Efecto de las migraciones en las concentraciones urbanas de Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y El Alto, Bolivia

The effect of migration on urban concentrations in Santa Cruz, Cochabamba, La Paz and El Alto, Bolivia

María del Carmen Ledo García

Universidad Mayor de San Simón

carmenledo@gmail.com

0000-0001-5888-0977

Recibido: 23-03-2022

Aceptado: 02-09-2022

Cómo citar:
Ledo García, María del Carmen (2022). Efecto de las migraciones en las concentraciones urbanas de Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y El Alto, Bolivia, Hábitat y Sociedad, 15, 13-43. https://doi.org/10.12795/HabitatySociedad.2022.i15.02

Resumen Existe un efecto de las migraciones en las concentraciones urbanas y modelo de crecimiento segregado de las cuatro grandes ciudades bolivianas (Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y El Alto). Según el último censo (2012), el rostro femenino de la migración desde el altiplano boliviano dirigida hacia los espacios periurbanos de las ciudades de mayor tamaño revela la búsqueda de respuesta a una gama de insatisfacciones socioeconómicas. En cambio, los inmigrantes internacionales procedentes de Brasil, Estados Unidos y Argentina son predominantemente hombres que se dirigen con mayor fuerza a los espacios residenciales de las grandes ciudades. En el caso de las mujeres inmigrantes internacionales, proceden de España e Italia, independientemente el espacio de residencia residencial o periurbano. En el ámbito de la emigración internacional, los hombres se dirigen con mayor fuerza hacia la Argentina y Brasil, ambos limítrofes con Bolivia; en cambio, existe feminización de las migraciones hacia España, Italia y Chile. Se utilizan las bases de datos de los censos nacionales de población y vivienda desde 1900 al 2012 y, con objeto de demostrar la direccionalidad migratoria segregada espacialmente, se utilizan las encuestas de derecho sobre migraciones transnacionales realizadas en las ciudades de Cochabamba, La Paz y El Alto. Dichas bases de datos se obtuvieron gracias al financiamiento de la cooperación belga de CIUF en Cochabamba y de la cooperación financiera de la Fundación Esperanza y CAN, para los casos de las ciudades de La Paz y El Alto. Los resultados de la aplicación del modelo multivariado ratifican la existencia de segregación socioespacial y desigualdades socioeconómicas, es elocuente la exclusión y vulnerabilidad de los hogares más pobres residentes en la periferia de las ciudades estudiadas.

Abstract There is an effect of migration on urban concentrations and a segregated growth model of the 4 large Bolivian cities (Santa Cruz, Cochabamba, La Paz and El Alto). Around 2012, the face of a migrant woman from the Bolivian highlands directed towards the peri-urban spaces of the largest cities reveals the search for a response to a range of dissatisfactions. On the other hand, international immigrants from Brazil, the United States and Argentina are predominantly men who go more strongly to the residential spaces of large cities. In the case of international immigrant women, they come from Spain and Italy regardless of the space of residence, residential or peripheral. In the field of international emigration, men go more strongly to Argentina and Brazil, both of which border Bolivia. Instead, there is a feminization of the migration towards Spain, Italy and Chile. The databases of the national population and housing censuses from 1900 to 2012 are used and, in order to demonstrate the spatially segregated migratory directionality, the surveys on transnational migrations carried out in the cities of Cochabamba, La Paz y El Alto are used. These databases were obtained thanks to the financing of the Belgian cooperation of CIUF in Cochabamba, and Fundación Esperanza and CAN, for the cases in the cities of La Paz and El Alto. The results of the application of the multivariate model ratify the existence of socio-spatial segregation and socioeconomic inequalities, the exclusion and vulnerability of the poorest households residing in the periphery of the cities studied is eloquent.

Palabras clave migración, concentración demográfica, ciudades, urbanización, correlación canónica.

Keywords migration, demographic concentration, cities, urbanization, canonical correlation.

1. Introducción

Bolivia se debate entre la concentración de alrededor del 60% de la población urbana en solo cuatro ciudades y la dispersión de las 215 ciudades localizadas en el resto de su territorio. El crecimiento horizontal de baja densidad de las huellas urbanas en las ciudades de mayor tamaño en Bolivia se produjo al margen de la planificación y bajo un proceso extremadamente especulativo del mercado informal de tierras, circunstancias que explican el inusitado crecimiento de las zonas de la periferia urbana de dichas ciudades. En este proceso es importante entender el papel que han tenido las migraciones, durante la primera mitad del siglo XX, un predominio de migración interna del campo a la ciudad. En aquel periodo, se constató que la migración internacional receptiva era baja. Existió una corriente de emigración hacia el exterior —tradicionalmente a países limítrofes como Argentina y a países más lejanos como Estados Unidos—, que fue cobrando creciente significación. Según la información recuperada en censos de población realizados en algunos países de América Latina, Europa y Estados Unidos, alrededor de 1980 existían 160.000 emigrantes bolivianos. De esta cantidad, el 73 % habían elegido como destino Argentina; un 9 %, Estados Unidos; un 8 %, Brasil; un 4 %, Chile; y un 2 %, Perú. El perfil migratorio era claramente diferenciado: migrantes de origen campesino con muy bajos logros educativos dirigidos a la Argentina versus población con mayores logros educativos dirigidos a los Estados Unidos (Ledo, 1985).

La complejidad del fenómeno migratorio se hizo más visible desde alrededor de 1980. Son varios los factores explicativos de este proceso. Por una parte, el colapso de la economía y el ajuste estructural acrecentaron la salida de población, en especial de las periferias urbanas hacia distintos países limítrofes, principalmente a la Argentina, Brasil y Chile, países donde se localizan en espacios periféricos, lo cual revela la vulnerabilidad en la que se encuentran estos migrantes. Por otra parte, se advierte un repunte de salida de personal calificado, en especial médicos, hacia Argentina, Brasil y Estados Unidos, muchos de estos migrantes procedentes de los barrios residenciales de las ciudades de mayor tamaño, lo que determina una nueva geografía de la movilidad humana cada vez más compleja, en la que es necesario considerar la migración como un hecho social que mueve grupos sociales que al migrar no pierden su condición de clase.

Una respuesta a la precarización laboral, las reducidas oportunidades de encontrar trabajo asalariado y el deterioro en la calidad de vida fueron las causas de la alta emigración hacia la Argentina y Brasil, predominantemente entre los hombres, y a España e Italia, entre las mujeres, como efecto de la llamada economía del cuidado, con mayor relevancia en los primeros años del siglo XXI, aunque también durante el auge inmobiliario español se utilizó mucha fuerza laboral masculina. Las consecuencias de la crisis socioeconómica afectaron a los contextos de emigración tradicional y se reforzaron otros. Disminuyó sistemáticamente el destino emigratorio hacia Europa y se produjo una mayor direccionalidad hacia países limítrofes. Estos hallazgos contribuyen a ratificar la complejidad de la movilidad humana y revelan la necesidad de combinar enfoques multisituados cuantitativos y cualitativos (Ledo, 2010). Sin embargo, la pérdida de bienestar de las familias migrantes y el endurecimiento de las políticas y control migratorio generaron cambios en los proyectos y trayectorias de la población migrante latinoamericana, que incluyeron el retorno selectivo y escalonado de sus miembros y también el desplazamiento hacia otros países europeos (Pedone et al., 2014).

La pregunta que guía la realización del artículo es: ¿Cuál ha sido el efecto de la migración en la concentración demográfica urbana; cuáles sus dinámicas internas e internacionales y sus implicaciones en el crecimiento de las periferias urbanas de las ciudades bolivianas de Santa Cruz, Cochabamba, La Paz y El Alto? Con miras a responderla, se presentan brevemente los antecedentes teóricos y metodológicos, los principales resultados, las conclusiones y finalmente las referencias de las fuentes usadas.

2. Antecedentes teóricos

2.1. Aspectos teóricos de las migraciones internas, internacionales y transnacionales

En el ámbito teórico, el enfoque histórico-estructural definía las migraciones como un “hecho social” (Singer, 1972,p. 105). Ello permitió el abordaje de investigaciones sobre la migración interna e internacional con gran profundidad y alcance. Sin embargo, a partir de 1994, se incorporó una mirada transnacional para entender la interacción entre origen y destino. En efecto, el accionar del migrante entreteje múltiples vínculos presentes en la vida cotidiana de los que se van y de los que se quedan, tanto en el país de acogida como en el de origen (Basch et al., 1994), situación que se observa entre los emigrantes bolivianos a Estados Unidos y España e Italia. En estos casos, se trata de corrientes migratorias que restringen sus vínculos con los lugares de origen debido a la distancia y también debido a que requieren contar con visa de residencia para tener libre circulación en los lugares de destino de la migración.

La emigración internacional de larga distancia tuvo en una primera instancia movimientos sur-norte. Se trataba de emigración de bolivianos a los Estados Unidos (Ledo, 1985), que hasta hoy ha mantenido su relevancia, aunque existió una larga trayectoria de movimientos de tipo fronterizo, sobre todo a Argentina y Brasil (Dandler & Medeiros, 1991; Balán, 1995; Ledo, 2002; Souchaud y Baeninger, 2009). Existe una amplia literatura sobre los flujos migratorios de bolivianos a Europa y actualizaciones sobre la migración dentro de América Latina (Cortes, 2000 y 2004; Grimson, 2000 y 2005; Hinojosa, 2008 y 2009; Guaygua, 2010; Ledo et al., 2014, entre otros).

