Núm. 44 (2017) ■ 179-209

ISSN: 0210-7716 ■ ISSN-e 2253-8291

http://dx.doi.org/10.12795/hid.2017.i44.07

Recibido: 31-1-2017; Aceptado: 14-3-2017; Versión definitiva: 14-3-2017


El memorial de bienes y deudas de diego de lepe (1517): a propósito del sistema crediticio en Jerez de la Frontera [1]

The Memorial de bienes y deudas of Diego de Lepe (1517): THE CREDIT SYSTEM IN JEREZ DE LA FRONTERA

Emilio Martín Gutiérrez

Universidad de Cádiz

emilio.martin@uca.es

Resumen : La ciudad de Jerez ocupó un lugar predominante en las comarcas gaditanas a finales de la Edad Media. El crecimiento económico, asentado en los recursos procedentes de la tierra y en la proximidad al mar gracias al corredor Guadalete-Bahía de Cádiz, corrió de forma pareja a la inclusión de la ciudad en los circuitos comerciales. Hasta la fecha se ha insistido en el papel de los mercaderes foráneos –genoveses y portugueses junto con flamencos, ingleses y bretones– en relación con el mercado. En este artículo presento algunas reflexiones sobre el funcionamiento del sistema crediticio tomando en consideración el  Memorial de bienes y deudas  del mercader Diego de Lepe en 1517.

Palabras clave: Sistema de crédito; mercado; siglo XVI; Jerez de la Frontera (España).

Abstract: During the Late Middle Ages, the city of Jerez de la Frontera (Spain) played a pivotal role in the region of Cadiz. The economical growth of the city, based on local natural resources and its proximity to the sea, made it possible for the city to be part of international commercial networks. In recent years many studies have been made of the role of foreign merchants –Genoese, Portuguese, Flemish, English or Breton– in local commerce. This paper presents an overview of the structure and function of the credit system, using as a case study the Memorial de bienes y deudas of the merchant Diego de Lepe (1517).

Keywords : credit system; market; 16 th century; Jerez de la Frontera (Spain).

1. Introducción [2]

La ciudad de Jerez de la Frontera ocupaba un lugar predominante en las comarcas gaditanas a finales de la Edad Media. Controlaba un amplio término de 139.320 hectáreas que se extendía desde la bahía de Cádiz hasta la sierra de Ronda. En 1534 contaba con 18.755 habitantes y acogía a comerciantes peninsulares y europeos [3] . Al igual que en otras regiones, la organización de sus paisajes rurales estaba cristalizada durante el siglo XV y el primer cuarto del XVI: a los recursos de la tierra y de la montaña hay que sumar los del mar gracias al corredor Guadalete-Bahía de Cádiz que permitió su integración en los circuitos comerciales.

Sin minusvalorar el papel de las explotaciones de cereal y olivar de gran entidad en la vida económica ciudadana, las tierras dedicadas al viñedo y a la ganadería marcaron una tendencia en los paisajes jerezanos. Tomemos dos ejemplos estudiados recientemente. El primero está fechado en 1505 cuando el procurador Alonso de Herrera encabezó una comisión para frenar la petición de tierras de un grupo de campesinos pobres: el “informe o probanza”. Se elaboró una encuesta donde participaron individuos con una posición socioeconómica desahogada gracias a sus patrimonios urbanos y rústicos. Entre otras afirmaciones, los testigos declararon que la superficie del viñedo alcanzaba las 10.000 aranzadas, 4.400 hectáreas: cantidad, a todas luces, muy notable. El segundo ejemplo, centrado en la cabaña ganadera, toma como base los sorteos de “echos”: se han conservado dos listados con los ganaderos y su ganado vacuno fechados en 1485 y 1519. Si en el primer año el número de vacas era de 18.850, en el segundo la cifra alcanzaba las 20.328 cabezas. La organización de ambos paisajes estuvo en función de las condiciones ambientales, de los avatares políticos, de la estrategia del concejo, de los intereses de los grandes propietarios, de las aspiraciones de los campesinos y, lógicamente, del mercado. Desde finales del siglo XV el vino y el cuero eran dos de los productos presentes en las transacciones comerciales [4] .

Los mercaderes foráneos estuvieron muy presentes en los cuatro ámbitos del Golfo de Cádiz –zona onubense, estuario del Guadalquivir, bahía de Cádiz y Estrecho de Gibraltar– participando en las actividades comerciales de exportación hacia los mercados del Atlántico Norte y del Mediterráneo. En Andalucía Occidental –donde la ciudad de Sevilla se había convertido en un notable núcleo mercantil y financiero [5] – las comunidades genovesas, florentinas y venecianas dejaron su impronta en las ciudades y villas portuarias como ha puesto de relieve Raúl González [6] . La localización de estos núcleos portuarios –su ubicación es un factor clave para analizar las actividades financieras– suele estar conectada con los circuitos comerciales y con las relaciones de créditos dentro de sus correspondientes comarcas [7] .

Son abundantes los estudios que han subrayado la actividad de los comerciantes extranjeros en Jerez: genoveses y portugueses –en torno al medio centenar a finales del siglo XV– flamencos, ingleses y bretones [8] . Aunque aún carecemos de una investigación de base sobre las redes establecidas entre éstos y los mercaderes jerezanos con especial mención al sistema crediticio en el ámbito urbano y rural, se están empezando a dar los primeros pasos [9] . Estos mercaderes locales –calceteros, carniceros, curtidores, boticarios, chapineros, latoneros o borceguineros– fueron piezas claves en el sistema económico aportando el capital necesario para el funcionamiento de las haciendas agropecuarias o para la financiación del comercio marítimo. Según Enrique Ruiz “los pequeños vinateros y artesanos locales se encargaron de los fletes enviando sus productos a Lisboa y las Islas Canarias en los primeros años del XVI”: de los dieciséis fletes que se dirigieron a Canarias entre 1514 y 1520, quince fueron realizados por artesanos o pequeños propietarios agrícolas [10] .

Sirva esta apretada síntesis para introducir el objetivo de este artículo: reflexionar sobre el sistema crediticio en Jerez de la Frontera de la mano del “Memorial de bienes y deudas” de Diego de Lepe de 1517 [11] . Desde un punto de vista metodológico, he elegido este documento por tres razones fundamentales [12] . La primera por su singularidad ya que no he localizado otro similar entre los mercaderes jerezanos en esas fechas. La segunda es de mayor peso ya que a través de su actividad se obtiene una imagen del funcionamiento del sistema crediticio. Esto me lleva a la tercera consideración que quizás sea la más interesante: el “Memorial” fue redactado entre las crisis de 1503-1507 y la de 1521-1523 [13] ; dicho de otra manera, analizamos un período marcado por el cambio a un sistema económico ajustado al comercio [14] .

2. Una semblanza de Diego de Lepe

Aunque no se encuentra entre los objetivos de este trabajo elaborar una biografía de Diego de Lepe, sí he considerado necesario esbozar una semblanza que ayude a situarlo en la sociedad de la primera mitad del siglo XVI [15] . Vivió en la plaza de la Yerba en la collación de San Dionisio. Su memoria, fijada en el callejero de la ciudad, fue evocada por el historiador y archivero Agustín Muñoz y Gómez a principios del siglo XX:

Diego de Lepe vivía en la plaza de la Yerba, esquina a la calleja de su nombre […] Ocupaba, por tanto, la casa de Diego de Lepe el lugar donde hoy se asienta la casa que hace esquina a la plaza de la Yerba, frente a otra esquina de las Casas Consistoriales [16] .

Pero yo no quisiera quedarme en la anécdota: este dato sitúa a nuestro personaje residiendo en uno de los focos tradicionales y pujantes de la actividad comercial urbana. Allí se había ubicado la alcaicería un recinto cerrado e integrado por dieciséis tiendas en la década de los cincuenta del siglo XV [17] . Así pues, y desde uno de los barrios comerciales con más pujanza, fue desplegando su actividad mercantil y creando una red de contactos como tendré ocasión de comentar posteriormente [18] .

Diego de Lepe fue calcetero y mercader –así aparece denominado en la documentación notarial– lo que permite situarlo dentro del “común”, grupo amplio y heterogéneo con individuos dedicados a la artesanía, al comercio o a las labores agrícolas. Sabemos que desplegó una política matrimonial –por denominarla de algún modo– que ejemplifica su progresión dentro de este grupo social. Casado en primeras nupcias con María Hernández –con quien tuvo un hijo llamado Alfonso nacido en torno a 1509– la dote y arras ascendieron a 20.000 maravedíes. Aunque este caudal se fue incrementando durante el tiempo que estuvieron casados, no parece que fuese una cantidad muy elevada [19] . Tras fallecer su primera esposa, volvía a casarse en 1516. Su segunda mujer Catalina de Mendoza aportó al matrimonio 60.000 maravedíes de dote. Él contribuyó al enlace con 10.000 maravedíes en calidad de arras. Tuvieron una hija llamada Ana Agustina que contraería matrimonio con Pedro de Hinojosa, como comentaré más adelante [20] .

