino Otero y contemple el Apóstol Peregrino que ilustra esta información”83. La obra, que se refiere a una estatuilla de Posse, debía estar expuesta en la platería de Otero, en ese momento creemos que ya a cargo del nieto. Anecdóticamente, en 1957 se le señala como agraciado en un concurso del periódico La Noche, donde ganó un crucigrama84.

Todas estas noticias son interesantes para constatar no solo la importancia que tenían los plateros de la época en las estructuras de gobierno y asociaciones populares de la ciudad, sino también para conocer más sobre los usos y costumbres de la sociedad compostelana del momento. Demuestran la importancia social de este tipo de homenajes y festejos y el papel que jugaban los objetos materiales como regalos, entre los que se preferían piezas de plata de aparato y placas conmemorativas. Se puede comprobar también la importancia de los periódicos en la época como instituciones que organizaban festejos, homenajes y numerosas suscripciones populares para sufragarlos, así como vertebraban, en muchos casos, las recaudaciones de fondos para causas benéficas y para socorrer a vecinos afectados por catástrofes. En muchas de estas ocasiones, las recogidas de fondos para homenajes festivos o para causas de beneficencia, se realizaban mediante tómbolas en las kermeses y fiestas del Apóstol, a las cuales los plateros, como en este caso, donaban obras propias que se subastaban públicamente para ayudar a dichas causas. Como corresponde también al contexto de la Guerra Civil española (1936-1939), las suscripciones populares se generalizaron como muestra de apoyo a ambos bandos, y los plateros, de forma generalizada y en el caso de los Otero en concreto, colaboraron con las actividades propuestas por los periódicos conservadores de Santiago para sufragar las necesidades del bando sublevado.

Otra documentación

Además de todas estas noticias, gracias al vaciado del Archivo de la Catedral de Santiago hemos sabido que esta familia de plateros realizó obra para la Fábrica, ya que en 1929 se registran facturas a nombre de “Joyería y Platería Hijo de Bernardino Otero”85. Estas están timbradas con un bello grabado firmado por Enrique Mayer, con la fachada de la Casa do Cabildo hasta su primer piso, en la que se puede ver la platería, e incluso la fuente de los caballos de la plaza. El membrete reza “Hijo de Bernardino Otero, Santiago de Compostela. Joyería y platería. Se construye toda clase de objetos tanto de iglesia como profanos. Plaza de Martín de Herrera, 5, esquina de rúa del Villar”. En estos documentos se pone de manifiesto que le encargaron ciertas tareas de mantenimiento, blanqueamiento y soldadura de algunas piezas del platal de la Fábrica, trabajo que solía encargarse al platero oficial. Creemos que en aquel momento, y probablemente desde la muerte de Ricardo Martínez, quien había ocupado el puesto treinta y ocho años, esa figura ya no existía, a juzgar por las facturas emitidas que demuestran este tipo de encargos a varios plateros distintos86. Lo más reseñable de estas hojas, además del excepcional grabado, es que están firmadas por “Concha Otero”, es decir, por la hija mayor de Augusto Otero, que debía preparar este tipo de documentos administrativos.

Conclusiones

Gracias al trabajo con las fuentes primarias, en este texto hemos reconstruido la genealogía de la familia de plateros compostelanos Otero hasta la actualidad, ubicando su obrador y sus tiendas, así como constatando su aparición en los registros comerciales e industriales. Además, este artículo es un pequeño ejemplo de cómo el vaciado de la prensa histórica puede ayudarnos a recuperar parte de la memoria histórico-artística perdida de la Compostela de la época, especialmente de aquello que concierne a las artes suntuarias del tránsito del siglo XIX al XX, olvidadas por la historiografía del arte.