Diferente es la situación de los migrantes limítrofes: su movilidad se caracteriza por la complejidad en su circulación en corredores migratorios sobre la base de mecanismos de solidaridad y reciprocidad a través de la existencia de redes familiares y de padrinazgos, que denotan la configuración predominante de espacios de vida de la migración boliviana (Miranda, 2019, 89). Hacia el año 2009 la segunda nacionalidad inmigratoria más importante en el Brasil fue la de los bolivianos, que fijaron su residencia en metrópoli de San Pablo (Souchaud, 2009, 52). Las evidencias empíricas revelan la preeminencia de la residencia de los bolivianos en las periferias urbanas, tanto en el Gran Buenos Aires como en San Pablo, siendo ilustrativo que “las áreas de residencia de los bolivianos se ligan íntimamente con los espacios de trabajo, comercio y esparcimiento de la misma colectividad” (Parra García, 2016, p. 81; Cfr. Speroni Pereira da Cruz, 2019, p. 170-181), lo interesante es que también parten en origen de áreas periurbanas.

Los patrones de las migraciones internacionales han tenido alto correlato con los cambios en la historia económica; se han profundizado corrientes migratorias en distintos lugares y direcciones, movimientos de larga distancia y de tipo fronterizo. Esta situación posibilitó la existencia de abundante producción de literatura sobre los flujos; importantes aportes de investigadores encargados de dilucidar la compleja trama de la corriente de mexicanos, centroamericanos, cubanos en Estados Unidos, estudios sobre los ecuatorianos y colombianos en Europa, y sobre los bolivianos en Estados Unidos o en Argentina.

2.2. Proceso de urbanización

La urbanización de América Latina involucró modificaciones de las estructuras económicas, políticas, sociales y culturales de cada formación económica social concreta. A fines del siglo XX y durante los primeros veinte años del siglo XXI, se advierte que la sucesión de las transformaciones tiene consecuencias negativas, entre las que se destacan la vulnerabilidad y el carácter crecientemente excluyente de su base económica, la fragmentación, polarización social y crecimiento de la migración en las periferias urbanas.

La sociedad urbana moderna se caracteriza por la heterogeneidad de las características económicas, sociales, políticas de sus habitantes. Esta diversidad, a su vez, se traduce una diferenciación espacial interna de la ciudad. Como una ciudad no solo es una unidad de consumo, sino que está compuesta por una gran diversidad de prácticas y funciones –que se comprenden al considerar las diferentes etapas de su configuración a lo largo del tiempo–, es posible identificar, dentro de ella, espacios especializados. Pueden así identificarse distintos tipos de barrios residenciales, dormitorio, entre otros, que se expresan tanto en términos de hogares, como en diferentes órdenes de agrupación (juntas de vecinos, clubes de madres, asociaciones de diverso cuño). De esta manera pueden reconocerse múltiples diferenciaciones internas de la ciudad, ninguna de las cuales adquiere sentido si no se les interpreta en relación con el referente mayor del cual forman parte.

La estructura urbana alude a la articulación de las instancias sociales fundamentales en el interior de la ciudad. Los elementos de la estructura urbana comprenden la producción, el consumo, el intercambio, la gestión y la simbólica. Cada uno de estos elementos, en virtud de la intervención de diferentes actores y del Estado, contribuye a perfilar los modos de especialización y de interacción entre espacios particulares, configurando yuxtaposiciones y oposiciones que dan fisonomía a cada estructura urbana concreta. El uso de este concepto permite apreciar cómo las formas sociales rigen la organización espacial. En este sentido, reviste interés la identificación de “dos campos cualitativos indisolublemente ligados a la realidad social”, que inciden directamente sobre el proceso de construcción espacial, ellos son la política del Estado con relación a lo urbano (planificación urbana) y los movimientos sociales urbanos.

La intervención del Estado, como agente de representación de una determinada estructura de poder, sobre las diferentes instancias de una formación social, adquiere una materialización definida en el medio urbano. En efecto, el aparato político no sólo actúa como elemento que norma a los movimientos sociales, sino que proporciona una respuesta estructural y permanente a las necesidades inherentes a la reproducción ampliada del modo de producción dominante. No obstante ser locus de un complejo de actividades productivas y de intercambio, lo urbano es, esencialmente, un escenario de la reproducción de la fuerza de trabajo y es, por ello, que la gestión pública se orienta a garantizar el cumplimiento de tal función. De allí la importancia que posee la política urbana, explícita o implícita, involucrando entre muchas otras esferas, la organización de la circulación, el suministro de infraestructura y la zonificación territorial (elementos propios de la planificación urbana).

Los movimientos sociales urbanos involucran una amplia gama de prácticas que resultan de la articulación del sistema de agentes sociales, de modo tal que su desarrollo tiende a la transformación estructural del sistema urbano. Desde este punto de vista puede considerarse cómo la desigualdad entre los grupos sociales conduce a una diferenciación de los modos de uso y apropiación del suelo. Así, entonces, los distintos grupos acceden al espacio urbano desde diferentes posiciones y se insertan en una situación contradictoria en la que se socializan los costos y se privatizan los beneficios que depara la convergencia territorial. En cierto grado, el modo en que se estructura la ciudad no es sólo un reflejo de las contradicciones sociales, sino que proyecta, de modo ampliado, tales contraposiciones.

Ambos campos, planificación urbana y movimientos sociales urbanos, configuran la identidad propia de la estructura de la ciudad. En rigor, la estructura urbana interna se hace parte del proceso de reproducción colectiva de la fuerza de trabajo en la medida en que los espacios intraurbanos constituyen formas espaciales de las relaciones sociales. Obedeciendo a las consideraciones precedentes, no es extraño que en el caso de una formación social caracterizada por un escaso grado de desarrollo de las fuerzas productivas y por su condición dependiente en el contexto de las relaciones internacionales, las formas urbanas contengan una masa importante de población inserta en modalidades precarias de existencia. Tampoco resulta inesperado que aquellas formas se manifiesten en articulaciones espaciales notablemente asimétricas que, de un modo u otro, han sido consolidadas por la acción del Estado y se expresan en patrones de segregación espacial. En este sentido es que la determinación de la estructura urbana interna resulta afectada por el proceso de apropiación diferencial de los beneficios netos de las acciones del Estado. Esto implica efectos de costos sobre el hábitat e impactos sobre la utilización de los medios materiales de vida.

Puede entenderse la segregación urbana como la tendencia a la organización del espacio en zonas de fuerte homogeneidad social interna y de marcada disparidad social entre ellas; esta segregación no solo comprende elementos de diferenciación, sino que también comporta desigualdades en términos de jerarquía. Al ser una ciudad el entrelazamiento histórico de varias estructuras sociales, contiene mezclas y combinaciones particulares en la distribución de las actividades. Al ser un producto social, una ciudad involucra contradicciones que se expresan a través de las instancias económicas, políticas e ideológicas determinantes de la configuración de los espacios internos. Estos elementos indican dónde se sitúan las raíces de la segregación espacial urbana.

De hecho, la diversidad cultural es una característica de la sociedad boliviana, y la diversidad está presente entre los migrantes. Esta dinámica cultural puede dar lugar a nuevos conflictos, a veces violentos. Se asiste a la aparición de una nueva economía de la seguridad privada, de una nueva “estética del temor”. El nivel de delincuencia en el medio urbano implica cambios en la disposición espacial de las ciudades y aumenta la segregación social y geográfica. Pero es necesario ahondar en ciertas especificidades que acentúan la desigualdad. La distribución interpersonal de los beneficios netos de las acciones del Estado (a través de la política urbana) y el efecto de su acción en la valoración diferencial del suelo, inciden en la estructura relativa de precios (renta del suelo) y de los cambios en los patrones de localización (lo que normalmente involucra una expansión del radio urbano, desbordando los límites previos de la ciudad). De otro lado, la distribución de las residencias en el espacio reproduce la diferenciación social (siguiendo las leyes generales de la distribución de los productos) y, por lo tanto, promueve reagrupaciones en fusión de la capacidad social de los sujetos. Puede hablarse, por tanto, de una estratificación urbana en consonancia con un sistema de estratificación social.

En la ciudad, la apropiación del espacio y la renta diferencial del suelo se entrecruzan para formar un cuadro de segregación en el consumo, cuyos indicadores físicos, el deterioro o la deficiencia de los servicios, son las formas de manifestarse de aquellos factores causales. La distribución social del espacio urbano se expresa en las condiciones físicas en que se desenvuelve la vida de las personas. De ahí que la forma diferencial de apropiación del espacio urbano devenga en desigualdad en la implantación residencial. La segregación residencial significa, a su vez, concentraciones espaciales de poder político y económico; por ello es que las áreas donde residen hogares con niveles de vida altos tienden a recibir, en términos proporcionales, mayores beneficios netos de las acciones del Estado, ya que normalmente estas familias tienen mayor capacidad de influencia en la toma de decisiones públicas en su favor.