Los datos que conocemos de su vida están marcados por sus actividades comerciales y mercantiles que afianzaron su presencia en los circuitos económicos de la ciudad en los años veinte y treinta del siglo XVI: en 1520 como arrendador del “catorceavo e terçia de la Açeña del Rey” junto con Benito de Arcos, García Simón y el mayordomo de Jerez Diego de Trujillo; diez años después como arrendador de las rentas de la miel, cera y grana en compañía de Pedro de Carmona, Melchor de Sevilla, Antón Rodríguez de Marrache [21] y Francisco Catano [22] ; en fin, en 1531, junto a Francisco de Torres, como fiador de Diego Dávila, y de nuevo Francisco Catano con una cantidad de 122.000 maravedíes en la renta de la uva de San Dionisio [23] . Sospecho que a través de estos contactos pudo ampliar su propia red fortaleciendo su posición en los círculos mercantiles de la ciudad. Esto explicaría que durante aquellos años se interesase por la gestión de propiedades urbanas –casas y tiendas– y por las explotaciones agrarias: olivar y viñedo, fundamentalmente. En efecto, entre 1519 y 1537 compraba tributos o daba a censo sus propiedades agrarias (Tabla 1).

Tabla 1. Diego de Lepe. Censos y tributos. Tierras: Años 1519 y 1537.

Compra de censos

Censatario

Censo (mrs.)

Aranzadas

Cultivo

Precio (mrs.)

Pedro Fernández. de Trujillo

1.000

10

Olivar

8.000 I

Bartolomé de Espino

1.000

2,5

Viña y olivar

7.250 II

Francisco Adorno

300

2

Viña y arboleda

2.000 III

Ambrosio de Cazana

2.000

-

Viña y arboleda

17.000 IV

Tierras dadas a censo

Censualista

Censo (mrs.)

Aranzadas

Cultivo

Gonzalo García

600

2

Viña V

Gonzalo García

900

2,5

Viña, olivar y tierra calma VI

Bartolomé de Espino

600

2,5

Viña, olivar y tierra calma VII

Pedro García Palomino

1.840

3 y 3 cuartas

Viña y tierra calma VIII

Pedro Yanes

3.000

10,5

Viña IX

Juan Marín

530

2

Viña X

I. Las tierras situadas en la Mata del Olivar, AMJF, PN, Año 1519, f. 427r-430v.

II. Las viñas situadas en el pago del Carrascal, AMJF, PN, Año 1520, f. 401v-403v.

III. Mercader genovés, Mingorance Ruiz 2013, pp. 1071-1072.

IV. Mercader genovés, Ibídem, pp. 1071-1072.

V. Las viñas situadas en el pago de Capirete, Ibídem, p. 1233.

VI. Las viñas situadas en el pago de Capirete, Ibídem, p. 1233.

VII. Las tierras situadas en el pago de Solete, AMJF, PN, Año 1522, f. 567v-568v.

VIII. Estas tierras –ubicadas en la vega del Guadalete– habían sido adquiridas a Francisco García Calvete. AMJF, PN, Año 1522, f. 606v-608v.

IX. El portugués Pedro Yanes compraba este tributo por 200 ducados al espartero Juan Martín Tartamudo. El censo se pagaba a Diego de Lepe y a la capellanía del jurado Alonso de Cabra. El viñedo estaba en el pago de Martinazo, Ibídem, p. 1875.

X. El portugués Juan Marín compraba estas tierras –ubicadas en el pago de la Arena– a Pedro García de Jaén por 1.500 mrs., Ibídem pp. 1584 y 1586-1587.

Entre 1515 y 1542 fue introduciéndose en la red de los comerciantes foráneos que se movían entre las ciudades portuarias de Andalucía Occidental: como es el caso del comerciante inglés Robert Dique [24] . Diego de Lepe mantuvo contactos mercantiles con genoveses, portugueses, ingleses –en 1524 fue, por ejemplo, arrendador de las propiedades jerezanas del mercader Esteban Linche– irlandeses y franceses asentados en Jerez y en la bahía de Cádiz (Anexo 1). Estas referencias apuntan a que su campo de actuación, al igual que ocurría con la ciudad, se ampliaba hacia el mar. Por otro lado, amén de ser testigo en alguna compraventa, participaba en operaciones inmobiliarias y en la venta de esclavos.

Esta actividad comercial y mercantil corrió pareja a su participación en el sistema político-concejil formando parte de la élite del común. En efecto, según Agustín Muñoz y Gómez llegó a ser “jurado de la ciudad en el siglo XVI”. Y también sabemos que el 22 de julio de 1536 se le concedió la exención de alojamiento:

Acatando los serviçios que nos avéis hecho, es nuestra merçed e voluntad que las casas en que al presente biuis e moráys y bivierdes y morardes de aquí adelante en la dicha ciudad, sean libres y esentas de huéspedes para que no se aposenten en ellas ninguna persona no se saque de ellas leña, ropa, paja ni cebada ni aves ni bestias ni guja ni otra cosa alguna por vía de aposento [25] .

Su hija Ana Agustina contrajo matrimonio con Pedro de Hinojosa en 1549. El dato es relevante de la progresión social de la familia de Diego de Lepe ya que su yerno pertenecía a una de las familias más importantes de la ciudad [26] .

Tuvo que ser a finales de 1542 –en octubre de aquel año aún aparecía en la documentación notarial comprando 250 maravedíes de tributo situados sobre las casas de su morada [27] – cuando Diego de Lepe falleció. Sabemos que al año siguiente su ya viuda Catalina de Mendoza compraba al mercader genovés Gerónimo Saluçio 450 maravedíes situados sobre 7 aranzadas de viñas en el pago de Macharnudo [28] .

3. El Memorial de bienes y deudas de Diego de Lepe. Año 1517

El “Memorial de bienes y deudas” de Diego de Lepe fue redactado con motivo de su segundo matrimonio en 1517. Contó con la presencia del escribano público Juan Ambrán, del mercader Pedro Sánchez Pardo y del calcetero Simón Aguilar. El documento está dividido en dos apartados: en el primero se incluye la tasación de sus propiedades y en el segundo las deudas [29] .

En relación con el primer bloque –y para una correcta comprensión de su bienes– he agrupado los datos en siete apartados y una adenda (Anexo 2). El bloque más amplio estaba dedicado a su actividad como calcetero: calzas y telas de Inglaterra, Flandes, Francia, Toledo o Valencia. Junto a sus bienes –tres esclavos, algunas armas y el correspondiente mobiliario– pagaba tributos por varias propiedades inmobiliarias distribuidas por las collaciones de San Dionisio, San Lucas y San Miguel y que habían sido comprados con anterioridad a 1517. La imbricación ciudad y campo, muy acusada en Jerez, salta a la vista en el “Memorial”. Entre sus bienes había más de 850 fanegas de cereal y más de siete botas de vino que debían estar almacenadas en silos y bodegas distribuidas entre sus propiedades inmobiliarias. Además pagaba un censo de 80 maravedíes a la iglesia de San Mateo por más de cuatro aranzadas de olivar y tierra calma en la Cruz camino de Sanlúcar de Barrameda.

Como ya he indicado, el segundo bloque se centra en las deudas. La cantidad total sobrepasaba los 170.000 maravedíes y más de 100 fanegas de cereal. En el listado –donde también figura el concejo– están representados prácticamente todos los segmentos de la sociedad jerezana: individuos incluidos en los linajes más notables, propietarios de explotaciones agropecuarias, ganaderos, labradores, salineros, artesanos o eclesiásticos hasta completar una nómina de setenta personas. Aunque ahora no puedo analizar los perfiles económicos de cada uno de ellos ya que nos llevaría muy lejos y no es el objetivo de este trabajo, en futuras investigaciones iré completando este cuadro [30] . En cualquier caso, el documento nos pone sobre la pista de un artesano-mercader que ya ha creado una notable red de contactos. A la luz de este documento podemos comprender el funcionamiento del sistema mercantil jerezano y atisbar su complejidad en un período donde el dinero actuaba como agente dinamizador. Como se ha señalado con acierto, “la variedad de sujetos inmersos en esta dinámica de la actividad financiera fue mucho mayor que la que a priori podríamos imaginar”: dicho de otra manera, desde diversos segmentos de la sociedad se participaba de forma activa en el sistema crediticio [31] .

En la Tabla 2 he incluido el porcentaje de las cantidades adeudadas –ya fuesen por préstamos de dinero o deudas por venta de productos– a Diego de Lepe. El grueso de las deudas incluía pequeñas cantidades: las inferiores a 2.000 maravedíes suponían el 73,23% del total.

Tabla 2. Porcentajes de las cantidades adeudadas. Año 1517.

Cantidades (en maravedíes)

Porcentajes

Entre 15.501 y 20.000

1,40%

Entre 13.501 y 14.000

1,40%

Entre 10.001 y 10.500

4.22%

Entre 9.501 y 10.000

1,40%

Entre 7.501 y 8.000

2,81%

Entre 6.501 y 7.000

1,40%

Entre 5.001 y 5.500

2,81%

Entre 3.501 y 4.000

1,40%

Entre 3.001 y 3.500

5,63%

Entre 2.501 y 3.000

1,40%

Entre 2.001 y 2.500

3,03%

Entre 1.501 y 2.000

14,08%

Entre 1.001 y 1.500

12,67%

Entre 501 y 1.000

15,49%

Menos de 500

30,99%

4. La incidencia del crédito en la sociedad rural

Aunque ya he comentado que voy a centrar mis reflexiones en torno al viñedo y a la ganadería, conviene apuntar algo en relación con un cultivo tan importante como es el olivar [32] . Mercedes Borrero viene insistiendo en el interés de la élite sevillana y de las redes comerciales por el aceite del Aljarafe y su adquisición mediante ventas anticipadas de la cosecha [33] . Este tipo de préstamo –efectuado en un momento en que aun se desconocía el precio del aceite en el mercado– también era frecuente en la campiña gaditana. Los casos localizados se rigen por este esquema: entre enero y septiembre se compraba el aceite de la siguiente cosecha. Mercaderes foráneos –como los genoveses Agustín de Espínola o Juan Cigala en 1517 y 1518 respectivamente [34] – o artesanos jerezanos –como el mesonero Juan Beato en 1517 [35] – aportaron el capital necesario. Con independencia de estos circuitos de comercialización del aceite jerezano, hay ejemplos que apuntan hacia un interés por adquirir el producido en el Aljarafe. El 9 de agosto de 1515 el jerezano Juan García Crespo compraba al sevillano Alonso Alemán 300 quintales de aceite del Aljarafe a 1.050 maravedíes el quintal. Desde el 1 de enero de 1516 y durante un año el aceite se debía recoger en la villa de Coria a razón de 25 quintales mensuales, abonándose la cantidad adeudada una vez recibido el montante cada mes [36] .

