La dimensión territorial de las asociaciones de migrantes en La Matanza (Argentina)

The territorial dimension of migrants associations in La Matanza (Argentina)

Brenda Matossian

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET-IMHICIHU)

bmatossian@gmail.com

0000-0002-7920-0480

Cecilia Eleonora Melella

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET-IMHICIHU)

cemelella@gmail.com

0000-0002-1912-4439

Recibido: 09-12-2021

Aceptado: 26-04-2022

Cómo citar:
Matossian, Brenda y Melella, Cecilia Eleonora (2022). La dimensión territorial de las asociaciones de migrantes en La Matanza (Argentina), Hábitat y Sociedad, 15, 67-87. https://doi.org/10.12795/HabitatySociedad.2022.i15.04

Resumen Dentro de estudios en la intersección migración-ciudad se busca analizar la dimensión territorial de la presencia de asociaciones de migrantes desde estrategias cuantitativas y cualitativas aplicadas al municipio más poblado de la Región Metropolitana de Buenos Aires: La Matanza. Relevar y analizar la dimensión territorial de las asociaciones en su diversidad, tanto de orígenes como de funciones, resulta un eje poco explorado del estudio de la incorporación de la población migrante en la metrópolis. Lejos de constituirse como un mero factor descriptivo, el análisis territorial de las asociaciones de migrantes en La Matanza evidencia interesantes relaciones entre emplazamientos, desigualdades socio-territoriales y contextos históricos-estructurales en los que se gestaron las instituciones. Las asociaciones europeas se hallan en sectores más consolidados mientras que para las comunidades de países latinoamericanos las coyunturas resultaron ser marcadamente excluyentes accediendo a espacios marginales. Las diferencias de origen, antigüedad y capitales configuran jerarquías en las formas de territorialización de las asociaciones.

Abstract Within the migration-city intersection studies, the territorial dimension of migrants associations presence is analyzed from quantitative and qualitative strategies, applied to the most populated municipality within Buenos Aires Metropolitan Region: La Matanza. To recognize and analyze the territorial dimension of the associations in their diversity, both in origins and functions, is a barely explored axis whithin the incorporation of migrant population studies in the metropolis. Far from constituting itself as a mere descriptive factor, the territorial analysis of migrants associations in La Matanza shows interesting relationships between locations, socio-territorial inequalities and historical-structural contexts in which these institutions were created. European associations are found in more consolidated sectors, while Latin American communities experienced markedly excluding situations, getting access to marginal spaces. The differences of origin, age and capitals configure hierarchies in the associations’ territorialization forms.

Palabras clave migraciones internacionales, territorio, asociacionismo, Argentina.

Key-words international migrations, territory, associationism, Argentina.

1. Introducción

La intersección migración – ciudad ha despertado diferentes intereses desde los ámbitos académicos, tanto desde enfoques sociológicos como territoriales y antropológicos. Se ha indagado tanto en los elementos fijos como en los flujos que se producen y son producidos a partir de las múltiples relaciones socioespaciales resultado de la incorporación y movilidad de la población migrante en las ciudades. Entre las dimensiones relativamente fijas se destacan los abordajes que indagan en la inserción residencial de las personas migrantes, su distribución y concentración en distintas áreas. En cuanto a los flujos se identifican diversos trabajos sobre las distintas formas de movilidad: desde los desplazamientos migratorios tradicionalmente asociados a los enfoques de origen - destino hasta perspectivas renovadas y flexibles enfocadas en las vertiginosas movilidades indagadas desde el transnacionalismo (Sassone et al., 2004). Desde esta última perspectiva, se propusieron nociones como las de trayectoria y circulación migratoria en las que los espacios quedan correlacionados por intercambios multidimensionales y multiescalares, lo local se relaciona con lo global y las movilidades se configuran en un sentido espacial, social y temporal (Cortés, 2009; Pizarro y Ciarallo, 2021). Así, las relaciones sociales y prácticas transnacionales de migrantes en la ciudad “estimulan nuevas territorialidades mediante lógicas residenciales y prácticas de movilidad, produciendo formas múltiples de anclajes” (Sassone et al, 2004: p.36.).

Otra forma de analizar los anclajes, elementos relativamente fijos de la relación migración-ciudad, es el estudio de las asociaciones conformadas por los propios grupos migratorios al interior del espacio urbano. Este trabajo tiene como finalidad preguntarse por el emplazamiento y distribución de estas asociaciones de migrantes en un espacio particular definido por el municipio de La Matanza, el más poblado de la Región Metropolitana de Buenos Aires. Más específicamente, el objetivo se interesa por relevar y analizar la localización de sus sedes, como forma de expresión territorial de la incorporación de la población migrante dentro de las 15 localidades de este partido. Asimismo, se busca relacionar estos emplazamientos con la historia de los grupos migrantes, su distribución residencial y las desiguales condiciones socioterritoriales de las distintas áreas de este municipio. En este punto, cabe destacar que tanto los elementos fijos como los flujos se articulan y configuran entre sí. En particular, como se detallará más adelante, las asociaciones de migrantes son producto de las redes sociales constituidas por las personas migrantes en su proceso de incorporación a los espacios y sociedades.

2. Marco teórico

Luego de 1852 floreció en la Argentina una fuerte vida asociativa en los grupos inmigrantes europeos urbanos (Devoto, 2004). Si bien algunas instituciones pre-existían, en esta etapa se promovió un proceso de expansión y formalización. Tampoco su auge tuvo que ver necesariamente con las experiencias previas de mutualismo o asociacionismo por parte de los colectivos de inmigrantes, sino con las exigencias que imponía la coyuntura. Siguiendo al historiador argentino Fernando Devoto podemos sintetizar tres funciones tradicionales en la gestión de las asociaciones: brindar a los connacionales cobertura médica, sepelio y proveer un ámbito de sociabilidad en pos de la “recreación de la comunidad originaria” (2004: p.242). Algunas instituciones fueron más allá de estas tres motivaciones e improvisaron un seguro de desempleo, pagos de repatriación y hasta propiciaron ayuda humanitaria a sus países de origen. Los grupos dirigentes tuvieron un gran peso en la creación de estas instituciones. Una de las principales razones tuvo que ver con la búsqueda de prestigio social dentro y fuera de la comunidad. Además, esta legitimidad social no siempre era perseguida por la pertenencia a la colectividad de origen, sino que su alejamiento prometía –para algunos sectores acomodados inmigrantes– la integración en la élite argentina.

Más recientemente, las asociaciones asumieron funciones vinculadas a necesidades específicas. Desde una mirada vinculada a la construcción de la ciudadanía, Pereyra (2005) sostuvo que existieron tres niveles en los que se identifican roles destacados de las asociaciones de migrantes. El primero implica observar el cumplimiento del marco legal que define los derechos para personas migrantes en las distintas áreas de participación social y reclamar cuando estos no se garantizan. El segundo se vincula con legitimar o no los mecanismos formales e informales que facilitan u obstaculizan el acceso a los bienes sociales. Finalmente, el tercer nivel apunta a la lucha por la concepción de las personas migrantes como sujetos de derecho. Lo señalado por Devoto y Pereyra evidencia que si bien los contextos resultan insoslayables, las funciones y roles de las asociaciones se enmarcan en intereses específicos, necesidades y jerarquías particulares en la vinculación con la sociedad y el espacio local.