En importantes sectores de las ciudades bolivianas, la proporción mayoritaria de los llamados “asentamientos marginales”, sumada a la dificultad creciente del funcionamiento de los aparatos de “integración”, de cierta manera ha impulsado la organización social y política de las masas populares, en forma de un proceso de movilización social, con nuevos estilos de acción concreta en medio de la “crisis urbana” que ha recaído especialmente sobre estos sectores populares. Ahora bien, en muchos estudios realizados sobre esta temática, se ha buscado asociar el proceso de “marginalidad urbana” con el del éxodo rural producido en casi todos los países latinoamericanos. Sin embargo, como las evidencias empíricas sugieren que tal aserto no es totalmente válido, se considera que para poder obtener una apropiada percepción de las diferentes dimensiones del fenómeno es necesario explicar el proceso social dentro del cual se halla inmerso.

La principal connotación de la “marginalidad” concierne a la especificidad de la estructura ocupacional en las sociedades dependientes, como consecuencia del desarrollo desigual y combinado del capitalismo actual y de la desintegración de las formas productivas preexistentes, sin la sustitución inmediata de estas por otras modalidades de organización. Tal modalidad se desarrolló y ha modificado sustancialmente las características del aparato productivo, incrementándose notoriamente aquellas actividades de autogeneración de empleos (especialmente en el comercio, los servicios personales y la artesanía tradicional) denominadas comúnmente como “los trabajadores por cuenta propia” o “el sector informal”, en las que se inserta la masa “marginal”, que constituye una fracción importante de la población urbana.

A pesar de las connotaciones peyorativas o las afirmaciones valorativas, frecuentes en la literatura sobre la “marginalidad urbana”, los grupos que reciben tal designación han demostrado capacidad para organizarse mediante relaciones de tipo solidario, así como para desarrollar estrategias de sobrevivencia que, probablemente, no habrían podido desplegar en un ámbito distinto del urbano. La expresión de esta masa “marginal” en el espacio urbano, mediante “urbanizaciones de la periferia”, ha contribuido a caracterizar con mayor especificidad la estructura interna de la ciudad latinoamericana y boliviana en particular, aspectos que serán parte del desarrollo y constatación del presente artículo.

3. Metodología

Se ha utilizado la información correspondiente al periodo 1900-2012 de los Censos Nacionales de Población y Vivienda existentes en Bolivia. En el censo 2012, en cada una de las cuatro ciudades objeto de análisis, se construyó un indicador socioespacial para diferenciar las áreas residenciales y periferias urbanas, para indagar sobre el efecto de las migraciones en la concentración urbana de las ciudades estudiadas.

Debido a que la información de los censos no tenía las variables relativas a la reconstrucción analítica de hogares transmigrantes y con el objetivo de demostrar los efectos de la migración en la expansión de las huellas urbanas bajo un modelo de segregación y exclusión social obtenidos descriptivamente, se han procesado dos encuestas de derecho levantadas alrededor del censo 2012 en tres de las cuatro ciudades estudiadas. No se cuenta con dicha información para la ciudad de Santa Cruz, pero, debido a que se determinó para este artículo el objetivo de contrastar los efectos de la migración en el ámbito intraespacial, y de este modo constatar las desigualdades intraurbanas, se realizó la modelación matemática para las tres ciudades que cuentan con información robusta y que permitió la aplicación del modelo multivariado: por una parte, la encuesta sobre migraciones nacionales e internacionales realizada en la ciudad de Cochabamba en el año 2009 gracias al apoyo económico del Consejo Interuniversitario de la Comunidad Francesa (CIUF) y al Centro de Planificación y Gestión, CEPLAG; por otra, de la Encuesta Nacional de Migraciones Internacionales y Remesas-2013 (ENMIR), llevada a cabo en las ciudades de La Paz y El Alto, e impulsada por la Fundación Esperanza, la Comisión Andina de Juristas, el Capítulo Boliviano de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo y con financiamiento de la Unión Europea.

La información disponible en ambas encuestas permite reconstruir el concepto de transmigrantes. En su levantamiento se utilizó el concepto de “encuesta de derecho” para incluir como miembros del hogar a los presentes y ausentes durante la recopilación de los datos. Se aplicó el método de muestreo por conglomerados de selección polietápica, situación que permite tener representatividad en el ámbito intraurbano, es decir a nivel de los distritos municipales en cada una de las ciudades objeto de investigación.

Existe constatación empírica de heterogeneidad intraurbana en las ciudades de Cochabamba, La Paz y El Alto. Por ello se determinó que el modelo explicativo y multidimensional de reducción de datos, a través del modelo generalizado de correlación canónica (GCCA), era el que mejor se aproximaba a visibilizar las complejas interacciones que tiene la migración a través del concurso simultáneo de diversos factores condicionantes de procesos migratorios, segregación y de exclusión social. El GCCA busca encontrar la relación simultánea de un conjunto de variables de respuesta Yi de variables explicativas o predictores (independientes). Es un procedimiento que evalúa la relación entre juegos de variables e investiga la relación entre varios ejes temáticos. La ventaja del GCCA es que ofrece, después de un proceso sistemático de reducción de los datos (paso a paso), un conjunto de variables explicativas directamente analizables. Este es un aspecto destacable debido a que previene el sesgo y la manipulación arbitraria en la interpretación de los resultados. Luego de la interacción simultánea del método de mínimos cuadrados y de máxima verosimilitud, arroja un número reducido de variables y categorías que explican el comportamiento de la realidad estudiada desde una perspectiva multidimensional.

No se contaba con las mismas variables para los dos casos de estudio. La variable socioespacial fue utilizada para la aplicación del modelo con miras a corroborar la presencia de segregación intraurbana. En el caso de las ciudades de La Paz y El Alto, el análisis generalizado de correlación canónica (GCCA) permitió las interacciones simultáneas de seis grupos o sets: (i) socioeconómico; ii) socioespacial; iii) percepción sobre el impacto de la migración en la familia, en la ciudad y en el país; (iv) posición en el ciclo vital; v) características de los emigrantes en países de destino; y vi) el papel de las comunicaciones y de las remesas en países de origen. Las seis dimensiones temáticas fueron incorporadas de manera simultánea a la técnica multivariada del modelo generalizado de correlación canónica GCCA (Drewe, 1986; Drewe y Hulsbergen, 1983, 1987; Ledo, 2002 y 2014; Leeuw, 1984), con el fin de lograr una aproximación eficaz a la explicación de las múltiples dimensiones de las migraciones en las ciudades de La Paz y El Alto.

En el caso de la ciudad de Cochabamba, se han buscado las interacciones simultáneas de nueve grupos o sets: (i) socioeconómico en origen; (ii) socioespacial en origen; (iii) condiciones de vida en origen; (iv) posición en el ciclo vital en origen; (v) vulnerabilidad en origen; vi) características de los emigrantes en los países de destino; vii) el papel de las comunicaciones en países de origen y destino; viii) rol de las remesas económicas y sociales en países de origen; y, finalmente, (ix) impacto producido por la emigración en origen en relación con las responsabilidades y cambio de roles. Con los nueve sets simultáneamente, se aplicó el modelo complejo de la reducción de datos.

El objetivo de encontrar la relación simultánea entre los juegos de variables (sets) y reflejar con alto nivel de confianza el efecto multidimensional de la migración transnacional en los procesos de segregación socioespacial existente en estas ciudades. La complejidad del impacto de la migración transnacional fue visibilizada en los resultados de la aplicación del modelo multidimensional, que articula el aquí y el allí, en las ciudades de La Paz, El Alto y Cochabamba con claros procesos de segregación y exclusión social. Se logró ubicar los factores que explican la complejidad social y, por ende, sus resultados se pueden constituir en un instrumento útil para la planificación del desarrollo.

4. Resultados

Bolivia, país de urbanización tardía, tuvo un vertiginoso crecimiento del número de las ciudades, desde las 23 registradas a inicio del siglo XX, que absorbían solo al 14% de la población; hasta alrededor de 215 centros urbanos que albergan al 67% de la población, según valores contabilizados durante el último censo del 2012. Las estimaciones realizadas apuntan a que el 2022 alrededor del 70% de la población vive en alguna ciudad. Este modelo de urbanización es insostenible, debido a que se caracteriza por la expansión horizontal con muy bajas densidades de sus huellas urbanas; es altamente segregado y con altos niveles de desigualdad e inequidad en el acceso a los servicios básicos, dificultades económicas y baja calidad de vida para los pobladores en sus áreas periurbanas, que mayoritariamente son habitadas por migrantes.