Desde mediados del siglo XV el viñedo experimentó un crecimiento notable: en 1505 había alrededor de 10.000 aranzadas, 4.400 hectáreas. Los propietarios no se dedicaron exclusivamente a este cultivo sino que gestionaron otras explotaciones agrarias y cuidaron sus cabañas ganaderas [37] . La heredad vitivinícola incluía diversas unidades denominadas “pedazos” con un número variable de aranzadas entregadas en arrendamiento y enfiteusis para su explotación. En este último caso y entre 1392 y 1523 el porcentaje de pedazos entre 0,1 y 4 aranzadas suponía el 77,42% [38] . Aunque no se han conservado padrones fiscales que permitan establecer la correlación entre propiedades y grupos sociales, es razonable pensar –la lectura de la documentación notarial no deja lugar a dudas– en una distribución del viñedo entre los diferentes segmentos de la sociedad jerezana encajando con el modelo interpretativo en Andalucía Occidental [39] .

Su puesta en explotación exigía la contratación de un personal especializado y llevaba aparejada una inversión económica. Para el caso que me ocupa en esta sede es significativo conocer el procedimiento seguido en la compra de uvas para vino. Mientras que algunas heredades tenían sus propias instalaciones de transformación, en otras ocasiones las bodegas se ubicaban en la ciudad: una situación que debía encarecer el producto. La compra de la uva para vino estaba relacionada con el anticipo de capital: los contratos se escrituraban entre enero y agosto –con anterioridad, por tanto, a la vendimia– y el dinero debía devolverse el primer día de septiembre o el de San Miguel; es decir, una vez efectuados los trabajos de recolección de la uva. De forma mayoritaria el capital era adelantado por mercaderes y artesanos jerezanos: de un muestro de 37 contratos escriturados entre 1516 y 1523, éstos representaban el 94,59% del total frente al 5,40% de los comerciantes foráneos [40] .

Veamos, a modo de ejemplo, uno de estos contratos. Diego Arias Patiño era propietario de un viñedo con una superficie de 8,5 aranzadas en Caulinilla. El 8 de mayo de 1516 vendía 12 carretas de uva a Diego López Dávila por 5.700 maravedíes, cantidad entregada en aquel momento. En el contrato se especificaba que Diego López Dávila se encargaba de la vendimia y transportar la uva a la ciudad a partir del 10 de septiembre [41] . El 23 de junio de 1517 el mismo Diego Arias Patiño formalizaba otro contrato –en esta ocasión se trataba de una carta de deuda– con el mercader Juan Serrano quien debía ocuparse de la vendimia y del traslado de 15 carretas de uvas a la ciudad [42] . Y lo mismo cabría decir con la venta de vino donde también se aportaba capital con antelación. En estos casos, sin embargo, los comerciantes foráneos tenían una presencia más activa. Por ejemplo, el 29 de abril de 1517 Martín García adeudaba al mercader flamenco Vandomel una cantidad indeterminada de botas de vinos. La deuda debía satisfacerse en dos plazos: 10.500 maravedíes el 10 de junio –antes de la vendimia– y el resto, 14.250 maravedíes, el día de San Miguel cuando ya se conocía el resultado de lo cosechado [43] .

Ya he indicado que hay que investigar la implicación de mercaderes y artesanos jerezanos en relación con el crédito. Apunto los siguientes nombres: Alonso de Cea, Diego de Cea, Francisco de León, Gonzalo de Molina, Rodrigo Pérez, Francisco de Toledo, Luis de Toledo, Álvaro de Torres o Juan Turégano. Entre los casos que merecerían ser estudiados, están los miembros de la familia Cea que desplegaron sus actividades durante el primer cuarto del siglo XVI [44] .

Tabla 3. Familia Cea y su implicación en el sistema crediticio. Años 1516-1523 [45] .

Alonso de Cea. Boticario-Mercader.

Jerez: collación San Lucas

Ventas anticipadas

Vendedor

Precio (maravedís)

Producto

Año

Cristóbal Martín Moreno

4.500

12 carretas de uva

1516

Alonso Granado

7.350

Vino

1518

Juan de Medina

-

Uvas

1518

Préstamos

Deudor

Cantidad (maravedíes)

Concepto

Año

Alonso de Sanlúcar

7.500

Préstamo

1518

Deudas

Deudor

Cantidad (maravedíes)

Concepto

Año

Juan Juberal y

Francisco Martín

2.100

Trigo

1517

Francisco Sánchez Camacho

4.000

Trigo

1517

Cristóbal Ginés

2.200

Trigo

1517

Alonso de Basarte

7.000

Trigo

1517

Diego de Cea. Mercader.

Jerez: collación de San Marcos

Ventas anticipadas

Vendedor

Precio (maravedís)

Producto

Año

Pedro de Cazorla

6.530

Ciertas botas de vino

1517

Pedro Fernández.

Cambiador

6.120

15 botas de vino

1517

Préstamos

Deudor

Cantidad (maravedíes)

Concepto

Año

Pedro Franco. Labrador

-

Préstamo

1517

Juan Mateos. Labrador

-

Préstamo

1517

Deudas

Deudor

Cantidad (maravedíes)

Concepto

Año

Juan Ruiz de Torres

1.925

1 cahíz de trigo

1517

Fernando de Cea. Vecino Jerez

Ventas anticipadas

Vendedor

Precio (maravedís)

Producto

Año

Jerónimo Núñez de Ariza

1.875

Venta de cueros

1523

Préstamos

Deudor

Cantidad (maravedíes)

Concepto

Año

Juan de Mozas.

Vecino de Arcos

-

Préstamo

1519

Deudas

Deudor

Cantidad (maravedíes)

Concepto

Año

Álvaro de Mendoza

-

10 carretas de trigo

1519

Sebastián de Espinosa

-

20 carretas de trigo

1519

Como decía, estos ejemplos apuntan hacia la implicación de los artesanos-mercaderes en el sistema crediticio: venta anticipada, préstamos y deudas. Sospecho que una investigación sistemática de la documentación notarial aportará una información más completa acorde con la complejidad de la sociedad jerezana. Mediante este mecanismo los propietarios vendían por anticipado sus cosechas de uva –incluyendo en algunos casos las labores de vendimia– obteniendo liquidez para invertir en otras fases del proceso productivo o en otros cultivos. El sistema no contaba con mecanismos correctores y aportaba una contradicción difícil de soslayar en momentos de crisis. Así, al explicar la venta anticipada de aceite, Mercedes Borrero apunta que “con esta fórmula, que sin duda dinamiza la puesta en marcha de la producción agrícola y hace funcionar un sistema basado casi exclusivamente en el crédito, se establece un equilibrio muy inestable entre las fuerzas productivas” [46] . La documentación consultada permite sostener que esta misma situación –este equilibrio precario– debía estar presente en el viñedo jerezano.

La importancia de la ganadería jerezana explica la formación y organización de sus correspondientes paisajes. Como ya he señalado, en 1519 el número de reses superaba las 20.328 vacas, una cantidad ciertamente respetable. La entidad de la industria del cuero y su inclusión en los circuitos comerciales mediterráneos y atlánticos, tuvo que marchar de forma acorde a los datos cuantitativos de la cabaña ganadera. El sistema de crédito debió acoplarse a esta realidad ya que no en balde la venta del cuero de vacas y carneros –junto con la de lana de las ovejas– se convirtió en uno de los sectores pujantes de la economía jerezana. Por ejemplo, en los años centrales del siglo XVI el curtidor y comerciante genovés Guillermo Conde de Gave fue desarrollando su actividad artesanal y comercial: mientras vendía cueros a zapateros, chapineros y borceguineros compraba zumaque en Guadalcanal. Y como solía ser habitual en otros casos, fue invirtiendo sus ganancias en otros sectores: concretamente, adquiriendo viñas y bodegas [47] .

La relación ganadería-mercado pasa inexorablemente por conocer el papel de los carniceros. Un ejemplo entre muchos: el sábado 5 de septiembre de 1517 los carniceros Gomes Hernández de Vejer y su hermano Juan Rodríguez de Medina compraron al ganadero y jurado de la collación de San Dionisio Alfonso de Cabra 813 puercos [48] . Aunque el precio de la venta quedaba estipulado en 499.270 maravedíes, en el momento de suscribir el contrato los carniceros abonaron 150.000 maravedíes y se comprometieron a entregar el resto –349.270 maravedíes– en nueve plazos a satisfacer cada viernes hasta finales del mes de octubre. La necesidad de encontrar un marco adecuado para los intereses del ganadero quedaba reflejado en las condiciones del contrato mediante una cláusula que aseguraba la operación económica:

[Los carniceros] queremos que todos los dichos puercos e puercas e marranos estén en poder de Andrés Martines de Torres veçino desta çibdad para quél los tenga depositados dentro de la villa del Puerto de Santa María a nuestra costa e misión, riesgo e aventura hasta que vos el dicho jurado [Alfonso de Cabra] seáys acabado de pagar de todos los marauedíes desta dicha vuestro devdo. E quel dicho Andrés Martines de Torres pueda poner e ponga qualesquier onbres quél quisyere para que los guarden e tengan de su mano [49] .