En el ámbito de la platería propiamente dicho, el vaciado del archivo de prensa nos ha permitido rescatar la noticia de obras perdidas, teniendo que destacar la gran variedad de tipologías de platería civil que, como hemos reiterado en varias ocasiones, apenas se conserva en Galicia. Es por ello que hasta ahora desconocíamos que en Compostela se realizaban obras tan suntuosas cargadas de programas alegóricos e iconografía clásica. Dentro de la hechura de piezas, es muy destacable la relación de la platería con los frecuentes homenajes a personajes públicos, donde se incluían políticos, ministros, gobernadores civiles, o incluso los monarcas, pero también artistas, literatos, abogados, ingenieros y personalidades eclesiásticas. En estos actos conmemorativos, tan propios de la sociedad de la segunda mitad del siglo XIX, solía recurrirse al encargo de placas de plata que, en forma de cuadros o pergaminos enmarcados, se entregaban a la persona homenajeada, perdiéndoles así la pista. Por suerte contamos con estas descripciones hemerográficas, que apuntan a la repetición de modelos modernistas y al uso de las alegorías, los emblemas y los atributos de las disciplinas de los homenajeados.

En el caso particular de los Otero, hemos identificado obras de platería realizadas para Francisco Franco, importantes políticos del gobierno estatal como ministros, diputados y senadores, así como otros personajes locales reseñables como maestros, jueces, médicos o aristócratas. También debemos insistir en la prensa como fuente para identificar la autoría de obras que sí se conservan, como la extraordinaria custodia de Santa María a Maior de Pontevedra, hasta ahora anónima, y que constituye uno de los más bellos ejemplos de la platería compostelana de la época de los que tenemos noticia.

Definitivamente, con este texto hemos pretendido solventar, en parte, el desconocimiento histórico de una familia de plateros compostelanos superviviente hasta la actualidad, dentro de nuestro empeño por reivindicar la platería como un oficio fundamental de la escena artística de Compostela en cualquier época, cuya potencialidad historiográfica no está siendo suficientemente aprovechada, y sobre la que todavía conviene empezar a trabajar. Gracias a las fuentes analizadas hemos podido constatar la importancia de los Otero en la Compostela de la época, en la que participaron en numerosas organizaciones económicas, sociales y artísticas. Respondieron con sus obras a la demanda de la sociedad santiaguesa del momento, contribuyendo por un lado a sufragar un gran número de homenajes públicos y festejos, construyendo las placas y obras obsequiadas en algunos de ellos, y fabricando, tal y como se puede constatar en las noticias del robo de la platería o en sus propios anuncios comerciales, un gran número de tipologías de joyería civil y platería de aparato que convirtieron al establecimiento en uno de los más importantes del Santiago de la primera mitad del siglo XX.

Bibliografía

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Barral Iglesias, Alejandro (1998): “As artes suntuarias compostelás no século XX”. En: Singul Lorenzo, Francisco (dir.): Pratería e acibeche en Santiago de Compostela: Obxectos litúrxicos e devocionais para o rito sacro e a peregrinación. Santiago de Compostela: Xunta de Galicia, pp. 387-409.

Barriocanal López, Yolanda (1994): “Las Ordenanzas de los plateros compostelanos del año 1786”. En: Minius 2-3, pp. 149-156.

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Fernández, Alejandro/Munoa, Rafael/Rabasco, Jorge (1992): Enciclopedia de la plata española y virreinal americana. Madrid: Torreángulo Arte Gráfico.

Larriba Leira, Mariel (2000a): “La orfebrería”. En: García Iglesias, Xosé Manuel (dir.): San Martiño Pinario. Inventario. Santiago de Compostela: Xunta de Galicia, pp. 83-116.

Larriba Leira, Mariel (2000b): “Orfebrería”. En: García Iglesias, Xosé Manuel (dir.): Inventario de San Paio de Antealtares. Santiago de Compostela: Xunta de Galicia, pp. 83-87.

Pérez Varela, Ana (2019): El platero compostelano Ricardo Martínez Costoya: contexto, vida y obra (tesis doctoral). Universidade de Santiago de Compostela.

Pérez Varela, Ana (2020): El platero compostelano Ricardo Martínez Costoya: contexto, vida y obra. Santiago de Compostela: Consorcio de Santiago y Andavira.

Riera Solanich, Eduardo (1901-1911): Guía práctica de industria y comercio de España. Barcelona: Centro de propaganda mercantil.