La información que se presenta en la Tabla 1 revela con claridad que durante la primera mitad del siglo (entre los censos de 1900 y 1950) la población de la ciudad de La Paz creció con ritmo del 3.2% anual, mientras que Cochabamba ocupaba el segundo lugar en el crecimiento demográfico y creció a un ritmo promedio de 2,5% anual, superior al presentado por el conjunto urbano total (2.3%), y también superior al de la ciudad de Santa Cruz (2%). Un panorama distinto se advierte en el cuarto de siglo siguiente (entre los censos de 1950 y 1976). A pesar de que la tasa de crecimiento de la ciudad de Cochabamba fue mayor que en el período precedente, situándose por encima del valor correspondiente a La Paz, el dinamismo adquirido por Santa Cruz se tornó incontestable y Cochabamba pasó del segundo a ocupar el tercer lugar en la jerarquía urbana. Sin duda el nuevo patrón de ocupación del espacio a partir de 1952 determinó que Cochabamba, por situarse entre La Paz y el nuevo polo dinámico de la economía, Santa Cruz, asumiera funciones cada vez más importantes de servicios, transporte y comercialización, además de aquellas ya tradicionales de abastecimiento de productos agrícolas y fuerza de trabajo, constituyéndose en una suerte de núcleo articulador del mercado interno, al tiempo que también continuó ejerciendo una importancia preponderante en el eje metropolitano.

Entre 1976 y 1992, continúa el dinamismo del ritmo de crecimiento demográfico de la ciudad de Santa Cruz y surge una nueva ciudad, que es una división de la ciudad de La Paz. La nueva ciudad, llamada El Alto, tiene un acelerado crecimiento, rebasando el predominio demográfico de la ciudad de Cochabamba e incluso de La Paz. En esta nueva configuración metropolitana, existe al menos una ciudad de cada contexto ecológico: Altiplano (Ciudad de La Paz y El Alto), Valles (Cochabamba) y Llanos (Santa Cruz). Si bien se mantuvo dicha representación desde 1976, en términos de jerarquía existen modificaciones importantes. Desde 2001 la ciudad de Santa Cruz pasa a ocupar el primer lugar: la ciudad de El Alto, el segundo; La Paz, el tercero; y Cochabamba queda relegada en el cuarto lugar.

La metrópoli paceña contaba para el año 2012 con una población de alrededor de un millón setecientos mil habitantes. Concentraba a 68% de los habitantes urbanos del Altiplano. Como en todos los hechos sociales, existe una variada gama de factores que explican su fuerza y magnitud; no es desconocido que se trata de los espacios de mayor dinamismo del país; en ella se concentra la mayor cantidad de empleos de la administración pública, del gobierno, representaciones diplomáticas y empresas privadas, ya que, además de ser sede de gobierno, es el primer centro industrial del país y se caracteriza por una gran riqueza y diversidad ecológica. La ciudad de El Alto ha tenido un inusitado crecimiento demográfico; en los últimos 50 años aumentó 10 veces su tamaño. En cambio, la ciudad de La Paz apenas se duplicó en el mismo período. Es ilustrativo que tanto en la ciudad de La Paz, como en El Alto los barrios periféricos se sitúan en el extremo norte y sus espacios residenciales o más consolidados en el sur de ambas ciudades (fig. 1).

Figura 1. Localización de áreas residenciales y periféricas de las ciudades de La Paz, El Alto, Santa Cruz y Cochabamba. Fuente: Elaboración propia utilizando datos del Censo de Población y Vivienda del 2012, INE, La Paz-Bolivia.

El área Metropolitana de Santa Cruz se definió como la circunscripción territorial geográfica y humana conformada por la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y la conurbación que, de norte a sur, comprende los municipios de: Warnes, Porongo, Cotoca, La Guardia y El Torno. Es contundente el peso de la ciudad de Santa Cruz; en el último censo (2012), fue la única ciudad boliviana con cerca de millón y medio de habitantes, habiendo incrementado su tamaño demográfico siete veces en los últimos 50 años. Es una ciudad fragmentada. Se beneficia de su posición geográfica estratégica; su sistema de transporte y de comunicación le ha permitido desarrollar un importante vínculo de comercio internacional con los países vecinos del Brasil y la Argentina, así como de fluidas relaciones comerciales con los puertos del Atlántico y el Pacífico. También la segregación socioespacial es evidente. Sus anillos centrales y la franja oeste acogen a los grupos socioeconómicos de mayor poder económico; en cambio, la franja este y sur absorben a los barrios de su periferia urbana.

La metrópoli cochabambina es el resultado de la conjunción de siete municipios que tienen la mayor concentración urbana departamental. En los últimos 60 años aumentó espacialmente su tamaño 12 veces; creció desde las dos mil hectáreas, en 1962, hasta las más de 34 mil en 2022. La ciudad de Cochabamba concentra la mayor magnitud demográfica y en los últimos 50 años cuadruplicó su tamaño. Es una ciudad segregada y tiene altos niveles de contaminación de los cuerpos de agua, suelo y aire. Los barrios del norte acogen a los pobladores de mayor nivel socioeconómico y gozan de los beneficios de su localización; en cambio, la franja sur revela la presencia de hogares con elevados niveles de pobreza y con múltiples necesidades básicas insatisfechas, que requieren con urgencia resolver los problemas de precaria gestión de residuos sólidos, no disponibilidad de servicios básicos. A pesar que en 2000 fue el bastión principal de las protestas de la llamada guerra del agua, después de 22 años sus barrios pobres aún carecen del líquido elemento y viven sumidos en el abandono.

Tabla 1. Evolución de la Población y número de centros en las metrópolis, centros urbanos mayores y zonas rurales según su distribución relativa y tasa de crecimiento inter-censal, 1900 – 2012. Fuente: Elaboración propia. Año 1900: se refiere a la “población censada”; el informe del Censo estima una omisión del 5% y añade, a los totales, la “población no censada” y a la “no sometida”. Año 1950, 1976 y 1992: Censos Nacionales de Población y Vivienda Vol. 2, 3 y 7; resultados finales, mayo 1993, INE. Año 2001 y 2012. Fechas de los censos: 1ro de septiembre de 1900; 5 de septiembre de 1950; 29 de septiembre de 1976; 5 de junio de 1992 y 5 de septiembre de 2001 y 21 de noviembre del 2012.

Centros

Distribución de la Población (valores absolutos)

Tasa de Crecimiento (%)

1900 ª/

1950ª/

1976

1992

2001

2012

1900-1950

1950-1976

1976-1992

1992-2001

2001-2012

Santa Cruz

7.0

6.0

13.2

18.9

21.6

21.3

2.0

6.9

6.6

5.1

2.3

Metrópoli Cruceña

7.0

6.0

13.8

20.0

23.2

24.6

2.0

7.0

6.7

5.2

2.9

La Paz

24.2

38.0

28.1

19.3

15.3

11.2

3.2

2.7

1.8

1.1

-0.4

El Alto

0.0

0.0

5.0

11.0

12.5

12.5

9.4

5.0

2.4

Metrópoli Paceña

24.2

38.6

33.5

31.2

28.8

25.3

3.2

3.3

3.8

2.7

1.2

Cochabamba

9.7

10.6

10.6

11.0

10.0

9.3

2.5

3.8

4.5

2.6

1.7

Metrópoli Cochabamba

12.4

11.8

11.9

14.5

15.1

15.8

2.2

3.8

5.6

4.1

2.8

Metrópolis

43.6

56.4

59.2

65.7

67.1

65.7

2.8

4.0

5.0

3.8

2.2

Resto Urbano

56.4

43.6

40.8

34.3

32.9

34.3

1.8

3.6

3.1

3.2

2.8

Urbano

13.8

26.2

41.7

57.5

62.4

67.3

Rural

86.2

73.8

58.3

42.5

37.6

32.7

Total

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

Urbano

225415.0

708491.0

1923824.0

3691955.0

5163179.0

6748342.0

2.3

3.8

4.3

3.6

2.4

Rural

1408027.0

1995674.0

2689662.0

2728837.0

3111146.0

3278912.0

0.7

1.1

0.1

1.4

0.5

Total

1633442.0

2704165.0

4613486.0

6420792.0

8274325.0

10027254.0

1.0

2.0

2.2

2.7

1.7

Centros Urbano >= 2000 habitantes

23

38

83

118

158

215

Rural centro rurales < 2000 hab.

29460

29403

Número de Municipios

314

327

339

A manera de síntesis, las características de organización de la estructura urbana interna de las cuatro grandes ciudades son propias de una desigualdad social acentuada, con manifestaciones concretas de segregación y “marginalidad” física. Los más pobres viven en los espacios periurbanos menos consolidados, hogares con nivel socioeconómico bajo, carentes de condiciones de habitabilidad, en áreas urbano-marginales con viviendas autoconstruidas de manera precaria, localizadas en espacios carentes de todo tipo de servicios básicos como agua potable, alcantarillado, eliminación de residuos sólidos; se asientan en tierras privadas o fiscales ocupadas de manera irregular, debido a que accedieron a ellas a través del mercado informal especulativo.

En el próximo apartado se presenta la información desagregada en las áreas residenciales y de la periferia de cada una de las ciudades objeto de estudio, con miras a evaluar el impacto de las migraciones en el territorio físico y social, integrando diversos indicadores que revelan las desigualdades existentes en dichas ciudades.

4.1. Migración y desarrollo

Los comportamientos de la dinámica demográfica inciden en el crecimiento de las ciudades, fenómeno esencialmente ligado a todas las formas de movilidad humana, que se concentra cada vez más en las ciudades de mayor tamaño de las tres regiones metropolitanas. Se trata de áreas que ofrecen una serie de atractivos económicos, sociales, institucionales, entre otros. También tiene un alto poder explicativo la crisis del modelo de economía de Estado y de acumulación iniciado en 1952, que culminó en un período de una situación generalizada de estancamiento.