Pero, exactamente, ¿a qué nos estamos refiriendo? Al igual que ocurría en el viñedo, estamos ante el mismo mecanismo: los mercaderes –como es el caso de los genoveses y catalanes– anticipaban capital facilitando liquidez a los carniceros para la compra de ganado [50] . Sirva de ejemplo el caso del mercader catalán Rafael Font en 1505 (Tabla 4). En este año Alonso Fate y Pedro Bernal le proporcionaron un mínimo de 46 quintales de cuero, a razón de 960 maravedíes el quintal [51] . Esta colaboración crediticia y comercial se mantuvo al menos durante los tres años siguientes [52] .

Tabla 4. Compras anticipadas del mercader Rafael Font: 1505 [53] .

Carniceros

Préstamo

(en maravedíes)

Juan Bueno (collación San Miguel)

25.000

Alonso Fate y Pedro Bernal (collación San Salvador)

35.000

Alonso Martínez (collación San Salvador)

10.000

Así pues, los carniceros –sirvan de ejemplo los casos de Alonso Martín [54] o Alonso de Ortega [55] – participaban de forma activa en el sistema crediticio. En este sentido, el volumen de actividad de la familia Fate, instalada en la collación de San Miguel, bien merecería un estudio detallado. Un dato entre muchos: en 1530 el concejo jerezano arrendaba durante tres años los “echos” de Benahu, Marrufo y Pasada Blanca en el extremo oriental del término jerezano. La puja del de Benahu alcanzó los 90.000 maravedíes anuales y fue ganada por Francisco Fate, una cantidad muy elevada que debía proceder de sus negocios con los mercaderes [56] . De inmediato arrendaba la hierba al alcalde de la hermandad de Ronda Martín Gil de San Juan por 45.000 maravedíes, una cuarta parte de la bellota a Fernando de Mendoza por 11.250 maravedíes, otra a Pedro Sánchez de Cabra por la misma cantidad y se reservaba la mitad de la restante [57] .

5. Entre dos crisis: endeudamiento y problemas de liquidez

En Andalucía Occidental la documentación seriada permite analizar esta problemática durante el siglo XV y el primer cuarto del XVI [58] . Por este motivo el “Memorial” –redactado entre las crisis de 1503-1507 y 1521-1523– constituye un ejemplo susceptible de ser analizado dentro de esta problemática a la que acabo de referirme. Al igual que en otras comarcas del reino de Sevilla, durante el primer cuarto del siglo XVI fueron cada vez más frecuentes los problemas de liquidez y fue habitual la aportación de capital para la puesta en funcionamiento de las explotaciones agrarias [59] . En esta coyuntura de crisis –a través de la mirada de los cronistas locales podemos imaginar el miedo de la población [60] – hubo quien fue acumulando pérdidas, dificultando la gestión de sus explotaciones agrarias y, como consecuencia, dejando de pagar los censos correspondientes. Llamo la atención sobre la frialdad y dureza con que se describen sus efectos en la documentación notarial: en 1522 Pedro de Castilla tenía tres aranzadas de viñas en el pago de Solete por las que pagaba al veinticuatro Rodrigo de Vera 250 maravedíes de censo la aranzada. En aquel año su situación debió alcanzar niveles más que preocupantes para su economía familiar:

E con la esterilidad que este presente año a avido en esta çibdad e en sus términos e comarcas –se indica en un contrato de dejamiento– están [las viñas] maltratadas. E yo no las puedo labrar, ni cavar, ni pagar el tributo –es decir, los 750 maravedíes anuales– a vos el dicho Rodrigo de Vera. E sy en mi poder las tuviesen, se perderían las dichas viñas [61] .

La argumentación no era nueva ya que coincidía con la expuesta en 1505 cuando se denunciaba que se estaban pagando 250 maravedíes de censo por aranzada, cantidad elevadísima comparada con los 30 ó 35 maravedíes que “antiguamente se solían dar” [62] .

¿Cuáles fueron los mecanismos para enfrentarse a los procesos de endeudamiento y a la incapacidad de satisfacer las deudas durante el primer cuarto del siglo XVI? En momentos de dificultad la solidaridad tuvo que activarse entre los miembros de un mismo grupo o de una misma familia. En relación con esta problemática son muy interesantes las reflexiones en torno a los lazos personales en una misma familia o generados a partir de una relación de amistad así como la seguridad y la confianza a través de la figura del fiador o avalista [63] . Este esquema también puede ser aplicado a Jerez de la Frontera. Por ejemplo, el 22 de octubre de 1519 el veinticuatro Juan de la Cueva concedía un préstamo de 300.000 maravedíes –“por me hazer amor y buena obra”– a doña Brianda de Villavicencio viuda de Hernán Ruiz Cabeza de Vaca. Fijada la devolución del préstamo en dos meses, la hipoteca incluía todas las tierras de doña Brianda en la Fuente de los Ballesteros que rentaban 20 cahíces de pan anuales [64] . Entre ambos personajes había una relación familiar que no debemos pasar por alto: doña Brianda era prima hermana de la mujer de Juan de la Cueva. Estamos ante un caso en el que la solidaridad entre miembros de una misma familia creaba un clima de confianza con las que afrontar tiempos difíciles [65] .

Pero con independencia de los casos anteriores, lo que cierto es que el fuerte endeudamiento de la sociedad provocó situaciones límites en las que las personas acabaron en la pobreza. Esta problemática está siendo atendida por la historiografía desde los años ochenta del pasado siglo. En un estudio modélico sobre la actividad del banco del Ospedale di Santa Maria della Scala en Siena, Gabriella Piccinni ha subrayado que esta preocupación “è stata coinvolta nella discussione sulle origini dello Stato sociale, welfare state , alla lettera Stato del benessere .” Al abrigo de esta sensibilidad, han ido proliferando las investigaciones sobre la “povertà, dell’emarginazione sociale e degli istituti dell’assistenza” en un momento de cambio en el que la percepción de los pobres –y de la pobreza– empezaba a transformarse “in quello nuovo del contraccambio che lo Stato offre ai cittadini ai quali impone oneri” [66] .

Según se denunciaba en las actas capitulares de 1503 la subida en los precios del trigo del año anterior había hecho mella en los sectores más desprotegidos y por ese motivo “los pobres e miserables personas resçiben mucha fatiga.” Ante una situación tan grave, se veían obligados, “para mantener sus mugeres e fijos”, a “vender sus faziendas” [67] . En el “informe” de 1505 se describía una situación preocupante: los mecanismos de producción y comercialización del vino eran defectuosos, se carecía de una infraestructura adecuada o los recipientes eran escasos. Como consecuencia el vino se desperdiciaba y las viñas quedaban sin labrar ni cavar convirtiéndose en eriazos. En opinión de uno de los testigos que participaron en la encuesta, se había llegado a este punto porque:

por ser pobres los que las tienen [las viñas], por los tiempos, por los grandes jornales que les van los que las cavan y por los grandes tributos que tienen [68] .

Aunque es complicado trazar una línea que indique dónde estaba el umbral de la pobreza [69] , en el “informe” se indica que los pobres –además de demandar tierras– recogían frutos en los espacios incultos. Es necesario recordar que, al igual que en otras regiones mediterráneas, lo que estaba en juego eran “i delicati equilibri di una sussistenza che dipende per aspetti non secondari dallo sfruttamento degli incolti e di ciò non manca la consapevolezza” [70] . Así, entre las declaraciones esgrimidas para evitar la introducción del viñedo en Lomo Pardo, se barajaron diferentes argumentos que confirman esta línea interpretativa. Por ejemplo, en opinión Fernando de Orbaneja –uno de los testigos que compareció ante el procurador Alonso de Herrera– esa medida sería negativa ya que la “gente menesterosa” no podría continuar con sus actividades recolectoras. No debemos olvidar que en sus palabras –como en las de otros de sus compañeros– latía el peligro ante una situación social convulsa y un poder concejil que necesitaba pacificar a los campesinos pobres [71] .

6. Consideraciones finales

El “Memorial” de Diego de Lepe me ha servido de línea argumental para reflexionar sobre el sistema crediticio en el Jerez de la Frontera. Se trata de un caso paradigmático por sus conexiones con los diferentes segmentos de sociedad jerezana y por su integración en las redes y circuitos comerciales.

Las conclusiones de este trabajo son provisionales y están unidas a una propuesta de estudio. Se antoja necesaria una investigación de base centrada en los mercaderes y artesanos jerezanos que ponga en relación sus conexiones con los propietarios y con los mercaderes foráneos. Sus redes personales se extendieron por la ciudad, el campo y las localidades limítrofes: bahía de Cádiz, Arcos de la Frontera, Medina Sidonia, Alcalá de los Gazules o Tarifa. Una posible línea de investigación podría estar centrada en la selección de algunos mercaderes más significativos elaborando pequeñas biografías en las que se analicen sus actividades y se establezcan las conexiones oportunas.