Relación de piezas inéditas datadas mencionadas en la prensa histórica


1. Bouza Brey, 1962: 16.

2. Fernández/Munoa/Rabasco, 1992: 210-214.

3. Barral Iglesias,1998: 397. Esta pieza servía en los Años Santos para la ceremonia de apertura de la mencionada puerta, a la que el prelado debía golpear tres veces con un martillo de plata ante la multitudinaria presencia de la sociedad compostelana y las autoridades civiles de la provincia. Es difícil seguirles la pista a estas piezas, ya que se regalaban al maestro de ceremonias de cada Año Jubilar.

4. Larriba Leira, 2000a: 90; 2000b: 86.

5. Era habitual que los plateros y otros artífices de las artes suntuarias estudiasen en dicha Escuela, tal y como habían establecido las ordenanzas de corte reformista establecidas por los plateros en 1783, todavía constituidos en aquel momento en el gremio de San Eloy. Barriocanal López, 1994: 152-153.

6. Archivo de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Santiago (ARSEAPS). Matrícula dos discípulos e discípulas da Escola de Debuxo, libro núm.1, 1835-1851 (169/3), curso de 1845.

7. El Compostelano, 17-VIII-1923: 2.

8. El Correo de Galicia, 2-V-1915: 2; 29-VII-1916: 4; 9-I-1919: 2.

9. El Compostelano, 31-VIII-1922: 1.

10. El Compostelano, 1-VIII-1923: 2-3 y El Ideal Gallego, 2-VIII-1923: 2. Las noticias también mencionan a su hermano Rafael por la gran importancia que este abogado tuvo en Santiago, quien llegó a ser concejal del Ayuntamiento y diputado provincial.

11. La Noche, 3-IV-1959: 2.

12. Archivo Histórico Universitario de Santiago de Compostela (AHUS), Matrícula industrial e de comercio, 1908: 25v; 1909: 26r; 1910: 28v; 1911: 29v; 1912: 30v; 1913: 30r; 1914: 30r; 1915: 30r; 1916: 30v; 1917: 31v; 1918: 32v; 1919: 33r; 1919: 33r; 1920-1921: 35v; 1921: 35v; 1922: 36v; 1922-1923: 21v-22r; 1923: 29r y 1924: sin f.

13. El Compostelano, 17-VIII-1923: 2.

14. AHUS, Matrícula industrial e de comercio, documentos de 1925 a 1930, todos sin foliar.

15. Bailly-Baillière, 1906: 2080; 1908: 2239; 1911: 2267-2269. Riera Solanich, 1908: 1683-1686. Bailly-Baillière/Riera, 1912, rollo 3: 2388; 1915, rollo 11: 2430-2431; 1916, rollo 16: 2648; 1917, rollo 21: 2689; 1918, rollo 26: 2836; 1919, rollo 31: 2942; 1920, rollo 36: 3053; 1921, rollo 42: 3072-3073; 1922, rollo 47: 3036; 1923, rollo 52: 3123; 1924, rollo 58: 3135; y 1925, rollo 63-64: 3180-3184.