Este proceso fue resultado de una combinación de factores externos e internos, como la recesión internacional, la caída de precios de las materias primas, la deuda externa y la hiperinflación, entre otros. Estos elementos confluyeron en Bolivia en una profunda crisis que estalló en el primer gobierno civil que siguió al cierre del ciclo de dictaduras militares y dieron pie a la adopción del ajuste estructural neoliberal desde 1985. La agudización de la crisis y las medidas de política implementadas para enfrentarla profundizaron las desigualdades económicas regionales y se incrementaron los procesos de redistribución espacial de la población. La herencia del neoliberalismo fue el persistente desempleo abierto, con el agravante de la permanencia de la subocupación, caracterizada por el pago de bajos salarios y la precariedad laboral. Se puede indicar que la recuperación económica no pudo hacer frente a las más de dos décadas de vigencia de las políticas neoliberales. De esto, se puede indicar, de manera sintética, que los trabajadores bolivianos tienen trabajos inestables de corta duración (inciertos), jornadas extensas, dependencia, rotación funcional, desprotección social, segregación y bajos salarios.

El ajuste estructural produjo profundas modificaciones del perfil de la economía boliviana. Tuvo un costo social sin precedentes (por ejemplo, el cierre de las principales empresas estatales y el despido de más de 20.000 trabajadores mineros, cuyas familias se ubicaron en las principales ciudades y en algunas zonas de colonización a partir de 1986) (Ledo, 2002, 55). En el año 1994, se implementó la Ley de Participación Popular, en el marco de las reformas de segunda generación del Programa de Ajuste Estructural (PAE), y por primera vez en Bolivia el Estado destinó el 20% de la recaudación tributaria a los gobiernos municipales urbanos y rurales, en función del tamaño de su población, situación que fue detonante de cambios espaciales. Se dio un reordenamiento territorial que determinó el incremento de los flujos migratorios en todas direcciones, en especial retornos de población (temporales y también definitivos) hacia municipios predominantemente rurales.

La redistribución de población en Bolivia expresa la pérdida de importancia relativa del sector agrícola y la expansión del sector terciario de base esencialmente urbana. La pobreza se trasladó a las ciudades (urbanización de la pobreza), que se han convertido en escenarios de desigualdad y exclusión social. También se observa un incremento de la población en las periferias urbanas, que crecieron al margen de la planificación, a través de una expansión horizontal de baja densidad y desordenada de las huellas urbanas, debido a que muchas familias accedieron a la tierra a través de un mercado informal de tierras altamente especulativo. Según el último censo, alrededor del 65% de la población urbana, 62% de la migración interna y alrededor del 71% de los inmigrantes internacionales declararon vivir en las cuatro ciudades localizadas en las tres regiones metropolitanas (tab. 2). Se demuestra que más de la mitad de la migración interna fue dirigida a las periferias urbanas de las ciudades; en cambio, la inmigración internacional tuvo como destino los espacios residenciales de las ciudades.

Tabla 2. Bolivia: Inmigrantes internos e internacionales según área urbana de residencia en el censo nacional de población y vivienda, 2012 (En porcentajes). Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, 2012, INE. La Paz, Bolivia.

Grandes zonas y área de residencia

Población Urbana

Inmigrante Interno

Inmigrante Internacional

Mujer

Hombre

Total

Mujer

Hombre

Total

IF

Mujer

Hombre

Total

IF

Santa Cruz Residencial

14

14

14

15

15

15

109

37

38

37

86

Santa Cruz Periferia

25

26

26

28

30

29

104

16

18

17

76

El Alto Residencial

15

14

15

14

14

14

117

4

4

4

81

El Alto Periferia

8

8

8

7

7

7

112

2

2

2

86

La Paz Residencial

6

5

6

5

4

4

127

13

11

12

103

La Paz Periferia

15

15

15

9

8

9

122

9

8

8

90

Cochabamba Residencial

8

8

8

10

10

10

117

16

15

15

97

Cochabamba Periferia

9

9

9

12

12

12

111

4

4

4

92

Centro Urbano Mayor

100

100

100

100

100

100

112

100

100

100

88

Metrópoli de La Paz

25

24

25

18

17

18

118

16

16

16

94

Metrópoli de Cochabamba

16

16

16

20

19

19

112

20

20

20

96

Metrópoli de Santa Cruz

23

24

23

24

25

25

105

34

35

35

82

Metrópolis

64

63

64

62

61

62

110

71

71

71

88

Resto Urbano

36

37

36

38

39

38

105

29

29

29

92

Total

100

100

100

100

100

100

108

100

100

100

89

La aplicación de las políticas económicas explica el marcado deterioro de las condiciones materiales de vida de la población y la búsqueda de respuestas a través de la migración interna e internacional para superar las demandas insatisfechas. La movilidad humana hacia las grandes ciudades responde al interés de los pobladores de encontrar trabajo, mejorar sus condiciones de vida, acceder a una adecuada alimentación, salud, vivienda y educación, que en muchas regiones están ausentes y que se concentran las mejoras en la infraestructura y las oportunidades en las tres regiones metropolitanas (Ledo, 2002, 65). De ahí surge una alta direccionalidad migratoria a las ciudades de mayor tamaño, donde podrían existir opciones de trabajo y de producción de bienes y servicios, muchas de ellas dirigidas hacia la economía del cuidado (tab. 2).

La información del censo 2012 (tab. 3) revela que un 49% de la migración interna es de origen altiplánico, un 30% desde los valles y un 21% de los llanos, entre las causas de la migración andina y de valles está el cambio climático y la desertificación de la tierra. Es también ilustrativo observar que existe una alta presencia de migrantes de origen y destino altiplánico en la ciudad de El Alto, que tiene un comportamiento diferente frente a las otras tres ciudades. El 60% de los mirantes del altiplano se dirigen a Cochabamba y alrededor del 30% a la ciudad de Santa Cruz. Resalta el predominio de inmigrantes de los valles en las áreas de la periferia de Santa Cruz y La Paz.

Tabla 3. Inmigrantes internos según área urbana de residencia en el censo nacional de población y vivienda, 2012 (en porcentajes). Fuente: Censo Nacional de Población y Vivienda, 2012, INE. La Paz, Bolivia

Zonas de residencia intraurbana

Lugar de residencia el año 2007

Índice de Feminidad Mujeres/Hombres*100

Altiplano

Valles

Llanos

Total

Altiplano

Valles

Llanos

Santa Cruz Residencial

30

40

31

100

91

115

111

Santa Cruz Periferia

27

46

27

100

97

98

97

El Alto Residencial

81

10

9

100

112

98

98

El Alto Periferia

90

5

5

100

107

118

99

La Paz Residencial

38

39

23

100

95

90

118

La Paz Periferia

54

24

22

100

101

100

95

Cochabamba Residencial

60

18

22

100

107

107

93

Cochabamba Periferia

61

27

12

100

107

110

90

Total

49

30

21

100

104

103

100

En general, los inmigrantes de origen altiplánico en la ciudad de Santa Cruz y en los barrios residenciales de La Paz son hombres. Se podría suponer que se trata de funcionarios de la administración pública o prósperos empresarios que realizan sus actividades en dichas áreas. Por otra parte, en la ciudad de El Alto, la periferia paceña y la ciudad de Cochabamba, hay predominio de inmigrantes mujeres. Presumiblemente se trata de trabajadoras de la economía del cuidado o comerciantes minoristas. Es ilustrativo que una alta presencia de mujeres vallunas se produzca en los espacios residenciales de Santa Cruz, las periferias de El Alto y La Paz y en la ciudad de Cochabamba. Nuevamente, las dinámicas de inserción laboral podrían ser el factor explicativo de esta predominancia. Es predominantemente femenina la inmigración interna de origen altiplánico y valluno; los inmigrantes de los llanos tienen un equilibrio entre los sexos y es probable que se trate de migraciones de parejas jóvenes.

Dos terceras partes de la procedencia de los inmigrantes internacionales se concentra en cuatro países: Argentina, Brasil, España y Estados Unidos (fig. 2). También se constata que la mayor direccionalidad de inmigrantes de la Argentina está concentrada en la ciudad de El Alto, seguido en orden de importancia relativa de las zonas periféricas de La Paz y Santa Cruz. Este hallazgo es importante ya que la emigración también es predominante de estos espacios.

Figura 2. Bolivia: Distribución del país de origen de los inmigrantes según zonas de residencia y sexo, 2012. Fuente: Elaboración propia con datos del Censo Nacional de Población y Vivienda, 2012, INE. La Paz, Bolivia.