Continúan siendo imprescindibles los estudios locales cuyas aportaciones son valiosas para el planteamiento de valoraciones a escala regional. En el tránsito a la época moderna ya estaba cristalizada la red de relaciones sostenedora del sistema socioeconómico en la que el mercado desempeñaba un papel notable mediante el sistema de créditos en la ciudad y en el campo. Aunque me he referido a lo urbano y lo rural como si fuesen dos ámbitos diferentes, en realidad su imbricación fue frecuente al menos en una ciudad como Jerez que controlaba un término de 139.320 hectáreas [72] .

La falta de liquidez de la élite jerezana explica que no formasen parte del cuerpo financiero de la ciudad. Aunque sí había situaciones en la que prestaron dinero a personas de su entorno familiar, en líneas generales se vieron abocados a solicitar préstamos. Es ahí donde entran en escena los comerciantes y artesanos locales: anticipando el capital necesario, como hemos visto en los casos analizados durante el primer cuarto del siglo XVI.

El período elegido para estas reflexiones estuvo bajo la influencia de las crisis del primer cuarto del siglo XVI. Sería conveniente reflexionar sobre el papel de las instituciones urbanas y su incidencia entre los sectores empobrecidos cada vez más acuciados por el mercado. Con anterioridad a 1584-1587 –momento en que se produjo la reducción hospitalaria del cardenal de Castro– había catorce hospitales en Jerez. Entre sus cometidos se encontraban la recogida y atención de mujeres, pobres y enfermos [73] . También debemos atender el mecenazgo de los miembros de la élite a la hora de analizar esta problemática como se ha demostrado en Sevilla [74] . Aunque son escasos los estudios que han afrontado esta problemática en Jerez desde la perspectiva en la que estoy planteando estas reflexiones, contamos con algunas aportaciones basadas en los testamentos del siglo XV [75] .

Anexos

Anexo 1. Diego de Lepe. Redes comerciantes extranjeros (Años 1515-1542) [76] .

Mercaderes genoveses

1515

1525

1526

1530

Adorno, Leonís. Veinticuatro. Alcalde y corregidor de Arcos

Vecino Jerez

Adorno, Francisco

Vecino Jerez

Adorno, Francisco

Vecino Jerez

Adorno, Vicencio

Estante en Jerez y Cádiz

Poder: a Diego de Lepe: cobrar de Gomes Suárez 13 cahíces y 2,5 fanegas de trigo

Venta: a Diego de Lepe 600 mrs. de censo que le paga el conocedor Bartolomé de Herrera: casas en San Lucas. 4.500 mrs.

Venta: a Diego de Lepe 300 mrs. de censo que le paga Juan de Torres: 2 aranzadas de viña y arboleda. 2.000 mrs.

Diego de Lepe: testigo compraventa

1532

Caçana, Jerónimo de

En nombre de su hermano Ambrosio

Estante en Jerez y Cádiz

Venta: a Diego de Lepe 2.000 mrs. de censo que pagaba Alexandre de Rapalo: viña y arboleda. Precio: 17.000 mrs.

1531

Catano, Francisco. Mayordomo monasterio de las Cinco Llagas de Alcalá de los Gazules. Arrendador diezmo de la miel y cera. Arrendador la renta pescadería

Vecino Jerez

Deuda: Diego de Lepe, Pedro de Carmona, Melchor de Sevilla, Antón Rodríguez de Marrache y Francisco Catano arrendadores del diezmo de la miel, cera y grana de San Miguel (1530): 20.000 mrs. al vicario Pedro Bernal Dávila

1531

Cigala, Juan

Vecino Jerez

Deuda: a Diego de Lepe 15 terneras: 45 ducados

1520

Judiçibus, Gregorio de

Estante: 1511 y 1514. Vecino: 1520

Relaciones mercantiles con Diego de Lepe

1531

1545

Peçano, Cristóbal

Vecino Jerez

Peçano, Estevanía. Viuda de Martín Hernández de Morón

Vecina Jerez

Diego de Lepe reconoce un censo de 1.500 mrs. comprado al mercader Francisco de Torres: casa en San Dionisio

Reconocimiento censo de 3,5 ducados: casas en San Dionisio. Pagar a Catalina de Mendoza viuda de Diego de Lepe

1549

Prementorio, Pantalerón de

Vecino Jerez

Compra al corredor Gonzalo Moreno en nombre de su hermano el especiero Juan Moreno vecino de Cádiz: 4 aranzadas de viña. Precio: 7.500 mrs. Censo 700 mrs. Pagar a Pedro de Hinojosa yerno de Diego de Lepe

1543

Salucio, Jerónimo

Estante en Jerez y Cádiz. Desde 1524: vecino en Jerez

Venta a Catalina de Mendoza viuda de Diego de Lepe: 450 mrs. de censo de los 3.250 que pagaba el vinatero Alonso Ramos: 7 aranzadas de viña en Macharnudo”. Precio: 3.000 mrs.

1539

Spínola, doña Teresa de

Mujer de Cristóbal de Morla

Vecina Jerez

Venta a Diego de Lepe 1.000 mrs. de censo que pagaba la viuda Isabel Hernández: casa-tienda en San Dionisio. Precio: 10.000 mrs.

1532

Tirado, Alonso

Vecino Jerez

Venta a Diego de Lepe 680 mrs. de censo: casa en Santiago. Precio: 6.000 mrs.

Venta a Diego de Lepe 2.000 mrs. de censo: casas en el Arenal. Precio: 55 ducados

Mercaderes portugueses

1520

Coímbra, Simón de

Mercader y arrendador

Vecino Jerez

El jurado Diego Delgadillo, receptor del duque de Arcos, arrienda a Simón, mayordomo Diego de Trujillo, Diego de Lepe y Benito de Arcos el catorzavo y tercia de la Aceña del Rey, durante un año. Renta: 40 cahíces de trigo o 200 ducados

1528

1542

Fernandes, Juan. Zapatero

Vecino Jerez

Fernandes, Juan. Zapatero

Vecino Jerez

Reconoce 4.200 mrs. de censo al arrendador Diego de Lepe: casas-tiendas en San Dionisio compradas a Leonor Gaytán viuda de Antón de Trujillo.

Traspasa a su yerno Antonio Vigo: casas tienda en la calle Angosta de la Ropa Vieja. Censo: 4.200 mrs. Pagar a Diego de Lepe

1521

1522

García, Gonzalo

Vecino Jerez

García, Gonzalo

Vecino Jerez

Censo 600 mrs. a Diego de Lepe: 2 aranzadas de viña en Capirete.

Censo 900 mrs. a Diego de Lepe: 2,5 aranzadas de viña y tierra en Capirete

1537

1539

1542

Martín, Juan. Trabajador. Casado con Isabel Díaz

Vecino Jerez

Martín, Juan. Trabajador. Casado con Isabel Díaz

Vecino Jerez

Martín, Juan. Trabajador. Casado con Isabel Díaz

Vecino Jerez

Compra al trabajador Pedro García de Jaén 2 aranzadas de viña en el pago de la Arena. Censo: 2 florines. Pagar a Diego de Lepe

Reconocimiento de censo: 530 mrs. a Diego de Lepe: 2 aranzadas de viña. Pago de la Arena

Venta a Diego de Lepe 250 mrs. de censo: casas de su morada. Precio: 2.500 mrs.

1547

Martín, Juan. Casado con Juana Dias

Vecino Jerez

Venta a Ana Agustín hija de Diego de Lepe, difunto, y a su madre Catalina de Mendoza: 250 mrs. de censo: casas de su morada. Precio: 2.500 mrs.

1535

Yanes, Pedro. Trabajador

Estante en Jerez

Compra al espartero Juan Martín Tartamudo 10,5 aranzadas de viña en Martinazo. Censo: 3.000 mrs. y 1 blanca. Pagar: Diego de Lepe y capellanía del jurado Alonso de Cabra

Mercaderes ingleses

1522

Dique o de Vique, Roberto de

Estante en Jerez, Cádiz, El Puerto, Chipiona y Sanlúcar

Poder: Pedro Camacho de Villavicencio y Diego de Lepe a Roberto de Dique para que les obligue hasta 65 ducados “por razón de qualesquier mercaderías”

1524

Mur, Guillermo

Estante en Jerez y Cádiz

Pleito con Diego de Lepe: venta de 3 esclavos berberiscos

Mercaderes irlandeses

1524

1524

Linche, Esteban. Curtidor

Estante en Jerez. Vecino en Cádiz

Esteban Linche. Curtidor

Estante en Jerez. Vecino en Cádiz

Diego de Lepe: arrendador de sus propiedades jerezanas

Diego de Lepe pide 5 ducados de alcabala por la compra de 3 esclavos berberiscos. Tasados en 100 ducados

Mercaderes franceses

1545

Coldray, Guillermo de

Estante en Jerez. Vecino en Cádiz

Su viuda vende a Catalina de Mendoza, viuda de Diego de Lepe, 1.500 mrs. de censo sobre su casa Precio: 15.000 mrs.

Anexo 2. Bienes de Diego de Lepe.

Bienes

Tasación (mrs.)