En este sentido, Sassen (1979) clasificó a las asociaciones de migrantes latinos en Estados Unidos bajo la conceptualización de cívico culturales o expresivas y profesionales o instrumentales. Las primeras se caracterizaban por el desarrollo de prácticas recreativas y tradicionales y las segundas por pretender la concreción de relaciones fluidas entre una élite profesional inmigrante que buscaba la obtención de prestigio social a través de su vínculo con las élites locales. También estas asociaciones se diferenciaban en el capital económico con el que contaban que se traducía, por ejemplo, en que las profesionales o instrumentales poseían sus propios locales de reunión mientras que las culturales o expresivas incurrían en el usufructo de las casas particulares de los miembros. No obstante, como afirma Sassen, los dos tipos de asociaciones se corresponden con modalidades complementarias en la articulación con la sociedad receptora. La reproducción de las instituciones tradicionales y la afirmación de la etnicidad presentada por las asociaciones culturales o expresivas no implican necesariamente un apego al pasado, sino una respuesta a las necesidades generadas en un nuevo contexto urbano. En este sentido, los dos tipos de asociaciones (las instrumentales y expresivas) presentan diferentes modalidades de incorporación diferencial dentro de la desigualdad estructural de las ciudades que contribuye, según la autora, a la idea de diáspora movilizada.

En este marco, las movilidades y las redes aparentan niveles de abstracción que podrían desdibujar la dimensión territorial de estos procesos. Sin embargo, existe una geografía de los/las sujetos migrantes y de las asociaciones que se configuran física y simbólicamente en el espacio urbano. Cortés indica que las personas migrantes “tienen en común la necesidad de referencias territoriales para existir, incluso en el contexto de su movilidad sostenida” (2009: p.45). Este rasgo destacado en los procesos de territorialización de las personas migrantes encuentra en el estudio de sus asociaciones un eje de análisis significativo. El rol de las asociaciones se destaca no sólo en su tradicional función de mejorar la incorporación en las sociedades, sino también en los procesos de territorialización (Le Gall y Matossian, 2009). Siguiendo a Haesbaert (2013), se entiende el territorio como producto de las relaciones de poder construidas en y con el espacio, considerando el espacio como un constituyente y no como algo que se pueda separar de las relaciones sociales. De allí su importancia central en este análisis. Los modos de territorialización se distinguen, dado que los grupos hegemónicos se territorializan más por dominación mientras que los grupos más subalternizados se territorializan más por apropiación (Ibídem).

Los grupos étnicos, religiosos, políticos, asociativos, entre otros, son constructores de territorios específicos y de reglas particulares de uso (Mazurek, 2009) siendo estos procesos fundamentales en la configuración de su identidad a partir de la definición de lugares de referencia comunes, conmemoraciones, etc. Así, las relaciones sociales y espaciales en contextos migratorios y las redes que éstas tejen logran articular lugares distantes y se convierten en el soporte funcional de este dispositivo de dispersión espacial (Cortés, 2009).

Distintos estudios analizaron la apropiación de los espacios públicos y actividades comerciales asociadas a las migraciones en las principales áreas comerciales de las centralidades metropolitanas. Se destacan las actividades comerciales específicas como venta de alimentos, centros de llamados, restaurantes, agencias de viaje y puntos de encuentro, en lo que Mansilla Quiñones e Imilán (2018) denominaron como una “nueva geografía de enclaves transnacionales”. Menos frecuentes han sido los análisis de otros modos de territorialización, en sectores alejados de las áreas centrales. El lugar de implantación de las asociaciones de migrantes puede evidenciar modos de territorialización desiguales a partir de diferentes jerarquías, márgenes de acción y posibilidades de acceso a las centralidades y subcentralidades dentro del complejo entramado metropolitano. Además del análisis del entorno material y de la connotación simbólica de los emplazamientos, desde la geografía fenomenológica se conciben estos microterritorios también por los sentidos que se les otorgan, haciendo hincapié en los modos de representación de los mismos. Las sedes de las asociaciones configuradas como lugares de pertenencia, pueden analizarse a partir de sus señales visibles como banderas y los colores del país, fotografías alusivas a paisajes o figuras.

3. Materiales y método

Se utilizó un enfoque de metodologías cruzadas que complementa las técnicas cualitativas (entrevistas en profundidad, observación participante, relevamiento visual y artístico y de redes sociales, entre otras) con técnicas cuantitativas (estadísticas, censos y Sistemas de Información Geográfica). En primer lugar, se trabajó con estadísticas, censos y Sistemas de Información Geográfica (SIG) con el objetivo de dar cuenta de la presencia y cambios en la conformación de los grupos migrantes dentro de La Matanza. Se avanzó en el análisis geodemográfico con el uso de datos espaciales de los censos 2001 y 2010. Para el caso del 2010, además, se analizaron microdatos censales desagregados a nivel de fracciones y radios para agrupar los resultados por localidades. A pesar de las limitaciones propias de las fuentes censales para este tipo de estudios (Marcos y Mera, 2009), éstas constituyen la fuente principal para trabajar con altos niveles de desagregación geográfica, de manera de poder captar heterogeneidades al interior del espacio urbano. Este procesamiento permitió tener indicios respecto a la relación entre los países de nacimiento y las 15 localidades que conformaron el partido de La Matanza en 2010.

Respecto al análisis de la distribución de las asociaciones migrantes dentro de La Matanza, el uso de SIG permitió la elaboración de un mapa temático a partir del procesamiento de la información correspondiente al emplazamiento de las diferentes instituciones. Esta base fue elaborada a partir de datos sistematizados a partir de fuentes diversas: registros inéditos del municipio de La Matanza (Subsecretaría de Relaciones con las Colectividades) obtenidos durante el trabajo de campo, antecedentes académicos previos y relevamientos propios a partir de entrevistas, observación participante y otros rastreos. Si bien no resulta exhaustiva constituye una primera aproximación a escala local de este tipo de información. Tal como se señaló en otros trabajos, este tipo de bases o listados de organizaciones “está por definición desactualizado y es incompleto” (Pereyra, 2005: p.65) por motivos diversos que dan cuenta de sus complejas dinámicas. Algunas de estas instituciones, por ejemplo, no cuentan con un lugar de reuniones formal y la dirección que figura es generalmente el domicilio de algún/a referente y por lo tanto puede modificarse. La superposición de esta base con información geoespacial preexistente permitió establecer un nuevo análisis espacial. Tal es el caso del mapa elaborado en donde la cobertura de marginalidad urbana (De Grande y Salvia, 2019) se representó junto con la distribución de la información puntual vinculada a las asociaciones migrantes.

Por su parte, las entrevistas en profundidad y análisis narrativo se realizaron a informantes clave de las distintas asociaciones; se realizaron un total de 14 entrevistas a referentes y se realizó observación participante en diversas actividades públicas de diversas asociaciones entre los años 2018 y 2021. El enfoque planteado consideró la entrevista como el momento donde accedemos a la estructura del relato a partir del cual la persona entrevistada adjudica significados a los acontecimientos de su vida (Robin, 1996; Althabe et al. 1996). Los ejes temáticos más relevantes de las entrevistas se concentraron en: origen y génesis de la asociación, procesos migratorios de su colectividad, relación con otras instituciones a nivel local, relación con organismos estatales. Por último, consideramos que los textos visuales, como las fotografías de las sedes asociativas, nos han brindado información pertinente que ha sido analizada a lo largo de este artículo de forma comparativa.