Existe predominio de inmigración procedente del Brasil en las zonas residenciales de Santa Cruz y Cochabamba. Es probable que dicha predominancia esté explicada por la llegada de jóvenes que buscan ingresar en los sistemas de educación universitaria privada y pública. La llegada de inmigrantes desde España a Santa Cruz y Cochabamba revela también la existencia de vínculos de origen y destino. Dicha articulación fue constatada en la aplicación del modelo multivariado. La respuesta de las familias ha sido variada. Han recurrido a una serie de estrategias de superación de los déficits e insatisfacciones de su reproducción cotidiana. Las mujeres son las que tuvieron que salir al mercado de trabajo, particularmente enmarcando sus desempeños en las cadenas globales del cuidado (Cf. Pérez, 2009), a cumplir el rol de proveedoras del hogar. Muchas de ellas tomaron la decisión de emigrar hacia países europeos. Este hecho se refleja con claridad en la Figura 2. Existe predominio femenino en la inmigración procedente de España e Italia; se trata de hogares transnacionales, en los cuales ellas cumplen el rol de proveedoras. De este modo se fue configurando una nueva oleada de migrantes y potencialmente enormes impactos en el ámbito de sus unidades familiares. Algunos estudios señalan que la típica familia nuclear biparental se modificó hacia formas más complejas de tipos familiares (Ledo, 2009). Es ilustrativo que en la Constitución Política del Estado de 2009 se advierta esta complejidad, al preferir el uso de “familias”, en plural, a diferencia de “la familia”, como estaba en los anteriores textos constitucionales.

A partir del año 2015 se produjo un“punto de”inflexión. Se reinstalaron la“ políticas”de restricción a la libre movilidad humana y hubo cambios punitivos en las leyes y normativas migratorias. En este sentido, las políticas migratorias dieron un viraje mediante decretos presidenciales que restringen el acceso a derechos sociales y políticos por parte de la población migrante y facilitan las condiciones para la expulsión de extranjeros. Esto se acompaña con campañas mediáticas y discursos que refuerzan la asociación entre migraciones y delitos (Pedone y Mallimaci, 2019). En este contexto interesa conocer hacia dónde se dirige la migración boliviana.

La mayor incorporación de las mujeres al mercado de trabajo se produjo como un mecanismo compensatorio de los ingresos bajos y fluctuantes de sus compañeros. En muchos casos, la ausencia de ingresos en las familias fue indirectamente el mecanismo que obligó a las mujeres a emigrar e insertarse en el mercado de trabajo (Ledo, 2014, 127). En consecuencia, los problemas derivados de la informalidad, la precariedad laboral, las brechas y discriminación de género en la educación e ingresos, sumadas a las adversas condiciones de acceso a los bienes comunes como el agua por cañería dentro de las viviendas, se profundizaron en las periferias urbanas de las ciudades y se constituyen en los factores explicativos de la movilidad interna e internacional en todas direcciones de la población.

Tal como se constata en la Tablas 4 y 5, la inserción al mercado de trabajo es mayor entre migrantes. Son más envejecidos; existen brechas educativas entre habitantes de las zonas residenciales y de las periferias urbanas; estos últimos, con menores logros educativos. Existe discriminación de género ya quelas mujeres migrantes tienen menores niveles de ingreso y carencias de acceso al servicio de agua por cañería dentro de la vivienda, revelando que los lugares de residencia de migrantes son predominantemente las áreas de la periferia urbana. Las mujeres ejercen una maternidad a distancia; por ello el espacio de las relaciones con sus seres queridos no es físico sino también virtual. Ellas tienen un pie en España e Italia y su corazón y familia en Bolivia.

En las sociedades andinas, ancestralmente se realizaron prácticas de circularidad migratoria, expresadas en la movilidad de su población en diferentes pisos ecológicos: “las migraciones fueron parte de sus prácticas de sobrevivencia y reproducción social” (Hinojosa, 2008, 18), que presumiblemente ayuda a entender la versatilidad de los migrantes que tienen un pie en Bolivia y otro en el lugar de destino. Así, se encuentran en constante búsqueda de respuesta a sus múltiples demandas insatisfechas.

Hasta donde los datos permiten observar, los migrantes residentes en las áreas periurbanas son vulnerables, no tienen condiciones de vida dignas. Las desigualdades en diversos planos son marcadas: sus hogares no disponen de agua segura, viven en medio de la contaminación de acuíferos, provocada por la falta de una gestión integrada de manejo de residuos sólidos; existen niveles preocupantes de contaminación del aire. Todos esos factores confluyen para generar condiciones deficientes para la salud de la población, las cuales se expresan en muertes y también en presencia de diversos tipos de infecciones, enfermedades cardiovasculares, renales, cáncer, entre otras patologías resultantes de la falta de previsión y atención en la política pública. La expansión horizontal de baja densidad de las huellas urbanas, desordenada y sin control, está avanzando contaminando acuíferos, ocupando laderas de cuencas de alto riesgo, áreas verdes, destruyendo las bases naturales para la vida de las ciudades. En otros casos, se están también ocupando otras zonas de alto riesgo (torrenteras, zonas de fallas geológicas), exponiendo la vida de sus pobladores.

Tabla 4. Bolivia: Distribución de la población por área según condición migratoria, sexo, tasas de participación económica, edad, años de estudio y producto interno bruto anual en dólares de poder de paridad adquisitiva, 2012. Fuente: Elaboración propia con datos del Censo Nacional de Población y Vivienda, 2012, INE. La Paz, Bolivia.

Zonas de residencia

Tasa de actividad económica*

Promedio de edad cumplida

Promedio de años de estudio

PIB per cápita anual en $us PPA

Migrante

No migrante

Migrante

No migrante

Migrante

No migrante

Migrante

No migrante

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Santa Cruz Residencial

63

82

49

64

38

38

30

28

11

12

10

10

12421

18026

13672

16891

Santa Cruz Periferia

61

86

42

61

35

35

25

25

8

9

8

8

11210

14079

12055

14086

El Alto Residencial

61

82

47

59

37

36

27

26

8

10

8

9

10984

13342

11681

13647

El Alto Periferia

59

84

44

58

36

35

26

26

7

9

7

8

10346

12306

11148

12753

La Paz Residencial

63

77

55

64

44

42

34

32

13

14

11

12

18101

23360

16899

19299

La Paz Periferia

66

83

53

64

43

42

32

31

10

12

10

11

14406

18543

14916

17403

Cochabamba Residencial

59

76

48

60

40

39

33

30

11

12

11

11

12856

16617

13260

15761

Cochabamba Periferia

57

81

42

56

34

34

26

25

7

9

8

8

11781

12902

11714

13371

Total

61

82

47

61

38

37

29

27

9

10

9

9

12127

15247

13120

15274

3.2. ¿Hacia dónde se dirige la migración boliviana?

Respecto de la emigración desde Bolivia, según información del censo de 2012, el 94% del flujo de emigrantes declararon haber fijado su residencia en seis países: Argentina, España, Brasil, Chile, Estados Unidos e Italia. Según área de residencia, se constataron diferencias emigratorias: los emigrantes bolivianos de las zonas urbanas se habían dirigido mayoritariamente a Argentina (36%) y España (34%) (tab. 5). En cambio, existe mayor concentración en el destino de los emigrantes a la Argentina (61%) y el segundo destino emigratorio, Brasil (18%), de bolivianos procedentes de las zonas rurales (Speroni, 2019, p. 181). Recién en un tercer lugar aparece España, permitiendo suponer que la emigración en las ciudades tiene diferencias internas que requieren ser visibilizadas.

Tabla 5. Bolivia: Distribución de la población por zona y área de residencia según condición migratoria, sexo y disponibilidad de agua por cañería dentro de la vivienda, 2012 (%). Fuente: Elaboración propia con datos del Censo Nacional de Población y Vivienda, 2012, INE. La Paz, Bolivia.

Zona y área de residencia

Disponibilidad de agua por cañería dentro de la vivienda (%)

Migrante

No migrante

Mujer

Hombre

Mujer

Hombre

Santa Cruz Residencial

84

85

85

84

Santa Cruz Periferia

61

62

63

63

Ciudad de Santa Cruz

70

70

71

70

El Alto Residencial

56

58

63

65

El Alto Periferia

47

48

53

52

Ciudad de El Alto

53

54

59

60

La Paz Residencial

90

90

83

83

La Paz Periferia

81

81

81

82

Ciudad de La Paz

84

84

82

82

Cochabamba Residencial

76

76

78

78

Cochabamba Periferia

23

24

29

32

Ciudad de Cochabamba

46

47

52

55

Centro Urbano Mayor

62

63

68

69

Centro Urbano Intermedio

55

56

58

59

Centro Urbano Menor

45

44

47

46

Rural

15

12

14

13

Metrópoli de La Paz

63

64

68

69

Metrópoli de Cochabamba

45

46

48

50

Metrópoli de Santa Cruz

67

65

69

67

Resto de Bolivia

38

33

31

26

Total General

48

46

45

42

En cuanto a los flujos de salida que tienen un origen urbano, destaca la feminización de la emigración a España. No solo las mujeres fueron las pioneras en este destino emigratorio, sino que, además, la creciente dinámica emigratoria revela la demanda de su mano de obra en la sociedad española, que aumentó durante la primera década del siglo XXI.

Tabla 6. Bolivia: Población emigrante según área y país de destino, 2012 (Casos y %). Fuente: Elaboración propia utilizando datos del Censo Nacional de Población y Vivienda, INE, 2012.