16. Sobre este platero véase Pérez Varela, 2020.

17. El Eco de Santiago, 21-X-1904: 2.

18. El Compostelano, 1-VIII-1923: 3. El Ideal Gallego, 2-VIII-1923: 2.

19. El Compostelano, 31-VIII-1922: 1.

20. La Noche, 3-IV-1959: 2.

21. El Eco Franciscano, 15-VII-1937: 31.

22. El Ideal Gallego, 22-X-1918: 2.

23. El Eco de Galicia, 15-XII-1918: 17.

24. El Ideal Gallego, 22-X-1918: 2.

25. El Ideal Gallego, 13-III-1921: 3.

26. Se puede ver como ejemplo el primero de ellos en El Pueblo Gallego, 25-VI-1926: 10.

27. El primero de ellos en El Pueblo Gallego, 4-IX-1928: 11.

28. El primero de ellos en El Compostelano, 24-VII-1928: 2.

29. Merece la pena transcribirlo para conocer esta realidad, ya que como ya hemos mencionado, apenas sabemos nada sobre estas piezas: “Joyería: Enorme surtido de pulseras de pedida, solitarios y tresillos para caballero, broches e imperdibles, alfileres [de] corbata, botonaduras, pendientes y medallas de media y alta joyería. Platería: Juegos de café, bandejas lisas y repujadas estilo compostelano, paneras, candelabros cajas para joyas y cigarros, juegos de fumador y de escritorio, fuentes redondas y ovaladas, soperas, salseras, legumbreras, tazas para café, té y chocolate, lava-frutas, centros de mesa, fruteros, copas [de] champán, copas sport, frascos para té, e infinidad de objetos para cualquier presupuesto. Cubertería: Lo mismo en cubiertos lisos que labrados, variedad de modelos desde el estuche más modesto hasta el mueble bargueño con todas las piezas de cubertería. Cristal [de] Bohemia: Lo mismo en cristalería de color que en blanco, variedad de botellas para vinos, licores y esencias, jarras y juegos completos para agua y cerveza, lava-frutas, bomboneras, floreros, queseras, dulceras, mantequeros, ensaladeras, verdeaux y centros de mesa”. El primero de ellos en El Compostelano, 31-VII-1933: 3

30. El Ideal Gallego, 27-VII-1926: 15.

32. Gaceta de Galicia, 1-VIII-1911: 2; 8-VIII-1911: 1.

33. Diario de Galicia, 2-III-1912: 3. El Eco Franciscano, 1-IV-1912: 23. Pérez Varela (2019: 608) anteriormente atribuimo esta obra a Ricardo Martínez teniendo en cuenta que el artífice guardaba una fotografía de la misma en su archivo personal. Seguramente lo hiciese porque fue maestro del propio Otero, ya que no fue la única vez que Martínez guardó fotografías de piezas hechas por sus discípulos.

34. El Compostelano, 13-VII-1920: 2.

35. El Ideal Gallego, 16-XI-1922: 2. El Compostelano, 15-XI-1922: 2.

36. El Compostelano, 14-XII-1922: 2.

37. Agradecemos enormemente la información sobre este maestro aportada por el CEIP Manuel Rodríguez Sinde de A Guarda a través de su director Javier Constenla Ribadeo.

38. El Compostelano, 21-VIII-1924: 2. El Pueblo Gallego, 20-VIII-1924: 8.

39. El Compostelano, 18-VII-1925: 2. La misma noticia se recoge en El Ideal Gallego, 19-VII-1925: 3.

43. La primera ovalada tampoco tiene la calidad de la de Durán aunque creemos que intenta imitar su orilla: https://www.subastasfigaro.com/subasta/bandeja-decorativa-de-gran-tamano-en-plata-espana-siglo-xx-2/(13-9-2021) Hemos hallado otra bandeja que hace juego con esta y que representa la rendición de Breda, un tema de similares características narrativas: https://www.clasf.es/bandeja-decorativa-de-gran-tamaño-en-plata-españa-siglo-en-sevilla-39496436/ (13-9-2021). Los otros dos ejemplos puede observarse en https://www.todocoleccion.net/antiguedades/la-rendicion-granada-bandeja-ovalada-metal-plateado-motivo-relieve-ver-imagenes~x24980991 y https://www.todocoleccion.net/antiguedades/la-rendicion-boabdil-granada-2-enero-1492~x29357270

44. La ficha del catálogo lo señala como el mejor lienzo de la colección y uno de los más importantes en su género en la España de su época, tratándose de un cuadro que tuvo gran difusión y fue tomado como modelo para esta iconografía: https://www.senado.es/web/conocersenado/arteypatrimonio/obrapictorica/fondohistorico/detalle/index.html?id=SENPRE_014124

46. El Pueblo Gallego, 26-VI-1926: 8.

47. El Pueblo Gallego, 23-V-1926: 10. Creemos que esta placa es la contenida en otro anuncio comercial cuyo recorte es propiedad del sucesor del propio platero, Augusto Otero Carreira. En dicha fotografía podemos observar los elementos iconográficos mencionados y su elegante configuración modernista de marco mixtilíneo y asimétrico, con el uso de la alegoría y sobrias figuras como la del león combinadas con decoración vegetal menuda y entrelazada. Su recorte no nos ha permitido identificar de momento el periódico al que pertenece.