4. Resultados

4.1. Migraciones en La Matanza: distribución de la población

La Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) es uno de los espacios que más fuerte atracción ha ejercido para la migración internacional en la Argentina. Hacia 2010, la población registrada como “extranjera” correspondía a una media nacional del 4,5% del total de la población; ese mismo nivel porcentual para el caso de la RMBA ascendía al 8,33%. Dentro de los partidos que la componen se destacaron las jurisdicciones de La Matanza, Lanús y Lomas de Zamora y General San Martín con más del 9%.

Para el caso de La Matanza, el porcentaje de nacidos/as en países distintos a la Argentina se incrementó en el último período intercensal del 8,67% en 2001 al 9,67% para el 2010. Estos datos dan cuenta de la relevancia que el componente migratorio tiene en este municipio. Respecto a su composición interna este período intercensal mostró ciertos cambios en el perfil migratorio (Tabla 1). Respecto a los principales orígenes se identifica que en los dos últimos censos se repiten los tres primeros lugares en orden de importancia: Paraguay, Bolivia e Italia, aunque han cambiado el protagonismo que cada país ostenta. Paraguay aumentó su importancia no sólo en términos absolutos sino también relativos, incrementando su participación de un 36% a un 45%, casi la mitad del total de los/las “no nativos/as”. En segundo lugar, la población nacida en Bolivia duplicó su cuantía entre 2001 y 2010 y agrupó casi un 28% del total de extranjeros/as. Ambos dos países vecinos representaron casi tres cuartos del total de migrantes internacionales. Una tendencia opuesta se evidenció para el caso de nacidos/as en Italia, con un registro decreciente en su importancia: de casi el 20% en 2001 a poco más del 9% en 2010. Al igual que ocurre en el total del país y en buena parte de las ciudades argentinas, la población nacida en Perú se sumó con creciente protagonismo. En la Matanza pasó de ocupar el séptimo lugar a principios del siglo XXI a alcanzar el cuarto en 2010. En términos absolutos la población peruana se ha triplicado en este período.

Tabla 1. Población extranjera por país de nacimiento, La Matanza 2001-2010. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del INDEC 2001 y 2010.

País de Nacimiento 2001

Total 2001

%

País de Nacimiento 2010

Total 2010

%

1

Paraguay

39.193

36,03

Paraguay

77.807

45,32

2

Bolivia

21.875

20,11

Bolivia

47.932

27,92

3

Italia

21.712

19,96

Italia

16.098

9,38

4

España

7.068

6,5

Perú

8.092

4,71

5

Uruguay

6.476

5,95

Uruguay

7.660

4,46

6

Chile

3.104

2,85

España

5.269

3,07

7

Perú

2.195

2,02

Chile

3.787

2,21

8

Portugal

1.089

1

Brasil

.890

0,52

9

Brasil

630

0,58

Portugal

.751

0,44

10

Polonia

450

0,41

China

.423

0,25

Total extranjeros

108.783

100,00

Total extranjeros

171.682

100,00

Total argentinos

1.146.505

Total argentinos

1.604.134

% Extranjeros / Total

9,49

% Extranjeros / Total

10,7

En sintonía con la tendencia italiana, nacidos/as en España descendieron a la mitad en su porcentaje de representatividad. Por último, cabe señalar el caso de la población nacida en Portugal, cuyo protagonismo histórico en el partido ha sido destacado por su rol en el desarrollo de fábricas de ladrillos y en la producción de hortalizas y verduras durante la primera mitad del Siglo XX (Svetlitza de Nemirovsky y Gonzalez, 1999). Esta se muestra también en descenso en el último período intercensal, perdiendo peso del 1% al 0,44% del total de la población nacida en países distintos a la Argentina.

Los cambios señalados para La Matanza marcan la pérdida progresiva de protagonismo europeo y el incremento de los conjuntos sudamericanos. Esta tendencia coincide con transformaciones en la escala nacional que se han ido registrando desde el censo de 1947 (Devoto, 2004). No se trata entonces de un fenómeno reciente y vertiginoso, sino más bien de uno que se ha iniciado y mantenido de modo sostenido durante décadas.

Más allá de estos aspectos analizados a la escala del partido, interesa indagar en las heterogeneidades al interior de su importante extensión (325 km2). La Tabla 2 muestra la distribución de la población nacida en los cuatro países con mayor presencia para 2010 en la Tabla 1 (Paraguay, Bolivia, Italia y Perú), dentro de las 15 localidades matanceras[1]. Allí se distingue el protagonismo que cada país de origen tiene en cada una.

Para el caso de la colectividad paraguaya las mayores concentraciones se registran en González Catán y Gregorio de Laferrere, ambas localidades ubicadas hacia la mitad sudoeste del municipio, alejadas del límite con la CABA. Respecto a la distribución de la población nacida en Bolivia se resaltan dos focos predominantes con mayor densidad de este grupo: uno en el extremo noreste, representado por la localidad de Villa Madero, que agrupa casi a un tercio de toda la población boliviana en La Matanza, especialmente en Villa Celina Ciudad (localidad formalmente delimitada por la ley de la provincia de Buenos Aires N° 14.536 en 2013, en la mitad este de Villa Madero) y la segunda en Gregorio de Laferrere con el 20%.

Tabla 2. Distribución de la población nacida en Paraguay, Bolivia, Italia y Perú dentro de las localidades del partido de La Matanza, 2010. Fuente: Elaboración propia sobre la base de información del INDEC 2010.

Localidad

Población nacida en Paraguay

Población nacida en Bolivia

Población nacida en Italia

Población nacida en Perú

20 de Junio

0,06

0,01

0,02

0,05

Aldo Bonzi

0,49

0,84

1,53

1,06

Ciudad Evita

8,50

4,05

2,04

1,93

González Catán

18,08

7,30

1,43

4,60

G. de Laferrere

12,75

19,97

4,99

6,46

Isidro Casanova

9,87

8,86

5,02

3,92

La Tablada

4,39

5,26

17,29

5,08

Lomas del Mirador

2,38

2,81

15,51

2,64

Rafael Castillo

11,26

4,85

1,10

3,11

Ramos Mejía

1,90

1,65

16,65

4,99

San Justo

7,04

3,21

15,87

4,65

Tapiales

1,20

4,38

1,98

14,82

Villa Madero

6,15

31,71

10,21

38,73

Villa Luzuriaga

2,93

2,15

5,86

2,42

Virrey del Pino

13,00

2,94

0,51

5,54

Total

100,00

100,00

100,00

100,00

La distribución para el único caso europeo señala un patrón completamente diferente respecto a los tres países restantes. Quienes nacieron en Italia se concentran en el extremo norte del partido destacándose La Tablada, Ramos Mejía, San Justo y Lomas del Mirador. Paralelamente a lo presentado en la Tabla 2, otro análisis particular al interior de la localidad permite reconocer que en Ramos Mejía el peso de los/las nacidos/as en Italia sobre el conjunto de la población “no nativa” es de casi un tercio del conjunto, muy por encima del 9% para el total del partido. Finalmente, la población peruana se distribuye dentro del partido con concentraciones coincidentes a las del conjunto boliviano en el extremo noreste del partido aunque con valores absolutos más modestos que aquellos. Se destacan Villa Madero con casi el 40% de la población peruana residente en La Matanza y Tapiales con 15%.