Emigrantes

Emigrante por área de residencia Casos

Emigrante por área de residencia %

Urbana

Rural

Total

Urbana

Rural

Total

Argentina

103809

82703

186512

36

61

44

España

97518

19002

116520

34

14

27

Brasil

39727

24613

64340

14

18

15

Chile

21845

7176

29021

8

5

7

EEUU

18304

2187

20491

6

2

5

Italia

7684

937

8621

3

1

2

Subtotal

288887

136618

425505

92

97

94

Resto

25300

3726

29026

8

3

6

Bolivia

314187

140344

454531

100

100

100

El comportamiento de la emigración es diferencial por género, no solamente en relación con la distancia sino con los roles que le toca desempeñar a la fuerza de trabajo que se pone en movimiento. Es ilustrativo el hecho de que los migrantes que tomaron la decisión de ir a Europa (España e Italia) procedan de las ciudades de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, ciudades donde se produjo una marcada salida de mujeres versus una mayor preponderancia de emigración masculina hacia la Argentina, los Estados Unidos y al Brasil. Justamente esta corriente migratoria tiene coincidencia entre los países que dan origen y los países de destino de la migración internacional (Speroni, 2019, p. 190).

El peso de la emigración de los pobladores de la ciudad de El Alto a la Argentina es elocuente. Similar es la concentración a España entre los emigrantes de Santa Cruz. El comportamiento de la emigración es más diversificado desde las ciudades de La Paz y Cochabamba (tab. 7). La capital política de Bolivia, la ciudad de La Paz, tiene como primer destino Argentina y luego está España, a diferencia de Santa Cruz y Cochabamba, donde es visible el peso de la emigración femenina a España.

Tabla 7. La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz: Distribución de los emigrantes internacionales por país de destino, según ciudades de procedencia y sexo, 2012 (%). Fuente: Elaboración propia utilizando datos del Censo Nacional de Población y Vivienda, INE, 2012.

País donde vive

Mujer

Hombre

La Paz

Mujer

Hombre

El Alto

Mujer

Hombre

Cochabamba

Mujer

Hombre

Santa Cruz

España

19,6

12,2

15,9

8,1

4,0

5,9

43,9

33,4

39,0

56,1

45,6

51,8

Argentina

26,4

30,7

28,5

41,9

44,4

43,2

21,4

27,1

24,1

14,2

20,6

16,8

Brasil

15,4

21,2

18,2

36,4

40,3

38,5

5,7

8,4

7,0

5,0

7,3

5,9

Estados Unidos

12,3

10,8

11,6

1,3

0,8

1,1

10,9

13,0

11,9

6,8

7,3

7,0

Chile

8,5

7,2

7,9

7,0

6,1

6,5

5,1

6,0

5,5

5,8

5,9

5,9

Italia

2,7

1,6

2,2

0,9

0,4

0,6

6,2

3,7

5,0

2,9

2,2

2,6

Perú

2,1

2,3

2,2

1,6

1,3

1,4

0,7

0,9

0,8

0,7

1,1

0,9

Otro Europa

5,1

4,3

4,7

0,7

0,5

0,6

2,4

2,3

2,3

4,2

3,8

4,0

México

1,3

1,7

1,5

0,1

0,1

0,1

0,7

0,7

0,7

0,3

0,4

0,3

Resto mundo

6,7

8,0

7,3

2,0

2,1

2,1

3,1

4,4

3,7

4,0

5,8

4,7

Total

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

100,0

En las siguientes secciones se presentan los resultados de dos estudios de caso en las ciudades de La Paz-El Alto y Cochabamba, respectivamente. Se constata la importancia de la desagregación espacial de los datos. Se revela que existe un proceso de urbanización de la pobreza, segregación, vulnerabilidad social y espacial de los hogares con los familiares en el exterior. También se visibiliza el rol importante de este proceso en la toma de decisiones y en las relaciones afectivas entre sus miembros.

3.3. Estudio de caso en La Paz y El Alto

Luego de la aplicación del GCCA se advierte una reducción de 43 indicadores (133 categorías) a 28 variables explicativas (58 categorías). Al presentar los resultados del análisis generalizado de correlación canónica (tab. 5), se concluye que se necesita un mínimo de dos dimensiones y se origina un valor de ajuste robusto de 0,9 en ellas dos (fit) para lograr una aproximación multivariada y una integración razonable de todas las variables seleccionadas. Los autovalores (eigenvalues) en este análisis bidimensional son 0,5 y 0,4 (Burg, 1988, 12-15; Verdegaal, 1986, 28).

3.3.1. Primera dimensión: pobreza, desigualdad socioeconómica y vulnerabilidad

En la primera dimensión del GCCA (fig. 3), se demuestra lo siguiente; por una parte (cuadrante positivo), existen niveles de baja calidad de vida, desigualdad y exclusión social en los hogares cuyas cabezas han declarado vivir en zonas periféricas, son migrantes de origen rural y se caracterizan por hablar idioma nativo. Tienen muy bajos niveles de instrucción (no completaron la educación primaria), presentan un perfil migratorio predominantemente rural, viven en espacios pequeños y con un alto número de personas.

Figura 3. Ciudades de La Paz y El Alto: Primera dimensión, Pobreza, desigualdad socioeconómica y vulnerabilidad, 2013. Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Encuesta Nacional de Migraciones Internacionales y Remesas-2013 (ENMIR).

Por otra parte, se advierte la presencia de un grupo social cuyo común denominador es la percepción de un ingreso alto y estable; ostentan la posesión de prestigio que les otorga un rango directivo. Los hogares cuyo sostén es un directivo poseen las más altas prerrogativas en términos de acceso y goce de beneficios generados socialmente, ya que se ubican en el proceso de valoración del capital o de ejecución de las funciones del Estado (fundamentalmente en cuanto atañe a la facilidad de servirse de los equipamientos de salud y educación, entre otros). Se trata de los hogares de los barrios de residenciales del sur de la ciudad de La Paz, donde se concentran los estratos de mayor jerarquía social (directivos y profesionales). Los pobladores tienen altas oportunidades y calidad de vida, cuentan con un ingreso per cápita alto, niveles educativos elevados (más de 13 años); constituyen familias pequeñas de menos de tres miembros. El sostén del hogar es de migrantes de retorno y han nacido en el extranjero. Dadas estas ventajas comparativas, este estrato goza de las mejores condiciones materiales de vida que pueda ofrecer la ciudad de La Paz.

En síntesis, la primera dimensión revela la dicotomía entre precaria posición socioeconómica, alta desigualdad socioeconómica y vulnerabilidad del hogar transmigrante residente de zonas periurbanas de la ciudad de El Alto, y excelentes condiciones de vida y disfrute de una serie de amenidades, para los hogares residentes en los barrios residenciales del sur de la ciudad de La Paz.

3.3.2. Segunda dimensión: oportunidades y segregación socioespacial

En la segunda dimensión, las características del emigrante, la localización espacial, la posición en el ciclo de vida y el nivel socioeconómico son los factores que cobran importancia. Por una parte, destacan los hogares residentes en los barrios exclusivos del sur de La Paz, los trabajadores directivos y profesionales en los lugares de origen y destino, un alto nivel educativo en la localidad de origen y en la de destino, los que son hispanohablantes, los que se comunican por internet, los emigrantes a Perú, Chile, Estados Unidos y España y con una percepción positiva del impacto de la migración en la familia, la ciudad y el país. Por otra parte, están representados en el cuadrante negativo las variables relativas a la representación de la familia andina, de trabajadores manuales de la industria en lugares de origen y que tuvieron un primer destino internacional, los residentes de los barrios periféricos de la ciudad de El Alto, con jefes jóvenes, con ingresos estables y alta experiencia migratoria en Argentina y Brasil (fig. 4).

Figura 4. Segunda dimensión: Oportunidades y segregación socio-espacial en las ciudades de La Paz y El Alto, 2013. Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Encuesta Nacional de Migraciones Internacionales y Remesas-2013 (ENMIR).

La segunda dimensión sintetiza las oportunidades de trabajo cooperativo de las familias pobres, residentes en espacios urbano-marginales en la localidad de origen y en la de destino. Se observan signos de solidaridad familiar y el surgimiento de roles protagónicos encargados a la parentela de la localidad de origen, en especial de los abuelos y abuelas.

Los resultados resumidos en las dos dimensiones expresan lo siguiente. Por una parte, la primera dimensión sintetiza la cara de la urbanización de la pobreza, las desigualdades y la vulnerabilidad de los hogares residentes de la periferia urbana de El Alto y que tienen muy bajos niveles educativos, razones que han contribuido en la decisión de alguno de los miembros del hogar a emigrar. En la segunda dimensión, aparecen las oportunidades de los hogares residentes en los exclusivos barrios residenciales del sur de ciudad de La Paz, que también gozan de excelentes indicadores de calidad de vida, posición en el ciclo de vida y nivel socioeconómico.

3.4. Estudio de caso en la ciudad de Cochabamba

De la misma manera que en el caso anterior, los resultados de la aplicación del modelo aparecen en dos dimensiones (Figuras 5 y 6). Se evidencia la existencia de múltiples relaciones entre las variables tanto en la primera dimensión como en la segunda. Esta situación confirma la complejidad de las relaciones entre los nueve grupos o sets incorporados en el modelo analítico.