48. El Pueblo Gallego, 11-VII-1926: 13.

49. El Eco de Santiago, 18-III-1927: 2. El Heraldo Gallego, 8-V-1927: 2. Como hemos mencionado, había colaborado con Gerardo Mayer en 1911, pero también en 1937 tendremos noticia de una obra conjunta con Enrique Mayer, por lo que podría ser cualquiera de los dos.

50. El Eco de Santiago, 25-I-1928: 2. El Pueblo gallego, 26-I-1928: 13. El Compostelano, 26-I-1928: 1. El Correo de Galicia, 25-III-1928: 7. El Heraldo Gallego, 25-III-1928: 2.

51. El Eco de Santiago, 12-VII-1928: 2.

52. El Compostelano, 12-VII-1928: 2.

53. El Correo de Galicia, 10-XI-1929: 9.

54. El Correo gallego, 16-III-1937: 1.

55. Se pueden leer respectivamente en El Ideal gallego, 18-XII-1929: 2; 17-V-1930: 5. El Pueblo Gallego, 15-II-1942: 2. Esta última obra fue realizada conjuntamente con el grabador Enrique Mayer.

56. El Compostelano, 11-VI-1935: 2.

57. El Compostelano, 10-X-1936: 2. El Eco de Santiago, 10-X-1936: 2.

58. Se menciona en numerosas ocasiones, siendo la primera referencia la de El Eco Franciscano, 15-VII-1937: 31.

59. El Correo Gallego, 14-VII-1942: 2

60. El Correo de Galicia, 2-XI-1903: 3.

61. El Regional, 20-VI-1905: 2.

62. Noticiero de Vigo, 11-I-1911: 2. Gaceta de Galicia, 8-VIII-1911: 3. Diario de Galicia, 9-I-1912: 1.

63. Diario de Galicia, 4-II-1918: 1.

64. El Correo de Galicia, 2-V-1915: 2; 29-VIII-1916: 4; 23-I-1918: 2; 9-I-1919: 2. Gaceta de Galicia, 6-VIII-1917: 1; 23-I-1918: 2.

65. El Correo de Galicia, 23-I-1913: 2. Gaceta de Galicia, 6-VIII-1918: 2. El Compostelano, 3-I-1921: 1, respectivamente.

66. El Compostelano, 16-V-1923: 1.

67. Gaceta de Galicia, 22-III-1917: 2.

68. El Correo de Galicia, 9-V-1906: 3.

69. El Correo de Galicia, 20-VI-1913: 2 y Gaceta de Galicia, 21-VI-1913: 2.

70. El Compostelano, 13-VI-1921: 2.

71. El Correo de Galicia, 23-VI-1916: 1 y Gaceta de Galicia, 23-VI-1916: 2.

72. Gaceta de Galicia, 8-VIII-1909: 2.

73. El Correo de Galicia, 21-VI-1909: 2.

74. El Correo de Galicia, 26-VI-1911: 2. Diario de Galicia, 26-VI-1909: 2.

75. Gaceta de Galicia, 16-IV-1912: 2; 17-IV-1912: 2; 18-IV-1912: 2; 23-VII-1914: 2. Diario de Galicia, 17-IV-1912: 1; 16-IV-1916: 2; 11-VII-1917: 1. El Correo de Galicia, 10-VII-1913: 2.

76. Diario de Galicia, 13-X-1917: 2. El Compostelano, 14-III-1921: 1. La Integridad, 16-III-1921: 2.

77. El Compostelano, 5-X-1921: 3; 10-XII-1921: 2.

78. El Compostelano, 23-VII-1924: 1; 30-VI-1925: 1

79. El Compostelano, 5-VIII-1936: 2.

80. El Eco de Santiago, 5-VI-1937: 2.

81. El Eco de Santiago, 20-X-1937: 2

82. El Eco de Santiago, 14-IV-1938: 3.

83. La Noche, 30-VII-1948: 4.

84. La Noche, 23-V-1957: 6.

85. Archivo de la Catedral de Santiago (ACS), Cuentas (CB 195-1), recibos 210 y 211.

86. Pérez Varela, 2020: 192-237.