Estas distribuciones diferenciales por países de nacimiento son producto de historias migratorias y temporalidades específicas en las que los modos de incorporación a la ciudad estuvieron mediados por condiciones desiguales y contextos de acceso a la tierra y a la vivienda y al mercado laboral muy disímiles. En el apartado siguiente se analizarán las asociaciones dentro del partido en tensión con la distribución espacial de estas desigualdades.

4.2. Territorialización de asociaciones en contextos de desigualdad

Las desigualdades al interior del partido de La Matanza son diversas y complejas. Una de las estrategias de análisis posible resulta de indagar en la distribución de áreas con distintos grados de marginalidad de acuerdo a lo propuesto por De Grande y Salvia (2019). Se reconocen como radios censales de “marginalidad” a los que registraron en el último censo: a) calidad constructiva insuficiente de las viviendas (sin instalación de caños de agua en la vivienda y sin sistema de botón, cadena o mochila para limpieza del inodoro) b) viviendas construidas con presencia de materiales poco resistentes en techo y piso, así como ausencia de cielorraso; c) no poseer teléfono de línea en la vivienda, a partir de considerar que la disponibilidad de un teléfono de línea supone un grado importante de regularidad en el acceso y posesión de la vivienda. Para la definición de “alta marginalidad” se sumó a los tres indicadores uno más vinculado a la tenencia de la vivienda definida como d) hogares que adicionalmente a las condiciones anteriores no hubieran declarado ser dueños de la vivienda y del terreno. Este último elemento enfatiza un rasgo clave en los procesos de expansión urbana como es la dificultad para sectores de niveles bajos y medios para acceder a la tierra y a la vivienda, siendo una muestra de la agudización de la informalidad creciente en la metrópolis.

En la Figura 1 se distingue la distribución de áreas con niveles de marginalidad y alta marginalidad dentro de La Matanza junto con la ubicación de las asociaciones migrantes, clasificadas de acuerdo al continente de origen del grupo que representan. Se destaca una importante concentración de aquellas europeas en la porción norte del partido, especialmente en la localidad de Ramos Mejía. Este emplazamiento, junto con el de las localidades de Villa Luzuriaga, Lomas del Mirador y San Justo, se corresponde a su vez con los sectores con mejores niveles socioeconómicos del municipio. Villa Madero contiene radios censales con marginalidad hacia su mitad este donde se halla una asociación emblemática de la comunidad boliviana en Celina, mientras que la concentración de asociaciones europeas se encuentra en el sector oeste. Este mapa también permite notar que en las localidades de San Justo e Isidro Casanova se hallan tanto asociaciones de origen europeo como americano. Para el caso de la localidad cabecera del partido, las europeas coinciden con áreas comerciales mientras que la americana se emplaza en un sector con condiciones de marginalidad. En Isidro Casanova tanto las asociaciones americanas como las europeas se encuentran sobre ejes de circulación importantes como son las avenidas. También en Gregorio de Laferrere coinciden instituciones de los principales continentes aunque en menor cantidad. En González Catán se destaca el peso de las asociaciones americanas, principalmente paraguayas, con excepción de una europea correspondiente a la colectividad portuguesa. En esta última localidad la mitad de las asociaciones americanas coinciden con áreas de marginalidad.

Figura 1. Partido de La Matanza. Localización de asociaciones migrantes y radios censales con marginalidad y alta marginalidad (2010). Fuente: elaboración propia sobre la base de fuentes diversas para las asociaciones migrantes, cobertura espacial de marginalidad obtenida a partir del procesamiento de De Grande y Salvia (2019) a partir de fuentes censales 2010.

Respecto a las particularidades de las asociaciones, del conjunto relevado de 44 instituciones se destacan las italianas que representan el 34% del total, seguidas de las paraguayas con casi un 27% y finalmente las bolivianas con el 11%. El resto se agrupan entre asociaciones portuguesas, israelitas, españolas y otras con menor representatividad. Para complejizar sobre estas relaciones establecidas a escala con conjunto del municipio y de sus localidades, se busca en los próximos apartados avanzar hacia una profundización histórica que permita contextualizar estos datos e incorporar la perspectiva de quienes forman parte de estas asociaciones.

4.3. La estampa europea

El asentamiento de población europea en La Matanza se remonta a las primeras décadas del siglo XX aunque su aumento más significativo se registró durante las décadas de 1940 y 1950. La incorporación en este partido se encontraba facilitada por las posibilidades de acceso tanto al mercado de trabajo, dado el perfil industrial en expansión, como a la tierra que permitía la concreción de la “casa propia” (Agostino y Pomés, 2015). Las incipientes asociaciones europeas de La Matanza datan de la primera década del siglo XX. Las asociaciones italianas mantuvieron un ritmo constante de fundación entre la década de 1950 y finales de 1980. Pese a que la presencia portuguesa se remonta a inicios del siglo XX, sus asociaciones fueron instituidas en los años setenta. Por su parte, la colectividad eslovena fue una de las pioneras en crear su sede en los años cincuenta. Así, estas tres colectividades (portuguesa, italiana y eslovena) resultan las más visibilizadas entre las europeas dentro del partido por concentrar un capital social (o poder de agencia) basado la historicidad de su fundación (la primera data de 1908), en el capital económico concentrado (industria, servicios y comercios) y la contundencia de su presencia territorial (se han relevado más de 20 asociaciones con sede física propia). Retomando a Sassen (1979) se corresponden con asociaciones de tipo profesionales o instrumentales que han conservado (y acrecentado) vínculos con las elites y/o esferas institucionales a nivel local y nacional sin descuidar (y/o a través de) la afirmación de un legado étnico y cultural característico de las asociaciones culturales o expresivas.

La migración italiana en La Matanza data del último tercio del siglo XIX y los primeros años del XX, pero su mayor presencia se ubica en la segunda posguerra. Como ilustra Agostino (2007), la política migratoria de la época constituía un factor atrayente:

La nueva alineación política internacional decidida por el gobierno argentino después de 1944, lo comprometía a brindar asistencia a esa nación con una elevada proporción de mano de obra desocupada que pugnaba por emigrar y se sentía atraída por las condiciones económicas que reinaban en la Argentina (Agostino, 2007: p.103).

La mayor parte de la población italiana asentada en La Matanza fue de origen calabrés y se dedicó a actividades del sector primario. Otras presencias regionales notorias fueron de Sicilia y del Piamonte. Estos trabajadores se dedicaron predominantemente a actividades de construcción. Fue mayoritaria su presencia en San Justo, Ramos Mejía y Lomas del Mirador, aunque se puede visibilizar la impronta italiana en todo el partido en mayor o menor medida. Sobre la fuerte presencia calabresa, Inés, miembro de la Associazione Cattolica Cetrarese Benedetto afirma:

Hay muchas asociaciones italianas en La Matanza, en especial calabresas. La nuestra tiene 41 años de antigüedad y tenemos nuestra sede en Ramos Mejía. En este momento la mayoría de los inmigrantes italianos de posguerra han fallecido y por lo tanto, en las asociaciones participan sus descendientes, aunque cada día es más difícil lograr el compromiso de los más jóvenes. (Entrevista a Inés, Associazione Cattolica Cetrarese Benedetto, 2020).