3.4.1. Primera dimensión: pobreza y desigualdad social y espacial en Cochabamba

La primera dimensión revela la cara de la pobreza y desigualdad en Cochabamba que se expresa en el espacio, el lugar donde viven los hogares y contribuye a demostrar la exclusión espacial y social. Los hogares pobres residentes en la periferia sur tienen múltiples insatisfacciones que deterioran su calidad de vida; su posición económica es precaria y son reducidas sus oportunidades de educación y su acceso a servicios de salud. Se constata que es alto el porcentaje de hogares hacinados, carentes de servicios básicos, con problemas en la calidad constructiva de sus viviendas. Tienen también importante figuración las categorías de utilización de las remesas para la alimentación (subsistencia), situación que descubre la precariedad de las condiciones de vida de estos hogares. Se demuestra que son hogares pobres, con ingresos diarios por persona de menos de un dólar; reciben remesas económicas que son enviadas por medio de un sistema financiero, a través de depósito bancario y con una frecuencia de menos de un mes. En consecuencia, la recepción de las remesas sería casi como la obtención de un salario. De esta manera, se visibiliza la función de las remesas en la reproducción cotidiana de sus componentes. Preocupa que también se tornen visibles los factores que aluden al ejercicio de la maternidad intensiva por parte de la abuela, que se queda a cuidar a los nietos y asume la responsabilidad de hacer frente a todas las dificultades generadas por la emigración de la hija.

En los barrios residenciales del norte se tienen todos los servicios satisfechos y por ende una alta calidad de vida, buena posición socioeconómica y buenas oportunidades de educación y salud. Esta dimensión demuestra la clara manifestación del papel que juega el espacio en la explicación de la desigualdad y segregación (fig. 5). Es ilustrativo el hecho social de la migración o profesionales de 60 y más años de edad. En los hogares con emigrantes que tienen los puestos más altos de directivos, existe correspondencia en la actividad laboral en origen y en destino. Se trata de una pequeña fracción de emigrantes bolivianos con alto logro educativo, declaran que el motivo de la migración fue familiar y estudios, no mandan remesas, dada la situación de solvencia económica en la que se encuentran, gozan de excelente calidad constructiva de sus viviendas y seguridad laboral. La situación saneada de su economía (en origen y destino) permite a este tipo de migrantes ser parte de la organización social en destino.

Figura 5. Cochabamba: Pobreza y desigualdad social y espacial en Cochabamba, 2009. Fuente: Elaboración propia en base a datos del proyecto “Procesos migratorios nacionales e internacionales en la ciudad de Cochabamba”, del CIUF-CEPLAG-UMSS, 2009.

3.4.2. Segunda Dimensión: factores de riesgo, vulnerabilidad y maternidad a distancia

En la segunda dimensión se observan factores de riesgo, vulnerabilidad y desigualdad (informal / formal) de la maternidad o paternidad a distancia (fig. 6). En el cuadrante negativo se encuentran los hogares con la hija emigrante y trabajadora en economía del cuidado en el lugar de destino (hija proveedora), y su madre, es decir la abuela (cuidadora), queda como jefa de hogar en origen, mujer mayor de 65 años viuda o divorciada y con condición de desempleadas en origen; estos hogares ocupan el primer lugar. Se trata de hogares de tipo monoparental, donde las responsabilidades de cuidado, las tareas domésticas y gastos, son realizados por la abuela. Se trata del ejercicio de la maternidad/paternidad a distancia; se sintetiza la diferenciación de roles en función del sexo y la relación de parentesco del emigrante. Queda al descubierto una amplia gama de impactos, aunque podemos también indicar que muchos de estos mensajes revelan indicadores de pobreza en los hogares con emigrantes al exterior.

Figura 6. Ciudad de Cochabamba: Factores de riesgo, vulnerabilidad y desigualdad de la maternidad a distancia. Fuente: Elaboración propia en base a datos del proyecto “Procesos migratorios nacionales e internacionales en la ciudad de Cochabamba”, del CIUF-CEPLAG-UMSS, 2009.

Los hogares en los que la madre está ausente son más vulnerables debido a que la maternidad a distancia implica en origen una serie de arreglos que realiza el jefe de hogar con la participación de otros miembros que están al lado de la madre y complejizan las relaciones familiares. La protección a distancia es ejercida por las emigrantes mujeres que trabajan en destino en ocupaciones relacionadas con el cuidado de personas. Son hogares en los que la abuela obtiene una mayor representatividad, ya que su figura aparece cuando la madre es la que emigra. Las migraciones evidencian una multiplicidad de roles que las mujeres realizan de manera invisible en su vida cotidiana. Se observan signos de ruptura familiar, producidos por la ausencia de los padres y el remplazo de las abuelas que quedaron al cuidado de los hijos, demostrando el rol protagónico encargado a la parentela de la mujer, en especial de las abuelas, que asumen la sobrecarga que significa la crianza de los nietos.

En el cuadrante positivo se concentran los hogares no vulnerables de directivos y profesionales, contratados de manera permanente en origen. Se trata de un estrato que tiene a su disposición el usufructo de los beneficios que depara la realización social del producto y, por este motivo, las formas de percepción de sus ingresos se plasman en diversas modalidades de apropiación del producto social. Entre estas pueden mencionarse: rentas, salarios comparativamente elevados, utilidades no redistribuidas de la empresa privada, interés del capital financiero, participación de las ganancias derivadas de la comercialización o alquiler de activos, gratuidades o privilegios de excepción y retribución a los servicios prestados, lo que determina una excelente calidad de vida.

4. Conclusiones

Existe un impacto de la migración en el proceso de concentración demográfica. Las cuatro ciudades localizadas en las tres regiones metropolitanas son el resultado de la multiculturalidad; su forma es el resultado de un proceso de permutaciones de distinta índole. De ahí que se puedan encontrar diversos tipos de espacios al interior de las ciudades. Los cambios en su morfología se acentúan en la desordenada expansión urbana horizontal y de baja densidad hasta llegar a su compleja organización de un espacio donde la segregación forma parte de su desarrollo. Se trata de ciudades que tienen una población que crece rápidamente, tanto por su propio dinamismo como por la continua llegada de migrantes desde otras regiones del país e incluso del extranjero.

Los resultados presentados ilustran el impacto ejercido por migración en la concentración demográfica interna en las metrópolis y una direccionalidad migratoria internacional diferenciada para hombres y mujeres. Se ha podido constatar la situación de riesgo en la que viven los sectores residentes de los barrios populares de las ciudades de La Paz, El Alto y Cochabamba con agudos índices de pobreza, carencia de servicios básicos e inequidad, motivo que les obliga a emprender la migración a los espacios urbanos marginales de los países limítrofes para resolver los problemas de falta de empleo adecuado que permita resolver las necesidades de sus núcleos familiares.

La migración se constituye como una detonante multidimensional de la pobreza, la exclusión social y la vulnerabilidad vigentes en las áreas urbanas marginales. Dicha demostración se realizó mediante el modelo multivariado, que permitió encontrar los aspectos relativos a la explicación del fenómeno. Dos importantes conclusiones emergen de la aplicación del modelo generalizado de correlación canónica: 1. Existe una fuerte correspondencia entre el espacio social, físico, socioeconómico y las migraciones, aspecto que permitiría identificar dónde se deben realizar las acciones en materia de planificación; y 2. Encontramos una asociación de la pobreza con la vulnerabilidad y la posición en el ciclo vital, situación que podría permitir identificar a los grupos de mayor riesgo, es decir, determinar con quién trabajar.

La ventaja de la construcción de un modelo interpretativo multidimensional consiste en que permite encontrar complejas interacciones, observables en el espacio y de localizar áreas de mayor concentración de pobreza, privación y deficiencias en la calidad de vida urbana. Por otra parte, el modelo posibilitó identificar a los grupos vulnerables cuya calidad de vida está en riesgo en las áreas urbanas marginales de El Alto, Cochabamba y La Paz. Ambos aspectos son fundamentales para construir imaginarios hipotéticos de la elaboración de un proceso de planificación urbana sostenible, que permita crear las bases para la construcción de ciudades no segregadas, que incorpore el derecho y el respeto de acceso a los servicios más elementales y permita que todos los residentes gocen de las amenidades urbanas en su localidad de origen y en la de destino.

Los resultados de la aplicación del modelo multivariado podrían ser insumos para incidir en la política pública a través de programas integrales de apoyo a hombres y mujeres migrantes que tienen destrezas y potencialidades, pero necesitan la protección y contar con las oportunidades de acceso, goce y disfrute de sus derechos ciudadanos. Este aspecto podría ayudar a transformar sus condiciones materiales de vida y de trabajo. Es necesario discutir los cambios en los roles en el contexto doméstico y las necesidades de articulación en las tareas productivas y reproductivas que configuren espacios de convivencia y solidaridad generacional y de género.

Este estudio abre una ventana de desafíos: comprender las nuevas formas de organización compleja de los hogares y familias transnacionales con el fin de sensibilizar a diversos actores. Deberían realizarse estudios en las localidades de origen y destino para poder visibilizar los múltiples arreglos que deben poner en práctica los hogares transmigrantes, así como el impacto que existe en las localidades sobre la familia y la necesidad de una efectiva protección social del Estado.

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