Viviendas (tributos)

Casa en San Dionisio

Cargo: en blanco

-

Casa en San Lucas

Tributos comprados a Hernán García Arroyo y a su hijo Pedro Carrión

Cargo: 2.750 maravedíes

25.000

Casa en San Miguel

Tributos comprados a Pedro Gaitán Churruchano

Cargo: 1.110 maravedíes

9.750

Casa-tienda en San Miguel

Tributos comprados a Alonso Martín de Sevilla

Cargo: 1.000 maravedíes

10.000

Censos sobre propiedades agrarias

Tierras en la Cruz: camino de Sanlúcar de Barrameda

4 aranzadas, 1 cuarta y 30 estadales de olivar y tierra calma

Tributos comprados a Alfonso de Segovia y a su mujer

Cargo: 80 maravedíes a pagar a la iglesia de San Mateo

6.500

Cahíces de trigo y cebada

51 cahíces de trigo: en su casa

-

Media fanega de trigo

102

22 cahíces de cebada: en su casa

-

Botas de vino

7 botas de vino encascadas

7.000

1 cuarto de bota [de vino]

136

Ganado

1 asno pardo

1.125

Esclavos

1 esclava negra. Beatriz: 20 años

14.000

1 esclavo blanco. Yza: 15 años

12.000

1 esclavo blanco. Diego: más de 6 años

7.000

Armas

1 ballesta

-

1 escopeta

160

Calzas y telas

19 pares de calzas de cordellate de ciertos colores

3.757

1 par de calzas de estameña

600

4 pares de medias calzas: 3 de cordellate y 1 de estameña

408

3 pares de calzas por hacer

408

Medias calzas de estameña de Milán

187

1 jubón de terciopelo negro

1.400

1 jubón por acabar las mangas de paño y cuerpo de fustán

170

2 jubones de sarga

476

23 y tres cuartas de varas de sarga prieta

2.137,5

3 varas de terciopelo negro

2.250

4 cobertores de paño de lienzo amarillo de siete varas

119

3 cuartas de paño negro

300

12 varas de paños de lana de Londres

2.448

6 varas de paño de lana colorado de Londres

1.800

1 vara de paño de Londres

220

89 varas de Bretaña

4.660

61 varas de Ruan

1.400

44,5 varas de Vitré

890

1 capa de Perpiñán

-

6,5 varas de Frisia de Escocia amarilla

292,5

4 almohadas orilladas de Holanda de lanas de carnero

544

2 paños de rostro de Holanda con hilos de seda

375

2 varas y cuarta de grana de Toledo

1.462

2 varas y ochava de paño negro de Valencia

1.400

20 varas y tres cuartas de florete

6.349,5

67 varas de cañamazo

1.139

7 varas de fustán malvasía blanca

357

1 vara y tercia de fustán pardillo

34

1 vara y tercia de tafetán blanco

119

3 varas y tres cuartas de raso falso leonado

701

59 gorras prietas

11.062

6 gorras de grana

1.326

10,5 docenas bonetes prietos, 4 bonetes negro de velarte

10.291

1 artes labradas

170

2 libras de hilo colorado: una madeja y dos pedazos

120

1 madeja y 2 pedazos de madejas de hilo colorado

120

1 casquete

68

1 cadenado

40

1 coselete de raso

136

Mobiliario

1 arca grande

750

1 arca grande

500

1 arca pequeña

136

1 arca pequeña

136

3 arcas pequeñas

466

1 caja pequeña

-

12 tinajas para agua

-

2 platos de peltre grandes, 1 candelero y 1 pichel

272

1 sartén

102

2 sillas nuevas para sentarse

68

1 mesa con su banco

170

1 banca

85

1 bancal

51

1 tabla grande

51

1 toca de camino

204

1 colchón y 1 almadraque

1.000

1 almadraque viejo “que se echa un esclavo”

170

2 sábanas viejas

-

1 sábana orillada

600

1 colcha vieja

-

1 frezada usada

450

1 estera

51

1 cielo pequeño viejo y 1 bancalete viejo

153

1 borla de caballo y 1 borla de puñal

500

1 cordón con sus borlas de caballo aceitunado y 1 borla de puñal

500

4 pares de cabezadas de cuero de caballo con 1 hierro de caballo

187

1 puerta nueva: “que puse en la casa que está en la escalera”

204

1 puerta grande en la tienda

375

1 ratonera de hilo de hierro

68

1 bacinera de pino

51

2 pares de raseros

102

1 cercadura

408

1 portacartas

68

2 pares de tijeras

-

1 barra de hierro para medir y 1 escobeta para limpiar

51

1 destajo y 1 cielo raído

300

1 ¿canzero? o ¿canzerlo?

170

1 paileta [¿paila?: bacía grande] nueva

102

2 pares de [roto]

102

Adenda

Recibió del sastre Luis Vázquez ropas para su mujer:

4 varas y dos tercias de contray de grana

3 varas y sesma de paño negro valenciano

3 varas de terciopelo para un ropón

2 varas y dos tercias de terciopelo

1 tercia de raso

3,5 varas de Bretaña

2.100

1.900

2.250

2.000

1.500

160

Diego de Vargas entregó 4 reales: deuda de un poco de paño.

-

Diego Ortiz, hijo de Diego Ortiz de Gática, adeuda :

1.100

El pregonero Diego Moreno, en nombre de Diego de Trujillo yerno de Pedro García Clemente, pagó:

750

El trapero Francisco Garrido pagó por cierta ropa, en nombre del recaudador Alonso Ruiz, vecino de Arcos

20.000

Pedro Gaitan Churruchano adeuda:

5.485

El sacristán Diego Bernal adeuda 1 cahiz de trigo

1.050

Anexo 3. Diego de Lepe. Deudas.

Ciudad

Cantidad

Concepto

Mrs.

Cahíces.

Concejo

1.875

-

Préstamo al rey

Concejo

6.572,5

-

Préstamo al rey

Linajes, propietarios, miembros concejo

Cantidad

Concepto

Mrs.

Cahíces

Adorno, Leonís. Veinticuatro. Alcalde de Arcos (Alfonso Ruiz. Vecino de Arcos y recaudador del duque)

20.000

14.000

7.805

1 de trigo

-

-

-

Ambrán, Juan. Escribano público

790

-

-

Basurto, Bartolomé (Mayordomo: Bartolomé Ruiz)

-

1 cebada

-

Bernal, Juan. Jurado

3.489

-

4,5 varas Valencia y 1 jubón raso carmesí

Cabeza de Vaca, doña Beatriz. Viuda Pedro Estopiñán

10.100

-

Albalá

Viuda de Cabra, Juan de. Jurado

326

-

-

Camacho, Pedro. Hijo de Trujillo

Camacho. Jurado. Yerno de Alfonso de Cabra

194

102

-

-

-

-

Cueva, Juan de la. Veinticuatro

500

-

-

Dávila, Bartolomé. Veinticuatro

Dávila, García. Hijo de Clara Marrufa

Dávila, Martín. Veinticuatro

2.890

408

888

-

-

-

Albalá

Albalá

-

Estopiñán, Álvaro de. Veinticuatro

136

-

Albalá

Gaitán Churruchano, Pedro y su mujer. Caballero

5.424

-

-

Hinojosa, Pedro Núñez. Veinticuatro

1.238

-

-

López de Carrizosa, Hernando. Veinticuatro

1.000

-

Albalá

Maya, Juan de. Veinticuatro

10.110

-

-

Mesa, Gonzalo

2.448

-

Albalá

Ortiz, Diego. Hijo de Diego Ortiz de Gatica

Juan Ortiz, Juan. Veinticuatro

1.600

10.073

-

-

Albalá

-

Pacheco, Beatriz. Duquesa de Arcos (Mayordomo Juan Pérez Ramos)

238

-

Venta: una gorra

Patiño, Diego Arias (Fiador Gonzalo Benítez de Villarana)

1.544

-

Resto: un contrato

Ponce de León, Eutropio. Veinticuatro

10.000

-

-

Spínola, Luis

750

-

Venta: unas calzas

Trujillo: Yerno Pedro García Clemente

350

-

4 varas paño morado

Villavicencio, Juan de. Veinticuatro

Villavicencio, Lorenzo Fernández de

Villavicencio, Pedro Camacho

Villavicencio, Pedro Camacho (Criado Bernardino)

Villavicencio, Pedro Camacho (Criado Bernardino)

Villavicencio, Pedro Núñez. Jurado

Villavicencio, Pedro Núñez. Jurado: su mujer doña Isabel

Villavicencio, Pablo Núñez (Criado Hernando Arias)

1.540

694

5.325

1.176

1.584

8.000

1.300

1.315

-

-

-

-

-

-

-

-

Albalá

Préstamo

-

Albalá

-

Contrato

-

Albalá

Vaca, Pedro. Hermano de Alvar Núñez Cabeza de Vaca

663

-

1 cinta de hilo de plata

Vargas, Diego de

135

-

Un poco de paño

Vázquez, Pedro. Torre Pedro Vázquez

900

-

Resto: 1 cahiz trigo

Vique, Hernando de. Bustos, Francisco de y su mujer. Alvar Pérez de Mérida, Alvar.

3.000

-

Contrato

En blanco. Escudero

68

-

Unas cuentas

Labradores

Cantidad

Concepto

Mrs.

Cahíces

Franco, Pedro

-

2 trigo

2 cahíces de trigo

Salineros

Cantidad

Concepto

Mrs.

Cahíces

Martín Delgado, Antón

187

-

Albalá

Segovia, Alfonso

1.800

-

Albalá

Artesanos

Cantidad

Concepto

Mrs.