En San Justo se encuentran la Associazione Cattolica Cetrarese Benedetto y la Societá Italiana Stella Alpina, entre las más representativas. De acuerdo a lo publicado en su página web, la Asociación Italiana Cultural y Recreativa Stella Alpina tiene una importante historia dentro del partido. Su presencia en la localidad se remonta a 1953 cuando se compran dos lotes en la calle Rivera Indarte a partir del esfuerzo de socios/as que prestan dinero para dicha adquisición obtener de inmediato la posesión de los mismos. No obstante, la Asociación Italiana Savellese de Socorros Mutuos ubicada en Lomas del Mirador es la más antigua del partido ya que se remonta a 1908. En su origen, la mayoría de las asociaciones respondían a necesidades sanitarias, sociales o deportivas, así como a la realización de actividades culturales (gastronómicas y artísticas) y religiosas características de sus regiones vernáculas. En la actualidad brindan cursos de idioma y proponen diversas actividades abiertas a la comunidad como yoga, fútbol, reiki, entre las más populares. Cabe destacar que si bien no son asociaciones, la colectividad italiana se encuentra presente a través del Hospital Italiano de San Justo y del club de fútbol Sportivo Italiano de Ciudad Evita.

La colectividad española también fue notoria en el partido pero sus asociaciones fueron menos numerosas que las itálicas: El Patronato Español, actualmente Jesús Buen Pastor Hogares Don Bosco de la Orden Salesiana, en Isidro Casanova y la sede deportiva del Centro Salamanca situada en San Justo.

Aunque la presencia de portugueses se remonta al período colonial de la historia argentina, la migración portuguesa comienza a visibilizarse a mediados del siglo XIX (Borges, 1989; 1991). La primera mitad del siglo XX (1900-1960) concentró la mayor parte de la emigración lusa hacia la Argentina procedente de distritos empobrecidos del norte y sur del país. Se instalaron tanto en la ciudad de Buenos Aires como en el conurbano. En La Matanza, la migración portuguesa proviene del norte del país luso y data de la década de 1920. Durante las cuatro décadas subsiguientes, esta migración contribuyó al crecimiento y expansión del partido a través de la creación de un mercado de trabajo basado en las quintas (huertas) de producción de verduras, en la fábricas de ladrillos e, incluso, con los medios de transporte público como la línea de colectivos (buses) 620 (Svetlitza de Nemirovskyy González, 1999; Correa, 2021). La mayoría se estableció en las localidades de Isidro Casanova, González Catán y Virrey del Pino, ocupando áreas que se encontraban poco urbanizadas o sin urbanizar en aquellas décadas. En Isidro Casanova se encuentra el Club Portugués del Gran Buenos Aires (fundado en 1978) sobre la Avenida Portugal, una de las más céntricas de la localidad (fig. 2). Sobre la misma avenida se halla la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, advocación mariana venerada en el país luso. Su edificio (en constante ampliación) cuenta con natatorio propio, cancha de fútbol y amplios salones. En la actualidad se ofrecen distintas actividades recreativas, deportivas y culturales a la comunidad en general que exceden a aquellas más vinculadas con la construcción identitaria etno-portuguesa como el folklore, la música y la gastronomía. El Club Recreativo Portugués se sitúa en González Catán y también posee una capilla de Nuestra Señora de Fátima.

Figura 2. Sede del Club Portugués del Gran Buenos Aires en Isidro Casanova. Fuente: Archivo personal.

El testimonio de Germano Goncalves Pinto asevera las características esbozadas:

Los portugueses encontraron una zona (aún) rural y muy apta para desarrollar las ya mencionadas actividades de cultivos en quintas y fabricación de ladrillos, siendo la zona de Isidro Casanova uno de los lugares preferidos para esas labores. Con el devenir de los años y el crecimiento poblacional, los campos se fueron loteando y se formó el pueblo de Isidro Casanova. Las familias portuguesas adquirieron muchos de esos lotes, construyeron sus viviendas y fueron parte fundacional de esta localidad. En cuanto al Club Portugués del Gran Buenos Aires, fundado el 23 de agosto de 1978, surgió como voluntad de los portugueses y sus familias residentes en el partido de La Matanza, muchos desconocidos entre sí debido a la carencia de un lugar en donde reunirse, con el fin de unir a la comunidad, disfrutar vivencias actuales y rememorar tradiciones. (Entrevista a Germano, Club Portugués del Gran Buenos Aires, 2020).

Por su parte, se destacan cuatro periodos en la inmigración eslovena (Rant, 1959; Molek, 2012) que se iniciaron hacia finales del siglo XIX (1878-1900) con la llegada al país de inmigrantes campesinos motivados por razones económicas. Entre 1900 y 1914 la composición cambió hacia personas formadas profesionalmente (Molek, 2013). El período de entreguerras (1920-1939) condensó la mayor cantidad de eslovenos/as que emigraron por razones económicas y políticas. Luego de la Segunda Guerra Mundial, en el período comprendido entre 1947 y 1953, llegaron a la Argentina refugiados políticos que se oponían al régimen comunista yugoslavo. A partir de esta caracterización, se comprende que si bien la presencia de la colectividad eslovena de La Matanza puede retrotraerse al período de entreguerras con la fundación en 1933 de un internado para varones con el nombre Lipa (El tilo) en Villa Madero (Rant, 1959), su principal composición migratoria se circunscribe a la última etapa (1947-1953). Según el estudio realizado por Pedro Rant (1959), la Asociación Cultural Eslovena (Slovenskakulturnaakcija) fue fundada en 1953 en la antigua Capital Federal de Buenos Aires (actualmente CABA) y luego trasladada hacia la localidad de Ramos Mejía sobre la calle Alvarado 390. En su orígenes fue llevada adelante por artistas e intelectuales eslovenos cuyo objetivo principal se concentró en fomentar la “alta cultura” originaria de aquel país a través del arte pictórico, el teatro y de la escultura. En la actualidad, el Club Esloveno Slomškov Dom de Ramos Mejía posee una sede propia de grandes dimensiones sobre la calle Castelli 28 (fig. 3) que incluye escuela, iglesia y un teatro y constituye uno de los espacios migratorios más representativos de la ciudad.

Figura 3. Club Esloveno SlomškovDom de Ramos Mejía. Fuente: Archivo personal.

Las asociaciones croata y polaca, al igual que la eslovena, no son numerosas pero datan de las décadas de 1940 y de 1960 respectivamente. El Centro Croata San Leopoldo Mandic ubicado en la localidad de Lomas del Mirador se destaca en el partido. La emigración hacia nuestro país se concentra luego de la Segunda Guerra Mundial debido a causas políticas y religiosas que los enfrentaban al régimen comunista de Tito. Los periodos de la inmigración polaca se suelen condensar en tres: 1897 a 1914, 1920 a 1939 y 1946 a 1950. En La Matanza se pueden hallar personas de los tres períodos (Agostino, 2007). La Asociación Polonesa Nicolás Copérnico, ubicada en San Justo, fue fundada por inmigrantes polacos que llegaron después de la Segunda Guerra Mundial y en su sede posee un teatro que fue referente cultural local en las décadas de 1960 y 1970.

Con menor visibilidad, Asia se encuentra presente en el partido en la zona de Ramos Mejía con asociaciones israelitas y la estampa africana puede encontrarse en Isidro Casanova a través del asociacionismo religioso.

4.4. La presencia latinoamericana

Las asociaciones latinoamericanas se dividen en aquellas más numerosas y con una historia de larga data, como las paraguayas y las bolivianas, y aquellas de más reciente formación y menor peso, como las venezolanas, haitianas y peruanas. Las asociaciones del Paraguay reproducen las grandes etapas del proceso migratorio paraguayo, pues comenzaron a fundarse en la década de 1950. Conformaron una segunda etapa aquellas constituidas entre los años 1976 y 1989, seguidas por un marcado desarrollo desde la década de 1990 a la actualidad (Rau, 2012). En el municipio de La Matanza se observa que la mayor parte de las asociaciones fueron creadas en una tercera etapa que se inicia en los años 90 y culmina en la primera década del 2000.

Una de las más renombradas a escala nacional es el Club Atlético Deportivo Paraguayo (CADP) creada en 1961 con su sede central en la CABA y con un centro deportivo en González Catán, en un predio adquirido en 1992. La presencia del club opera como un hito dentro del paisaje urbano que identifica el área con “lo paraguayo” a través de referencias espaciales como “atrás del deportivo” o “la zona de los paraguayos” (Halpern, 2006). Desde un punto de vista estadístico quienes nacieron en Paraguay y residen en González Catán representan el 70% del total de la población extranjera en la localidad, un porcentaje muy superior al 45% del total del partido. Aunque la actividad fundacional de la asociación fue la práctica del fútbol, se expandió también hacia diferentes propuestas culturales y políticas. Dentro de la sede deportiva se halla una ermita de la Virgen de Caacupé, patrona de Paraguay; allí se realiza la misa de esta advocación mariana del culto católico cada 8 de diciembre. En ese momento se congregan numerosas asociaciones paraguayas del municipio y de otros puntos de la metrópolis.

La localización de esta sede resulta estratégica dado su emplazamiento sobre la calle principal de este sector, única asfaltada en un entorno con escasez de servicios públicos y con condiciones de marginalidad. En los primeros años, luego de su adquisición, el entorno de este predio resultaba ser un paisaje muy diferente al actual.

Era todo un descampado, eran chacras, chacras, y bueno surgió a través de un socio del club que había oportunidad de comprar, lo fuimos a ver y nos decidimos meter, se pagó, y bueno se fueron pagando con cuotas, con el trabajo de la gente el esfuerzo, haciendo eventos, campeonatos de fútbol, fiestas, festivales, todo con el esfuerzo de la gente. Hoy, en estos últimos años, mejoró mucho la infraestructura de alrededor del predio, por ejemplo, se amplió la avenida, ya está todo avenida, bien, asfaltaron un costado del predio (…) después alrededor del club, más en el fondo, los grandes descampados también y eso están todos poblados y una gran mayoría de la comunidad paraguaya… pero no solo de la comunidad, viene muchísima gente de argentina (…) (Entrevista a Salomón, CADP, 2020).

Dentro de las actividades del club se ha destacado en el pasado su participación activa a nivel local durante el Programa Patria Grande, programa llevado a cabo por la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) entre 2006 y 2010, que tuvo como principal objetivo la regulación documentaria.

Otras asociaciones de origen paraguayo son AváKa’atyÑe’é- Barrio Alberdi (González Catán) creado en 1992, Asociación Guaireña de Deporte y Cultura (Rafael Castillo), Centro Amigos Guaireños de la Matanza (Isidro Casanova), Centro Carapegüeño y Damas Solidarias Carapegüeñas-Barrio Mi Esperanza (González Catán) fundado en 1973 (fig. 4), Centro de Residentes Paraguayos de La Matanza (Ciudad Evita), Centro San Pedro de Paraná (Isidro Casanova) y Centro Silvio Morinigo (Villa Luzuriaga) que data de 1990 (fig. 5), entre otras. Su tipología se circunscribe a las de tipo social y las culturales. Se desataca la celebración de sus festividades concurridas (aproximadamente 30.000 personas) acotadas a la celebración anual de la Virgen de Caacupé tanto en el Club Atlético Deportivo Paraguayo como en la Iglesia de Don Bosco (Aldo Bonzi). Más recientemente se comenzaron a realizar encuentros entre distintas asociaciones paraguayas con motivo de conmemorar el día de la independencia paraguaya y homenaje a la madre paraguaya en fechas cercanas al 14 y 15 de mayo, acompañada por el municipio, desde la Subsecretaría de Relaciones con las Colectividades.

Figura 4. Centro Carapegüeño, barrio San Alberto, Isidro Casanova. Fuente: Archivo personal.

Figura 5. Centro Silvio Morinigo, barrio Manzanares, Villa Luzuriaga. Fuente: Archivo personal.

El testimonio de María ilustra el proceso de formación de muchas instituciones paraguayas en el partido:

Yo ya vivía acá en el 72 (…) se fueron haciendo reuniones, reuniones, y se compró un terreno, acá nomás, en barrio Los Manzanares. Se compró el terreno y se empezó a trabajar. No vas a creer que empezamos trabajando bajo un árbol, una morera grande que había ahí, bueno, debajo de eso se hacía asado, nos reuníamos (…) Y como muchos paraguayos se dedican a la construcción, se juntaron ahí enseguida e hicieron, a pulmón ¿eh? una parte para la cocina e hicieron un cuartito tipo para una oficina y baño (…) Hicieron un escenario, mi marido enseguida con las maderas que tenía, hicieron un escenario re groso ahí... Y bueno, ahí empezamos a trabajar. (Entrevista a María, Centro Silvio Morinigo, 2019).

En contraposición con las asociaciones paraguayas más consolidadas, se encuentran algunas muy recientes y con un perfil vinculado intereses político partidarios, tal es el caso de la Primera Agrupación Peronista Paraguaya (PAPPEM) creada en 2018. Las funciones principales que desarrolla se articulan con las necesidades manifestadas en el barrio en el que se emplaza, un sector poco consolidado de ocupación reciente alejado de las principales centralidades en González Catán. Su trabajo se articula con una red de comedores y merenderos a partir de la gestión de recursos y donaciones y su distribución entre los distintos puntos de la misma. Tal como el presidente detalla:

Mucha gente sin documentos, empezamos a visitar los barrios. Y bueno, fuimos haciendo, generando vínculos con el Consulado de San Justo (…) Yo vengo laburando 6 años y Pappem, más o menos, van a ser 2 años y medio, van a ser 3 que inaugura la organización, la agrupación (Entrevista a Santiago, PAPPEM, 2020).

Tal como se distingue en este fragmento, otra de las actividades destacadas implica la facilitación de las gestiones para regularizar la situación documentaria de los/las migrantes y avanza hacia la promoción del empadronamiento para ejercer el voto en las elecciones.

La colectividad boliviana en la Argentina cuenta con más de doscientas asociaciones civiles, políticas y culturales que son muy activas (Sassone, 2002; Pizarro, 2009; Melella, 2016). En términos históricos, a nivel nacional, si bien existen antecedentes de asociaciones bolivianas desde la década de 1930, su aumento se dio en las décadas siguientes. Hacia la década de 1960 las organizaciones bolivianas se podían agrupar según dos tipos: las relacionadas con movimientos “villeros” y aquellas más auto-identificadas como organizaciones culturales (Gavazzo, 2007). Migrantes bolivianos/as que fueron expulsados de las villas de emergencia de la CABA comenzaron a atraer connacionales y dieron inicio al proceso de ocupación del conurbano por parte de este colectivo, tal fue el caso en La Matanza. Luego del retorno a la democracia en 1983 las asociaciones bolivianas se fortalecieron, diversificaron y expandieron. Entre las principales actividades en que se emplean las personas bolivianas se destacan la industria textil, el comercio, la horticultura y la construcción.