Cahíces

Baena, Alfonso. Carretero

1.500

-

Albalá

Bernal, Juan. Espartero. Martín de las Cañas, Alfonso

1.700

-

Contrato

Diego, Juan

68

-

Venta medias calzas

García, Juan. Tejero

García, Pedro. Cuchillero

García Palomo, Andrés

233

-

1.125

-

-

-

Resto contrato

12,5 fanegas trigo

Venta una tela

Gil, Diego. Cantero

Gil, García ¿de Palencia?. Fiel de la alhóndiga

375

300

-

-

Contrato

-

Hontiveros

Hontiveros

1.436

1.436

-

-

Un puñal

Un puñal

Jerez, Diego de. Pintor

Jerez, Rodrigo de. Arrendador

136

568

-

-

Un poco de vitre

Calzas y gorrilla grana

Jiménez, Juan. Carpintero

170

-

Herramientas dorar

López, Rodrigo. Bonetero

3.527

-

Albalá

Rebolledo el Mozo

Rebolledo el Mozo

Rebolledo el Viejo

1.875

1.975

1.300

-

-

-

Un jubón terciopelo

-

Cierto paño

Rodríguez, Alonso. Agujetero

1.600

-

Albalá

Romero

102

-

Una rodela

Sánchez de Guadalcanal

Sánchez Tartamudo, Gonzalo

884

2.448

-

-

-

-

Vaca, Bernardino

408

-

Zarcillos

Eclesiásticos

Cantidad

Concepto

Mrs.

Cahíces

Bernal, Diego. Sacristán iglesia San Dionisio

1.397

-

1 cahiz de trigo

Benítez, Pedro. Clérigo

204

-

Unas calzas

Rodríguez Boniel, Juan. Clérigo

½ de trigo

-

Sin identificar

Cantidad

concepto

Mrs.

Cahíces

En blanco

En blanco

En blanco

En blanco

562

136

204

-

-

-

-

2,5cebada

Sayuelo labrado

Una tablilla de plata

-

Unas prendas

Bibliografía

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[1] Abreviaturas utilizadas: AMJF = Archivo Municipal de Jerez de la Frontera; PN = Protocolos Notariales.

[2] La escritura es fruto de la lectura, conversación y reflexión. El artículo que ahora se publica también tiene su propia intrahistoria. El argumento principal fue defendido en el seminario “Crédito y deuda en el mundo rural andaluz” que, bajo la dirección de Mercedes Borrero Fernández y la coordinación de José Manuel Triano Milán y Federico Gálvez Gambero, se desarrolló el 29 de septiembre de 2015 en la Universidad de Sevilla. Agradezco las intervenciones y el intercambio de opiniones entre los colegas que participaron en aquella jornada. Tampoco quisiera olvidar los comentarios de los evaluadores externos encargados de valorar y matizar la propuesta enviada a la revista. Sus consideraciones han sido bien recibidas y me han servido para mejorar la redacción final. Los defectos de la versión definitiva, que el lector tiene ahora a su alcance, son ya sólo imputables al autor.

[3] La evolución de la población urbana andaluza entre los siglos XV y XVI en Flores Varela 2005, pp. 97-125.

[4] Los “echos” fueron espacios vecinales –bosques, montañas, zonas incultas– de libre acceso para el ganado que acabaron siendo individualizados por los concejos o los señores y explotados mediante arrendamientos. Martín Gutiérrez 2015, pp. 69; 2012-2013, pp. 227-246.

[5] Otte 1996; Collantes de Terán 2008, 85-105; Bello León 2012, 249-274.

[6] González Arévalo 2016, pp. 263-271.

[7] Carvajal de la Vega 2011, p. 11.

[8] Bello León 2014a, 249-267; Mingorance Ruiz 2014; González Arévalo 2011, 61-95.

[9] Como señala, Juan Manuel Bello, “hace ya tiempo que E. Otte llamó la atención sobre el elevado número de curtidores, tejedores, pelaires, sederos, etc. que en Sevilla colaboraron con mercaderes y transportistas en empresas mercantiles y basta con acudir a los protocolos jerezanos de finales del siglo XV para encontrar testimonios al respecto.” Bello 2014b, p. 21.

[10] Ruiz Pilares 2016, pp. 337-364, p. 356.

[11] AMJF, PN, Año 1517, f. 289v-300r.

[12] Un planteamiento interesante, con bibliografía clásica y actual, sobre el papel del crédito privado en las sociedades medievales en Carvajal de la Vega 2011, 1-22.

[13] Martín Gutiérrez 2007, pp. 277-302 y 303-329.

[14] Borrero Fernández 2013, pp. 244-249.

[15] Sirva de comparación el estudio sobre la actividad del cambiador Antonio de Paredes y su familia en Carvajal de la Vega 2016, pp. 203-218.

[16] Muñoz y Gómez s.a., p. 58.

[17] A mediados del siglo XV Antón González presentó un proyecto para reformar y ampliar la alcaicería, aunque no parece que se llevase a efecto. Abellán Pérez 1993, pp. 28-30.

[18] En relación con los grandes mercaderes, los investigadores vienen prestando atención a los amplios marcos de solidaridades en los que actuaban y a la constitución en su seno de redes comerciales. Casado Alonso 2102, p. 21.

[19] Si se compara con otras dotes de individuos coetáneos, éstas incluían una casa, pequeños lotes de viñas, ajuar y una cantidad en metálico. Por ejemplo Bernal García y Ana Vázquez recibieron de dote 21.234 maravedíes desglosados en 2 aranzadas de viña en Macharnudo, 2 aranzadas de viña en Añina con 250 maravedíes de tributo, una casa en la calle Pero Bernal con 800 maravedíes de tributo, 5 arrobas de vino valoradas en 1.800 maravedíes, 5 botas vacías valoradas en 800 maravedíes, 1 tinaja y 2 tinajuelas valoradas en 377 maravedíes, 1 barrilito de 6 arrobas valorado en 102 maravedíes y ajuar, joyas y alhajas, AMJF, PN, Año 1523, f. 461v-462v.

[20] Mingorance Ruiz 2013, p. 1586. Si hacemos el mismo ejercicio que en el caso anterior, encontramos a individuos que tenían casas, tierras y ganado. Por ejemplo la dote de Francisco Román, hijo de Diego Román, y Catalina Martín, hija de Leonor Sánchez y Domingo Ruiz, difunto, fue de 50.000 maravedíes e incluía casas en San Miguel, 2 aranzadas de viñas y olivar en el pago de Macharnudo, 14 vacas –10 vacías y 4 paridad– y 2 novillos, así como joyas y alhajas. AMJF, PN, Año 1509, f. 491r-491v.

[21] Solamente apuntar que el sobrenombre “Marrache” solía ser frecuente entre los conversos. Carrasco García 2006, p. 321.

[22] Personaje probablemente genovés que debemos conectar con las actividades desplegadas por Jerónimo Catano en Sevilla, Jerez y Cádiz a finales del siglo XV. Bello León 2014b, p. 36.

[23] Mingorance Ruiz 2013, pp. 1996 y 1.110.

[24] Otte 2008, p. 279.

[25] Muñoz y Gómez s. a. pp. 58 y 482-483.

[26] AMJF, PN, Año 1549, f. 8v. Sobre la presencia y consolidación de los Hinojosa en Jerez, Sánchez Saus 1996, vol. I pp. 102-105.

[27] Mingorance Ruiz 2013, p. 1587.

[28] El tributo debía pagarse al vinatero Alonso Ramos. Ibídem, p. 1218.

[29] El documento también ha recibido la atención de Ruiz Pilares 2016, pp. 352-353.

[30] Puede consultarse información complementaria en Martín Gutiérrez 2015, pp. 83-102. Llamo la atención sobre la presencia de mujeres: la duquesa de Arcos, la mujer de Pedro Gaitán Churruchano y la de Francisco de Bustos, y las viudas doña Beatriz Cabeza de Vaca y la del jurado Juan de Cabra.

[31] Carvajal de la Vega 2011, p. 9.

[32] Martín Gutiérrez, 2004, pp. 68-74.

[33] Borrero Fernández 1988, 181-225. Ídem 2015, pp. 244-246. García Sanz 1987, p. 79.

[34] AMJF, PN, Año 1517, f. 669v-670r. y Año 1518, f. 662r-662v.

[35] AMJF, PN, Año 1517, f. 720r-720v.

[36] AMJF, PN, Año 1516, f. 325r-325v.

[37] Valgan, a modo de ejemplo, los casos de Luis Ortiz de Gática con 205 aranzadas, el veinticuatro y alcalde Juan Núñez de Villavicencio con 121,5 aranzadas o Diego Gil de Hinojosa con 100 aranzadas distribuidas en heredades en Jerez y El Puerto de Santa María. Es también paradigmático el caso de Pedro Camacho de Villavicencio el Rico fallecido en 1507. Su patrimonio, valorado en torno a los 12 millones de maravedíes, incluía propiedades agropecuarias entre los caminos de Rota y Sanlúcar de Barrameda. Un donadío cerrado de 5.160 aranzadas, 2.580 hectáreas, distribuidas entre Jerez y El Puerto. Estoy preparando un estudio sobre el viñedo jerezano durante el siglo XV y el primer cuarto del XVI. En relación con Pedro Camacho de Villavicencio, más información en Ruiz Pilares 2012, pp. 317-347.

[38] Martín Gutiérrez 2012-2013, pp. 233-235.

[39] Borrero Fernández 2003, p. 263.

[40] AMJF, PN, Año 1516 f. 240v-242r, 448r-448v, f. 552v-553r, f. 572v-573r, f. 618r-618v; Año 1517 f. 106r-107r, f. 265r, f. 218v-219r, f. 266v-267r, f. 265v-266r, f. 305r-305v, f. 306v-307r, f. 321r-321v, f. 331v-332r, f. 339v-340r, f. 364v-365r, f. 414r-414v, f. 412r-412v, f. 426v-427r, f. 437r-437v, f. 542r-542v, f. 574r, f. 707v-708r, f. 714v-715r; Año 1518 f. 252r, f. 304r-304v, f. 192r-192v, f. 194v-195v, f. 646v-647r. Año 1519 f. 152r-152v, f. 355r-355v; Año 1522 f. 41r-42r, f. 231v-232r, f. 312r-312v; Año 1523 f. 106r-106v, f. 149r-149v, f. 615r.