Su presencia ha sido analizada tanto desde una dimensión residencial como institucional en las localidades matanceras de Ciudad Madero, Villa Celina, Isidro Casanova, Gregorio de Laferrere y González Catán (Sassone, 2002; Agostino, 2007; Sassone y Cortés 2014). Celina se reconoce como “lugar boliviano” destacado por la cantidad de población del país andino que allí se concentra. Se trata de un tradicional barrio de migrantes europeos con una ubicación estratégica para la economía popular como el Mercado Central y la feria de La Salada. Incluso con el notable peso demográfico de la migración boliviana en Ciudad Celina resulta llamativo que a nivel local la presencia de asociaciones no resulta tan visibilizada al interior del municipio, tampoco cuentan con gran cantidad de páginas web o cuentas de Facebook actualizadas.

En trabajos anteriores se destacaron entre las más reconocidas asociaciones bolivianas de la RMBA vinculadas a la función religiosa y creadas a partir de la década de 1970 a la Asociación Civil TukuyKallpa de Villa Celina y a la Asociación Boliviana de González Catán, ambas en La Matanza (Santillo, 2007). También, la cantidad de festividades que se celebran en todo el partido es notoria (alrededor de 18 al año) destacándose la Virgen de Copacabana y la de Urkupiña. En el caso de Laferrere, coinciden las concentraciones residenciales y la presencia de asociaciones de acuerdo a trabajo anteriores como agrupaciones de danza Fraternidad Folklórica y Cultural Tinkus Masis Laferrere, Caporales Renacer de Laferrere y Caporales Virgen de Copacabana de Laferrere (Sassone, 2014, p.1313-1314).

Las ligas deportivas vinculadas al fútbol constituyen fuertes espacios para el fortalecimiento del sentido de pertenencia también en la colectividad boliviana. Entre las asociaciones más destacadas se encuentra la sede de Fraternidad Deportiva Boliviana (FRADEBOL), fundada en 1990 con un importante predio sobre la ruta 21, en la localidad de Ciudad Evita (fig. 6).

Figura 6. Fraternidad Deportiva Boliviana, Ciudad Evita. Fuente: Archivo personal.

5. Discusión de resultados y conclusiones

De modo similar a lo que sucede en la dimensión residencial, la dimensión territorial de las instituciones a través de sus sedes señala que las migraciones europeas se insertaron en el partido en un contexto más privilegiado que permitió el acceso a la tierra y a la vivienda con mayores facilidades mientras que para las comunidades de países latinoamericanos las coyunturas resultaron ser marcadamente excluyentes. La visibilidad de las asociaciones en áreas próximas a las centralidades, en sectores consolidados de la ciudad, jerarquiza a la institución en particular y, eventualmente, también a la colectividad en general. En contrapartida, las asociaciones ubicadas en los márgenes de la ciudad se tornan más imperceptibles y, si bien tienden a mitigar la marginalidad de los entornos, se posicionan a escalas más acotadas.

Además, la reconstrucción histórica de las asociaciones y sus posibilidades materiales de concretar su presencia en el paisaje urbano y suburbano muestran cómo la configuración de estos microterritorios fue acompañando el proceso de expansión de la ciudad a lo largo de sus principales ejes de comunicación. Asociaciones como las portuguesas y las paraguayas se instalaron, en distintos momentos, en sectores hasta entonces poco habitados promoviendo el desarrollo de nuevos territorios a partir de un tejido social mallado por redes comunitarias. Este emplazamiento se correspondió asimismo con ciertas actividades económicas específicas como la horticultura y la actividad ladrillera propia de los espacios periurbanos, tal como fue el caso de la comunidad portuguesa. En estas formas de territorialización se hallaron algunas similitudes vinculadas al esfuerzo colectivo para las compras de lotes y/o construcción de edificios para las sedes. Agruparse en asociaciones ha permitido una implantación más fuerte en cuanto que organiza y conecta estos territorios con otros a distintas escalas a la vez que habilita posibilidades de interacción intra e intercomunitarias.

Junto con el estudio de la dimensión residencial, los anclajes relacionados con las actividades asociativas y su materialidad también resultan elementos explicativos en la construcción de territorialidades migratorias. El lugar de su emplazamiento, la construcción edilicia –escuelas, natatorios, teatros, sedes religiosas– y los servicios que brindan a la comunidad ponen en evidencia que las asociaciones de países europeos poseen un poder de agencia mayor y más asentado a lo largo del tiempo que les permite posicionarse como actores clave en el entramado de las colectividades de migrantes del municipio. Los italianos, si bien muestran cierta dispersión y heterogeneidad respecto de sus sedes asociativas, siguen siendo considerados como uno de los colectivos más importantes. Además, se radican en el partido dos instituciones de referencia a nivel nacional como el Club Sportivo Italiano y el Hospital homónimo. La comunidad portuguesa ha dado nombre a la avenida en la cual se encuentra su sede asociativa y la comunidad eslovena, aunque con ciertos rasgos de endogamia, destaca como uno de los rasgos culturales y religiosos más característicos de la localidad de Ramos Mejía. En términos de Sassen, se han establecido a través de los años como profesionales o instrumentales al seguir manteniendo vínculos con las elites y/o esferas institucionales a nivel local y nacional sin descuidar la afirmación de un legado étnico y cultural característico de las asociaciones culturales o expresivas. Por el contrario, el proceso visible en las latinoamericanas es más reciente y restringido a pesar de que su presencia persiste desde hace varias décadas. La mayoría se encuentra situada en áreas de marginalidad y sus actividades se vinculan con las necesidades que las coyunturas han demandado a este grupo. Volviendo a Sassen, si bien la mayoría de las asociaciones corresponden al tipo cultural, las más antiguas se expandieron hacia una función también instrumental. En contraposición, algunas más recientes no cuentan con sede propia ni recursos para poder establecer lazos más fuertes con la comunidad y/o con las instituciones, expresando como indicaba Haesbaert, un tipo de territorialización más vinculado a la apropiación simbólica que a la dominación. Estas pautas permiten dar cuenta de la heterogeneidad al interior del conjunto de las asociaciones paraguayas, por ejemplo.

Lejos de constituirse como un mero factor descriptivo el análisis de la distribución de la diversidad asociativa en La Matanza evidencia interesantes relaciones entre emplazamientos, desigualdades socio-territoriales dentro de las localidades y contextos históricos en los que se gestaron las instituciones. Las diferencias de origen, antigüedad y capitales configuran jerarquías en las formas de territorialización de las asociaciones. Continúa pendiente la profundización de diversas líneas de interés que emergieron durante este análisis, lo cual manifiesta el amplio campo de estudio pendiente en el estudio de la dimensión territorial de las asociaciones migrantes en la metrópolis, específicamente en los espacios más allá de las áreas centrales.

Referencias bibliográficas

Agostino, Hilda (2007). Los inmigrantes que eligieron vivir en La Matanza. San Justo: Universidad Nacional de La Matanza.

Agostino, Hilda y Pomés, Raúl (2015). El partido de La Matanza y su historia. Desde el pleistoceno hasta el Siglo XXI. San Justo: Universidad Nacional de La Matanza.

Althabe, Gerard, Fabre, Daniel y Gérard Lenclud (Eds.) (1996). Vers une ethnologie du présent. Paris: Éditions de la Maison des sciences de l’homme, Ministère de la Culture

Borges, Marcelo (1989). Los portugueses en Buenos Aires a mediados del siglo XIX: una aproximación sociodemográfica. Estudios Migratorios Latinoamericanos, 12, 353-382.

Borges, Marcelo (1991). Características residenciales de los inmigrantes portugueses en Buenos Aires en la segunda mitad del siglo XIX. Estudios Migratorios Latinoamericanos, 18, 223-247.

Correa, Carlos (2021). Club Portugués del Gran Buenos Aires. Do Rio tejo al Rio de la Plata. Ramos Mejía: Masterdigital Ediciones.

Cortés, Genevieve (2009). Migraciones, construcciones transnacionales y prácticas de circulación. Un enfoque desde el territorio. Párrafos Geográficos, 8(1), 35-53.

Devoto, Fernando (2004). Historia de la inmigración en la Argentina. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.

De Grande, Pablo y Salvia, Agustín (2019). Informalidad urbana. Buenos Aires: Observatorio de la Deuda Social Argentina. Recuperado el 3 de noviembre de 2021, de: https://mapa.poblaciones.org/map/8501

Gavazzo, Natalia (2008). Inmigrantes en el imaginario de la nación. Una visión desde las organizaciones de tres comunidades latinoamericanas en la Argentina del siglo XXI. Colección, 18/19, 49-77. Recuperado el 26 de noviembre de 2021, de: https://erevistas.uca.edu.ar/index.php/COLEC/article/view/807/0

Haesbaert, Rogério (2013). Del mito de la desterritorialización a la multiterritorialidad. Cultura y representaciones sociales, 8(15), 9-42. Recuperado el 26 de noviembre de 2021, de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-81102013000200001&lng=es&tlng=es

Halpern, Gerardo (2006). Etnicidad, inmigración y política. Representaciones y cultura política de exiliados paraguayos en Argentina (Tesis doctoral). Facultad de Filosofía y Letras (UBA), Buenos Aires.

Le Gall, Julie y Matossian, Brenda (2008). Associations et réseaux régionaux: des outils pour analyser les processus de territorialisation des migrants. L´Ordinaire Latino-Americain, 208-209, 117-142. DOI: https://doi.org/10.4000/orda.3288

Mansilla Quiñones, Pablo e Imilán, Walter (2018). Migrant reterritorializations through body and its expressions. Estudios atacameños, 60, 241-256. Recuperado el 26 de noviembre de 2021, de: https://www.jstor.org/stable/26777948

Marcos, Mariana y Mera, Gabriela (2015). Migrantes internacionales en la Aglomeración Gran Buenos Aires: un análisis cuantitativo de su distribución espacial. Cuadernos Geográficos, 54(1), 257-282. Recuperado el 26 de noviembre de 2021, de: https://revistaseug.ugr.es/index.php/cuadgeo/article/view/2581

Mazurek, Hubert (2009). Espacio y territorio: Instrumentos metodológicos de investigación social. Marsella: IRD Éditions.

Melella, Cecilia (2016). Migrantes de países andinos en la Argentina: prensa gráfica, redes virtuales y construcción identitaria. Buenos Aires: Biblos.

Molek, Nadia (2012). Los refugiados eslovenos en la Argentina. Debates Latinoamericanos, 22, 35-58. Recuperado el 26 de noviembre de 2021, de: https://revistas.rlcu.org.ar/index.php/Debates/article/view/252

Molek, Nadia (2013). Configuraciones identitarias en entre los migrantes eslovenos de enterguerras y sus descendientes. VII Jornadas Santiago Wallace de Investigación en Antropología Social. Instituto de Ciencias Antropológicas. Facultad de Filosofía y Letras (UBA), Buenos Aires.

Pereyra, Brenda (2005). ¿La unión hace la fuerza? Ciudadanía y organizaciones en el contexto de la migración. En Programa Mujeres y Movimientos Sociales (Ed.), Migraciones, globalización y género en Argentina y Chile (pp. 57-78). Buenos Aires: CECYM.

Pizarro, Cynthia (2009). Organizaciones de inmigrantes bolivianos en áreas periurbanas argentinas: entre la demanda contra discriminación y la reproducción de la subalternidad. Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos, Río de Janeiro. Recuperado el 27 de noviembre de 2021, de: http://www.academia.edu/1203565/ORGANIZACIONES_DE_INMIGRANTES_BOLIVIANOS_EN_AREAS_PERIURBANAS_ARGENTINAS_ENTRE_LA_DEMANDA_CONTRA_DISCRIMINACION_Y_LA

Pizarro, Cynthia y Ciarallo, Ana (2021). Circulaciones migratorias. En Jiménez Zunino, Cecilia y Trpin, Verónica (Eds.), Pensar las migraciones contemporáneas. Categorías críticas para su abordaje (pp 31-34). Buenos Aires: Teseo.

Rau, Víctor Horacio (2012). Caracterización y diagnóstico de las asociaciones paraguayas. Cuadernos Migratorios OIM, 4, 57-92.

Rant, Pedro (1959). La inmigración eslovena en la República Argentina (Tesis doctoral). Facultad de Ciencias Económica (UBA), Buenos Aires.

Robin, Regine (1996). Identidad, memoria y relato. La imposible narración de sí mismo. Buenos Aires: Ediciones CBC.

Santillo, Mario (2001). Las organizaciones de inmigrantes y sus redes en Argentina. En CEPAL Resumen del Simposio sobre Migración Internacional en las Américas. Naciones Unidas, Santiago de Chile. Recuperado el 27 de noviembre de 2021, de: https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/7148/S01040348_es.pdf

Sassen, Saskia (1979). Formal and informal associations: Dominicans and Colombians. International Migration Review, 13, 314-332. DOI: https://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.2050-411X.1989.tb00991.x

Sassone, Susana (2002). Geografías de la exclusión, inmigración limítrofe indocumentada en la Argentina; Del sistema mundo al lugar (Tesis doctoral), Facultad de Filosofía y Letras (UNCUYO), Mendoza.

Sassone, Susana (2014). Paisajes étnicos en las periferias urbanas latinoamericanas. Sobre la construcción y mutación de espacios residenciales en Buenos Aires. XIII Congreso de Antropologia de la Federacion de Asociaciones de Antropologia del Estado Español. Universitat Rovira i Virgili, Tarragona.

Sassone, Susana, Cortés, Genevieve, Daguerre, Celia, Capuz, Silvia, Jáuregui, Graciela, Matossian, Brenda, Jiménez, Laura y Cayo, Edwin (2004). Familia, migración y transnacionalización: territorialidades emergentes entre Bolivia y la Argentina. Signos Universitarios, 23(40), 15-39.

Sassone, Susana y Cortés, Genevieve (2014). Escalas del espacio migratorio de los bolivianos en la Argentina: entre la dispersión y la concentración. En Solé, Carlota, Parella, Sonia y Petroff, Alisa (Eds.) Las migraciones bolivianas en la encrucijada interdisciplinar: evolución, cambios y tendencias (pp 75-110). Barcelona: Servei de Publicacions.

Svetlitza de Nemirovsky, Ada y González, Rosana. (1999). Saudade. La comunidad rural portuguesa de La Matanza, Argentina. Scripta Ethnologica, 21, 81-92.


[1] Desde la dimensión institucional y administrativa, el interior de La Matanza se configuraba a partir de quince localidades para 2010: 20 de Junio, Aldo Bonzi, Ciudad Evita, González Catán, Gregorio de Laferrere, Isidro Casanova, La Tablada, Lomas del Mirador, Rafael Castillo, Ramos Mejía, San Justo, Tapiales, Villa Luzuriaga, Villa Madero y Virrey del Pino.