[41] AMJF, PN, Año 1516, f. 355r-355v.

[42] AMJF, PN, Año 1517, f. 542r-542v.

[43] AMJF, PN, Año 1517, f. 296r-296v.

[44] Esta problemática ha sido analizada por Enrique Ruiz Pilares en su tesis doctoral “El poder en el concejo de Jerez de la Frontera durante el reinado de los Reyes Católicos: espacios, ámbitos y recursos.” Dirigida por los doctores Alfonso Franco Silva y Emilio Martín Gutiérrez, la lectura de esta tesis se efectuará en los próximos meses. Agradezco a su autor sus apreciaciones y comentarios.

[45] AMJF, PN, Año 1516, f. 448r-448v; Año 1517, f. 112v-113r, 116r-116v, 116v-117r, 143r-143v, 191r-191v, 219r-219v, 308v-309r, 616v-617r, 701v-702r; Año 1518, f. 629r-629v, 646v-647r, 927v; Año 1519, f. 324v-326r, 328v-329v, 331v-333r; Año 1523, f. 658v-659r. Ruiz Pilares en su tesis doctoral “El poder en el concejo de Jerez de la Frontera durante el reinado de los Reyes Católicos: espacios, ámbitos y recursos.” Tesis doctoral inédita.

[46] Borrero Fernández 2013a, p. 245.

[47] Mingorance Ruiz 2014, pp. 50-51, 70-72, 109 y 161.

[48] Durante el primer cuarto del siglo XVI Alfonso de Cabra había intervenido de forma activa en la puesta en explotación de la dehesa de Zurita, propiedad de los herederos de Barja, y la de Fuente del Suero del monasterio de la Cartuja y también arrendando bueyes. En el listado de propietarios ganaderos del año 1519 su hato estaba integrado por 600 vacas. Sin embargo y de una manera sorprendente, en 1496 se le había incluido en el listado de campesinos pobres que recibieron tierras en el “echo” de Guadalcabar. Martín Gutiérrez 2015, p. 97.

[49] El desglose de las 813 cabezas de puercos es el siguiente: 300 puercos marranos a 500 mrs. cada uno: 150.000 mrs.; 319 puercos viejos a 730 mrs. cada uno: 232.870 mrs.; 194 puercas hembras viejas: a 600 mrs. cada una: 116.400 mrs. AMJF, PN, Año 1517, f. 440r-441r.

[50] La presencia de comerciantes catalanes en Andalucía en Bello León 2010, pp. 114-124.

[51] Es conocida la presencia del linaje de la familia Font en Andalucía Occidental desde finales del siglo XV. Rafael Font –que llegó a ser regidor del concejo de Cádiz y veinticuatro en Jerez– tuvo propiedades en Gran Canaria, La Palma y Tenerife. Mantuvo relaciones con don Rodrigo Ponce de León –piénsese en la compra de la Isla de León por parte del mercader– y concertó el matrimonio de su hija Ana Francisca Font con el mercader florentino Jácome Botti. Franco Silva 1995, pp. 23-31. Bello León 2010, pp. 119-121 y 126.

[52] AMJF, PN, Año 1507, f. 237v, 262r y 322r.

[53] Ruiz Pilares 2017 (“tesis doctoral”).

[54] AMJF, PN, Año 1516, f. 555r-555v y 779r-779v, Año 1517, f. 720r-720v, 747v-748r y 931v-932r, Año 1520, f. 283r-284r, Año 1521, f. 446r-446v.

[55] AMJF, PN, Año 1521, f. 156r.156v.

[56] Este carnicero había comprado ganado por valor de 51.000 y 78.500 maravedíes a los ganaderos Jácome Adorno y Francisco López de Grajales. El genovés Jácome Adorno –hermano de Francisco Adorno– estaba incluido en el reparto de “echos” de 1519 aportando 437 vacas y el regidor de Gibraltar Francisco López de Grajales, heredero de Juan Sánchez de Grajales, poseía propiedades urbanas y rurales en Jerez. Martín Gutiérrez 2015, pp. 101, 163 y 97-98. Bello 2014, p. 34.

[57] Ibídem, p. 74.

[58] No hay unanimidad a la hora de interpretar la crisis del siglo XIV: sistémica, si seguimos el planteamiento de Guy Bois, o de integración, si nos atenemos a la lectura de Stephan Epstein. En cambio, sí hay mayor consenso en la historiografía a la hora de admitir que fue una época donde se produjeron transformaciones profundas y donde el mercado tuvo una presencia cada vez más determinante en ambientes urbanos y rurales. Una realidad de la que se hizo eco la propia narrativa de los siglos XIII y XV que fue dotando de contenido el pensamiento económico. Bois 2001, pp. 117-160; Epstein 2009, pp. 61-102. Bompaire, Furió 2014, p. 368. Oliva Herrer 2013, pp.107-109. Todeschini, Giacomo 2005, pp. 198-223. Borrero Fernández 2007, pp. 322-327. Casado Alonso 2012, p. 18.

[59] Borrero Fernández 2013a, pp. 236-249.

[60] “En este dicho año acudieron de toda la comarca infinita gente, especialmente muchachos. Andaban por las calles dando gritos: ¡que me muero de hambre! Y no había quien se doliese de ellos ni diese cosa ninguna. Y estos muchachos arrebataban a los panaderos el pan y otras cosas de mantenimiento como queso, higos, castañas, bellotas, nueces. Aquí, de esta fruta había muy poca y cara. Y lo que estos muchachos tomaban, no había quien les hiciese mal ni los (de)tuviese cuando iban huyendo, ni menos la justicia les constreñía por ello, porque ellos estaban tales que poco les aprovechaba esto que tomaban. Asimismo, ni dejaban perro ni gato por toda la ciudad que no lo mataban y lo comían y otras carnes muy peores.” Daza 1938, pp. 1-19.

[61] AMJF, PN, Año 1522, f. 481r-482r.

[62] Martín Gutiérrez, 2012-2013, pp. 232-238.

[63] Carvajal de la Vega 2011, pp. 13-15; Villalonga Serrano 2007, pp. 335-336; García Guzmán, Abellán Pérez 1997, pp. 153-162.

[64] AMJF, PN, Año 1519, f. 605r-606v.

[65] En algunas ocasiones las pérdidas de unos debían convertirse en ganancias para otros. Me refiero a la operación económica de Íñigo López de Carrizosa hijo del veinticuatro Diego Mirabal de Villavicencio. El 6 de septiembre de 1522 compraba 19.950 maravedíes de censo a Rodrigo de Vera y su mujer doña Catalina de Perea. Hipotecaba así una heredad de viña con más de 71 aranzadas en el pago de la Gallega. El precio quedó estipulado en 112.500 maravedíes. Si estoy en lo cierto, por cada 1.000 maravedíes de censo comprado se pagaba 5.630 maravedíes anuales por lo que a los seis años se había recuperado la inversión y se empezaba a obtener beneficios. AMJF, PN, Año 1522, f. 1047r-1047v.

[66] Piccinni 2012, pp. 15-45; la cita textual en p.15. Una situación –y este aspecto no debe olvidarse– en la que “era facile –como sugiere Chiara Frugoni con razón– diventare o essere poveri: bastava un cattivo raccolto, una malattia, per una donna o per un bambino la morte del marito o del padre: poveri diventavano spesso i contadini, i salariati, le persone sole, malate.” Frugoni 2007, p. 73; Borrero Fernández 2010, 323-365.

[67] Martín Gutiérrez 2007, pp. 297-298. Sobre los efectos de la crisis en las familias campesinas y, en concreto, sobre los minifundistas de la viña durante los años veinte del siglo XVI, Borrero Fernández 2009, pp. 23-25.

[68] Martín Gutiérrez 2012-2013, pp. 237-238.

[69] Borrero Fernández 2013b, p. 32.

[70] Cortonesi 1995, pp. 31-34.

[71] Martín Gutiérrez 2012-2013, p. 241.

[72] Martín Gutiérrez 2003, pp. 71-139.

[73] Listado de hospitales jerezanos: San Bartolomé (collación de San Salvador), Concepción y Natividad (collación de San Marcos), El Pilar (collación de San Miguel), Los Remedios (collación de San Dionisio), Santa Catalina (collación de San Salvador), La Candelaria o de Juan Pecador (collación de Santiago), San José o de Convalecientes (collación de San Marcos), San Cristóbal o de las Bubas (collación de San Dionisio), La Natividad o Santa María (collación de San Juan de los Caballeros), San Pedro (collación de San Miguel), San Blas (collación de San Mateo), La Sangre (collación de Santiago), La Santa Misericordia (collación de San Dionisio), San Sebastián y San Juan de Letrán (collación de Santiago). Serrano Pinteño 2010-2012, pp. 23-25.

[74] Sánchez Saus, 2015, pp. 114-133.

[75] García Guzmán, Abellán Pérez 1997, pp. 129-164.

[76] Mingorance Ruiz 2013, pp. 122, 466, 737, 947, 1034, 1038, 1059, 1071-1072, 1110, 1119, 1218, 1233, 1253, 1283, 1293, 1556, 1558, 1584, 1586-1587, 1648, 1794, 1875, 1909, 1950, 1977, 1996.